Dia 2: Bailar- Aria x Ryuho
La Palestra
Por esas fechas estaba por celebrarse el "aniversario por el nacimiento de la diosa Atena", evento que se organizaba religiosamente cada año en el colegio y ese año no sería la excepción. La dirección del colegio ya planeaba alguna actividad diferente siendo esta un pequeño baile de otoño que se llevaría a cabo justo el día del natalicio de la diosa.
Ryuho se encontraba a solas en los jardines, no estaba seguro de querer asistir al evento pues aún no tenía pareja ni sabía bailar siquiera. Esa tarde se les asignó una clase de baile, el profesor asignado encendió el reproductor de música haciendo sonar una melodía lenta y rítmica. Les dio las lecciones desde cómo colocar las manos en su pareja, que pasos dar, en qué número y dirección. Todo era demasiado complejo para el joven dragón.
—No sirvo para esto —se dijo desanimado saliendo de las inmediaciones del colegio.
Paseando por los jardines más cercanos fuera de la escuela es que se topó con Aria y su hermano quienes también daban un paseo acompañados por sus guardaespaldas.
—¡Ryuho! —la chica lo llamo desde lejos haciéndole sonreír.
Eden saludo cortésmente observando como su hermana pequeña se aproximaba a su amigo con paso rápido.
—Tenia tiempo sin verte —la niña lo saludo efusivamente.
Ambos tomaron asiento en una de las bancas aledañas al lago del parque. El día era perfecto y soleado, el lago estaba justo frente a ellos con sus aguas claras que se agitaban levemente cuando los patos que iban de un lado al otro. Un vendedor de helado estaba por allá y otros chicos que salían de la Palestra pasaban por ahi gozando de su tarde.
—He estado ocupado con cosas de la escuela —dijo Ryuho sonriente— ¿cómo has estado Aria?
—De maravilla —la chica dibujo una amplia sonrisa observando a Ryuho con sus ojos risueños mientras él devolvía el gesto—. Tenia tiempo sin verte. ¿Cómo va todo?
—Nada mal… creo.
El chico narró con lujo de detalles el baile en honor a la diosa y las actividades que el colegio planeaba para ese dia.
—Los bailes son tan lindos —dijo Aria con actitud soñadora—, me agrada mucho el ambiente, la música y las parejas danzando al ritmo —levanto los brazos ligeramente intentando imitar los movimientos de dos personas bailando al mismo compas.
—Mamá dice que tengo ritmo, pero nunca he bailado con nadie así que no sé. No tendría problema con eso aunque, creo que no lo haré muy bien que digamos.
—Quizás necesites un poco de práctica.
La chica propuso que los acompañara, a ella y a su hermano, a casa. Contaban con un salón lo suficientemente grande como para una larga congregación de gente y un aparato de música potente.
Ryuho lo dudo por un momento terminando por acceder. A fin de cuentas, en casa de Aria, nadie los vería practicar ni juzgaría si los pasos iban demasiado rápido o lento, si no tenía coordinación alguna con su pareja o si era muy torpe siguiendo el ritmo. La chica lo condujo al amplio salón antes mencionado mientras el joven dragón la seguía maravillado al ver el lujo que la rodeaba. La casa de su familia era impresionante.
Un miembro de la servidumbre los llevo al salón mientras Aria solicitaba que les trajeran un reproductor de música.
La tornamesa llego un momento después mientras la chica buscaba en los vinilos disponibles alguno que se ajustara a lo que quería mostrar a Ryuho.
—Mamá dice que esta música es la que ella y papá bailaban en sus años de juventud, espero sea la misma con la que practicaste en el colegio.
—Dejame escuchar —Ryuho sonrio al ver la dedicacion que ella ponía en buscar las mejores piezas, al observar sus delicados movimientos girando la manivela del aparato de música y, apenas la melodía lleno el salón, sonrió aún más al reconocer la canción muy similar a la que había escuchado en el colegio—. Si, es muy parecida.
—Me alegro, ahora veamos.
Aria se postró delante de él sujetando delicadamente las manos del chico las cuales guio hacía su cintura y la otra hacia su hombro.
—Ahora relájate y sigue mis pasos —indicó con voz suave.
Ryuho comenzó a sentirse un tanto extraño al principio, pero, conforme ambos danzaban al ritmo de la música lenta, fue recuperando su autoconfianza sonriendo ampliamente al notar cuán a gusto se sentía bailando con Aria. La chica danzaba con pasos gráciles, como si flotara sobre el pulido suelo de mármol, sabía guiarlo con firmeza y así Ryuho fue aprendiendo poco a poco los pasos de baile que su hábil maestra le mostró con dedicación las siguientes horas.
—Bailas muy bien —Ryuho le dedico una larga sonrisa en cuanto terminaron la sesión.
—Quedate a cenar —dijo ella de pronto—. Sería lindo que nos acompañaras.
—Bien… De acuerdo —el chico sonrió, le hacia feliz la invitación y asi podría pasar un rato más con ella.
No solo sabía bailar con la gracia de una flor sino su encantadora personalidad lo encandilaba. Al salir de su casa rumbo a los dormitorios del colegio, lanzo un largo suspiro pues, en el fondo, le habría gustado que ella fuera su pareja para el baile escolar.
