El Maestro Ladrón y la Gata Ladrona 1º Parte
La acción transcurría en el mundo de los Caballeros de la Realeza.
En un restaurante, estaba Black Cat tomando un refresco en compañía de su actual mentor Tennesse Cooper.
Cooper: Nada como tomar algo después de un duro día de trabajo ¿No crees, minina?
Comentaba el vaquero recostándose tranquilamente en la silla. La gata tomando su refresco, asintió con la cabeza mientras respondía.
Black Cat: Así es, señor Cooper. Por cierto. No tenía ni cinco y creo que usted tampoco ¿De dónde sacó el dinero?
Ante la pregunta, Cooper sonrió de forma traviesa y contestó.
Cooper: Bueno…Lo tomé prestado de un buen colega. Je, je, je.
Shining Armor volvía a su cuarto en el castillo, hasta que vio su cartera fuera de sitio y completamente vacía.
Armor: ¡Coooper!
Gritó furioso el unicornio donde se pudo escuchar por todo el castillo.
Black Cat: ¿No tenemos ningún otro trabajo pendiente?
Preguntaba la gata a Cooper donde el vaquero alzando de hombros, contestó.
Cooper: Ninguno que yo sepa. Así podemos tener el resto del día libre sin preocupaciones ¿Te gustaría ir a divertirnos un poco?
Black Cat: Por supuesto, señor Cooper.
Los dos estaban en parte emocionados por irse a divertirse, hasta que apareció un camarero con bandeja que les llamó la atención.
Camarero: ¡Pssst…! Por aquí!
Black Cat: Esa voz…
La gata y el vaquero se giraron para ver al camarero, resultando ser nada menos que el director Gotier disfrazado. La gata no pudo evitar exclamar.
Black Cat: ¡Director Gotier!
Cooper: Vaya, director ¿Tan mal le pagan en la academia que tiene que trabajar de camarero?
Bromeaba el vaquero sin poder evitar reírse. El directo bajando una esfera de mensajes de la bandeja, se la entregó a Cooper donde este la activó y se puso a leer el mensaje.
Cooper: "Se debe recuperar una joya de gran valor conocida como la Lágrima de Sangre. Se cree que se va a subastar ilegalmente en un lugar cercano al poblado de Termalia en el desierto. Vuestra misión será recuperarla. Este mensaje de autodestruirá en cinco segundos".
Black Cat: Supongo que nos quedamos sin diversión.
Comentaba decepcionada la gata al ver que se la habían chafado sus planes. Cooper tratando de alegrar a la gata, con una sonrisa la dijo a ésta.
Cooper: Tranquila, minina. El trabajo de maestro ladrón puede ser divertido si se lo propone uno.
El vaquero de forma inconsciente, dejó la esfera de mensajes en la bandeja sin que el director se diera cuenta.
Cooper: Vamos, minina. Nos vamos de viaje.
Black Cat: Sí, señor Cooper.
Ambos se marchaban del lugar. El director finalmente se dio cuenta de la esfera de mensajes y trató de huir, pero como era tradicional le explotó en la cara, dejándolo carbonizado.
Gotier: A veces me pregunto si debería cambiar de empleo a uno más tranquilo….Como pocero, fontanero o incluso enterrador por ejemplo…
Como el viaje iba a ser largo, Cooper y Black Cat tuvieron que tomar un transporte aéreo para llegar a su destino.
Imaginaos un mapa de Equestria donde de muestra en una línea de puntos saliendo de Canterlot, saliendo del territorio de Equestria y dirigirse hacia una zona desértica. Dicha línea seguir a lo largo de un desierto de calor abrasador donde se desviaba por un momento para ir a un oasis y retornar luego el camino.
Finalmente llegaron a su destino. Un poblado en medio del desierto.
Black Cat: ¿Ye hemos llegado…? Me muero de sed….
Preguntaba la gata sudando sin parar donde se vio obligada a quitarse su traje de gata ladrona, dejando así expuesta su piel blanca donde tuvo que ponerse kilos de protector solar para evitar quemarse por el sol. La gata estaba muerta de sed mientras el vaquero mirando por todos lados, comentó.
Cooper: Sí, minina. Estamos ya aquí. Aquí es donde tendremos que investigar dónde podría estar lo que buscamos.
Black Cat: ¿Se refiere a la La….?
No pudo terminar la frase la gata porque Cooper la tapó la boca con su casco y ahí la dijo susurrando.
Cooper: Psssst….Ni una palabra. Hay ojos y oídos por todas partes.
Explicaba el vaquero donde miraba por todas partes, donde veía algún que otro individuo de aspecto sospechoso, sobre todo porque la mayoría estaban cubiertos con sus ropas de modo que no les pudieran reconocer.
Cooper: Ve a beber algo, minina. O acabaras convertida en gata reseca.
Aconsejaba el vaquero donde la gata aceptó con gusto el consejo y se acercó a la fuente para beber un poco. Sobraba decir que la gata la estaba sabiendo a gloria el agua debido al calor que tenía encima.
Black Cat: Ahhh….Agua bendita….tan fresquita…Tan refrescante…Tan gratis….
Ajeno a ello, un individuo de aspecto sospecho pasó por detrás de la gata y trató de robarla algo. Cuando parecía que la había robado algo, siguió su camino.
Ya algo lejos, el ladrón intentó ver lo que había robado, para su sorpresa ver que no había conseguido nada. Es más, le faltaba unas bolsas de dinero.
Black Cat: Aficionado…
Decía con tono burlón la gata donde tenía en sus garras dichas bolsas de dinero que había logrado birlar al ladrón en cuanto intentó robarla a ella.
Cooper estaba mirando alrededor del poblado mientras pensaba por dónde empezar a buscar.
Cooper: Muy bien. Habrá que primero preguntar discretamente por el mercado negro.
Black Cat: Al menos dinero no nos va a faltar para dormir en una buena posada.
Comentaba sonriente la gata contando las monedas que tenía en su poder ahora mismo. Cooper la dijo a la gata.
Cooper: Una de las importantes reglas de un maestro ladrón, es averiguar dónde está el botín. Para eso hay que buscar información de forma discreta.
Black Cat: Entendido.
Los dos se pusieron a andar por el poblado en busca de información. Mientras exploraban el lugar, Black Cat se fijó en un indigente que estaba como mendigando en la calle. La gata no sabía por qué, pero tenía un presentimiento con éste y se acercó a preguntar.
Black Cat: Disculpe ¿Por un casual no conocerá un sitio donde se vendan piezas inusuales?
El indigente miró por un momento a la gata y abriendo la boca, donde la gata tuvo que taparse la nariz porque apestaba a vino, la contestó.
Indigente: Es posible….Conseguidme una buena botella de vino…y os contaré lo que quieras.
Black Cat: Una botella de vino. Tomo nota.
La gata se alejaba del indigente para reunirse con Cooper.
Cooper: ¿Qué estabas haciendo?
Black Cat: He estado hablando con ese tipo de aspecto lamentable. Creo que podría decirnos algo a cambio de una botella de vino.
Ante la respuesta dada por la gata, Cooper miró por un momento al indigente donde parecía que iba a caerse de un momento a otro. Dicho individuo no le inspiraba mucha confianza.
Cooper: Mmm…No sé si es buena idea, pero supongo que no perdemos nada por intentarlo por conseguir algo de información.
Black Cat: ¿Dónde conseguimos el vino? No he visto ninguna tienda que los venda.
Preguntaba la gata afirmando que, pese a que había algunos puestos, no vio que ninguna vendiera vino.
Cooper: Pero sí en una taberna. Sin duda conseguiremos el vino por ahí.
Black Cat: Cierto. Muy lógico.
La gata y el vaquero se dirigieron hacia la taberna del poblado. Como en toda taberna que se precie, tenía varios clientes bebiendo o contando historias.
Los dos ladrones miraron por todas partes. Black Cat viendo en una mesa con algunos clientes una botella de vino completamente llena, picó con el codo a Cooper y con una sonrisa le dijo.
Black Cat: Objetivo a la vista.
Cooper: Muy bien, minina. Yo me encargo de distraer al público. En cuanto veas que tengo al público centrado en mí, manga la botella.
Explicaba el vaquero a la gata donde esta captando el plan, asintió.
Black Cat: Como ordene.
La gata se apartó un poco para escabullirse sin ser vista. Mientras tanto, Cooper se disponía a entrar en acción.
El vaquero se acercó a las mesas y con ayuda de una bandeja, recogió los jarros de cerveza. Cuando tenía un buen número, se dispuso a llamar la atención de los presentes.
Cooper: ¡Atención todo el mundo! ¡Aquí un excelente truco profesional!
Todo el mundo centró su atención en el vaquero. Ahí Cooper se puso a hacer complicados malabares con las jarras de cerveza.
Cooper había logrado captar la atención de todo el mundo, donde miraban impresionados los increíbles trucos malabares que hacía el vaquero con las jarras donde ascendían bien alto. El tabernero en cambio, miraba preocupado la escena donde comentó.
Tabernero: Por favor…Que son unas jarras muy caras. Importadas de Manehattan.
Cooper: No se preocupe, señor. Soy un profesional con esto.
Respondía el vaquero con una sonrisa.
El público miraba maravillado la escena aplaudiendo o silbando. Black Cat tenía vía libre donde se acercó a la mesa con la botella. Con un veloz juego de manos, agarró la botella donde desapareció casi al instante.
Luego, la gata se disponía a salir por la puerta, haciendo una seña con las manos pulgar arriba indicando al vaquero que lo había conseguido, haciendo que Cooper sonriera al ver que la gata lo consiguió.
Más tarde, Cooper salió de la taberna donde la gata lo esperaba fuera.
Black Cat: ¿Por qué ha tardado tanto? Bastaba con que los distrajera un rato para que yo consiguiera la botella.
Cooper: Es que los clientes empezaron a echarme monedas y claro, no era para desaprovechar la ocasión. Jo, jo, jo.
Contestaba riéndose el vaquero mostrando a la gata las monedas que había conseguido con su numerito.
Cooper: ¿Conseguiste la botella, minina?
Black Cat: Sí. Como también alguna que otra cartera perdida. Je, je, je.
Contestaba sonriente la gata mostrando la botella. Cooper no pudo evitar reírse ante la respuesta de la gata y luego comentó.
Cooper: Muy bien. Busquemos al tipo ese a ver qué nos cuenta.
Los dos se reunieron con el indigente de antes.
Black Cat: Botellita. Para el borrachín de turno ¿Quiere algunas tapas de paso?
Bromeaba la gata ofreciendo la botella al indigente, donde este último sin pensárselo dos veces agarró la botella, quitó el tapón y se echó un buen trago.
Black Cat: Me gusta los tipos que saben tener modales en la comida…
Decía con sarcasmo la gata al ver la forma poco fina del indigente la beberse la botella. Cuando Cooper vio que el indigente dejaba de beber por un momento, aprovechó para preguntarle.
Cooper: ¿Puedo preguntarle algo?
Indigente: Je, je. Claro que puedes, forastero ¿Qué quieres?
Cooper: Estamos buscando una piedra. Una que robaron hace bastante tiempo.
El indigente se quedó un momento callado hasta que finalmente respondió.
Indigente: Bueno, estoy seguro de que no eres el único.
Cooper: Tenemos nuestros motivos.
Indigente: Entonces deberíais pasaros por el mercado negro.
Black Cat: (Mercado negro. Lo sabía).
Cooper: ¿Y dónde está?
Indigente: Eso yo no te lo puedo decir…
Black Cat: ¿Está bromeando? Encima que le hemos dado una botella llena para complacer tu borrachera.
Decía indignada y molesta la gata. Cooper posó su casco en el hombro de la gata para calmarla.
Cooper: De acuerdo, gracias de todas formas.
Black Cat: Pero, maestro. No sabemos si lo ha contado todo o no.
Cooper: Vámonos, minina.
Los dos se disponían a marcharse. Antes de irse muy lejos, el vaquero le susurró a la gata.
Cooper: "Atenta. Ahora viene la parte en que nos llama, diciendo que conoce a alguien".
La gata escuchó atentamente las palabras del vaquero. Antes de irse lejos, el indigente los llamó.
Indigente: Pero a lo mejor conozco a alguien que sí. Si es que os interesa, claro.
Cooper: "Te lo dije".
Decía el vaquero con una sonrisa como diciendo "te lo dije". Ahí la gata sonrió al ver que el vaquero se las sabía todas.
Cooper: Somos todo oídos.
Indigente: Tenemos una taberna bien hermosa por ahí.
Respondía el indigente. Black Cat deduciendo a cuál se refería, comentó.
Black Cat: Debe ser donde rob…conseguimos la botella de vino antes.
Indigente: Probad a pedir algo que no esté en la carta y deja que el tabernero haga el resto.
Cooper enseguida dedujo que aquello era una especie de contraseña.
Cooper: De acuerdo, gracias.
Indigente: De nada, forastero.
Cooper: Vamos, minina.
Black Cat: Sí, maestro.
Los dos dejaron al indigente para regresar a la taberna.
Luego de un rato, los dos estaban ya enfrente de la puerta de la taberna.
Black Cat: Volvemos aquí.
Cooper: Sí. Solo espero que el tabernero no esté demasiado mosqueado por le numerito de antes.
Los dos volvieron a entrar en la taberna para ir directos a la barra. Cooper se dirigió al tabernero, siendo este último un minotauro, para hacer su pedido.
Cooper: Pongamos algo de beber, por favor.
Tabernero: ¿Qué les pongo?
Cooper: Para la minina un zumito….En mi caso, vino con un chorrito de cerveza e hidromiel.
Tabernero: Para lo segundo, me temo que eso no está en la carta.
Respondía el tabernero donde Cooper asintiendo, le contestó de forma discreta.
Cooper: Y por eso lo pido. Creo que la mezcla es el mismo color que cierta piedra.
El tabernero parecía quedarse pensando un momento hasta que finalmente respondió.
Tabernero: Entonces, le traeré ahora mismo.
El tabernero se fue a buscar su pedido. Black Cat mirando con mala cara a Cooper, le preguntaba a éste.
Black Cat: ¿Un zumito? ¿En serio? ¿Te parezco una mocosa de cinco años?
Cooper: Je, je, je. Tranquila, minina. Es solo para despistar a cualquier posible escucha.
Contestaba bromeando el vaquero. Al poco rato llegó el tabernero con el pedido.
Tabernero: Aquí tienen.
Cooper se fijó que debajo de su vaso había una nota.
Cooper: (Una nota debajo del vaso…Clásico).
Cooper pagó al tabernero y con mucha discreción se puso a leer la nota mientras bebía.
Cooper: (Una cueva en las afueras).
Tabernero: ¿Qué tal la bebida?
Cooper: No está mal. Tampoco bien.
Black Cat: (Puagg…Tiene pulpa de frutas. Con lo que odio yo que haya pulpa de frutas en los zumos).
Pensaba para sí asqueada la gata con mala cara.
Tras tomar las bebidas, los dos salieron de la taberna.
Cooper: Nos vamos a las afueras, minina.
Black Cat: Genial. Otra vez a aguantar el calor abrasador.
Los dos salieron del poblado. Siguiendo las indicaciones previas de la nota, pasaron por un camino rocoso entre elevaciones rocosas.
Tras una breve caminaba, llegaron a su destino.
Escondidos tras una gran caja, los dos ladrones veían la entrada de una cueva junto con montones de cajas. También había algunos individuos sospechosos cubiertos por ropas donde no se podía identificar su aspecto salvo por los rasgos raciales. También llevaban máscaras que les cubrían el rostro.
Black Cat: Tiene que ser esa la entrada.
Cooper: Sin lugar a dudas. Hemos hecho lo fácil. Ahora queda lo complicado que es entrar.
Black Cat: Maestro Cooper. Mire ahí.
Decía la gata señalando la entrada. Ahí vieron a un especie de pony con ropas de aristócrata, pero llevando una máscara de calidad que le cubría el rostro.
Los dos guardias de la entrada vieron al pony donde uno de ellos le dio la bienvenida.
Guardia: Bienvenido, señor. Le estábamos esperando.
Pony enmascarado: ¿Ah, sí? Supongo que soy un cliente habitual…Pero me gusta venir por aquí. Puedo echarle el guante a artículos que no suelen…estar al alcance de todos.
Respondía el hombre enmascarado donde parecía alguien interesado en artículos únicos y difíciles de conseguir. El guardia le respondió.
Guardia: Hoy tenemos una amplia selección de artículos poco comunes. Espero que le encuentre de su agrado.
Pony enmascarado: Seguro que sí.
Decía el pony enmascarado riéndose. Dicho pony entró donde otro guardia lo recibió y le hizo de guía.
Black Cat: ¿Esto es un mercado o una fiesta de disfraces?
Preguntaba la gata al observar a la gente con máscara. Cooper que estaba pensando, comentó.
Cooper: Tanto el personal como los invitados llevan máscara…Debe de servir para distinguir a los forasteros.
Black Cat: Y ocultar su identidad. Que conveniente. Lástima que me haya dejado la máscara en los otros pantalones.
Respondía con ironía la gata. Cooper viendo a alguien, dijo.
Cooper: Silencio. Viene alguien. Escóndete.
Los dos se pusieron a cubierto. Ahí vieron venir a un minotauro con máscara, siendo reconocido por Cooper como el tabernero debido a sus ropas, donde se dirigió hacia otros guardias que se ocupaban de las cajas.
Minotauro enmascarado: Coloca ahí los artículos robados y empeñados.
Uno de los encargados se puso a unas cajas, solo que no lo hizo con el cuidado que debería donde el unicornio enojado le gritó.
Minotauro: ¡Alto, alto! Ve con cuidado o romperás algo ¡Y no puedes permitirte pagar por la mercancía, créeme!
Cooper: Esa máscara no le queda demasiado bien al tabernero.
Black Cat: Sí. Por no decir que no engaña a nadie ¿No ha pensado en ponerse otra ropa?
Cooper: Aquí hay más guardias. Tendremos que buscar otra forma de entrar.
Comentaban éstos. El minotauro dirigiéndose hacia un guardia, le dijo a este último.
Minotauro: Me vuelvo a la taberna. Confío en ti para terminar los preparativos.
Tras decir esto, el minotauro se marchó. En ese punto, Black Cat y Cooper hablaron entre ellos.
Black Cat: ¿Cómo haremos para entrar, maestro Cooper?
Cooper: Necesitaremos una máscara para pasar desapercibido. O podríamos robarle esa lista al tabernero.
Contestaba el vaquero a la pregunta de la gata, donde esta última volvió a preguntar.
Black Cat: ¿Cree que tendrá más de una máscara de repuesto?
Cooper: No lo sé, minina. Pero de momento vamos a conseguirla.
Ambos estaban de acuerdo en que para entrar, necesitarían alguna máscara.
Más tarde, en el pueblo, Cooper y Black Cat fueron cada uno por su lado para conseguir las máscaras necesarias para entrar. Luego de un tiempo, los dos regresaron donde la fuente como punto de referencia.
Cooper: ¿Qué tal te fue, minina?
Black Cat: Estupendamente. Conseguí una de mi medida.
Decía la gata mostrando una máscara perfecta para ella.
Cooper: ¿Dónde la conseguiste?
Preguntaba el vaquero con curiosidad al ver la máscara, donde la gata emulando una sonrisa traviesa, le contestó.
Black Cat: Casualmente pasaba una especie de gata con ropas caras. Usé el viejo truco del ratón para asustarla….Sé que suena irónico, pero fue así. Y aproveché la distracción para mangarle la máscara.
Cooper: Je, je, je. Muy hábil, minina. Una gata asustándose de un ratón, que absurdo e irónico suena eso. Ja, ja, ja.
Le felicitaba a la vez riéndose el vaquero a la gata donde esta última sonrió.
Black Cat: ¿Y usted, maestro? ¿Consiguió la del tabernero?
Cooper: Volví a recurrir lo de los juegos malabares para distraer a todo el mundo y mangar la máscara.
Black Cat: Muy hábil, maestro…¡Un momento! ¿Entonces cómo consiguió la máscara si a la vez estaba haciendo juegos malabares?
Cooper: Je, je, je. Hábil que es uno. La cuestión es que no vigiles el numerito, sino mis cascos.
Respondía riéndose el vaquero.
Cooper: Venga. No perdamos más tiempo. En marcha.
Los dos regresaron hacia la zona de la cueva, pero antes de acercarse más, se pusieron los las máscaras para despistar.
Con las máscaras puestas, los dos se dirigieron hacia la entrada donde los guardias no decían ni pio. Pero antes de entrar, se escuchó una voz.
Voz femenina: ¡Oye! ¡Tú!
Cooper y Black Cat se detuvieron de golpe preocupados que les hubiesen descubierto antes de tiempo. Ahí vieron acercarse a una canina con ropas de aristócrata y naturalmente con máscara. Ahí dicha canina preguntó.
Aristócrata: ¿Por dónde se va al mercado?
Cooper se acercó a la canina donde con actitud de caballero, la contestó.
Cooper: Es por aquí, señora. Espero que disfrute de la selección.
Aristócrata: Oh, lo haré. Jo, jo, jo.
Respondía riéndose la dama mientras Cooper la ofrecía el brazo para llevarla adentro y esta encantada aceptó. Ahí ambos entraron siendo seguidos por la canina donde por supuesto los guardias los dejaron pasar.
Una vez dentro, tras dejar a la dama, Cooper y Black Cat pudieron el interior de la cueva. Allá donde miraban, habían objetos de todo tipo. Auténticas joyas donde más de un rico sería capaz de pagar millones por hacerse con solo alguna pieza de estas. También había muchos invitados, evidentemente con máscaras para evitar ser identificados.
Lobo plateado: ¿Por qué tengo la sensación de que no es aquí donde se celebra el mercado medieval de Palencia?
Se preguntaba a sí mismo un lobo plateado disfrazado de guardia medieval de la edad media con máscara emulando al Cid Campeador.
Black Cat: ¡Madre mía! Que de tesoros…Debimos haber traído un saco más grande. Aquí hay para dar y tomar.
Comentaba maravillada la gata con estrellas en los ojos al ver la cantidad de tesoros que había alrededor. Cooper recordando el objetivo, la dijo a la gata.
Cooper: Quizás luego. Tenemos una Lagrima de Sangre que conseguir y evidentemente no se va a robar solo.
Black Cat: Al menos si cogeremos algo.
Con mucho cuidado pasaron entre la gente. Ahí vieron a varias personas ricas con máscara, siendo atendidos por un comerciante del mercado negro.
Comerciante del Mercado Negro: ¿Tiene un momento, señor? Creo que un caballero como usted sabrá apreciar la belleza de esta joya?
El comerciante sacó una joya rojo sangre donde todo el mundo pudo observarla.
Comerciante: Procede del este, junto a una leyenda. Dicen que esta piedra fue antaño la sangre cristalizada de un temible dragón que surcaba los cielos.
Al oír el nombre de la joya, Black Cat y Cooper se acercaron rápidamente para observar que efectivamente era la joya que buscaban.
Black Cat: La joya…
Cooper: Aquí está. Ahora, a por ella.
Pero antes de que siquiera pudieran hacer algo, aparecieron por otra galería un trío de ponis cubiertos de ropas con aspecto de bandidos. Dos de ellos rodearon al sorprendido mercader mientras el tercero le alzó la voz.
Bandido: ¡Entréganos la piedra!
Comerciante: ¡N-no! Primero tenéis que pagar….
Decía nervioso el mercader presintiendo que no había escogido las palabras correctas. El bandido que parecía el jefe se echó a reír mientras contestaba.
Bandido: ¡Ja! ¿Pagar? Pero ¿Quién te has creído que somos? ¡A por él!
Los otros bandidos, obedeciendo la orden de su jefe, sacaron sus espadas donde golpearon al mercader.
Dicho mercader cayó al suelo sangrando para horror de todo el mundo.
Semental enmascarado: ¡L-lo han matado!
Gritó el semental enmascarado y todo el mundo salió huyendo. Cooper y Black Cat estaban escondidos sin ser vistos por nadie.
Black Cat: Esto se ha puesto feo.
Cooper: Eso parece, minina.
Bandido: Tenemos la piedra ¡Vamos!
Los bandidos salieron huyendo por donde vinieron. Cooper y Black Cat salieron de su escondite a la vez que se quitaban las máscaras, ya que sentían que no las iban a necesitar más.
Black Cat: Maestro Cooper. Se escapan.
Cooper: Sin duda se dirigen a la parte posterior de la cueva ¡Pero no le dejaremos escapar o dejo de llamar Tennesse Cooper! Vamos, minina. No les dejemos escapar.
Black Cat: Le sigo.
Los dos salieron corriendo en persecución de los bandidos. Tuvieron que recorrer un largo trecho hasta que finalmente los encontraron casi a las afueras de la cueva.
Bandido: Ya deberíamos estar a salvo. Nadie sería tan estúpido como para perseguirnos hasta aquí. Vamos a entregarle la piedra al jefe.
Hablaba el jefe del grupo. Así hasta que Cooper les alzó la voz.
Cooper: ¿A qué viene tantas prisas?
Los bandidos se alarmaron al escuchar una voz y al dirigirse hacia su origen, vieron a Cooper armado con su Bastón Revolver y a Black Cat con su látigo.
Bandido: ¡¿Q-quiénes sois?!
Cooper: Alguien que necesita esa piedra. Así que dámela ¿Por favor?
Respondía Cooper con tono amable y emulando una sonrisa. El jefe bandido lejos de obedecer, se rió de forma burlona mientras le contestaba al vaquero.
Bandido: ¡Ja! ¡Hay que ser bobo para pedir algo así y más bobo aún para venir solo dos!
Los bandidos se pusieron en posición de combate. Cooper y Black Cat se preparaban para combatir hasta que se escuchó una voz.
¿?: El único bobo es el que deja un rastro que lleva directamente a su escondite.
En ese momento apareció alguien más. Un semental terrestre de pelaje verdoso, crin larga naranja. Ojos verdes. Llevaba unas ropas verdes con pantalones verde oscuro y una larga capa verde. Con él iba alguien más que parecía también un bandido por sus ropas negras.
Bandido: ¡J-jefe!
Exclamó el bandido con miedo en su voz mientras el que parecía su jefe se acercaba. Cooper puso una expresión de sorpresa como si reconociera al pony de algo y no pudo evitar comentar.
Cooper: Pero si tú eres…¡¿Darius?!
Black Cat: ¿Le conoce de algo, maestro Cooper?
Preguntaba la gata donde su maestro parecía conocer al nuevo pony de algo. Este último mirando a Cooper, comentó con cierto interés.
Darius: Espera. Yo a ti te conozco.
Los bandidos se apartaron para dejar paso a Darius para que este pudiera estar enfrente de Cooper para verlo mejor. Una vez que pudo reconocerlo, el nuevo semental se echó a reír mientras comentaba.
Darius: Ja, ja, ja ¡Pero si es Tennesse Kid Cooper!
Cooper: Jamás pensé que volveríamos a vernos, y menos aquí.
Comentaba el vaquero por primera vez serio y sin demasiad emoción en su voz.
Darius: Lo mismo digo. Había oído rumores de otro mangante que buscaba la joya. Pero no creí que fueras tú ¡Me parece increíble que sigas en activo!
Cooper: Ya veo que te has buscado compañeros nuevos.
Darius: Yo no los llamaría "Compañeros". Trabajan para mí.
Hablaba Darius como si sus hombres no fueran más que herramientas o empleados.
Darius: Cuéntame ¿Qué tal te ha ido todo sin mí?
Cooper: Mejor de lo que piensas.
Darius: ¿Es cierto que ahora eres un Caballero de la Realeza? Ja, ja, ja. Que bajo has caído, Cooper. Sin duda te has vuelto un chapuzas.
Hablaba con cierto tono burlón el semental, cosa que a la gata le molestó como le hablaba de su mentor y salió en su defensa.
Black Cat: ¡El maestro Cooper es un gran maestro y un buen caballero! No te consiento que te burles de él.
Darius viendo a la gata, no pudo evitar comentarla a Cooper.
Darius: ¿Tienes acaso una aprendiz? Quién lo diría. Robar era tu único talento. Es el motivo por el que te dejé acompañarme durante tanto tiempo.
Cooper: Ya basta. Darius.
Respondió Cooper donde no parecía demasiado contento de ver a Darius precisamente, cosa que la gata notó por su tono de voz.
Darius: Supongo que tienes razón. No vale la pena hurgar en el pasado. Todo vuestro, muchachos. Y si esa linda gatita sale ilesa, podéis hacer con ella lo que queráis.
Ordenaba Darius a sus hombres donde estos no tardaron en acatar su orden.
Bandido: Nosotros nos encargamos, jefe.
Darius se marchaba junto con su ayudante, dejando que sus hombres se encargaran de Cooper y Black Cat.
Cooper: Prepárate, minina. Nos toca pelear.
Black Cat: Estoy en ello, maestro.
Los bandidos fueron a atacar a los dos ladrones.
Dos de ellos fueron a atacar a la gata, donde esta última empleaba su agilidad felina para esquivar los ataques de espadas de los bandidos. Acto seguido la gata salió corriendo siendo perseguida por los dos bandidos.
Black Cat: ¡Tendréis que hacerlo mejor si queréis atraparme! Ja, ja, ja.
Decía con tono burlón la gata mientras era perseguida por los dos enojados bandidos. La gata saltó hacia una roca y la usó para impulsarse hacia atrás, pasando en medio de los dos bandidos.
Sin que éstos se percatasen, la gata había atado sus pies con su látigo y una vez que aterrizó en el suelo, ésta sonrió con malicia a la vez que tiró fuerte su látigo, haciendo que los dos bandidos perdieran el equilibrio y se dieran mutuamente un cabezazo donde perdieron estos el sentido.
Cooper estaba tranquilamente de pie teniendo enfrente de él al bandido.
Bandido: Voy a hacerte pedazos con mi técnica de la espada.
Hablaba de forma presumida el bandido haciendo movimientos con su espada. Cooper sin decir nada, alzó su Bastón Revolver y disparó, acertando de lleno en la espada donde la partió en dos dicha arma.
El bandido miró perplejo como su espada fue partida en dos con relativa facilidad y ahora empezó a tener miedo. Cooper sin más miramientos, le golpeó la cabeza con el mango de su arma donde lo dejó aturdido.
Bandido: ¿Listo para morir, bobo?
Preguntaba el bandido aún aturdido por el golpe. Al final cayó al suelo inconsciente.
Cooper: ¿Es que nunca te cansas de usar a la gente, Darius? Igual que me usaste a mí.
Se preguntaba a sí mismo Cooper con actitud seria, ganándose la atención de la gata.
Cooper: Ahora no es el momento de ponerse sentimental. Tenemos que ir a por Darius.
Black Cat no le objeto nada y le siguió. Ahí fueron corriendo en dirección contraria hacia donde se fue Darius.
Black Cat: Maestro Cooper ¿Por qué vamos en dirección contraria?
Cooper: Porque quiero atajar por otro sitio para interceptarlos.
Contestaba el vaquero sin aflojar la marcha. La gata le quiso preguntarle algo más.
Black Cat: ¿Quién es ese Darius? Parecía que se conocían.
Cooper: Es largo de contar y ahora no hay tiempo. Acelera el paso, minina.
Mientras tanto en un cruce, Darius se había reunido con otros dos bandidos más el que parecía sus ayudantes.
Darius: Ya tenemos lo que hemos venido a buscar, Gareth. Es hora de largarse.
Gareth: Sí, señor. La salida es por aquí.
Pero antes de que pudieran marcharse, aparecieron Cooper y Black Cat donde habían logrado alcanzarlos.
Cooper: ¡Darius!
Darius: No sabes cuándo morirte ¿No?
Comentaba molesto Darius al ver a Cooper de nuevo.
Cooper: Dime ¿Por qué quieres esa piedra exactamente?
Preguntó Cooper a Darius, donde este último simplemente le respondió con otra pregunta.
Darius: ¿Por qué roban cosas los ladrones, Cooper? No necesito un motivo para hacer lo que quiero.
Ante la respuesta dada, Cooper guardó silencio por un momento hasta que finalmente dijo.
Cooper: Tendría que habérmelo imaginado.
Darius: ¿A qué viene esa mirada lastimera?
Cooper: ¿Cómo?
Darius: Tan fría, y cautelosa…Recelosa y desconfiada.
Cooper: ¿Qué más da?
Darius parecía sonreír para sus adentros y le comentó a Cooper.
Darius: ¿Acaso aún te atormenta mi traición?
Cooper no dijo nada. Ante eso, Darius siguió hablando.
Darius: No has cambiado nada. Para ser un ladrón de primera, sigues siendo un sentimental.
Darius se disponía a marcharse hasta que Cooper le llamó la atención.
Cooper: Basta de cháchara, Darius.
Darius: Antes se te daba mejor responder a las pullas, compañero.
Gareth acercándose a su jefe, le decía a este último.
Gareth: Déjenoslo a nosotros, señor. Lo dejaremos para el arrastre.
Darius: Lo dejo en tus manos, Gareth.
Gareth: Sí, señor.
Darius se marchaba de allí. Cooper y Black Cat tratando de seguirlo hasta que los bandidos le cortaron el paso.
Cooper: ¡Quitaos de en medio!
Gareth: Tu contrincante soy yo, no él. Ya no hay sitio para ti junto al señor Darius. Ahora su mano derecha soy yo.
Black Cat: Supongo que eso me deja con los subalternos inútiles.
Decía la gata haciendo referencia a los dos bandidos, donde estos últimos se molestaron por su comentario.
Gareth: ¡Me aseguraré de que muráis esta vez!
Gareth y sus compinches fueron a atacar a Cooper y a Black Cat.
Cooper disparó su arma, pero Gareth esquivó fácilmente el disparo e intentó golpearlo con su espada, hasta que el vaquero usó su arma para bloquear el ataque.
Cooper: ¿Cuánto llevas trabajando para Darius?
Gareth: ¡Eso a ti no te importa!
Gritó el bandido intentando golpear por debajo a Cooper donde el maestro ladrón esquivó el ataque.
Cooper: Tal vez deberías saber que Darius no duda en utilizar a la gente a su antojo. Y cuando ésta deja de ser útil, se deshace de ellos sin más miramientos. Tú no serás una excepción.
Gareth: ¡Soy el fiel mano derecha de mi jefe! ¡Nunca le fallaré!
Gritó el bandido lanzando unos cuchillos arrojadizos contra Cooper donde este último tuvo que saltar hacia un lado para esquivar el ataque.
El bandido cargó contra Cooper. El ladrón viendo una vieja lámpara de aceite encendida para iluminar, la golpeó tirando su contenido ardiente donde le cortó el paso a Gareth. Cooper aún manteniendo su actitud seria, le seguía hablando.
Cooper: A Darius le da igual lo leal que seas o cuántos favores le hagas. Al final acabará por traicionarte como hizo conmigo.
Gareth parecía como dudando de las palabras que le decía Cooper, hasta que sacudiéndose la cabeza, alzó fuerte la voz.
Gareth: ¡Tratas de confundirme! ¡El jefe nunca no traicionará!
Cooper: Está claro que Darius supo escoger una buena marioneta a quien controlar.
Decía el vaquero donde se puso a disparar desde lejos su arma contra Gareth, donde este último se puso a correr para esquivar los disparos.
Black Cat se ocupaba de los otros dos bandidos.
Bandido: Mira tú. No as dejado a esta linda gatita para nosotros.
Bandido2: Procuremos no lastimarla demasiado. Podríamos divertirnos mucho con ella.
Decían ambos bandidos armados con espadas. Black Cat al oírlos hablar así, rotó los ojos mientras comentaba.
Black Cat: Desde luego, como me fastidian los salidos.
El primer bandido se lanzó para atacarla, donde la gata simplemente saltó, se apoyó con sus manos en la cabeza del bandido para pasar por encima a la vez que lo tiraba al suelo. El segundo bandido trató de atacarla de forma lateral donde la gata se agachó e hizo un rápido barrido de piernas para derribar al bandido al suelo.
Black Cat parecía dominar la situación, pero en un descuido el bandido la agarró por detrás por debajo de los brazos para tratar de inmovilizarla.
Bandido: ¡Adelante, dala lo suyo!
Bandido2: ¡Por supuesto!
El segundo bandido intentó golpear a la gata aprovechando que su compañero la tenía inmovilizada. Lejos de estar indefensa, la gata aprovechó el agarre para tomar impulso y propinar una fuerte patada en el rostro del bandido que la iba atacar. Luego empleando los movimientos de defensa que aprendió en la academia, se liberó de quien la agarraba. Ahora era ella quien le agarró del brazo y haciéndole una llave de judo, lanzó al bandido donde lo golpeó con el otro bandido, haciendo que ambos cayeran rodando por el suelo.
Black Cat: Dos fuera. Je, je, je.
Celebraba la gata al haber logrado derrotar a ambos bandidos.
Cooper seguía en su enfrentamiento con Gareth. El vaquero intentaba tomar distancia para disparar su arma, pero el bandido era tan rápido que lograba estar bien cerca de él para seguir atacando, obligando al vaquero a tener que defenderse a corta distancia con su arma.
Gareth: Seguro que el jefe me recompensará en cuanto te mate.
Cooper: Si le conocieras como yo, sabrías que no es de fiar. A la primera de cambio se deshará de ti.
Hablaba el vaquero logrando bloquear con su arma el ataque de espada del bandido.
Gareth: ¡Soy su más leal sirviente y el que más aprecia! Jamás me traicionaría.
Cooper: Hubo un tiempo en que yo pensaba lo mismo.
Gareth sacó un especie de cuchilla oculta de su pata izquierda y la lanzó en un intento de clavarla en el mentón del vaquero. Cooper siendo rápido de reflejos, la esquivó con un giro y aprovechó para agarrar con el gancho de su arma una pata del bandido. Ahí tiró de él para hacerlo caer al suelo.
Cooper: Te engañas a ti mismo. Hubo un tiempo en que pensé que Darius era un gran amigo. Por las malas descubrí que no había ningún abismo de lealtad en él. Él no tiene amigos ya que no duda en usar a las personas en su propio beneficio.
Hablaba el vaquero serio tratando de convencer al bandido de que no debería seguir a su jefe. Gareth lejos de querer escucharle mientras se levantaba, le dijo al vaquero.
Gareth: ¡Cállate de una vez!
El bandido lanzó unos cuchillos arrojadizos al vaquero donde Cooper tuvo que saltar y rodar por el suelo para esquivarlos.
El bandido saltó con intención de clavar su espada sobre Cooper. Ahí el vaquero vio su oportunidad y alzando su arma, logró conectar un disparo de baja potencia que impactó en el estómago del bandido.
El bandido gritó de dolor mientras era llevado por el disparo donde primero lo estampó contra el techo y luego cayó al suelo.
Black Cat: Maestro Cooper. Ya me ocupé de los otros dos.
Informaba la gata acercándose a Cooper donde el vaquero observaba al inconsciente Gareth en el suelo. El vaquero estaba sumido en sus pensamientos.
Cooper: No podía ser otro ¿No? Tenías que ser tú.
Cooper alzó la mirada para luego decir.
Cooper: Espera, Darius. Voy a por ti.
Black Cat: Maestro Cooper ¿Qué historia tiene con ese tal Darius?
Preguntó la gata a su maestro donde Cooper mirando de reojo a la gata para luego mirar hacia delante, respondió.
Cooper: Es una historia muy larga.
Continuará.
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