*La primera cita*

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Remus se encontraba fuera de la entrada de la sala común de Slytherin, había llegado 5 minutos antes de la hora, llevaba un par de pantalones marrones y una camisa azul claro. Tamborileaba los pies ansioso, cuando de pronto la pared se deslizó hacia un lado, dejando abierta la entrada a la sala común, de su interior emergió una bajita chica pelinegra, luciendo una falda larga color amarilla y una camisa blanca, adornada con un par de pajarillos en el cuello, Remus sonrió al verla y se acercó hasta ella.

- Hola –le saludó de inmediato

- Hola

Abigail ladeó la cabeza, espiando a sus espaldas, en búsqueda de sus inseparables amigos, pero se encontraba solo, él sonrió divertido y ella sacudió la cabeza, a veces olvidaba que ahora podía andar sin escolta.

- No están –afirmó divertido

- Lo sé, es solo que es extraño no verlos rondando a tu alrededor

Remus sonrió y se acercó a ella, agachándose ligeramente y besando su mejilla, Abigail se sonrojó de inmediato y bajó la mirada ligeramente avergonzada. Aún le parecía extraño poder recibir esas demostraciones de cariño, pero después de todo el escándalo armado y de que Remus corriera a su lado diciendo que sus amigos ahora lo sabían todo, parecía que esconderse no tenía mucho sentido. Aún recordaban aquella primera vez en donde pudieron demostrar algo de cariño y que no fuera ocultos en la oscuridad del castillo.

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Caminaban por los pasillos del castillo con rumbo a la sala común de Slytherin, habían recién salido de su clase de su última clase de Runas antiguas y aunque a muchos de sus compañeros les extrañó verlos salir juntos, no parecieron tomarles más importancia. Caminaban tranquilamente mientras compartían una charla sobre el día, uno al lado del otro y aunque ni siquiera se tocasen, parecía que estuvieran en un lugar apartado, uno en donde solo existían ellos y el resto del mundo había desaparecido. El día había estado bien, de no ser porque habían dejado bastantes deberes en clase y como no tenían ronda nocturna no podrían verse más tarde, por lo que aprovechaban hasta el último instante juntos.

Remus se detuvo justo en las mazmorras, el final de su acompañamiento ya que le era imposible entrar, Abigail volteó hacia él con una sonrisa

- Gracias por acompañarme Remus, te veré mañana en clase

- Si…

Remus guardó silencio desviando ligeramente la mirada, sus pensamientos se debatían en su cabeza, mientras sus manos sudaban y jugueteaba un pie en el suelo; volvió nuevamente su vista a la pelinegra, observándola con más atención, sus ojos dorados, su sonrisa, su cabello, era simplemente preciosa; Abigail ladeó la cabeza confundida

- ¿Remus?

El castaño apretó las manos en puño y tragó saliva, necesitaba hacerlo, ahora o estaba seguro perdería el valor de un momento a otro y entonces tal vez jamás podría hacerlo, se acercó un paso más, desenvolvió sus puños y su mano izquierda se dirigió a la mejilla de la chica, atrayéndola hacia él, mientras sus labios se hacían uno con los de ella, en un suave roce, en un pequeño beso.

Abigail abrió los ojos con sorpresa y en cuanto Remus soltó su mejilla se alejó un paso, mientras con su mano cubría sus labios, cuando cayó en cuenta donde se encontraban giró su cabeza en todas direcciones, pero no había nadie, se encontraban solos; aunque Remus notó perfectamente su acción.

- Abigail. L-lo siento –se disculpó de inmediato –Creo me he excedido, pensé… bueno pensé mal, si tu no querías que esto se sepa…

-¿Tú quieres que otros lo sepan? –interrumpió la pelinegra sorprendida

- N-no veo por que debería esconderlo, pero si tu no quieres…

Los labios de Abigail le interrumpieron, ella se había puesto de puntas y colgado de su cuello, atrayéndolo hacia ella, dándole un beso un poco más largo que el anterior.

- Esto es lo que quiero Remus –le sonrió, haciendo que los ojos del chico brillaran y una sonrisa boba cruzara su boca.

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Ambos chicos caminaban por los pasillos del colegio, el día de ayer, después de clases, Remus había invitado a la chica a Hogsmade, Abigail había aceptado casi de inmediato, emocionada (aunque no lo aceptara) por una cita con el chico, aunque en ese momento no se dirigían precisamente hacia la comunidad mágica, si no al otro lado del castillo, a los campos de quidditch.

- Lo siento en verdad Abigail –Remus se disculpaba por décima vez en lo que iban desde que la recogió en su sala común –se suponía que este día sería nuestro, pero los chicos consiguieron un tiempo para entrenar y me han insistido toda la tarde de ayer, ya sabes que James y Sirius se empeñan en que todos estemos ahí.

El chico lucía realmente afectado y ella soltó un suspiro, tenían un plan, pero por supuesto ese par tenía que meterse en medio, y aunque sabía que Remus siempre estaba allí apoyándoles, pensaba que ella en especial no era precisamente bienvenida y aunque trató de pasar de ello, y decir a Remus que tal vez salieran más tarde, él parecía que en verdad quería que lo acompañase, así que había aceptado.

- No pasa nada –Remus sonrió

- ¡Gracias! en cuanto eso termine te aseguro que iremos a Hogsmeade y pasaremos un día fantástico

Ella sonrió y asintió ¿Cómo podria negarle algo a Remus? En cuanto llegaron al estadio, subieron por las escaleras, hacia la parte que usualmente llenaban los greiffyndores en los partidos, ahí ya se encontraba Peter, quien tenía un par de banderines rojo y dorado

- Hola –Remus le saludó de inmediato -¿Ya ha iniciado?

- ¡Hola Remus! –volteó hacia su compañero –apenas han sacado las pelotas –ladeó ligeramente la cabeza encontrándose con la pelinegra y abrió los ojos con sorpresa – H-hola Braun –tartamudeó ligeramente, ella lo observó por un momento antes de hacer un asentimiento con la cabeza a modo de saludo– Y-yo… -tartamudeó –Gracias... ya sabes por lo del otro día…

Abigail abrió los ojos con sorpresa, no esperaba que siquiera los chicos notaran su presencia, por lo que el agradecimiento la tomó por sorpresa. Remus sonrió y volteó ligeramente hacia ella, asintiendo.

- No hay de que –contestó simplemente, pero Peter asintió animado y sonrió tanto como Remus.

Los dos chicos tomaron asiento al lado del chico, mientras el entrenamiento iniciaba, Abigail nunca había estado muy interesada en el Quidditch, tal vez en algún momento había tratado de practicarlo, pero siendo sincera no era tan buena sobre una escoba, además de que si tenía que volar, prefería hacerlo por ella misma, convertida en cuervo. Volteó hacia Remus quien platicaba con Peter con ánimo, mientras observaba a sus dos amigos en el aire, aunque nunca lo había visto en el equipo de quidditch parecía un experto en el juego, posiblemente por tanto tiempo observando al otro par. Soltó un suspiro y rebuscó en su bolsa, sacando un libro, mientras Remus estuviera cómodo no creía le interesara que ella estuviera en otra cosa, la finalidad después de todo era estar juntos, y ambos lo estaban, sentados uno al lado del otro en la grada, con sus rodillas casi rozándose.

De pronto el sonido de otras personas acercándose la sacó de su lectura, levantó la mirada encontrándose con tres chicas que se acercaban del lado de Peter, las reconoció de inmediato, la prefecta de Gryffindor Lily Evans y sus dos inseparables amigas, la rubia y muy popular entre los chicos Marlene Mckinnon y la tímida castaña Mary Mcdonald de Hufleppuf.

- ¡Hola! ¿Llevan mucho tiempo? –Preguntó de inmediato la rubia, acomodándose en la grada

- No tiene mucho que inició –aseguró Remus

- ¡Hola Mary! –Saludó Peter con entusiasmo mientras la observaba con un ligero sonrojo, a lo que la castaña dio una pequeña sonrisa y levantó la mano ligeramente como saludo, pero al ver a Remus se sonrojó completamente y se escondió detrás de Evans

- H-hola Remus –murmuró bajito Mcdonald, mientras desviaba la mirada nerviosa, Lily soltó un suspiro aburrida, expresando claramente que no quería estar precisamente ahí, pero en cuanto notó la presencia de la Slytherin abrió los ojos con sorpresa

- Hola Mary –Remus saludó a la chica con una sonrisa –Hola Lily

- Remus –saludó la chica, aunque su atención estaba fija en la pelinegra

- ¡Shh! ¡Chicas vamos siéntense ya! –Exclamó Mackinnon, mientras observaba con un suspiro a los jugadores, Lily quien estaba a punto de saludar a la pelinegra, rodó los ojos soltando un bufido y se dejó caer a un lado con los brazos cruzados, volviendo a su mal humor

- No puedo creer que nos hayas convencido de venir –gruñó, olvidando por completo a la chica de Slytherin

- ¡Oh vamos! no es tan malo, además ¿Acaso no les gusta la vista? –soltó una sonrisita, mientras acariciaba un mechón de sus cabellos y seguía con la vista a uno de los jugadores, a Black.

- Yo no le veo nada interesante –bufó de nuevo la pelirroja

- No debe ser interesante Lily –le regañó –solo disfruta verlos sobre su escoba, no puedes decir que James no se ve atractivo, con el cabello revuelto y buscando esa Snitch.

Llily soltó un suspiro y decidió ignorar a la rubia, pero dirigió su vista al campo, donde ambos chicos jugaban, para colmo tenía razón, James se veía bastante bien sobre su escoba, serio, maduro, mientras con seguridad lideraba a su equipo. Abigail también había desviado la mirada al campo, después de la cháchara de la rubia, no había podido regresar la atención a su libro y con curiosidad decidió averiguar la razón de que estuvieran ahí, fijó su mirada en el equipo, y debía darle la razón a Marlenne en algo, Black y Potter se veían bastante mejor sobre una escoba, casi podía olvidar lo idiotas que eran en realidad.

Sirius, quien acababa de realizar una anotación, sintió la mirada sobre él, por lo que volteó encontrándose al grupo de féminas y a sus dos amigos en las gradas, su vista se desvió de inmediato a la pelinegra y sonrió divertido al verla observarlo y, aprovechando el festejo del resto, voló en su escoba, directo hacia las chicas, mientras hacía volteretas y esquivaba ágilmente una bludger, hasta llegar al nivel de las gradas, frente a ellas y observándolas con coquetería.

- ¿Qué hay chicas? ¿Se divierten? –Sirius sonreía de lado, tal y como sabía que volvía locas a las chicas

Marlenne le sonreía y sus ojos brillaban emocionados, se veía desde lejos lo colada que estaba por el Black, y aunque el chico le sonreía con coquetería, en algunas ocasiones su vista se desviaba hacia la derecha, justo desde donde la pelinegra le observaba con una ceja levantada. La acción de Sirius atrajo la atención de James, que al ver a Lily no dudó en acercarse con la misma coquetería de su amigo.

- Pero si es la bonita Lily –le saludó en cuanto estuvo frente a ella casi rozando la grada con su escoba, Lily se sonrojó por un segundo ante el cumplido, antes de fruncir el ceño y cruzarse de brazos –¿Te diviertes?

- Lo hacía antes de que vinieras –rodó los ojos

-Oh vamos, no seas mala –murmuró casi en un ronroneo –aunque si prefieres solo mirar… no me disgusta –le sonrió mientras jugueteaba con la Snich en su mano derecha, la pelirroja volvió a sonrojarse y se levantó de golpe

-Es suficiente Marlenne, te dije que no debíamos venir –gruñó –Si era solo para verlos, se ha quitado el encanto apenas abrieron su boca

-Al menos si te encantamos de cierto modo, Evans –Sirius interfirió divertido

La chica volvió a sonrojarse, tanto que se confundía con sus cabellos, pero dio vuelta molesta y comenzó su andar farfullando, Mary quien lucía incómoda ante la discusión, se levantó rápidamente

-L-lo siento –dio una rápida despedida y siguió a la pelirroja –E-espera Lily

-Gran entrenamiento Sirius, tal vez nos veamos después –Marlenne jugueteó nuevamente con su cabello

- Tal vez –aceptó Sirius

- ¡Vamos Marlenne! –el grito de Lily interrumpió su flirteo

La chica soltó una risita, mientras le guiño un ojo con coquetería y se levantó para apresurada correr detrás de sus amigas. Black soltó una carcajada y acomodó sus cabellos, mientras James observaba a Lily como un tonto enamorado. Remus suspiró y negó con la cabeza mientras se apretaba la nariz como si pareciera darle una migraña.

- Deberías dejarla en paz James

- Pronto caerá Lunático –sonrió de lado –Además, al menos sé que le gusto sobre la escoba –le volteó a ver diverido

- Hasta que hablas –Sirius soltó una carcajada y recibió un pequeño golpe en el brazo por parte de su amigo

Remus volvió a suspirar y volteó hacia su derecha, donde Abigail observaba algo confundida la escena, sonrió levemente.

- ¿Lista Abigail? –la chica levantó la mirada hacia él y asintió –Bien, ya han terminado de entrenar y nosotros teníamos planes, así que nos vemos más tarde

Y sin esperar respuesta ambos se levantaron de la grada y comenzaron a caminar; dejando atrás a los tres chicos sorprendidos.

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Remus y Abigail caminaban por las transitadas calles de Hogsmeade, los fines de semana los estudiantes de Hogwarts solían caminar por el pueblo para distraerse, aunque su atención en ese momento se concentraba en la joven pareja, muchos de los estudiantes a su alrededor no dudaban en dirigir su mirada a ellos al verlos pasar, extrañados, pues no era nada común ver a un chico de griffyndor y una Slytherin pasear juntos.

- Entonces… a dónde te gustaría ir –murmuró Remus, ligeramente cohibido ante las miradas, ella pareció notarlo así que trató de aligerar el ambiente con una sonrisa

- Bueno, tú me prometiste un día fantástico

El alto chico abrió los ojos con sorpresa y se quedó callado por un momento, durante hace algunos días había planeado esa cita, pero ante su nula experiencia, estuvo observando algunas parejas por un tiempo y llegó a la conclusión que muchas chicas deseaban una cita en la empalagosa Casa de té de Madame Tudipié, y aunque él no parecía muy ansioso por entrar si quiera a ese lugar, se había prometido que esa cita sería la mejor que pudiera darle y si tenía que ir a ese rosa lugar lo haría.

-Vamos entonces…

La chica asintió con una sonrisa y caminaron un par de metros más por la larga calle, sin notar que a sus espaldas eran vigilados muy de cerca. Justo detrás de ellos un grupo de tres chicos caminaban amontonados, cubiertos por una capa de invisibilidad que les daba el incognito.

- ¡Auch! Fíjate Canuto–se quejó James al ser pisado por el más alto detrás de él

- Pues caminen más rápido que perderemos a Lunatico –gruñó en un susurro

- Lo siento chicos –murmuró Peter, quien iba hasta enfrente

- Esto es ridículo, apenas se miran ¿En verdad tienen una cita? –el pelinegro rodó los ojos

-Eso dijo Remus –contestó James

De pronto la pareja se detuvo y el resto también lo hizo antes de casi chocar contra ellos, levantaron la vista hacia el nombre del establecimiento y abrieron los ojos con sorpresa

- ¿La casa de té…? –logró murmurar Peter, antes de que James cubriera su boca de inmediato, Remus había volteado y observa a su espalda

- ¿La casa de té? –preguntó Abigail, recordando aquél día con Severus en el que se había imaginado, Remus volteó nuevamente hacia ella

- Si bueno… p-pensé te gustaría entrar… -murmuró avergonzado

-M-me encantaría –trató de sonreir y ambos se encaminaron a la puerta

- ¿Es enserio? ¿La va a llevar al lugar más soso del mundo? –nuevamente Sirius se quejó

- No quiero entrar ahí –lloriqueó Peter

- C-creo es lo que para él es una cita… -trató de explicar James

Nuevamente se detuvieron y Remus volteó hacia atrás, casi seguro de que en esta ocasión escuchó algo y los chicos se detuvieron de inmediato, cubriendo sus bocas los unos a los otros.

- ¿Pasa algo Remus? –nuevamente la chica llamó su atención

- No, lo siento… ¿Vamos?

Remus abrió la puerta y de inmediato fueron recibidos por los colores pastel, la música romántica y un par de querubines que les lanzaron confeti rosado, ambos chicos dieron un paso hacia atrás aparentemente asustados ante la atmósfera, y los otros tres saltaron de igual manera al ser casi atropellados por ellos. Abigail sintió un escalofrío, si bien se había imaginado ahí adentro, no había pensado que seria así, todo parecía… demasiado. Remus también estaba impresionado, volteó asustado hacia la pelinegra, si bien había sido su idea ahora no le parecía lo más inteligente que se le había ocurrido ¿Por qué a las parejas les gustaba ir ahí? Ahora si lo pensaba bien, no sabía si estaría cómodo en un lugar como ese…

- ¿A-abigail?

- No quiero entrar –soltó la chica sin pensarlo, volteó hacia Remus avergonzada –No me mal interpretes, por supuesto quiero esto, bueno la cita, la cita contigo, pero ese lugar… -mordió sus labios indecisa –sé que tu querias venir pero…

-No quiero entrar ahí –le aseguró de inmediato, sorprendiéndola

-¿Eh?

- B-bueno, vi que muchos tiene sus citas aquí y escuche a varias chicas de Gryffindor hablando sobre lo mucho que les gustaría las trajeran, así que pensé…

De pronto la suave risa de la pelinegra le interrumpió, Abigail trataba de contenerla con una mano, pero parecía ser imposible y Remus quedó pasmado ante el dulce sonido y su rostro sonrojado, Abigail soltó un suspiro y cerró la puerta del establecimiento, para voltear hacia él con una sonrisa.

- Quiero una cerveza de mantequilla –aseguró, sacándole una sonrisa

- Yo también

Y tal como había llegado a la Casa de té se marcharon en dirección a las tres escobas, con el grupo de chicos detrás de ellos.

- Al menos la chica es consiente –murmuró James, Peter asintió con la cabeza, pero Sirius soltó un bufido

Abigail y Remus llegaron hasta las tres escobas, Remus abrió la puerta, permitiendo la chica entrara primero, pero antes de que él entrara, sacó su varita y con suave movimiento hechizó el piso atrás de él, volviéndolo resbaloso y en cuanto el grupo de chicos lo pisó, cayeron de bruces al suelo. Remus sonrió divertido al escuchar el estruendo y cerró la puerta detrás de él, sabía perfectamente que sus amigos iban tras de él, pero era su cita y no la arruinarían, ya hablaría con ellos más tarde.

James se retiró la capa de invisibilidad, revelando a los tres chicos en el suelo.

- Maldito Lunatico –jadeó Sirius sobándose en la cabeza

- Se dio cuenta que lo seguíamos –murmuró James

El de las gafas se levantó junto con los otros dos chicos para espiar por la ventana, Remus y Abigail ocupaba ya una mesa, lo más alejado posible del ventanal, seguramente por idea de Remus, lo único capaces de ver era que hablaban tranquilamente, uno frente a otro con un par de cervezas de mantequilla entre ellos.

- Seguramente se molestará si entramos –espiaba Peter, sobándose la nariz

- Si, debe estar más alerta en este momento –el de las gafas soltó un suspiro

- Pff –bufó Sirius –Esta cita es la más insípida que he visto, ella es una chica insípida, no he visto algo más aburrido –se quejó Sirius

- Bueno, al menos podemos agradecer que no todos sabrán de ellos antes de que podamos alejarla –murmuró James, con sus otros dos amigoa sintiendo estando de acuerdo.

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Después de un par de horas, Remus y Abigail salieron de las 3 escobas, ambos caminaban mientras pequeñas risitas salían de ellos, toda la incomodidad que habían sentido había pasado a segundo plano y ahora disfrutaban tranquilamente tal y como hacían en sus noches de vigilancia, por supuesto con sus tres espías detrás, aunque ahora lo suficientemente lejos para que Remus no los notara.

Caminaron por Hogsmeade de regreso, parando en algunos escaparates y atravesaron los campos de Hogwarts, donde por primera vez en toda la cita Remus se atrevió a tomar su mano, ella pareció levemente sorprendida, pero de inmediato correspondió, entrelazando sus dedos con los de él. Caminaron un poco más, deteniéndose cerca del enorme lago negro, donde Remus le ayudó a subir en una barda de piedra, para luego él sentarse a su lado.

- Me gusta mucho el lago negro –murmuró la pelinegra

- ¿En verdad? Yo preferiría otros lugares –le vio divertido

- Bueno, es que no has entrado a la sala común, siempre refleja una luz verdosa al interior, aún en las noches –la chica mantuvo la mirada en el lago –cuando todos están durmiendo y en silencio me gusta disfrutar de ella, ya sabes, nadie te molesta –Remus la observaba preocupado

- ¿Siguen molestándote?

- No más que siempre –mintió sonriéndole –Aunque realmente en este momento no me interesa mucho lo que digan sabes… -levantó los hombros, restándole importancia

- ¿Por qué? –ladeó la cabeza curioso

- Bueno, te tengo a ti

Remus abrió los ojos con sorpresa y se sonrojó completamente, causando que la chica soltara una risita, quien de inmediato cerró la corta distancia entre ellos, jalándolo de la camisa para que estuviera a su alcance y junto sus labios con los de él en un beso; Remus a pesar de haber sido tomado por sorpresa no tardó en responder. El primer beso en toda la cita, pero extrañamente con un toque tan íntimo y romántico que incluso logró incomodar al grupo de tres chicos, escondidos entre los matorrales, que decidieron habían visto lo suficiente.

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Más tarde la puerta del dormitorio de Griffyndor se abría, Peter estaba acostado en su cama mientras comía algunos dulces, mientras James y Sirius se encontraban uno frente a otro a mitad de un partido de ajedrez mágico, en cuanto oyeron la puerta voltearon, Remus acababa de llegar al dormitorio después de llevar a Abigail al suyo.

-¿Qué hay Lunático? –saludó James, como si nada

- No mucho –murmuró caminado hacia su cama y quitándose el suéter

- Si, es claro que no mucho –murmuró Sirius con burla, recibiendo un puntapié del de las gafas, pero era demasiado tarde, Remus lo había escuchado, se detuvo un momento, tomó un suspiro y arrojó su suéter a la cama, antes de voltear hacia el trio de amigos con una sonrisa falsa

- Bueno, ustedes lo saben a la perfección después de todo ¿no? –los tres chicos sintieron un escalofrío mientras él se cruzaba de brazos frente a ellos –creo debemos tener una larga charla de lo que se debe hacer y no por un amigo ¿vale?

Y aunque el chico mantenía una sonrisa, podían observar claramente lo molesto que se encontraba en ese momento, lo que auguraba una noche larga e intensa de regaños del "tranquilo" Remus.

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