REVENGE

~Capítulo 17~


—Hoy, verdaderamente, ocurrió lo esperado...—Comentó Nene mientras hablaba por teléfono.

Sí, creo que ese chico verdaderamente se está aburriendo de mi.—Musitó Ryouma supuesto "novio" de Kiriha— Mi pregunta es ¿cuando le vas a decir que ya sabes que es toda una mentira?

La castaña sonrió— No lo sé.—Declaró— Está siendo divertido colocar a Kiriha contra las cuerdas.

—Para ti...—Comentó el peligris.

Nene río—Sé que para ti no lo está siendo.—declaró— Pero, prometí pagarte una buena suma de dinero, espero que no lo olvides.

Jamás se creyó que Kiriha fuera gay, al contrario, siempre sospechó algo, así que, luego de conocer a Ryouma le preguntó y luego de mucho presionar (con dinero) logró que confesara.

—¡No lo olvido!— Exclamó— Es solo que, tú bien sabes que, a mi tampoco me gustan los hombres.

—Lo sé.—Musitó Nene— Sin embargo, mientras antes logres que Kiriha se aburra de ti, mayor será tu paga.

—Prometo que será rápido.—Comentó Ryouma— Sin embargo, luego del golpe de ayer, creo que merezco un bono extra ¿no?

Sí, eso era verdad.

—Bueno, todo dependerá de como evolucionen las cosas.

Si Kiriha caía antes a sus pies, fácilmente Ryouma tendría una buena recompensa.

—Verdaderamente no sé porque pierdes el tiempo con alguien como él.—Declaró el peligris— Si quieres diversión, yo podría...

—No me hables estupideces, por favor.— Nene lo interrumpió.

Ella no quería diversión, ni mucho menos pasar un momento. Quizás, otras veces si quiso, pero ahora iba enserio. Desde que Kiriha llegó a la empresa le llamaba la atención y ahora que la atracción era mutua no perdería la oportunidad.


—Supongo que, ahora que saben la clase de mujer que es Nanami, Yamato y tú volverán a estar juntos.—Toshiko le comentó a su hija.

Sora, quien se encontraba en su pequeña barra de bebestibles echandole un hielo a su copa, no se dispuso a levantar la mirada.

—Una cosa no tiene ninguna relación con otra.

—¿Cómo no?—Preguntó Toshiko— Creo que es injusto para ustedes, luego de todo lo que ha ocurrido, darle el gusto a esa mujer estando separados.

La pelirroja vertió el wisky en su copa.

—No es darle el gusto a ella.—Declaró— Es mi orgullo de mujer que no me permite perdonar a Yamato.

¿Orgullo de mujer?

—Sora, no te sirve de nada tener orgullo de mujer si vas a perder a un esposo como Yamato.—Comentó Toshiko.

—Yamato tiene dinero, nada más.—Declaró Sora— Eso no lo hace un buen partido, porque terminó siendo igual que los demás hombres.—Respondió Sora— Un maldito infiel.

Toshiko negó con la cabeza— Todos los hombres son infieles, pero es mejor llorar por ellos en una casa lujosa, que en la miseria.

—Aunque termine con Yamato, no estaré en la miseria.—Comentó la pelirroja— Todo lo que he logrado en la compañía ha sido merito mío. No suyo.

La mayor rodó los ojos.

—Puede ser.—Declaró— Pero eso no quita que, frente a todos, te ves mejor casada con él, antes que divorciada.

—¿Casada con él o con sus millones?

—¡Da lo mismo Sora!— Exclamó Toshiko— Lo importante es que continúen siendo la misma familia que han sido hasta ahora.

Sora hizo una mueca.

Su madre verdaderamente quería que, lo que ella quería, se hiciese. Así como prácticamente la empujó a casarse con Yamato, ahora quería hacer lo mismo al querer que regresara con él.

—Verdaderamente no tengo ganas, mamá, no creo que a mis hijas le cause mucha gracia.—Comentó Sora— Dudo que les dé un buen ejemplo al perdonar una infidelidad.

—Peor sería que destruyeras su familia.

—Yamato la destruyó, no yo.—Respondió la pelirroja.

Toshiko rodó los ojos— Yamato simplemente se enojó. No hay mejor ejemplo para tus hijas que perdones a su padre.—Comentó— Y que su familia continue unida en estos momentos.

Sí, quería una familia unida, pero dudaba mucho que eso volviera a ser.

—Además, no te queda más opción que estar con Yamato, ya que si él se cansa de ti, todo lo que han construido se derrumbará...—Comentó Toshiko— Y, él está en toda la libertad de decirles tanto a Izumi como Nene que no eres su madre.

Sora frunció el ceño ante esto— Yamato jamás haría eso.

—¿Tú crees?— Preguntó la castaña— Eliminó a Mimi de la vida de sus hijas, fácilmente te podría eliminar a ti.

—Es imposible que me elimine, Nene e Izumi son grandes, saben de mi existencia.

—Sí, saben de tu existencia y te han visto toda su vida. No te podrá eliminar del mapa, pero si ellas quieren, pueden sacarte de sus vidas.—Declaró la castaña— Basta con decirles la verdad y ellas no te querrán en sus vidas.

Sora se mordió el labio inferior ante esto y apretó su puño.

—Después de todo, Yamato es su familia sanguínea, no tú.—Comentó Toshiko— Ni mencionar a Rika, quien si se llega a enterar que es adoptada, a ambos los vetará de su vida...—Musitó—Dime ¿enserio quieres correr el riesgo de quedarte sola?

Esas palabras resonaron en la cabeza de Sora.

Ella no quería perder a ninguna de sus hijas, y confiaba en que Yamato jamás buscaría alejarlas de ella. Aunque...

Su madre tenía razón

Si eliminó a Mimi de sus vidas, por su bien ¿Qué haría con ella?

Lamentablemente no podía confiar en Yamato.

—Apuesto a que si Taichi hubiese estado vivo y hubieses sabido de su infidelidad lo hubieses perdonado.

Sora observó a su madre con furia—Eso es diferente.—Declaró.

—Acaso ¿tengo razón?—Preguntó— Si Taichi hubiese estado vivo ¿lo hubieses perdonado?

Sora apretó con más fuerza su puño— No traigas este tema, porque no tiene nada que ver.

—Puede que no, pero, dime ¿lo hubieras perdonado?

La respuesta era difícil

—Es diferente la situación, él no está vivo.

—Pero si lo estuviera se lo perdonarías ¿no?— Toshiko se cruzó de brazos.

Sora bajó la mirada.

—Es diferente la situación.—Respondió— Porque si él nunca hubiese sufrido ese accidente, mi hijo, Isamu también estaría.

—Y por el lo perdonarías ¿no?

Sora se mordió el labio inferior y guardó silencio.

Quizás, una infidelidad era difícil de perdonar, pero su hijo...

Siempre fue y sería lo más importante de su vida

Por quien lloraría hasta el final.

—¿Lo ves?— Preguntó Toshiko— ¡Tengo razón!—Comentó— Aunque, dices bien al decir que ahora no están...—Musitó— Porque no están.

Sí, lo sabía.

—Pero, Yamato y sus hijas si.—Sentenció la castaña—Y debes pensar en esas niñas, como si pensaras en tu hijo, porque ellas ahora son parte de ti...—Musitó— Dime ¿enserio destruirás su familia?

Sora se sintió entre la espada y la pared por esa pregunta.


~Al día siguiente~


Un nuevo día comenzó en Japón, el Sol iluminó todas las ciudades, despertando con ello a gran parte de las personas que vivían en este país.

Tanto en la mansión Ishida como en la mansión de Haruna Anderson las personas comenzaron su día despertando, bañándose y arreglándose para cada una de sus actividades. Luego de estar todos listos cada quien se dispuso a desayunar.

En la mansión Anderson. Como siempre, Mimi, mejor dicho, Mimi vestida de Haruna, estaba desayunando junto a Koushiro y Akari.

—Espero que Nanami no haya tenido problemas al ingresar a España.—Musitó Akari.

—Ella me escribió, dijo que todo estaba bien.—Comentó Koushiro— Sin embargo, ahora debe encargarse de no ser descubierta.

—Es por eso que luego viajará en tren a Inglaterra y buscará un lugar donde quedarse ahí.—Habló Mimi.

—Esa fueron las instrucciones que le dimos.—Declaró el padre de Akari.

—Ojalá todo resulte.—Comentó la adolescente— Y nunca se sepa que, ustedes fueron quienes la ayudaron, no quiero que tengan problemas.

—No te preocupes Akari.—Declaró Mimi— Fuimos lo más precavidos posible.

Koushiro asintió.

Con su habilidad en la computación logró ingresar al sistema de seguridad del edificio donde vivía Nanami y eliminó de las cámaras de seguridad toda grabación en donde se vieran Mimi y él, prácticamente, secuestrando a Akari.

¡Ring, Ring!

Justo en ese minuto el teléfono que unía la casa con la entrada sonó.

Mimi alzó una ceja y se levantó del lugar.

—Permiso.

—Madrina, no es necesario, yo voy...—Akari quiso levantarse.

—No te preocupes.—Mimi musitó— Yo voy.— Fue así como se dirigió al teléfono y respondió—¿Diga?

Señorita Haruna...—La voz del guardia de la entrada se escuchó—En la entrada hay una mujer que desea entrar.

—¿Una mujer?— Preguntó Mimi—¿Esperan a alguien?

Koushiro y Akari negaron.

—No, a nadie.—Respondió la adolescente.

—Yo tampoco.

—¿Quién será entonces?— Cuestionó la castaña.

Koushiro sacó su móvil y observó las cámaras de seguridad.

—¡Oh no!— Exclamó— Es Tomoko.

—¿Tomoko?— Preguntó Mimi.

Señorita Haruna...—Nuevamente se escuchó la voz por el teléfono— La mujer dice llamarse Tomoko Kimura y viene a una entrevista de trabajo con usted, y Koushiro.

La oji-miel observó sorprendida a Koushiro—¿Qué?— Cuestionó— ¿Entrevista de trabajo?— Dirigió su mirada hacia el pelirrojo— ¿A qué se referiere?

—Lo siento Mimi.—Comentó Koushiro— Con todo el ajetreo que hemos tenido se me olvidó decirte que Tomoko ha estado muy insistente en tener una entrevista de trabajo para trabajar contigo. Tanto así que me ha pedido muchas entrevistas contigo para trabajar.

¡Rayos!

—¿No le dijiste que no?

—Quería hablarlo primero contigo.—Respondió el pelirrojo— Pero con todas las cosas que han sucedido no he tenido tiempo.

¡Oh no! Esto no era posible


Koushiro salió de la habitación con paso apresurado, dirigiéndose hacia la entrada donde esperaba Tomoko. La mujer se encontraba nerviosa, jugueteando con sus manos mientras miraba a su alrededor con cierta impaciencia.

—Buenos días, Tomoko.—saludó Koushiro con cortesía.

—Buenos días Koushiro.—Respondió la mujer— ¿Cómo estás?

—Bien ¿y usted?

—Bien.—Contestó el pelirrojo— ¿Qué haces aquí?

—Vine a una entrevista de trabajo.—Musitó Tomoko— Ya sabes, lo que te comenté acerca de pedirle trabajo a Haruna Anderson.

Sí, lo recordaba.

—Como no me respondías vine en persona.—Comentó la pelinegra—Dime ¿puedo hablar con ella?

—Lo lamento, Tomoko, no te respondí porque estaba ocupado.—Declaró— Y lamento decirte que ahora no es un buen momento para la entrevista.

—¿Por qué no?

—Porque Haruna Anderson va saliendo y yo también.—Respondió el pelirrojo.

Tomoko frunció el ceño, evidentemente decepcionada.

—¿No tienes un momento para hablar, Koushiro-san? —preguntó con tono insistente— Es solo un momento, no les tomará mucho, tú sabes que soy bien puntual cuando trata de trabajo.

Koushiro suspiró, comprendiendo la determinación de Tomoko, pero sabiendo que ahora no era el momento adecuado.

—Lo siento, pero tenemos muchos asuntos que atender en este momento.—respondió con amabilidad— Sin embargo, puedo ofrecerte hablar más tarde en la tarde. ¿Te parece bien?

Tomoko pareció considerarlo por un momento antes de asentir con la cabeza.

—¿Más tarde?

—Sí, quizás esta noche...—Comentó Koushiro— O mañana...Yo te llamo.

Tomoko observó directamente al pelirrojo, verdaderamente necesitaba ver a esa mujer por unos segundos nomás, necesitaba sacarse de la cabeza esa duda que tenía.

Sin embargo, no podía ser invasiva. Después de todo, aun no tenía la seguridad absoluta que fuera Mimi.

—Está bien, Koushiro-san. Acepto tu oferta. Nos vemos más tarde entonces.

Koushiro asintió con una sonrisa y luego se despidió de Tomoko antes de regresar a la casa. Sabía que tendría que encontrar un momento para hablar con Mimi sobre esta situación.


Mientras tanto en la mansión Ishida.

Sora se encontraba desayunando junto a su hija mayor, Nene, y la menor, Rika.

—Así que, esa chica que trabajaba para ti ¿es la culpable de todo?— Rika le preguntó a su madre.

Sora hizo una mueca y asintió— Lamentablemente.

—No puede ser.—Comentó la adolescente.

—Eso no es todo...—Habló Nene— Ayer la fueron a buscar para arrestarla y no la encontraron.

Rika alzó las cejas sorprendida—¿No la encontraron?

La castaña negó— Al parecer se escapó.

—¿Se escapó?— Preguntó la menor— Pero ¿cómo?

Yamaki, el mejor agente de policía de la ciudad estaba a cargo del caso de las modelos, era extraño que se haya escapado.

—Ni idea...—Comentó Sora— Solo sabemos que logró evadir a la policía.

¡Genial!

Pensó con sarcasmo Rika.

—No le bastó ser zorra para acostarse con Yamato Ishida, sino que ahora es gata porque se escabulle con facilidad.

—Eso mismo pensé yo.—Rió Nene sarcásticamente.

—¡Niñas!— Sora exclamó— Su vocabulario.

—¿Qué? Es solo la verdad.— Musitó la castaña.

—Ya, mejor acaben pronto su desayuno, sino llegarán tarde a la empresa y a la preparatoria.—Comentó Sora.

Y hablando de llegar tarde

Sora observó el lugar.

—¿Dónde está su hermana Izumi?— Preguntó— ¿Por qué no ha bajado?

—Ni idea.— Respondió Rika.

—Lleva desde anoche encerrada en su habitación.—Comentó Nene.

Sora alzó una ceja.

No era común de su hija de al medio quedarse dormida. De seguro estaba triste por lo que estaba ocurriendo. De sus hijas, Izumi, era la más sensible.

—Permiso.— Sora se colocó en pie con toda la intención de encaminarse en dirección a la habitación de la rubia.

Sin embargo, antes que pudiera salir del lugar cierto hombre de cabello rubio y ojos azules apareció en el lugar.

—Buenos días.

Nene, Rika y Sora abrieron los ojos sorprendida al ver a Yamato en aquel lugar.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó la castaña.

—Vivo aquí.—Respondió el mayor.

Rika se cruzó de brazos— Acaso ¿te quedaste a dormir?

El rubio simplemente observó serio a sus hijas y asintió.

—Mamá...—Reclamaron ambas chicas dirigiendo su mirada hacia la mayor.

—Obvio no.—Respondió Sora— Jamás dejaría que se quede luego de todo lo que pasó.

Yamato rodó los ojos— Pero, aunque así fuera, ustedes no deben reclamar. Recuerden, no soy su hermano, soy su padre me deben respeto.

—¿Respeto?— Cuestionó Nene.

—¡Ya te gustaría!—Exclamó Rika.

Fue así como ambas se colocaron de pie y salieron del lugar sin despedirse de sus padres.

¡Genial!

Pensó Yamato.

Nene y Rika eran agua y aceite, en muchos sentidos eran muy diferentes. Sin embargo, para enojarse eran parecidas, y parecía que en esta situación ¡como nunca! Estaban de acuerdo en algo.

—¿Qué estás haciendo aquí Yamato?— Preguntó Sora sacandolo de sus pensamientos.

—Vine a ver a mis hijas.—Respondió el rubio— Y a ti también.

La pelirroja rodó los ojos.

—¿Hay noticias de la estúpida de Nanami?

Yamato negó—No, no hay noticias, sigue desaparecida.

Sora hizo una mueca ante esto, rogaba que pronto se hiciera justicia.

—Bien, creo que es hora de que me vaya.—Comentó antes de caminar hacia la salida.

—Sora, por favor, no te vayas.— Yamato la tomó suavemente del brazo.

Sora volteo molesta.

—¿Qué quieres ahora?

—Hablar.— Respondió el rubio— Aun no hemos finalizado la conversación acerca de nuestra situación matrimonial.

Sora rodó los ojos.

—No creo que sea necesario.

La tensión llenaba la habitación mientras Yamato miraba a Sora, con el corazón en la garganta y las palabras atrapadas en su pecho. Sabía que lo que iba a decir podía cambiarlo todo, pero también sabía que tenía que intentarlo.

—Sora, por favor, necesito que me escuches.—dijo Yamato con voz firme, aunque temblorosa por la emoción que sentía. Necesitaba hacer entrar en razón a su esposa.

Sora levantó la mirada hacia él, sus ojos destellaban con una mezcla de dolor y frustración.

—¿Qué más tienes que decir, Yamato? ¿Qué más puedo escuchar que no haya oído ya? —respondió ella, su voz cargada de resentimiento.

Yamato respiró hondo, reuniendo todo su coraje antes de continuar.

—Sé que cometí un error imperdonable, Sora. No hay excusa para lo que hice y me arrepiento profundamente. Pero te necesito, necesito a nuestras hijas. Necesito la oportunidad de hacer las cosas bien, de ser el esposo y el padre que ustedes merecen —declaró él, con sinceridad en cada palabra.

Sora apartó la mirada, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer.

—No sé si pueda perdonarte, Yamato. Lo que hiciste... duele demasiado. Me duele a mí y me duele ver cómo afectó a nuestras hijas —confesó ella, su voz quebrándose por la emoción—. No sé si pueda seguir adelante contigo después de esto.

El corazón de Yamato se encogió al escuchar sus palabras, pero se negó a rendirse.

—Te entiendo, Sora. Entiendo que me necesites lejos, pero por favor, no me pidas que me aleje de nuestras hijas. Necesitan a su padre, incluso si yo cometí un error terrible —suplicó él, con desesperación en su voz.

Sora lo miró fijamente por un momento, su expresión indecisa mientras luchaba con sus propios sentimientos.

—No puedo prometerte nada, Yamato.

—Espero que lo pienses. De verdad...—Rogó Yamato— No soportaría que la familia de mis hijas nuevamente se destruyera...—Comentó— Sobre todo sabiendo lo que ocurrió con Mimi.

"Lo que ocurrió con Mimi"

Esas palabras resonaron en su mente y el recuerdo de la conversación con su madre el día anterior.

Yamato no era capaz de repetir la misma historia ¿no?

—Yo tampoco quiero repetir la historia. Pero esta vez, tú repetiste la historia, al actuar igual que Taichi.— Comentó antes de salir del lugar en dirección a su habitación mientras las palabras de Yamato resonaban en su mente. Sabía que perdonarlo no sería fácil, pero también comprendía la importancia de mantener a su familia unida, especialmente por el bienestar de sus hijas.

Por un lado, sentía una profunda herida por la traición de Yamato y la devastación que había causado en su relación. La confianza se había roto, y no sabía si alguna vez podría volver a reconstruirse. Pero por otro lado, no podía ignorar el hecho de que Nene e Izumi eran sus hijas biológicas, y separarlas de su padre tendría un impacto significativo en sus vidas.

Sora cerró los ojos, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer. Sabía que debía encontrar la fuerza para perdonar a Yamato, no solo por el bien de sus hijas, sino también por su propio bienestar emocional. No quería vivir atrapada en un ciclo de resentimiento y amargura.

Pero era inevitable


El ascensor de la compañía "Takenouchi Style" se abrió y en el lugar apareció la elegante mujer empresaria, Haruna Anderson.

Sora la había citado a su oficina ese día para hablar ¿de qué? no le dijo, pero era probable que se relacionara a las modelos.

La mujer descendió del ascensor y avanzó unos pasos, a lo lejos divisó la figura de cierta chica rubia de ojos verdes, la cual llamó su atención. Mimi reconoció al instante a su hija, quien pareció no verla, fue así como se dispuso a ir donde ella para saludarla, sin embargo, fue intersectada por la secretaria personal de Sora, Miyako Inoue.

—Buenos días señorita Haruna.

—Buenos días.— Respondió la castaña— Vine a ver a Sora.

—Sí, ella me dijo que usted vendría.—Comentó Miyako— Sin embargo, justo llegó el contador a hablar un tema importante con ella acerca de las finanzas ¿Puede esperarla unos minutos? Será corta la espera, ya que no será una reunión larga.

Mimi asintió— Claro. Puedo esperar.

—Tome asiento, iré a revisar un tema y regreso.— La pelilila señaló un asiento.

Mimi asintió y tomó asiento.

—Permiso.— Fue así como Miyako se alejó unos metros.

La castaña, al quedar sola, depositó nuevamente su mirada en la joven rubia que se encontraba sentada al rededor de una mesa jugando con su taza de café.

—Buenos días Izumi.—La saludó.

Sin embargo, la joven pareció no escucharla.

—Izumi...—Nuevamente la llamó pero no obtuvo respuesta, fue así como se acercó y depositó su mano en su hombro— Querida.

Gracias a este toque la rubia salió de su trance y alzó la mirada.

—¿Q-qué?— Balbuceo— Señorita Haruna.

—Hola.

—Ho-hola...—Se levantó de su lugar—¿Qué hace aquí? Me sorprende verla.

—Vine porque Sora me citó.—Respondió Haruna—¿No te comentó?

—¿E?— Balbuceo la rubia y movió la cabeza— Dis-disculpe, Haruna. S-sí me había comentado, pero se me olvidó.—Respondió rápidamente.

—¡Ey! Izumi...—Una voz se escuchó y cierto chico moreno apareció en el lugar— Te traje tu chocolate caliente con malvaviscos.

Haruna dirigió su mirada hacia el chico, quien al sentir su mirada recién se percató de su presencia.

—¡Ups!— Exclamó el moreno— Disculpe, señora Haruna, no la vi.

—No te preocupes...—Respondió la oji-miel— Takuya ¿no?

El castaño asintió— El mismo.—Contestó y luego dirigió su mirada hacia la rubia— Zoe, toma.— Le extendió el tazón.

Izumi sonrió de lado, sin ánimos, la verdad y recibió el tazón— Gracias Takuya.

El nombrado tomó asiento a su lado y tomó la laptop— ¿y? ¿revisaste las fotografías?

—¿Fotografías?— Cuestionó la rubia—¿Qué fotografías?

Takuya observó sorprendido a la chica—Las fotografías que tenías que revisar para mostrárselas a tu madre.

—¿Ah?...—Balbuceo Izumi y movió la cabeza— S-si, esas fotos...ve-verás, yo...—Hizo una mueca—Disculpa, no las revise.

—Al parecer alguien no tiene energía hoy.—Comentó Haruna llamando la atención de ambos jóvenes.

Izumi suspiró—La verdad es que no.—Admitió antes de darle un sorbo a su chocolate y luego dirigir su mirada nuevamente a la mujer—Disculpe, señora Anderson, de verdad agradezco que quiera apoyarme, después de todo, usted ha financiado muchas campañas en ayuda de las modelos.— Mencionó— Pero la verdad es que...—Bajó la mirada— No me siento bien, al contrario, estos días han sido horrible para mi familia.

Primero, el tema de las modelos, luego el tema de su padre infiel, y finalmente, el accidente de Takeru.

¡Era mucho!

Y, a ella se le sumaba, las discusiones con su novio, las cuales parecían solo aumentar, y ser más graves.

—Es como si una maldición nos hubiera caído a todos.

—¿Una maldición?—Murmuró Mimi— No digas eso, simplemente están pasando un mal momento.

—Exacto.—Respondió Takuya— Lamentablemente es común que en la vida vivamos momentos malos, pero, eso no significa que no podamos seguir.

—Me es inevitable creerlo.—Comentó Izumi— Me siento muy desmotivada.

—¿Sabes? Algunas veces la tristeza nos deja caer, es como un torrente lluvia que no nos deja sonreír.— Habló Takuya— Pero todo tiene solución.

Haruna asintió.

Izumi dirigió su mirada hacia el moreno— Pareciera que no.

—¡Pues yo te aseguro que sí!— Fue así como Takuya conectó con su laptop el parlante que tenía al lado, y dio, enter.

Una pista comenzó a reproducirse.

(Más allá de la penumbra - La reina del flow)

Más allá de la tristeza

Donde el miedo ya no llega, te daré mi corazón

Porque yo hago mi destino

Siempre busco en mi camino, el impulso para hoy

Si sientes que el flow está pesado

Sigue adelante ve luchando, todo tiene solución

No pienses que todo está jugado

Saca la fuerza y ve buscando, lo que quieres para vos

Sigue volando

Más allá de la penumbra tú solo

Sigue cantando

No lo pienses demasiado, baby

Sigue volando

Más allá de la penumbra tú solo

Sigue cantando

No lo pienses demasiado, baby

Haruna escuchó la canción del moreno, se sorprendió ante la letra y la voz de aquel chico, cantaba ¡Muy bien!¡Y esa letra! ¿Era original? Ojalá que sí ¡Era increíble!

Si sientes que el flow está pesado

Sigue adelante ve luchando, todo tiene solución

No pienses que todo está jugado

Saca la fuerza y ve buscando, lo que quieres para vos

Sigue volando
Más allá de la penumbra tú solo
Sigue cantando

No lo pienses demasiado, baby

Takuya depositó su dedo índice en la punta de la nariz de la rubia.

Izumi ante esto cerró los ojos.

—Sé que ser optimista algunas veces es algo difícil, pero si la vida te da limones has limonada, ríete del destino y demuéstrale que eres fuerte.— El moreno depositó sus manos en sus hombros— ¡Tú puedes!

La oji-verde literalmente quedó hipnotizada ante la mirada de Takuya que se encontraba frente a frente a ella. Se perdió en color café de sus ojos, los cuales, a pesar de ser comunes, emanaban una energía y una fuerza que jamás vio antes.

Era admirable como Takuya lograba subirle el ánimo a las personas a través de su pasión.

Haruna observó la escena, y literalmente, quedó en shock.

Podría jurar que su hija, Izumi, se sonrojó ante la cercanía de ambos.

¿Cómo Izumi podía estar con alguien tan horrible como Kouji, teniendo a Takuya? ¡Este chico era mejor partido, mucho mejor!

La presencia de Miyako, quien regresó a la sala, llamó la atención de Mimi.

—Señorita Haruna, Sora la está esperando.

La castaña volteo en dirección a la secretaria de Sora y asintió.

Fue así como se encaminó a ella, no sin antes despedirse de ambos jóvenes.


—Sé que eres una persona ocupada y estás centrada en todo lo que tiene que ver con la empresa.— Comentó Sora— Pero, quería agradecerle por la campaña que ha hecho para buscar a las modelos y limpiar nuestra imagen.— Declaró— Ahora que, salió a la luz quien fue la verdadera culpable. Creo que es bueno que usted sepa lo agradecidos que estamos.

—Sora, no me agradezcas.—Respondió Haruna— Lo hice porque, aparte de ser socios, no creí que Izumi mereciera todo lo que estaba sucediendo.—Declaró— Ella se ha comportado de una manera muy amable conmigo, es una chica muy dulce, bien educada. Y me invitó a su desfile. Creí que era lo más adecuado ayudarla.

—Bueno, quiero agradecerle por esto.—Comentó Sora— Y, quiero también decirle que, no es necesario que continue. Según los informes las modelos fallecieron en ese accidente.

Haruna hizo una mueca ante esto.

—¿En verdad creen que sucedió eso?— Preguntó—¿No existe ninguna posibilidad de que esten vivas?

—Lamentablemente no las hay.— Contestó la pelirroja— Todo indica que no.—Declaró— La única opción es que, luego de capturar a Nanami, ella diga algo.—Suspiró— Pero, luego de escapar, dudo que sea tan fácil hacerla hablar.

—Es lamentable que esa chica haya escapado.— Murmuró Mimi— Pero ¿cómo rayos ocurrió? Pensé que la seguridad en este país era excelente.

—Se supone...—Sora rodó los ojos— Pero de algún modo logró escapar.

—¡Que mal!— Musitó Haruna— Verdaderamente lo lamento.

Sora suspiró

—Como sabes si necesitan ayuda para buscarla, no dudes en pedírmela.— Comentó la castaña— Tengo contactos en el exterior que pueden ayudar.

—Gracias, pero no creo que sea necesario, ya has hecho bastante, Haruna.— Respondió la pelirroja— Ahora, solo queda esperar.—Habló— Ahora bien, me comentaste que hoy no irías a la empresa ¿verdad?

—Sí, no debo ir.—Contestó Haruna— Mi participación en la empresa es tiempo part-time, ya que soy inversionista, pero no contratada.— Explicó— ¿A qué se debe esta pregunta?

—Verás, anoche me llamó Satomi Minamoto, la tía de Yamato.—Relató Sora— Y me pidió si podía contactarte, la verdad es que está muy agradecida por lo que hiciste por su sobrino. Y te quería invitar a tomar un café. Todos sabemos que eres nueva en la ciudad y nos gustaría que conocieras más de nosotros, ya que nos has ayudo bastante. Sobre todo a mi, me encantaría que pudieramos hablar.

Esto sorprendió a la castaña. Acaso ¿Sora indirectamente le estaba proponiendo ser amigas?

—Dime ¿tienes tiempo para ir a tomar un café?

—¡Claro!— Exclamó la oji-miel— Me encantaría.


El despacho de Yamato estaba iluminado por la luz suave de las lámparas de escritorio, creando una atmósfera de serenidad que contrastaba con la tensión palpable en el aire. Kiriha, parado frente a la imponente figura de Yamato, luchaba por mantener la compostura mientras se preparaba para enfrentar una conversación difícil.

—Yamato-san, necesito hablar contigo sobre nuestro acuerdo —comenzó Kiriha, su voz firme pero cargada de nerviosismo.

Yamato, recostado en su silla de cuero, arqueó una ceja con curiosidad.

—¿Qué sucede, Kiriha? ¿Alguna complicación con el plan que te encomendé? —preguntó con una expresión imperturbable.

Kiriha respiró hondo, reuniendo valor para expresar lo que había estado pesando en su corazón desde hacía días.

—Sí, en realidad... —vaciló por un momento, buscando las palabras adecuadas— Ya no puedo continuar con esto.

Yamato frunció el ceño, sorprendido por la declaración de Kiriha.

—¿Qué quieres decir con "ya no puedes continuar"? —inquirió, su tono de voz frío y calculado.

Kiriha se armó de valor y miró directamente a los ojos de Yamato.

—Quiero decir que no puedo seguir fingiendo ser alguien que no soy. No puedo seguir actuando como una persona "gay" para alejar a Nene de mi. —declaró con determinación.

Yamato se incorporó lentamente de su silla, sus ojos centelleando con una mezcla de incredulidad y furia contenida.

—¿Estás diciendo que quieres romper nuestro trato? —preguntó, su voz gélida como el hielo.

Kiriha asintió con firmeza, aunque temblaba por dentro.

—Sí, lo siento, Yamato-san. Pero esto ya no es justo para mí ni para Nene. Ella está comenzando a sospechar la verdad, y no puedo seguir mintiéndole de esta manera.—explicó con honestidad.

Yamato apretó los puños, luchando por contener la ira que amenazaba con desbordarse.

—¡No puedes hacer esto, Kiriha! —exclamó, su voz resonando en la habitación— Nuestro trato es crucial para mantener a Nene lejos de ti. Si lo rompes, todo nuestro plan se vendrá abajo. Y perderás tu puesto en esta empresa.

Kiriha tragó saliva, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros.

—Yamato, puedo continuar con esto, pero Nene está sospechando. Ella es inteligente ¡en cualquier minuto descubrirá la verdad!

—Sí ella sospecha es porque tú no estás haciendo bien tu trabajo.—Comentó Yamato— Ya que, si lo hicieras, Nene no sospecharía.

Kiriha suspiró.

Verdaderamente odiaba esta situación.

—Recuerda, tu participación en esta empresa está en juego.


Haruna y Sora ingresaron juntas a un imponente edificio de cristal y acero, cuyas altas torres se alzaban hacia el cielo como gigantes modernos. El vestíbulo estaba decorado con elegancia y minimalismo, con pisos de mármol pulido y obras de arte contemporáneo que adornaban las paredes.

A medida que avanzaban por el amplio espacio, Haruna no podía evitar sentirse impresionada por la magnificencia del lugar. Los techos altos y las amplias ventanas inundaban el vestíbulo con luz natural, creando una sensación de amplitud y luminosidad.

—¿Qué lugar es este?— Preguntó Haruna fingiendo impresión.

—Es nuestro club, detrás del spa.—Comentó Sora—Es para mujeres de sociedad.

Sí, ya lo sabía.

Ella años atrás estuvo ahí, y muchas veces, Natsuko Ishida, madre de Yamato, la humilló al no ser una mujer de buenos modales, ni de altos recursos, que, según ella, jamás lograría ser una mujer elegante.

—Sora, Haruna.—Una voz llamó su atención y ambas al voltear se encontraron con una mujer de cabello castaño corto, ojos cafés y anteojos.

—Satomi.— Sora pronunció el nombre de esa mujer.

—Hola.— Saludó Satomi acercándose— Que bueno que llegaron.

Haruna hizo una reverencia japonesa— Buenos días señora Minamoto.

—Buenos días señorita Haruna.—Respondió— Me aegra verte, te estaba esperando.

La oji-miel alzó la mirada— Sí, algo me comentó Sora. Dígame ¿ocurrió algo?

—¿E? No, o mejor dicho sí, pero no malo.—Contestó— Yo le pedí a Sora que te trajera.—Comentó Satomi— La verdad es que, estoy muy agradecida por lo que hizo por mi sobrino.

—No me hable de usted, señora Satomi.—Musitó Mimi— Háblame de tú, después de todo, me siento un poco vieja cuando hablan de usted.

—¿Vieja?— Cuestionó la esposa de Kousei— Usted es super joven.

La oji-miel sonrió ante esto.

—Bueno, como le decía, quiero agradecerle por haber ayudado a mi sobrino.—Habló Satomi— Después de todo, no fue menor lo que hizo al donarle sange a mi sobrino, gracias a eso fue operado y ahora está bien.

—Lo que hice simplemente fue lo correcto, ese joven merecía ayuda.

—Sí, pero generalmente las personas hacen las cosas con un fin. Usted no nos ha pedido nada a cambio.—Comentó la señora Minamoto.

—Yo no soy cualquier persona, no iba a dejar que el pobre chico se desangrara luego de ¡tan caballeroso gesto! Que él tuvo al defender a su novia.

"Su novia"

Este calificativo provocó que el rostro de Satomi pasara de felicidad a repudio.

—Esa niña no es su novia.— Comentó la tía de Takeru.

—¿A no?— Preguntó Haruna— Yo pensé que sí, finalmente, lo he visto varias veces juntos.

Satomi hizo una mueca— Solo son amigos.—Aclaró— Mi sobrina jamás tendría unos gustos tan...—Buscó la palabra— Barriobajeros.—Comentó.

Esta declaración sorprendió a Haruna.

—Pero, no vale la pena hablar de eso.—Satomi se apresuró a decir— Te cité aquí Haruna para agradecerte por lo que hiciste, y también para conocerte mejor. Sé que eres nueva en a ciudad y, supuse que, seríaa bueno que nos conocieramos. Junto con Sora creímos que era buena idea traerte a este lugar.

Haruna observó el lugar— Había venido al spa, pero jamás vi este club más atrás.—Habló— Antes le comenté a Sora que es un lugar hermoso. Con buenas canchas de golf.

Satomi asintió— Sí, este lugar es un lugar bastante bello. Es patrimonio de mi familia, el cual, a lo largo de los años me he encargado de que crear un club agradable, acogedor y cómodo, no solo para jugar golf, sino para hacer vida social. Por eso hay una spa en la parte delantera y un pequeño gimnasio para hacer yoga.

—¿Usted es la dueña?

—¿e?—Balbuceo la señora Minamoto— No.—Respondió— La dueña y presidenta a cargo es Toshiko.

—¿Toshiko Takenouchi?— Preguntó Mimi y dirigió su mirada a la pelirroja— Tu madre ¿no, Sora?

Sora asintió.

—Entonces ¿ella es dueña de este lugar?

Satomi asintió.

—¿Por qué ella?— Cuestionó la oji-miel— ¿No dijo usted que este lugar era un patrimonio de su familia?

La esposa del senador asintió— Lo es, pero hace un tiempo dejó de serlo. Desde que mi hermana murió el club pasó a manos de Toshiko, ya que tuvimos unos problemas económicos para mantenerlo. Sin embargo, Toshiko me permite seguir participando.

Esto llamó la atención de Haruna, mejor dicho, de Mimi, quien por alguna razón esa declaración la dejó marcando ocupado.

¿Problemas de dinero? ¿Cómo era posible aquel suceso?

Las Takaishi tenían una herencia gigante, Natsuko y Satomi tenían mucho dinero, era difícil creer que ese fantástico lugar lo perdieron por falta de dinero.

—Es un bello lugar.

Y hablando de Roma

Justo en ese minuto al lugar ingresó cierta mujer de cabello castaño y ojos avellana, a quien todas reconocieron al instante.

La mujer observó a su al rededor.

—Toshiko.—Satomi alzó la mano y la saludó.

Toshiko al divisar a la castaña y a su hija se acercó.

—Hola Satomi.—Saludó.

—Hola Toshiko.

La castaña dirigió su mirada a Sora— Hija.

—Madre.— Respondió la pelirroja seriamente.

Luego Toshiko depositó su mirada en la oji-miel, la observó de pies a cabeza e hizo una mueca de desprecio— ¿Qué hace esta mujer aquí?


Mientras tanto en el departamento de los primos Kanbara.

Hikari se encontraba en la cocina terminando de lavar loza, recién había terminado de almorzar. Algo poco común de ella era almorzar en el departamento sobre todo un día de semana, pero había salido de su clase en la Universidad. Y, gracias a remodelaciones, la cafetería no atendería hoy, así que no tuvo que ir a trabajar.

Luego de terminar de lavar el último plato secó sus manos y luego se dirigió hacia la mesa donde estaba su celular, fue así como lo desblloqueo y frente a sus ojos apareció el chat de "Takeru Ishida"

Se mordió el labio inferior, hace varias horas quería enviaarle un mensaje para preguntarle como estaba, pero luego de la situación del día anterior le daba pena. Después de todo, ambos se besaron y, luego sucedió lo de su tía, no sabía como hablarle luego de haber besado a Takeru, ya que le daba pena, mucho menos sabía como hablarle luego de que su tía le lanzara las mil y una maldiciones por besar a su sobrino.

Hizo una mueca.

No quería causar problemas, pero estaba muy preocupada por Takeru, después de todo, no hablaron luego de lo que ocurrió y no sabía si su evolución fue positiva o no.

Hikari se debatió mentalmente si enviar el mensaje o no. Finalmente, llegó a una conclusión. Tal vez, la situación con la tía de Takeru no fue la mejor, pero era consciente de que el rubio no tenía culpa de eso. Y ella necesitaba saber cómo estaba.

Fue así como presionó la flechita y el mensaje se envió.

Takeru no estaba en línea, así que era probable que no respondiese luego. Frente a esto Hikari guardó su celular en el bolsillo de su pantalón y agarró los útiles de aseo para caminar en dirección a la habitación de su difunta madre.

La habitación era un desastre, lamentablemente Takuya y ella estaban muy ocupados en sus propios quehaceres y no habían logrado avanzar mucho en ella, lo cual estaba mal, ya que ese lugar verdaderamente parecía un chiquero, de aquí a un tiempo si continuaba así muchas arañas comenzarían a habitar en ese lugar y quien sabe que otro animal.

Fue así como principalmente se dispuso a desarmar la cama que estaba con sábanas y el cubrecama. Polvo se levantó al sacudirlas lo que provocó que Hikari tosiera.

¡Vaya! Jamás esperó que tanto polvo se juntara en esos meses. Aunque, tenía sentido, Takuya y ella hace tiempo no ingresaban ahí.

Luego de doblar las sábanas y el cubrecama se dirigió hacia el velador junto a la cama, este tenías tres cajones. Fue así como tomó un plumero y comenzó a limpiar.

Hikari se dedicó con empeño a limpiar el velador, pasando el plumero con cuidado sobre cada superficie para eliminar el polvo acumulado. Cuando llegó a los cajones, sintió un impulso de ordenar también su contenido y ver si encontraba algo importante; ya sea documentos o pertenencias de su madre, fue así como abrió el primer cajón donde había una cantidad de cajas de medicamentos.

Hikari hizo una mueca al recordar todas esas pastillas que su madre consumió en el último tiempo. Tomó las cajas y empezó a ver su interior, todas estaban vacías, una que otra tenía un par de pastillas. Depositó todas las cajas en la cama, lo mejor sería votarlas, ya que nada se podía hacer con ellas.

Cerró el cajón donde habían estado guardadas esas cajas y luego pasó al siguiente, en ese cajón estaban todos los documentos de su madre: carnet, pasaporte, licencia y algunos documentos de la clínica.

Suspiró con triste al ver el carnet de su madre. La nostalgia se hizo presente al ver su imagen, verdaderamente la extrañaba, era difícil asimilar que ya no estaba entre ellos, y que jamás podría abrazarla.

Hikari tomó el carnet de su madre entre sus manos, sintiendo una oleada de emociones abrumadoras al mirar su fotografía sonriente. Una lágrima solitaria resbaló por su mejilla mientras recordaba los momentos compartidos con ella, los abrazos cálidos, las palabras de aliento y la ternura infinita que siempre le brindó.

Con cuidado, colocó el carnet de su madre sobre la cama junto con los otros documentos, sintiendo el peso de su ausencia más que nunca. La habitación parecía más silenciosa, más vacía, sin la presencia de su madre allí.

Decidió ordenar los documentos con cuidado, colocando cada uno en su lugar correspondiente en el cajón. A medida que lo hacía, su mente vagaba por los recuerdos de su madre y por las circunstancias que la habían llevado a desaparecer tan repentinamente de sus vidas.

Una vez que terminó de organizar los documentos, cerró el cajón con suavidad y se dispuso a abrir el último cajón, sin embargo, al intentar abrirlo se dio cuenta de que estaba cerrado con llave.

Frunciendo el ceño, Hikari intentó jalar el cajón con más fuerza, pero se mantuvo firmemente cerrado. Buscó en el velador, pero no encontró ninguna llave a la vista.

¿Por qué estaba cerrado?

¡Bip, bip!

El sonido de su móvil llamó su atención. Sacó su celular del bolsillo de su celular y revisó.

¡Era un mensaje de Takeru!

Hikari se sorprendió ante esto.

(De: Takeru)

Hola preciosa, yo estoy bien ¿y tú?

Hikari tuvo intenciones de responder, sin embargo, no pudo ya que a su celular ingresó una llamada del mismo destinatario de su mensaje.

Fue así como contesto.

—¿Hola?

Hola Hikari.—Escuchó la voz de Tk del otro lado.

La castaá inevitablemente se colocó nerviosa al escuchar la voz del rubio.

—¿Có-cómo estás?—preguntó— ¿Cómo te sientes?

Mejor.—Contestó el oji-azul—Amanecí mejor.

—Que bueno.—Musitó la castaña y una sonrisa se formo en sus labios—Me alegra escuchar eso.

¿Y tú?— Preguntó Takeru—¿Cómo estás?

¿Ella?

Pues...No sabía como describir sus sentimientos...

—Estoy bien.

¿Segura?— Cuestionó el rubio.

—Sí.

No es necesario que mientras.—Comentó Takeru— Tienes todo el derecho a sentirte mal luego de lo que ocurrió con mi tía.—Recordó.

Ese desafortunado proceso

Pensó Hikari.

Lamento mucho lo que sucedió ayer, de verdad, mi tía actúo sin pensar.—Comentó el rubio.

—No te preocupes, entiendo que luego de lo que pasó yo sea considerada culpable.—Declaro Hikari— Aun sabiendo lo peligroso que es vivir aquí en mi comuna te propongo salir por estos lados de noche.

—No es tu culpa, esto le pudo suceder a cualquiera, Hikari.—Respondió Tk— Por favor, no te culpes ¿si?

Era difícil para ella no culparse.

—Oye, estoy un poco aburrido...—Musitó el rubio— Y te extraño.—Agregó.

Hikari se ruborizó ante esto.

¿Puedes venir a verme?—Preguntó Takeru— Claro, si no tienes algo más que hacer.—Agregó.

—No tengo algo que hacer, estoy libre.—Respondió la castaña— Así que, iré a verte.

Genial.—Musitó el rubio.


Toshiko frunció el ceño al ver a Haruna, no estaba muy agradada con su presencia, fue así como sacó a Satomi a un lado para hablar.

—Satomi, ¿qué te pasa por la cabeza al invitar a esa mujer aquí?—Con una mirada de desaprobación evidente.

Satomi, sorprendida por la reacción de la Takenouchi, trató de mantener la compostura.

—La invité a acompañarnos hoy, Toshiko. Pensé que sería agradable tenerla aquí.—respondió, tratando de ocultar su incomodidad.

Toshiko no parecía convencida en absoluto.

—¿Agradable?—Lanzó una carcajada irónica— ¿En qué mundo vives Satomi?

Satomi observó sin entender a la madre de Sora.

—¿Por qué me hablas así?

—Porque veo que sigues siendo la misma torpe de siempre.—Comentó Toshiko— No debiste traer a esa mujer.

—¿Por qué no?— Cuestionó la Minamoto— ¡Claro que sí! Ella se ha comportado de buena manera con mi familia, sobre todo luego de lo que ocurrió con Takeru, creo que deberíamos agradecerle.

—Agradecele de otra forma.— Respondió la Takenouchi— Acaso ¿no te das cuenta que esta mujer ha hecho todo con el fin de involucrarse en nuestra familia?

—¿Involucrarse en nuestra familia?

Toshiko asintió.

—No digas estupideces.

—No es una estupidez, desde que llegó ha buscado la forma de relacionarse con nosotros.—Declaró la mayor.

—Claro que no.—Musitó Satomi— Si así fuera me daría cuenta.

—Ese es el problema, aunque seas abogada, sigues siendo torpe e ilusa.— Comentó Toshiko.

Satomi se mordió el labio inferior ante esto, Toshiko siempre le hacia ese tipo de comentarios, cosa que no le gustaba.

—Según tú ¿por qué busca relacionarse con nuestra familia?

—¡No sé!— Exclamó la mayor—No sé cual sea su propósito, pero de que lo está, lo está logrando.

Satomi negó— No creo que tenga una mala intención, simplemente nos está ayudando.

—No me da buena espina, Satomi.—dijo con firmeza— No sabemos nada sobre ella.

Satomi se sintió incómoda ante la insistencia de la Takenouchi.

—Toshiko, por favor, no exageres.

Toshiko frunció el ceño aún más, aumentando la presión sobre Satomi.

—No estoy exagerando, acaso ¿no recuerdas lo que les dije hace años de Mimi?—Preguntó.

La expresión en el rostro de Satomi cambió al instante ante este comentario.

—Yo te advertí que esa chica no me daba mala espina, nadie me hizo caso ¡y mira como terminaron las cosas!— Exclamó Toshiko— Y veo que de eso no aprendiste porque sigues siendo la misma inocente de antes.

Satomi se mordió el labio inferior ante esto.

—Bu-bueno, Mimi era una chica de bajos recursos y supo engañarme.—Comentó—Sin embargo, no es como Haruna Anderson. Ella ha demostrado ser una muejr con principios.

—¿principios?— Rió Toshiko.

Principios para entrometerse en su familia.

—¡Como sea! Dile que se vaya.

—No haré eso.— Respondió Satomi— No puedo ser tan mal educada al echarla del lugar luego de ser yo quien la invitó.

—Bueno, no tienes opción.—Comentó Toshiko—Recuerda que soy la presidenta de este club, Satomi. Y todos deben hacer lo que yo digo en este lugar.

Satomi se sintió herida por las palabras de esa mujer, recordándole su posición en el club de una manera desagradable.

—Lo siento, Toshiko. No pensé que te molestaría —dijo con tristeza— Creí que podía invitar a quien fuera, después de todo, este lugar también es mío...

—¿Tuyo?— Preguntó la mayor—¡No lo es! Este club es mío, yo soy la presidenta.—Comentó— Y como presidenta de este club, tengo que asegurarme de que nuestra comunidad esté protegida de cualquier elemento sospechoso. No puedo permitir que personas de dudosa reputación se mezclen con nuestros miembros.

Satomi intentó hablar: —Pero, ella...

—No hay peros, Satomi. Me obedeces porque me obedeces.—Setenció Toshiko— Sino tendremos problemas legales, recuerda quien es la dueña de este lugar.

Satomi apretó el puño, verdaderamente odiaba esa situación. Pero no quería tener problemas, al contrario, Toshiko era una mujer muy poderosa e influyente en su círculo.

—Lo siento, Toshiko. No quería causar problemas. Solo quería que todos se sintieran bienvenidos aquí.

—Lo sé, Satomi. Pero a veces, nuestras buenas intenciones pueden conducir a resultados no deseados. Confía en mí cuando digo que esto es lo mejor para todos.

—Entiendo.

Toshiko asintió con satisfacción ante la sumisión de la Minamoto, pero Satomi se sintió abatida por haber sido reprendida de esa manera frente a los demás.


Mientras tanto Haruna y Sora por su lado observaban a ambas mujeres.

La pelirroja parecía preocupada.

—Parece que a Toshiko no le agrado mucho.—Comentó Haruna.

Sora hizo una mueca: —Mi madre puede ser así. A veces es un poco dura con las personas que no conoce bien.

—Creo que lo mejor será que me vaya.—Musitó la castaña—No quiero causar más problemas.

—No te preocupes por eso.—Comentó Sora— Si estás aquí es porque eres bienvenida. Mi mdare simplemente tiene actitudes que debe cambiar.

—Agradezco que me hayas invitado, pero si causo tensión entre los miembros del club, tal vez sea mejor que me vaya.

—Entiendo tu preocupación, pero no quiero que te sientas incómoda.—Sora tomó su bolso— Si decides irte, te acompañaré.

—Gracias, Sora. Eres muy amable.

¡Bip, bip!

Justo en ese momento el móvil de Sora sonó. La pelirroja sacó su móvil y al ver la pantalla, su expresión se vuelve un poco seria.

—Lo siento, Haruna. Tengo que tomar esta llamada de la compañía. Parece importante.

—No te preocupes, ve y atiende tus asuntos. Nos vemos luego.

Sora asintió y se alejó para contestar la llamada, dejando a Haruna sola con sus pensamientos. Aunque se sentía un poco desanimada por la situación, era mejor esperar a que Sora termine su llamada antes de tomar una decisión final sobre quedarse o irse del club.

Luego de que Sora terminó su llamada se acercó a la castaña.

—Disculpa, Haruna, creo que hasta aquí quedó nuestra salida, ocurrió un problema en la compañía y tengo que volver corriendo.—Comentó la pelirroja.

—No te preocupes.—Respondió la castaña— Entiendo que seas una mujer ocupada.

Además, ella tenía cosas que hacer.


Yamato caminaba por los pasillos de la clínica con determinación, su preocupación por su hermano Takeru pesando en su mente. Finalmente llegó a la habitación donde estaba siendo atendido y, al abrir la puerta, vio a Takeru recostado en la cama, aparentemente descansando.

—¿Cómo estás, hermano? —preguntó Yamato con voz suave al acercarse a la cama.

Takeru levantó la mirada y una sonrisa débil se formó en sus labios al ver a su hermano.

—Hey, Yamato —respondió con un tono cansado— Estoy mejorando, gracias por venir.

Yamato se sentó en la silla junto a la cama, observando a Takeru con preocupación.

—Me alegra escuchar eso. ¿Te han dicho cuánto tiempo deberás quedarte aquí?

Takeru negó con la cabeza.

—Aún no lo sé. El doctor dice que necesito tiempo para recuperarme completamente, especialmente después de perder tanta sangre.

—¿Y cómo te sientes? —inquirió Yamato, frunciendo el ceño ante la palidez de su hermano.

Takeru suspiró.

—Me siento débil, pero estoy mejorando. Lo importante es que sobreviví, ¿verdad?

Yamato asintió, sintiendo un nudo en la garganta al recordar lo cerca que estuvo de perder a su hermano.

—Sí, eso es lo más importante. Aunque...—

—¿Aunque?— Preguntó Takeru.

Yamato se cruzó de brazos— Quiero saber ¿en qué, rayos, estabas pensando cuando te enfrentaste a ese sujeto, sabiendo que no sabes ni cuidarte a ti mismo?

—Claro que sé cuidarme.—Tk se cruzó de brazos.

—Incluso tu hamster se cuida mejor que tú.—Comentó Yamato.

Sí, diciendo exactamente lo mismo que dijo su hija el día anterior.

—Bu-bueno, no estaba pensando, simplemente...—Bajó la mirada—Solo quería ayudar a Hikari.—Musitó— No podía dejar que fuera atacada.

—Mucho debe interesarte esa chica como para acudir a su rescate sin meditar en las consecuencias.—Musitó Yamato.

Ayudar a alguien podía ser desinteresado, pero para alguien como Tk, que no sabía cuidarse así mismo, era bastante.

—¡Pues claro que me interesa!—Exclamó el rubio— Hace tiempo no me interesaba tanto alguien, como Hikari lo hace.

—¿De verdad te interesa?

—¿No debería?

—No digo que no Takeru.—Comentó Yamato— Pero es una chica de una clase social muy diferente a la de nosotros, no creo que a nuestro padre le guste que estés con alguien como ella, o nuestra tía.—Comentó—No parecía muy feliz con la presencia de esa chica.

—¡Pues no! No lo estaba.—Declaró el menor— Ayer me dejó bien claro que no le agrada Hikari.

—¿Ayer?

Tk asintió— Ayer Hikari vino a verme y nos besamos.—Relató— Tía Satomi nos encontró y ofendió de varias formas a Hikari.

¿Qué?

—¿La ofendió?— Preguntó Yamato.

Takeru asintió—Dijo que ella es la culpable de mi estado. Pero, me da la impresión de que, no le agrada Hikari desde el minuto en que se la presenté.

—No es para menos. Tú sabes como es nuestra tía, es como nuestro padre, jamás aceptará a una chica como Hikari, luego de que estuviste con una chica como Catherine, la cual cumplía con todas sus expectativas.

—Las expectativas de mujer millonaria, no de mujer con buena moral o fiel.—Comentó Takeru.

Yamato hizo una mueca ante esto.

Al parecer, los Ishida no tenían buena suerte en el amor, porque Takeru sufrió bastante con las infidelidades de esa novia que tuvo.

—Puede que te haya fallado, pero tú bien sabes que nuestra tía la adoraba.

—Lamentablemente.—Comentó Tk— Espero que algún día cambie de opinión y acepte a Hikari.

Yamato se mordió el labio inferior ante esto.

A su mente vino el recuerdo de cuando él comenzó su relación con Mimi. Él insistió varias veces en el presentársela a sus padres, ya que era su primera, y única relación "formal"

~Años atrás~

Yamato respiró hondo, preparándose mentalmente para la conversación que estaba a punto de tener con sus padres. Sabía que no sería fácil, pero sentía que era hora de presentarles a su novia, Mimi. Con determinación, entró en la sala donde sus padres estaban sentados.

—¿Puedo hablar con ustedes un momento? —preguntó con voz calmada pero firme.

Sus padres levantaron la mirada, notando la seriedad en la expresión de su hijo.

—Claro, hijo. ¿Qué sucede? —respondió su madre, con una sonrisa que se desvaneció cuando vio la expresión de Yamato.

—Quiero presentarles a alguien muy importante para mí. Mi novia, Mimi. Me gustaría que la conocieran.

El rostro de sus padres se endureció al escuchar la palabra "novia". Intercambiaron una mirada antes de que su padre hablara.

—Yamato, ya hemos hablado de esto antes. No estamos de acuerdo con tu relación con esa chica. No queremos conocerla.

Yamato sintió un nudo en la garganta ante la negativa de sus padres, pero se mantuvo firme en su decisión.

—Lo entiendo, pero Mimi es importante para mí y quiero que la conozcan.

Antes de que sus padres pudieran responder, la tía de Yamato, Satomi, entró en la sala con curiosidad.

—¿De qué están hablando? —preguntó, notando la tensión en el ambiente.

Yamato respiró hondo, buscando el apoyo de su tía.

—Estoy tratando de convencer a mamá y papá de que conozcan a Mimi, mi novia —explicó con cautela— Pero ellos no quieren.

—¿Por qué no?

—¡Ya sabes!—Exclamó Yamato— No creen que sea la adecuada para mi.

Satomi miró a sus sobrinos con una mezcla de sorpresa y comprensión.

Era increíble como de "no querer enamorarse" o "no tener algo formal" pasó a estar completamente enamorado. Eso no lo esperaba, en lo absoluto, pero era genial, porque Yamato andaba más sonriente, co mejor ánimo. Incluso rendía mejor en sus estudios.

Esa chica a pesar de no ser de su estatus social estaba generando cosas positivas en Yamato que ellos ni en un millón de años lograron con todo el dinero que tenían.

—Entiendo. ¿Por qué no la invitas a cenar en casa esta noche? Me encantaría conocerla.

—¿Enserio?

Satomi asintió— Tengo muchas ganas de conocerla.

Yamato sintió un rayo de esperanza ante la aceptación de su tía, mientras que sus padres se quedaron en silencio, procesando la situación. Agradecido, asintió con una sonrisa.

—¡Claro! Gracias, tía. Le diré a Mimi que se prepare.

~Actualidad~

Sin embargo, ellos al saber de donde venía, no le dieron oportunidad. Todo lo contrario, a su tía Satomi. No obstante, luego de lo que sucedió, Satomi se convirtió en una mujer muy prejuiciosa.

—Dudo que ese día llegue.—Comentó Yamato.

—¿Tú estás de acuerdo con Satomi?

—Claro que no.—Respondió el mayor— Pero quiero que tengas claro lo que va a suceder lamentablemente.

—Bueno, haré todo lo posible para que no.

—Ojalá funcione.—Comentó Yamato— Sin embargo, debes tener cuidado de ti mismo. En especial ahora que estás convaleciente.

—No te preocupes por mí. Estaré bien.

—Eso espero.—Contestó el padre de Nene, Izumi y Rika—Basta con decir que estoy aquí para lo que necesites, Takeru. No dudes en pedirme ayuda en lo que sea.

Tk sonrió débilmente, agradecido por el apoyo de su hermano.

—Gracias, Yamato. Significa mucho para mí tenerte aquí.

¡Toc, toc!

Justo en ese minuto la puerta sonó y ambos al voltear se encontraron con aquella chica de la cual estaban hablando.

—Permiso.—Musitó la chica.

—Hikari. Hola.

—Hola.—Respondió la chica— Lamento molestar. Me comentaste que estabas solo y vine...

—No molestas.— Contestó Takeru— Mi hermano vino sin previo aviso, pero ya se iba.

¡Vaya!

Pensó Yamato.

Un día era el hermano dorado y luego lo desplazaban por una chica. Pero ¿qué más podía hacer?

Lo mejor era darles privacidad.

—Sí, ya me iba.—Comentó el mayor y dirigió su mirada a su hermano— Takeru, cuídate, cualquier cosa basta con una llamada.

Takeru asintió— Gracias hermano.

Fue así como Yamato también asintió y se dirigió hacia la puerta.

—Adiós.

—Adiós.—Respondió Takeru.

Yamato caminó por el pasillo

Sin embargo, cuando salió del ascensor se percató que cierta mujer castaña de ojos miel iba ingresando al edificio.

La mujer también se percató de la presencia del rubio y al estar cerca: —Yamato Ishida.— Pronunció su nombre.

—Haruna Anderson.—Pronunció su nombre.

—¡Vaya, que sorpresa!—Exclamó suavemente la mujer y una sonrisa se formó en su rostro— Pensé que estaría en la empresa.

—Debería.—Respondió Yamato— Pero aproveché en venir a visitar a mi hermano.

—Ya me lo imaginaba.—Contestó Haruna.

—¿Y usted?—preguntó el rubio—¿Qué hace aquí?

—También vine a ver a tu hermano.

Yamato alzó las cejas— ¿De verdad?

Haruna asintió— Sí. Hace unos minutos hablé con Satomi y me dijo que Takeru está mejor.—Comentó— Me comentó que, luego de todo lo que pasó, Takeru solicitó verme, creo que es un buen gesto venir.

—Claro.— Declaró el padre de las hijas de Mimi—Mi hermano desde ayer solicita su presencia, está muy agradecido por lo que hizo.

—Sí, eso me comentó Satomi.—Respondió la castaña.

Yamato señaló el ascensor: —Si quiere, yo puedo llevarla.

—¿De verdad?

El rubio asintió. Era lo mínimo que podía hacer luego de la ayuda que les brindó.

—Bueno.—Haruna sonrió.

Fue así como ambos se dirigieron hacia el ascensor y ambos, a la misma vez, tuvieron la intención de apretar el botón para llamar al ascensor. Sin querer sus manos entraron en contacto al hacer esto. Haruna y Yamato intercambiaron miradas totalmente sorprendidos.

El nerviosismo se hizo presente ante esto.

Rápidamente ambos retiraron sus manos y finalmente fue Yamato quien nuevamente apretó el botón para llamar al ascensor.


Mientras tanto en otra área de la clínica.

Akari y Koushiro se encontraban en la zona de obstetricia y ginecología.

—Papá, verdaderamente no era necesario que me acompañaras.—Comentó la adolescente.

—Claro que sí, apenas conoces esta ciudad.

—Pude pedir un taxi que me fuera a buscar y dejar.— Declaró Akari— No era necesario que vinieras. Incluso, bastaba con dejarme en la entrada.—Observó a todos lados avergonzada.

Su padre era el único hombre en ese lugar, habían chicas de su edad y ninguna estaba siendo acompañada por su padre.

—Soy tu padre, debo saber si tienes algún problema de salud o no.

—Claro que sí, pero basta con que yo te lo haga saber.—Comentó la adolescente— Venir hasta aquí creo que no es lo mejor.

Justo en ese minuto la puerta de una habitación se abrió.

—Akari Izumi.—La doctora la llamó.

—Aquí.—Koushiro se colocó en pie.

Akari hizo una mueca ante esto, rápidamente se levantó de su lugar y tomó a su padre del brazo.

—Papá, no es necesario que me acompañes a entrar.

—No estás en edad para entrar sola, tienes diecinueve, aquí en Japón no eres mayor hasta cumplir los veinte.

—Lo sé, padre, lo sé...—Mustió—Pero papá, por favor, no soy una niña...—Comentó Akari y se ruborizó— Me da vergüenza ingresar contigo, sobre todo a este tipo de hora...ya sabes...personal.

Koushiro hizo una mueca ante esto y se sintió nervioso al finalmente darse cuenta de esta situación verdaderamente extraña para él, e incómoda. Aunque Akari perdió a su madre muy joven, él jamás tuvo que preocuparse de socorrer a su hija cuando vivía situaciones de "mujeres" ya que, Mimi siempre estaba con ellos y les explicaba. Sin embargo, él siempre fue un padre preocupado, y ahora que vivían en Japón no quería que Akari anduviera sola haciendo sus trámites, ya que se podía perder al no conocer la ciudad o podría correr riesgo (al estar tan cerca de los vándalos de Toshiko) Por eso, decidió en ese día en particular acompañarla al doctor.

Tarde se enteró que era el ginecólogo.

—Está bien, te esperaré aqui.— Declaró Koushiro.

Akari suspiró aliviada ante esto.

—Gracias.— Respondió antes de caminar en dirección a la habitación donde sería atendida e ingresar en ella.

Fue así como Koushiro se quedó afuera, sentado, esperando.

Suspiró luego de unos segundos, no quería estar sentado esperando, ya que estaba rodeado de puras mujeres.

Sin pensarlo se levantó de su lugar y comenzó a caminar por el lugar mientras observaba su smartphone. Sí, mala idea, ya que no habrá avanzado mucho cuando sin querer tropezó con alguien.

—¡Ten cuidado idiota!— Escuchó un grito.

—¡Ey! ¿Qué?...—Koushiro alzó la mirada y desagradable fue la sorpresa al encontrarse con cierto doctor, ex dueño de esa clínica, de apellido Kida.

—Koushiro Izumi.—El doctor pronunció el nombre del pelirrojo.

—Shuu Kido.—El nombrado pronunció seriamente el nombre de aquel sujeto.

—¡Vaya! Tanto tiempo sin verte.—Comentó el Kido con una expresión de desprecio—Pensé que las ratas muertas de hambre eran fáciles de morir.

Koushiro frunció el ceño ante este comentario—¿Rata?— Preguntó— Entonces ¿por qué tú continuas vivo?

Esto hizo enojar al hermano de Joe.

—Veo que los años pasan, y tú sigues siendo el mismo, poco cerebro, de siempre.

—¿Poco cerebro?—Cuestionó Shuu y lanzó una carcajada— Ya te gustaría. No soy como tú o mi hermano Joe.—Comentó— Y, hablando de él, dime ¿tienes aguna noticia de él?

—¿Por qué debería tenerla?— preguntó Koushiro— Es tu hermano, no el mío.

—Pensé que entre las ratas se comunicaban.—Respondió el doctor—No tengo idea de que habrá sucedido con él durante estos años, pero me ha hecho un favor.—Comentó el doctor.

Sí, sabía que Joe jamás se hizo aparecer otra vez en ese lugar, ya que, no quería verse con ese sin vergüenza. No obstante, Shuu no se imaginaba lo que se le venía.

—El favor lo ha tenido él, al igual que yo, al no tener a un ratera, embustero y engañador en nuestras vidas.—Musitó Koushiro— Dime ¿qué se siente haberle robado la clínica a tu hermano por qué creías que era injusto que estuviera a su cargo, y saber que todos tenían razón al no darte una oportunidad, ya que perdiste la mitad de la clínica?

¿Qué?

Esto sorprendió a Shuu.

—¿Cómo sabes eso?

—Acaso ¿no es obvio?— Preguntó Koushiro— Salió en todas las revistas empresariales las pérdidas de dinero que tuviste, y como Thomas H Norstein, te compró la clínica para que no cerrara?

El Kido apretó su puño.

Shuu sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Koushiro. Todo su cuerpo temblaba de rabia y vergüenza. No podía creer que su fracaso y su traición estuvieran expuestos de esa manera.

Trató de mantener la compostura, pero sus manos no dejaban de temblar. Sabía que no podía negar la verdad, pero tampoco podía aceptarla plenamente. ¿Cómo había llegado a esto? ¿Cómo había perdido el control de su vida de esta manera?

—No tienes idea de lo que estás hablando —dijo Shuu, intentando ocultar su angustia tras una máscara de indiferencia— Thomas no me compró la clínica, solo me ayudó temporalmente. Y yo... yo estaba seguro de que podía recuperarla.

Koushiro lo miró con incredulidad, como si supiera que estaba mintiendo, pero prefiriera no discutirlo más.

—Puede que te engañes a ti mismo, Shuu, pero no a mí. Todos saben lo que hiciste. No tienes idea del daño que causaste, no solo a tu hermano, sino a todos los que confiaron en ti.

Las palabras de Koushiro resonaron en la mente de Shuu como un eco persistente. Sabía que no podía escapar de su pasado, ni de las consecuencias de sus acciones. Pero tampoco podía rendirse ahora. Tenía que encontrar una manera de redimirse, de demostrar que podía ser mejor.

Con furia, Shuu miró a Koushiro directamente a los ojos.

—¡Cállate muerto de hambre!

—¿Muerto de hambre?— Preguntó el pelirrojo— Tú estás cerca de serlo.

—¡Claro que no!— Exclamó— Jamás sería como tú. Inepto.

Koushiro rodó los ojos— No soy como tú.

—¡Cállate y mejor sal de mi camino!— Shuu prácticamente empujó al pelirrojo y se dispuso a continuar caminando. No tenía ánimos de continuar hablando con ese sujeto.

Salió del lugar dispuesto a caminar en dirección al ascensor, no obstante, antes de llegar ahí, por estar distraído pensando en la fastidiosa discusión con Koushiro, sin querer tropezó con una persona.

—¡Ey, cuidado!— Exclamó una voz masculina.

Shuu volteo la mirada furioso, grande fue su sorpresa al encontrarse frente a frente con Yamato Ishida, quien venía acompañado de una mujer castaña.

—¿Yamato Ishida?

—Shuu Kido.—El rubio pronunció seriamente su nombre.

Ambos se observaron seriamente y luego Shuu pasó su mirada hacia la mujer junto a Yamato, quien sobaba su brazo.

—¿Estás bien, Haruna?— Yamato le preguntó a la castaña tocando suavemente su brazo.

—¿E? S-sí...—Respondió la mujer adolorida por el impacto.

Yamato dirigió su mirada hacia Shuu—¡Ey! Ten más cuidado por donde caminas, mira lo que hiciste.

—No fue mi intención.—Contestó el doctor seriamente— Ustedes aparecieron de la nada.

—De la nada no, tú fuiste el idiota que no observaba por donde caminaba.—Protestó el rubio.

Haruna hizo una mueca al ver que Yamato no estaba de ánimo.

—Yamato, no importa.—Se apresuró a decir.

—Claro que importa.— Respondió el rubio— Este sin vergüenza casi te quita el brazo.

Shuu observó sorprendido al oji-azul.

¿Qué onda? Acaso ¿estaba defendiendo a esa mujer?

—Fue sin querer.— Contestó el doctor— No tienes que enojarte.

Yamato simplemente le dirigió una mirada de pocos amigos a aquel sujeto que tanto odiaba. Desde el minuto uno en el cual vio que molestaba a Mimi lo odiaba. Sin mencionar cuantas veces intentó sabotear su relación.

—Disculpa, señorita, no quería tropezar con usted...—Shuu le habló a la castaña intentando sonar "amable"

Haruna hizo una mueca—No importa.

—Yamato ¿Quién es esta mujer tan refinada?—Preguntó Shuu.

—Soy Haruna.— Respondió.

—¿Haruna?— Preguntó Shuu.

La castaña asintió.

—Es un gusto conocerla, mi nombre es Shuu Kido, el antiguo dueño de esta clínica.—Comentó antes de estirar su mano.

Haruna hizo una mueca, netamente correspondió al gesto porque el personaje se lo pedía, no porque quisiera.

Y Shuu, típico de él, acercó su mano a su boca y besó sus nudillos— Lamento en verdad esta situación. No quería hacerle pasar un momento desagradable a una mujer tan bonita como usted.

Mimi internamente sintió unas ganas locas de vomitar ante la actitud de aquel sujeto. Aun con los pasos de los años ese sujeto no cambiaba para nada. Tuvo intenciones de alejarse de él y continuar con su camino ¡Sin embargo! No lo hizo al recordar que, ella no era Mimi, era Haruna.

—Ya dije que no hay problema, estas cosas pasan.—Respondió la castaña intentando

—Permítame compensárselo señorita...—Comentó— La invito a tomar un café.

Yamato frunció el ceño. Por alguna razón aquella actitud tan galante de aquel sujeto con Haruna le causó cierta molestia.

—Ella no puede hablar contigo, ella viene a ver a mi hermano.—Comentó Yamato tomando suavemente a la castaña de la muñeca— Y yo la llevaré donde él.

Haruna al recordar este hecho dirigió su mirada hacia el rubio y asintió.

Shuu hizo una mueca y dirigió su mirada la mujer.

—Es una pena.—Comentó.

—Para ti, no para ella.— Yamato tomó la mano de la castaña y suavemente la jaló— Vamonos de aquí, Haruna.

La castaña no tuvo tiempo de responder, ya que, prácticamente fue jalada por Yamato a irse del lugar.


+Lo sé, las excusas agravan la falta. Sé que dije que los Lunes sería de actualización, pero ayer tuve un informe que hacer para la Universidad, entonces decidí centrarme en eso. Sin embargo, avance con el capítulo, pero a medida que avanzaba más escenas venían a mi mente, literalmente, no paré de escribir hasta las dos de la mañana cuando me llegó el sueño y el capítulo no estaba completo. Así que, preferí tomarme un tiempo para subir algo de calidad, ojalá les guste.

BethANDCourt: Holi jajaja supuse que alguien pensaría que Toshiko e Hiroaki buscarian deshacerse de ella jajaja pero no fue. Mimi y Koushiro fueron a ayudarla, en realidad, a salvarla de ese horrible destino con el fin de que ella los ayudé. Nanamim no tiene más opción que obedecer, perdió todo, su trabajo y las personas que confiaban en ella. Ya veremos que ocurrirá con ella y si Hiroaki con Toshiko se salen con la suya o no. Respondiendo tu pregunta: No, Rika no sabe que es adoptada, todavía. No daré spoiler con respecto a su situación, simplemente recomiendo continuar leyendo, se vienen cositas interesantes jsjsjs No daré mucha información ya que es algo muy crucial de historia. Lo irás descubriendo a medida que pasa el capítulo. Sí, Satomi es una bruja, insoportable. Sí, será una piedra, pero a su vez una pieza clave para Mimi jsjsjs Takeru e Hikari sufrirán, sin embargo, esto fortalecerá su relación que está recién naciendo. Sí, Takuya de a poco va siendo un apoyo, esto se debe a su personalidad innata, en Digimon se vio, Takuya ánima a todos a seguir porque es parte de su esencia y aquí lo fusiono con su interés por la música. Creo que es buena combinación para lo que se viene a futuro. Con respecto a Kouji, bueno, solo diré que queda mucho odio para él jajaja Sí, golpear a alguien está mal, pero también me reí con la escena jajaja Kiriha estalló jajaja y le queda tiempo para dejar más salir su lado bruto jajaj Siento la espera, quería hacer un capítulo de calidad y que fuera interesante, me demoré, pero salió, y largo. Ojalá te haya gustado, ojalá sigas leyendo, comentndo y esperando mis actualizaciones. Muchas gracias por leer. Te mando un abrazo a la distancia.