Un Alifénix para la Colección 2º Parte

Mike: ¿Has dicho...El Coleccionista?

Preguntaba Mike por lo que había visto Niko en su visión, donde la yegua ahí le contestó.

Niko: Así es.

Un breve silencio se formó en el grupo donde Mike tenía una gran expresión de preocupación en su rostro. Así hasta que Vulcan con actitud dudosa, preguntó.

Vulcan: ¿Y quién es el Coleccionista ese?

Falcon: ¡Seras tarugo! ¿En serio no sabes quién es?

Alzó la voz Eye Falcon dando un coscorrón a Vulcan donde el robot sobándose en la cabeza, exclamó molesto.

Vulcan: ¡Au! ¿Por qué rayos me golpeas tú?

Falcon: Porque normalmente es Eye Fox quien te da cuando dices alguna estupidez, y como ella no está aquí, alguien tiene que darte el coscorrón oportuno.

Contestaba el francotirador donde Vulcan ante eso le miró feo y le dijo.

Vulcan: Hombre...Muchas gracias. Pero volviendo al tema ¿Quién es ese Coleccionista?

Zack: Toda la galaxia lo conoce. Se dedica a coleccionar cosas.

Respondía el patrullero a la pregunta de Vulcan donde el pony artillero volvió a preguntar.

Vulcan: ¿Y qué colecciona? ¿Cromos?

Doc: Algo más macabro. Se dedica a coleccionar especies únicas, tanto especies inteligentes como animales u objetos únicos de todas partes de la galaxia.

Contestaba la cebra patrullera. Ahí Red Fire con actitud seria, comentó.

Red: Eso explicaría todo sobre el secuestro de Star White. El hijo de Mike es un ejemplar único de alifénix. El único que existe en todo nuestro universo.

Goos: Habrá contratado a Killbane para que lo secuestrara y lo llevara hasta él. Ese canalla.

Mike estuvo en silencio un buen rato hasta que poniendo una expresión decidida, dijo.

Mike: Quien sea el cliente me da igual. Han cometido un error al echarle el ojo a mi hijo de ese modo. Así que vamos. No creo que ese Killbane haya ido muy lejos en el estado que está su nave.

Todos estaban de acuerdo y decidieron volver cuanto antes a sus naves para buscar a Star White.

Mientras tanto, Killbane, que había logrado huir de Tortuna, pero no indemne. Un potente rayo lanzado por Mike Bluer justo cuando el bandido iba a huir en su nave por el espacio, impactó en uno de los motores dejándolo en muy mal estado.

Killbane: ¡Maldita sea! Justo cuando iba a dirigirme hacia el Coleccionista para cobrar mi dinero, tenían que dañar uno de los motores de la nave. Así no puedo saltar por el hiperespacio. No me queda más remedio. Tendré que parar en un planeta cercano.

Comentaba el lobo maldiciendo su suerte. Luego deteniendo la nave para poder verificar luego los daños, seguía comentando molesto.

Killbane: Ese maldito lobo traidor tenía que aparecer. Y encima para empeorar las cosas vino el padre del mocoso. Gooseman todavía, pero seguro que ese lobo no será capaz de hacer nada comparable a lo que ese maldito emperador celeste me hará si me atrapa.

Decía esto el lobo sabiendo muy bien que si Mike Bluer lo atrapaba solo, posiblemente sufriría uno de los peores momentos de su vida, si para entonces siguiera vivo después. Luego suspirando y tratando de calmarse un poco, pensó.

Killbane: Bueno. Ya me preocuparé de eso más tarde. Voy a revisar los daños, y de paso comprobar como está mi valiosa mercancía. No quisiera que le pasase algo y luego el Coleccionista no quiera pagarme o al menos no todo como es debido.

El lobo descendió por las escaleras para verificar la mercancía. Su sorpresa fue encontrarse con un ligeramente aturdido alifénix fuera de la capsula de contención.

Star: Ay...Mi cabeza ¿Dónde estoy?

Killbane: ¡Qué rayos!

Gritó el lobo al ver que el alifénix estaba libre. Star White giró la cabeza hacia donde escuchó el grito y ahí vio al lobo.

Star: ¿Quién eres tú?

Preguntaba el alifénix sin reconocer al lobo, ya que cuando lo vio lo hizo con el aspecto de Gooseman. El lobo mirando molesto al chico, dijo.

Killbane: ¡Mi nombre no importa! ¡Tú vuelve a tu capsula o de lo contrario te meteré ahí aunque sea a golpes!

Gritaba el lobo sacando su pistola con rayo aturdidor con intención de dejar inconsciente de nuevo al alifénix. Star White reconoció el arma ya que fue con ella con que le dejaron inconsciente antes.

Star: Esa arma...

Killbane disparó, pero esta vez el alifénix estaba prevenido y lo esquivó alzando el vuelo.

Star: ¡Fallaste!

Dijo con tono burlón el alifénix que seguía volando, donde al final se chocó contra el techo de cabeza.

Star: ¡Au! ¡Mi cabeza! Razón tenía Black Wing donde no era recomendable volar en espacios cerrados.

Killbane seguía disparando en su intento de noquear al alifénix donde este último los iba esquivando.

Killbane: ¿Quieres estarte quieto de una vez, maldito? ¡Así no hay forma de dar!

Star: Sí...Claro. Para que me des ¿No?

Contestaba con sarcasmo el alifénix esquivando este un rayo y luego volando hacia el lobo donde tras esquivar otro rayo, le dio un puñetazo en el estómago y luego una patada en mitad del rostro donde lo estampó contra la pared a la vez que su arma caía lejos en el suelo.

Star: Ahora yo te enseñaré a no meterte conmigo ¡Ahhh...!

El alifénix voló dispuesto a darle el mayor puñetazo que hubiese recibió el lobo en su vida. Killbane viendo como el alifénix se dirigía hacia él, su cuerpo brilló adoptando una forma como de lobo robot de metal gris con ojos amarillos. El alifénix impactó en la cabeza con su garra, pero como mucho se escuchó el sonido de chocar contra metal.

Normalmente alguien se quejaría fuerte de dolor por golpear duro metal, pero el alifénix estaba entrenado para soportar mejor el dolor.

Star: Aú...Que duro...¿Pero qué? ¿Qué rayos eres tú?

Preguntaba el alifénix mientras retrocedía asombrado ante lo que acababa de hacer el lobo. Killbane poniéndose de pie, dijo con tono molesto.

Killbane: ¡Escucha, mocoso! ¡He intentado hacer esto por las buenas, pero al final me vas a obligar a hacer esto por las malas! ¡No creo que a mi comprador le importe que te entregue con varios golpes!

Decía el lobo lanzando un puñetazo contra Star White donde el alifénix lo esquivó, haciendo que el puño metálico del lobo se hundiera contra una caja metálica como si de papel se tratase.

Star White contraatacó lanzando un potente rayo que dio de lleno contra el lobo. Su sorpresa fue que de algún modo el lobo parecía absorber la fuerza de su rayo.

Star: ¿Y ahora qué pasa?

Preguntaba el alifénix sin comprender que pasaba mientras el lobo riéndose perversamente le contestó.

Killbane: ¡Te lo devuelvo!

Dijo el lobo devolviendo el rayo a Star White donde este último sorprendido y de forma instintiva creó una barrera mágica para protegerse de su propio rayo. El lobo saltó para golpearlo, pero el alifénix lo esquivó y ahí concentrando poder en sus garras, lanzó un puñetazo de fuego contra el lobo donde lo hizo retroceder.

Star White cargó contra el lobo lanzando otro puñetazo, pero el lobo lo esquivó haciendo que pasara de largo y ahí le diera un fuerte rodillazo en el estómago del alifénix y luego lo agarrase del cuello para lanzarlo contra un grupo de cajas donde se estrelló en ella y provocando que varias cajas cayeran sobre este.

Star: Que golpeee...

Decía el alifénix tendido entre las cajas y con espirales en los ojos. El lobo lleno de furia saltó sobre él abriendo sus fauces donde el alifénix le atrapó la boca con sus garras.

Star: ¡A mí no me muerdes, pulgoso!

Decía esto el alifénix apoyando sus patas traseras en el estómago y empujando con fuerza logrando que el lobo saliera impulsado hacia delante y caer al suelo. Ahí Star White se puso de pie mientras el lobo Killbane recobrando su aspecto normal y mirando con furia al alifénix, dijo.

Killbane: Me estoy empezando a hartarte de ti, mocoso del demonio.

Star: Deja que llamarme mocoso. Tengo al menos 17 años y me queda poco para llegar a los 18.

Contestaba el alifénix molesto porque el lobo le tratase como un crío mocoso. El lobo ahí se puso a amenazarlo.

Killbane: Pues si quieres llegar a alguna vez a la mayoría de edad, deja de resistirte o te moleré a golpes.

Star: Inténtalo, lobo feo ¡Heralda!

Llamó Star White a su Blade Heralda donde su presencia dejó asombrado al lobo.

Killbane: ¿Qué rayos?

Heralda: ¿Me llamaste, Star White?

Preguntaba la yegua con su tono neutro y tranquilo. El alifénix mirando a la yegua con una sonrisa, le dijo.

Star: Pues sí. Hay que darle lecciones de obediencia a este perro malo. Así que adelante.

Heralda: Muy bien.

Heralda se combinó con Star White y ahí obtuvo el gran cañón eléctrico. Luego mirando al lobo, le dijo.

Star: Prepárate para recibir un buen cañonazo.

Decía Star White cargando el arma para disparar. Killbane corrió veloz hacia él esperando poder esquivar cualquier disparo lanzando por el alifénix. El alifénix se mantuvo en alerta tratando de predecir cualquier movimiento del lobo hasta que por fin pudo deducir donde lo haría y disparó justo en camino al lobo, pillándolo de lleno con la bola eléctrica.

Killbane: ¡Ahhhh...!

Gritó el lobo de dolor mientras sentía toda aquella electricidad recorriendo su cuerpo y luego saltar contra la pared. La descarga se transfirió hasta el resto de la nave donde dañó severamente los motores, dejándolos prácticamente inservibles. Tras recuperarse el lobo y ser consciente de los daños en su nave, miró al alifénix donde enormemente enfadado le gritó.

Killbane: ¡Maldito niñato! ¿Acaso eres consciente de lo que has hecho?

Star: Darte la paliza de tu vida ¡Y deja de llamarme niñato!

Contestó molesto Star White porque el lobo siguiera tratándolo como un crío y volvió a cargar el arma. Killbane viendo que el alifénix iba a disparar de nuevo, centró su mirada en su pistola que estaba en el suelo y de un veloz movimiento saltó hacia el arma y disparó en un intento de aturdir de nuevo al alifénix, pero falló y solo logró impactar en el arma donde hizo que se desviara e impactara contra la pared. Aquello provocó una explosión que abrió un boquete en la nave donde empezó a salir todo el aire.

Star: ¡Arrea!

Exclamó el alifénix al ver que era aspirado sin remedio hasta salir fuera del espacio.

Killbane: ¡No! ¡Era mi billete para hacerme rico!

Gritó alarmado Killbane al ver como se perdía el alifénix por el espacio. Agarrándose donde pudo para no salir despedido él también, se arrastró hasta un botón de emergencia que había en la pared y con un golpe violento con su puño, activó un sistema que creó una capa de energía en el hueco, haciendo que ya no saliera más el aire fuera.

Con casi todo normalizado en la nave, Killbane fue corriendo hacia la cabina.

Killbane: Debo darme prisa. Con un poco de suerte lo atraparé antes de que se quede sin aire. Sino...corro el riesgo de que el Coleccionista me lo descuente de la recompensa.

Decía el lobo principalmente preocupado por su recompensa que por el bienestar del alifénix. Intentó arrancar los motores, pero los daños previos hicieron que éstos no funcionasen en absoluto. Aquello último provocó la ira del lobo donde golpeó los mandos con los puños y gritase.

Killbane: ¡Maldita sea! ¿Por qué me tienen que estar pasando esto a mí estando tan cerca de obtener mi justa recompensa?

Mientras tanto, Star White estaba en el espacio tratando de contener el aire, pero no podría hacerlo por mucho tiempo así que recurrió a una medida desesperada. Empleó su magia para crear una burbuja de aire alrededor de su cabeza donde le ayudaría a respirar.

Star: Por poco...Por desgracia, esto es solo una medida temporal. Ya que solo dudará cinco minutos...eso sí es que el frío del espacio no acaba conmigo antes.

Comentaba el alifénix mientras sentía como su cuerpo era parcialmente cubierto de hielo a causa del gran frío del espacio. Tenía que encontrar la forma de salir de esa situación como fuese. Podría probar a teletransportarse, pero no tenía fuerzas suficientes para hacerlo a una distancia tan grande y no sabía que planetas podrían ser habitables.

Sus esperanzas renacieron cuando vio algo a lo lejos. Una especie de luz que iba acercándose hacia su dirección.

Star: Una nave. Estoy salvado ¡Eh! ¡Aquí! ¡Aquí!

Gritaba Star White iluminando su cuerno al máximo para crear una señal luminosa para que le vieran.

La nave que iba era nada menos que de los Guardianes de la Galaxia, en parte conocidos por salvar Xandar de la destrucción a manos del juez Ronan. Éstos iban por toda la galaxia en busca de aventuras (y ganarse alguna recompensa de paso). El grupo estaba teniendo una interesante conversación.

Quill: Yo digo que los champiñones eterianos están mejor como tortilla.

Comentaba el canino a los mandos de la nave. Stuar que estaba en el asiento de copiloto, le replicó.

Stuar: Tú estás mal de la azotea. Como mejor están es en una sopa.

Rocky: Yo creo que salteadas saben mucho mejor.

Comentaba amablemente el hombre roca donde estaba sentado en otro asiento, llevando puesto una bata de cocina con un bol de cocina donde parecía estar machacando algo.

Brantax: ¡Estáis todos mal de la cabeza! Sin lugar a dudas una ensalada es lo que se deberían hacer.

Decía ahora el jabalí.

Quill: ¡Tortilla!

Stuar: ¡Sopa!

Rocky: Salteadas si es posible.

Brantax: ¡Ensalada!

Discutían todos éstos mientras Mara con expresión aburrida y mirando hacia la pared, comentó para sí.

Mara: Estoy viajando con los mayores idiotas de la galaxia.

Todos estaban en su discusión hasta que algo chocó contra el cristal de la nave, sobresaltando a todos los presentes y poniendo fin a la discusión.

Stuar: ¿¡Qué rayos!? ¿Se nos ha chocando una mosca en el parabrisas?

Preguntaba alarmado el roedor hasta que Quill viendo lo qué era, contestó.

Quill: No...Una mosca no...Más bien un pony.

Decía Quill donde ahí todos vieron que era Star White quien se había chocando contra el cristal y el pony con su cuerpo y la mitad de su rostro pegado al cristal, trató de hablar.

Star: Dejadme...entrar...

Más tarde, el alifénix estaba ya en la zona de los dormitorios de la nave donde esta estaba ya recobrando el aliento.

Star: Menos mal. Por un momento temí que nadie me fuera a encontrar. Muchas gracias por encontrarme.

Decía el alifénix dando las gracias a los guardianes por el rescate.

Quill: No hay de que, chaval. Un placer.

Star: Ahora que os veo mejor, creo que me sonáis de antes...

El alifénix se quedó mirando un momento al grupo hasta que dándose cuenta de quiénes eran, exclamó.

Star: ¡Ahora me acuerdo! Vosotros sois quienes salvasteis Xandar ¿No?

Rocky: Oh...¿Nos conoces acaso?

Star: Más o menos. Os vi cuando derrotasteis a ese juez loco. Sé quienes sois. Sois Quill, alias el "pringao" según Reachell.

Quill: ¡Ya está bien con el apodo ese! ¿No? ¡Que soy "Starriders"!

Exclamó molesto el canino y cruzado de brazos ante el comentario del alifénix. Brantax partiéndose de risa, le dijo a Quill.

Brantax: Ja, ja, ja ¡Te ha llamado por tu antiguo apodo! Ja, ja, ja.

Se reía sin parar el jabalí al borde de llorar de risa mientras el canino gruñía molesto.

Star: Tú debes ser Stuar, el roedor loco por las armas.

Star: Ese soy yo.

Decía el roedor sacando un arma plegable que era incluso el doble de grande que él y aún así la podía manejar perfectamente con ambas manos.

Star: Tú a la fuerza tienes que ser Rocky, ya que no hay otros seres de roca por aquí.

Rocky: Así es. Un placer conocerte, jovencito.

Le contestaba amablemente el hombre de roca.

Star: Tú debes de ser Mara. La hija adoptiva del llamado Xanathos.

Mara: Por favor. Ahórrate lo que soy su hija adoptiva.

Contestaba Mara en parte molesta con lo de hija adoptiva. Star White al notarlo, optó por no seguir con ese tema.

Star: Y por último Brantax, el mayor camorrista de la galaxia por así decirlo.

Brantax: ¿Qué pasa? Simplemente resuelvo las cosas como se debe hacer, a golpes.

Decía el jabalín alzando sus brazos como si quisiera romper algo. Star White se rió un poco ante la actitud de este último.

Stuar subiéndose a una mesa cercana para ver mejor al alifénix, le quiso preguntar a éste.

Stuar: Vamos a ver, chaval ¿Y se puede saber qué hacías por el espacio sin traje espacial ni nada?

Ante la pregunta, Star White algo serio, no sabía por dónde empezar.

Star: Pues...es difícil de explicar. Todo empezó en el Imperio Celeste cuando...

Mientras tanto, en la basta colección del Coleccionista, el colector estaba pasando entre sus diversas colecciones, tanto seres vivos únicos como objetos también únicos, hasta que se dirigió hacia una nueva sirvienta que tenía para sustituir a la anterior que murió durante la explosión de hace tiempo a causa de la gema de la creación. Dicha sirvienta era una especie felina anthromorfica con traje de sirvienta de pelaje naranja y detalles marrones.

Coleccionista: Mucho está tardando en venir Killbane con lo que le encargué.

Comentaba el colector donde sentía que el lobo estaba ya tardando demasiado. La sirvienta escuchaba con suma atención y ahí le preguntó.

Sirvienta: ¿Debería llamarlo para ver si le dice cuándo lo traerá?

Coleccionista: Ya lo haré yo mismo.

Contestaba el colector donde se acercó a una mesa y desde ahí pulsando un botón, hizo emerger un monitor. Ahí se puso a llamar a Killbane. Ahí tardó un rato hasta que finalmente el lobo le atendió.

Killbane: ¿Quién rayos llama?...¡Ah! ¡El Coleccionista!

Exclamó el lobo sorprendido de ver al Coleccionista el que le llamaba.

Coleccionista: Killbane ¿Por qué estás tardando tanto en traerme lo que te encargué? Tanto trabajo no puede darte traerme a un potro.

Preguntaba el coleccionista con gesto serio y en parte molesto por la tardanza. Killbane un tanto nervioso y mirando por un momento hacia otro lado para luego volver a mirar al Coleccionista, le respondió.

Killbane: Esto...He sufrido un leve retraso debido a que algunos motores de la nave han sufrido daños. Nada que con una breve reparación no lo pueda arreglar.

Hablaba el lobo tratando de no sonar demasiado nervioso o preocupado. El Coleccionista mirándolo fijamente, le hizo la siguiente pregunta.

Coleccionista: ¿Y el alifénix? Supongo que lo tienes todavía contigo. Te recuerdo que solo obtendrás el dinero si me lo traes hasta mí.

Killbane: ¿El alifénix? Claro, claro. Está perfectamente. Lo tengo en una capsula completamente dormido para que esté tranquilo y no arme jaleo. Nada del que preocuparse.

Contestaba el lobo sin contar la verdad al Coleccionista, porque si se enteraba que había perdido al alifénix en el espacio y probablemente hubiese muerto por falta de oxígeno, seguramente no le pagaría la suma acordada.

Coleccionista: Ya veo. Entonces, una vez que termines las reparaciones, lo traerás hasta mí.

Killbane: Claro...Por supuesto. No lo dudes.

Coleccionista: Muy bien. Estaré esperando para entonces.

Dijo esto último el colector para luego cortar la señal. Luego dando la vuelta, con una expresión seria, dijo.

Coleccionista: Ha perdido al alifénix.

Sirvienta: Entonces ¿Qué va a hacer?

Preguntaba la sirvienta donde el Coleccionista ahí respondió.

Coleccionista: Si no puedo esperar que un mercenario pueda hacer una tarea tan sencilla, tendré que conseguirlo de otra manera. Voy a contactar con todos los sistemas, ofreciendo una jugosa recompensa por quien me traiga al alifénix vivo.

En la nave de Killbane, tras hablar con el Coleccionista, el lobo girando la silla de piloto para mirar adentro, exclamó enfadado.

Killbane: ¡Maldita sea! ¡Solo tenía que llevar ese maldito alifénix al Coleccionista y sería un lobo rico! ¡Y tenía que escapárseme el maldito alifénix! Debo recuperarlo cómo sea.

El lobo se puso de inmediato a reparar los daños en su nave cuanto antes y luego ir a buscar al alifénix, rogando que éste siguiera vivo para cuanto lo encuentre.

Más tarde, la nave de los guardianes iba volando por la galaxia mientras Star White estaba sentado en una mesa observando a Stuar montando armas.

Star: Se nota que lo tuyo son las armas.

Comentaba el alifénix viendo como el roedor estaba montando un especie de rifle, que como la mayoría de las armas que Stuar hace, era casi siempre el doble de largo que éste. Stuar sin dejar de montar el arma, contestó casi de mala manera.

Stuar: ¿Acaso te supone un problema, chico?

Star: Para nada. En eso te pareces a Vulcan. A él también le apasionan las armas, que según él, cuanto más grandes y explosivas sean, mejor.

Contestaba con una sonrisa el alifénix, logrando que el roedor sonriera y poco y con cierta actitud presumida empezase a hablar.

Stuar: No me digas. Je, je, je. Entonces es de la misma opinión que yo. Cuanto más grande sea el arma, mejor.

Rocky: ¡Hola, amigos! Tengo una sorpresa para todos.

Hablaba el hombre roca, que entraba en la habitación sosteniendo un plato con magdalenas que parecían algo parecido al chocolate.

Rocky: Los he hecho especialmente para nuestro invitado donde espero que le gusten.

Hablaba de forma amable el hombre roca mientras dejaba el plato con las magdalenas en la mesa. Star White observando las magdalenas con una mirada de hambre, agradeció el gesto.

Star: Se ven deliciosas. Muchísimas gracias.

Rocky: No hay de que, jovencito. Espero que te gusten.

El hombre roca miró que Stuar seguía montando armas y muy serio le llamó la atención.

Rockye: Stuar ¿Qué te dije sobre montar armas sobre la mesa de reuniones?

Stuar: Que es de mala educación o no sé qué rollo...De todos modos no pasa nada. Esto lo tengo controlado y...

Por desgracia el roedor hizo un mal contacto, provocando que el arma disparase un rayo láser sobresaltando así a los presentes. El disparo rebotó varias veces en las paredes donde todos los presentes, incluyendo Brantax que estaba sentado en otra mesa, se pusieron a esquivar de forma cómica los rebotes del disparo. Finalmente impactó en las magdalenas, haciendo que éstas explotasen y se esparcieran por todos lados, cubriendo a Star White, Rocky, Stuar e incluso a Brantax, quedando todos perdidos por las magdalenas.

Brantax: Muchas gracias por compartir, amigo.

Decía con sarcasmo el jabalí mientras se limpiaba los restos que tenía en su cuerpo. Rocky limpiándose con la bata, miró de forma reprochadora al roedor mientras la iba diciendo.

Rocky: Por eso no debes jugar con tus armas aquí. Siempre se te escapa algún disparo o explosión por el estilo. Me has echado a perder todas las magdalenas que había cocinado.

Stuar: Eh...Solo ha sido un disparo de nada. Un accidente lo tiene cualquiera.

Star: (Igual de liante que Vulcan, madre mía).

Pensaba para sí el alifénix con una gota de sudor cayendo de su cabeza ante la actitud del roedor.

En la cabina, Quill estaba a los mandos con Mara sentada en el asiento de copiloto. Desde ahí ambos charlaban.

Mara: ¿Qué hacemos con el chico, Quill? Obviamente no se va a quedar con nosotros.

Preguntaba la coneja a Quill, donde el canino sin apartar la vista del camino que tomaba, contestó.

Quill: Ya tengo pensado. Se lo devolveremos a su padre.

Mara: Vaya. Que altruista ¿Cuánto te has vuelto así?

Preguntaba con ironía Mara porque en el tiempo que llega con él, sabía lo mucho que le gustaba el dinero. Quill con una sonrisa casi burlona, contestó.

Quill: Además. Seguro que su viejo, que es sin duda rico, nos recompensará con creces por devolverle a su hijo sano y salvo. Je, je, je.

Mara: Ya me parecía a mí.

Decía la coneja recostándose en su asiento en parte fingiendo enojo pero a su vez sonriendo levemente. Quill volviendo a poner una expresión seria, siguió hablando.

Quill: Y porque no quiero que ese chico pase el que lo separen de su familia como me pasó a mí.

Aquello captó la atención de Mara donde se quedó mirando a Quill.

Mara: Sobre que Ugul te secuestró cuando eras un niño. Creo que te lo oí mencionar antes.

Quill: Fue en la noche que murió mi madre. Ella sufría un fuerte tumor cerebral y no pudo sobrevivir más. Yo no pude soportar verla morir ante mis ojos en el hospital y salí corriendo de allí bajo la luz de la noche y grité con todas mis fuerzas por la frustración. En ese momento vi una luz que me iluminó y acto seguido aparecer una nave saqueadora como la que tenemos nosotros actualmente. Ahí estaba Ugul donde me secuestró y me llevó con él.

Hablaba el canino con cierto pesar al hablar de su pasado.

Mara: ¿Y por qué Ugul te secuestró?

Quill: No tengo ni idea. Me tuvo con él, enseñando todo lo que sé como saqueador, a manejar las armas y otras cosas. Y también me utilizó para pasar en sitios pequeños cuando era todavía un joven cachorro.

Seguía hablando el canino donde hasta hoy nunca comprendió las razones de Ugul del por qué lo secuestró.

Star: Así que eso es lo que te pasó.

Quill y Mara miraron hacia atrás donde vieron asomarse a Star White por la entrada.

Quill: ¿Qué haces aquí, chaval? Pensé que estabas abajo con el hombre roca simpático, el roedor gruñón y el jabalí verrugoso.

Preguntaba el canino con una sonrisa tratando de que no se le viera triste. Star White acercándose hacia ellos, contestó.

Star: Estaba curioseando un poco por la nave y cuando pasé por aquí, te escuché hablar sobre tu infancia. Lamento que pasaras por todo eso.

Hablaba el alifénix compadeciéndose de Quill. El canino alzando de hombros, simplemente contestó.

Quill: Bab...Qué se va a hacer. Así es la vida.

El canino mirando al alifénix, le comentó a éste.

Quill: Dime, chaval ¿Te gustaría pilotar un poco?

Star: ¿Puedo?

Quill: Claro. Adelante. Ponte a los mandos.

Le invitaba Quill a Star White a tomar los mandos. El canino se apartó para permitir al alifénix tomar asiento y este con sus garras tomar los mandos.

Quill: ¿Sabes pilotar?

Star: En la academia tenemos simuladores para practicar nuestra habilidad para manejar vehículos. Aunque nunca antes he pilotado una nave espacial.

Respondía con confianza el alifénix y con cierta ilusión de pilotar una nave espacial. Quill sonriendo al chico, le fue explicando.

Quill: Pues ahora tienes la oportunidad de pilotar una. Tu solo sigue estas coordenadas sin desviarte y listo.

Star White se sentía en parte ilusionado por estar surcando las estrellas y seguramente sus amigos le envidiarían por poder manejar una autentica nave espacial. El alifénix seguía las indicaciones de Quill hasta que se le ocurrió algo.

Star: Voy a probar un giro. Eso siempre funciona.

Mara: ¡Espera! ¡No!

Trató de detenerlo Mara, pero ya fue tarde. El alifénix giró de golpe los mandos, haciendo que la nave diera varias vueltas por el espacio.

Star: ¡Eso ha sido genial!

Exclamaba emocionado el alifénix aunque por unos instantes le pareció haber escuchado algunos ruidos en la nave.

Stuar: ¿¡Quién ha sido el idiota que ha dado ese giro!? Se me han caído todas las armas y piezas encima.

Brantax: ¡Ahhhh...! ¡Se me ha clavado un cuchillo en la nalga!

Se oían gritar enfadado a Stuar y a Brantax desde abajo. Star White se le caía una gota de sudor en la cabeza al sentir que la había liado. Luego el alifénix miró a Quill donde el canino se mantuvo en silencio al igual que él, pero al final los dos se echaron a reír.

Mara: Estoy rodeado de críos...

Decía en parte molesta la coneja, pero en parte también sonriendo al ver como el alifénix y el canino se reían. En ese momento un aviso de comunicación se iluminaba en el panel.

Star: Hay un mensaje con un símbolo raro en él. Voy a ver quién es.

Decía el alifénix a punto de pulsar el botón, Quill alarmó al reconocer el símbolo, intentó detenerlo.

Quill: ¡Espera! ¡Ese es!

Por desgracia el alifénix pulsó el botón y acto seguido se abrió una pantalla flotante donde en ella se veía a alguien conocido por Quill, nada menos que Ugul.

Ugul: ¡Al fin te encuentro, chico!

Habló con cierto tono de enojo el saqueador. Quill no pudo evitar exclamar.

Quill: ¡Ugul! ¿Qué te trae por aquí? Je, je, je...

Ugul: ¡No te hagas el simpático conmigo, Quill! No creas que me he olvidado la jugarreta que me hiciste hace tiempo en Xandar con lo de la gema.

Contestaba molesto el hombre ave. Quill tratándose de hacerse el simpático, le comentó.

Quill: Vamos, Ugul. Tampoco es para ponerse así ¿Qué querías que hiciera? Esa gema era demasiado peligrosa como para dejársela a cualquiera. Por eso era mejor dejárselo al cuerpo Nova.

Ugul: ¡Cierra el pico, Quill! ¡Tú y yo tenemos asuntos que...!

En ese momento Ugul centró su vista en Star White donde el alifénix le devolvió la mirada. Ahí Ugul dijo.

Ugul: Vaya, vaya. Mira tú a quién tenemos aquí. Si es Star White, el alifénix del planeta Armonía.

Star: ¿Sabes quién soy?

Preguntaba Star White no muy seguro de si le conocía realmente o no, ya que más o menos le vio en Xandar tras lo de Ronan, pero sin tener el más mínimo contacto con Ugul. Ugul ahí habló.

Ugul: No sé por qué no me sorprende que el alifénix esté contigo, Quill. Sobre todo por el asunto de la recompensa.

Stuar: ¿Alguien ha dicho "recompensa"?

Preguntaba Stuar asomándose en la cabina con las orejas bien en alto (sí que tiene oído para lo que quiere XD). Mara ahí preguntó.

Mara: ¿De qué recompensa hablas, Ugul?

Ugul: ¿En serio no lo sabéis? El Coleccionista ha ofrecido una enorme recompensa a quien le traiga el alifénix.

Quill: ¿De cuánto estamos hablando?

Stuar: ¿Es mucho lo que ofrece ese pirado coleccionista?

Preguntaron ambos chicos donde el alifénix los miró molesto y exclamó.

Star: ¿Perdonad?

Quill: Ehhh...Solo bromeábamos.

Stuar: Aunque no estaba mal saberlo. Je, je, je.

Contestaron el canino y el roedor emulando unas sonrisas inocentes mientras Mara miraba aburrida hacia otro lado y Star White mirándolos con desconfianza. Ugul les habló a éstos.

Ugul: Mira, Quill. Estoy dispuesto a perdonarte todo lo que me debes si me entregas al chico.

Star: ¿Me quieres? Ven a buscarme, aunque debo advertirte que posiblemente acabes lamentando en intentarlo.

Le contestaba desafiante el alifénix donde no le gustaba en absoluto como hablaba Ugul de él.

Ugul: Ni siquiera te lo tienes que pensar, Quill. No le debes nada a este chico. Solo entrégamelo y ya está. Es lo mejor que puedes hacer, porque sino, tendrás a todos los cazarecompensas detrás de ti dispuestos a todo con tal de hacerse con él.

Quill se quedó un rato en silencio para luego mirar al alifénix donde este último le devolvió la mirada. Star White le preocupaba que el canino le fuera a vender a Ugul para salvarse el pellejo. Al final Quill miró a Ugul y le contestó con actitud seria.

Quill: Lo siento, Ugul, pero no hay trato. Devolveremos al chico con su padre y fin del asunto.

Ugul: ¿Ahora te vienes de santo, chico? Por favor. Te conozco de sobra para saber que ese no es tu estilo. Tu antepones siempre el dinero por delante de todo.

Quill: Quizás, pero si te entregara al chico, sería igual que cuando tú me secuestraste de cachorro.

Contestó igual de serio el canino. Aquella respuesta molestó bastante a Ugul para acto seguido responder.

Ugul: ¡Vas a lamentar haber tomado esa decisión, chico!

Dijo esto último antes de cortar la comunicación.

Star: Gracias por no venderme a ese tipo. Admito que por un momento llegué a dudar de vuestra integridad.

Agradecía el alifénix al grupo donde Quill sonriendo, le respondió.

Quill: No te preocupes. Tú quédate con los Guardianes de la Galaxia y todo irá bien.

Nada más decir eso último, se escuchó como un golpe donde sacudió parcialmente la nave.

Mara: ¿Qué ha sido eso?

Stuar: Eso ha sido un disparo.

Contestaba el roedor. Acto seguido se formó otra pantalla donde en ella apareció Killbane.

Killbane: ¡Eso ha sido un disparo de advertencia! Haced algo sospechoso y la próxima os volará en pedazos.

Star: ¡Ese tipo otra vez!

Exclamó el alifénix al reconocer al lobo. Killbane viendo al alifénix, dijo.

Killbane: Ahí estás. Hice bien en tomar precauciones.

Star: ¿Precauciones?

Stuar notó algo en el cuello del alifénix y acercó su garra, para sacar nada menos que un rastreador.

Stuar: Un rastreador. Así es como ese tipo sabía que el chico estaba con nosotros.

Decía el roedor mostrando a todos el rastreador, para luego tirarlo al suelo y pisarlo para destruirlo.

Killbane: Has logrado escapar, chico. Y debo alegrarme que te haya encontrado alguien por el espacio. Por un momento temí no cobrar mi recompensa. Ja, ja, ja.

Star: Maldito loco.

Decía molesto el alifénix por el hecho de que el lobo aún quisiera hacerse con él.

Killbane: Y vosotros. Entregadme al alifénix y a cambio no os volaré en pedazos.

Quill: ¿Lo quieres? Ven a por él.

Respondía Quill rápidamente apartando a Star White para hacerse a los mandos y pisar el acelerador.

Killbane: ¡Nos escapareis de mí!

Killbane se puso a perseguir al grupo desde su nave, realizando una loca carrera por el espacio donde Killbane desde su nave disparaba contra la nave de los guardianes.

Quill: ¡Agarraos fuerte, chicos! ¡Esto va ser movido!

Advertía Quill donde todo el mundo se agarró. Quill realizaba múltiples maniobras para esquivar los disparos realizados por el lobo.

Rocky que estaba en la cocina, se le revolvía todo por las constantes sacudidas en la nave. Con cierto tono molesto, comentó.

Rocky: No. Si no habrá manera de cocinar tal como están las cosas.

Mara: ¡Quill! Tenemos que quitárnoslo de encima.

Quill: ¡Lo sé! ¡Es peor que la Cuerpo Nova cuando les debes una multa por mal aparcamiento!

Contestaba el canino realizando múltiples maniobras para esquivar los disparos. Stuar salió corriendo de allí.

Mara: ¿Adónde vas, Stuar?

Stuar: ¡A quitarnos ese mosquito de encima!

Contestaba el roedor antes de abandonar la cabina.

Star: ¿Adónde va?

Quill: ¿Stuar? Ni idea. No siempre sabes qué locura va a realizar el roedor loco ese.

Mientras tanto, Killbane seguía persiguiendo al grupo, disparando en su intento de derribar su nave.

Killbane: ¡Nadie va a interponerse entre yo y mi recompensa!

Gritaba el lobo sin dejar de disparar contra la nave. El lobo ahí vio que la compuerta de la zona de carga de la nave se abría, revelando a Brantax con casco respirador, botas magnéticas y con un cañón de neutrinos.

Killbane: ¿Qué hacen?

Stuar: ¡Adelante, colega! ¡A por él!

Alzaba la voz Stuar con igual botas magnéticas y sujetando un tubo que estaba conectado al arma de Brantax. El jabalí sonriendo con malicia, dijo.

Brantax: ¡Esta es la furia de Brantax! ¡Ahhhh...!

Gritó el jabalí disparando un potente rayo que impactó en una de las alas de la nave de Killbane, dañándola severamente.

Killbane: ¡Maldición!

Stuar: ¡Toma ya! ¡En el blanco!

Celebraba el roedor chocando su garra con la de Brantax, pero su celebración se interrumpió cuando en un último esfuerzo, Killbane mientras perdía el control de su nave, disparó sus cañones acertando en la zona de motores de la nave.

Quill: ¡Arrea!

Star: ¿Qué ocurre?

Mara: ¡La nave ha sufrido daños! Nos vamos a estrellar.

Respondía Mara donde efectivamente, la nave perdía el control.

Brantax unido al cable del arma, chocaba de un lado a otro de la zona de carga donde sus botas magnéticas no funcionaban correctamente.

Brantax: ¡Ay! ¡Ay! ¡Au! ¡Ou!

Rocky: ¡Ay, madre mía! ¡Madre mía!

Exclamaba el hombre roca tratando de agarrar todo lo que podía de la cocina para que no se rompiesen.

Quill: Voy a intentar aterrizar en ese planeta de ahí.

Decía Quill donde ambas naves mientras perdían el control, descendían como meteoritos hacia un planeta cercano de color verde.

Star: ¡Ay, madre...!

Quill: ¡Agarraos fuerte! ¡Esto no va a ser un paseo en el parque!

Avisaba Quill tratando de maniobrar la nave para reducir en lo posible los daños de la caída mientras todo el mundo se preparaba para el impacto. Un impacto posiblemente tremendo.

Continuara

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