El Maestro Ladrón y la Gata Ladrona 2º Parte
La escena se remonta a un recuerdo.
En lo alto de una montaña, al borde de un barranco estaba un joven Cooper donde parecía herido, teniendo enfrente de él a Darius.
Cooper: ¡¿Por qué, Darius?!
Preguntaba el semental en parte enojado con Darius. Este último le contestó.
Darius: Es simple ¿Recuerdas aquella noche en la que humillamos a los Ciannos?
Cooper: Claro que sí.
Contestaba Cooper confirmando la pregunta de Darius.
Darius: Bien. Me dijiste que volverían buscando venganza y lo hicieron. En concreto vinieron a pedirme un favor.
Cooper escuchaba atentamente las explicaciones de Darius.
Darius: Si hago lo que quieren, me han prometido un buen puesto en su banda. Y por eso tienes que morir. Te quieren muerto y yo también.
Cooper estaba sorprendido ante lo que le estaba confesando aquel a quien consideraba su amigo donde se le veía reírse con perversidad. Cooper no se lo podía creer en absoluto.
Cooper: ¡¿Qué?!
Darius: Lo siento, pero esto solo podía acabar así, compañero. Solo con verte me dan ganas de vomitar.
Hablaba con tono molesto el semental hacia Cooper.
Darius: Semejante habilidad…No he visto nunca a nadie tan bueno como tú. Así que, cuando nos conocimos, supe que te necesitaba a mi lado ¡Y manipularte con palabras vacías era tan fácil!
Seguía hablando Darius hasta que guardó un momento de silencio y con actitud seria, continuó hablando.
Darius: Pero entonces empezaste a dudar de mí, a cuestionarme…¡¿Por qué no podías seguir siendo un ingenuo?! ¡Todo habría ido bien si tu hubieras limitado a hacer lo que te mandaba! Todo por un inútil código familiar que solo límita tus habilidades como posibilidades de llegar a la grandeza.
Decía enojado y gritando Darius, confirmando que nunca vio a Cooper más que una herramienta para conseguir todo lo que él deseaba.
Darius: Pero tenías que demostrar que eras mejor ¿No? Decirme que hiciera las cosas de una manera o de otra. Pues bien ¡Estoy harto!
Cooper: ¿Y crees que matarme es la solución?
Preguntó Cooper en parte sorprendido y a la vez decepcionado ante la confesión que Darius le había hecho. Este último de forma afirmativa le respondió.
Darius: ¡Pues claro que sí! Sin ti por aquí, podré hacer las cosas a mí manera.
Cooper: Eso es un poco drástico ¿No crees…compañero?
Nada más decir esto último el joven vaquero, Darius con actitud enormemente enojada, le gritó.
Darius: ¡No me llames "compañero"! ¡No somos iguales! ¡No eres más que un reposapiés para mí! Vales menos que la tierra bajo mis botas ¡Y te lo demostraré!
Sin miramiento alguno, Darius golpeó con tanta fuerza a Cooper, que lo mandó fuera del borde para empezar a caer al vacío.
Mientras veía como su viejo amigo se perdía en el fondo, Darius gritó.
Darius: ¡Hasta nunca, Cooper! ¡Un placer haberte conocido!
Decía esto terminando en una risa malvada.
Lo que Darius ignoraba es que Cooper había sobrevivido a la caída. Malherido, pero negándose rotundamente a morir para seguir adelante.
Black Cat: ¡Maestro Cooper!
Gritó Black Cat interrumpiendo los pensamientos de Cooper, que estaba este último inmerso en sus pensamientos. El vaquero se había sobresaltado por el grito alzado de la gata.
Cooper: ¿Qué? ¿Qué pasa?
Black Cat: Eso le pregunto yo. Está como ignorando lo de alrededor, cosa sorprendente teniendo en cuenta que estamos en un sitio que hace un frío infernal.
Respondía la gata donde ambos iban por un camino en medio de la nieve. El semental al darse cuenta, se disculpó con la gata.
Cooper: Perdona, minina. Estaba sumido en mis pensamientos.
Black Cat: ¿Tiene algo que ver con el tipo ese llamado Darius?
Preguntó la gata presintiendo que había dado en el clavo. Cooper sin tener más remedio que admitirlo, contestó.
Cooper: Así es.
Black Cat: Según he llegado a entender, ese Darius y usted fueron amigos o algo así.
Cooper: Eso creía yo. Pero por las malas descubrí que él no me veía más que como una herramienta para sus planes. Y cuando vio que yo le estorbaba, no dudó ni un instante en deshacerse de mí.
Contestaba el vaquero con actitud seria. La gata pudo notar que su maestro le producía gran pesar hablar de ello y no quiso preguntarle más.
Ambos seguían su camino por los pasajes nevados donde caían algunos copos de nieve.
Black Cat: Del caluroso desierto con un calor que derrite a uno, a otro de invierno perpetuo donde hace un frío que congela hasta el ardor de estómago. Vaya sitios nos ha tocado ir.
Comentaba la gata muerta de frío por el lugar helado. El vaquero para calmarla, la dijo.
Cooper: No te preocupes, minina. Estamos a punto de llegar a Nortalia.
Black Cat: Nortalia. Ni siquiera me suena un sitio así en mi mundo.
Cooper: Tampoco aquí. Parece un lugar perdido en este lugar helado.
Black Cat: También podrían haber escogido algún sitio con temperatura tropical.
Se quejaba la gata donde seguía abrazándose a sí misma para generar calor y no morirse congelada.
Por fortuna no tuvieron que andar mucho ya que habían llegado a Nortalia.
Cooper: Parece que hemos llegado.
Decía el vaquero señalando lo que parecía un poblado o ciudad amurallada. La gata tiritando ya de frío, comentó.
Black Cat: Con que tengan calefacción y agua caliente me conformo.
Ambos entraron en la ciudad. A simple vista parecía como cualquier otra, solo que por alguna razón el aire respiraba como que no había mucha seguridad en dicho lugar.
Black Cat: Así que esto es Nortalia.
Cooper: Eso parece, minina.
En ese momento notaron que había como dos ladrones rodeando a un mercader asustado.
Cooper: Y veo que le va lo de causar una buena primera impresión.
Mercader: ¡Parad! Eso es mío…
Gritaba alarmado y asustado porque los dos bandidos le estaban asaltando y robando.
Ladrón: ¡Pues ahora ya no!
Ladrón 2: ¡Trae para acá!
Tras robar al mercader, los ladrones lo golpearon haciendo que se cayera al suelo y acto seguido salieron huyendo. El mercader logrando ponerse como podía de pie, gritó.
Mercader: ¡Ladrones! ¡Que alguien los detenga!
Ante los gritos, un habitante de la aldea que era un pegaso, se acercó al mercader y con cara de resignación le dijo.
Habitante: Lo siento, pero nadie va a pararle los pies a esos ladrones.
Mercader: ¡¿Es que no hay guardias en la ciudad?!
Habitante: Ni siquiera los guardias les tocaría un pelo. Aquí las cosas funcionan así. Es mejor no tener apego por nada.
Explicaba el pegaso, haciendo que el mercader perdiera de inmediato cualquier esperanza por recuperar lo robado.
Cooper y Black Cat observaron la escena donde no pudieron evitar comentar.
Cooper: El paraíso de los ladrones ¿Eh?
Black Cat: Aunque sea una ladrona, este sitio no me reconforta en absoluto.
Cooper: Me pregunto si esto es obra de Darius. Todo el mundo está aterrado.
Black Cat: ¡A la fuerza! Por lo visto no puedes dar dos o tres pasos sin que te roben hasta los calzones.
Cooper: Vamos. Miremos en la taberna para buscar información.
Los dos se dirigieron hacia la taberna. Era como cualquier otra.
En ese momento uno de los clientes observó al vaquero y a la gata con suma atención.
Cliente: Es él…y la gata.
Cliente2: Sí. No me cabe duda…
Respondía el que estaba al lado del primero.
Cliente: Si tenemos suerte, solo habrán entrado para echar un leve trago.
Los dos clientes trataban de no mirar a Cooper y a Black Cat como si fuera peligroso hacerlo. Siendo ignorado por dichos clientes, Cooper y la gata se acercaron a la barra para pedírsele algo al tabernero, un hipogrifo.
Cooper: Échame lo mejor que tengas y algún tazón caliente para la minina.
Pedía amablemente el vaquero, pero el tabernero como si asustado estuviera le contestó.
Tabernero: S-se nos ha acabado lo mejor ¡Y todo lo demás!
El tabernero se alejó unos pasos del dúo y aún con el tono asustado dijo.
Tabernero: ¡Ya estamos cerrando! ¡Será mejor que se marchen!
Black Cat: No me extraña que apenas vengan gente por aquí. Menudo recibimiento.
Decía la gata donde no la hizo mucha gracia la forma en que les habló el tabernero. Cooper no quiso discutir.
Cooper: Mejor irse.
La gata vio algo en la pared que la llamó poderosamente la atención y quiso avisar a Cooper.
Black Cat: Maestro Cooper. Mire.
El vaquero miró donde señalaba la gata. Ahí vio que había varios carteles de se busca, con los retratos de Cooper y Black Cat en cada una de ellas.
Cooper: ¿Este soy yo? No me han sacado demasiado favorecido.
Black Cat: ¿Quién es el retratista? Habría que despedirlo. Ni siquiera han sabido poner bien mi cara ¡Yo no soy tan chata!
Decía molesta y enojada la gata mirándo el mal retrato de ella. Cooper se ponía a leer uno de los carteles.
"Atención"
"Cualquier relación con este pony o con esta gata
se considerará una afrenta al señor Darius."
Cooper: "Señor" Darius.
Decía Cooper ante como se referían a Darius.
Black Cat: De ladrón callejero a señor de una ciudad. Menudo ascenso.
Comentaba con sarcasmo la gata donde Cooper no pudo evitar darla la razón.
Cooper: Sí, minina. Parece haberse convertido en el mandamás de la ciudad. Mejor nos vamos de aquí ahora.
Cooper y Black Cat abandonaron la taberna.
Una vez fuera, éstos conversaron.
Black Cat: ¿Y ahora qué hacemos?
Cooper: Exploremos la ciudad en busca de información.
Black Cat: Puede ser algo difícil, ya que si hay carteles nuestros por toda la ciudad, nadie querrá siquiera darnos ni la hora.
Cooper: Lo sé. Aún así debemos buscar cualquier cosa, incluso debajo de las piedras.
Ambos recorrieron el lugar en busca de pistas. Así hasta que se toparon con dos ladrones que reconocieron a Cooper y a la gata.
Ladrón: ¡Ahí estáis!
Ladrón2: ¡Los tenéis bien puestos para venir a esta ciudad!
Alzaron la voz ambos ladrones llamando la atención de Cooper y Black Cat. Cooper manteniendo la calma, respondió.
Cooper: ¿Y vosotros quiénes sois? Espera, no me lo digas. El comité de bienvenida de Darius ¿A qué sí?
Black Cat: Yo creo que como mucho, las azafatas. Je, je, je.
Completaba la gata riéndose por su comentario.
Ladrón: Eso es y vamos a hacer que os sintáis la mar de bienvenidos ¡Chicos!
En ese momento aparecieron más ladrones rodeando al dúo.
Cooper: Supongo que "más vale calidad que cantidad" no significa demasiado para vosotros.
Decía bromeando el vaquero. Uno de los ladrones molesto por el comentario, gritó.
Ladrón2: ¡Grrrr…! ¡Si os apuñalamos suficientes veces, te quedarás criando malvas igual!
Ladrón: ¿Crees que tu enorme bocaza te hará ganar tiempo? Nada vendrá a salvaros ni aunque te líes a gritos.
Ladrón2: Será mejor que os Rindáis ¡Todo el mundo teme al señor Darius!
Pese a las palabras amenazantes de los ladrones, Cooper se mantuvo tranquilo y bromeó igual.
Cooper: ¿Y qué se siente al vivir a la sombra del poder de otro?
Black Cat: No ser más que unos pringados sin talento que solo sirven como chicos de los recados.
Continuó la gata con tono burlón, molestando así a los ladrones.
Ladrón: ¡Matadlos!
Antes de que los ladrones pudieran atacarlos, Black Cat sacó algo de uno de sus bolsillos y le dijo al vaquero.
Black Cat: ¡Atento, maestro Cooper!
La gata tiró al suelo revelando ser una bomba de humo. Nada más estallar dicha bomba, toda la calle fue cubierta de humo donde los ladrones aparte de no poder ver nada, estornudaban sin parar.
Cuando el humo se disipó, no había rastro de Cooper ni de Black Cat.
Ladrón2: ¡Se han ido!
Ladrón: ¡Buscadlo, idiotas! ¡Como el señor Darius se entere que no les hemos capturado pese a que lo teníamos a la palma de nuestros cascos, nos matará!
Los ladrones se pusieron a buscar por todas partes de la ciudad, ignorando que Cooper y Black Cat estaban metidos en el interior de una casa abandonada.
Cooper: Muy hábil con la bomba de humo, minina.
Felicitaba el vaquero a la gata donde esta última vigilando por la ventana, le agradeció el cumplido.
Black Cat: Muchas gracias, maestro Cooper.
Dejando de mirar por la ventana, la gata se dirigió hacia el vaquero para preguntarle.
Black Cat: ¿Ahora qué hacemos, maestro? Prácticamente toda la ciudad nos persigue.
Cooper: No te preocupes, minina. He estado en situaciones similares, parecidas a cuando un capitán gruñón me perseguía con todo un ejército a sus espaldas. Y ni aún así lograban capturarme. Je, je, je.
Respondía bromeando el vaquero para tranquilizar a la gata. Aún así, la gata no parecía muy conforme y le comentó al vaquero.
Black Cat: Ojalá tuviera su confianza, maestro Cooper. Recuerdo que antes de que Mike Bluer me enrolara en su academia, yo iba por libre, siendo perseguida por la policía donde en más de una ocasión eran implacables. En más de una ocasión estuve a punto de acabar en chirona, pero lograba escapar siempre por un pelo.
Cooper: Veo que tuviste una vida emocionante como la mía a tu edad.
Decía el vaquero donde en cierto modo se veía reflejado a sí mismo en la gata.
Black Cat: Dígame, maestro Cooper ¿Cómo acabo usted, siendo un ladrón…?
Cooper: "Maestro ladrón".
Le corrigió el vaquero a la gata.
Black Cat: Maestro ladrón a caballero de la realeza. No parece algo que pase todos los días.
Cooper: Bueno. Supongo que eso se puede deberse a que me gané la confianza de una hermosa princesa de la noche. Je, je, je.
Respondía el semental con cierto tono presumido como a la vez nostálgico.
Black Cat: Debe ser bueno que confíen en ti y esperar que nunca te traicionen.
Hablaba la gata con cierto aire de melancolía. Cooper llamándole la atención aquello último, le preguntó a la gata.
Cooper: ¿Acaso no tienes a nadie en la academia que confié en ti?
Black Cat: Al contrario. Tengo muchos amigos. Quiero decir, antes de ir a la academia, yo no podía confiar en nadie. Temía que si buscaba algún compañero o me asociaba con alguna banda, tarde o temprano me traicionarían o me abandonarían. En esta profesión no es que se pueda confiar en alguien al 100% por temor a que, a la mínima, te acaben abandonando por beneficio propio o para salvarse el pellejo. Supongo que por eso me quedé en la academia. Porque tengo amigos que de verdad confían en mí y nunca me traicionarían.
Cooper escuchó en silencio lo que contaba la gata, no pudiendo evitar sentir que la comprendía perfectamente.
Cooper: Créeme, minina. Te entiendo perfectamente. Yo más o menos pasé por lo mismo que tú.
Black Cat: ¿En serio? Con lo seguro que se le ve siempre en casi todo.
Preguntó incrédula la gata donde ahí Cooper la contestó.
Cooper: No siempre. Cuando fui traicionado por Darius, me costó confiar de nuevo en la gente. Incluso llegué a dudar de mi legado familiar Cooper. Aquel tipo de cosas son heridas difíciles de sanar. Pero con el tiempo aprendes que hay que saber confiar de nuevo para abrirte un nuevo camino. Mírame, ahora soy un Caballero de la Realeza y tú una futura patrullera de la armonía. Vaya sentido del humor tiene el destino de vez en cuando ¿No te parece?
Black Cat: Desde luego que sí. Que absurdo. Es como el argumento de una película cutre que no ganaría un oscar ni por casualidad.
Ambos se rieron por las historias que contaron.
Cooper: Bueno. Hay que volver al trabajo. Debemos buscar el escondite de Darius.
Black Cat: ¿Y dónde podríamos encontrarlo?
Cooper: No lo sé, todavía. Pero es imposible que Darius haya ocultado su rastro completamente.
Los dos asintieron y salieron de la casa.
Cuando llegaron al mismo tiempo donde fueron interceptado por los ladrones, vieron que había otros ladrones más. Cooper y Black Cat tuvieron que esconderse.
Cooper: Vaya, que irónico. Somos las personas más buscadas de la zona, pero no hemos robado nada.
Black Cat: Todavía.
Contestaba la gata con cierta ironía. Desde donde estaban escondidos, escuchaban hablar al que parecía el jefe por sus ropas más elaboradas.
Jefe: ¡¿Lo habéis encontrado?!
Ladrón: ¡Aún no, señor!
Ladrón2: Han desaparecido como un lobo blanco en una tormenta de nieve.
Jefe: ¡Y tú serás el siguiente en desaparecer si no dejas de quejarte!
Gritó enojado el jefe ladrón por la respuesta dada por sus subordinados.
Jefe: El señor Darius ha prometido una recompensa por su captura ¡Así que, si queréis ver riquezas de verdad, será mejor que lo encontréis!
Ladrón1 y 2: ¡Sí, señor!
Jefe: ¡Y ahora a trabajar!
Los ladrones abandonaron el lugar. Ahora con todo despejado, Cooper y Black Cat salieron del lugar.
Cooper: Sí que suena importante.
Black Cat: Ese tipo tiene pinta de ser cercano al Darius ese. Quizás sepa dónde está el escondite.
Cooper: Buena observación, minina. Vamos a seguir al que parece el jefe.
Los dos estaban de acuerdo. Black Cat se subió a un edificio para vigilar al jefe desde las alturas mientras Cooper lo hacía por las calles.
Ambos siguieron al jefe hacia una parte solitaria de la ciudad, más concretamente donde había una iglesia con pinta de abandonada. Desde ahí vieron como el jefe se metía dentro de dicha iglesia.
Black Cat bajó a las calles para reunirse con Cooper.
Black Cat: Se ha metido en esa iglesia que tiene pinta de abandonada.
Cooper: Eso parece. A simple vista no parece que haya nada raro.
Los dos se metieron con mucho cuidado en la iglesia. Dentro era bastante pequeño y prácticamente vacía, si no fuese por el detalle de unas escaleras que llevaban a un nivel inferior.
Cooper: Excepto por las escaleras. Si su escondite no está ahí, no sé dónde estará.
Black Cat se asomó con cuidado y echando un leve vistazo, le informó a Cooper.
Black Cat: Desde aquí puedo ver a unos vigilantes. Mucho me temo que entrar por la puerta principal no es una opción.
Cooper se quedó pensando hasta que tuvo una idea.
Cooper: Toca buscar algún disfraz.
Black Cat: ¿Un disfraz? ¿Quiere decir alguno que nos permita infiltrarnos como si fuéramos de la banda?
Preguntaba la gata donde Cooper asintiendo con una sonrisa, la contestó.
Cooper: Correcto, minina. Así que habrá que buscar a algunos de la banda que nos preste amablemente los disfraces.
Más tarde, los dos salieron de la iglesia para buscar cada uno un disfraz.
Un ladrón de alto rango iba patrullando la ciudad en busca de los fugitivos. Así hasta que Cooper asomándose por una calle, le llamó la atención.
Cooper: ¡Yujuuuu…! ¿Me buscabas?
Ladrón jefe: ¡Ahí está! ¡No escaparás!
El ladrón se puso a perseguir a Cooper donde el vaquero salió corriendo hacia una callejuela.
Luego de correr por un rato, el semental se detuvo a esperar al ladrón, donde este último llegando y viendo a Cooper, gritó.
Ladrón jefe: ¡Ya eres mío!
El ladrón corrió hacia Cooper, hasta que fue emboscado por arriba por Black Cat que se había escondido en un tejado de una casa, para saltar y caer sobre él, logrando noquearlo contra el suelo.
Cooper: Buena emboscada, minina.
Black Cat: Gracias, maestro Cooper.
Rápidamente Cooper le quitó la ropa del inconsciente ladrón para luego ponérsela encima para hacerse pasar por él.
Cooper: Justo de mi talla.
Decía Cooper dejando al ladrón desprovisto de ropas e inconsciente en el suelo, donde curiosamente tenía debajo unos calzones de lunares rojos. Black Cat que había logrado robar la ropa a otro ladrón, comentó.
Black Cat: Espero que no tengamos que llevar mucho tiempo esta ropa. Pica un montón.
Decía molesta la gata donde no paraba de rascarse.
Cooper: Vamos. No debemos tardar demasiado.
Los dos con sus disfraces puestos, se dirigieron hacia la iglesia. Esta vez los dos bajaron por las escaleras siendo Cooper el primero.
Cuando llegaron abajo, estaban en lo que parecían una galería o catacumbas. Ahí fueron recibidos por tres ladrones jóvenes, donde al ver a éstos, el primero alzó fuerte la voz.
Ladrón: ¡Alto! ¡Identifícate!
Cooper: (Solo son críos. Deben ser nuevos reclutas. En ese caso).
Comentaba Cooper observando que eran solo unos jóvenes ladrones. Cooper decidió interpretar su papel.
Cooper: Pero ¡¿Quién os habéis creído que sois para preguntarme eso a mí?!
Preguntó con tono molesto el vaquero metido en su papel de ladrón jefe, logrando que los jóvenes ladrones se asustaran por su tono.
Ladrón: ¡P-Perdón, señor!
Cooper: ¡Hay que ser inútil para olvidarse de quién manda!
Ladrón: ¡L-Lo sentimos mucho!
Se volvía a disculpar el joven ladrón. Black Cat trataba de contener las ganas de reírse al ver a su mentor hablar de aquella forma.
Cooper: De acuerdo. Tenéis suerte de que esté de buen humor. Pero, la próxima vez, tendré una charla con el señor Darius.
Cooper se acercó un poco a los jóvenes reclutas, donde estos últimos retrocedieron un poco nerviosos. Cooper les dijo a éstos.
Cooper: Escuchadme bien. Puede que algún idiota intente colarse haciéndose pasar por mí. Pero ni se os ocurra dejar pasar a ese desgraciado ¿Me oís?
Ladrón: ¡S-Sí, señor!
Respondió el recluta acatando la orden de Cooper.
Los reclutas se apartaron para dejar pasar a Cooper y a Black Cat. Cuando bajaron por unas escaleras, Cooper pensó.
Cooper: (Esto es demasiado fácil. No vuelvo a colarme por otra ventana. Je, je, je).
Black Cat: "Hay que darse prisa, maestro Cooper. No creo que tarden demasiado en darse cuenta del engaño".
Cooper: "Tienes razón. Aceleremos el paso".
Los dos salieron corriendo para llegar cuanto antes a su destino. Más tarde apareció el jefe ladrón sin sus ropas, pero sí los calzones, donde este último se dirigió hacia los reclutas y sobresaltado les dijo.
Ladrón jefe: ¡Aparta! ¡Tengo noticias urgentes para el jefe!
Ladrón: ¡Eres tú! ¡Eres el farsante del que hablaba el líder!
Contestaba el recluta donde se había tragado por completo la mentira de Cooper. Por supuesto el jefe ladrón se enojó por el comentario y gritó.
Ladrón jefe: ¿Farsante? ¡Ese ladrón estúpido me robó la ropa!
Ladrón: Ningún líder mío sería tan idiota como para dejarse robar la ropa.
Respondía el recluta donde este y sus compañeros se pusieron en posición de combate, donde no tenían intención de dejar pasar a quien consideraban un intruso para molestia de este último.
Ladrón jefe: ¡Malnacido!
El final el ladrón jefe tuvo que salir huyendo de los reclutas que pretendían cazarlo.
En el interior de una sala de oración con sus bancos y todo, donde había una estatua de un ángel femenino sin cabeza y bien rota. Enfrente de la estatua estaba la Lágrima de Sangre. Esta última fue vista por Cooper y Black Cat en el momento que entraron.
Black Cat: Aquí está, maestro Cooper.
Cooper: Eso parece. Lo que no entiendo por qué Darius busca esta joya. A él le interesa sobre todo el dinero y el oro, por lo que lo normal es que la hubiese vendido ya dicha joya.
Darius: Porque me otorgará un poder mayor que el que ya tengo.
Cooper y Black Cat se pusieron en alerta en el momento que escucharon la voz de Darius. Finalmente lo vieron salir de otra parte hasta ponerse enfrente de la estatua.
Cooper: Darius.
Dijo Cooper con tono serio al ver al semental.
Darius: Veo que sigues con vida, tú y la gatita. No esperaba que llegases tan lejos, la verdad.
Cooper: Supongo que sí. Por lo que vamos a llevarnos esa lágrima.
Darius: Je, je, je ¿Lo haces por ti acaso, Cooper?
Cooper: No.
Darius: ¿No? Entonces ¿Por qué lo haces?
Preguntaba con curiosidad Darius donde Cooper le contestó.
Cooper: Por la gente que ha confiado en mí y en mi joven pupila.
Darius: ¿Qué?
Darius preguntó sorprendido. Luego notó algo en la mirada de Cooper que lo molestó sobremanera.
Darius: Esa mirada…¡Odio esa mirada! Incluso la veo en tu compinche esa odiosa mirada ¿Qué les ha pasado a los ojos que vi en el día que me deshice de ti? Estaban rotos, sin esperanza ¡Derrotados!
Darius se puso a dar vueltas por la sala mientras hablaba.
Darius: Y ahora vuelven a mirarme como hace tantos años..¡¿Y todo porque hay gente que confía en ti?! ¡No me hagas reír! ¡Volverán a traicionarte!
Black Cat: ¿Cómo le traicionaste tú a él hace tantos años?
Preguntó la gata con sarcasmo al conocer parte de la historia de su mentor con Darius. Darius mirando molesto a la gata, la gritó a ésta.
Darius: ¡Tú no hables, gata pulgosa! Puedo ver que tienes la misma mirada odiosa que Cooper.
Cooper se dio la vuelta y ahí dijo.
Cooper: Tienes razón, Darius. Puede que alguna vez me traicionen.
Black Cat: ¿Maestro?
Preguntó la gata donde la sorprendió las palabras de su mentor.
Darius: ¡¿Sabes lo qué pasa cuando confías en los demás?! ¡Se dan cuenta de lo ingenuo que eres y te usan como les da la gana! Así he llegado hasta donde estoy hoy ¡Te usé para conseguir mis propósitos y ahora toda esta ciudad me pertenece!
Hablaba con enorme arrogancia como si se creyera el amo absoluto de la ciudad. Cooper con indiferencia le contestó.
Cooper: Por supuesto, "señor Darius". Pero después de traicionar a tanta gente…seguro que te sientes solo en la cima.
Black Cat: Mi maestro tiene razón. Seguro que no tienes ni un solo amigo en que puedas confiar de verdad.
Completaba la gata apoyando las palabras de su mentor. Darius enojado, contestó.
Darius: Eres un idiota sentimental, tú y tu inútil aprendiz.
Cooper: Quizá sea un idiota como cierto capitán de la guardia.
Cooper se dio la vuelta para mirar a Darius y finalmente decirle a este último.
Cooper: Pero la confianza es un sentimiento en el que quiero y sigo queriendo creer. He conocido a personas que han confiado en mí y a cambio me demostraron su lealtad y amistad. Cualidades que tú no pudiste experimentar por culpa de tu ambición ¡Y es algo por el que vale la pena luchar!
Black Cat: ¡Bien dicho, maestro!
Darius: ¡Malditos seáis! ¡Os mataré aquí mismo! ¿Es que se te ha olvidado de quién aprendiste, Cooper? La confianza es el primer paso hacia la traición. Tú y yo estamos en las sombras de la noche. No ganamos nada con la confianza.
Cooper: Puede que tengas razón. Al fin y al cabo, no somos más que un par de ladrones. La mayoría de los ladrones son parásitos que roban a los demás para salir adelante. Pero Darius…incluso personas como nosotros podemos saber lo que es confiar en alguien. Yo seguí los principios de mi legado Cooper y no me arrepiento en absoluto del camino que he tomado como Caballero de la Realeza.
Respondía Cooper teniendo claro sus convicciones. Darius aún más enojado, gritó.
Darius: No me des lecciones ¡Solo eres un gusano insignificante!
Black Cat: Es inútil hablar con él, maestro Cooper. Es mejor vapulearlo.
Cooper: Cierto, minina. A por él.
Cooper y Black Cat se pusieron en posición de combate. Darius sacando una espada larga y afilada, gritó.
Darius: ¡Os mataré a los dos para así hacerme más rico!
Black Cat: Que frase más cutre…Ni siquiera le pillo la lógica.
Decía con sarcasmo la gata hasta que tuvo que reaccionar rápido para esquivar un tajo lanzando por Darius.
Cooper: ¡Cuidado, minina!
Cooper intentó disparar su revolver, pero Darius lanzó una bomba de humo al vaquero donde lo cubrió de humo.
Cooper: ¡Rayos! No puedo ver nada.
Decía el vaquero donde no veía nada con el humo y por tanto no podía apuntar bien. El vaquero estaba en alerta donde percibió algo y tuvo que apartarse para evitar un tajo por parte de Darius. Cooper disparó su arma, pero Darius desapareció en medio del humo y probablemente falló.
Cooper notó algo y rápidamente se giró apuntando su arma hacia donde creía que estaba Darius, hasta que vio que era Black Cat, donde la gata asustada porque la apuntasen alzó sus manos en señal de aviso.
Black Cat: ¡No dispare! Soy yo.
Cooper: Perdona, minina. Creí que eras él.
Se disculpaba el vaquero hasta que la gata notó algo detrás de él y gritó.
Black Cat: ¡Cuidado!
La gata apartó al vaquero y rápidamente alzó su látigo con ambas manos, bloqueando como pudo un espadazo por parte de Darius. El golpe la tiró al suelo mientras trataba de mantener como podía la espada de Darius.
Black Cat: (Ahora me alegro de que me reforzaran el látigo en la academia….Aunque no creo que sea suficiente).
Pensaba para sí la gata tratando de mantener alejado la hoja de la espada lejos de su rostro.
Darius: Ja, ja, ja. Tu error fue confiar en Cooper. Es lo que yo estaba diciendo antes. La confianza es el primer paso hacia la traición.
Decía con maldad el semental intentando atravesar con su espada a la gata, hasta que Cooper reapareció y golpeó con su bastón revolver en el costado de Darius apartándolo de la gata.
Cooper: ¡Aléjate de mi joven pupila!
Gritó enojado el vaquero donde se puso a disparar su arma contra Darius ahora que lo tenía a la vista, pero no tardó en desparecer en medio del humo.
Cooper: ¿Estás bien, minina?
Preguntaba el vaquero ayudando a la gata a levantarse donde esta última le contestó de forma agradecida.
Black Cat: Sí, maestro Cooper. Gracias por salvarme.
Cooper: De nada.
El humo se disipó revelando por fin la presencia de Darius donde este último tiró unas minibombas con mecha hacia donde estaban los dos.
Cooper: ¡Cuidado!
Cooper y Black Cat tuvieron que alejarse para evitar que les alcanzara las bombas en cuanto explotaron.
Darius: Ja, ja, ja ¿En serio creéis que no estoy preparado para defenderme en mi propia casa?
Decía el semental activando un panel oculto de la pared, donde de inmediato empezaron a llover flechas del techo.
Cooper y Black Cat tuvieron que saltar rápido para esquivar las trampas. La gata lanzó ahora un boomerang contra Darius. El semental se agachó para esquivarlo, pero no se percató que el arma volvía y le golpeó por detrás de la cabeza donde lo aturdió por unos momentos.
Black Cat: ¡Ya es nuestro!
Cooper: ¡Black Cat! ¡Espera!
La gata se lanzó hacia Darius donde comenzó a golpearlo con sus piernas y con el látigo, logrando lastimarlo. Intentó darle una patada más, pero el semental logró bloquear y agarrar la pierna de la gata donde la lanzó contra los bancos destrozando parte de los mismos.
Darius saltó para intentar ensartar a la gata estando esta en el suelo, hasta que en el último momento Cooper se interpuso, bloqueando con su arma la espada de Darius.
Darius: Ja, ja, ja. Al final te has vuelto un inútil sentimental. Podrías haber aprovechado para matarme y solo habrías perdido a esta inútil gata.
Cooper: Ella vale más que un parásito como tú.
Contestó desafiante Cooper manteniendo su arma contra la espada de Darius.
Darius: Lo que yo decía. Te has vuelto más débil todavía ¿No entiendes que mientras no pienses en solamente en ti mismo, no lograrás nada?
Cooper: ¡No, no lo quiero entender! ¡Ese es un mundo que te has montado tú solo!
Gritó enojado Cooper. De repente Black Cat que se había recuperado, saltó por encima de Cooper y le propinó a Darius una fuerte patada en mitad del rostro donde lo hizo retroceder. Cooper no se quedó atrás y atacó ahora con el mando de su bastón revolver contra el pecho de Darius.
Darius retrocedió para recuperarse del golpe. Ahí mirando a Cooper, le decía a este último.
Darius: Siempre estuviste tan seguro de ti mismo, Cooper. Pero, a pesar de tus habilidades, siempre había gente que ganaba más. Imagino que es el precio a pagar por tener un corazón blandengue.
Cooper: Supongo que los ricos con el corazón endurecido eran mejor compañía que yo.
Darius: Sabes que mis habilidades como ladrón no son nada comparadas con las tuyas. Así que hice todo lo necesario para sobrevivir.
Black Cat: Ya, claro. Matando, asesinando y traicionando. No eres más que un miserable de corazón negro. Si no hubiera conocido a Mike Bluer, quizás me habría convertido en alguien como tú.
Contestaba la gata ahora alegrándose de que su destino le hubiese llevado al Imperio Celeste, donde conoció al gran Mike Bluer en persona y la llevó por el buen camino. Darius riéndose perversamente, le contestó a la gata.
Darius: ¿Tan malo habría sido seguir mi ejemplo? Ja, ja, ja.
Black Cat: ¡Aquí tienes mi respuesta!
Gritó la gata lanzando su látigo envolviendo la espada de Darius, pero antes de que pudiera hacer algo a continuación, Darius tiró fuerte del látigo de la gata donde la trajo para sí y la golpeó con el brazo donde la tiró al suelo.
Cooper: ¡Black Cat!
Cooper iba a disparar su arma, pero Darius siendo más rápido, lanzó un especie de cuchillo doble que atrapó e inmovilizó el brazo armado de Cooper contra la pared. El vaquero intentaba sacar su brazo, pero el cuchillo doble estaba bien clavado en la pared.
Darius: Ahora sí que vas a morir, viejo amigo.
Darius cargó contra Cooper con intención de matarlo, hasta que Black Cat lanzó su látigo donde le rodeó la cintura a Darius y tiró de él donde lo tiró al suelo. La gata saltó aterrizando en el estómago de Darius donde le sacó todo el aire y acto seguido saltó de nuevo para alejarse de él. La gata muy enojada le gritó.
Black Cat: ¡No toques a mi mentor, maldito!
Cooper: Black Cat. Ten cuidado.
Black Cat: Lo tendré, descuide.
Darius logrando levantarse, miró a la gata y con una perversa sonrisa la dijo.
Darius: No hay duda. Eres hábil, gatita.
Black Cat se mantuvo en guardia mientras el semental seguía hablando.
Darius: Te propongo algo. Abandona a ese perdedor, o mejor aún, mátalo. Y te dejaré que te unas a mi organización como mi fiel mano derecha ¿No te parece un buen trato?
Hablaba el ladrón esperando convencer a la gata de que se uniera a él. En respuesta la gata lanzó un latigazo donde Darius tuvo que apartarse y ahí esta le contestó enojada.
Black Cat: Después de cómo tratas a tu gente, unirme a ti sería lo último que querría hacer en la vida.
Darius: Estúpida. Te he dado una oportunidad y la has rechazado. Vas a lamentar por ello.
Cooper intentaba con todas sus fuerzas liberar su brazo inmovilizado mientras Black Cat combatía contra Darius.
La gata usaba su agilidad felina para esquivar los espadazos de Darius y de vez en cuando lo atacaba con su látigo.
La gata se subió a un banco donde de inmediato tuvo que saltar para esquivar un ataque de Darius donde partió en dos el mueble. Ahí la gata usó su látigo para columpiarse en una lámpara y golpear por detrás al malvado ladrón.
La gata lanzó varios veloces latigazos donde el ladrón tuvo que defenderse con su espada de dichos ataques. Black Cat intentó lanzar uno con todas sus fuerzas, pero Darius lo esquivó haciéndose a un lado y cargó contra ella en un intento de ensartarla. La gata se hizo a un lado, pero lo que no pudo evitar es que el malvado semental la diera una patada que la mandó contra la pared.
Black Cat estaba aturdida mientras Darius se acercaba a ella y alzaba su espada.
Darius: Ja, ja, ja ¡Ahora te toca morir, gatita!
Justo cuando iba a bajar su espada para matarla, Cooper finalmente logró liberar su brazo armado y en el último momento realizó un veloz disparo, acertando en el pecho de Darius.
Darius: ¡Ahhhh…!
Gritaba de dolor Darius al sentir aquel disparo efectuado por Cooper.
Mientras Darius retrocedía por el dolor, Cooper rápidamente se acercó hacia Black Cat y tomándola en brazos, preocupado por ésta quiso saber su estado.
Cooper: ¡Black Cat! ¿Estás bien?
Black Cat: Sí….Gracias por salvarme, maestro Cooper.
Respondía agradecida la gata donde Cooper sonriendo la respondió.
Cooper: Gracias a ti por protegerme antes.
Darius estaba de rodillas en el suelo sujetando con su brazo la herida que tenía en su pecho.
Darius: Entonces, esto es el fin.
Cooper: Eso parece…compañero.
Respondía sin demasiada emoción el vaquero. Cooper queriendo saber algo, le preguntó a Darius.
Cooper: ¿Qué era lo que querías? ¿Lo conseguiste después de…traicionarme?
Darius: Ja…Eres tan predecible, Cooper.
Respondió el semental con una actitud irónica y burlona.
Darius: Quería estar en la cima de todo y habría pasado por encima de cualquiera para conseguirlo. No me importaba que nadie creyese en mí…Mientras pudiese seguir trepando ¡No necesitaba a nadie más!
Cooper guardaba silencio ante las palabras de Darius. Black Cat miraba a Darius donde no pudo evitar imaginarse lo que la habría pasado si hubiera seguido un camino similar a él.
Darius: Llegaré a lo más alto…¡Yo!
Darius salió huyendo del lugar a toda prisa.
Black Cat: ¿Le perseguimos, maestro Cooper?
Preguntaba la gata donde Cooper guardando silencio, simplemente respondió.
Cooper: No vale la pena. Está ya condenado a sí mismo. Ahora centrémonos en la lágrima.
Decía el semental tomando la joya y guardándola en su cazadora. Estaba claro que Cooper se había despedido a su manera de su antiguo compañero.
Mientras tanto, Darius había llegado a una sala llena de tesoros con oro y joyas. El semental no estaba dispuesto a huir sin su fortuna.
Darius: Maldición…¿A quién le importa la joya? Tengo dinero…¡Puedo volver a empezar en algún otro lugar!
Mientras Darius tomaba lo que podía del tesoro, aparecieron algunos miembros de su banda. Darius al verlos, les ordenó a éstos.
Darius: ¡Vosotros! ¡Ayudadme a cargar con este oro! ¡Esto, esto y esto! Todo esto…¡Todo esto es mío!
Hablaba con enorme codicia el semental mientras volvía a tomar el oro que pudiera. Los ladrones se miraron unos a otros donde estos asintieron con la cabeza en señal de complicidad.
Uno de ellos se acercó a Darius donde este último se dio cuenta, y sin previo aviso el ladrón le dio un profundo corte con su espada hiriendo gravemente al semental.
Darius: ¡Traidores!
Gritó enojado el semental sujetándose la profunda herida mortal que tenía. El autor del ataque se echó a reír de forma burlona mientras respondía.
Ladrón: ¿Traidores? ¡Ja! Para eso deberíamos haberte sido leales. Solo nos interesaba tu dinero.
Ladrón2: Exacto. Puede que Gareth fuese el único al que le importabas.
Ladrón3: ¡Mira cuanto dinero! ¡Y es todo nuestro! Ja, ja, ja.
Decían los ladrones riéndose sin parar.
Más tarde los ladrones se habían llevado todo el tesoro de Darius dejándolo sin nada, más que con una profunda herida donde amenazaba al semental con matarlo. A Darius le quedaba poco tiempo de vida.
Darius: Que alguien…me ayude…
Hablaba Darius mientras se le escapaba la vida por momentos.
Darius: Compañero..¡Por favor!
Al final Darius siendo presa de su propia avaricia y el de no haber confiado absolutamente en nadie, lo iban a condenar a una muerte lenta y dolorosa donde nadie lo iba a ayudar en absoluto.
Más tarde, Cooper y Black Cat, teniendo la joya ya en su poder, salían de la ciudad.
Black Cat: ¿Volvemos ya, maestro?
Cooper: Así es, minina.
Black Cat: Buff…A ver cuándo llegamos para entregar la dichosa joya. Tengo ganas de unas buenas vacaciones.
Comentaba muerta de frío la gata. Cooper emulando una ligera sonrisa, la contestó.
Cooper: Bueno. Hay que entregar la joya, pero nunca se específico cuándo había que hacerlo. Dime, minina ¿Te apetece dar una vuelta por ahí?
Black Cat: Con tal de que haya alguna bonita playa soleada y tropical, donde pueda tomarme deliciosas bebidas refrescantes, me conformo.
Contestaba la gata. Cooper echándose a reír, finalmente dijo.
Cooper: Ja, ja, ja. Muy bien. A tomarnos unas buenas vacaciones en una linda playa soleada.
Black Cat: ¡Estupendo! ¡Vamos!
La gata aceleró el paso por el camino nevado. Cooper la siguió hasta que se detuvo por un momento y dirigió la mirada hacia la ciudad. Ahí no pudo evitar pensar en su antiguo compañero, preguntándose a sí mismo si hubiera habido alguna manera de evitar que su antiguo compañera hubiese tomado el mal camino. Así hasta que la gata le llamó.
Black Cat: ¡Maestro Cooper! ¿Vamos?
Cooper: Claro. Vamos.
Respondía el vaquero siguiendo a la gata. Cooper finalmente se despidió de alguien de su pasado, dando el adiós definitivo.
Continuará.
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