Nota: la historia original fue bajada, para mejorar algunos aspectos que no me gustaban.
Además para agregar algunas partes que escribi posteriormente, y que es mejor que vayan acá y no por separado.
Y también he ido bajando historias que no han sido actualizadas, para ir revisando las originales y ver porqué no avanzaron. Si son cortas, irán en historias cortas, que es un compendio de bosquejos y partes de diferentes historias.
"¡Ya, corten el cacareo!", vociferó Mustafá Mazur, el (despreciado) Lord Consorte de la Reina Tatiana Ivashkov.
Sip, la (vieja) bruja tenía marido.
Y ya no era mozuela, claramente.
"¡Tú ya no tienes injerencia aquí. Mazur!, le gritó el Príncipe Nathan Ivashkov, muy pagado de su persona. "¡Tu poder sobre ella se extinguió con su último aliento!", y se echó a reír, como un loco... que era; claro.
"Suerte para mí que mi esposa aún no emite su último suspiro, ¿cierto?, ¡Oh, a que no lo sabías, sobrino!". Y sonrió, con sus colmillos bien visibles.
Silencio.
Se volvieron a él... atónitos.
"¿Cómo que...?". El Príncipe Ivashkov estaba... atónito.
Eso... no era físicamente posible, ¿o sí?.
"Mi esposa, La Reina Tatiana Ivashkov; no ha muerto. No es una sucesión lo que se debe discutir aquí... Es una Regencia".
"Pero... ¡se nos dijo que... fue asesinada!", temblaba la joven Princesa Vasilissa Dragomir.
"Ah, mi querida Vasilissa. Sí, lo reconozco. Lo intentaron. Pero a una mujer sin corazón es imposible matarla, apuñalandola en él... No obstante... está muy débil. Fue con mucha ayuda médica que logramos mantenerla con vida... y con muchas inyecciones de adrenalina y con RCP, lograron que su negro y seco corazón; volviera a latir... Está -actualmente-, en un coma médico. Fue transfusionada y está aislada. Pero insisto. Está viva. Y -como su Consorte-, debo nombrar a su Regente".
"¡Yo, por supuesto!", gritó -muy ufano-, el Príncipe Ivashkov.
"¡Qué suerte la tuya, sobrino!, pero -lamentablemente-, tú no eres el pariente vivo más cercano de nuestra agónica Reina... Ni ahora, ni hace muchos años atrás... sólo eres -y nominalmente hablando-, quien dices ser, y no quién has creído ser. Eres tan sólo Lord Nathan, y No- realmente-; el Príncipe Nathan".
"Acláranos por favor; Milord", dijo la siempre práctica Princesa Ariana Szelsky.
Y también, siempre amable, además
"El hecho es que nuestras hermosas leyes, querida Ariana; fueron escritas para proteger al Trono, y no al portador del mismo. Sólo será Regente el pariente vivo más cercano al portador del Trono, le guste a quién le guste. No indica sexo -o nada-, sólo que debe ser reconocido -en vida, obviamente-, por el portador del Trono... ¿me siguen?".
Y los 12 Príncipes asintieron.
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Era algo sabido... ¿cierto?.
O eso suponían.
"Entonces vamos al cuento en cuestión", y sentó en el apoya brazos del trono. "Hace... -veamos..-ah, sí, claro-; Unos 37 ó 38 años atrás; nuestra Reina ya había sido elegida y coronada, por un par de años ya. Y aún soltera, dio a luz a una niña -viva-, y se la entregó a su padre -en completo secreto-, para sacarla de aquí".
Y todos lo miraron como si estuviera loco.
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Y Mustafá sólo les sonrió, siniestramente.
No era La Cobra por nada.
" Para eso", prosiguió, inalterado; "Tatiana debió reconocer a su hija al nacer, aunque la haya abandonado en ese mismo instante. Y aquí tengo la copia del certificado de nacimiento y el de renuncia a sus derechos maternales... ¡Un momento!".
Los frenó, ante el alza de las voces en contra de la existencia -o legalidad-, de esta supuesta hija de Tatiana.
"Creo que ustedes no saben oír. Dije hace unos 37 años... Y no fue legalmente desheredada. Sólo se la pasó al padre para criarla lejos de ella misma... Pero igualmente, es su hija. -es su sangre y su pariente vivo más cercano-. Y desde ese día, legalmente era La Princesa Real Ivashkov, porque nació de la Reina. Y ahora es La Princesa Regente Ivashkov, por obra y gracia de su madre, que aún no ha muerto".
Y distribuyó -una a una-, las 12 carpetas.
Y -amablemente-, le pasó una al Capitán de los Guardianes.
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Uno a uno, leyeron y releyeron el secreto de Tatiana.
Pero sólo uno de ellos lo reconoció por lo que era.
Y Mustafá Mazur -obviamente-, lo esperaba.
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La Princesa Vasilissa Dragomir temblaba, leyendo y releyendo, una y otra vez.
Estaba sola en su escaño -no habían más Dragomirs vivos, que hubiera podido localizar-, y lo único que nunca hubiera esperado, parecía hacerse realidad.
Pero nada había sido como lo había esperado.
¿Qué La Reina había tenido una hija llamada... Janine?, ¿eso era en serio?, ¿Janine, cuyo padre era un hombre llamado...Jan Hathaway?.
OK. Raro ni siquiera lo cubría.
¿Pero Janine, cómo la Guardiana Janine Hathaway, que calculaba tendría unos 38 años?, ¿La Guardiana Hathaway, la siempre ausente madre de Rose?.
Y si eran la misma, ¿significaba que Janine era la Princesa Regente Ivashkov?.
Eso significaría que Rose Hathaway -¡sí, su Rose!-, era La Princesa Ivashkov hasta que su madre -La Princesa Real Ivashkov, ahora La Princesa Regente-, terminara su servicio como tal!.
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"Yo soy Vasilissa, La Princesa Dragomir", se levantó Vasilissa, dejando la carpeta sobre su sitial. "Yo afirmo mi alianza y la de toda mi Casa con Su Alteza Real, La Princesa Regente Ivashkov, y con todo su linaje", dijo, con voz firme e hizo una sutil reverencia a Mustafá Mazur, y al Trono vacío.
Se quedó de pie, erguida y blanca como una estatua... en medio de un sitio baldío.
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Lord Anthony Szelsky -hermano de la Princesa Ariana-, miraba a la carpeta, a su hermana y a la Princesa Dragomir.
Ida y vuelta.
Luego frunció el ceño. Y entrecerró los ojos.
Eso no podía ser verdad, ¿cierto?.
Sumó dos más dos... Y dilató los ojos.
"Esta Janine... debe ser mi guardiana, Ariana", le susurró al oído a su hermana, quien dilató los ojos como platos. "Su padre es el Hathaway, evidentemente... Y su hija es la amiga -y enlazada-, de la Princesa Dragomir. ¿Recuerdas los rumores de que fue secuestrada y devuelta a la Academia?, y luego... ¿realmente secuestrada por Dashkov?", ella asintió, con los labios muy apretados, para que no se le arrancara un grito poco digno.
Luego tragó saliva.
"Y ese elemento X en todo el asunto, es la hija de Janine ; Rose Hathaway. Se la llevó para protegerla. Y fue ella quien la rescató de Dashkov".
Ariana asintió, también haciendo las sumatorias correctas.
"¿Y sí sabes quién es el padre de esa hija de Janine, cierto?, el mismísimo Abe Mazur", ella se volvió y lo miró a los ojos, parpadeando.
"¡El viejo zorro!", murmuró Ariana, "la hija de tu guardiana es nieta de Mustafá Mazur... La Reina le negó un hijo, y él va y hace que su único hijo -de alguna forma-, tenga una hija con la hija abandonada por su esposa. ¡Qué venganza más dulce!... bueno. Regencia será", suspiró.
Así que se levantó de su sitial, para dar su palabra en el tema.
"Yo afirmo mi alianza y la de toda mi Casa con Su Alteza Real, La Princesa Regente Ivashkov, y con todo su linaje".
Y también hizo la reverencia al Lord Consorte y al Trono Vacío... no por mucho.
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Lord Adrian Ivashkov miraba la carpeta -sin entender-, pero luego vio a Lissa pararse.
Luego a Lord Anthony Szelsky decir algo al oído de su hermana.
¿Hathaway?, no podía ser, ¿cierto?... 37 años.
Y comprendió... algo... cruel...
¡Que Rose era su prima!.
Independiente del rango de su madre y del suyo propio; era la consanguinidad lo que más le dolía.
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Pero ahora importaba más el tema de La Regencia, y lo comprendía bien.
Que su padre jamás la aceptaría.
No podía refutar el derecho de su propia prima -La Princesa Real Janine Ivashkov Hathaway-, pero podía dilatarlo... hasta la muerte de La Reina.
Pero Adrián no lo permitiría.
Debía sacarlo del juego, usando las mismas leyes.
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El protocolo decía que el Príncipe o Princesa de la Casa -Nathan, en ese caso-, debía rechazar la ascensión de La Regencia -3 vez ante testigos-, para que su heredero tomara su posición.
Si Adrián lograba que su padre rechazara públicamente La Regencia, el Principado pasaría a él.
Y sería él quién debería coronar a la Princesa Real y ella a su hija.
Su prima. Su amor.
Así que presionó a su padre. Una. Dos y al final...
"¡No!, no acepto que esa bastarda desconocida me robe lo que es mío por derecho de nacimiento!", le gritó por tercera vez.
"Entonces, Lord Nathan Ivashkov... No eres digno de portar la Corona del Principado Ivashkov", dijo Adrian, siguiendo el protocolo al pie de la letra, "Y por el bien de nuestra Casa Real, yo asumiré su gobierno como El Príncipe Adrian Ivashkov", y lo hizo levantarse y sentarse tras él.
Luego, se mantuvo de pie ante su sitial.
"Yo afirmo mi alianza y la de toda mi Casa Real con Su Alteza Real, La Princesa Regente Ivashkov... y con todo su linaje".
Él debía agregar Real, porque eran la familia directa de La Reina... ya no sus parientes más directos.
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Todos los demás aún dudaban.
Era evidente que Vasilissa Dragomir sabía bien de quién se trataba.
La Princesa Ariana lo sospechaba.
Y le era relevante al nuevo Príncipe Adrián.
Pero el resto no podía situar a esa nueva Princesa.
¿Era hija de quién, decían?, ¿quien tenía una hija -oculta o no-, llamada Janine?.
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Para los príncipes Rufus Tarus, Ronald Ozera y Reginald Lazar -los de mayor edad-, dejar el poder era como echarse a morir.
Para las Princesas Eileen Voda y Anastasia Dashkov, era renunciar a algo que había llegado... de improviso.
Y para el resto de los Príncipes... bueno, era cuestión de qué principios quisieran seguir en esto. Retener el poder en lo desconocido, o renunciar...
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El Príncipe Zeklos seguía en edad al Tarus, al Ozera y al Lazar.
Él era apenas un bebé cuando su madre -La Reina Emérita Ekaterina Zeklos-, llegó al Trono de las 12 Gemas.
Asumió el Principado Zeklos a los 18 años -su padre fue el Regente Zeklos hasta entonces-, y también fue llamado Príncipe Real hasta el retiro de su madre... Y ahora era hora de retirarse.
Debió hacerlo muchos años atrás, pero su madre le pidió ser sus ojos y sus oídos.
Y ahora, la vieja Reina Emérita se sentiría muy a gusto con todo lo que pasaba.
"Milord. Yo soy viejo"; le dijo a Mustafá, "será mi hija, Lady Katarina, quién tome el destino de la Casa Zeklos en sus manos... ¿hija?.", puso ambas manos sobre sus hombros, "Su Alteza", inclinó la cabeza ante ella, "toma tu lugar como Princesa Zeklos".
Ella caminó hasta el sitial, pero no se sentó.
"Yo afirmo mi alianza y la de toda mi Casa con Su Alteza Real, La Princesa Regente Ivashkov... y con todo su linaje", dijo sin dudar, haciendo las reverencias de ritual.
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La Princesa Marcella Badica sólo observaba.
Tenía una prodigiosa memoria, que ocultaba diciendo que siempre anotaba todas las cosas... pero en su mente.
Y sacó de su prodigioso archivo mental algunas notas...
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Hathaway. Dhampir. 17 años. Quién salvó a la Princesa Dragomir -su enlazada-, de las garras de Dashkov.
Hathaway. Dhampir. Guardiana. ¿35 años o 36 años; tal vez?, lideró el rescate en las cuevas de St. Vladimir. Y además; madre de la más joven.
La joven Hathaway. Ya de 18 años y una brillante guardiana; volvió a rescatar a La Princesa Dragomir del secuestro por parte de ese strigoi que fue regresado a dhampir.
Una -la madre-. era pelirroja.
La hija de pelo oscuro.
Así que se centró en sus características físicas. Era el mismo rostro en madre e hija.
Mustafá Mazur -El Lord Consort-, y la joven Hathaway compartían los mismos ojos y pelo.
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Abby -rescatada de las cuevas-, le comentó que el padre de esa niña dhampir apareció para su graduación.
Un hombre de pelo y ojos oscuros. Zmey,-dijo que lo llamaban.
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Pero Zmey era el hijo del Lord Consorte.
El hijastro de la reina.
Y eso hacía a la más joven... nieta del Lord Consorte.
Y de la reina, por afinidad familiar.
El Lord Consorte Mazur estaba casado con La Reina, en un matrimonio sin hijos.
Pero ambos los tenían de antes... ¿si?
Ese rostro. La madre y la hija... forzó su memoria.
Las había visto.
Separadas -siempre separadas-; ¡no!, en La Corte de Justicia... ¡allí!.
La joven pasó junto a La Reina, que se volvió para saludarla o para despedirse...
Y situó la imagen. La fijó. La amplió.
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¡Era el mismo rostro!.
En la Reina recién coronada. Una muchísimo más joven, evidentemente (unos 40 años atrás, más o menos).
En la Guardiana pelirroja.
En la joven heroína dhampir.
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La Anciana. La Matrona. La Doncella.
¡La eterna trilogía Sagrada!.
Se levantó pesadamente, y dejó los documentos en su sitial.
"Yo afirmo mi alianza y la de toda mi Casa con Su Alteza Real, La Princesa Regente Ivashkov... y con todo su linaje", se levantó y dio un paso adelante.
Ya lo sabía todo. E hizo sus reverencias.
Porque la Heroína se había vuelto una Princesa.
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El tiempo corría.
Al atardecer, debería iniciar La Regencia.
Y si los otros Principados no aceptaban para entonces, serían forzosamente reemplazados.
Así que -uno a uno-, le ganó al poder a la cordura.
Y todos hicieron el juramento ritual a La Regencia.
