Maki abrió rápidamente los ojos y se levantó subitamente de la cama. La pobre estaba respirando agitada y estaba sudando mientras miraba de un lado para otro. Estaba en su habitación en su departamento de Rodorio. No era la primera vez que le pasaba eso, de hecho, desde que hubo aquel combate contra los Dorados Mitológicos donde salió malherida y recientemente en la batalla que tuvo Yuzu contra la malvada Agrat, había tenido una serie de pesadillas que de alguna manera le hacían doler mucho.

Gracias a Athena que Yuzu estaba bien pero la gata mágica luego de despertar aquel poder de la Super Gata Mágica y darle una cruel batalla a la malvada reina de las brujas quedó en su estado gatuno y posiblemente recuperaría su forma humana dentro de algunos meses. Estaba al cuidado de su madre la reina Suikyo en Argentina por lo que debía respirar aliviada pero... ¿Por qué seguía con esas pesadillas?

La pobre pelirroja se sentó en la cama mientras una mano con uñas pintadas de negro le tocó el hombro, no reaccionó ya que sabía de quien era esa mano pues era de confianza desde hace mucho tiempo. La doctora giró su mirada para dar con una mujer alta de cabellera y ojos verdes que la miraba con preocupación. Ambas, pelirroja y peliverde eran las mandamases del harén, de hecho, en más de una ocasión, Yuzu dijo que entre todas sus chicas a pesar del amor que les daba hacia toda, Shaina y Maki eran lo más importante en su corazón como si fueran lo más grande y hermoso que habría logrado la gata mágica.

Y en verdad, no mentía...

-¿Volviste a tenerlas?- Preguntó la amazona de Ofiuco la cual miraba a quien prácticamente era su mejor amiga entre el séquito de amantes de la colombiana.

La pelirroja solamente bajó la mirada mientras la peliverde lo tomó como un sí. La doctora miró fijamente a la guerrera ateniense mientras sus hombros temblaban y sus ojos amenazaban con derramar lagrimas a lo que la peliverde no dudó en limpiarle de manera sutil sus lagrimas mientras ponía una pequeña sonrisa.

-No te preocupes... Yo estoy aquí- Le habló en susurro dulce- No pasó nada... Ven...

Maki no dudó en acercarse a Shaina hasta colocar su rostro en el pecho de la italiana mientras ésta con sus uñas pintadas acariciaba los cortos cabellos de su mejor amiga dentro del harén. Pero no conforme con eso, ambas se acostaron en la misma cama, la pelirroja comenzaba a temblar y sollozar mientras la peliverde la envolvía fuertemente contra su cuerpo, como si evitara que los sollozos de su amiga llenaran la habitación.

Eran horas de la mañana, afuera estaba el cielo pintado de gris mientras llovía a cántaros. Todo ese panorama hacía que la grande y hermosa habitación de Maki fuera teniendo una especie de tono oscuro como si reflejara su situación luego de los últimos sucesos.

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Maki estaba en un lugar oscuro mientras que al frente suyo estaba Yuzu tirada en el suelo mientras estaba en un charco de sangre. Eso hizo que la pelirroja quedara en shock sin creerse lo que estaba pasando a lo que fue corriendo hacia la gata mágica hasta dar con ella y en efecto, la colombiana estaba sin vida. Sentía como su corazón se estaba rompiendo en pedazos sentía la tristeza asfixiante.

Una risa malvada se escuchó por todo el lugar a lo que la doctora miró hacia arriba y vio una figura femenina de cabello blancos y ojos rojos y de buen cuerpo, la indumentaria era una lencería negra con tanga y unas alas rojas de un demonio. La malvada mujer tenía un rostro infantil pero combinado con su sonrisa macabra daba la sensación de haber presenciado la crueldad misma.

-¿Nico-chan?- La pelirroja quedó petrificada al ver a quien fue alguien en su vida siendo la autora de eso.

Nuevamente la supuesta Nico comenzó a reírse macabramente haciendo que el terror invadiera a Maki, como si quisiera que todo la asustara incluso una suave voz. La extraña mujer peliblanca caminaba lentamente con un sable rojo en manos mientras que la pobre pelirroja solamente estaba ahí, sin hacer nada, con miedo total, cada paso que daba la figura le daba más escalofríos, se sentía sumergirse en una espiral y para colmo no había nadie, estaba en la nada.

Quién diría que la vida sin alguien que quieres fuera puro terror...

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Ahora era Shaina la que se despertó confundida por las pesadillas que tuvo toda la noche. Todo desde la perspectiva de Maki. La peliverde como algunas de sus amigas comentaban algunas cosas de Nico aunque en mayoría fuesen en broma pero luego de las recientes pesadillas, de alguna manera, su perspectiva de otra más de los muchos hijos de su madre adoptiva estaba ganándose más peso.

Se suponía que esa enana tenía su vida con Franco...

A la mierda con ella, por muy hija que fuera de Asuka, le importaba una mierda su vida.

La amazona se levantó, se vistió y bajó las escaleras para ir a la cocina con tal de ir a preparar un café pero sin saberlo junto con ella iba la pelirroja. Las dos fueron a la cocina y en eso Maki fue a ver si estaba lo necesario para preparar un café, hacía mucho tiempo que Yuzu le enseñó como preparar uno y ahora lo sabía hacer muy bien.

Nada sale bueno si no se tiene café colombiano a la mano.

La peliverde bostezó llamando la atención de la doctora hacia ella.

-Ah, buenos días, Shaina- le sonrió la pelirroja aunque se borró aunque sus ojos amatistas brillaban de curiosidad- Te ves cansada.

Eran las mejores amigas desde mucho tiempo y eran sinceras de todos modos.

-Lo siento. Solo tuve pesadillas extrañas toda la noche- respondió la italiana mientras dibujaba una sonrisa.

La pelirroja nuevamente dibujó una sonrisa ya que solamente su amiga tuvo un mal rato... Bueno, las dos tuvieron un mal rato, solamente eran pesadillas. Yuzu estaba en buenas manos, recuperándose lentamente estando con Suikyo, su madre. ¿Que era lo peor que podía pasar?

-Buenos días- Saludó Candy White, reciente integrante del harén que también acababa de despertarse y estaba sirviendo un poco de café.

Cuando la rubia pecosa terminó, Maki le entregó a Shaina una taza, se sirvió la suya y comenzaron a desayunar.

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Ese día no hubo nada interesante exceptuando que todo el día los postulantes para Caballeros de Athena en el Santuario entrenaban con sus maestros y oficiales a cargo. La peliverde luego de un duro día de trabajo decidió irse a bañarse con tal de refrescarse y quizás, solo quizás, pronto dejaría que las pesadillas desaparecieran de su mente.

(...)

TRES DORITOS DESPUÉS...

Como si de una película de terror se trataba, un cuerpo estaba dentro de una gran bañera llena de un liquido rojo mientras unos golpes se escuchaban repetidamente desde la puerta. En eso, la puerta fue empujada mientras Maki, Misaki y Homura fueron hacia la bañera.

-¡SHAINA!

-¡SHAINA!

Las tres féminas fueron hacia su amiga la cual estaba sumergida en el agua la cual era roja como si fuera sangre aunque algo resaltable en eso era que habían pétalos de rosas blancas con letras escritas en rojo.

-¡Shaina, Shaina! ¿Estás bien? ¡Háblame!- Decía la doctora mientras movía desesperadamente a su compañera metiéndose en la bañera.

La peliverde abrió lentamente los ojos revelando que Maki estaba con un gesto entre desesperación y preocupación y a su lado Homura y Misaki y en medio de las tres se metió Candy o Senpai como le decían de cariño.

-¿Qué...? ¿Qué pasa?- La amazona de Ofiuco miraba por todos- Maki, chicas... ¿Por qué están aquí? ¿Que mier...?- La italiana se dio cuenta de que estaba en la bañera, y sumergida en un liquido parecido a la sangre y con pétalos de rosas blancas.

-Voy a revisarte...- Maki como la doctora que era revisó a su amiga para luego comprobar que no tenía heridas ni siquiera rastros de violencia, algo sumamente extraño.

Mientras Homura y Misaki investigaban la bañera, Candy fue con una toalla al tiempo que la amazona se ponía de pie junto con Maki. La rubia pecosa envolvió el cuerpo de Ofiuco con la toalla mientras que las dos bajitas dentro del harén tomaban los pétalos de rosa.

-Misaki... Esos pétalos y esa sangre...

-Sí, tal como lo suponía- dijo la chica del ojo de muñeca- Parece que un demonio vino y atacó a Shaina o la hechizó. Los pétalos y la sangre son un mensaje.

-¿Crees que sea alguien del Vrajitaore en busca de venganza?

-Eso no lo sé con certeza pero puede ser esa probabilidad.

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Días después

Mansión Tamakinokami, en Edo

Shaina aparte de ser miembro del ejercito ateniense también era integrante de los Kagejuuhachi que eran el equipo de inteligencia y espionaje dentro del Clan Tamaki. A diferencia que los Oniwabanshu del Shogunato, eran ninjas, espías y guerreros que investigaban y castigaban a corruptos dentro del mismo Clan o en el Distrito Gotokuji que era el distrito donde vivían buena parte del clan.

Shaina, Homura, Misaki y Dia eran parte de ese grupo y como agentes secretos estaban tratando de aniquilar a un elemento corrupto del clan pero no contaba que tenían un escuadrón de monstruos de Sesshocker a su servicio. Las chicas se enfrentaron a los monstruos los cuales eran muy fuertes y les causaron problemas a las cuatro chicas pero éstas no se dieron por vencidas dándoles una muy dura batalla hasta acabar con todos ellos aunque la que tuvo muchas heridas fue la amazona de Ofiuco.

Maki luego de atender con sus poderes curativos a sus amigas culminaba con la italiana. No había un solo momento donde la médico se preocupaba por sus amigas, en especial, por la amazona ateniense con quien tenía una fuerte amistad. La peliverde estaba acostada en un futon cómodo mientras la pelirroja estaba mirándola fijamente a los ojos con un gesto de tristeza y preocupación.

-Rosetta...- Era el apodo que le daba la peliverde en su idioma natal a su mejor amiga.

-Shaina, sé que eres una gran guerrera y alguien fuerte pero por favor, promete que no volverás a hacer esto. Sasha, Matsuri y yo estamos preocupadas. No le contaré sobre esto a Yuzu por que no quiero preocuparla, pero debes tener cuidado.

Shaina comúnmente renegaría la ayuda pero Maki y sus demás amigas eran diferentes por lo que debía dejar el orgullo a un lado y escuchar las palabras de su amiga japonesa.

-Lo siento, pensé que podía contra esos monstruos. No pensé que eran demasiado fuertes pero no iba a dejar que salieran con la suya- dijo la peliverde en voz baja, le daba pesar y culpa ver el rostro preocupado de su amiga pelirroja.

-Lo sé pero aún así no quiero que te pase algo- Un sonrojo invadió el rostro de la doctora mientras juntaba sus manos con las de la otra mujer- Si te pasa algo, nos va a doler mucho... Homura, Mimi, Dia y hasta las Mini Yuzus te quieren mucho y sería un dolor grande el no tenerte...

La pobre pelirroja no evitó derramar lágrimas, mientras que la peliverde no evitó extender una mano para ponerla en una de sus mejillas.

-Maki...

-Sabes que... No es lo que quiere Yuzu ni nosotras... No quiero perder a cualquiera de ustedes...- Se limpió las lágrimas y luego se acostó sobre el pecho de la amazona quien le acariciaba sus cabellos para consolarla- Quiero que todas seamos felices... No quiero perderte, Shaina...

La peliverde solamente estuvo en silencio mientras dejaba que su amiga pelirroja desahogara su llanto hastaque luego, ambas quedaran dormidas juntas, la amazona abrazando tiernamente a la pelirroja quien enterraba su rostro en el fuerte pecho de la otra mujer... No era la primera vez que dormían juntas, si no era la preocupación mutua, era entonces los ratos de ausencia e incertidumbre de la gata mágica a quien amaban mucho.

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En uno de tantos pasillos del Hospital Nishikino...

Maki estaba viendo en su celular algunas fotos que se tomó desde que conoció a Yuzu a sus demás nakamas como les decía a sus compañeras del harén. Fue ahí donde dio con una foto dónde estaban las tres, Maki, Yuzu y Shaina. Las tres estaban usando chaquetas de cuero y pantalones de ese mismo material...

¿Cómo no recordarlo? Fue en uno de esos viajes en moto por toda Grecia y en uno de esos parajes se tomaron una foto entre las tres. Maki como siempre estaba sonrojada, Yuzu estaba poniendo una sonrisa gatuna y Shaina estaba sonriendo radiantemente, de hecho, su cabellera y ojos brillaban de una manera que sin saberlo la hicieron sonrojar.

¿Para que ocultarlo? Las extrañaba a ambas, Yuzu se estaba recuperando notablemente pero su apariencia física era el de una niña. Hablando de eso, su madre Suikyo dijo entre bromas al ver las fotos de Yuzu de niña como de Tokime de bebé que era tan adorable, le pondría pañales, la amantaría y hasta la pasearía en una carriola. Algo gracioso por si lo imaginaba y hasta tierno pero tampoco debía ser literal... En serio, nunca se esperaba si Suikyo haría realidad sus dichos y eso teniendo en cuenta su personalidad peculiar.

Y no solo a Yuzu, Shaina también era alguien importante, su más cercana amiga dentro del harén y de alguna manera (Eso en caso de las ausencias de Yuzu por sus profesiones como Caballero Ateniense y Bugyo de Kitamachi) su amiga como compañera con derecho... Sí, ella serán compañeras con derecho y todo producto de su fuerte amistad como por el amor que tenían hacia la gata mágica quién les cambió sus vidas.

Ellas dos amaban a Yuzu, Yuzu las amaba a las dos...

Pero, ¿era malo que ellas dos se amaran a pesar de tener en su corazón y en sus vidas a la misma mujer?

La pobre doctora estaba viendo esa fotografía y luego muchas otras donde estaba aquella amazona peliverde... Su amazona.

Miraba las fotos de Shaina, mirando su cabello, sus ojos, su trabajado cuerpo, su armadura morada... Todo de ella hasta el más mínimo detalle durante minutos, de hecho, desde hace casi una hora que estaba viendo su móvil mientras alguno que otros, pacientes y doctores pasaban como si nada... Bueno, era la hija del director general y era su vida.

Yuzu y Shaina, Shaina y Yuzu... Su gatita mágica y su amazona italiana... Cada foto, cada momento plasmado la hacía crecer esa añoranza de volver a verlas y quizás estar con ellas dos demostrando su amor mutuo hasta el amanecer. Sin duda alguna, esos momentos que compartió en especial con ellas dos, eran algo que lo llevaba grabado en su corazón y en su mente, para nada del mundo no quería perder los recuerdos que le traían esos momentos.

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En una playa del estado de Guerrero, México.

Eran horas tempranas de la tarde cuando una moto de color violeta surcaban las arenas de una playa solitaria y poco habitada de un estado del suroeste mexicano el cual era uno de los más violentos del país azteca. El Santuario le asignó una misión donde debía acabar con un grupo armado del narcotráfico que estaba usando armaduras y provocaba terror en ese pueblo en el estado de Guerrero.

Shaina de Ofiuco, con su máscara y armadura puesta estaba yéndose en su motocicleta a alta velocidad cuando de pronto se detuvo a ver que estaba una especie de silueta negra a una buena distancia. Las aguas del mar estaban arrullándose calmadamente cuando la amazona se bajó de su moto hasta quedar solamente de pie viendo de manera detenida a la extraña presencia frente suyo.

La amazona caminó un poco más hasta que finalmente dio con una persona encapuchada de pies a cabeza con franjas rojas, fue en eso cuando la amazona se puso en guardia cuando sintió un fuerte cosmos que emanaba de la extraña presencia.

-Shaina de Ofiuco...

-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres?

La persona frente suyo manifestó unas alas rojas de demonio lo que hizo que la peliverde quedara en shock como si tuviera en carne propia unos recuerdos malvividos... Claro, las pesadillas que tuvo donde Maki era atormentada y Yuzu era asesinada.

La amazona apretó los puños como si no creyera lo que estaba viendo como si fuera una puta broma.

-No es cierto... Eres Nico, ¿no?

-¿Nico?- De repente una silueta roja de un cangrejo se manifestó en el pecho del manto negro de la figura mientras una especie de espada roja provenía de su costado derecho- Digamos que era antes ella... Bueno, algo muy profundo en ella.

-¿Algo muy profundo en ella?

-Así es... Yo era la parte más profunda de su ser, lo más hondo de su corazón como lo más oculto de su mente. En aquella batalla, donde Abrahel fue despertada, yo comencé a manifestarme y a liberarme de mi débil huésped hasta que finalmente, gracias a un hechizo de mi señora Agrat en sus últimos momentos de vida, pude liberarme y hacer lo que se me dé la gana.

-¿Entonces tú eres...?

-La maldad que habitaba en ella desde que nació hasta que me cansé de vivir en ese cuerpo débil y decadente...- La figura se quitó la capucha mientras que la amazona se quitó la máscara al saber que su oponente era básicamente otra de sus mediohermanas- Me presento, mi nombre de demonio de Cáncer Minori pero si gustes puedes llamarme IZO

El rostro de esa persona era la de una mujer con rasgos infantiles, su cabello era totalmente plateado y sus ojos eran rojos intensos tirando a carmesí y escarlata como si fuera el color de la misma sangre.

-Cáncer Menor... Sí, he escuchado acerca de esa constelación- La peliverde miraba fijamente a la supuesta maldad que habitaba en su mediohermana adoptiva- Una constelación perdida... Estaba entre Géminis y Cáncer hace mucho tiempo y se conformaba de cuatro estrellas débiles. No me digas que como todo perro resentido vas tras la gata mágica Blair, ¿no?

-Tienes razón, pero en mi caso es porque esa mujer arruinó la vida de mi huésped y eso pero como ella terminó como un costal de pulgas entonces aprovecho para buscar y hacer lo que quiero con sus personas relacionadas.

-Esas pesadillas... Lo de la bañera y esos pétalos- La amazona apretó los puños por la rabia hasta que sus uñas se clavaron en sus manos hasta sangrar- Ya lo entiendo, nos estabas atormentando a Maki y a mí.

-Ustedes dos son las personas más amadas de esa gata mágica pero no me gusta acabar a lo fácil. Creo que ahora entiendo a esa tipa Harumi por lo que matar a ustedes de manera rastrera sería poco emocionante así que...- La mujer se quitó el manto dando al descubierto un atractivo cuerpo femenino que superaba los 1,60, se diría que estaba en igualdad de estatura y belleza- Más vale que me des una buena pelea, tan buena que me hagas mojar las bragas... Digo, ¿alguna vez te has llegado a excitar mientras peleas? Por que yo sí y lo disfruto bastante.

-...

-No me culpes a mí, culpa a tu madre y a su estúpida raza. Ser pervertidos de todo tipo está en su naturaleza- Izo como se llamaba la mujer miró su espada- Creo que mejor no la uso, si ojo por ojo y diente por diente, entonces puño por puño- La clavó en el suelo caminó de manera sensual hacia la amazona la cual estaba esperando el primer acierto.

La indumentaria de Cáncer Menor era similar a la de una dominatriz. Llevaba un traje negro de una pieza con tacones altos y rastros de rojo carmesí en las piernas, el torso y los brazos, que también iba acompañado de un par de aretes y una gargantilla a juego.

La ropa en sí era un traje HDD negro con accesorios rosas. Consistía en una camiseta sin mangas como un corpiño que revelaba parte del escote de sus senos con tirantes muy finos y piezas en forma de botones con múltiples agujeros en el centro, una pieza de cuello con una línea brillante y una línea roja sangre debajo, pequeños tirantes que se conectaban a ella y la parte inferior de su tanga, guantes casi hasta los hombros con múltiples piezas rojas y partes largas en forma de bota que se conectan al conjunto mediante la pieza exterior. También llevaba unos pendientes finos de color rojo y negro.

La mujer estaba frente a frente con la amazona, ojos verdes y rojos se miraban fijamente. Ofiuco estaba con su mirada seria mientras que Cáncer Menor sonreía con seguridad.

-Shaina de Ofiuco... ¿Estás lista para luchar?

-Yo siempre estoy lista

-Perfecto. Pero antes...

-¿Antes qué?- La peliverde estaba por batallar, pero en ese momento, notó la mirada de la Nico malvada.

-No me había fijado, pero vaya que tienes un cuerpazo.

-¿Qué cosa?

- Sí, realmente luces muy bien- sonrió la dominatrix quien se acercó más a la amazona, pero pesar de eso, la italiana no bajaba la guardia.

-Aléjate de mí, morbosa.

-Vamos, primor... No tiene nada de malo, no me negarás que tienes un cuerpo de infarto y no solo eso, mira que pechos y piernas- La malvada se tocó un seno y frotó su entrepierna con la otra mano- Uf... Hasta me excité.

-Estás siendo...

-Podríamos hacer un trato- dijo la dominatrix mientras veía detenidamente a su oponente- Te dejaré vivir a cambio de que nos demos un revolcón, pero del bueno. Ya sabes, frote de nuestras vaginas, dándonos duro...- Nuevamente se tocó un seno y se frotó la entrepierna- ¡Ay que rico! Tengo ganas de darte una cogida, pero de esas como Dios manda y...

-Jajajajaja...- Ofiuco cortó estallando en una risa burlona- Muchas por los halagos pero... ¡Ni loca haré eso contigo!- Shaina saltó hacia atrás- Yo ya tengo a alguien especial con quien compartir momentos íntimos, además de que hice una familia y no dejaré que alguien como tú me diga que hacer.

-¿Familia?- Cáncer Menor alzó una ceja hasta que ahora su gesto se puso duro- Ya veo... Entonces son ciertos los rumores, esa gata asquerosa de alguna manera se las ingenia para repoblar esa raza extinta- calló unos segundos- ¿Y por eso me estás rechazando? ¡¿A mi?! ¡¿A la Dominatrix de la Muerte?!

-Así es, ¿algún problema?- eso cabreó bastante a la Nico malvada.

-Tu lo pediste... ¡violaré tu cuerpo y luego te mataré en nombre de la caída Agrat!

-Ven, aquí te espero.

La dominatrix de la muerte se lanzó hacia la amazona con tal de golpearla con un puñetazo pero la amazona saltó al mismo tiempo que su oponente hasta que conectó una patada voladora que dio en el rostro de la Nico malvada que la mandó al suelo. La mujer se puso de pie se limpió la sangre en su boca para luego lamerla de un modo muy sensual.

-Hmm... No sabía que mi propia sangre era deliciosa... Me gusta...

-Si serás...

La amazona y la dominatrix comenzaron un breve intercambio de golpes hasta que la italiana conectó un puño en el estomago de su oponente la cual decidió levantar los brazos manifestando unas pinzas como las de un cangrejo.

-Scissors Strike...

Izo saltó hacia Shaina y le propinó cuatro golpes de pinza sobre su cuerpo que hizo rodar a la amazona pero como la guerrera que era, la italiana se puso de pie mientras alzó su brazo derecho en el cual concentraba su ataque insignia.

-Esta es la técnica de Ofiuco... ¡GARRAS DE TRUENO!

La amazona ejecutó su ataque la cual se representaba en una cobra gigante morada envuelta en corriente electrica que fue hacia la dominatrix. Cáncer Menor se cubrió con sus brazos pinzas hasta que el ataque fue hacia ella que cayó sobre la arena pero terminó estallando en risa.

-Jajajaja...

-¿Por qué la risa?

-Tu ataque me dio cosquillas... Jajajajaja.

Eso hizo enojar a la amazona peliverde mientras que la dominatrix ahora concentraba su cosmos rojo en su mano derecha.

-Ahora es mi turno...- Una llama de color rojo estaba emanando en la palma de su mano- ¡INCENDIO FATUO!

La Nico malvada ejecutó su ataque tirando la llama a la arena dando con un gran pilar rojo sangre que iba directo a la amazona. La peliverde trataba de evitarlo pero el ataque fue muy rápido dándole de lleno y terminó en el suelo con quemaduras y su armadura quedando destrozada en su mayoría.

La Nico malvada caminó hasta quedar frente a la amazona mientras ésta se puso a pie a duras penas.

-Y bien, ¿bailamos?

-¡Como gustes!

Nuevamente las dos mujeres intercambiaron golpes hasta que la italiana iba a conectar un puño en la cara de la dominatrix pero ésta le detuvo con una sola mano, en eso mismo instante le hizo una zancadilla que hizo caer a la peliverde. Rápidamente la dominatrix saltó hacia su oponente pero Ofiuco esquivó rodando por la arena y haciendo que su oponente se diera de lleno sobre la arena.

Las dos oponentes se miraron una vez mientras estaban hincadas de rodillas hasta que ambas forcejearon por unos minutos hasta que la peliverde arrinconó a su oponente y le emprendió una serie de puñetazos al rostro pero rápidamente la dominatrix respondió dando un puntapie al cuerpo con tal de alejar a su oponente y se levantó para responder.

La amazona que también que puso de pie rápidamente y se lanzó hacia su oponente ésta vez conectando una serie de puños rápidos hacia su cara y cuerpo hasta que finalmente le propinó su Garra de Trueno enviando en el proceso a su oponente al suelo.

Izo rápidamente se puso de pie e invocó su sable mientras Shaina saltó en el aire para usar su ataque insignia pero justamente cuando la amazona llegaba hacia la dominatrix, ésta empleó un sablazo al cuerpo que derribó a la peliverde al suelo. La italiana había recibido un corte en el pecho pero eso no le impidió que siguiera en lucha a lo que se le levantó y se fue con todo.

La amazona saltó en el aire y culminó con una patada descendente, la dominatrix nuevamente usó su sable...

Ambas emplearon sus acciones al tiempo que saltaron en el aire hasta que al final, patada voladora y sable chocaron... Luego de eso, una onda de energía envolvió a las dos guerreras hasta que todo el lugar quedó iluminado de color rojo.

Finalmente ambas estaban de pie a la espalda de la otra, Shaina fue la primera en desplomarse ya que recibió una apuñalada directa en el pecho y por el sangrado quizás comprometió algún órgano mientras que la dominatrix se dio vuelta y sonriendo ahora con arrogancia.

-Hmp, finalmente gané...

De pronto, Cáncer Menor permaneció estática como si estuviera congelada hasta que su sonrisa se desvaneció de golpe, su espada se rompió en dos y vomitó sangre, cayó al suelo de rodillas y se tumbó para luego desvanecerse ante la vista de Ofiuco que estaba de rodillas y a duras penas.

-¡SHAINA!

La mencionada se dio de vuelta y sonrió al ver que era Candy, la rubia pecosa quien fue amiga de Mictian.

-Senpai...

La rubia pecosa rápidamente corrió hacia su amiga peliverde hasta dar con ella. Como era de suponer, traía su equipo de primeros auxilios o en casos extremos, sus habilidades de magia curativa.

-Shaina, ¿estás bien?- La rubia pecosa sonreía mientras alistaba para tratar sus heridas.

La peliverde sonrió y como era de esperarse se puso a hablar burlonamente.

-No, senpai, no te preocupes por mí. Si no puedo hacer mi trabajo seré una vergüenza cuando regrese.

La rubia pecosa se rio ante lo dicho por su amiga peliverde.

-Jajaja... Eres igual que Suikyo, siempre orgullosa hasta cuando te dan una paliza.

Las dos amigas se rieron hasta que Shaina se acostó mientras Candy usaba su magia curativa y vendas, afortunadamente sus heridas no fueron de mayor consideración aunque perdió algo de sangre. Luego de eso, ambas chicas decidieron irse en la moto de la italiana aunque Candy como la chica servicial que era se puso a manejar la moto... Bueno, intentar ya que terminó yéndose por toda la playa a lo tonto pero de alguna manera hizo reír como nunca a la amazona.

Finalmente acabó con ese espectro causante de sus pesadillas como las de Maki, hizo lo correcto pero a la vez se sentía culpable, posiblemente Yuzu y Maki, en especial, su amiga pelirroja estaban preocupadas por ella por exponer su vida. Era guerrera y por lo tanto era su deber sea como Caballero o Ninja pero a pesar de ello no evitaba esa sensación de haber fallado a su amiga en no cuidarse.

Pero esa preocupación se borró rápidamente cuando vio la sonrisa alegre de su senpai la cual disfrutaba mucho a pesar de nunca saber sobre el mundo moderno y sus innovaciones. Una lengua sacada y un guiño de ojo de alguna manera le dieron como una energía positiva como si la motivaba más.

"Quiero que seamos felices"

Aquella frase que le dijo Maki resonaba en sus oídos.

-No prometo nada pero lo haré, Maki...- Murmuró la peliverde.

-¿Dijiste algo?- Preguntó Candy hacia su amiga italiana.

-No, nada.

-Si tú lo dices- se encogió de hombros pero ella lo sabía perfectamente.

Estaban felices de estar otro día en la vida de Yuzu y de sus compañeras de harén. La italiana se puso al volante y la rubia pecosa se puso en el costado, encendieron la moto y zarparon de inmediato al pueblo cercano para ver si habían más de ese grupo armado del narco.