TARDE O TEMPRANO SE DESCUBRE TODO
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Al fin había terminado la semana y el grupo de Gryffindor salían de sus clases o al menos de tres de ellos; el profesor Slughorn había encargado a Pettegrew llevar material y algunos libros hacia su despacho, por lo que el castaño, caminaba a tropezones, llevando su encargo por los pasillos del castillo, sin pensar que detrás de él había un grupo de Slytherin cazándolo.
Abigail también había terminado sus clases y caminaba hacia su sala común, cuando unas risas y el jadeo de alguien llamó su atención, curiosa, cambió de dirección hacia el escándalo, solo para encontrar, en uno de los patios, a cuatro chicos con sus capas de Slytherin rodeando al pequeño amigo de Remus. Peter había soltado todos los libros, mientas desesperado buscaba su varita en el suelo. Abigail lo observó, nervioso y abrumado, sin saber precisamente como defenderse, estaba más que claro, él era el menos hábil del grupo y si se envalentonaba y molestaba a los otros era bajo el resguardo de James y Sirius; soltó un suspiro y negó con la cabeza, mientras daba la vuelta, ese no era su asunto, el pequeño roedor se lo había buscado y no ganaría nada metiéndose en medio.
- ¡Hey basta! En cuanto tome mi varita… -El grupo de chicos lo rodearon mientras tenían a sus pies la varita del chico.
- Jajaja no eres tan valiente si los otros idiotas aquí ¿Cierto? –Un chico alto y pelirrojo levantó su varita dispuesto a hechizarlo
-Expelliarmus
La varita de madera oscura salió volando hacia a un lado, el grupo de Slytherin volteó, por la derecha Abigail se aproximaba, con la varita en mano. La pelinegra caminó, hasta colocarse frente al Gryffindor.
- Braun –gruñó a quien había desarmado –¿Qué demonios quieres?
- Saben que dañar o intimidar a otro estudiante está prohibido ¿No es verdad? –dijo sin emoción alguna.
- Es un Gryffindor –gruñó –Ni siquiera es de nuestra casa
- Eso no tienen nada que ver, dudo mucho que él les haya provocado o dañado en algún sentido, así que solo se están metiendo con él por diversión, algo que podría quitarles más puntos
- ¿Afectaras la casa por un adorador de muggles? –preguntó con sorna
- Eso podría preguntarles a ustedes –la chica seguía tranquila, lo que había molestado más al grupo
- Mestiza traidora –gruñó un pelinegro, esta vez, ya fuera de sus casillas –El señor oscuro tiene razón, son solo un lastre, pero pronto vendrá y barrerá al mundo mágico de todos ustedes…
La amenaza enturbió el ambiente, que pareció enfriarse casi instantáneamente. Abigail se tensó de inmediato, apretando su varita entre sus dedos, desde finales del año anterior, el ambiente de la casa de Slytherin había cambiado, tornándose cada vez más oscuro, los grupos de adoradores de magia negra y maldiciones aumentaban y las palabras "sangre limpia", "mestizo" y "sangre sucia" se usaban a menudo para categorizar a alguien y tal vez, en algún momento escuchó, entre murmullos, un discurso de odio, donde involucraban a los muggles como seres inferiores, pero… ¿Desde cuando Voldemort había cambiado al "Señor oscuro"?
- ¿Acaso ya estas aterrada mestiza? –el chico pelinegro sonreía de lado, sacando a Abigail de sus pensamientos
- ¿Por qué? ¿Por unos idiotas que se creen superiores por su familia?
Uno de los que lo acompañaban soltó un gruñido y bajó su mano hacia su bolsillo, rápidamente sacando su varita para hechizarla, pero la chica ya se encontraba con su varita en mano, apuntándole directo al rostro.
- Ni siquiera se te ocurra, saben que estarán en el suelo antes de que si quiera sepan que hechizo usar –amenazó, mientras Peter, que ya se había puesto de pie, se colocó tras ella, temblando levemente.
El chico se detuvo, observándola con furia a los ojos, buscando un espacio para poder usar su varita, mientras ella continuaba apuntándole. De pronto, otro chico a su derecha aprovechó la pelea de miradas para sacar su varita y tratar de hechizarla, pero Abigail fue más rápida, desvió su varita, lanzando su hechizo
- ¡Depulso! –el chico salió disparado un par de metros atrás, soltando su varita en el proceso. El resto de los Slytherin voltearon realmente sorprendidos, pero para cuando volvieron a enfocarse en ella, ya se encontraba apuntándoles –Vamos, traten de hechizarme, saben que estarán en el suelo junto con él, antes de que levanten su varita
El grupo de Slytherin quedó quieto, analizando la situación, calculando si era posible un duelo en ese momento, ya con dos de los suyos desarmados. Finalmente el pelirrojo, quien había sido primer desarmado hizo un asentimiento al resto
- Vámonos –el resto de su grupo lo siguió, recogiendo sus varitas y dando vuelta – Será mejor que cuides tus espaldas Braun, que no somos los únicos…
Y tras su última advertencia, dio vuelta, alejándose junto con el resto, cuando al fin desparecieron de su vista, la chica permitió bajar su varita y soltar el aire que había contenido, eso había sido perturbador, aun sabiendo de que en su casa no era precisamente bienvenida, la amenaza le había erizado la piel, guardó su varita y giró solo para encontrarse a un muy sonrojado Peter, quien le veía con admiración
- ¡G-gracias! –Soltó casi en un gritito –Yo no sabía que hacer ¡Y tú eres tan genial! En verdad ¡Gracias!
El chico era apenas de su altura y ella sí que era bajita, con los cabellos marrones rojizos y tal vez un poquito relleno, le observaba encantado y ella se golpeó la frente mentalmente ante lo que había hecho, al inicio estaba a punto de dar vuelta, no queriendo complicarse más la vida, pero al pensar en que era el amigo de Remus y cuanto significaba para él, sus pies se movieron solos y cuando menos se dio cuenta ya estaba en medio de todo, apuntando con su varita, tonta y mil veces tonta. De pronto el contacto de unos brazos rodeándole le atrajo de nuevo, subió ligeramente la mirada para observar al chico que sonreía mientras le abrazaba.
- ¡Aléjate! –soltó sorprendida ante el contacto y le empujó tratando de separarse, aunque lo hizo con más fuerza de la necesaria, derribando al chico al suelo
-¡Déjalo en paz serpiente!
Un grito detrás de ella llamó la atención de ambos, que voltearon para observar como unos furiosos James y Sirius se acercaban a pasos marcados, Abigail frunció el ceño y se separó rápidamente de Peter, maldijo internamente, ya había tenido suficientes emociones en ese momento como para aumentarlas con un malentendido con los gryffidors. En cuanto James y Sirius llegaron dirigieron su vista a la varita del chico en el suelo, el pelinegro la levantó mientras sacaba la suya, y James levantaba al más bajito.
- ¿Qué demonios le hiciste? –gruñó Sirius, mientras arrojaba la varita a James
- No he hecho nada –le aseguró la chica
- Te hemos visto lanzarlo al suelo –se unió el de las gafas, después de entregarle su varita a Peter
- E-esperen chicos… -murmuró nervioso el más bajito, pero los otros dos se encontraban bastante ocupados rodeando a la chica y parecieron ignorarlo
- Si aprovechaste cuando estaba solo, déjame decirte que ha sido un grave error, serpiente –Sirius le apuntó con su varita amenazante
Abigail se tensó de inmediato y apretó su varita, sabía que el par de leones eran hábiles, mucho más que el grupo de Slytherin al que había ahuyentado, además de que no podía hacer nada, eran los amigos de Remus después de todo, soltó un gruñido, buscando como zafarse del problema.
De pronto, Remus apareció por la colina, prácticamente corriendo, se abrió paso entre el par de chicos y se colocó frente a la pelinegra, con las manos arriba, enfrentando a sus amigos por primera vez en su vida.
- ¡Deténganse ya!
Todos guardaron silencio, los tres leones mantenían muy abiertos los ojos y sin premeditarlo bajaron lentamente sus varitas. El más alto lucía agitado por la carrera, pero en cuanto vio que las varitas bajaron se volteó hacia la chica, dándoles la espalda
- ¿Lunático?
La pregunta de Sirius quedó al aire, Remus pareció ignorar todo a su alrededor, los ojos se fijaron en la pelinegra y se acercó un poco más, tomando sus mejillas entre sus manos con una mueca de preocupación, mientras buscaba algún daño
- ¿Estas bien? –Preguntó aflijido, mientras la pelinegra parecía aun absorta ante su acción –Abi –cortó su nombre y acarició sus mejillas con los pulgares -¿Estas bien?
La pelinegra se sonrojó violentamente, la mención de su nombre, su rostro preocupado y el anterior enfrentamiento a los suyos, había hecho que sus ojos brillaran al verlo y su corazón latiera como nunca antes lo había hecho; logró asentir levemente, mientras cerraba los ojos disfrutando las caricias de sus manos
- Estoy bien… –murmuró
De pronto, el gruñido detrás de ellos pareció sacarlos de su burbuja, ambos había olvidado donde estaban y con quien al frente, se habían dejado guiar por sus emociones y ahora había resultado en un enorme problema. Los chicos de Gryffindor lucían absortos, aunque el primero en salir del estado de sorpresa había sido Sirius, que los veía confundido pero con el ceño fruncido.
- ¿Qué demonios está sucediendo aquí Remus?
El chico pareció tensarse, Abigail soltó un suspiro y chasqueó la lengua, mientras se separaba de sus manos y se alejaba un par de pasos de él
- No es lo que… -trató la chica de explicarlo
- Ella es mi novia –Remus le interrumpió, con un tono que no dejaba réplica, lo más seguro que lo habían escuchado hablar desde que le conocían, Abigail volteó y los colores se le subieron al rostro, mientras sus compañeros le veían atónitos
- ¿De qué hablas Remus? –preguntó esta vez James
- Ella es mi novia –reiteró el más alto y se acercó hasta ella, tomando su mano –S-salimos desde hace un tiempo y no… no quiero y no pueden hacerle daño
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Los chicos en la sala común de Gryffindor lucían sorprendidos, las voces y la fuerte discusión proveniente de uno de los dormitorios había roto la paz de toda la casa. Subiendo las escaleras, en uno de los dormitorios de Gryffindor reinaba el caos, los cuatro chicos residentes se encontraban en una acalorada discusión, uno de ellos, el enjuiciado, se encontraba sentado en su cama, de brazos cruzados, exasperado ante sus dos principales interrogadores.
-¡¿Estás loco Remus?! –Estalló Sirius, mientras caminaba de un lado a otro revolviéndose el cabello con desespero –¡De todas las mujeres de Hogwarts ¿Tenía que ser ella?!
– ¡Eso a ti no te importa Canuto! –gruñó Remus
– Lo siento Remus –esta vez interfirió James, que estaba sentado en su cama, con las manos entrecruzadas y observándolo con cautela –pero en esta ocasión debo estar de parte de Canuto ¿Cómo sucedió todo esto? ¿Y por qué precisamente con ella?
- ¡Una serpiente! –volvió a gruñir Sirius
Remus frunció el ceño, sintiéndose atacado por primera vez por ellos, no lo entendía, se supone que eran sus amigos, debía apoyarle, debía encontrarse feliz por él, eso era lo que querían, que estuviera con alguien y ahora que le había encontrado, parecía que todos perdían la cabeza, ¿Y que si era una Slytherin? Le quería y ella a él. Los gritos de Sirius, junto con la mirada juzgadora de James lo habían hartado.
- ¿Por qué? ¿Preguntan por qué? ¡Por que ella no me ve diferente! –Al fín Remus, el tranquilo Remus había estallado, los veía con molestia y su casi grito había callado a sus dos amigos –¡Ustedes no pueden entenderlo y nunca van a hacerlo, porque no son yo! Pero Abigail sabe lo que soy, sabe en el monstruo en que me convierto cada Luna llena y aún así, aún con todo lo peligroso que puede ser… no me teme –murmuró cada vez más bajo, bajó la mirada mientras un color rojo se apoderaba de sus mejillas –ella ríe conmigo, me toma la mano, me abraza, me besa… aun cuando estoy a punto de transformarme, ella no se aparta y no me teme. Para ella, soy normal…
Los chicos lo veían impresionados, por supuesto sabían de lo complicado que era la condición de Remus y que aunque ellos no hacían diferencias, muchos afuera lo harían, de ahí que todo fuera un absoluto secreto, nadie debía enterarse, por eso entraron en pánico cuando Braun lo había descubierto, y aunque habían tratado de alejarla, esa chica los había ignorado por completo.
- Lunático –Sirius trató de hacerlo reaccionar
- Me importa –interrumpió nuevamente –Ella me importa y mucho, y no quiero ustedes se entrometan, siempre han estado cuidándome y se los agradezco, pero no tienen que hacerlo con ella, estaré bien, todo estará bien, se los prometo.
Terminó el chico, sonrojado y nervioso ante su ataque de sinceridad, los observó cauteloso, tal vez había ido demasiado lejos, tal vez podrían molestarse con él y eso sería un grave problema, pero no quería que ellos se metieran con Abigail, mucho menos la alejaran, eso, tal vez podía dolerle aún más.
- De acuerdo –la primera voz que escuchó fue de James, que había soltado un suspiro y asintió, Remus abrió los ojos con sorpresa
-¡¿Que?! ¡¿Estás loco cornamenta?! –Sirius volteó hacia su amigo con enojo
-Basta Canuto –James le lanzó una mirada de reprimenda que acalló a Sirius, pero no disminuyó su molestia, soltó un suspiro mientras se levantaba de la cama –Nuestro Lunático ya es bastante mayor para elegir a su chica –soltó una sonrisa –además debemos darle el beneficio de la duda, aunque sea una slytherin –Black chasqueó la lengua, pero James hizo caso omiso y se acercó a Remus tomándolo de los hombros –Lo sentimos Rem, solo nos tomaste por sorpresa, pero sabes que te apoyamos y siempre puedes contar con nosotros.
El de cabellos castaños se levantó de la cama y abrazó a James, con un alivio recorriendo su cuerpo, a pesar de la discusión todo había resultado bien y con un nuevo beneficio, ahora sus amigos sabían de su relación y ya no tenían por qué esconderse, soltó una sonrisa mientras se separaba de James, bastante emocionado.
-Gracias chicos ¡Debo ir a verla! Nos vemos –y antes de que pudieran replicar salió de la habitación
–¡Estás loco cornamenta! –Sirius regresó a su estado fúrico, mientras Peter daba un salto ante el grito –¡¿Qué has hecho?! No quiero verlo cerca a esa serpiente
James soltó un suspiro y se arrojó a su cama nuevamente, por supuesto que Sirius no era el único preocupado, él no estaba para nada feliz con la cercanidad de la chica pelinegra, pero ¿Qué podía hacer? Habían tratado de alejarla, habían rondado alrededor de Remus para evitar que se acercara, y aun con todo eso, ambos habían buscado momentos para estar juntos y ahora Remus tenía sentimientos por ella, fuertes sentimientos. Nuevamente la idea de que la chica de Slytherin era peligrosa entró a su cabeza, por supuesto que lo era, se le había metido a Remus hasta las entrañas y lo que lo estresaba aún más es que no conocía la razón.
-Lo sé Sirius, créeme que lo sé, pero… dime… ¿Alguna vez has visto a Remus estallar de esa manera? ¿Defender algo? ¿O simplemente sonreír así? –Sirius abrió los ojos con sorpresa y guardó silencio, no definitivamente no –Ya lo había notado, pero no pensé en ello lo suficiente, desde hace un tiempo Remus se ve diferente, desde que se volvió Prefecto y supongo es por esa chica, lo había atrapado observándola, además, sus trasformaciones no son tan traumáticas, y siempre le veíamos con libros o dulces en la enfermería, cosas que nosotros no llevábamos, y… la forma en como la veía…
- ¡Por eso precisamente! Remus no tiene experiencia en eso ¿Qué pasará si esa serpiente no es como él la piensa? ¿Y si juega con él? O… si piensa delatarlo…
-No me malentiendas Sirius –interfirió James de inmediato –Tampoco me fio de ella, pero no quiero que Remus tenga razones para alejarse de nosotros
- ¿Entonces?
- Hay que alejarla, sutilmente… destapar lo que en realidad es… puedes hacerlo ¿No es verdad Canuto?
Sirius abiró los ojos con sorpresa, mientras una sonrisa arrogante zurcaba su rostro, claro que lo había comprendido, prácticamente él se encargaría de alejarla de Remus, él y sus encantos.
- Déjamelo a mí cornamenta –le aseguró
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