*El baile de navidad*
El ambiente festivo se podía escuchar por todo Hogwarts, el último evento del año tendría lugar en un par de horas, y pronto podrían volver a sus hogares para las vacaciones. En el dormitorio de Gryffindor todos parecían animados, Peter arreglaba su corbata nervioso, había conseguido una acompañante de 5to grado, una pelinegra bajita, pero bastante linda. James soltó una risa y en cuanto terminó de arreglarse el costoso traje de gala, se acercó al chico, acomodando su corbata. James no tenía una cita clara, aunque eso no parecía importarle, de todos modos se había puesto su mejor traje, con la esperanza de que, con esfuerzo, podría conseguir que Lily al menos le concediera un baile y si no lo lograba, estaba aún más seguro de que alguna chica estaría encantada de bailar con él.
Sirius veía todo enfurruñado, acostado en su cama. Se encontraba molesto, por primera vez, en toda su estancia en Hogwarts se encontraba sin pareja, los últimos meses había estado tan ocupado en cierta Slytherin que había pasado por completo el evento y no se había dado el tiempo de conseguir a alguien. Cuando se lo pidió a Marlenne, quien siempre estaba dispuesta a estar con él, le había dicho que había conseguido una cita.
Soltó un bufido, espiando hacia la cama de Remus, que se encontraba vacía, su amigo se había arreglado desde muy temprano y había partido hacia las mazmorras, en busca de su novia, la entrometida de Abigail Braun.
La chica de Slytherin le había resultado bastante problemática desde el inicio, acercándose y haciéndose con su vulnerable amigo, buscando quien sabe qué cosa… o al menos eso pensaba al inicio, porque Abigail Braun era un total enigma. Al verla pasear por los pasillos o en alguna clase no podías obviar a que casa pertenecía, ambiciosa… astuta… fuerte... Claro, hasta que se topaba con Remus, ya que parecía transformarse completamente, a un pequeño conejito, que con sus ojos dorados vivaces, observaba y jugueteaba alrededor de Lunatico, totalmente enamorada. Luciendo como una buena chica… soltó un gruñido, recordando el evento de hacía algunos meses.
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Sirius caminaba por los pasillos directo a su clase, Mcgonagall le había atrapado en una jugarreta y el resto de sus amigos habían tenido que adelantarse. Giró en uno de los pasillos, solo para encontrar a Greengrass con la varita en alto, acorralando a un pequeño chico de Ravenclaw, frunció el ceño de inmediato, desde hace un tiempo, los Slytherin solían amedrentar a chicos menores y de otras casas, en especial si no coincidías con su tan amado "estatus de sangre". No lo pensó ni dos segundos, cuando ya había empujado a Greengrass, y se había colocado frente al chico, con su varita en alto
-¿Qué demonios crees que haces Greengrass? –El pelinegro soltó un gruñido
- Black –soltó con molestia y acomodó su túnica – Se supone los gryffindors ya están en clase
- Por suerte no –sonrió de lado –¿Por qué no dejas a este chico en paz y te metes con alguien de tu tamaño?
- Primero debo encontrar a alguien ¿No crees? –relamió sus labios
Sirius frunció el ceño y apretó más su varita, recordando algunos hechizos para lograr desarmar al Slytherin, mientras él parecía calcular lo mismo. Antes de que la pelea iniciara, los tranquilos pasos y una femenina voz les detuvieron.
- Greengras detente –los dos chicos voltearon, observando como Abigail se acercaba a paso seguro, hasta llegar al lado de Sirius
-Braun –gruñó el de Slytherin –Siempre metiéndote donde nadie te llama
- Solo si a quien está causando problemas es un idiota –el chico frunció el ceño y apretó más la varita en su mano, sin embargo, ella no pareció alterarse.
- Ya lárgate Greengrass –interfirió Sirius –quiero usar hechizos, pero necesito alguien que me muestre un reto
- Te encuentras en desventaja… y lo sabes –aseguró la de ojos dorados –Márchate
Greengras gruñó y apretó su varita, negándose a dar la vuelta, sin embargo, reconociendo su clara desventaja, decidió, al fin, dejarlo por terminado, se acomodó la túnica y guardó su varita.
- Pruebas tu suerte Braun, metiéndote en el camino y enredándote con los estúpidos griffyndors –Sirius soltó un gruñido –después arreglaré cuentas contigo
Y sin más, dio vuelta, desapareciendo por el pasillo. Abigail soltó un suspiro, volteó hacia Sirius y el más joven, murmurando un lo siento y comenzó su andar. Sirius hizo una mirada al más joven para que no se apartara y caminó unos pasos tras ella.
- No necesitaba tu ayuda, yo podía hacerlo solo –le aclaró, Abigail se detuvo y volteó hacia él
- Lo sé, pero Greengrass suele envalentonarse cuando se encuentra con alguien solo, empezaría un duelo y entonces ambos tendrían problemas. Eres amigo de Remus y le importas, así que si puedo evitarte problemas, lo haré –Sirius pareció sorprenderse
- Todo esto ¿Lo haces por Remus?
- Haría todo por Remus –se sinceró –incluso tratar de llevarme bien con una persona a la cual sé que no le agrado. Además, supongo que tú también quieres así a Remus y deberíamos tolerarnos, ya que ambos permaneceremos a su lado, así sería todo mucho más fácil para él ¿No crees? Tal vez… ¿Una tregua?
Sirius soltó un gruñido y se hizo unos pasos atrás, ella sonrió un poco.
- Está bien. Tal vez más adelante –murmuró la chica, siguiendo su camino
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Su encuentro en el pasillo no hizo más que causarle cada vez mayor curiosidad acerca de la chica de ojos dorados. Una acción como esa solo podía colocarla como la chica buena y enamorada de Slytherin, siendo capaz de tratar de hacer las paces, incluso con él, con tal de que Remus se sintiera cómodo… y situación tras situación lo único que hacía era reafirmarlo
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Era el último partido de quiddittch del año, Gryffindor contra Slytherin, como siempre, uno de los partidos más esperados y para aderezar el encuentro, una fuerte tormenta de nieve se desataba sobre ellos. Como era costumbre, ni las condiciones extremas podían detener un partido, por lo que lo único que los jugadores podían hacer era tratar de conseguir puntos, mientras los buscadores se esforzaban en obtener la Snitch.
El frio había empeorado y ni con los guantes de piel de dragón o las gafas contra nieve, podían menguar las condiciones, Sirius sentía que cada vez más sus manos se congelaban y le era cada vez más difícil tomar las quaffle para poder anotar y por más que sus ojos buscaran a James, parecía que este había desparecido.
El pelinegro dirigió su mirada a las gradas de Griffyndor, donde encontró a sus amigos, envueltos en gruesas chamarras y gorros, pero agitando sus banderines apoyándolos. Peter gritaba y daba saltos, mientras Remus hacía lo mismo, sin embargo, tenía su brazo alrededor del cuerpo de la bajita de Braun, que lucía aún más diminuta entre los gruesos abrigos y la bufanda verde y plata alrededor de su cuello, el único punto verde entre el mar rojo que se movía ansiosos por el partido. Sirius se quedó estático por un momento, observándola curioso, Abigail no era de las personas que acudían a los partidos, sin embargo se encontraba ahí, con las manos en puños, los ojos bien abiertos e incluso podía aventurarse a decir que con emoción observándolos jugar. De pronto, la mirada de la chica se dirigió hacia él, los ojos dorados sobre los suyos, pero sus cejas se curvaron en una mueca de preocupación, el sonido del aire golpeándolo era ensordecedor, pero pudo leer perfectamente sus labios "¡Cuidado!" Sirius actuó casi de manera automática, se movió hacia la izquierda apenas un segundo antes de que una Blugger pasara a su lado, casi rozándole la mejilla, de no ser por ese movimiento, definitivamente lo hubiera noqueado. Volteó sorprendido hacia la chica que le veía de la misma manera, apenas por un segundo, cuando James pasó volando, justo frente a él, con la mano estirada, casi a punto de tocar la pequeña pelota dorada.
¡Potter! ¡Potter! Las gradas empezaron a corear su nombre, y en un último estirón, el chico de las gafas logró tomar la snitch, haciendo resonar el silbato que da por terminado el juego, Gryffindor acababa de ganar el partido. Sirius volvió su vista nuevamente a la chica que ahora era abrazada por Remus, pero lograba ver a la perfección como ella sonreía y vitoreaba emocionada y contenta, en verdad feliz porque Gryffinfor ganara.
Volvió a topársela hasta la fiesta de celebración, todo Griffyndor celebraba y la sala común rebosaba de personas que bailaban y se divertían festejando su triunfo. Remus llegó más tarde, por supuesto de la mano de Braun, que por primera vez había entrado en territorio Gryffindor, sin embargo, parecía que al resto no le interesaba su presencia, mucho más ocupados en vitorear a su equipo de Quidditch. Sirius los observó moverse despacio, casi invisibles hacia la zona menos concurrida, donde se encontraba Evans, con una bebida en la mano.
- Hey James, mira quien llegó
El de las gafas bajó de los hombros del resto de su equipo y dirigió su mirada hacia donde su amigo le indicaba, por supuesto no notando a la pareja, si no a la pelirroja a su lado, le hizo una seña a Sirius para que lo siguiera y se acercó galante hacia Lily, jugueteando con la snitch en la mano.
- ¡Lily! ¿Me viste jugar? ¿Disfrutaste del partido?
Lily desvió la mirada de los chicos para ahora dirigirla al castaño que se acercaba a ella e involuntariamente el sonrojo se apoderó de sus mejillas, no podía negarlo, James lucía muy atractivo, con el uniforme, los cabellos revueltos y la sonrisa arrogante. Sirius lo notó y sonrió divertido
- ¿Te quedaste sin palabras Evans? –Pregunto divertido, ella le mandó una mirada con molestia y se cruzó de brazos
- Si, lo vi, como todo Hogwarts –obvió la chica, tratando de ocultar sus sonrojo, sin embargo, soltó un suspiro y volteó a verle, directo a los ojos –Pero debo aceptar… lo hiciste muy bien James
Ambos chicos, tanto James como Sirius parecieron sorprenderse, incluso James se había sonrojado levemente, ante la primera vez que Lily le llamaba por su nombre, emocionado ahora se acercó más a ella con una enorme sonrisa.
- ¿Verdad que si? ¿Acaso no me ves más atractivo ahora?
Lily se sonrojó aún más, aunque bien esta vez podría haber sido de coraje y frunció el ceño, pero antes que pudiera reclamar algo, Abigail abrió la boca
- Solo si estas sobre una escoba… hasta que abres la boca –interfirió, casi en un susurro pero que fue lo suficientemente fuerte para que todos los escucharan.
Todos voltearon a verla, sorprendidos ante las palabras que alguna vez Lily le mencionó a James en un entrenamiento de quidditch, Abigail pareció darse cuenta de su error y cubrió sus labios con una mano pero pronto las risas se hicieron a su alrededor.
- Es totalmente correcto Abigail–asintió Lily riendo
- Que mala Braun, todavía que estás en mi casa disfrutando la fiesta –murmuró James dolido, aunque escondía una risa que estaba a punto de salirse
- L-lo siento –se disculpó la chica
Pero la pelinegra había logrado aligerar el ambiente entre James y Lily, incluso a él mismo le había hecho gracia el estúpido comentario, le observó ligeramente tímida, antes de que Remus le sonriera y acariciara sus cabellos, a lo que ella levantó la mirada con un ligero sonrojo y una cálida sonrisa, mostrando sus perfectos dientes, como perlas.
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Abigail Braun, la chica de la que obtenía más intrigas que respuestas, la pelinegra se había echado a todos a la bolsa, a Remus, a Evans, ahora incluso a Peter y a James, con su desmedido amor hacia Remus. Porque podía verlo, los ojos de Abigail se iluminaban al verlo, como si Remus fuera una luz brillante y ella una estúpida polilla atraída hacia él. Y Remus no se quedaba atrás, se emocionaba cada vez que ella estaba cerca, si tuviera una cola, o al menos si la tuviera todo el tiempo, no dudaba que la estaría en un movimiento perpetuo. Frunció el ceño, porque ahora incluso hasta a él parecía agradarle, condenada bruja ¿Qué le había hecho?
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- ¿Ya estás listo Canuto?
La voz de James le sacó de sus pensamientos, tomó un suspiro y dejó de jugar con el botón de oro de su saco color vino.
- Sí, estoy listo –Y sin más, los tres chicos bajaron al salón principal, donde se desarrollaría el resto del baile.
Sirius bajaba las escaleras, buscando un poco de paz mental y tratando de alejar los pensamientos sobre Abigail Braun, por supuesto no lo logró, justo frente a ellos ya se encontraba Remus con ella a su lado, la pelinegra llevaba un bonito vestido color marrón rojizo, el cabello suelto y acomodado con un lazo dorado. Platicaban animados al lado de Lily y su pareja, un chico de Hufflepuf, y dos chicas más de Ravenclaw a las que jamás les había hablado, sin embargo, su atención se centró en Remus, y como a pesar de estar ligeramente separados, Lunatico mantenía aferrada la mano de la chica con la suya, acariciando con sus dedos el dorso mientras ella jugueteaba acariciaba los suyos de vuelta. Bufó nuevamente, a veces Remus la hacía ver como si ella fuera frágil, como si cuando la tocase podría romperse en miles de pedacitos, algo que definitivamente no podía suceder, Abigail no podía romperse, era por mucho más fuerte y ruda que muchas brujas e incluso magos, más fuerte y hábil que el mismo Remus…
- ¡Hola chicos! –Remus les saludó de inmediato
- Hola –James bufó en cuanto vio al chico de Hufflepuf, que pareció hacerse pequeño en cuanto él estuvo cerca. Lily lo notó de inmediato y frunció el ceño, mientras tomaba su mano.
- Hola –saludó la chica
El ambiente pareció tensarse al instante, parecía una pequeña batalla de miradas entre ambos, hasta que Marlenne y Mary se acercaron con sus respectivos acompañantes. Ambas chicas lucían espectaculares, con sus vestidos rosa y amarillo respectivamente.
- ¡Hola chicos! –Marlenne les saludó animada, al menos hasta que notó a Abigail –Braun –murmuró con desagrado hacia la chica, que pareció no tomárselo a mal
- McKinnon –respondió como saludo
Lily se dio cuenta del cambio de humor en el ambiente, al igual que Remus y Mary que se veían incomodos, por lo que la pelirroja fue la que decidió parar el momento.
- El festín de navidad empezará pronto, así que deberíamos sentarnos…
Y como si todos sintieran el mismo ambiente, asintieron para acomodarse en la mesa, que por supuesto era la misma y empezaron el festín. La comida más incómoda que todos hubieran tenido, donde no faltaran las miradas de disgusto, desaprobación y molestia, por suerte pronto terminó para dar inicio al baile, donde no hacía falta que todos estuvieran en la misma mesa. Remus y Abigail jugueteaban entre ellos un par de sillas alejados, mientras Sirius y James, que no tenían pareja, esperaban recargados en la mesa. El de las gafas observaba con molestia a Lily, que bailaba animada con el rubio chico de Hufflepuf.
- ¿Puedes creerlo? –Inició James – Lily aceptó a ese torpe de Hufflepuf –Sirius prestó atención a su amigo, se veía molesto, por supuesto, y aunque quisiera defender al rubio, lo cierto es que no era un jugador muy hábil de quiddittch.
- ¡Calma amigo! –le abrazó por el cuello –Se lo devolverás en el siguiente partido
Al terminar la pieza, Lily y el chico se dirigieron a la mesa, el rubio dejó a la chica sentada en una silla, mientras se despedía e iba por algunas bebidas, James tomó un respiro y se levantó, para dirigirse hacia la pelirroja
- ¡Hey Lily! –se acercó a ella con las manos en los bolsillos
- Potter –ella rodó los ojos –¿Qué es lo que quieres ahora?
- Lily –tragó saliva –Sabes que me gustas ¿No es así? –la pelirroja pareció sonrojarse –Me interesas y quiero bailar contigo esta noche
Todos a su alrededor enmudecieron, Sirius, Remus y la Abigail parecían tan sorprendidos como la misma Lily, la pelirroja pareció quedarse sin palabras mientras enrojecía más a cada segundo, de pronto pareció salir de su trance
- ¡B-basta Potter! No tienes por qué decir esas cosas –gruñó sonrojada –deja de jugar conmigo
- No estoy jugando, lo digo enserio –se sinceró el de las gafas, rascando su cabello y desviando la mirada, Lily volvió a sorprenderse y desvió la mirada a Abigail, que le observaba atenta, tragó saliva y frunció los labios para regresar la vista a James, realmente sonrojada.
- Por Merlin... –murmuró y tomó un suspiro –James no bailaré contigo hoy pero… Tal vez … si maduras
El chico de las gafas se sonrojó levemente y sonrió con todos los dientes, la sonrisa más sincera que Lily hubiera visto antes
- Es un trato Evans, aunque… para estar seguros, seré el premio anual el siguiente año y como tú también lo serás, tendrás que bailar conmigo
La chica volvió a sorprenderse, Sirius volteó hacia James, dispuesto a decirle lo exagerado de la condición, pero observó al castaño con los ojos brillante y una sonrisa boba, si, lo había perdido, definitivamente, para él, es como si Lily le hubiera dicho un sí.
- Bien, pero si Lily no quiere bailar… entonces… Braun ven aquí, tú y yo bailaremos – Y rápidamente tomó la mano de la pelinegra, jalándola hacia él, arrancándola de los brazos de Remus y llevándola a la pista.
Todos voltearon sorprendidos, Remus ni siquiera emitió palabra cuando el chico de las gafas ya mantenía a la de Slytherin a su lado, firme, en medio de la pista y dando vueltas.
- ¿Q-que haces Potter? –murmuró sorprendida la pelinegra
- James, dime James –le sonrió mientras bailaba, la chica mordió sus labios
- Así Lily menos te hará caso…
- ¿En verdad? Yo creo que esto hará que me estime más –la chica desvió la vista a Lily que sonreía divertida y negaba con la cabeza –Lily volteó hacia ti antes de darme una oportunidad, así que no sé qué le habrás dicho… pero gracias –sonrió sincero
- Yo no hice nada –desvió la mirada
– Y… gracias por estar con Remus –la chica pareció sorprenderse y se sonrojó sin poder evitarlo –Aunque él no se ve tan feliz en este momento –Abigail volvió a deviar la mirada hacia el grupo, donde Remus le observaba y fingía una sonrisa –Aunque he de decir que él tiene la culpa, eres buena bailando, pero él no baila contigo, espero que con esto despierte –le dio una vuelta rápida y al volver, la tomó de la cintura acercándola más a él.
-¡Potter! –ella se sonrojó aún más si era posible
- James –corrigió
-¡J-James basta! –el chico soltó una risa y volvió a darle una vuelta para aligerar su agarre
- Mucho mejor –rio –Por cierto, al iniciar las vacaciones tenemos una fiesta en mi casa, por supuesto eres bienvenida –le invitó con una sonrisa
- ¿Yo? Pero… ¿y si preguntamos antes a Remus?
- Eres su novia, Braun –rodó los ojos divertido – Él seguro diría que si
- ¿Pero si no todos están cómodos? –murmuró de nuevo
- Si lo dices por Sirius, puedes dejarlo pasar, él se comportará, además, le agradas… aunque sea un poco y no lo admita.
La chica dirigió su vista a los chicos donde veía a Remus platicar con Sirius
- Bien… iré… gracias –sonrió
Sirius observaba a la pareja bailar y desvió su mirada hacia Remus, que también observaba a la pareja, pero podía notar perfectamente como sus labios se encontraban torcidos
- ¿Te molesta? –le preguntó
- ¿Qué? –Remus se sonrojó –¡No! ¡Claro que no! es James
- Y… ¿Si fuera yo quien bailara con ella? ¿Te molestaría? –Remus pareció sorprenderse y ladeó la cabeza confundido
- Su...supongo que no –murmuró
Sirius pareció ser consciente de su pregunta y desvió la mirada, tratando de evitar la ahora curiosa mirada de Remus y se sentó nuevamente cruzándose de brazos para seguir observando a James y Braun.
- Si tú querías invitarla a bailar, debiste hacerlo, como Potter –Una voz a su lado le hizo dar un salto, a su lado se encontraba Dorcas, con un bonito vestido color durazno, observándolo divertida
- Dorcas… ¿D-de que tontería hablas?! –Gruñó –¡¿Por qué querría yo hacer eso?!
- Bueno, porque no has dejado de mirarla en toda la noche… -obvió
- Pues te equivocas –le aseguró –ni loco haría eso
- Ya veo –murmuró –Aunque creo es raro verte sentado y no bailando o coqueteando con una chica… mientras no despegas la mirada de Braun –sonrió divertida –Incluso no me has invitado a mí a bailar, aunque llevo un buen rato a tu lado –Soltó una risa y besó su mejilla –Aunque supongo solo estas distraído ¡Nos vemos! –se despidió, levantándose de su silla y perdiéndose entre los estudiantes, dejándolo con la boca abierta
- ¡Demonios! –Maldijo, golpeándose la frente con la palma de la mano –Como no noté a Dorcas
Había dejado escapar una oportunidad, todo por la molesta de Abigail Braun y su estúpida presencia, por suerte… pronto serían vacaciones y no tendría que verla de nuevo…
