Una Amiga En Apuros
Una nave volaba hacia el Imperio Celeste.
En el puerto espacial estaban Mike Bluer y su nieto Kazu donde parecían estar esperando dicha nave.
Cuando la nave aterrizó, una compuerta se abrió y por ella salieron Magic Star junto con una joven yegua alicornio de la edad de Heart Fire.
Esta última era de pelaje verde claro. Crin larga rubia. Cutie mark de una corona con el símbolo de unas alas a ambos lados de dicha corona. Tenía como una corona con alas color naranja en su cabeza. Esta última caminaba un poco gacha con los ojos cerrados como si tuviera miedo.
Yegua: ¿Ya hemos llegado, padre?
Preguntaba la yegua con cierto temor donde Magic Star de forma amigable le contestó.
Magic Star: Sí, hija. Ya puedes abrir los ojos.
La yegua abrió los ojos donde parecía aliviada de estar por tierra.
Mike, junto con Kazu, se acercaron a éstos para darles la bienvenida.
Mike: Magic Star. Hilena. Bienvenidos.
Magic Star: Hola, Mike Bluer.
Mike: Me alegro de verte.
Magic Star: Igualmente.
Ambos sementales alegremente se estrecharon de cascos. Mike mirando a Helena, comentó.
Mike: Veo que te trajiste a tu hija Hilena.
Magic Star: Sí. Pensé que la vendría bien venir aquí. Para un cambio de aires.
Contestaba sonriente el semental mirando a su hija, donde esta última con mucha pena apartó la mirada. Su padre al verla así, la excusó.
Magic Star: Perdona, Mike. Ya sabes que Hilena es algo tímida.
Mike: No te preocupes.
Holy: Cosa curiosa teniendo en cuenta que es hija de los dos guerreros más fuertes y valientes de Ekalaif, ésta sea un tanto tímida e incluso algo miedosa.
Comentaba la fénix blanca hasta que Mike le hizo un gesto para que no continuara hablando, por fortuna la joven alicornio no la escuchó.
Mike: Magic Star. Deja que te presente a Kazu, mi nieto.
Decía Mike presentando a Kazu donde el joven alicornio cebra saludó con una leve reverencia.
Kazu: Un saludo.
Magic Star: Kazu. El hijo de Light Sun. Lo había oído hace tiempo, pero no estaba seguro de que fuese verdad.
Comentaba Magic Star observando atentamente al joven cebra alicornio donde le llamaba poderosamente la atención.
Magic Star: Nunca antes había visto un alicornio cebra. Verdaderamente sorprendente.
Mike: Sí. Mi nieto es algo único.
Decía sonriente Mike acariciando con su casco la cabeza de su nieto donde este último estaba parado sin hacer nada. El alicornio le comentó a su nieto.
Mike: Kazu ¿Por qué no llevas a Hilena a dar una vuelta mientras habló yo con su padre?
Kazu: Como desees, abuelo.
Kazu se dispuso a cumplir con la petición de su abuelo y se acercó a Hilena.
Hilena: ¿Vamos, Hilena?
Hilena: Ehhh…Sí. Vale.
Kazu guió a Hilena fuera del espacio puerto. Ambos alicornios observaban como se marchaban los dos jóvenes mientras hablaban entre ellos.
Mike: Tu hija ha crecido mucho. Casi es toda una yegua.
Magic Star: Sí. Lástima que sea tan tímida y asustadiza. No quiso seguir el camino guerrero de su madre y el mío, ya que la daba miedo pelear. Nosotros no podíamos obligarla si ella no quería. Aunque me gustaría que fuese un poco más valiente. Quizás ha sido culpa nuestra que la protegimos demasiado.
Contestaba Magic Star sintiendo cierta pena por su hija. Mike le contestó al semental.
Mike: No podemos obligar a los hijos a seguir el mismo camino que nosotros. Éstos deben crear y seguir su propio camino.
Magic Star: Lo sé. Y yo quiero a mi hija. Solo que me gustaría que al menos no fuese tan tímida.
Mike: Te comprendo, amigo. Pero aún así hay que dejar que sigan su propio camino. Aunque eso no significa que no podamos ayudar de vez en cuando.
Respondía Mike con una sonrisa para querer animar a Magic Star, logrando que este último sonriera y contestara.
Magic Star: Supongo que tienes razón.
Kazu e Hilena se disponían a salir del Imperio Celeste por un transporte aéreo.
Hilena: ¿En serio tenemos que volar?
Preguntaba con temor la alicornio donde no parecía gustarla la idea de tener que subir en una nave. Kazu sin mirarla, la contestó.
Kazu: El lago Verde que quiero mostrarte está lejos para ir volando. Por eso es mejor ir en un transporte. Al menos que quieras volar con tus propias alas todo el camino.
Ante lo último que dijo Kazu, Hilena se miró las alas. La alicornio la daba miedo volar en una nave por no mencionar que también la asustaba volar con sus propias alas muy lejos del suelo, por esa razón siempre que volaba lo hacía a baja altura.
Hilena: Es que….Me dan miedo las alturas.
Kazu: ¿Miedo a volar? ¿Cómo es posible? Si eres una alicornio. Puedes volar con tus propias alas.
Preguntaba el joven cebra sorprendido por la confesión de Hilena, donde la yegua no pudo evitar agachar la cabeza y apartar la mirada con mucha pena.
Hilena: Así es…me dan miedo las alturas.
Kazu guardó silencio por unos instantes, hasta que finalmente habló.
Kazu: En serio. No deberías ser tan cobardica y asustadiza. Deberías echar más valor en hacer algo.
Decía el joven cebra sin demasiado tacto, haciendo sentir mal a la alicornio donde no podía evitar sentir vergüenza y desánimo por ello. Kazu al verla así, suspiró y cambió de idea.
Kazu: Está bien. Usaremos un transporte terrestre para llegar al lugar. Solo que tendremos que cruzar por la zona de géiseres.
Hilena: Gracias. Te lo agradecería mucho.
Ambos se disponían a marcharse hasta que de improviso apareció Ship en su forma grifo.
Ship: ¡Kazu!
Kazu: Ah. Hola, Ship ¿Qué te trae por aquí?
Ship: Buscaba a tu abuelo para avisarle de algo importante. Jarbes, el hechicero, ha escapado de Prisión.
Kazu: ¿Jarbes? ¿Quién es ese?
Preguntaba Kazu donde parecía no saber nada sobre el tal Jarbes. Ship le explicó.
Ship: Jarbes fue un hechicero malvado que cometió muchos crímenes. Hasta que tu abuelo y su patrulla lo detuvieron y lo encerraron en una mina prisión donde debería estar encerrado toda la vida.
Hilena: Oh, no…¿Acaso estamos en peligro? ¿Vendrá aquí a vengarse?
Preguntaba con gran temor la joven alicornio ante la idea de toparse con el hechicero malvado. Ship le dijo para tranquilizarla.
Ship: Tranquila. Con Mike presente, dudo mucho que ese hechicero tenga siquiera valor para venir aquí.
Kazu: Vamos. No perdamos más tiempo. Tenemos que ir a nuestro destino.
Decía algo cansado de esperar Kazu donde no le hacía mucha gracia tener que tratar con una joven alicornio que la asustaba cualquier cosa.
Ambos jóvenes se marchaban de allí dejando solo a Ship.
Más tarde, los dos jóvenes iban andando hacia la zona de los géiseres.
Kazu: Por aquí. Ten cuidado por donde pisas cuando lleguemos a donde los géiseres.
Hilena: Sí…Trataré de tener cuidado.
Respondía la yegua ante la advertencia del joven alicornio cebra.
En la zona de géiseres, de un destello de luz apareció un extraño persona. Un tipo humanoide de piel gris. Pelo verdoso oscuro. Bigote largo y fino del mismo color. Llevaba ropas de hechicero de color verde claro más una capa de color verde más oscura. Era el malvado hechicero Jarbes.
Jarbes: ¡Por fin he regresado!
Se anunciaba el hechicero con las manos en alto en señal de triunfo.
Jarbes: Ahora buscaré a Mike Bluer y su patrulla para vengarme de ellos. Je, je, je.
En ese momento el hechicero notó que se acercaba alguien, por lo que optó por esconderse tras una árbol seco ya que no quería ser visto.
Los que venían era nada menos que Kazu e Hilena, ambos caminando entre los géiseres.
Jarbes: Parece que viene alguien. Aún no quiero ser visto por la gente. Con esto lograré que se asusten.
El hechicero alzó su mano donde por él realizó un conjuro.
Kazu: Este tiene que ser el camino.
Decía Kazu caminando hasta que de repente un géiser surgió enfrente de los dos jóvenes a gran potencia, sobresaltando a éstos.
Del géiser surgía un especie de gas y Kazu que estaba más cerca, comenzó a toser fuerte.
Kazu: ¡El gas…! Tenemos que….Alejarnos…
Kazu salió corriendo de allí hasta que notó que Hilena no le seguía.
Kazu: ¡Hilena! ¡Corre!
Por desgracia la alicornio estaba paralizada por el miedo ya que un géiser potente surgió delante de ella.
Hilena: ¡Kazu! ¡Auxílio!
Kazu tuvo que detenerse ya que no podía dejar a la alicornio en aquel peligroso lugar.
Hilena: ¡Tengo mucho miedo!
Decía asustada la yegua. Kazu fue en su auxilio, pero el hechicero Jarbes realizó otro hechizo, provocando un géiser justo en el camino del alicornio cebra donde lo golpeó y lo tiró al suelo.
Hilena: ¡Kazu! ¿Qué ha pasado?
Preguntaba preocupada Hilena al ver a Kazu inconsciente en el suelo. La joven princesa no sabía qué hacer debido al miedo que la invadía.
Mientras tanto, Mike estaba tranquilamente viendo la tele en el salón del castillo hasta que entró un preocupado Ship.
Ship: Mike. Hace mucho que Kazu e Hilena se fueron y no han vuelto todavía.
Mike: Tal vez se estén divirtiendo mucho.
Contestaba el alicornio dando por sentado que su nieto y la hija de su amigo estaban bien. Aún así Ship seguía preocupado cosa que Mike lo notó y dijo.
Mike: Si de todos modos estás preocupado, puedo llamar a Kazu con el comunicador.
Mike trató de llamar a Kazu por el comunicador.
Mike: ¡Kazu! ¿Me oyes? Contesta.
No hubo respuesta. En su lugar se escuchaba la voz de Hilena, hablando a través del comunicador del inconsciente Kazu.
Hilena: ¡Mike Bluer! Auxilio. Estamos atrapados en el campo de Géiseres. Kazu quizás esté herido.
Hablaba dominada por el miedo la alicornio justo cuando al lado de ambos jóvenes se producía otro géiser. Mike al ver lo que asustada que estaba Hilena por su voz, trató de calmarla.
Mike: No te asustes, Hilena. Iré a buscaros de inmediato.
Mike alzó la mirada para ver a Holy que estaba sobre una silla.
Mike: ¡Tenemos trabajo, Holy! ¡Bankai!
Holy: ¡Marchando!
Holy se fusionó con Mike y de inmediato el alicornio salió volando a toda velocidad al rescate de Kazu e Hilena.
No tardó demasiado en cubrir la distancia hacia el campo de géiseres. Ahí Mike vio a una preocupada Hilena al lado de un inconsciente Kazu.
Mike: No os mováis de donde estáis.
Hilena: Mike Bluer.
Mike: No hay nada del que preocuparse. Ya estoy aquí.
Respondía Mike con una sonrisa para alentar valor a la joven alicornio y esta no siguiera con miedo.
Mike se acercó hacia una roca grande. De un puñetazo cubierto de metal espíritu, la destrozó por completo en rocas más pequeñas.
Una a una Mike usó las rocas para lanzarlas y así tapar cada uno de los géiseres que rodeaban a Kazu e Hilena.
Jarbes: Mike Bluer.
Decía el hechicero al reconocer al emperador celeste.
Tras terminar de tapar todos los géiseres, lo primero que hizo Mike fue comprobar el estado de Kazu.
Mike: Está bien. Solo ha perdido el conocimiento.
Decía Mike haciendo que Hilena se sintiera aliviada, pero aún así se sentía culpable consigo misma por su falta de valor.
Hilena: Menos mal. Estaba tan aterrorizada. Si fuera más como mi padre, esto no habría pasado.
Mike: No te aflijas. Ahora tenemos que sacar a Kazu de aquí. Volvamos al castillo.
Jarbes observando como Mike cargaba con Kazu para llevárselo, sonrió con malicia mientras comentaba.
Jarbes: Sí. Y Mike Bluer me llevará hacia el castillo celeste. Una vez ahí podré vengarme de él y de su maldita patrulla por haberme encerrado.
Finalmente Mike pudo llevar a Kazu al castillo donde los médicos lo atendieron. Por fortuna Kazu no tenía nada grave y solo necesitaba reposo.
La única que no estaba bien era Hilena. Sentada en una mesa, se sentía verdaderamente culpable como inútil.
Hilena: Esto no es justo. Mis padres son guerreros valientes ¿Por qué yo no puedo ser tan fuerte y valientes como ellos?
La alicornio comenzó a llorar de tristeza al sentirse inútil. Jarbes apareciendo por arte de magia tras un árbol, observaba la escena mientras pensaba en un plan.
Jarbes: Vaya. Esta pequeña necesita ayuda. Pues voy a ayudarla. Je, je, je. Para que me ayude.
Decía el hechicero con gran maldad.
Jarbes: Pero primero un disfraz.
Empleando su magia, el hechicero cambió se aspecto adoptando la forma de una anciana pony cubierta de telas. Luego se acercó a Hilena donde ahí la habló.
Anciana: ¿Qué es lo que te pasa, cariño?
Hilena: ¿Quién es usted?
Preguntó un tanto sorprendida y en parte sobresaltada por la repentina aparición de la anciana. Esta última con actitud amable y maternal se presentó.
Anciana: Je, je, je. Solo soy una vieja amiga ¿Qué es lo que te pasa, pequeña?
Hilena viendo a la anciana como una persona confiable, decidió contarla su problema.
Hilena: Debido a que soy débil el joven príncipe Kazu se lastimó. Como me gustaría ser fuerte.
Anciana: ¿Y eso es todo lo que te hacer sufrir? Yo puedo arreglarlo, cariño.
Hilena: ¿Usted? ¿Usted puede ayudarme a hacerme fuerte?
En respuesta, la anciana hizo aparecer de su casco un frasco con un líquido blanco donde soltaban chispas de luz. La alicornio tomó el frasco donde miró con extrañeza.
Hilena: ¿Qué esto que me ha dado?
Anciana: Logrará que sientas cualquier cosa que quieras sentir. Fuerte, alta, lo que quieras.
Hilena no se lo pensó demasiado. Deseaba ser fuerte y valiente. Por lo que, sin dudarlo siquiera, optó por beberse la extraña poción.
Anciana: ¿Te sientes mejor?
Preguntaba la anciana con una sonrisa. En ese momento Hilena se sentía más fuerte y valiente. Sin pensarlo demasiado, la yegua se subió a lo alto de la mesa y apoyada de una sola pata, daba vueltas donde toda sonriente, respondió.
Hilena: Estoy mejor que nunca ¿Cómo puedo agradecérselo?
Anciana: Luego pensaremos en algo.
Decía la anciana. En ese momento se escuchó una voz.
Kazu: ¡Hilena!
La anciana presentía que venía alguien indeseado. Por lo rápidamente se dirigió a Hilena y la dijo a esta.
Anciana: Toma esto.
Decía la anciana entregando un anillo con un rubí en ella.
Anciana: Con él podrás llamarme. Solo tienes que decir "Em…om…emok". No lo olvides.
Kazu: ¡Hilena! ¿Dónde estás?
Alzaba la voz Kazu tratando de encontrar a Hilena.
Hilena: ¡Aquí estoy!
Respondía Hilena apareciendo en lo alto de un muro, cosa que sorprendió un tanto a Kazu ya que desde lo que sabía de ella, ésta temía a las alturas.
Hilena: ¿Cómo te sientes?
Preguntaba sonriente la alicornio donde Kazu la contestó.
Kazu: Estoy completamente recuperado, pero ¿Qué haces en lo alto de ese muro? Podrías caerte como un plomo.
Hilena: Estoy bien y lo que es mejor, no tengo miedo.
Respondía sonriente y llena de confianza la yegua donde sorprendentemente había pegado un salto, una voltereta hacia delante y finalmente caer de pie.
Kazu: Vaya. No pensé que pudieras hacer eso.
Comentaba serio la cebra sorprendido ante la proeza de la joven alicornio. En ningún momento se esperaba que alguien, a quien consideraba enormemente miedosa y asustadiza, pudiera hacer una proeza semejante. La alicornio llena de confianza, riéndose le contestó.
Hilena: Ja, ja, ja. Ni yo tampoco. Vamos a casa. A ver quién gana.
Decía de forma retadora la alicornio donde empezó a salir corriendo de allí.
Kazu miraba extrañado el comportamiento de la alicornio, donde no lo veía nada normal.
Más tarde, ambos jóvenes estaban en el laboratorio de Eye Fox en el castillo, donde estaban presentes Mike y su esposa e hijo como también Magic Star. La arquera estaba enseñando un nuevo invento que tenía en su mesa de trabajo.
Fox: Este es el transmutador. Puede convertir cualquier cosa en otra cosa.
Decía la arquera donde haciendo una demostración con el aparato que esta tenía, lanzó un rayo hacia un pequeño árbol que estaba sobre una maceta, donde acabó convertida en oro.
Fox: Como podéis ver, acaba de convertir aquel árbol de madera en oro. También podemos volver a cambiarlo cuando queramos.
Explicaba la arquera mientras Hilena, un poco ajena a la explicación, observaba el anillo que tenía consigo.
Sin que la yegua lo supiera, a través del anillo, Jarbes espiaba el interior del laboratorio de Eye Fox. Su atención se centraba principalmente en el nuevo invento de Eye Fox.
Jarbes: Yo debo poseer esa máquina. Y se me acaba de ocurrir una idea para lograrlo.
Hablaba con perversidad el hechicero donde tenía un diabólico plan en mente.
Más tarde tras la demostración de Eye Fox, Mike y Kazu estaban con Hilena en la sala del trono. Esta última estaba sentada en los escalones de los tronos donde la yegua parecía estar muy cansada.
Mike: ¿Estás bien, Hilena?
Preguntaba el alicornio a Hilena, donde esta última parecía como ida hasta que finalmente respondió.
Hilena: ¿Qué…? Ah…Sí. Estoy bien.
Holy: ¿Por qué no sales a respirar un poco de aire fresco? Nosotros te alcanzaremos luego.
Hilena: Sí…Lo haré.
Respondía cansada la alicornio donde salió caminando hasta salir de la sala. Kazu no pudo evitar comentar.
Kazu: Estaba perfectamente bien hace rato y ahora se la ve enferma.
Más tarde, Hilena estaba sentada en la mesa de antes. La yegua estaba bastante cansada y casi sin energías donde no podía apenas moverse.
Hilena: Me siento cansada, enferma y débil.
En ese momento miró el anillo que la anciana la dio en cuanto se conocieron y ahí pensó.
Hilena: Tal vez la anciana me pueda ayudar ¿Qué palabras fueron que me dijo? "Em…om…emok".
Por arte de magia apareció por detrás de ella la anciana donde se acercó a la joven alicornio.
Anciana: ¿Qué ocurre, cariño? ¿Me llamaste?
La alicornio se sorprendió un poco al ver aparecer a la anciana de repente por detrás de ella.
Hilena: ¿De dónde apareció?
Anciana: Je, je, je ¿Y eso qué importa? Aquí estoy, cariño ¿Qué te pasa?
Hilena le contó su problema a la anciana.
Hilena: Me siento mal. Tal vez con un poco más de tu poción me sienta mejor.
Anciana: Por supuesto, cariño.
Respondía amablemente la anciana sacando por arte de magia otra poción. Hilena sin pensárselo dos veces, tomó la poción para luego bebérselo.
Kazu estaba reunido con su abuelo.
Kazu: Abuelo. Creo que sería mejor buscar a Hilena.
Holy: Estoy de acuerdo. Estoy preocupada por ella.
Mike: Lo mismo estaba yo pensando. Vamos a por ella.
Éstos fueron a buscar a Hilena donde la encontraron fuera con la poción aún en casco.
Mike: ¡Hilena!
Nada más oír que la llamaban, Hilena escondió la poción y luego se dirigió hacia donde estaban éstos.
Hilena: Mike Bluer, Kazu.
Mike y los demás se acercaron a Hilena queriendo saber cómo estaba.
Mike: ¿Cómo estás, Hilena?
Hilena: Estoy bien. Me siento de maravilla.
Contestaba la alicornio con gran entusiasmo.
Hilena: Es más. Voy a hacer algo que siempre he querido hacer ¡Voy a volar por los altos cielos!
Mike: ¿Seguro que lo has hecho antes?
Hilena: No. Pero nunca es tarde para querer intentarlo.
Contestó con entusiasmo la yegua para acto seguido salir volando alto hacia el cielo para sorpresa de los presentes.
Holy: Vaya. Sí que le ha metido ganas a la cosa.
Comentaba la fénix blanca. Mike con actitud preocupada, contestó.
Mike: Tengo un mal presentimiento con todo esto. Voy a por ella.
Mike desplegó sus alas para acto seguido salir volando en persecución de la joven alicornio. Kazu le siguió.
Hilena volaba completamente emocionada por los cielos del Imperio Celeste. Hacía varias piruetas en el aire y algunas maniobras peligrosas por los enormes rascacielos y megatorres de la ciudad. Incluso llegaba a pasar de forma brusca por las carreteras aéreas donde estuvo a punto de provocar un accidente.
Mike y los otros la seguían viendo las locuras que hacía la yegua.
Kazu: ¿Qué rayos le pasa a esa yegua loca?
Mike: No lo sé, pero hay que detenerla antes de que provoque un accidente.
Respondía Mike a su nieto donde ahora mismo su prioridad era detener a la yegua.
Mientras tanto, la alicornio seguía volando de forma despreocupada y veloz por los cielos. Así hasta que volvió a sentirse débil y cansada.
Hilena: ¿Qué me ocurre? Me siento cansada de repente….
La yegua perdió fuerzas en sus alas y empezó a caer al vacío para horror de esta.
Hilena: ¡Socorroooo….!
Mike: ¡Hilena!
Mike voló veloz hacia Hilena, siendo seguido por Kazu y Holy. El alicornio trataba de alcanzar a Hilena para evitar que se estrellara contra el suelo.
Hilena seguía gritando tratando de recobrar el equilibrio, pero nada servía y faltaba poco para estrellarse contra el suelo.
Por fortuna Mike llegó, la tomó en brazos y la llevó volando evitando que se estrellara contra el duro suelo.
Kazu y Holy llegaron justo para ver como Mike dejaba a Hilena en el suelo.
Mike: ¿Estás bien?
Hilena: Sí…Más o menos.
Mike: ¿Alguna vez has volado tan alto antes?
Preguntaba Mike a Hilena donde la yegua negando con la cabeza, contestó.
Hilena: No…Es la primera vez que lo hago.
Mike: Hilena. Lo que has hecho ha sido una total imprudencia por tu parte y una temeridad. Podrías haber provocado un grave accidente.
Decía Mike con tono reprochador ante el comportamiento de Hilena, donde la yegua ahí se disculpó.
Hilena: Lo siento mucho…No era mi intención.
Mike: Es mejor que vuelvas al castillo a descansar.
Decía Mike donde decidió llevar a Hilena de regreso al castillo.
Más tarde, Hilena estaba sentada en un banco del castillo con una ventana detrás de ella. La yegua parecía bastante agotada y sin fuerzas.
Hilena: Estoy tan mal…Solo hay una cosa que me puede hacer sentir mejor. "Em…om…emok".
Anciana: ¿Sí, cariño?
Hilena se sobresaltó al ver aparecer de repente a la anciana enfrente de ella. Luego de recuperarse del sobresalto, le quiso pedir a la anciana.
Hilena: Por favor. Me siento muy mal ¿Me podría dar un poco más de tu poción?
En respuesta la anciana se rió y de forma negativa la contestó.
Anciana: Je, je, je. Esta vez no, cariño. Llegó el momento que me pagues lo que me debes.
Hilena: ¿Cómo?
Preguntó confundida la alicornio hasta que la anciana pidió lo que quería.
Anciana: Quiero ese transmutador. Yo no puedo pasar por los sistemas se seguridad y la guardia, pero tú sí. Ve y tráeme ese transmutador.
Hilena se quedó sorprendida ante la petición de la anciana. Prácticamente la estaba pidiendo que robase el transmutador. Al principio trató de negarse.
Hilena: No. Jamás haré lo que me pides.
Anciana: Si quieres un poco de mi poción, tendrás que hacerlo.
Respondía la anciana emulando una sonrisa perversa antes de desaparecer por arte de magia.
Hilena: Se ha ido ¿Cómo he podido mezclarme en algo así? Ojalá nunca hubiese bebido esa poción.
Se preguntaba a sí misma la yegua arrepentida por sus actos y empezando a llorar por lo que la estaba pasándola ahora.
Mike que estaba pasando cerca, escuchó los lloros de Hilena y se acercó a ella. Ahí con tono amable trató de preguntarla.
Mike: Hilena. Por favor, dime qué te pasa.
Hilena parando de llorar por un momento, le contestó con actitud triste a Mike.
Hilena: No puedo decir nada, señor Bluer.
Mike: No puedo ayudarte si no me lo cuentas.
Respondió con cierto tono de decepción el alicornio al ver que la yegua no quería contarle su problema. Mike optó por dejarla sola para que se calmara y tal vez así le contaría su problema.
Una vez sola, Hilena se puso a pensar.
Hilena: Debo tomar un poco de la poción. No puedo robar el transmutador de Eye Fox. Pero si consigo ese aparato y se lo doy a la anciana, cuando me tome la poción seré lo suficientemente fuerte para quitárselo ¿Cómo fue que me metí en este problema?
Se preguntaba esto último la yegua llorando de nuevo.
Siguiendo su plan, Hilena no tuvo demasiados problemas para pasar la guardia y la seguridad hasta el laboratorio de Eye Fox.
Una vez dentro, la yegua vio el transmutador encima de una mesa.
Hilena: Por fortuna no hay nadie aquí.
Hilena intentó levantar el aparato, pero era demasiado pesado para ella.
En ese momento apareció Vulcan.
Vulcan: Hola, preciosa. Te vi entrar ¿Necesitas ayuda?
Hilena: Eh…Sí. Necesito llevar esto a la terraza. Luego me gustaría estar a solas, Vulcan.
Respondía la yegua diciendo una pequeña mentira. Vulcan de forma alegre y servicial, la contestó.
Vulcan: Eso no es un problema, hermosa.
Vulcan se acercó a una parte de la mesa de trabajo donde sacó de un cajón un especie de aparato circular en forma de estrella. Con el mismo aparato lo colocó en el transmutador donde este último empezó a flotar en el aire.
Vulcan: Este dispositivo antigravedad hace ligero cualquier cosa. Te ayudará a llevarlo a cualquier parte.
Hilena: Muchas gracias, Vulcan.
Agradeció la yegua tomando el transmutador y llevándolo de allí.
Vulcan: Me pregunto para qué rayos querrá llevar el aparato.
Se preguntaba para sí Vulcan rascándose la cabeza ignorando completamente lo que había provocado con sus acciones.
Más tarde, Hilena estaba en la terraza con el transmutador encima de una mesa.
Hilena: "Em…om…emok"
Recitaba el hechizo la yegua donde al poco rato volvía a aparecer la anciana. Esta última miró complacida a la yegua al ver que había traído el aparato.
Anciana: Bien hecho, cariño.
Hilena: Por favor. Quiero la poción.
Rogaba la alicornio por otra poción a la anciana. Dicha anciana comenzó a reírse malvadamente mientras contestaba.
Anciana: Je, je, je. Creo que no te la daré.
Hilena: Por favor. Necesito tu ayuda.
Rogaba la yegua a la anciana. La anciana la contestó, pero esta vez con la voz de Jarbes.
Anciana: Pero yo ya no necesito la tuya. Parece que he sido más listo que tú.
Hablaba con tono malvado recobrando su aspecto real el hechicero, sorprendiendo en gran medida a Hilena.
El hechicero se reía con maldad mientras este empleaba su magia para teletransportarse a otro lugar junto con el transmutador.
Hilena: El hechicero. Me ha engañado. Tengo que…Dar….La voz….De…Alarma….
Por desgracia la yegua perdió el conocimiento en el suelo debido a que estaba enormemente débil.
Kazu y Eye Fox estaban en un pasillo hasta que Magic Star apareció con actitud preocupada.
Magic Star: No está...
Fox: ¿Qué no está?
Magic Star: El transmutador. Fui para ver el aparato y ya no estaba.
Fox: ¿Qué? Yo no lo he movido de sitio. Alguien ha tenido que robarla.
Respondía Eye Fox sorprendida al escuchar que robaron el aparato. Al poco rato apareció Vulcan donde parecía también preocupado.
Vulcan: ¡Chicos! Algo le ha pasado a Hilena. La he encontrado inconsciente en la terraza.
Más tarde, estaban en la terraza Mike, Vulcan, Eye Fox, Kazu y Magic Star, este último sujetando en brazos a su hija donde la miraba preocupado.
Magic Star: Hija ¿Qué ha ocurrido?
Al poco rato Hilena recobró el sentido. Cuando vio a su padre, trató de hablar.
Hilena: Padre…Te ruego que me perdones. He hecho algo terrible.
Magic Star: Tranquila, hija. Cálmate y dime qué ha pasado.
Hilena: Me vi obligada a entrar el transmutador al hechicero.
Una gran preocupación se formó en los presentes ante la confesión de Hilena. Vulcan con una gota de sudor cayendo de su cabeza, pensó para sí.
Vulcan: (Espero que no se enteren que yo, indirectamente, la he ayudado a llevar el aparato).
En otra parte de la terraza del Castillo Dorado, en una parte con muchos árboles, apareció el hechicero con el aparato.
Jarbes: Ahora que he llamado la atención de Mike Bluer, voy a cobrar mi venganza.
Mike Bluer con su armadura Dragón Bankai activa, fue a buscar al hechicero en el mismo lugar. Jarbes escondido tras un árbol espiando, vio su oportunidad.
El hechicero activo el aparato disparando un rayo a Mike con intención de convertirlo en una estatua de oro. Mike logró esquivar a tiempo el rayo donde le dio en un muro donde se convirtió parcialmente en oro. El alidrake mirando de forma desafiante al hechicero, le dijo a éste.
Mike: Vas a tener que esforzarte más.
Jarbes: Eso ya lo veremos.
Una vez más, Jarbes disparó otro rayo del aparato. Mike se escondió detrás de unos matorrales donde recibieron estos el rayo. Dichos matorrales se convirtieron en cristales de hielo transparentes donde a través de él se veía a Mike.
Mike: Tus trucos de magia me han dejado verdaderamente frío.
Decía Mike con tono burlón para molestia del hechicero.
Jarbes: A ver si algo de calor logra calmarte.
Decía el hechicero disparando otro rayo en el camino de Mike que este recorría, formando un denso muro de fuego que le cortó el paso.
Jarbes: Ja, ja, ja. Pasa a través de esto, Mike Bluer.
Mike sin dejarse intimidar por las llamas, dio un fuerte aleteo con sus alas donde produjo una fuerte ventolera, apartando las llamas del centro permitiendo así a Mike pasar.
Jarbes: Muy astuto, Mike Bluer. Pero no lo suficientemente bueno.
El hechicero formó una bola de fuego blanca para luego lanzarla contra Mike. El alidrake se preparaba para un ataque, pero al final la bola de fuego se convirtió en realidad en un destello blanco cegador que dejó cegado a Mike.
Mike: No puedo ver nada…
Jarbes: Luego podrás ver, Mike. Pero tampoco podrás moverte.
Decía el hechicero lanzando otro rayo del aparato a los pies de Mike, dejando sus extremidades atrapadas en roca para sorpresa del alidrake.
Jarbes: Has perdido. Ja, ja, ja. Sin duda este transmutador es maravilloso. Ja, ja, ja. Puedo convertir el aire que te rodea en roca. O hacer que el Castillo Dorado tenga un tamaño más conveniente para su transporte.
El hechicero disparó un rayo contra el Castillo Dorado donde fue gradualmente encogiendo.
Dentro del castillo, en el laboratorio de Eye Fox, estaba la arquera como también Vulcan, Magic Star, Kazu, Hilena.
Fox: No puedo desactivar el transmutador desde aquí.
Explicaba alarmada la arquera hasta que de repente sintieron que todo el castillo estaba temblando.
Magic Star: ¡El castillo está encogiendo!
Mike viendo como el castillo reducirse de tamaño, sentía que tenía que hacer algo.
Mike: Tengo que liberarme ¡Dragón Shinigami Bestia!
El cuerpo de Mike brilló adoptando de inmediato su forma dragón y liberándose de la piedra que lo aprisionaba para sorpresa de Jarbes.
Mike: No puedo perder el tiempo con este mago de feria. Tengo que salvar el castillo.
Decía el dragón dirigiéndose rápido al interior del castillo.
Mike: Tal vez si llego al centro del castillo, pueda impedir el encogimiento.
Mike volaba lo más rápido que podía, teniendo que apurar por los espacios más pequeños.
Finalmente llegó al centro del castillo donde las paredes iban encogiendo. Mike empleó sus fuerzas para empujar las paredes y evitar que siguiera su curso.
Mike: Me gustaría tener una habitación más espaciosa.
De momento Mike estaba logrando impedir que el castillo siguiera encogiéndose.
Jarbes: Mike Bluer está impidiendo que cumpla mi venganza.
Jarbes activó el aparato para aumentar la fuerza de reducción del castillo.
Jarbes: Pero ni siquiera Mike Bluer puede contrarrestar la máxima potencia de la máquina.
Contra todo pronóstico, Mike empleando todo su poder, logró empujar las paredes hacia fuera anulando su encogimiento. A su vez provocó que el transmutador se sobrecargara y explotara en las manos del hechicero donde salió este volando.
En el suelo, Jarbes veía con asombro como el castillo recobraba su tamaño real.
Mike se reunió con los demás donde algunos estaban por los suelos.
Mike: ¿Estáis todos bien?
Kazu: ¿Qué ha pasado?
Preguntaba la joven cebra donde Eye Fox contestó.
Fox: La resistencia de Mike hizo que la máquina se sobrecargara e hizo explosión.
Vulcan: Entonces todo ha ido bien.
Magic Star: Me temo que no todo. Mirad.
Decía Magic Star mirando por una ventana. El grupo se asomó donde ahí vieron a Jarbes huir con ayuda de su magia.
Mike: Está atónito, pero sin duda volverá. Si hubiera alguna forma de traerlo de vuelta ahora que está debilitado.
Las palabras de Mike hicieron que Hilena se acordase del anillo y ahí dijera.
Hilena: El hechicero me dio este anillo para comunicarme con él.
Aquella respuesta se ganó la atención de los presentes.
Kazu: ¿Por qué ese hechicero haría eso?
Hilena: Porque me sentía débil y tímida. Luego me dio la poción diciéndome que al beberla me haría fuerte y valiente.
Confesaba la yegua.
Vulcan: ¿Y lo cumplió?
Hilena: Al principio me iba bien. Pero el efecto pasó y necesité más y más.
Mike: Y te hizo dependiente de ese brebaje. Tuviste suerte que no te diera más.
Decía Mike advirtiendo a la yegua de que no debería haber seguido tomando aquella poción.
Hilena: Ahora me he dado cuenta.
Respondía con pena y arrepentimiento la yegua mientras su padre la abrazaba para consolarla. Luego ofreció el anillo donde Eye Fox la tomó para analizarlo mejor.
Mike: Si pudiéramos conectarlo a un amplificador, quizás podamos traer a Jarbes hasta donde queremos.
Fox: Y el amplificador aumentaría el poder para retenerlo aquí.
Dijeron Mike y Eye Fox teniendo un plan para traer de vuelta a Jarbes.
En el laboratorio de Eye Fox, la arquera había conectado el anillo a una máquina.
Fox: Adelante, Hilena.
Hilena: "Em…om…emok"
Jarbes apareció por arte de magia en medio del laboratorio para sorpresa del hechicero.
Jarbes: ¡Mike Bluer! Me has traído hasta aquí. Pero no creas que lograrás retenerme aquí.
Decía el hechicero lanzando un rayo contra Mike, donde el alicornio con un golpe de su casco desvió el rayo. Ahí con tono burlón el alicornio le dijo al hechicero.
Mike: Lo lograré si ese es todo tu poder.
El hechicero trató de distraer a Mike lanzando un rayo contra unos ordenadores donde se prendieron en fuego.
Mike: Con que te gusta jugar con fuego.
Mike aspiró fuerte para lanzar un fuerte soplo que disipó el fuego.
Fox: Gracias, Mike. Temía que nos tocase comprar equipo nuevo.
Mike: Es mejor que te rindas, Jarbes. Nunca ganarás.
Jarbes: Eso es lo que tú te crees. Voy a vencerte.
El hechicero lanzó un hechizo donde atrapó a Mike en un especie de anillo metálico que retenía sus cuerpo como sus cuatro patas.
Mientras Mike trataba de liberarse, Jarbes aprovechó para escapar. Hilena de forma inesperada fue en su persecución y cuando lo tuvo a su alcance, la yegua saltó y logró atraparlo donde se agarró fuerte a él para evitar que huyera.
Mike logró liberarse con ayuda de su fuerza el anillo destruyéndolo en pedazos. Luego fue a por Jarbes donde logró quitarse a Hilena de encima, pero ya era tarde. Mike lo había alcanzado.
Mike: ¿Tuviste buen viaje, Jarbes?
Jarbes: Aún no has oído mi última palabra, Mike Bluer.
Habló enojado el hechicero, donde ahí Mike con tono burlón le contestó.
Mike: Así que me vas a escribir desde la prisión.
Eye Fox le dio un capón al hechicero donde le dejó inconsciente en el suelo. Ahí la arquera con tono enojado, dijo.
Fox: Esto por tratar de destrozar los ordenadores.
Mike se rió por la escena.
Con Jarbes por fin arrestado, ahora en el patio, Mike le estaba dando las gracias a Hilena.
Mike: Gracias por ayudar a atrapar a Jarbes. Fuiste muy valiente.
Pese a las palabras de agradecimiento del alicornio, Hilena sintiéndose culpable, respondió.
Hilena: Pero lo que hice antes fue una tontería.
Kazu: ¿Por qué tomaste aquella poción? ¿Acaso no confiabas en tu propia fuerza?
Preguntaba el potro a la yegua donde esta última con mucha pena, respondió.
Hilena: Porque quería ser como mis padres.
Mike: Creo que estarás de acuerdo en que la única forma de sentirse bien es, primero, estar bien con uno mismo.
Decía con sabiduría Mike a Hilena logrando que la yegua se sintiera bien.
Hilena aprendió una valiosa lección sobre aceptarse a uno mismo.
Continuará.
No olvidéis comentar.
Nota Autor: No seas tarado y di "no" a las drogas.
