¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!
Esto lo estoy escribiendo después de terminar el capítulo, y la verdad que hacer la escena lemon me costó mucho más de lo que pensaba. Quería darle un balance entre cosas sensuales y sentimentales, así que espero que haya logrado ese cometido y que ambas partes se sientan satisfechos con este capítulo.
Hablando del lemon, habrá un gran aviso que les alertará de su comienzo, así como en su final. Esto es para todos aquellos que no disfruten leer este contenido.
Antes de comenzar, me gustaría agradecer nuevamente a Surfysun, Shiro777 y Srpaocomqueijo, quienes son lo que hicieron este capítulo cuadruple posible.
Sin nada más que decir, es hora de comenzar.
¡Disfruta!
Aether se encontraba junto con Ei, ayudándola a acomodar su desordenado dormitorio. Aún había cristales por doquier, incluso encima de la cama. Muchos muebles ya eran inútiles.
En resumidas cuentas, no había mucho que rescatar, salvo algunas prendas y otros objetos.
"¿Puedes ayudarme con ella?" Preguntó Ei cuando acomodó la marioneta sobre la cama ante la atenta mirada de Aether.
"¿Qué quieres hacer? Pensé que ya no la necesitarías." Comentó el rubio un tanto preocupado por sus pensamientos, pero Ei despachó esas ideas al instante cuando le respondió con una linda sonrisa.
"¿Recuerdas cuando hablamos con Yae sobre mi ausencia como Arconte? Incluso es algo que hablé contigo a solas." Respondió Ei con tranquilidad mientras observaba a la marioneta con detenimiento.
"Lo recuerdo. Dijiste que la importancia de los Arcontes radica en estar presente e impulsar la nación en la que se encuentran, o por lo menos así lo ven en Inazuma." Respondió el rubio con un leve asentimiento.
"Así es como lo dicta Narukami. Más que una Arconte, lo que necesita la nación es un rey, un shogun que los guie constantemente como su máximo referente. Por esa razón es que quiero mantener nuestro noviazgo en secreto, ya que no quiero involucraste aún. Y en cuanto a mi…" Ei abrió el pecho de la marioneta y comenzó a colocar una especie de ranura bastante peculiar. "Es obvio que no puedo alejarme de mis deberes. Pero nuca he sido muy buena en la retaguardia de las guerras, ya que me era mucho más simple enfrentar los problemas cara a cara, a diferencia de mi hermana Makoto que era exactamente lo contrario." Ei cerró el pecho de la marioneta, para luego colocar una mano sobre su cabeza. "En un principio, la Shogun Raiden solo servía como un encierro, como una manera de aislarme del futuro y permanecer en el pasado, pero ahora ella es mucho más. Ya que ella será quien guie a Inazuma a la prosperidad hasta que regresé." Un fuerte brillo purpura estalló en la mano de Ei, y dicha luz se transportó alrededor del cuerpo de la marioneta en cuestión de segundos.
Aether tan solo se colocó al lado de Ei y esperó pacientemente, hasta que la marioneta por fin abrió sus ojos. En un principio se vio algo desconcertada, aunque era difícil confirmarlo cuando su rostro estaba casi carente de emociones.
"¿Cómo es que haces esto?" Preguntó Aether, tomando la mano de la marioneta con cuidado, a lo que ella tan solo lo miró.
"Es como crear un humano, solo que mecanizado. Su fuerza depende mucho de cuanta cantidad de poder invierto en ella, y en este caso puedo decir que no sería capaz de lastimar ni a una mosca." Comentó Ei con una sonrisa cuando comenzó a palmearle la cabeza, ante la mirada silenciosa de la marioneta, quien la miraba con un leve brillo en sus ojos.
"¿Tiene algún efecto secundario?" Preguntó Aether, fijando la mirada en Ei.
"Ese poder que utilizas no lo recuperaras hasta que la marioneta muera, o también puedes hacer un tipo de simbiosis para compartir el poder, como lo hacia antes." Respondió Ei, quien le extendió las manos a la marioneta para ayudarla a levantarse.
"Cumpliré con mi misión, madre." La marioneta dijo en un tono un tanto frio, pero la última palabra sin duda llamó mucho la atención de Aether.
"¿Ella te llamó madre?" Preguntó Aether con los ojos bien abiertos.
"Bueno, ella es casi como una hija." Ei le dio un par de palmaditas sobre su cabeza, algo que la marioneta pareció disfrutar. "Realmente nunca había prestado mucha atención a ello, ya que la anterior Shogun carecía de sentimientos y nunca tuvo un afecto hacia mí. Hablando de eso, también tengo otro hijo… y debo disculparme con él." Aether observó el arrepentimiento en sus ojos, algo que lo asombró un poco.
"No te preocupes." El rubio colocó una mano sobre su hombro, haciendo que Ei lo mirara con ligera sorpresa. "Te prometo que lo encontraremos." Concluyó con una leve sonrisa.
"Eres tan amable, como siempre." Ei colocó una mano sobre la suya para mostrarle el cariño que le tenía. "Pero ya nos encontramos con él. Es el Fatui con sombrero." Esas palabras hicieron que Aether parpadeara en shock.
"¡Espera! ¡¿Te refieres a Scaramuccia?!" Exclamó el viajero un tanto exasperado, pero no pudo continuar su arrebato, ya que la marioneta lo abrazó de la nada y se apegó mucho a él.
"¡¿Eh?! ¡NO!" Gritó Ei cómicamente cuando apartó a la marioneta, haciendo que Aether se quedara muy confundido.
"¿Qué fue eso?" Preguntó con los ojos en blanco.
"Como la creé en base a mí, por lo visto ella fue influenciada por mis sentimientos hacia ti." Respondió Ei, para luego fijar su mirada en la marioneta. "Escucha, el es mío, y solo mío. No lo compartiré." Ei mostró su lado más celoso cuando le entregó una mirada seria a la marioneta, quien tan solo asintió.
"Ya lo entiendo. Eso quiere decir que él es mi padre." Comentó la marioneta cuando fijó su mirada en Aether, haciendo que el rubio sudara cómicamente mientras que Ei se sonrojó hasta la muerte.
"Uno es un Fatui, la otra apenas cuenta con sentimientos…" El rubio fijó su mirada en Ei, quien se notaba muy avergonzada. "Vaya familia disfuncional que tenemos." Concluyó, haciendo que Ei se avergonzara aún más.
"¡Sé que es mi culpa! ¡Prometo arreglarlo!" Exclamó con nerviosismo, sacando una pequeña sonrisa en Aether.
"Sé que lo harás, pero lo más importante ahora es saber dónde dormirás." Declaró, observando el dormitorio destruido. "Tengo muchas habitaciones, puedo asignarte a…"
"¿No puedo dormir contigo?" Ei lo interrumpió, haciendo que él la mirara con los ojos ensanchados.
"¿Estás segura? No quiero incomodarte…" Comentó el rubio mientras se frotaba el cabello.
"¿Incomodarme? Ya hemos dormido juntos antes, y siempre has hecho exactamente lo contrario a eso." Comentó Ei con una dulce sonrisa.
Aether observó a la marioneta, quien observaba la charla en silencio para no interrumpir. La mera presencia de ella le hizo recordar algo muy importante.
"¿Te molestaría que mi "otra hija" duerma con nosotros?"
"¿Te refieres a Paimon? Cuando durmamos juntos me gustaría tenerte solo para mí, especialmente para que no nos molesten."
"Eres demasiado directa, ¿no te da vergüenza?"
"¿Eh?"
_ CAPÍTULO 15: UNA NOCHE PARA LOS DOS (+18) _
Ei colocaba las prendas dentro del armario de forma selectiva, mientras que Aether la miraba sentado desde su cama.
"Nunca pensé que costaría tanto convencer a Paimon…" Comentó el rubio con un suspiro cubierto de cansancio.
"Por lo visto, ella te tiene mucho aprecio. De hecho, es difícil que no le caigas bien a alguien." Ei comentó de manera casual, sacando una pequeña sonrisa en Aether.
"Retomando la charla que todos tuvimos en la cena, se ve que hiciste un gran trabajo." Comentó Aether, levantándose de la cama. "Todos parecían estar muy conformes y contentos con el nuevo método de entrenamiento, en especial Itto." El rubio se acercó para abrazarla por la espalda, haciendo que una leve risa saliera de Ei.
"Ese joven es demasiado energético. Hace un contraste increíble con el temperamento de Shenhe. Espero que eso no traiga problemas en el futuro." Ei dejó recostar su cuerpo sobre el de Aether mientras continuaba acomodando las prendas para expresar su cariño.
"¿Crees que los opuestos no se pueden llevar bien? Entonces, ¿qué somos nosotros?" Aether le besó el cuello para hacer énfasis en sus palabras.
Ei no respondió nada a eso, lo único que hizo fue inclinar el cuello hacia otro lado y tomar su cabeza con la intención de profundizar aún más ese gesto.
Decir que ella estaba encantada con ese momento de intimidad era poco.
Pero esto solo era la punta del iceberg respecto a lo que ella quería.
"Vayamos a dormir." Aether se separó después de largos segundos. "Mañana será un día muy agotador con tus clases de cocina y los entrenamientos." Concluyó, separándose de Ei.
La Diosa lo miró de reojo, su mirada reflejaba cierta intensidad mientras veía como él se quitaba la ropa hasta solo quedar en ropa interior y con una delgada camisa blanca.
"¿No vienes?" Aether giró su rostro para mirarla, haciendo que ella disimulara lo mejor posible.
"En-en realidad, quiero probarme algo." Ei sacó el último vestido que había acomodado ante los ojos curiosos de Aether.
El rubio se acostó en la cama y esperó en silencio que la Diosa saliera del baño.
Aún no era consciente de la gran belleza que saldría de esa puerta.
La espera tampoco fue muy larga, y cuando Ei salió los ojos de Aether se ensancharon como nunca antes.
Justo enfrente de él yacía una Diosa hermosa con un vestido purpura muy fino con un adornado de mariposas que caía más allá de sus pies. Su pecho poseía un gran escote en forma de mariposa en lo que sus senos modestos pero grandes resaltaban mucho su figura. La parte inferior del vestido estaba cortado, por lo que su pierna derecha era un poco visible, y eso hacia notar sus bragas oscuras con suma facilidad. Su cabello antes atado ahora estaba completamente suelto, haciendo que se vea mucho más hermosa de lo que ya era.
"¿Te gusta?" Ella posó de manera inconsciente cuando junto sus manos debajo de sus senos tímidamente, haciendo que Aether abriera la boca de una forma un tanto graciosa.
El pobre hombre estaba tan absorto en la belleza de la Diosa que su cerebro había dejado de funcionar.
Pero aún así, él pudo responder:
"Te ves bellísima…" La sinceridad y conmoción tan genuina de Aether hicieron que una leve sonrisa apareciera en el rostro de Ei. "Pero, ¿por qué?" Esa última pregunta hizo que la Diosa se sonrojara un poco, pero esa sonrisa no abandonó su rostro.
"Siempre me has dicho que liberara todo lo que siento, que sea genuina conmigo misma. Que deje de mentirme, y, sobre todo, que sea alguien feliz." Ei se acercó a paso lento. "¿Sabes algo? Ya me has hecho la mujer más feliz del mundo, pero mi avaricia no tiene fin." La Diosa se acomodó sobre el regazo de Aether para sentarse sobre él. "Quiero que me hagas más y más feliz. Quiero que mi corazón se vuelva loco, quiero embriagarme en tu amor." Ei se acercó peligrosamente a sus labios. "¿Me permites hacerlo?" Ei rodeó el cuello de Aether con suma delicadeza tras esa pregunta.
"Ya lo sabes." Aether salió de su estupor y le respondió con una sonrisa cuando la tomó de la cintura, sintiendo como la Arconte temblaba levemente ante la anticipación de sentir todo ese amor.
Sus labios se acercaron aún más, hasta el punto de rosarse.
"Yo haría hasta lo imposible por ti."
Después de esas palabras, sus labios se unieron en un profundo beso.
Pero en esta ocasión, esa pasión inmensa estaba mezclada con una necesidad absoluta de placer y lujuria.
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
¡COMIENZO DE LEMON!
Sus lenguas bailaron entre si al compás de sus movimientos con la intención de saborear cada momento. El acto fue muy intenso pero rápido, ya que Ei no tardó en separar sus labios. Aun así, sus labios no abandonaron la lengua de su amado una vez que estuvieron lejos. Esa acción generó un pequeño remate, ya que sus bocas continuaron unidas con un hilo de saliva mientras ambos jadeaban por aire.
"Esa intensidad…" Aether logró hablar cuando la tomó de los hombros. "¿En dónde aprendiste a besar tan bien?"
"¿Aprender? No es eso realmente, solo leí un par de cosas. Más bien, me he dejado llevar…" El sonrojo de Ei se profundizó al mismo tiempo que sus labios se fruncían. "Es que…" La Diosa se aferró sobre el cuerpo de Aether con aún más fuerza, haciendo que un lindo jadeo cubierto de placer emergiera de sus labios.
"Te quiero tanto que me es imposible resistirlo."
Aether no pudo evitar sorprenderse ante la sinceridad de la Diosa.
Eran unas palabras simples, pero cuando veías su extrema expresión deseosa de amor y cariño te dabas cuenta que el significado detrás de esa frase era mucho más fuerte.
Ella realmente lo amaba.
Ella realmente no podía resistirse.
Ella realmente lo necesitaba.
Lo necesitaba ahora mismo.
Ei volvió a besarlo sin siquiera esperar una respuesta, haciendo que sus lenguas se enfrascaran en otro baile lento y repleto de sentimientos.
Aether estaba bastante abrumado por el amor y la pasión sin igual que se derramaba sobre todo su cuerpo, por lo que le fue difícil recordar en que momento exacto Ei había quitado su camisa, y ahora estaba haciendo lo mismo con las delgadas sabanas que mantenían sus cuerpos separados.
La delgada tela que adornaba el cuerpo de Ei se apoyó con fuerza sobre el cuerpo de Aether. En ese momento supo que ella no llevaba sostén, ya que los constantes roces de sus pezones sobre su pecho se sentían mucho más de lo que debería. Esos pensamientos se confirmaron cuando Ei se vio forzada a separarse debido a que no pudo contener un gemido.
"En mis libros leí que un hombre se sentía bien cuando se le toca aquí." Ei inclinó su mano hacia atrás para tomar el bulto que se acentuaba en la ropa interior de Aether, haciendo que éste diera un leve gruñido.
"Debería haber tenido más cuidado con los libros que te prestaba." Comentó Aether con una sonrisa temblorosa, ya que Ei lo estaba apretando un poco fuerte.
"¿Eso significa que te gusta?" Preguntó Ei con una dulce sonrisa, algo que contrastaba por completo con lo que estaba haciendo.
La Diosa dio un jadeo considerable y sus piernas se apretaron sobre la cintura de Aether de forma considerable al sentir como la mano de su amante se deslizaba por la abertura de su vestido, hasta llegar por arriba de su trasero.
"No preguntes tanto, es vergonzoso." Aether apretó el trasero de Ei con un poco de fuerza, haciendo que sus jadeos se convirtieran en un gemido considerable. "Solo déjate llevar." Aether se acercó a su oído para susurrarle las siguientes palabras. "Porque no importa si no lo haces tan bien. El hecho de estar aquí contigo ya es un sueño hecho realidad."
Después de esas palabras, Aether atrapó sus labios con un beso enredante cubierto de placer y pasión.
Siguiendo las palabras de su amante, Ei se dejó llevar por sus sentimientos y la lujuria del momento, por lo que su mano se deslizó por debajo de la ropa interior para atrapar el bulto con firmeza. Las cejas de Aether se fruncieron, ya que sentir la delicada y suave mano de Ei alrededor de su miembro era una sensación completamente exaltante. Eso hizo que sus manos levantaran el vestido de la Diosa y le apretara las nalgas con mucha fuerza, generando un leve movimiento pélvico en la mujer que no pudo evitar romper el beso, la saliva de ambos se combinó con el hermoso gemido que emergió de sus labios.
Ei no perdió el tiempo y utilizó ese momento para quitarse el vestido, así dejando a Aether con la maravillosa vista de su piel cremosa, su figura cincelada, sus piernas perfectas, su trasero voluptuoso y sus pechos regordetes que poseían un tamaño perfecto. Aunque lo que más le llamó la atención fue el intenso color rozado de sus hermosos pezones.
Como era de esperar, el cuerpo de Ei hacia justicia a su título de Diosa.
Ei no pudo evitar sonreír al notar su mirada tan compenetrada. Esos ojos estaban gritando que quería devorarla. Se sentía genial que tanto ella como él se sientan tan atraídos por sus cuerpos, así como por sus corazones.
Ei se deleitó a su manera mientras observaba su torso desnudo, hasta que se recostó a su lado, colocando sus senos sobre su pecho, para luego comenzar a darle pequeños besos en el cuello mientras continuaba con su pequeño trabajo manual.
Aether no pudo evitar apretar sus dientes al sentir una oleada de placer que nunca antes había sentido. Sus labios se estacionaron sobre la frente de Ei para entregarle un lindo beso mientras que utilizaba una de sus manos para acariciarle su punto más íntimo. Esa acción hizo que Ei inclinara su rostro hacia atrás mientras daba pequeños pero constantes gemidos, algo que Aether aprovechó para reclamar sus labios.
"¡Cariño, me siento muy bien!" Exclamó Ei entre gemidos cuando rompió el beso, el movimiento de su mano se vio aún más acelerado.
"¡Tú también lo haces genial!" Aether dio un gran jadeo cuando inclinó su cintura hacía arriba. "¡Demasiado bien! ¡Siento que ya viene!"
"¡¿Qué es lo que viene?!" Preguntó Ei exaltada y completamente excitada mientras movía su cadera hacia adelante y atrás con la intención de estimular aún más su zona erógena.
"¡Te dije que no hicieras preguntas vergonzosas!" Las caderas de Aether se dispararon hacia arriba tras esas palabras, y allí se quedaron.
Una rara sensación de felicidad, atracción y lujuria incontrolable dominó el cuerpo de Ei al ver como la ropa interior del rubio se manchaba, sumado a esa sensación cálida que se apoderaba de toda su mano. Ella quitó la mano para observarla. Su expresión era un completo rompecabezas mientras juntaba y separaba sus dedos, observando todo ese liquido blanco que tenía en gran parte de su mano.
"Hum, ¿eso significa que ya terminamos?" Ei preguntó con cierta desilusión al mismo tiempo que acercó los dedos al rostro para mirarlos con más detenimiento, haciendo su cuerpo se calentara aún más.
Esa desilusión en su tono se transformó en un subidón de emociones cuando sintió como Aether prácticamente arrancó sus bragas. Pero eso no fue lo único, ya que pudo ver como la ropa interior de Aether se hizo hacia atrás para revelar una erección tan dura como una roca, y sin duda alguna era un tamaño considerable. Era perfecto para una mujer tan alta como ella.
"¿Con todo lo que te deseo crees que solo una vez será suficiente?" Preguntó Aether con una sonrisa muy activa, algo que extrañamente excitó a Ei.
Y esa excitación subió a niveles aún más altos cuando dio un profundo gemido al sentir como dos dedos se introducían dentro de su cavidad.
"Déjame decirte que apenas estamos comenzando."
La espalda de Ei se encorvó, sus dientes se apretaron con fuerza y sus ojos se fueron un poco hacia arriba al sentir como los dedos se introducían por completo dentro de ella.
Fue una sensación muy fuerte y extasiante, pero solo duró un segundo. Eso se debió a que los dedos de Aether abandonaron su calidez interna al instante, haciendo que sus muslos se frotaran mientras daba un largo suspiro muy similar a un gemido.
"Creo que ya estamos listos." Aether observó sus dedos, que estaban completamente mojados. "¿Estás segura que quieres llegar hasta el último nivel?" Aunque Aether había perdido su autocontrol, siempre encontraría un momento para preocuparse por ella y asegurarse que estuviera segura y confiada.
Eso solo hizo que el amor de Ei se desbordara hasta el punto de no retorno.
La respuesta de la Diosa fue casi inmediata, ya que aprisionó sus brazos y se montó sobre él. Aether no tuvo tiempo de reacción, lo único que pudo hacer es verse sorprendido al no poder moverse mientras Ei estaba rozando su hermosa cavidad rozada sobre su erección.
"Ei, como es tu primera vez, sería mejor que me dejaras…"
"¡YA NO AGUANTO MÁS!"
"¡ESPERA…!"
"¡HHMMM-AAAHH!"
Un fuerte gemido entrecortado emergió de los labios de Ei, quien no pudo evitar encorvar su espalda y sacar un poco su lengua hacia afuera. La sensación de éxtasis había sido tan grande que sus entrañas se contrajeron y expulsaron un montón de fluidos.
"Espera, ¿ella se corrió con tan solo meterlo?" Pensó Aether con cierta sorpresa, observando como Ei aún estaba encorvada y con su lengua afuera, por lo que no podía ver su rostro. "¿No se supone que la primera vez es doloroso?"
Aunque en un principio estaba preocupado, ahora solo estaba deleitado.
Estaba deleitado de ver como la figura sudorosa y caliente de Ei se posaba sobre él.
Su pecho bajando y subiendo para recuperar el aliento.
Sus piernas temblando de placer.
Su rostro inclinado hacia atrás por no ser capaz de procesar tanta lujuria.
Simplemente se veía hermosa.
Esa vista tan atractiva se multiplicó a niveles impensados tras sentir la extrema calidez y comodidad que rodeaba su parte más privada.
Era como si sus pliegues lo estuvieran abrazando.
Esa simple sensación hizo que su erección se hiciera más grande, generando un pequeño gemido por parte de Ei, quien pareció recuperarse por fin de esa sensación tan dulce.
"Eso fue maravilloso." Ei dijo entre jadeos, una expresión muy hermosa adornó su rostro. "No exageré cuando dije que somos almas gemelas." Ei se reclinó sobre el pecho de Aether, apoyando su frente sobre la suya. "Realmente, realmente…" Ei cerró sus ojos lentamente, sintiendo como sus lágrimas se formaban.
"Realmente somos perfectos el uno para el otro."
La Diosa lo besó con mucho amor. Sus lagrimas comenzaron a derramarse sobre el rostro de un aturdido Aether, quien comenzaba a pensar que nunca sería capaz de acostumbrarse a todo ese sentimentalismo y amor que la Diosa derramaba por él.
Era simplemente inaudito creer que una mujer como ella era carente de sentimientos.
De hecho, siempre ha sido una mentira.
Ella nunca fue alguien fría.
Ella es la Diosa más sensible y amorosa.
El problema es que sus vivencias la obligaron a olvidar tras pensar que eran un obstáculo.
Quizás nadie creería en esas palabras, pero Aether siempre lo haría.
Aether siempre creería en ella.
Siempre la amaría.
Siempre la haría sentir la mujer más feliz del mundo.
Porque verla de esa manera…
Porque verla derramando lagrimas cubiertas de felicidad…
Esa bella sonrisa que le entregó una vez que sus labios se separaron.
Solo con ver esa felicidad desbordante en su sonrisa es lo que le permitía tocar las estrellas.
Ella era la única que podía llevarlo tan lejos.
Ella, y nadie más.
Esos sentimientos tan profundos hicieron que la abrazara de la espalda con fuerza para tenerla lo más cerca posible, pero el hecho de que ella era mucha más alta hizo que su rostro terminara enterrado en sus senos.
En vez de verse algo avergonzada, Ei pareció disfrutar esto a su manera cuando le devolvió el abrazo y comenzó a moverse lentamente.
"¡Ahum, ahh!" Los constantes gemidos acompañaron el incesante sonido de sus caderas chocando sin parar.
El ritmo en un principio era tranquilo, pero lentamente comenzó a incrementar la velocidad, así como la intensidad en los gemidos de Ei, quien a estas alturas estaba asfixiando a Aether entre sus pechos.
"¡Uhh, haa! ¡Se siente muy bien! ¡Sigue chupando!" Exclamó la Diosa, sus labios estaban conectados por diversos hilos de saliva y sus ojos estaban nublados de placer mientras abrazaba el cabello de Aether.
Aether notó el aumento de ritmo, por lo que no perdió el tiempo y levantó sus rodillas. Esa acción hizo que ambos se desplomaran sobre la cama una vez más, pero en esta ocasión Aether comenzó a bombear dentro de ella a una enorme velocidad, algo que apaciguo los gemidos de Ei, que fueron reemplazados por un apretar de dientes y unos ojos casi completamente perdidos.
La velocidad era tan alta que en este punto ella ya no podía procesar otra cosa más que no sea el placer. Su mente se estaba nublando por completo en ello.
Nunca en su vida hubiera pensando que un acto tan instintivo podría sentirse tan bien.
Sus gemidos ahogados se distorsionaban más y más a medida que Aether subía lentamente la velocidad hasta no parar. Ahora los sonidos del choque entre sus caderas se escuchaban un tanto extraño por la mezcla de sus fluidos, ya que Ei parecía estar corriéndose sin parar.
Finalmente, Aether levantó su rostro para soltar los pechos de Ei, tomando una gran bocanada de aire. Dicha acción se vio mezclada con un fuerte jadeo.
"¡Prepárate para levantarte!" Exclamó Aether, aunque rápido se dio cuenta que esas palabras no llegaron a ella.
Ei estaba rebotando sobre su cuerpo con unos gemidos realmente sonoros mientras su cabello sudado se pegaba a la mitad de su rostro y se agitaba sin parar. Sus pechos rebotaban a una gran velocidad, sus ojos estaban apuntando hacia arriba y una sonrisa apretada cubierta de éxtasis adornaba su rostro.
Aunque la vista lo éxito aún más, Aether no se rindió en su intento.
"¡Ei, tienes que…!"
"¡HAZLO DENTRO!"
"¡¿Estás loca?! ¡¿Sabes lo que puede significar eso?!"
"¡SI, Y ESTOY MUY EMOCIONADA!"
"¡MIERDAAA!"
Los ojos de Aether se cerraron y dio una ultima fuerte estocada que llenó por completo el vientre de Ei, quien dejó de gemir debido a que su voz se rompió.
Su espalda estaba encorvada hasta un punto que parecía peligroso. Su cabello tapaba casi todo su rostro, pero su boca y su lengua afuera eran bastante visibles. Sus piernas temblaban con mucha intensidad, indicando que el placer sobre su cuerpo era demasiado como para procesarlo adecuadamente.
Aether daba constantes bocanadas de aire para recuperarse del momento extremadamente sensitivo que acababa de pasar, por lo que ni siquiera prestó atención como se encontraba su compañera. Recién se dio cuenta que ella se encontraba aún más extasiada cuando desplomó su cuerpo sobre el suyo con un fuerte jadeo cubierto de placer y lujuria.
Aether la observó con cuidado, o por lo menos lo intentó, ya que el largo y sudoroso cabello de la mujer le cubrió toda la vista, por lo que simplemente atinó a colocar una mano sobre su cabeza. Ei respondió a su manera cuando lo abrazó por el cuello y colocó su cabeza debajo de su mentón, enterrando la cabeza de Aether entre sus pechos una vez más.
Una sonrisa decoró el rostro de ambos mientras se recuperaban en silencio. Lo único que se veía u oía en ese momento era la respiración agitada, junto con el subir y bajar de los pechos de ambos.
Hasta que…
Finalmente, Ei retomó la conversación.
"Fue asombroso."
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
¡FINAL DE LEMON!
Había transcurrido una hora, en la cual Aether había salido del baño y estaba esperando a su amada en la cama mientras leía un libro. No tuvo que esperar mucho más, ya que ella salió del baño con el vestido anteriormente revelado, junto con una toalla sobre su cabeza que encerraba a su cabello.
"¿Cómo te encuentras?" Preguntó Aether, dejando el libro a un lado.
"Estoy bien. No me duele en absoluto." Comentó Ei con un rostro brillante, algo que Aether no pasó desaparecido.
"Supongo que eres demasiado resistente como para que tu primera vez te causara algún dolor…" Comentó Aether mientras se frotaba el cabello.
"De hecho, recuerdo haber perdido mi himen en uno de mis tantos entrenamientos cuando estaba preparándome para convertirme en Kagemusha. Supongo que eso tuvo mucha influencia al final." Comentó Ei mientras dejaba la toalla dentro de un cesto. "En cualquier caso, no es que me moleste. De hecho, quizás gracias a eso es que pude sentirme tan bien." Ei se acercó y se acostó junto a él.
"Me alegro que haya sido así. Yo también lo disfrute." Comentó Aether con una suave sonrisa al ver como Ei se frotaba el vientre con cariño.
"¿Cómo te preparas paralo que viene?" Preguntó Ei con una sonrisa mientras le acariciaba el cabello.
"Siempre fue emocionante para mi la idea de viajar a diferentes sitios desconocidos." Aether se acercó a ella, haciendo que el cuerpo de ambos estuviera pegado. "Y aunque la situación no sea la mejor, me es imposible no estar ansioso por iniciar un nuevo viaje. Especialmente si se que tú vendrás conmigo." Aether la abrazó con fuerza tras esas últimas palabras, haciendo que una sonrisa tierna se dibujara en el rostro de Ei.
"Yo también estoy emocionada. Estuve encerrada dentro de la marioneta por siglos y no sé que tanto habrá cambiado el mundo." Ella acompañó la emoción de Aether mientras continuaba acariciando su cabello, algo que lentamente estaba adormilando al rubio.
"Estoy seguro que lo disfrutaras mucho…" La voz de Aether sonaba cada vez más somnolienta mientras se apoyaba entre el escote de Ei para usarlo como almohada. "Habrá muchas aventuras, combates, sitios increíbles… me aseguraré que ambos lo disfrutemos, a pesar… de… las preocupaciones…" Finalmente, Aether no pudo más y cedió ante el sueño extremadamente reconfortante que le otorgaban las caricias y el dulce aroma de Ei.
"Je, aventuras…" Ei susurró con una sonrisa amorosa mientras observaba como su lindo rubio dormía. "Seguro viviremos muchas. Pero, la mayor aventura de mi vida es poder estar contigo." Ei lo abrazó delicadamente tras esas palabras.
Ella lo observó con cuidado mientras sus profundos ojos violetas brillaban cubiertos de vida.
"Buscaba un mundo sumido en la permanencia."
"Los anhelos triviales y la pasión mezquina…"
"Todo lo que realmente deseaba se desvanecía como niebla."
"Y lo único que podía hacer…"
"Lo único…"
"Era perseguirlo silenciosamente."
"Y al final, todo pareció desvanecerse…"
"Todo…"
"Pero, de la nada apareciste tú, y cumpliste todos mis deseos."
"Tú dispersaste esa niebla y la convertiste en vida."
"Ya no persigo mi niebla, ya no persigo mi pasado. Ahora persigo mi vida, ahora persigo mi futuro."
Ei cerró sus ojos con suavidad mientras sentía que el sueño lentamente la reclamaba.
"Y todo esto fue gracias a ti."
La sonrisa de la Diosa se ensanchó con una calma y felicidad tan puras que eran imposibles de imitar.
Y, en sus últimos segundos de conciencia, ella dijo sus últimas palabras:
"Duerme bien, amor mío."
_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _
¡Espero que hayan disfrutado del capítulo!
Como pueden ver, cambié un poco el formato para que las separaciones y los saltos de escena sean más notorios. Espero haber cumplido el objetivo y que no sea muy molesto a la hora de leerlo.
Antes de terminar quiero pedir disculparme con todos por el tiempo que estuve inactivo. Fueron asuntos personales, pero nada grave. Aún así, he roto la promesa de la actualización cada tres días, y como tal, quiero darles otro capítulo extra para emendar ese error. Además de eso, hubo muchos nuevos miembros que eligieron esta historia para que tenga capítulos extras, por lo que la cosa está lejos de terminar (dichos nombres y agradecimientos serán anunciados en el próximo capítulo).
Recuerda que, si quieres pedir más capítulos consecutivos de esta historia, entonces puedes hacerte miembro en mi Patre-on por un dólar. Puedes encontrar mi perfil con este nombre: Jyanzein.
Dejando eso de lado, creo que ya hemos concluido con la parte esencial del romance, y ahora nos enfocaremos más en la aventura.
Natlan ya está a la vuelta de la esquina, y de seguro tendrá una corta introducción en el final del siguiente capítulo.
Sin nada más que agregar, me despido.
¡Muchas gracias por leer!
