Personalidades Enfrentadas
Una densa nube de polvo cubría una buena parte de las calles del Imperio Celeste, donde la visibilidad era casi nula.
Black Cat caminaba por las calles donde no veía absolutamente a nadie ni siquiera con su visión gatuna.
Black Cat: ¡Hola! ¿Hay alguien por ahí?
Preguntaba algo preocupada la gata por estar sola. En el pasado no la importaba mucho estarlo ya que su vida de ladrona era bastante solitaria, pero ahora que tenía nuevos amigos en quien confiar, ahora ya no quería quedarse completamente sola.
Ignorado por la gata, alguien la veía perfectamente y se acercaba sigilosamente por detrás, siendo la esfinge malvada.
La esfinge malvada observaba a la perdida gata caminar sin rumbo fijo. Con una sonrisa perversa alzó su garra con intención de aplastar a la felina.
Bastet: Aquí tenemos un sacrificio.
Black Cat presintió algo y se giró, sorprendiéndose de ver a nada menos que a la esfinge malvada con intención de atacarla.
Black Cat: ¡No!
Bastet: ¡Muere!
La esfinge bajó la garra haciendo que la gata cerrase los ojos esperando su final ya que no tenía tiempo de esquivarlo.
Black Cat esperaba su inminente final hasta que notó que no llegaba fin alguno.
Lentamente abrió los ojos y lo primero que notó la gata es que la garra de la esfinge estaba a pocos centímetros de ella. Lo curioso es que la esfinge, pese a que ponía todo su esfuerzo en ello, no lograba que su garra llegase a su objetivo.
Bastet: ¡Maldita sea! ¡Debo acabar con ella!
Decía furiosa la esfinge al ver que su garra no alcanzaba su objetivo. Black Cat parecía confundida hasta que se percató de algo y enseguida exclamó.
Black Cat: ¡Eso es! ¡Bastet! ¿Estás ahí? ¿Puedes oírme?
Alzaba la voz la gata esperando que la parte buena de Bastet reaccionase.
Bastet: ¡Pierdes el tiempo, mortal! Ella es mía como todo lo que me rodea.
Black Cat: ¡Hablo con mi amiga, no contigo, monstruo!
Contestó desafiante la gata haciendo que la esfinge se enfureciera más con grandes deseos de matarla.
Bastet: ¡Maldita mortal! ¡Ahora sí que voy a despellejarte viva!
Decía la esfinge donde se la iluminaron sus ojos con intención de disparar un rayo láser, pero en el último momento su cabeza se giró haciendo que el rayo se fuera hacia otro lado.
Bastet buena: (¡No toques a mi amiga! ¡No voy a dejar que lastimes a mis amigos! ¡Ya no más!).
Se escuchaba la voz del a Bastet buena donde empezaba a pelear en el interior de la esfinge malvada, cosa que esta última empezaba como a retorcerse y gritar.
Bastet: ¡No! ¡Soy una diosa! ¡Estoy destinada a arrasarlo con todo! ¡Déjame acabar con el trabajo!
Bastet buena: (Eso nunca).
La malvada esfinge estaba como teniendo una lucha interna hasta que finalmente fue envuelta en luz.
De dicha luz surgieron dos esferas, una blanca y otra negra donde cayeron en dos direcciones opuestas y de cada una de ellas surgió una Bastet.
Black Cat fue corriendo hacia la Bastet que surgió de la luz blanca y rápidamente la atención.
Black Cat: ¡Bastet! ¡Bastet! ¿Estás bien? Dime que eres la buena, por favor.
Rogaba la gata sacudiendo levemente a la esfinge donde poco a poco esta iba recobrando el sentido.
Bastet: Bl…Black Cat…¿Eres tú? ¿Estás bien?
Black Cat: Sí, amiga. Estoy fenomenal gracias a ti.
Respondía con una sonrisa la gata abrazando a su amiga, cosa que la esfinge sonrió también y la devolvió el abrazo. En ese momento la esfinge vio que su contraparte malvada había recobrando también el sentido y las iba a atacar con un rayo.
Bastet: ¡Cuidado!
Bruscamente Bastet apartó a la gata para rápidamente crear una barrera mágica que las protegiera a ambas del rayo lanzado por la Bastet Malvada.
Bastet malvada: ¡Olvídate de esa gata y vuelve a mí! ¡Juntas podremos arrasar este lugar!
Bastet: ¡Ni hablar! Eres malvada y solo piensas en destruir. Yo no quiero nada de eso.
Respondía desafiante Bastet ante las palabras de su contraparte malvada. La Bastet malvada emulando una sonrisa perversa, la contestó.
Bastet malvada: Hace siglos no decía eso precisamente. Recuerdo perfectamente como lo disfrutábamos arrasando la tierra de esos malditos idiotas. Ja, ja, ja. Que buenos recuerdos.
Black Cat: ¡Ella no es como tú! Ella es buena.
Habló la gata en defensa de su amiga. La esfinge malvada riéndose con mayor ganas, la respondió.
Bastet malvada: Pobre gata estúpida. Si tú hubieras visto cómo era ella en el pasado, no la defenderías tanto.
Black Cat: No sé qué habrá hecho en el pasado, pero si algo he aprendido es que todos tenemos la oportunidad de redimirnos. Ella no es una excepción.
Bastet se alegraba de ver como su amiga la apoyaba pese a todo. La Bastet malvada ya harta de perder el tiempo, rugió primero para luego gritar.
Bastet malvada: ¡Ya basta de tonterías! ¡Ella volverá a mí aunque para eso tenga que darla una paliza!
La esfinge malvada cargó contra las dos chicas. Bastet apartó a Black Cat para dejarla fuera de peligro, siendo Bastet la que fue placara por la esfinge malvada donde se la llevó volando.
Black Cat: ¡Bastet!
Gritó enormemente preocupada la gata por su amiga. En ese momento aparecieron Clear Water y Archer.
Clear: ¡Black Cat!
Archer: ¿Qué ha pasado?
Preguntaron éstos donde una muy preocupada Black Cat los miró y les contestó.
Black Cat: ¡Bastet! ¡Nuestra Bastet está en problemas con esa doble malvada suya! Necesita nuestra ayuda.
Mientras tanto, ambas esfinge seguía volando, donde la malvada llevaba por delante a la buena donde atravesó una pared. La malvada lanzó a la buena por el aire y desde ahí lanzó múltiples rayos, donde la buena se protegía con sus barreras mágicas.
Bastet malvada: ¡Deja de luchar y únete de nuevo hacia mí! No necesitas nada más.
Decía la esfinge malvada disparando más y más rayos contra la buena mientras esta última seguía manteniendo la barrera. Bastet mirando desafiante a su parte malvada, la contestó.
Ardeth que casualmente pasaba por ahí, veía a ambas esfinges pelear y discutir.
Bastet: ¡No pienso volver contigo! Eres extremadamente malvada donde no dudas en lastimar a todos quiénes sean.
Respondía la buena donde empezó a volar en el aire siendo perseguida por la malvada.
Bastet malvada: ¡Han sido ellos! ¿Verdad? ¡Te metieron en la cabeza esas tonterías sobre ser una heroína y sobre la armonía! ¡No son más que pura basura que solo están reteniendo nuestra verdadera naturaleza!
Hablaba la esfinge malvada donde generando bolas de fuego, las lanzó contra la esfinge buena. Bastet generó en sus garras unas esferas de agua y las lanzó contra las de fuego, provocando unas explosiones de fuego y agua. La malvada apareció de repente donde la golpeó y la llevó contra una pared.
Bastet malvada: Es hora de unirnos de nuevo.
Decía la esfinge malvada agarrando el brazo de Bastet la combinarse con ella, pero la esfinge buena empleó su cola para azotarla la cara y luego apartarla de una patada.
Bastet: ¡Para ti serán tonterías, pero para mí son una nueva razón de ser! Una oportunidad de emplear nuestros poderes para el bien.
La esfinge malvada escuchando hablar a la esfinge buena, se echó a reírse a carcajadas para luego contestarla.
Bastet malvada: Para hacer el bien, dices. Como se nota que no recuerdas cómo nos trataron en el pasado.
Bastet se quedó como dudando, sintiendo que una parte de su mente reaccionaba a un antiguo recuerdo.
Bastet malvada: ¿Acaso has olvidado como nos trataron en el pasado? ¿Lo que nos impulso a destruirlos? Y todo porque no supieron agradecer todo lo que hicimos por ellos.
Hablaba la esfinge malvada como si ella recordase bien todo. Bastet parecía dudosa.
Bastet: Yo…Yo…No lo recuerdo.
Bastet malvada: Claro que no lo recuerdas. Esos idiotas se esforzaron por borrar todos tus recuerdos, pero no tuvieron en cuenta que una mitad de la esfinge que trataron de destruir sí lo recordaba todo.
La Bastet malvada se acercó un poco donde la Bastet buena retrocedió un poco.
Bastet malvada: Mira. No les debemos nada, más bien ellos nos lo debían a nosotros y fueron unos malditos ingratos. No les necesitamos, tú solo me necesitas a mí. Coge mi garra y pongamos a esos idiotas en el lugar que les corresponde.
Bastet miró por un momento la garra que su contraparte malvada extendía.
La Bastet malvada sonreía perversamente al ver como la Bastet buena extendía su garra para tomar la suya, hasta que en el último instante la apartó fuerte la garra y con total decisión decirla a su yo malvada.
Bastet: ¡No sé cómo éramos antes en el pasado! Pero una cosa es segura ¡No voy a ser de nuevo una ser malvada!
Ardeth se sorprendió al escucharla hablar de esa manera. Aún más cuando ésta disparó un rayo contra su contraparte malvada donde la hizo retroceder.
La Bastet malvada limpiándose la cara, gruñó molesta para luego decirla a la buena.
Bastet: Que así sea. Si debo darte una paliza para que vuelvas a unirte a mí, que sea así.
La esfinge malvada rugió y una aura roja la rodeó. Al instante se desplazó hacia donde estaba Bastet para sorpresa de esta última y la propinó un fuerte golpe que la mandó a volar.
Bastet logrando recuperarse en el aire, intentó detener a su yo malvada con varios rayos mágicos, pero la malvada lograba esquivarlas todas y llegar hasta ella para comenzar a golpearla con dureza.
Bastet malvada: ¡Eres débil! ¡No tienes lo que hay que tener para ser como yo! ¡Yo soy poder absoluto mientras que tú eres débil y patética!
Decía con furia la esfinge sin dejar de golpear con dureza a su yo buena.
Bastet malvada: ¡Podríamos ser las reinas de este mundo! ¡Que todos se arrodillasen ante nosotras, pero tú tuviste que ablandarte y dejar que te llenasen la cabeza de esas tonterías de la amistad!
Decía enojada la esfinge malvada para alzar sus brazos y luego bajarlos para golpear con fuerza a Bastet donde la estrelló contra el suelo. La fuerza del impacto fue tal que levantó gran parte del polvo donde se disipó alrededor.
Bastet estaba lastimada contra el suelo mientras la malvada descendía.
Bastet malvada: Pero como se dice, los errores se corrigen.
Decía esto con una sonrisa malvada la esfinge a punto de tomar la garra de su yo buena para volver a fusionarse. Pero antes de que pudiera hacerlo, Ardeth intervino.
Ardeth: ¡Muere, monstruo!
Ardeth estuvo a punto de clavar con un cuchillo en la nuca de la esfinge malvada, pero esta última con su cola detuvo el brazo armado impidiendo que llegase a su objetivo. La Bastet malvada miró de reojo y con una sonrisa malvada, le decía a éste.
Bastet malvada: Je, je, je. Buen intento, pero no lo suficiente.
Decía esto la esfinge donde con su cola aún agarrando el brazo del medjai, hizo que se clavara dicho cuchillo en el brazo libre del semental haciendo gritar de dolor a este último. Acto seguido la esfinge le propinó una fuerte doble patada donde lo mandó a volar y estrellarse contra una pared.
Bastet malvada: Vuestros ancestros me impidieron una vez aniquilar el mundo como se merecía. Es hora de exterminar a los últimos de estos.
Decía la esfinge malvada alzando su garra para generar una enorme bola de fuego.
Bastet malvada: ¡Muere!
Finalmente la esfinge malvada lanzó la bola de fuego hacia Ardeth, donde el semental miraba alarmado como dicha bola de fuego avanzaba amenazando con acabar con él.
En el último momento, Bastet empleando todas sus energías que la quedaban, se teletransportó y creó una barrera lo más potente que pudo para proteger al medjai del ataque de la esfinge malvada.
Ardeth se sorprendió al ver como la esfinge que intentó matar antes, lo estaba protegiendo.
Ardeth: ¿Por qué me proteges?
Preguntaba el semental mientras Bastet que respiraba de forma agitada debido a lo cansada que estaba, le contestó.
Bastet: Es lo que me han enseñado en la academia….defender a todos aquellos que no pueden hacerlo solos…
Ardeth estaba enormemente sorprendido por la respuesta dada por la esfinge. Luego Bastet mirando de reojo a Ardeth, le pidió una cosa.
Bastet: Tienes aún tu arma ¿Verdad?
Ardeth: Sí ¿Por qué lo preguntas?
Bastet: Bien…Quiero que…Acabes con mi vida.
Ardeth se sorprendió sobremanera ante la petición que le estaba haciendo la esfinge.
Ardeth: ¿Qué estás diciendo?
Bastet: Ella me necesita para usar todos sus poderes malignos. Si yo muero, ella se quedará así para siempre sin la oportunidad de desplegar todos sus poderes.
Le explicaba la esfinge a Ardeth. El semental estaba sin palabras ante la petición que le estaba haciendo la esfinge. Por desgracia la esfinge malvada no tenía intención alguna de permitir que matasen a su contraparte buena.
Bastet malvada: ¡No voy a permitir que arruinéis mis planes!
La esfinge malvada cargó contra ellos, Ardeth sacó su cuchillo con intención de cumplir con la petición de Bastet de matarla y así evitar que su contraparte malvada la pudiera tomar.
Pero en el último momento un rayo de luz impactó a pocos metros de la esfinge malvada deteniendo así su avance como sorprendiendo a los demás. Acto seguido se escuchó una voz.
Mike: ¡No os preocupéis! ¿Sabéis por qué? ¡Porque yo ya estoy aquí!
Aparecía nada menos que Mike Bluer en su forma Dragón Shinigami Bestia.
Bastet: ¡Mike Bluer!
Exclamó la esfinge llena de esperanza de ver al gran Mike Bluer en persona. La Bastet malvada comenzó a preocuparse.
Bastet malvada: ¡Maldición! Tenía que aparecer justo ahora para complicarme los planes.
Con un movimiento de sus alas de dragón, Mike disipó todo el polvo de alrededor permitiendo así recobrar la visibilidad del lugar.
Ardeth: La fuerza del famoso Guerrero Resplandeciente.
Decía el semental pudiendo apreciar el poder del gran alicornio.
Bastet malvada: No, no, nooo…Esto lo arruina todo. No tengo poder para enfrentarme a él. Si hubiera podido tomar a mi otra mitad, las tornas estarían a mi favor.
Mike: ¿Eso crees?
Preguntaba Mike mirando con detenimiento a la esfinge malvada, esta última sintiéndose en parte intimidada como preocupada porque el gran Guerrero Resplandeciente centrara su mirada en ella.
Mike apartó la mirada por un momento para ver a la Bastet buena. La malvada aprovechó para disparar un veloz rayo letal contra él, pero fue completamente inútil. Con un golpe de su garra, el guerrero de la luz desvió el rayo hacia el cielo y le lanzó una mirada amenazante a la esfinge como diciéndola que no lo volviese a intentar.
Ignorando a la esfinge malvada, Mike miró a Bastet donde ahí empleó sus poderes para curarla del todo.
Mike: ¿Estás bien, Bastet?
Preguntaba el guerrero dragón a la esfinge donde esta última emulando una sonrisa esperanzadora, contestó.
Bastet: Ahora sí. Muchas gracias. Ahora que está usted aquí, no tenemos nada del que preocuparnos. Ahora la detendrá ¿Verdad?
Preguntaba esto último la esfinge dedicando una mirada en parte perversa a su yo malvada donde esta última estaba ya preocupada. Así hasta que Mike negando con la cabeza, la contestó.
Mike: No. No lo haré. Lo harás tú.
Bastet: ¿Qué?
Preguntó sorprendida la esfinge ante lo que había dicho Mike. Ahí el guerrero dragón se explicó.
Mike: Tienes que ser tú la que la detenga. Solo así se terminará la pesadilla por la que pasas.
Bastet: Pero, Mike. No puedo. Ella es muy fuerte. No soy rival para ella.
Mike: Si sigues pensando así, así será.
Bastet: Creo que no le entiendo.
Decía Bastet sin comprender las palabras del guerrero dragón. Mike se explicó.
Mike: En realidad, ella no es tan fuerte como crees. Ella emplea el miedo que la tienes hacia ella para dominarte. Tienes que plantarla cara y vencerla en su terreno. Ser tú la dominante, no ella.
Bastet se sorprendió por las palabras que Mike la decía.
Bastet: ¿Qué? Pero si yo….No puedo. No soy tan fuerte.
Mike: Eres más fuerte de lo que tú crees, Bastet. Lo supe en cuanto te vi. Sentí una gran fuerza dormida en tu interior que espera despertar. Y la única forma que tienes de liberar todo ese poder, es que confíes en ti misma y te enfrentes a tus temores.
Bastet se quedó escuchando las palabras que Mike la decía.
Mike: Además, tú cuentas con algo que tu contraparte malvada no tiene en absoluto, la amistad de todos los amigos que tienes y que te apoyan. Tú puedes hacerlo, Bastet. Tienes toda mi fe y confianza en ti.
Las palabras dichas por Mike parecían tener un gran efecto en Bastet, haciendo que se sintiera con mayor confianza y valor y al final decidiera plantar cara a su yo malvada.
Bastet: ¡Lo haré! Venceré a mi contraparte malvada y acabar con todo esto de una vez por todas.
Bastet malvada: Ja, ja, ja ¿En serio crees en las palabras que te ha dicho ese tipo? Unas palabras inútiles no te darán fuerza en absoluto para conseguir lo que te propongas.
Hablaba de forma burlona la esfinge malvada. En ese instante Bastet se teletransportó justo enfrente de su contraparte malvada para sorpresa suya.
Bastet malvada: ¿Qué rayos…?
Bastet: ¡Aquí tienes la respuesta!
Gritaba Bastet arreando un fuerte puñetazo cargado de magia, acertando en mitad de la cara de la esfinge malvada donde la mandó a volar.
Bastet no se quedó parada y voló veloz hacia el encuentro de su contraparte malvada y propinarla ahora una fuerte patada, mandándola contra un edificio abandonado que acabó atravesando la pared.
La esfinge malvada salió volando con un rostro enfurecido.
Bastet malvada: ¡Ahora sí que me has hecho enojar!
Decía furiosa la esfinge donde comenzó a disparar rayos mágicos contra Bastet. Bastet primero bloqueó algunos rayos con una barrera para acto seguido contraatacar disparando los suyos.
Bastet: ¡Esta vez no voy a huir!
Ambas esfinges peleaban en el aire lanzándose rayos mágicos mutuamente, donde Bastet estaba logrando por primera vez plantar cara a su contraparte malvada.
Mike observaba el combate donde el medjai Ardeth acercándose a este, le preguntó.
Ardeth: ¿Vais a quedaros aquí parado sin hacer nada?
Mike: Bastet necesitaba un empujón para que sacara su fuerza interior y se enfrentara a su mayor miedo.
Contestó Mike sin dejar de observar el combate. Ardeth en cambio luciendo muy preocupado, le volvió a preguntar.
Ardeth: Pero si la contraparte malvada se fusiona de nuevo con ella, volverá a convertirse en la esfinge destructora.
Mike: Bastet evitará que eso pase.
Contestaba de nuevo Mike donde tenía fe en Bastet. Ardeth en cambio no lucía muy convencido.
Bastet malvada: ¿Por qué te resistes? ¿No ves que hago esto por las dos? ¡El mundo nos dio la espalda y merecía un castigo por ello!
Bastet: ¡Me da igual lo que digas! ¡No voy a abandonar el camino que sigo ahora.
Ambas esfinges seguían peleando en el aire. La malvada lanzó una llamarada mortal contra la buena. Ahí la buena usando sus poderes, generó una gran pared de hielo donde detuvo la llamarada.
La malvada atravesó violentamente la pared de hielo donde placó contra la buena y atravesó una pared para finalmente parar contra otra de un edificio.
Bastet malvada: ¡Basta de tonterías! ¡Es hora de que seamos una!
Decía la esfinge malvada a punto de tomar la garra de la buena, pero esta última lanzó un fuerte rugido a la cara donde aturdió e hizo retroceder a la malvada.
Bastet: ¿Quieres uno? ¡Pues aquí tienes este "uno"?
Decía Bastet cargando su magia de nuevo en sus garras para propinar un fuerte puñetazo contra la malvada donde la mandó al cielo.
Bastet voló en parábola para intentar placar contra la malvada, pero esta última se recuperó en el aire donde la dio una patada en mitad de la cara de Bastet donde la detuvo de golpe.
La malvada la agarró del cuello a la buena, la zarandeó por unos momentos para finalmente lanzarla contra el suelo y estrellarla en ella.
Bastet no tardó demasiado en recuperarse donde salió volando como un misil y placar duramente contra la malvada donde la mandó muy alto hasta el cielo.
Ambas se separaron manteniendo una gran distancia de la otra.
Bastet malvada: ¡Maldita seas! Pretendía terminar esto rápido para evitarte un sufrimiento inútil. Pero si quieres sufrir, te lo haré con todas mis fuerzas.
Decía la esfinge malvada dispuesta a cumplir su amenaza mientras una aura roja la rodeaba. Bastet sin dejarse intimidar por su contraparte malvada, la contestó.
Bastet: Antes dejaba que mi miedo hacia ti me dominasen, pero ya no más ¡Hoy voy a acabar con tu maldad!
Decía esto Bastet donde ahora era rodeada por una aura azul.
Ambas esfinges volaron contra la otra donde chocaron mutuamente.
Ambas trataban de sortear la barrera de la otra sin éxito ya que ambas parecían estar enormemente igualadas.
Bastet esfinge: (Esto tiene que ser una maldita broma. Antes era ésta incapaz de alzarse contra mí y ahora puede perfectamente medirse conmigo).
Bastet: (No pienso permitir que lastime a mis nuevos amigos. Ya no más).
Ambas esfinge se separaron para luego a alta velocidad volar y chocar de un lado a otro por el cielo.
El cielo era testigo de una feroz batalla entre las dos esfinges, la buena y la mala, donde cada una trataba de vencer a la otra con todas sus fuerzas. La malvada lanzaba furiosos ataques de fuego mientras la buena generaba orbes de hielo para lanzarlos y neutralizar los ataques de fuego.
La malvada generó una enorme lanza de fuego y la lanzó contra la buena. La buena generó una cúpula de hielo donde bloqueó el ataque. Acto seguido la buena generó unas púas de hielo en dicha cúpula donde salieron a modo de misiles donde se dirigieron hacia la malvada donde no tuvo tiempo de esquivar, para ser finalmente alcanzada por explosiones de hielo.
La malvada, furiosa, cubierta de fuego y sumándose a su aura roja, cargó contra la buena donde atravesó la cúpula de hielo y la propinó un feroz golpe en la cara. La buena generando un guantelete de hielo, arreó un fuerte puñetazo ascendente contra el mentón de la malvada y luego una patada cargada de hielo en el estómago donde la mandó bien lejos por el cielo.
Ambas esfinge luchaban con ferocidad, pero de momento ninguno lograba sobreponerse sobre la otra donde ambas estaban bastante igualadas.
Bastet malvada: (Maldita sea. Esto se está haciendo eterno. Debo encontrar la forma de fusionarme con ella sin que pueda resistirse).
Pensaba para sí la esfinge malvada hasta que mirando por diversos lados, divisó que sobre una carretera aérea había un grupo de vehículos con gente en ella tratando de huir. Ahí se le ocurrió una perversa idea.
Bastet la llamó la atención que su contraparte emulara una sonrisa perversa, donde esta última la miró y la dijo.
Bastet malvada: ¿Sabes qué es lo malo de ser buena? Que siempre anteponen la vida de los demás antes que la suya.
Dijo esto generando una gran bola de fuego. Bastet esperaba que la lanzara contra ella, pero inesperadamente la malvada la lanzó contra el puente aéreo para horror suya.
Bastet: ¡No!
Bastet voló lo más rápido que podía para alcanzar la bola de fuego antes de que cayese sobre la gente.
Con mucho esfuerzo logró adelantarse e interponerse, creando un escudo lo más fuerte que pudo para proteger a la bola de fuego destructora.
Bastet logró parar la bola de fuego y salvar a la gente, pero aquello la distrajo para que la malvada la atacara a traición por detrás con un golpe cargado de fuego y la estrellara a gran altura contra el suelo.
Bastet estaba tendida por el suelo mientras la malvada aterrizaba cerca de ella.
Bastet malvada: Proteger a esos gusanos es lo que han hecho débil, contraparte mía. Pero no importa, como ya he dicho antes, los errores se corrigen.
Decía la esfinge malvada agarrando del brazo a la buena.
Bastet malvada: Hora de volver a ser uno.
Decía la esfinge malvada donde su garra empezaba a surgir una luz roja. En ese momento Bastet comenzó a murmurar.
Bastet: No….
Bastet malvada: ¿Qué dices ahora, gusano?
Bastet: Eh dicho….Que…¡No!
Gritó esta último la buena con total decisión logrando ponerse de pie. La malvada se sorprendió al ver que su intento de fusión no estaba funcionando.
Bastet malvada: ¿Cómo es posible que pase esto?
Bastet: ¡No me volverás a usar nunca más!
Respondía desafiante la esfinge donde con su garra libre tomaba con que la agarraba el brazo y la apartó. A su vez una aura azul rodeaba la garra de Bastet.
Bastet: Es hora de que yo tome el control.
Decía desafiante la esfinge dispuesta a ser ella quien tomara el control. La malvada con su garra libre agarró el otro brazo de la buena y furiosa la dijo.
Bastet malvada: ¡Tú no eres apta para dirigirnos! ¡Yo seré la que dirija todo!
Ambas esfinge eran rodeadas por una columna de luz por un lado azul y por el otro rojo. Ambas esfinges trataban de sobreponerse sobre la otra por el control, cosa que se reflejaba en la columna de luz donde cada una trataba de opacar a la otra.
Bastet malvada: ¡Estás perdiendo el tiempo! ¡Soy superior a ti! ¡No puede superarme tú sola!
Bastet: ¡Yo no estoy sola!
Contestó desafiante Bastet mientras detrás de ella se formaban la imagen de todos los amigos que ha hecho desde que fue encontrada. Ahí el aura azul de Bastet se hizo más intensa para sorpresa de la esfinge malvada.
Bastet malvada: ¿Qué está…?
Bastet: ¡Es hora de terminar con esto!
Decía Bastet con decisión mientras la columna era ya completamente azul.
Bastet: ¡Hora de que desaparezcas!
Bastet malvada: ¡Nooooooo…!
Gritaba de puro horror la esfinge malvada mientras esta y la buena eran cubiertas por dicha luz.
La patrulla y alumnos llegaron al lugar donde estaba la luz.
Heart: ¿Qué está pasando?
Black Cat: ¿Alguien ve a Bastet?
Medic: ¡Atrás todos!
Cuando la luz se disipó, apareció ante ellos una gran esfinge. Una de pelaje azul cielo. Crin rosa con detalles rojos peinado al estilo egipcio. Ojos felinos amarillos con sombras de ojo tipo egipcio. La parte inferior de su cuerpo, sus alas y final de la cola de color plateado.
Rancy, que aún estaba sobre la grupa de Kazu, se iba despertando y al ver a la esfinge, preguntó.
Rancy: ¿Quién…quién es ella?
Kazu: Por fin te despiertas. No te imaginas lo pesado que era tener que cargarte todo el tiempo.
Respondía Kazu aún cargando con el ciervo, donde ahí lo bajó al suelo donde este último se puso de pie pero tambaleando un poco por el repentino despertar.
Mike llegó junto con Ardeth. Mike volviendo a su estado normal, se acercó a la nueva esfinge donde ahí la preguntó.
Mike: ¿Eres tú, Bastet?
La nueva esfinge miró a Mike donde asintiendo con la cabeza, respondió.
Bastet: Así es. Soy yo. Y por fin lo recuerdo todo.
Más tarde, en los jardines de la academia. Todo el mundo, incluyendo Ardeth y sus medjais, estaban en torno a Bastet donde la esfinge se dispuso a contar su historia.
Bastet: Os debo una explicación a todos. Las cosas que llevaron a mi encierro hasta hoy en día.
Wild: Ahora vamos tener que aguantar un rollazo de historia.
Decía como siempre enojado el kirin hasta que Eye Fox le dio un coscorrón y le dijo.
Fox: Cállate. Que va a hablar.
Mike: Adelante. Habla sin miedo. Estás entre amigos.
La iba diciendo amigablemente y con una sonrisa el alicornio a la esfinge, dando confianza a esta última donde empezó ya a hablar.
Bastet: Hace siglos, yo viajaba por la tierra antigua. Entre mis viajes encontré una ciudad donde residían los antepasados de Ardeth y su gente.
Ardeth escuchaba las palabras de la esfinge con suma atención.
Bastet: Estaban pasando por muy mala situación. Su tierra era pobre donde apenas podían cosechar nada. No conseguían el agua suficiente, sin apenas nada con que comerciar. Su población estaban sufriendo hambruna y enfermedades por doquier. Aquello hizo que mi corazón se llenase de tristeza.
Hablaba la esfinge cuya voz reflejaba tristeza en las últimas palabras.
Black Cat: Y optaste por ayudarlos ¿No?
Bastet: Así es. Empleé mis poderes para atraer las lluvias, incluso logré desviar un río para que tuviesen agua para regar su tierra. Abonar las tierras para que pudieran cultivar….no preguntéis cómo lo hice en eso último. Lograba encontrar minas de ricos minerales para que tuvieran con que trabajar o comerciar. Prácticamente había logrado en apenas medio año que, una ciudad próxima a desaparecer, a una gran ciudad prospera.
Clear: Siento preguntar esto, pero….Si todo iba bien por ahí ¿Cómo pasó que te convertiste en lo que ellos llaman la esfinge de la destrucción?
Preguntaba la sea pony donde sentía un gran nudo por preguntar precisamente eso. Bastet negando con la cabeza, respondió.
Bastet: No pasa nada. En cualquier momento lo tendría que contar.
Todos prestaban atención a lo que iba a contar ahora la esfinge.
Bastet: Todo iba bien al principio. Pero con el tiempo noté que la gente se había vuelto perezosa debido a mis constantes ayudas. Empecé a sentir que prácticamente estaba yo haciéndolo todo mientras ellos se volvían cada vez más vagos y ociosos o que no tenían nada que hacer. Un día decidí marcharme un tiempo para tener tiempo para mí misma, no sin antes avisar al gobernante actual de mi inminente partida. Cuando volví ¿Qué creéis que pasó?
Carl: ¿Qué pasó?
Bastet: Cuando volví en el plazo de un mes, por increíble que sonara, el reino estaba en un completo caos. Las tierras estaban descuidadas, las calles abarrotadas de delincuencia o pobreza, los comercios echados a perder.
Ardeth: Nuestros ancestros dijeron que fue causa tuya todo eso.
Decía Ardeth ahora, haciendo que la esfinge mirando molesta al medjai, le contestase.
Bastet: ¡Eso no es verdad! Lo provocaron ellos solos. Todo porque habían dependido demasiado de mi ayuda que no sabían hacer nada sin mí ¿Y qué creéis que hicieron ellos al verme? Me echaron la culpa de todo.
Medic: ¿En serio hicieron eso?
Shadow: ¿Por qué te echaban a ti la culpa?
Bastet: Decían que el reino se había sumido en el caos porque yo no estaba para ocuparme de ello, que había descuidado mis deberes por el reino. Insinuaban que yo era como una sirvienta que tenía que atender todos sus caprichos, esperando que yo lo resolviera todo mientras ellos no hacían absolutamente nada.
Camaleón: Vaya. Sí que debían ser vagos los tíos y encima echándote la culpa a ti.
Decía Camaleón con un disfraz de pobre y vago tumbado sobre una hamaca. Bastet siguió hablando.
Bastet: Estaba tan enojada con ellos. Después de todo lo que hice por ellos, nunca me agradecieron nada y encima que les dejo solos donde lo echan casi todo a perder, me culpan de algo que ellos mismos cometieron. Estuve tan enojada y furiosa, que al final la parte maligna de mi ser me dominó por completo y me convertí en lo que fui conocida como la esfinge de la destrucción.
Hablaba con cierto tono de enojo en la última parte la esfinge.
Bastet: Y ahí comencé a descargar mi ira contra los habitantes del reino. Sentía que debía hacerlo debido a como me traicionaron éstos por el hecho de tratarme como si fuese su sirvienta.
El grupo escuchaba la historia mientras que Ardeth empezó a cuestionarse quién tenía realmente la culpa de lo sucedido hace siglos.
Bastet: Los magos de entonces usaron un hechizo que, presuntamente anularían la mayor parte de mi poder, pero lo que hizo fue dividir mi alma en dos mitades. La parte buena sin recuerdos y la parte malvada con mis recuerdos. Y así hasta el día de hoy.
Mike: Ya veo. Siento que pasaras por todo eso, Bastet.
Bastet: No. También es culpa mía. Debí haberme asegurado que la gente aprendiera a trabajar sin mi constante ayuda y también a no dejarme dominar por mi ira.
Hablaba con pesar en la última parte la esfinge. Ardeth adelantándose, habló con ella.
Ardeth: No es todo culpa tuya, gran esfinge. Nuestros antepasados tuvieron la verdadera culpa de lo sucedido. Ahora comprendemos que nosotros somos los verdaderos culpables del camino que tomaste. Y te pedimos perdón por ello.
Ardeth y sus medjais hicieron una reverencia ante la esfinge en señal de respeto y arrepentimiento.
Bastet: Por favor. No hagáis eso. No me merezco después de lo que hice hace siglos.
Ardeth: No, Bastet. Somos nosotros quienes no nos merecíamos tu ayuda. Tu viniste a ayudar hace siglos, pero nuestra gente no supo valorar tus esfuerzos. Por eso, gran esfinge, te ruego que nos des otra oportunidad de enmendar contigo los errores de nuestros antepasados.
Le rogaba el semental a la esfinge para que les diese una segunda oportunidad. Bastet miró a Mike donde este asintiendo con la cabeza, la dijo.
Mike: Haz lo que te dicte el corazón, Bastet.
Tras escuchar las palabras de Mike, Bastet se quedó pensando en lo que quería hacer realmente.
Al día siguiente.
Los alumnos se dirigían a clase. Ahí charlaban entre ellos.
Heart: ¿Alguien ha visto a Bastet?
Clear: No…Desde que se fue con los medjais a su país de origen.
Carl: Es una pena. Me caía muy bien ella.
Black Cat: A mí también.
Respondía la gata con pena donde sin duda la afectó muchísimo la partida de su amiga esfinge.
Los alumnos entraron en clase donde ahí se llevaron una enorme sorpresa.
Bastet: ¡Hola, amigos! ¿Cómo os va todo?
Saludaba amigablemente la esfinge, pero en su forma normal y no divina, sorprendiendo a todo el mundo.
Light Nova: ¿Bastet?
Moon: ¡No me lo puedo creer!
Star: ¿Qué haces aquí, amiga?
Bastet: Je, je, je ¿Acaso lo habéis olvidado? Soy alumna de esta academia. Debo aprender mucho si quiero ser de ayuda en la tierra de los medjais.
Contestaba con una sonrisa simpática la esfinge. El grupo ignorando eso, se alegraron muchísimo de verla, sobre todo las chicas donde no dudaron en ir hacia ella para aplicarla un abrazo grupal.
Black Cat: ¡Bastet! ¡No te imaginas lo contenta que estoy que estés aquí!
Decía entre lágrimas la gata abrazando fuerte a la esfinge.
Clear: Sí, amiga. No vuelvas a irte.
Kora: Eres una amiga simpática. Más que el torpe de Zan.
Zan: ¡Oye!
Se quejó molesto el abada para risa del grupo. Bastet completamente feliz, abrazó a todas sus amigas mientras los amigos observaban contentos la escena.
Continuará.
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