Capítulo 13: Cuando un Slytherin se convierte en un héroe.
Habían pasado tres semanas desde la noche del baile de conmemoración del ministerio de magia. La relación de Nimue y Severus ya era de dominio público y Dumbledore consiguió mantener la identidad de Nimue en secreto, Severus se sorprendió de que los alumnos no respondieran a las preguntas de sus padres sobre la novia de Severus Snape, los chicos tomaron mucho cariño a Nimue en poco tiempo y no querían que no pudiera ir con ellos a Hogsmeade los sábados. Los habitantes de Hogwarts hicieron un acuerdo tácito de que si se sabía algo de la identidad de Nimue, no sería por ellos.
Severus y Nimue no se ocultaban, manteniendo un trato profesional durante su tiempo de trabajo y cuando había alumnos cerca, pero en su tiempo libre y en su rutina de ejercicio se divertían y eran muy cariñosos, además de que su química sexual era increíble. Una semana después del baile fueron con Remus a visitar a Francesca, el día anterior llegó Marco con su novia, Marianna a pasar un par de días y tomar su poción, fueron a almorzar con ellos y Tim O'Brian y su esposa, Mary. Pasaron un día muy agradable, fueron a la zona muggle de Edimburgo donde sabían que no se encontrarían a ningún reportero entrometido.
Era jueves por la tarde, Severus estaba dando su última clase, estaban allí los Ravenclaw y los Slytherin de cuarto año, Nimue estaba ayudándolo con la clase práctica, normalmente cuando daba clases teóricas dedicaba ese tiempo a su propia investigación. Estaban enfrascados en su clase cuando apareció un asustadizo elfo doméstico llamado Monty.
-Perdone por interrumpir su clase, señor profesor Snape, el señor director ha enviado a Monty a buscarlo, quiere que Monty lo aparezca en su despacho sin perder tiempo, es muy urgente.
Severus miró al elfo intrigado y le dijo a Nimue:
-Encárgate la clase, sólo quedan cinco minutos para terminar la poción, que la embotellen y la etiqueten, después las revisaremos, ya te contaré lo que quiere el director, debe ser grave o no hubiera interrumpido la clase. – Nimue asintió y Severus cogió la mano del elfo y le dijo: - Vamos Monty.
Nimue se quedó preocupada cuando Severus desapareció y siguió con la clase, los chicos se distrajeron por la aparición del elfo, pero sabían que debían seguir con su trabajo y volvieron a ello con la supervisión de Nimue.
Severus llegó al despacho de Dumbledore en pocos segundos, cuando apareció allí Monty se fue y Severus vio que no estaba sólo, Minerva estaba allí con los ojos llorosos y se temió lo peor, que le hubiera sucedido algo grave a algún familiar de Nimue y no supieran cómo decírselo. Albus le dijo:
-Severus, siéntate. – Severus obedeció y dijo:
-¿Qué ha pasado, Albus, Minerva? Sin rodeos.
-Está bien, ha llegado un mensaje urgente de San Mungo, necesitan tu ayuda para elaborar una poción muy compleja, el paciente es la pequeña Leah Longbottom.
De pronto Severus entendió la cara de preocupación de Albus y los ojos llorosos de Minerva, esa pequeña se daba a querer, no podía imaginar cuando Nimue lo supiera.
-¿La pequeña de Frank y Alice? ¿Qué le ha pasado?
Albus suspiró con tristeza:
-Parece que todo empezó como un catarro sin importancia, pero ha derivado rápidamente en una grave neumonía, se le ha complicado con un sarampión, ya sabes que en los niños mágicos ambas enfermedades pueden derivar en una encefalitis grave. Como bien sabes cuando esto se da en adultos, los efectos secundarios no son tan graves y se recuperan en un par de semanas con una poción, pero en niños tan pequeños… hay que adaptar la poción a ellos y sabes que la poción que se necesita es bastante más complicada cuando se trata de la versión pediátrica. Antes de que preguntes, se le ha diagnosticado esta misma tarde, hace unas horas, han avisado en cuanto los médicos han hecho el diagnóstico. Frank y Alice la llevaron corriendo al hospital cuando vieron que era imposible que le bajara la fiebre, no sabían lo del sarampión, aún no le han salido las ronchas. La niña está en un coma mágico inducido para que no avance la enfermedad mientras le preparas la poción para dársela cuanto antes por vía intravenosa. Te están esperando en San Mungo, puedes ir directamente al despacho del director por el flu de mi despacho, te está esperando para llevarte al laboratorio, tienen todo lo necesario para que prepares la poción, sabes que se tarda casi dos días en prepararse…no hay que perder tiempo o la niña podría terminar muerta o con daños cerebrales irreversibles.
Severus estaba muy impactado, sin perder tiempo les dijo que iría allí de inmediato, que alguno de ellos se lo contara a Nimue y que le encargara cubrir sus clases del día siguiente, que estará en el hospital mientras fuera necesario. Se dirigió al flu y en pocos segundos estaba en el despacho del director de San Mungo, que lo recibió muy preocupado, lo llevó antes a ver a la pequeña mientras sus empleados despejaban el laboratorio de las pociones menos urgentes y las llevaban a otro.
Cuando llegó la pequeña estaba en una cama enorme y aislada, aparentemente dormida. No pudo evitar un nudo en la garganta, esa niña tan simpática tenía sus ojitos marrones cerrados y su pelo rizado esparcido en la almohada y las mejillas pálidas. Pronto vio a Frank y Alice abrazados sentados junto a la cama, Frank rodeaba los hombros de su esposa que lloraba apoyada en su pecho. Cuando se dieron cuenta de que alguien entró en la habitación apartaron la vista de su niña. Alice se levantó y corrió hacia Severus y se agarró a su túnica.
-Severus, gracias por venir, ayuda a mi niña por favor, sólo tú puedes ayudarla.
Él un poco incómodo, la rodeó con sus brazos e intentó calmarla. Frank se acercó, apartó a su esposa de los brazos de Severus, sabía que lo estaba incomodando, la abrazó y le dio la mano a Severus.
-Gracias por venir Severus.
-De nada, Frank, Alice, cualquiera en mi lugar hubiera hecho lo mismo, además he trabajado aquí más de una vez para ayudar a desconocidos, vendré mucho más rápido por vosotros o cualquiera de vuestros hijos.
Ambos le dedicaron una triste sonrisa, él les dijo que se iba ya al laboratorio para empezar a hacer la poción, que volvería a verlos cuando llevara la mitad del trabajo, para ver cómo seguía la pequeña.
Llegó al laboratorio acompañado del director de San Mungo, el cual le ofreció a Severus toda la ayuda que pudiera necesitar, Severus se lo agradeció, por el momento no era necesario, cuando el hombre le dijo que si necesitaba comer avisara a Curry, su elfo doméstico personal, que ya estaba avisado para atenderlo, cuando se marchó, Severus empezó a trabajar sin perder ni un minuto.
Mientras Nimue terminó la última clase del día. Estaba recogiendo el aula y las muestras de poción de los chicos y ordenándolas como solía hacer Severus, cuando Minerva apareció en el aula. Nimue vio a su tía desencajada como hacía mucho tiempo que no la veía.
-Tía Minnie, ¿Qué ha pasado?
Ella sabía que su tía debía estar al tanto de lo que pasaba. Su tía cerró y silenció el aula.
-Te lo diré sin rodeos, ha llegado un mensaje urgente de San Mungo, la pequeña Leah Longbottom está muy enferma y han avisado a Severus para que prepare la poción que necesita.
Nimue palideció y se sentó en uno de los pupitres conmocionada. Minerva le contó todos los detalles y que Severus les encargó decirle que ella se ocupara de sus clases y obligaciones. Nimue, por supuesto, dijo que ella se haría cargo.
-No puedo creerlo, la vimos hace algo más de una semana y estaba bien.
-Lo sé, querida, por lo visto cuando el baile tuvo catarro, se recuperó pero recayó hace unos días, luego todo se complicó y mira a donde ha derivado. Frank y Alice deben estar destrozados…y el pequeño Neville, es un niño muy sensible y no sé si su abuela podrá consolarlo. ¿Dónde los viste?
-Hace una semana Frank y Alice quedaron con Remus y Francesca, nos dijeron que fuéramos con ellos, iban a ir a ver un musical en el West End, lo pasamos muy bien y la niña estaba perfectamente.
-Lo sé, la enfermedad se ha desarrollado muy rápido.
-Pobrecita, es un encanto de criatura, el lunes pasado recibimos una lechuza de Frank y Alice, Leah nos dibujó a Severus y a mí en el baile y quería regalarnos el dibujo, pero el día anterior se le olvidó y no paró hasta que sus padres nos escribieron y nos lo mandaron, me gustó tanto… aunque Severus se burló de mí por sentimental lo enmarqué y lo tengo colgado en mi sala de estar.
-Sí, es una niñita encantadora, tan inteligente y simpática. Ojalá se recupere pronto, porque lo hará, estoy segura de que Severus lo conseguirá.
-Sí, es el mejor. Mañana después de las clases iré a ver a Leah, Frank y Alice, también pasaré por el laboratorio a ver si Severus necesita ayuda y a llevarle ropa limpia…si Albus y tú me lo permitís, por supuesto.
-Claro que sí, querida. Ahora mejor vamos a ver a Dumbledore, quizás tenga alguna novedad.
Estuvieron charlando con Albus, el director de San Mungo le informó que Severus ya estaba trabajando en la poción. Pronto todo el personal conocía la mala noticia, Poppy era muy amiga de una de las pediatras de San Mungo, ella también le tenía mucho cariño a los Longbottom y a sus pequeños, Pomona estaba muy afectada, al día siguiente tenía la tarde libre e iría a verlos al hospital, Poppy la acompañaría si ella misma no tenía niños a los que atender.
Pasaron el resto de la tarde y la noche muy preocupados. Los alumnos veían a sus profesores muy alterados y más malhumorados que de costumbre, no sabían por qué, pero estaban repartiendo muchos castigos y como no querían perderse la salida a Hogsmeade prefirieron acostarse temprano. Nimue estaba especialmente triste llegó a su habitación y se echó a llorar. Después vio el dibujo de la pequeña, recordó la carta de Alice cuando le contó lo que hizo con el dibujo, le contó que desde que se lo dijo la niña decía que quería ir a ver a Nimue, no sabía que tendría que esperar demasiado.
Nimue se puso un pijama de seda con pantalón largo y camisa abotonada, de color negro con un pequeño ribete blanco, era el que se ponía en el colegio por si había una emergencia, aunque con Severus le gustaba dormir desnuda, no era cuestión de andar desnuda por los pasillos de un colegio si ocurría algo. Se metió en la cama para madrugar, tenía que prepararse para las clases que Severus tenía planeadas para el día siguiente. Intentó dormir, pero era imposible. Estuvo dando vueltas hasta que decidió irse a la habitación de Severus. Entró a su dormitorio y se acostó en su cama, se arropó y se abrazó a la almohada de Severus, el olor familiar de su champú la reconfortó y se quedó dormida.
El viernes pasó horriblemente lento para Nimue, Dumbledore fue por la tarde al hospital, cuando volvió les contó que Frank y Alice seguían destrozados pero que estaban más tranquilos sabiendo que Severus se estaba encargando de hacer la poción. Albus le dio permiso a Nimue para ir allí después de la última clase.
Cuando llegó la hora de irse, Nimue guardó en su bolso expandido ropa limpia para Severus, sus cosas de aseo y algo de comer, conociéndolo, sabía que no pararía para comer algo mientras tuviera algo que hacer.
Llegó a San Mungo con Poppy, Minerva y Pomona, Albus avisó al director del hospital de su visita y las recibió con mucho cariño, especialmente a Poppy, que era compañera de promoción en Hogwarts de la hermana del hombre, él mismo las llevó a ver a la pequeña, sus padres no se separaban de su lado para nada. Cuando las vieron las abrazaron y estaban muy agradecidos por su visita. Les rompió el corazón verlos ojerosos y con los ojos enrojecidos y a esa pequeña tan llena de vida en ese estado. Nimue les dijo que iba a ver a Severus, para saber cómo le iba y volvería allí a contarles las novedades, una enfermera se ofreció a acompañarla.
Cuando llegó allí se asomó a la ventana de la puerta del laboratorio y lo vio removiendo la poción, cuando vio que Severus terminó con eso y la puso a reposar, Nimue llamó a la puerta, Severus se dio la vuelta y cuando la vio asomada a la ventana sonrió y fue a abrir la puerta. Se abrazaron.
-Te he echado de menos, cherie.
-Yo también, ¿Qué tal has dormido?
Nimue lo miró y vio sus ojeras marcadas.
-Mejor que tú, por lo que puedo ver, aunque no pude dormir hasta que me fui a tu cama. ¿Has conseguido dormir algo?
Severus negó con la cabeza.
-No podía dejarlo, he estado trabajando toda la noche y todo el día. Mañana por la mañana estará lista, ahora tiene que reposar toda la noche a fuego lento, a las 8 de la mañana la apartaré y cuando se temple avisaré a la sanadora. Seguro que pronto estará correteando por ahí volviendo locos a sus pobres padres y dibujando princesas como ella dice.
Nimue sonrió y lo besó.
-¿Has comido algo?
-Un café y unas tostadas esta mañana.
-¿Nada más? – Severus asintió. – Te voy a matar si tú también caes enfermo.
Entonces sacó de su bolso un bocadillo enorme de ensalada de pollo con mostaza y miel. Fue a las cocinas de Hogwarts y les pidió un bocadillo para el profesor Snape a los elfos y le dieron ese, ella lo guardó envuelto en papel de estraza y no sabía de qué era. Severus le dijo que no le extrañaba que le dieran ese bocadillo en concreto, era su favorito y solía pedírselo cuando estaba muy enfrascado en algún trabajo.
Ella le dio también una botella de zumo de calabaza y un bollo de chocolate, le obligó a comérselo todo delante de ella… y él no fue muy testarudo ni protestó porque lo tratara como a un niño pequeño, cuando puso la poción en reposo por última vez se dio cuenta de que estaba hambriento y ella llegó como caída del cielo. Cuando él terminó de comer, ella le dio la ropa limpia y sus cosas de aseo. Él fue al baño que había al lado y donde pudo darse una ducha rápida, se cambió de ropa y ella guardó la ropa sucia en su bolso. Después, Severus protegió la puerta para que nadie entrara allí, fueron juntos a ver a la pequeña.
Cuando llegaron, Minerva, Pomona y Poppy seguían allí. Severus las saludó y les contó a Frank y Alice que por la mañana sobre las 9 o las 10 le podrían administrar la poción. Alice lo abrazó de nuevo llorando y dándole las gracias. Cuando se apartó les dijo que pasaría la noche en el laboratorio para vigilar la poción. Alice dijo:
-Pero llevas toda la noche trabajando, tienes que descansar, Severus, tienes muy mala cara y si la poción está reposando no es necesario que estés despierto toda la noche.
-Alice, tranquila, descansaré, voy a transfigurar una cama pequeña de una de las mesas del laboratorio, la sala es enorme, dormiré, me pondré una alarma para despertarme a tiempo de apartarla. Cuando se temple a la temperatura adecuada avisaré a la sanadora. En cuanto se le administre y me asegure de que está bien, me iré a Hogwarts y descansaré, te lo prometo, seguro que las presentes me obligarán a dormir durante 3 días.
Alice y Frank sonrieron ligeramente, sabían que era cierto. Nimue lo acompañó de vuelta al laboratorio, lo ayudó a transfigurar una mesa en una cama bastante cómoda. Le dijo que se acostara pronto, él prometió hacerlo. Puso una alarma en las protecciones para las 7 y media de la mañana. Besó a Nimue y se despidieron hasta la mañana siguiente, ella prometió que volvería para estar con él mientras le ponían la medicación a la pequeña.
Nimue, Minerva, Poppy y Pomona volvieron a Hogwarts. Pomona antes de volver fue a casa de los Longbottom a ver al pequeño Neville que estaba allí con su abuela. Le pidió permiso a Frank y Alice y ellos le mandaron un patronus a Augusta para que supiera que tendría visita y que la pequeña estaría pronto bien. Pomona le había comprado durante ese verano un libro infantil de Herbología al pequeño Neville para Navidad, pensó en ir a verlo, contarle que su hermanita pronto estaría bien y en casa y llevarle el libro para que se distraiga mientras sus padres volvían a casa con ella. Cuando volvió a Hogwarts les dijo que Augusta le agradeció la información, porque Pomona le contó que por la mañana le pondrían la poción, y también agradeció mucho el regalo para su nieto, el niño estaba encantado y ella ya no sabía qué hacer para distraerlo.
El resto de la noche fue más tranquila que la del día anterior, sabían que la niña se pondría bien y que en unos pocos días estaría en casa con sus padres y su hermano. Nimue y las demás llegaron a Hogwarts poco antes de la cena, Pomona llegó un poco más tarde, Augusta insistió en invitarla a cenar y Neville quería leer su libro con ella un rato.
Nimue se acostó un poco más tranquila que la noche anterior, pero fue directamente al dormitorio de Severus, la noche anterior durmió pero cada cierto tiempo se despertaba pensando en cómo estaría la pequeña y si Severus necesitaría su ayuda para terminar la poción… esa noche por fin pudo dormir un poco mejor aunque siguió pensando en cómo estarían la niña y sus padres y, por supuesto, Severus.
Al día siguiente se levantó temprano y fue a la habitación de Minerva. Era sábado y sabía que ella era madrugadora, iba a decirle que iría a San Mungo en cuanto se tomara un café y una tostada, no quería pedirle el desayuno en su cuarto a los elfos, la última vez le llevaron demasiada comida incluso cuando sólo les pedía un café y un poco de pan. Minerva le dijo que podía entrar en su habitación cada vez que quisiera, la incluyó en sus protecciones para que ni siquiera tuviera que llamar, lo que no se esperaba Nimue fue que al entrar se encontró a su tía en el sofá de su sala de estar besando apasionadamente a Charity Burbage ambas en pijama. Cuando Minerva escuchó la puerta cerrarse se giró y vio a Nimue, que estaba mirándolas boquiabierta. Se levantó del sofá y se acercó a ella.
-Nimue, cariño, yo…
Minerva estaba completamente sonrojada, igual que Charity.
-Tía Minnie, ¿Desde cuándo, vosotras… ya sabes?
Charity dijo:
-Si queréis mejor me voy, ya nos veremos Minerva.
Nimue le dijo:
-No es necesario, Charity, yo no estoy molesta, estoy sólo sorprendida, no me lo esperaba.
Minerva le dijo:
-Sentémonos y come algo, mientras hablaremos. – Minerva había encargado el desayuno a los elfos y trajeron bastante comida. Mientras desayunaban, Minerva y Charity le contaron que todo empezó el día del baile al volver a Hogwarts se tomaron una última copa en las habitaciones de Minerva con Pomona, ella se fue a su habitación, ellas se quedaron un poco más charlando, Charity y ella estuvieron charlando sobre esa noche, que a la profesora de Estudios Muggles le sorprendía mucho que hubiera tenido una noche tonta con Horace, que ella siempre fue su profesora favorita, y de pronto le dijo que siempre la encontró muy atractiva. Minerva se sorprendió y siguieron charlando, cuando menos se lo esperaba Charity la besó y ella respondió y…una cosa llevó a la otra y acabaron pasando la noche juntas.
Nimue no daba crédito a lo que oía.
-Pero, tía Minnie, yo no sabía que tú…
-Cariño, hay muchas cosas que no sabes de mí. Soy bisexual, he tenido relaciones con hombres, pero no he tenido suerte con ellos, como demuestra mi historia pasada con Horace y otros, recuerdas a Elphistone, yo estaba muy enamorada de él y estuvimos a punto de casarnos, pero lo dejé en cuanto me exigió que dejara mi trabajo en Hogwarts. Tú no lo sabes, pero he tenido alguna relación con alguna mujer… pero no funcionaron porque se avergonzaban de nuestra relación… tu padre sabe de mi orientación sexual y no tiene problema con ello, sabes que siendo mellizos estamos muy unidos desde siempre, pero tu madre no lo sabe, conociéndola seguro que no me hubiera permitido estar contigo, no te lo he dicho antes y no sé por qué.
-Tía Minnie, yo no tengo problema con que seas lo que quieras, una de mis mejores amigas de Beauxbatons es lesbiana y aún seguimos en contacto… ella y su novia viven en París y juegan en la selección francesa de quidditch, yo entiendo que no quieras que mi madre se entere, cuando supo que Monique es lesbiana intentó convencerme de que era una mala influencia. Yo no dejaré de quererte porque seas lesbiana, bisexual o lo que sea.
Minerva abrazó a su sobrina.
-Cariño, te quiero mucho. También quiero decirte que Charity y yo, bueno, llevamos poco tiempo juntas. – Minerva cogió la mano de Charity. – Pero no es una historia sin importancia.
Charity intervino.
-Nimue, te confieso que estoy loca por tu tía desde que me dio clases de Transformaciones… Yo estaba en primer año cuando la conocí, ella tenía 30 años o así y fue un flechazo… pero creía que era un enamoramiento sin importancia, cuando llegué aquí el curso pasado me di cuenta de que no era así, cuando asistí a la primera reunión de chicas y la vi con esos pijamas, yo… bueno, me di cuenta de que la atracción era muy fuerte, creí que tomando distancia durante el verano se me pasaría…pero no, cuando volvimos a vernos decidí que de este año no pasaba…se lo confesaría y si no me correspondía simplemente le pediría que lo olvidáramos y siguiéramos siendo amigas, pero si me rechazaba estaba pensando en que me marcharía de Hogwarts, mi hermana tiene un parvulario para niños mágicos en Austria, puedo trabajar con ella. Pero afortunadamente, no ha sido necesario.
Ambas se miraron con cariño y Nimue sonrió, nunca había visto a su tía tan ilusionada.
-Ya os lo he dicho, que por mi parte no pondré impedimentos para que estéis juntas, pero el problema no soy yo. ¿Qué pasa con el trabajo?
-Nimue, querida, mientras no lo sepan los alumnos no hay problema, supongo que sabes que Albus…
Nimue reía.
-Todo el mundo mágico sabe quién fue el gran amor de Albus Dumbledore.
-Pues eso, mientras seamos cuidadosas porque algunos padres aún son muy anticuados y conservadores… si Dumbledore no fuera tan famoso y poderoso seguro que no permitirían que dirigiera Hogwarts.
-Está bien, no diré nada a nadie. Ni siquiera a Severus.
Entonces Charity dijo:
-A él sí puedes decírselo, porque puede que lo sepa. – Minerva y Nimue la miraron sorprendidas. – Creo que nos vio cuando estuvimos haciendo rondas la semana pasada… vi una capa negra pasar cuando nos besamos cerca de la biblioteca… sólo podía ser él, era el único que tenía rondas esa noche.
-¡No me dijo nada!
-Es algo que supongo que no sabes de Severus, él es discreto y no le gusta que se metan en su vida, pero igualmente no se mete en la vida de nadie y no cuenta nada que no sea de su incumbencia.
-Bueno, hablando de Severus, tengo que ir a San Mungo. Me voy al despacho de Dumbledore. Nos vemos cuando vuelva, de verdad que me alegro por vosotras, mucho.
Las abrazó y se fue, ella llegó al despacho de Albus, él la saludó y la acompañó a San Mungo, él también quería ir a ver cómo iba todo.
Cuando llegaron al despacho del director del hospital los llevó a la habitación, Severus acababa de llegar con la poción y la sanadora a la habitación de la pequeña. La sanadora levantó el hechizo que la mantenía en estado de coma y le inyectó la poción. Leah recuperó el color en sus mejillas en cuestión de segundos, la doctora hizo un hechizo de diagnóstico, la poción funcionó a la perfección, en cuestión de minutos sus párpados empezaron a aletear y se abrieron. Alice estaba sentada en la cama junto a ella y Frank estaba a su lado de pie. Leah los miró y sonrió.
-Mami, Papi.
Alice la abrazó y Frank las rodeó con sus brazos, pasaron casi cinco minutos abrazando a su niña, llorando de felicidad. Nimue se abrazó a Severus, emocionada, él respondió a su abrazo. Cuando Alice y Frank soltaron un momento a Leah para que la examinaran a fondo, agradecieron intensamente su esfuerzo a Severus, Alice llegó a besar sus mejillas y Frank le abrazó agradecido. Cuando se volvieron a acercar a la cama de Leah, la doctora dijo que estaba perfectamente, ella y el director del hospital la examinaron y la poción funcionó y eliminó cualquier rastro de enfermedad, pero preferían darle el alta al día siguiente, para comprobar que no hubiera ninguna secuela.
Entonces la niña vio a Nimue y a Severus y gritó:
-¡Sev, Nim! – Estiró sus brazos hacia ellos.
Nimue se acercó a la cama y le dijo:
-Hola, pequeña, ¿ Cómo te sientes?
-Bien, ¿Qué haces aquí con Sev?
-Cuando supimos que estabas enferma, vinimos a verte, además queríamos darte personalmente las gracias por el dibujo tan bonito que nos regalaste.
La niña sonrió radiante de felicidad. Y estiró los brazos hacia Nimue y ella la abrazó y la besó en la coronilla, después la niña besó su mejilla. Luego miró a Severus y estiró los brazos hacia él. Frank le dijo:
-Severus, creo que mi pequeña quiere abrazar a su héroe.
No le quedó más remedio que inclinarse sobre ella y la niña se colgó de su cuello, le devolvió el abrazo y la niña lo besó en la mejilla. Severus sonrió y besó la coronilla de la niña antes de soltarla, Alice sonreía y le dijo a su niña.
-Sabes, Leah, Severus te ha preparado la medicina que te ha curado, vas a tener que hacerle un dibujo muy bonito para darle las gracias cuando lleguemos a casa.
-Sí mami, haré uno para Sev muy grande.
Severus sonrió y le dijo:
-Pequeña para preparar la medicina he pasado dos días sin apenas dormir y comer, como veo que estás bien y que debes descansar un poco, yo también me iré a descansar. – Vio que la niña quería levantarse y dijo: - Sé buena y obedece a papá y a mamá si te dicen que tienes que quedarte acostada. – La niña asintió con energía y volvió a acostarse.
Alice y Frank volvieron a darle las gracias, Severus y Nimue volvieron a Hogwarts mientras Albus se quedó allí un poco más. Cuando llegaron fueron a ver a Minerva y Pomona, estaban felices por las buenas noticias, corrieron a contárselo al resto del personal empezando por Poppy que estaba atendiendo a un chico que se hirió en un partido de quidditch.
Severus y Nimue se fueron a la habitación de él. Nimue le dijo cuando se quedaron a solas y se ponían el pijama:
-¿Quién diría que Severus Snape podía ser tan cariñoso con una niña de 3 años?
-A ver, que quedamos en que era la única niña a la que le caigo bien, acaba de recuperarse de algo muy grave, si hubiera actuado como haría normalmente me hubiera ganado una regañina de Albus y Minerva…y estoy muy cansado, me ha pillado con la guardia baja. – Nimue lo miró con la ceja levantada.
-Sí, claro… bueno supongo que no vas a ver a todos los pacientes para los que preparas pociones.
-Por lo general no, normalmente preparo pociones para niños, las pociones pediátricas son más complicadas, sabes que hay que ajustar las dosis, pero esta vez he hecho una excepción y he ido a verla porque conozco a los padres y al niño.
-Ya, además de que te has encariñado con la niña.
-No es para tanto.
-No me puedes mentir y te vi cuando en el teatro insistió en sentarse en tus rodillas, intentabas disimular pero fuiste cariñoso con ella.
-Repito, si hubiera sido un borde me hubiera ganado una regañina y esa vez hubiera sido tuya que es peor…porque además me hubieras tenido a dos velas por lo menos un mes.
Ella se reía.
-Sí eso es cierto… y no lo olvides, como seas antipático con los niños de los Longbottom te castigaré.
Se besaron y Nimue le dijo:
-Si no le cuento a alguien lo que vi esta mañana, reviento. ¿Hace algunos días viste algo cerca de la biblioteca que no me contaste?
Severus asintió mirándola sorprendido.
-¿Cómo lo sabes?
-Yo también lo vi esta mañana.
Entonces le contó lo que vio esa mañana en la habitación de su tía…y que a partir de ahora no volvería a entrar sin llamar a su habitación. Severus se rió y le dijo que por cosas así siempre llamaba aunque tuviera permiso para entrar sobretodo cuando se trataba de sus jefes.
Después de comentar un poco sobre ello se acostaron y Severus se durmió en cuanto su cabeza rozó su almohada. A Nimue le pasó lo mismo, menos mal que Albus dijo que él se encargaría de las clases de pociones hasta el martes, porque los dos estaban agotados. Nimue le dijo a Severus que le hubiera gustado ayudarlo con la poción, pero él le quitó importancia y le dijo que le ayudó mucho cumpliendo con sus clases y obligaciones, le quitó una preocupación de la cabeza y le permitió concentrarse completamente en su trabajo. Ambos pasaron casi todo ese sábado durmiendo abrazados y felices porque la pequeña Leah se había salvado.
