Palacio de Vrajitoare.
Una mujer vestida de bruja caminaba con paso firme por el largo pasillo iluminado con débiles luces, llegó hasta los aposentos de la monarca de las brujas llamada Agrat. La extraña hechicera ingresó sin golpear, encontrándolo en penumbras y vacío. Vacío porque no había nadie, muebles tenía la reina de Vrajitoare.
¿En dónde estaba? ¿Para qué? Con un carajo, ¿lo hacía salir de los espejos donde estaba ubicada su dimensión, si no era capaz de aguardar su llegada? Sorpresivamente, la extraña bruja cayó de bruces al suelo, impactando la cara contra el piso. Con rapidez se puso de pie y en guardia observó todos los rincones del lugar, pero nada... el silencio reinaba en dicho lugar, solo la cortina ondeaba, vaya a saber uno por qué ya que en el palacio real no hay viento.
Dándose cuenta de la situación, sonrió de medio lado sin dejar de apretar los puños, y un nuevo golpe en su trasero lo hizo caer desparramado. Ahora sí se encabronó.
-¡Ya, mi otra yo de esta dimensión! ¡Déjate de bromas! ¡No es divertido!- La bruja desconocida comenzó a lanzar puños al azar, peleando literalmente con el aire.
Uno de sus golpes chocó con algo sólido, recién en ese momento, cuando un sombrero de bruja metálico voló por los aires a la par que las luces se prendieron.
-Hmp. Vaya, al fín apareces. Ya me estaba aburriendo andar por ahí a oscuras- La mujer se quitó su sombrero dando con una mujer pelinegra de ojos verdes y de aspecto de entre 20 y 30 años- Un gusto en verte, Agrat, Reina de las brujas.
-Mucho gusto en volver a vernos... Agrat, bruja y líder de Black Satan- dijo la monarca de las brujas con una mirada de pocos amigos mientras miraba fijamente a la mujer de ojos verdes que por tener su mismo nombre y apariencia daba a entender que era de otra dimensión o mundo- Solo espero que no hayas roto mi sombrero real.
La mujer cerró los ojos como si le restara importancia lo de hace unos momentos.
-La importancia que me va a dar...- rió la bruja de Black Satan- Y bien, ¿Me dirás para qué el comunicado urgente?- dijo la otra Agrat sentándose en la silla del gran escritorio, odiaba salir de su dimensión, sobre todo cuando era citado por su otra yo de la otra dimensión, ya que casi siempre era por peticiones absurdas y/o estúpidas- Espero que no me hayas hecho salir de mis aposentos, con un séquito de mis Bestias Mecánicas, solo porque quieres compañía...
-Es que sí...- respondió la reina del Vrajitoare recogiendo del suelo su sombrero para sentarse de mala gana en su gabinete- ¿Me puedes decir en que fecha es en tu mundo?
-En verano. ¿Por qué la pregunta?
-Resulta y pasa que el hombre que me curó de mi ojo y al que le juré lealtad, el hombre rubio que te conté el otro día...
-Ajá... ¿Qué pasó?
La autora del genocidio de gatos mágicos quedó en silencio hasta que de repente terminó llorando estilo anime.
-Resulta y pasa que me invitó a sus aposentos en uno de los nueve portales al infierno y... Habían mujeres y...
-No me digas, que el tipo te invitó a su orgía o algo así y te fuiste como el perro arrepentido, ¿eh?
-Sí. Luzbel me invitó a su palacio, yo estaría dispuesta a darle mi cuerpo pero desgraciadamente es el hermano de esa zorra de Suikyo y cada vez que veo algo relacionado con el Kólasi me repugna- Nuevamente se quedó en silencio y tumbó su cabeza sobre el escritorio- Maldita seas, Darling...- finalizó la villana con un sollozo lastimoso.
La otra Agrat no evitó sentir algo de lástima, sabía la historia de su otra yo gracias a una de sus tantas habilidades mágicas a lo que suspiró y decidió consolarla. Era evidente que por ser su otra yo, tenía o pasaba por cosas contrarias.
-Ya...- murmuró levantándose de la silla para consolar con una mano en el hombro a su otra yo- ¿Qué dirán de la Reina de Vrajitoare? Llorando así...
-¡Has visto!- se quejó la monarca genocida- Siento que desde esos malditos gatos mágicos, todos me odian, pero yo también tengo mi corazón sensible. No me pasaba esto desde que esa perra se unió con Mictian para derrocarme.
-Lo sé- afirmó la bruja de Black Satan con un tono de voz maternal- pero dime ¿qué necesitabas? ¿O era solo eso?
-Quiero acabar con esas dos tipas, comenzando por esa Blair- explicó la reina sin vueltas, las lágrimas se habían secado como por arte de magia y ya estaba como nueva.
-Espera... ¿Las tipas que te patearon el trasero en aquel torneo de mocosos?
-Sí.
-¡¿Otra vez?!- pataleó la otra Agrat.
-Soy tu otra yo, soy como tu hermana gemela, deberás hacerme caso.
-¿Hermana gemela?- se extrañó, ese tipo de palabras no las tenía en el diccionario.
-Olvídalo... Quiero decir: soy tu...
-Sí, lo sé- interrumpió la perorata solemne de la otra- ¿Y ahora? ¿Qué se te ocurrió?- continuó con resignación- No te olvides de que nos fue muy mal la última vez... Por mi parte, hice otra bestia mecánica para matar a "La equivocación" y sus amiguitas pero como siempre su novia, la pelirroja que parece zorra, derrotó a mi monstruo y nuevamente me he ganado problemas con mi marido por eso.
-¿Ahora entiendes mi malestar? Por eso, quiero vengarme de esos sacos de pulgas- dijo la reina del Vrajitoare desesperada, colgándose de la túnica de su otra yo.
-No... No me digas que quieres de mis bestias mecánicas... No...
-¡Por favor! ¡No será difícil si nos unimos!- la sonrisa de la malvada reina daba miedo por lo sádica que era.
-No.
-Oye, no nos fue tan mal...
-¿No?- preguntó la bruja de Black Satan con perspicacia, si ella mal no recordaba les había ido no mal, muy mal, pésimo, patético, la peor etapa de sus vidas- Te recuerdo que dos tipas sobrevivientes de esa raza que creíste eliminar te patearon el trasero con sus transformaciones en Kamen Rider.
-¿Kamen Rider? ¿Que no eran trajes de combate?
-En mi dimensión, ese tipo de transformaciones se llaman así y para colmo, uno de ellos es un escarabajo... Hasta en otros mundos, ese maldito anciano me causa problemas.- Esa última parte lo dijo entre dientes- Y creer que esa basura fue mi padre.
-Ya... te quejas de mí, pero tú, tienes problemas familiares. Tu hija, la que se llama Blair resultó ser una tipa que lucha por esa asquerosidad llamada justicia y te ha dado dolores de cabeza y si no mal recuerdo, la pelirroja en esta dimensión es una de sus tantas esposas... No me sorprende viniendo de las amistades de esa bastarda de Suikyo pero el punto es que esa tipa es una molestia que solo nos trae problemas. ¿Y tu otra hija?
-Solo está con nosotros por conveniencia y por dinero.
-Lo que pasa cuando se dejan llevar por una tonta profecía.
-Y me lo dice una tipa que se volvió lunática por unos gatos. Mira, yo no tengo la culpa de eso. Es que mi marido soñó que tendríamos gemelas y una de ellos le quitaría la vida bajo la figura de un escarabajo dorado y un demonio escarlata. En un principio pensábamos que era la gemela menor pero resultó ser la mayor. Jamás pensé que por mi mente que Dokuro terminaría llevando la voluntad de ese maldito anciano.
-Bueno, pero podemos pedirle ayuda a las otras organizaciones malvadas... ¿Quizás Shocker?- propuso la reina malvada con alegría desviando el tema, no era bueno recordar los fracasos.
-No, el Gran Líder es muy belicoso y en parte medio obsesionado con matar a ese vejestorio de Hongo- objetó la bruja de Black Satan no muy convencido con la idea- Además de sus monstruos, últimamente recurren a reclutar a jóvenes como soldados pero cuando no les sale una misión bien, los terminan suicidando y eso no nos sirve.
-Cierto...- La reina de las brujas se quedó meditabundo unos segundos, hasta reconocer la verdad- bueno, estamos solas entonces...
-¡¿Solas?! Un momento... -exclamó la otra Agrat retrocediendo con las manos extendidas- Yo en ningún momento dije estar de acuerdo.
Sin embargo negarse había sido un error, los ojos de la reina genocida brillaron de furia y su túnica negra ondeó con violencia. En un segundo se apagó la magia.
-¡¿Por favor?!
-Dime que no es cierto...
La reina del Vrajitoare se arrodilló con ojos de ternero degollado y enlazó las manos
-Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor...
-¡YA CÁLLATE!- se exasperó la otra Agrat- ¿En serio exterminaste a esa raza mágica? ¡¿En serio?!
-Sí, lo sé- reconoció la reina genocida apenada, levantándose del suelo- Deberé ser más cruel, asesinar ancianos, golpear mujeres embarazadas, encerrar a niños... de alguna forma tengo que quitarme estos arranques de cursilería que cada tanto se me dan, es tan difícil y más cuando se trata de Darling, digo, Suikyo, ¿a ti no se te pegó algo?
-No, para nada...- Calló la otra bruja hasta que se le vino algo- Ya que lo dices... ¿Cómo te sentirías si te digo que me excitan sexualmente las menores de edad?
-...
-Lo digo porque una de las personas con quienes se batió a muerte contra mi hija es una enanita. Pero la hubieras visto, es muy linda, toda pequeña, con ese cuerpo de tabla y hasta diría que tiene ese lindo trasero. Por si lo preguntas, se llama Nico... Lindo nombre por cierto pero con cariño le decimos "Cáncer Menor"
-¿En serio eres la Bruja Imperial de Black Satan?- La cara de la reina de Vrajitoare fue todo un poema de asco y desconcierto- Ahora entiendo porque tu hija mayor te causa muchas derrotas...
-¿En qué estábamos?- La otra Agrat intentó volver al tema- Ah, cierto- recordó- ¡No!
-Qué malita eres...
-Y se supone que tú deberías ser la cruel aquí...
-Sí, te castigaré por eso- una media sonrisa morbosa se instaló en el rostro de la malvada reina.
-¿Qué?- Preguntó la bruja de Black Satan en son de burla- ¿Se nota mucho la ausencia en cada rincón de la casa?
-Muy graciosa, que me vi la película de las 50 sombras de Grey y me compré un nuevo kit de S&M aunque no lo pude probar por asuntos con mi reino.
-A mí no me mires, no me van esas cosas.
-Tú porque no sabes lo que es.
-Bueno, no nos desviemos del tema...- Hablar de eso con su otra yo conseguía ponerla más que nerviosa, después de ver los moretones en el cuerpo de la pobre muchacha ni borracha se sometería a ella.
-¡Asesinar, cierto! Tenemos que acabar con esos malditos gatos mágicos...
-A mí no me metas en tus juegos macabros.
-¡Mal amiga! ¿Piensas dejarme sola?
-Estoy aquí ¿no?- La otra Agrat suspiró y se sentó de nuevo en el escritorio- A ver, dime, ¿qué tienes contra los gatos mágicos? Si siguen existiendo aunque sean pocos es mejor que los dejes tranquilos.
-¡¿Qué?!
-Créeme, es duro, pero si no pudiste con esas dos mujeres que son amigas, amigas y hasta descendientes de esa tal reina Suikyo, entonces tienes que dejar esa locura de eliminar a cuántos gatos mágicos hay o existan en estos momentos. Si sigues pensando de esa manera, tú perderás más que la siguiente batalla a manos de tu Blair. Ya pasamos la adolescencia en donde lo queríamos todo y nos creíamos el centro del universo, intentando llamar la atención con cuanta cosa absurda se nos cruzara por la mente...
-Es que... estoy aburrida...- explicó la reina de Vrajitoare resoplando, con desgano se sentó en el gabinete real junto a su otra yo- Además quiero venganza, especialmente de Suikyo por haberme abandonado por una de esas basuras. Que todos se ríen de mí, ya no se cuántas derrotas llevo en mi haber desde que empecé a gobernar estas tierras. Está en juego mi reputación, ¿entiendes?
La bruja de Black Satán asintió con cansancio; a decir verdad su otra yo siempre fue igual, muy vengativa y rencorosa, aun no se olvidaba de aquella vez que aquella gata mágica Mictian le hirió en el ojo, tan arrogante y segura de su poder que al final terminó pagando las consecuencias y el presente eso aun era una espina incrustada en el ego.
-¿En qué piensas?- investigó la otra Agrat al ver a su otra yo muy ida.
-En que debo cambiarme mis tangas rojas, hace décadas que no lo hago...
-¡QUÉ ASCO!
-Pero a mí me dan suerte, son mis tangas de la suerte.
-¡Ja! Mira qué suerte, como te ha ido- bromeó la bruja de Black Satan cruzándose de brazos y echando miradas fugaces a la entrepierna de su otra yo- No te han ayudado mucho que digamos...
-¡Maldición, es cierto! Pero no me mires.
-No te preocupes...- Entre los dedos de la otra Agrat tenía la prenda interior- ¿Me permites hacer los honores?
La reina malvada estaba sin habla pero asintió quedamente dejando que su otra yo revoleara las tangas por la ventana.
La otra bruja se sentó en el escritorio mientras que la reina malvada rompió el silencio.
-¿Se puede saber como me las quitaste?
-Simple... Con magia. Te cambié tus tangas por unas amarillas. De hecho, el amarillo y el naranja son considerados en otras culturas como colores de la buena suerte.
-Oh...
-Y bien, ¿Ya se te pasó la euforia?
-Un poco...- respondió la reina de las brujas- Pero descuida que no tardará mucho en volver.
-Además, estás loco, no pudiste ni siquiera contra Suikyo y tú quieres ir contra toda una raza a lo estúpido. ¡La paliza que te va a dar!
-Pero si estamos unidas ¿no? Tú tienes tu a tus Monstruos y Bestias Mecánicas, yo mi magia y mi ejercito, o en tal caso me prestas tus Bestias Mecánicas, le ordeno que vaya de incógnito mientras está Suikyo o esa puta gata mágica durmiendo o ambas, las mata ¡y adiós escorias!
-¿En serio?- La otra Agrat se mostraba exceptica al respecto.
-Mataremos a dos pájaros de un solo tiro.
-Ni drogado te presto una de mis Bestias Mecánicas- exclamó la bruja de Black Satan horrorizada con la idea.
-Egoísta.
-Préstame algunas de tus brujas.
-No me digas que quieres a las brujas niñas, ¿verdad?
-Oye, una cosa son mis fetiches y otra son mis ideas siniestras.
-Sea lo que sea que quieras, no te lo daré. Sucia pedófila que pierde contra una zorra pelirroja y su hija tonta escarabajo.
-¡Ah! ¿Viste? A ti tampoco te gusta que te usen o te recriminen las cosas.
-Da igual, no quiero a tus estupidos monstruos, ya sabes por donde puedes metértelos...- espetó la reina genocida ofendida cruzándose de brazos otra vez y desviando la mirada.
-Me valen tres pepinos tus palabras...
-Te quemaré el culo- aseveró la reina malvada.
-Y yo te ahogaré en un pozo con pirañas.
-Bruja de cuarta.
-Le diré a todos que la reina del Vrajitoare duerme con un conejo blanco de peluche...
-¡Ah! ¡Maldita!- Se sorprendió Agrat- No serás capaz, porque yo le diré a todos de Black Satan incluyendo a tu marido, el señor Amón, que su querida e incompetente esposa le gusta follar con menores de edad y hasta les pide nudes y les mandas tributos, desnudándote y masturbándote en el baño... ¡Y SE ACUESTA CON UNA SUCIA LOST!
-¡Esas últimas cosas que dijiste son mentiras! ¡Te golpearé!- exclamó la otra Agrat sonrojada y furiosa.
-¡Atrévete, perra!- desafió la Reina del Vrajitoare.
Ambas Agrat invocaron lo que parecía ser una especie de vacío interdimensional y se adentraron en ella con tal de buscarse un lugar o sitio para combatir.
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En una alcoba de algún lugar desconocido...
Y una lucha dio comienzo, las dos Agrats revolcadas en la cama se tiraban de los pelos como toda mujer contra mujer (Clásico). Era hasta ver quién cedía primero, porque en realidad no era una lucha de puños, sin embargo cuando la bruja de Black Satan quedó sentada sobre la espalda la de la reina del Vrajitoare, golpeando la misma y haciendo resonar cada golpe, se detuvo, pues imaginó la reacción de la reina malvada.
-¡Eres un degenerada, genocida barata!
-Sigue por favor...- pidió la aludida sonriendo con lascivia- Me encanta...
La bruja de Black Satan salió del lugar poniéndose a un costado de la cama, su otra yo dio la vuelta carcajeando y quedando boca arriba.
-Cerda.
Un almohadón golpeó el rostro de la reina de las brujas, quien luego de quitar la almohada de su cara llevó una mano a la entrepierna. ¡Vaya que le gustaba sentir los golpes sobre su cuerpo! Luego pronunció con calma.
-Jajaja... Nunca me había divertido tanto desde hace mucho.
-¡¿No me digas?! Pensé que con el hecho de tu amante fuera la emperatriz de los demonios, la odiabas- ironizó la bruja de Black Satan para luego enrojecer aun más al notar el estado de su otra yo.
-Yo ahora la odio. Solo tú eres la que quiero.
-Somos la misma persona, idiota.
-¡Tú eres la idiota! ¡Ahora entiendo lo idiota que te salió tu hija escarabajo!
-¡No me compares con ese despojo! ¡Bastarda!
-¡Tú eres la bastarda, bruja pedofila!- se ofendió la reina de las brujas, no le había dejado terminar la idea- Como sea, los golpes de cualquiera de mis esclavas son débiles. Y me gusta sentir tu fuerza. ¿Tú no quieres sentir la mía?
-No... No quiero ser la de abajo- La bruja de Black Satan escondió el rostro.
-Algo me dice que sí...- La reina del Vrajitoare rió con maldad y enseguida se abalanzó sobre su otra yo moliéndola a golpes.
-¡Ya basta, reina idiota! ¡No me pegues ahí que duele!
Agrat rió sin parar, dándole golpes a la otra Agrat por donde pudo, divertida con la situación.
-¡Eres una pendeja!- se quejó la bruja de Black Satan enojada de verdad, iba a decir algo más, pero los labios de su otra yo indecorosamente se posaron sobre los suyos.
La bruja de Black Satan intentó en vano zafarse del beso, pero la reina del Vrajitoare la sostuvo con firmeza por la nuca, la fuerza de voluntad en la otra Agrat comenzó a ceder, y solo pudo decir algo cuando la reina malvada se lo permitió.
-Reina de Vrajitoare...- La bruja de Black Satan susurró apenada- somos versiones de la misma persona
-¿Y qué con eso?- Sonrió la aludida- Somos mujeres también, no te olvides que es normal entre nosotras, las...
-Pero...- intentó quejarse la otra Agrat.
-Te has revolcado muchas veces con tu marido Amón y no quieres darme una alegría a mí...- recordar eso le causaba inevitablemente tanto asco como gracia, pues de eso nacieron Dokuro y Tokime, la primera prácticamente era la sucesora de Stronger- ¿Qué le viste a ese hombre? Te sedujeron sus grandes músculos, su cautivante mirada.
-¡Lo acepté por que era el hijo del General Shadow! Mi padre biológico fue Titán pero ese desgraciado de Shigeru Jo me tomó como su hija y hasta me dio el apellido creyendo que iba a ser su sucesora o algo así pero cuando supe la verdad me fui de su lado y forjé el camino que tanto merezco- Explicó la bruja de Black Satan- Y si tuve mucho sexo con él, fue para hacerle la vida imposible al maldito viejo y demostrarle que Black Satan resurgirá y no hay nadie que lo detenga... Hasta que di a luz a esa basura que se ha vuelto en un dolor de cabeza- se defendió sumamente apenada, ofendida y enojada.
-Ya, ya, querida. Lo que pasó, pasó pero es que hace mucho que no tenemos estos encuentros... y te extraño...- finalizó la reina malvada con un tono extremadamente dulce para tratarse de ella aparentemente los vestigios de ser una de tantas amantes de la reina Suikyo no la iban a abandonar por mucho tiempo- Además... ya que estamos a solas...- Brillos comenzaron a rodear el cuerpo de la reina del Vrajitoare dando con una camiseta-brassier de color rojo y unos pantaloncillos de blue jean.
-Reina barata...
-¡Tada! ¡Todavía tengo este viejo atuendo de verano!- La reina malvada se rió notando el repentino sonrojo de la otra Agrat- Aún se ve muy bien, ¿verdad?
-Ehhh claro...- La bruja de Black Satan desvió la mirada pero era imposible evitar la belleza de su otra yo- Está bien, supongo.
-¿Quieres conocer la mejor parte?- La reina del Vrajitoare se inclinó un poco más hacia la otra Agrat la cual estaba de piedra al tenerse una vista panorámica del busto de la monarca genocida
-M-Mira... N-No soy tonta... Se que son tangas amarillas porque las que tenías las tiré a la basura.
-¿En serio piensas eso?- La malvada reina desabotonó la entrada inicial y dirigió sus manos lentamente hacia la cremallera de su pantaloneta blue jean, la descendió lentamente y bajó la prenda- Mira y admira...
-¡¿Qué demonios?!- La otra Agrat se quedó en shock y casi al borde de un sangrado nasal cuando vio lo que estaba ante sus ojos- ¡Se suponía que cambié esas tangas de otro color! ¡No lo entiendo!
-Te agradezco lo que me dijiste de los colores pero mi color favorito es y siempre será el rojo porque después de todo es el color que amo cuando mato a mis enemigos... ¿Lo estás mirando en este momento, bruja de pacotilla?- Dijo la reina malvada señalando a una tanga de color rojo pero la mejor parte era que en ella, exactamente en el centro de la prenda menor estaba un circulo negro con un solo ojo de color azul- ¿Que pasa, bruja de Black Satan? Entonces, ¿que piensas?
-No te perdonaré nunca en estampar a mi querido padre...- Una sonrisa de lado a lado se dibujó en su rostro- Pero dos juegan al mismo juego- La otra Agrat chasqueó un dedo cambiando la figura estampada en la tanga roja de su otra yo por una evástica nazi de negro.
-¿Eh? ¿Una evástica nazi?
-Iba a poner una carita de gatito pero alguien como tú que prácticamente eliminó a toda una raza hasta reducirla a simples escombros merece algo digno de sus actos, ¿no lo crees?
-No suele gustarme los símbolos pero no está nada mal, a decir verdad- Dijo la reina de las brujas mientras veía la evástica estampada- Creo que me gusta... Me gusta tanto que siento que me caliento... ¿Tú te sientes del mismo modo?
-Óyeme, reinita nazi de bajo nivel, ¿Acaso te calentaste con solo una evástica?- Dijo entre risas la bruja de Black Satan.
-Tú misma lo dijiste, es algo que va conmigo- La reina del Vrajitoare sonrió con pequeña lascivia viendo de pies a cabeza a su otra yo- Ay, mi linda otra yo. Ha pasado un tiempo desde que tú y yo tuvimos un tiempo a solas.
-Sí, bueno... sí. Justo.
La reina de las brujas se acostó encima de la otra Agrat, sus pechos grandes como de igual tamaño se amasaban mutuamente mientras sus rostros estaban a escasa distancia y un rubor invadía sus rostros. La Bruja de Black Satan envolvieron lentamente el cuello de la reina malvada incluso tocaba los lisos cabellos oscuros.
-De todos modos, ¿por qué no te me has desnudado todavía? ¿No gustan los trajes de baño o algo así?- Una sonrisa se dibujó al contemplar los brillantes ojos escarlatas de la otra Agrat- La variedad es el objetivo de la vida, ¿Sabes? Y vinimos aquí directamente desde nuestros mundos, estamos las dos a solas y no hay nadie que nos ve ni nos estorbe.
La bruja de Black Satan solamente estaba en silencio mientras miraba fijamente los orbes oscuros de la malvada reina hasta que se rió bajito haciendo que la reina de las brujas sonriera por ello.
-Jajaja, tienes un fetiche con esas cosas.
-¿Eso crees?
Las dos Agrat se miraban a la otra con una sonrisa provocativa que incentivaba a la otra para comenzar. La reina del Vrajitoare acortó la distancia entre ambos rostros y plantó un beso en los labios de la bruja de Black Satan quien solamente envolvió más el cuello ajeno hacia ella a la par que la mano de la malvada monarca entrelazaba una mano con la suya.
Las dos pelinegras estaban haciendo su particular danza amatoria, sus labios se movían de manera apasionada a la par que sus lenguas se movían como serpientes mientras sus respiraciones chocaban intensamente. Con el paso del tiempo, se agotaba el oxígeno mutuo hasta que ambas se separaron para ganar el aire.
La reina del Vrajitoare contemplaba como la bruja de Black Satan respiraba agitadamente como si hubiera estado mucho tiempo sin respirar a la par que estaba con sus ojos cerrados.
-¿Estuviste conteniendo la respiración todo el tiempo?
Al oír las palabras de la reina malvada, la bruja de Black Satan abrió rápidamente los ojos pero su rostro estaba rojo un tomate, tomate con cuerpo de puta que andaba con su puta hija escarabajo y que en buena parte acababa con sus Bestias Mecánicas.
-¡C-cierra la boca! ¡Simplemente quedé atrapado en el calor del momento, eso es todo!
La reina malvada se rió bajito ya que ver a su otra yo con esa linda actitud de una tsundere más del montón le causaba gracia.
-Antes de eso... Quiero que me muestras que llevas puesto.
La bruja de Black Satan echó un pesado suspiro.
-Ah, ni modo contigo, genocida de quinta- La bruja de Black Satan chasqueó un dedo haciendo que su vestuario de bruja desapareciera dando con una pelinegra de ojos rojos, brassier morada y tankini (Mezcla entre bikini y tanga) del mismo color con una estrella satánica estampada en la entrepierna.
Eso hizo que la reina de las brujas quedara fascinada con ojitos con estrellitas en el fondo.
-Dios mío... Estás hermosa, mamacita.
-Ya veo, ¿Quieres probar de lo que estás hecha conmigo?
-Por supuesto- En eso la malvada reina invocó lo que podía ser una especie de liquido aceitoso con buen olor y los frotó por encima de su busto sin importarle que estaba cubierto con su brassier rojo- Bueno, ¿entonces quieres que te ayude a relajarte un poco?
Aquel acto extrañó a la otra Agrat pero a pesar de ello le generó interés.
-¿Qué carajo es eso, Reina de las Brujas? ¿A dónde va eso?- Reclamó la bruja de Black Satan- ¡No solo eres una fetichista rara! ¡También tienes algunos problemas extraños! ¡Ahora entiendo porque esa Suikyo y esa raza te desprecian!
-Cálmate, ¿quieres?- Ahora la reina malvada echó el extraño contenido sobre los pechos de la otra Agrat la cual se sonrojó al ver como su otra yo le frotaba su busto cubierto con su suculento brassier- No te estoy echando lejía ni nada por el estilo.
-Sí, pero ¿que diablos es ese liquido...?
-Es sólo loción- respondió la reina malvada- ¿No has visto esto antes? Extraño...
La reina del Vrajitoare comenzó a mover su busto contra el de la bruja de Black Satan mientras que el liquido aceitoso se estaba mezclando haciendo que el volumen y el grosor entre esos grandes pares de magumbos quedaran totalmente lubricados. La otra Agrat se mordía los labios ante la sensación que le estaba dando su otra yo que ejercía el trabajo de frotar sus senos contra los suyos.
Nuevamente la bruja de Black Satan abrazaba del cuello a su otra yo mientras ésta seguía frotando su busto contra el suyo. El sudor estaba comenzando a emanar de ambos cuerpos, los gemidos entre momentos no se hicieron soltar. La reina del Vrajitoare atrapaba los labios de su otra yo de manera apasionada mientras que sus entrepiernas cubiertas por la linea de sus tangas, comenzaban a humedecerse.
De hecho, el lugar donde estaban era una especie de dormitorio oscuro donde la única iluminación eran dos lámparas grandes, una en cada esquina del extraño aposento.
Una vez más, ambas Agrat se separaron. La reina malvada estaba viendo con una sonrisa a su otra yo quien no dejaba de respirar agitada ante esa sensación que le causaba el frote mutuo de tetas.
-Entonces, ¿cómo se siente eso, eh? ¿Muy bueno, verdad?
-¡Extraño! ¡Pegajoso!...- Decía la bruja de Black Satan entre jadeos- ¡No lo sé!
-Jejeje... Esa es mi chica...
