La Historia de Archer
Metidos en un aula de clase, estaban los alumnos prácticamente rodeando a Archer, donde el unicornio estaba sentado en su pupitre.
Fue hace nada al enterarse de que Archer era nada menos que el nieto de Blueblood, cosa que ninguno de ellos sabía en absoluto.
Era momento de que su compañero Archer les diera respuesta.
Moon: A ver si lo entiendo bien ¿En serio eres nieto de Blueblood?
Cosmo: ¿El cretino de Blueblood?
Felia: ¿El gran tarado de Blueblood?
Heart: ¿El de carácter enormemente desagradable?
Light Nova: ¿El de….?
Dawn: ¡Ya vale, ya! Ya lo hemos entendido, Blueblood es un mal bicho y ya está.
Preguntaban éstas sorprendidas por lo que sabían de momento de su compañero, el cual habrían continuado diciendo pestes si Dawn no les hubiera parado. Archer alzando de hombros, contestó.
Archer: Pues….Así es.
Splendora: Star White ¿Tus hermanas y tú no sabíais nada de esto?
Preguntaba Splendora a su novio donde el alifénix, igual de no saber nada, contestó.
Star: En absoluto.
Heart: No sabíamos nada de esto.
Splendora: Y tú, Moon Light ¿Tampoco sabías nada? Al fin y al cabo, te criaste en Canterlot.
Preguntaba ahora Splendora a Moon Light donde esta última negando con la cabeza, contestó.
Moon: Tampoco. La verdad es que no nos relacionábamos para nada con Blueblood o sus familiares cercanos. Siempre nos pareció un completo snob arrogante y creído y sus descendientes no fueron mejores que él….Con perdón, Archer.
Archer: No pasa nada. Soy consciente de que mi abuelo no es que tenga muy buena reputación precisamente. Y pensar que podría haber sido como él en el futuro.
Comentaba Archer con la mirada en el techo, imaginándose a sí mismo como una versión de Blueblood si no hubiera tomado otro camino.
Bastet: Tengo entendido que ese príncipe Blueblood no tiene muy buena reputación.
Comentaba Bastet donde Light Nova la explicó.
Light Nova: Como no tienes ni idea. Según nos contaron, Blueblood en su juventud era un tipo arrogante, soberbio, narcisista, creyéndose estar por encima de los demás en todo y tratar a los que no estaban en su misma posición social como basura.
Dawn: Y no parece haber cambiado mucho con el tiempo.
Respondía la fénix de la alicornio. Jin donde parecía conocer muy bien ese tipo de cosas, comentó.
Jin: Muchos que portan títulos o puestos altos, suelen ser así. Es raro encontrar a alguien honesto que, de verdad, se preocupe por el pueblo.
Night: Algunos sí. Pero los hay que sí de verdad se preocupan por la gente.
Terrax: Como el gran Mike Bluer.
Contestaba el unicornio y el fénix. Heart Fire mirando a Archer, le quiso preguntar.
Heart: Archer ¿Por qué no nos cuentas tu historia para que la podamos entender?
Archer: Claro. No hay problema. Supongo que hablar de ello me ayudará a olvidar que el viejo vino a visitarme.
Will: ¡Estupendo! Una historia.
Hablaba emocionado el grifo subido sobre la grupa de Mikhail. El semental lejos de molestarse, dejó que el pequeño grifo estuviera subido sobre él.
Archer: Mi nombre real es Henry Blood. Antes vivía en Canterlot con mis padres y mi abuelo y….Bueno. En un principio era más o menos como él.
Hablaba Archer contando a sus compañeros más o menos sus inicios.
Archer: Antes pensaba igual que mi abuelo, que solo importaba nosotros mismos y que los demás que estuvieran por debajo de nuestra posición social no eran más que simples campesinos o sirvientes destinados a servirnos. Incluso llegaba a ser bastante insolente en ocasiones.
Zan: Vamos. Que antes te comportabas como un cretino, por así decirlo.
Archer: ¡Exacto! Y fue así hasta que una noche, mientras viajaba en un crucero.
Flashback
Era de noche en un crucero de lujo, donde viajaba la flor y nata de la sociedad.
En una parte del barco, alguien practicaba el tiro al blanco con arco y flecha, donde todas las flechas daban en el blanco.
Sirviente: Buen tiro, señorito Blood.
Lo felicitaba un pony sirviente, que sujetaba una bandeja con varias copas, a un joven Archer, donde iba vestido con ropa de noble, solo que con la camisa blanca puesta y la parte superior puesta en una silla.
Dicho unicornio estaba practicando su puntería contra las dianas, disparando flechas donde todas daban en el blanco con una precisión impresionante.
Henry (Archer): Muchas gracias, Geoffrey. Nadie me iguala al tiro al blanco con el arco.
Hablaba con cierto tono presumido el semental, donde se notaba que estaba de unas copas de más. Con su magia acercó otra copa y se bebió de una sola vez todo su contenido.
Geoffrey: Señorito Blood. Creo que ya ha bebido demasiado. Ya es la sexta copa que se toma.
Hablaba el sirviente tratando de aconsejar a Henry, solo que este último no parecía hacerle caso y le contestó.
Henry: No te…Preocupes por mí….Incluso bebido, mi puntería sigue…siendo buenísima…je, je, je…
Hablaba con tono presumido y ya bajo los efectos de la bebida el joven semental. Agarrando su arco, disparó más flechas donde, asombrosamente daban en el blanco.
Henry: ¿Lo ves….? Mi puntería no se ve afectada en absoluto…Seguro que….soy incluso….Mejor que la Eye Fish esa….
Geoffrey: Eye Fox querrá decir, señorito Blood.
Contestaba el sirviente corrigiendo al joven unicornio.
Henry: Sí…Esa….Cómo sea…..Me importa un rábano. Yo solo he venido al mundo…para pasarlo bien….Nada más….
Hablaba enormemente presa de la bebida el semental donde parecía que se iba a caer en un momento a otro. Geoffrey consideró que era momento de llevarlo a su habitación para que durmiera la mona.
Geoffrey: Es mejor que le lleve a su cuarto, ya que necesita descansar un poco.
Henry: Me encantaría estar ahora mismo…con dos o más hermosas chicas para divertirme bien esta noche. Ja, ja, ja….
Hablaba el semental completamente borracho mientras el sirviente lo llevaba. Mientras caminaban, se escuchó un aviso por los altavoces.
Altavoces: Atención, señores pasajeros. Vamos a cruzar por una leve turbulencia, por lo que notaran una leve marejada. No se alarmen.
Cinco minutos más tarde.
Geoffrey: ¿A qué llamarán éstos una leve turbulencia?
Preguntaba el sirviente ya que ahora mismo lo que iba a ser una leve turbulencia, era ahora una espantosa tormenta con lluvia, vientos fuertes y rayos eléctricos.
Henry: ¡Oh, sí! ¡Esta es la marcha que me encanta! Ja, ja, ja.
Hablaba el unicornio completamente ido donde se puso a hacer el tonto. El sirviente trató de arrastrarlo a lugar seguro.
Geoffrey: Señorito Blood. No es seguro que nos quedemos aquí con la tormenta. Debemos irnos.
Henry: Justo que la cosa se ponía interesante. Espera un poco a ver si viene otro rayito. Je, je, je….
El unicornio seguía haciendo el tonto mientras el sirviente trataba de llevarlo a lugar seguro. De repente hubo un golpe de mar contra el barco donde lo sacudió por completo, haciendo que ambos ponis perdieran el equilibrio y cayeran al suelo.
Geoffrey: ¡Cielos! Eso ha sido fuerte ¿Está usted bien, señorito Blood?
Henry: De….alucine, amigo….
Respondía el unicornio tratando de levantarse. Justo en ese instante hubo otro golpe de mar donde esta vez la ola llegó a la cubierta donde estaban éstos y fueron arrastrados por la corriente ambos ponis.
Geoffrey: ¡Señor Blood!
Gritaba el sirviente viendo como la corriente se llevaba a Henry fuera de la cubierta mientras este último gritaba.
Henry: ¡Ayudameeee…!
Gritaba el semental mientras era llevado al fondo y perderse en las salvajes olas, bajo las atenta e impotente mirada del sirviente que no pudo hacer nada por salvarlo.
Geoffrey: ¡Señor Blooooood…!
Gritaba el sirviente donde su voz se perdía en las olas del mar.
Henry no veía más que oscuridad mientras era sumergido en las oscuras aguas del mar, sintiendo que iba a ahogarse pronto si no lograba volver.
Sentía que poco a poco iba perdiendo el sentido hasta que finalmente cerró los ojos y todo se volvió oscuridad.
Al día siguiente, en la costa de una playa, estaba un inconsciente Henry echado en la arena boca abajo. Su ropa estaba bien estropeada y rasgada hasta tal punto que parecía más un vagabundo que un noble de Canterlot.
Las gaviotas volaban por la playa cerca de donde estaba Henry. Una descendió volando hasta estar cerca de Henry y se puso a escarbar en la arena.
Henry iba lentamente abriendo los ojos.
Henry: ¿Do…dónde estoy?
Murmuraba el semental mientras habría lentamente sus ojos. Lo primero que vio fue a la gaviota que lo miraba atentamente. Aquello último bastó para que el semental gritara.
Henry: ¡Ahhhh…!
Gritó de miedo el semental donde rodó por la arena a la vez que la gaviota salió espantada de allí.
Henry miraba por todos lados tratando de ubicarse. Tras comprobar que estaba en una isla, actuó como un semental de su clase haría en una situación como sea.
Henry: ¡Ahhhhh…! ¡Estoy perdido, solo, en una maldita isla! ¡Sin mis lujos, mis cosas, ni todo lo que me importaba!
Gritaba el semental al borde del yanto. Luego tratando de recomponerse un poco, dijo.
Henry: Bueno…No perdamos los nervios….Solo tengo que tratar de salir de aquí cómo sea. Tampoco puede ser tan difícil ¿Verdad?
Hablaba el semental con actitud decidida.
Cinco minutos más tarde….
En la playa había escrito con grandes rocas la palabra "HELP". No muy lejos de allí estaba Henry sentado, con una mirada perdida y con expresión de derrumbarse en cualquier momento.
Henry: ¿Cómo rayos he acabado yo aquí? Yo…Un joven noble de Canterlot, con sangre real….Yo debería estar en mi casa, disfrutando de todos mis lujos, con todos mis sirvientes atendiendo cada uno de mis necesidades….¡No es justo!
Gritó completamente enojado esto último a los cuatro vientos. Luego poniéndose de pie, se puso a buscar algo.
Con algo de madera y algunas lianas, hizo primero un arco improvisado al igual que algunas flechas.
Con su nuevo arco, disparó algunas flechas con cuerda a los cocoteros cercanos, logrando bajar algunos de ellos. También hizo lo mismo con las frutas de algunos árboles.
Henry: Al menos la comida no me faltará.
Comentaba el semental viendo la comida que había acumulado. En ese momento una gaviota bajó volado y le birló al semental un plátano. Henry viendo eso se enojó mientras gritaba.
Henry: ¡Eh! ¡Eso es mío!
Gritaba bien enojado el semental. Luego de calmarse un poco, optó que era hora de construirse un refugio.
Con su magia, creó un refugio improvisado con ramas y hojas grandes.
Henry: Al menos tendré techo donde estar.
Decía sintiéndose orgulloso de sí mismo, hasta que un papagayo se apeó en el refugio y acto seguido se derrumbó toda la estructura.
Aquello dejó perplejo al semental donde al final se hundió en la miseria.
Henry: No es justo….¿Por qué me pasan estas cosas a mí?
Pasaban los días y el semental tenía que arreglarse con lo que tenía a su alcance. Con mucha práctica como también mediante ensayo y error, pudo construirse un refugio en condiciones como algunos muebles improvisados. Un almacén para guardar la comida que recolectaba. Todo eso cerca de un río cercano para que no le faltase el agua.
Al contrario de lo que él esperaba, le estaba cogiendo el gusto de hacer las cosas por él mismo. Cuando estaba en su hogar, dejaba que los sirvientes hicieran por él la mayoría de las cosas.
Durante ese tiempo, nadie vino a buscarle y empezó a dudar de que si alguien llegaría a encontrarlo o no.
El semental se puso a explorar el interior de la isla ya que no tuvo la ocasión de hacerlo tras dedicarse a acomodarse como era debido.
Pasando entre los árboles, escuchando los sonidos incesantes de aves y la fauna local, el semental esperaba encontrar algo útil.
Henry: Ni un alma aquí. La verdad es que es resulta bastante aburrido no tener a nadie con quien hablar ¿Verdad, Luis?
Decía esto último sacando un coco con una cara pintada de color rojo (claro síntoma de la soledad).
Henry: Sí, Luis. Al menos te tengo a ti, pero no te ofendas. Estaría bien tener a alguien más con quien hablar.
Hablaba el semental con el coco hasta que de repente captó el sonido de voces de otras personas. Aquello bastó para que el semental alzara las orejas y dijera.
Henry: Sí, Luis. Yo también lo he oído. Son voces ¡Hay más gente aparte de mí! ¡Hurra!
Henry se fue corriendo hacia el origen de las voces.
Asomándose de detrás de unos matorrales, vio a dos ponis terrestres armados. Henry ahora sentía que estaba a salvo.
Henry: (Gente…Por fin. Por fin voy a salir de aquí).
Decía el semental sintiendo una gran felicidad y a punto de llorar. Pero antes de que pudiera salir, uno de los ponis habló.
Semental1: ¿Algo?
Semental2: De momento no hemos encontrado nada fuera de lo normal.
Semental1: Espero que sea así. Sería un fastidio que, después de esconder el botín de nuestra rapiña por aquí, apareciera alguien y nos delatase a las autoridades.
Hablaba los dos sementales. Henry al escuchar eso, rápidamente se escondió.
Henry: (No fastidies….Parecen traficantes o piratas….Si me ven…Estoy acabado).
Henry planeaba alejarse despacio de allí hasta se encontró con alguien.
Semental3: Parece que tenemos un intruso.
Decía el semental donde, agarrando una enorme rama, golpeó a Henry en la cabeza haciendo que cayera al suelo completamente ido mientras el coco caía rodando por ahí.
Henry estaba inconsciente, ignorando por completo el tiempo que pasó. Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que estaba como dentro de una cueva y completamente atado, como un anillo antimagia en su cuerno.
Henry estaba bastante consternado, ignorando donde estaba. Miró por todas partes donde veía que dicha cueva era como un escondite, con un lago o más bien agua del mar en ella. También vio un puerto de madera con un gran barco de carga. Varias cajas alrededor.
¿?: Parece que por fin se ha despertado.
Se escuchaba una voz gruesa y fuerte que había llamado poderosamente la atención de Henry.
Henry vio que el dueño era un semental de aspecto aguerrido, de pelaje marrón oscuro y crin negra larga y alborotada como también una barba corta. Con ropas como de guerrillero o traficante, e incluso como de pirata. Con varias cicatrices en su cuerpo.
Henry: ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? ¿Por qué me tienen atado aquí?
Preguntaba Henry tratando de saber dónde estaba. El semental le hizo callar.
Semental: ¡Silencio! Las preguntas soy yo. Soy el jefe de este lugar y tú eres un intruso.
Henry: Ni siquiera sé quiénes sois. No soy más que un simple habitante noble de Canterlot que acabó aquí por accidente.
Hablaba completamente nervioso el semental. El jefe sonriendo con perversidad, comentó.
Jefe: Con que eres un noble. Eso significa que eres valioso y podríamos obtener un buen rescate por ti.
Decía riéndose malvadamente el jefe. Henry desearía no haber hablado de más.
Henry: ¿Qué queréis hacer conmigo?
Jefe: De momento eres mercancía valiosa. Así que te quedarás aquí un tiempo hasta que decidamos qué hacer contigo. Aunque es mucho más probable que, una vez cobrado el rescate….
Henry: ¿Me dejaréis libre?
En respuesta, el jefe se rió a grandes carcajadas para luego contestar.
Jefe: Casi, pero no. Simplemente te echaremos a los tiburones, porque, si hemos cobrado, para qué más te vamos a necesitar. Ja, ja, ja.
Decía riéndose perversamente el jefe. Henry se sentía como si una soga se atara a su cuello.
Jefe: Te dejaremos aquí pudriéndote mientras mis chicos y yo preparamos la mercancía para llevar. Disfruta de tu estancia, porque vas a estar mucho tiempo aquí.
Decía riéndose malvadamente el semental mientras se marchaba de allí.
Henry estaba solo, completamente solo sin ninguna ayuda. Estaba a punto de desfallecer hasta que notó algo que le llamó la atención.
Un cuchillo encima de una mesa, podría servirle para cortarse las cuerdas, solo que estaba al otro lado del agua y él estaba atado a una argolla que estaba en la pared rocosa.
Henry trataba de pensar de forma desesperada de cómo salir, hasta que vio un trozo de roca puntiaguda que sobresalía de la roca.
Henry: Quizás podría….
El semental se acercó como pudo a la roca después de varios intentos, logró encajar la punta en donde tenía el anillo antimagia.
Con mucho esfuerzo logró quitarse el anillo antimagia del cuerno, permitiendo a Henry usar de nuevo su magia.
Henry: Perfecto. Y ahora…
Henry empleó su magia para atraer el cuchillo hasta él.
Henry: Vaya…Es mucho más grande de lo que pensaba.
Comentaba para sí el unicornio al ver que el cuchillo era tipo militar bastante grande. Ignorando eso, usó el cuchillo para cortar las cuerdas que lo retenían y liberarse por fin.
Henry se guardó el cuchillo ya que presentía que le iba a ser útil. Luego vio que tenía su arco y sus flechas improvisadas en una mesa donde no dudó en tomarlas.
Henry: Mejor me voy de aquí.
Decía Henry donde con mucho cuidado trataba de salir de la cueva.
Estaba caminando por una gruta donde veía luz, siendo claro está una salida.
Henry: Una salida. Por fin.
Henry caminaba hacia la salida hasta que alguien lo golpeó y lo tiró al suelo.
Henry vio que su atacante era otro pony armado.
Traficante: Parece que el prisionero trataba de escaparse.
Henry: ¡Espera! ¿No podríamos hablar?
Hablaba Henry tratando de razonar con el semental, pero al final solo recibió una patada por parte del traficante en su costado donde le hizo bastante daño.
Traficante: ¡Silencio! Tú no hablas. Voy a enviarte de vuelta, aunque podría todavía divertirme un poco. Ja, ja, ja.
Decía de forma malvada el semental siguiendo pateando a Henry. Henry presa del dolor, trató desesperadamente de librarse de ello. Sin pensárselo, agarró con su magia el cuchillo que guardó para sí y de golpe realizó un tajo donde hizo un corte en la pata del semental traficante, haciendo gritar de dolor a este último.
Traficante: ¡Ahhhh…! ¡Mi pataaaa…!
Gritaba de dolor el semental agarrándose la pata donde estaba sangrando por la profunda herida que tenía.
Traficante: Maldito…Esta me la vas a pagar.
El traficante intentó sacar su arma para luego apuntar, pero en apenas unos instantes una flecha le atravesó el cuello matándolo así.
Henry en el suelo empuñaba su arco. Algo de sangre lo machó al disparar dicha flecha donde había acabado con la vida del traficante.
Henry estaba en shock. Nunca le había arrebatado la vida a alguien y aquello era algo verdaderamente nuevo. No sabía siquiera en qué pensar en ese momento.
Cuando recobró el sentido, optó por marcharse lejos de allí.
Los traficantes no tardaron en descubrir la fuga de Henry. El jefe enormemente enfadado, se puso a dar órdenes a sus hombres.
Jefe: ¡Idiotas! ¿Cómo habéis podido dejarlo escapar? ¡Es un rehén muy valioso! ¡Buscadlo, idiotas! ¡No debe salir de esta isla bajo ninguna circunstancia!
Todos sus hombres salieron de la cueva en buscar a Henry.
Henry escondido tras unos matorrales, veía como los traficantes iban de un lado a otro en su busca. Por lo que el joven unicornio tuvo que esconderse bien para que nadie le viera.
Una vez solo en el interior de una cueva que había encontrado, Henry sentado y abrazando sus patas traseras, comenzó a derrumbarse.
Henry: ¿Por qué…? ¿Por qué me ha tenido que pasarme esto a mí? Tampoco he hecho nada malo a nadie como para merece esto ¡Yo quiero estar en mi casa! ¡Quiero recuperar mi vida, llena de lujos y comodidades!
Decía sollozando completamente el semental donde se sentía perdido y sin posibilidades de salir con vida de allí.
Así por un rato hasta que el semental dejó de llorar. Al hacerlo, alzó la cabeza donde ahora tenía una expresión diferente, seria, con ojos en cierto modo enojados. Parecía como si su actitud hubiera cambiado radicalmente.
Sin más pensar, tomó su arco y se fue del lugar.
Dentro de una cueva bien escondida, Henry estuvo creando nuevas flechas de punta afilada, arreglando su arco para hacerlo más fuerte y resistente.
Los traficantes seguían buscando a Henry sin lograrlo siquiera encontrarlo, por lo que volvieron con los cascos vacíos.
Aquello enojó bastante a su jefe donde este se puso a gritar furioso a sus hombres.
Jefe: ¡Idiotas! ¡Ese tipo vale una fortuna! No podemos dejarlo escapar.
Gritaba éste a sus hombres donde estos últimos se sentían intimidados por la furia de su jefe. Tras calmarse un poco, el jefe fue diciendo lo siguiente.
Jefe: Al menos no podrá escapar él solo de la isla y nosotros somos los únicos que tenemos un barco estable para salir de la isla. Tarde o temprano lo encontraremos o acabará por venir aquí cuando le invada la desesperación. Seguid buscándolo. No me importa cuánto tiempo lleve, pero encontradlo de inmediato.
Los piratas obedecieron la orden de su jefe y se pusieron a buscarlo. El jefe ahora con un cuchillo en su casco, comentó para sí.
Jefe: Ese chico noble podría servirnos para ganar mucho dinero. Una liebre que no podemos dejar escapar.
Los días pasaban y los piratas seguían buscando a Henry sin éxito.
Lo que no sabían es que Henry estuvo observando de forma discreta los movimientos de los piratas, aprendiendo su ruta de patrulla.
Cuando estaba en la cueva, Henry estaba como diseñando trampas o dispositivos móviles. También aprovechaba para practicar su puntería con el arco, puliendo sus habilidades como arquero. Estaba claro que el unicornio tenía planeado qué hacer a partir de ahora.
Unos días después y con la impaciencia de su jefe, los piratas ampliaron la búsqueda de Henry por toda la selva.
Pirata1: ¿Veis algo?
Pirata2: Ni una maldita pista.
Pirata3: ¿Cómo es posible que no lo encontremos? La isla es grande, pero no tanta como para no haberlo encontrado.
Los piratas seguían buscando hasta que uno escuchó un ruido en uno de los matorrales. Con curiosidad dicho pirata se acercó al matorral.
Sin darse cuenta, el pirata tocó una cuerda y con efecto de resorte, surgieron varias estacas que clavaron y lo empalaron contra un árbol, acabando así con dicho pirata.
Los demás piratas se percataron de lo sucedido con su compañero. Con cuidado se asomaron al matorral de antes y ahí vieron una trampa con resorte, que era lo que disparó las estacas.
Piratas: ¿Qué rayos?
Desde las ramas de los árboles, iba una figura encapuchada y con ropas hechas de hojas o demás elementos de camuflaje. Dicha figura se paró en una rama y sacando un arco, apuntó y disparó una flecha.
La flecha cortó una cuerda activando otra trampa.
De un árbol cayó como una jaula con pinchos que cayeron encima de unos piratas, empalándolos y matándolos contra el suelo.
Pirata2: ¡Disparad!
Gritó el piratas y todos los demás presentes comenzaron a disparar por todas partes tratando de dar al atacante misterioso.
La figura encapuchada saltó de una rama a otra para luego disparar otra flecha, cortando una cuerda que sujetaba una bolsa colgada.
Dicha bolsa cayó encima de unos piratas donde fueron cubiertos y empapados por un extraño líquido.
Pirata4: ¿Qué es esto?
Pirata5: Huele a….petróleo o algo así.
El encapuchado sacó una flecha con punta en llamas y disparó, acertando a los pies de los piratas empapados, prendiendo fuego el líquido.
Los piratas cubiertos por el líquido, comenzaron a arder. Los piratas gritaban de dolor mientras ardían corriendo de un lado a otro tratando de apagar como pudiesen las llamas, pero no había ninguna fuente de agua cercana.
Uno de los piratas en llamas corría hacia sus compañeros hasta que uno de ellos apuntó su arma contra él y disparó a la cabeza, acabando así con su vida, quizás para acabar con su sufrimiento o evitar que las llamas los alcanzaran.
Pirata: Nos atacan. Deben estar usando la selva para esconderse. Buscadlo y dadle caza.
Ordenaba uno de los piratas y de inmediato se pusieron a buscar.
Ahora el encapuchado tenía que ser más cauto ya que los piratas estaban más atentos.
Encima de una rama, tenía debajo de él un pirata. Sin pensarlo dos veces, saltó encima donde lo tiró al suelo. Desde ahí arriba comenzó a golpear brutalmente con su arco la cabeza del pirata hasta abrirle el cráneo.
Un pirata vio al encapuchado matando a su compañero e intentó disparar. Antes de que pudiera siquiera apretar el gatillo, el encapuchado sacó algo de sus ropas lanzando un cuchillo de piedra y madera, acertando en la frente del pirata donde lo mató al instante.
El encapuchado se escondió tras unos matorrales justo a tiempo a evitar que unos piratas, que acababan de llegar, lo vieran. Dichos piratas se acercaron a sus compañeros muertos para comprobar su estado.
El encapuchado disparó una flecha donde atravesó el cuello de otro pirata. Los restantes dispararon de inmediato sus armas en la dirección donde provenía la flecha.
Otra flecha viniendo de otra dirección atravesó a otro pirata. Otra en otra dirección distinta hizo lo propio con otro pirata.
Varias flechas surgían en varias direcciones, matando a la mayoría de los piratas. Los supervivientes no se explicaban cómo podía el arquero misterioso moverse tan rápido para disparar flechas desde distintos ángulos.
Lo que ninguno sabía es que en realidad el arquero no necesitaba moverse mucho, solo activar unas trampas con resorte ocultas entre varios matorrales, donde solo tenía que activar las más convenientes. Aquello provocaba una gran confusión entre los piratas al no saber por dónde atacar.
Tras varias lluvias de flechas, solo quedaba uno. Un pirata que miraba aterrorizado como todos sus compañeros habían muerto ante sus ojos, siendo él el único que seguía vivo.
El pirata al final gritó y salió huyendo de allí. Ahí el arquero salió de su escondite y disparó otra flecha que cortó otra cuerda más adelante del camino donde huía el pirata.
De forma de balanza surgió otra trampa de madera con pinchos de un árbol, donde empaló al pirata que huía.
La selva se había llenado de piratas muertos donde el encapuchado caminaba en medio de ellos.
En la cuerva, el jefe estaba en el despacho que tenía en su barco. El semental iba mirando una lista que tenía en su casco hasta que escuchó un ruido que le llamó la atención.
Dicho ruido parecía como gritos seguidos por disparos. Aquello llamó la atención del jefe que quiso saber qué pasaba.
Jefe: ¿Qué rayos pasa ahí fuera?
El jefe salió a la cubierta del barco y se asomó al exterior. Cuando miró por fin, se quedó enormemente sorprendido.
Veía a varios de sus hombres en estado de muertos, con flechas clavadas en sus cabezas, cuello o incluso en el ojo.
Jefe: ¿Qué ocurre aquí?
Preguntaba sin saber qué decir. Ahí notó que un pirata estaba escondido tras unas cajas muerto de miedo. Sin perder tiempo se bajó del barco para reunirse con dicho pirata y hablar con él.
El pirata se sobresaltó sin poder evitar gritar de miedo al ver de repente su jefe aparecer de golpe. Sin el más mínimo cuidado, el jefe interrogó al pirata.
Jefe: ¿Qué rayos ha pasado aquí? ¡Contesta!
Pirata: No…Nos han atacado….
Jefe: ¿Quién….? ¿Un ejército acaso?
Pirata: No…Solo uno.
Jefe: ¿Me tomas el pelo? ¿Me estás diciendo que solo uno se ha bastado para matar a todos los piratas de aquí?
Preguntaba sorprendido y enojado ante la respuesta de su subalterno. Antes de que el pirata pudiera responderle a algo más, una flecha le atravesó la cabeza acabando con su vida.
El jefe sobresaltado, sacó un revólver y miró por todos lados tratando de localizar al atacante, pero no le veía.
Estando en máximo estado de alerta, caminaba por el muelle tratando de buscar al atacante. Mientras lo hacía, veía a varios de sus hombres muertos por todas partes. Aquella visión bastante para enojar bastante al jefe.
Jefe: Como encuentre al responsable de esto, juro que lo voy a matar.
Una flecha se clavó justo al lado del jefe, sobresaltando a este último y rápidamente se escondió por detrás de unas cajas.
El jefe esperaba estar a salvo, hasta que otra flecha se clavó en la caja justo a su lado. Aquello alertó al semental donde salió corriendo de allí y esconderse en una gruta.
Desde ahí esperaba tener la espalda cubierta ya que el responsable tendría que pasar por la cueva. Con mucho cuidado apuntaba su revólver hacia la entrada de la gruta, confiando que en el momento que el atacante apareciera, pegarle un tiro.
En ese momento otra flecha salió donde se clavó en el suelo a pocos metros del jefe. De dicha flecha surgió una densa nube de polvo que cegó al jefe.
El jefe comenzó a estornudar mientras su visión se quedaba nublada por el polvo.
En ese momento apareció el encapuchado, donde aprovechando la visibilidad nula, aprovechó para ir golpeando fuerte con su arco al jefe, ocasionando grandes daños a este último.
El jefe furioso disparó varias veces su revólver esperando dar a su atacante sin resultado alguno.
Cuando la nube se disipó, estaba el jefe solo sin rastro de su atacante.
Tras cargar, con mucho nerviosismo, su arma. Se dispuso a buscar al intruso.
El jefe estaba con los nervios a flor de piel, donde el más mínimo ruido lo alteraba por completo. El misterioso atacante parecía haber acabado con todos su hombres con una facilidad pasmosa y ahora solo quedaba él.
Tras doblar una esquina, vio al encapuchado de pie y en posición relajada. Ahí el jefe vio su oportunidad.
Jefe: ¡Muere, maldito! ¡Muereee…!
Gritó furioso el jefe disparando su arma varias veces contra el encapuchado.
Al final resultó ser un espejo que reflejaba la imagen del encapuchado donde se rompió en mil pedazos por los impactos de bala.
El jefe estaba sorprendido por ello, pero no tuvo más tiempo para pensar porque de repente una flecha se clavó en su brazo armado y empalándolo contra las sólidas cajas de madera.
Jefe: ¡Ahhhh…!
Gritó de dolor el jefe a la vez que perdía su arma. Otra flecha se clavó en su otro brazo haciendo que se quedara inmovilizado.
En encapuchado apareció por el otro lado y caminando hacia donde estaba el jefe, disparó otras dos flechas más donde se clavaron en las patas traseras del jefe.
El jefe gritaba de nuevo de dolor con sus patas inmovilizadas, quedando completamente a merced del encapuchado.
Jefe: Maldito…¿Quién rayos eres tú?
Preguntaba enojado el jefe sin apartar la vista de su atacante. El encapuchado se quitó la capucha revelando ser Henry con pinturas de camuflaje en su rostro, sorprendiendo sobremanera al jefe.
Jefe: ¡Tú!
Exclamó el jefe enojado de reconocer a Henry tras la capucha.
Henry: Que ironía que cuando el cazador se convierte en la presa ¿Verdad?
Comentaba con ironía mezclada con burla el unicornio mientras el jefe lo miraba con odio.
Jefe: Maldito desgraciado. Pagarás por esto.
Henry sin mediar palabra, agarró una flecha con su magia y sin pensárselo dos veces, la clavó en el costado del jefe donde nuevamente gritó de dolor.
Henry: Podría matarte, pero te dejaré aquí, pudriéndote mientras contemplas como todo tu imperio criminal se ha ido a la porra. Y ahora, adiós.
Se despedía Henry mientras se dirigía al barco para marcharse de allí. Mientras subía al barco, el jefe le iba gritando.
Jefe: ¡Huye mientras puedas, maldito! ¡Cuando salga de aquí, te juro que te mataré con mis propios cascos!
Henry no respondió, simplemente se giró y disparó otra flecha donde se clavó al lado de la cabeza del jefe para sobresalto de este último.
Henry finalmente tomó el timón del barco y se marchó de allí, permitiendo finalmente escapar de la isla y volver a la civilización.
Fin del flashback
Archer: Y esa es toda mi historia.
Decía Archer terminando de contar su historia a sus amigos donde estos habían estado escuchando con suma atención. Sobraba decir que la mayoría estaban sorprendidos por ello.
Bastet: ¿En serio te pasó todo eso, Archer?
Archer: Así es, hermosa.
Star: Lograste escapar de la isla, pero, eso no explica cómo acabaste en la academia.
Comentaba Star White donde Archer se dispuso a explicarse.
Archer: Eso se debe a que mi experiencia en la isla me cambió por completo, sintiendo que me había transformado en algo completamente diferente. Sentía que la nobleza ya no era mi sitio y quería un cambio de aires. Por eso me cambié el nombre a un apodo y le pedí a Mike Bluer que me dejara ingresar en la academia. Evidentemente tuvo éste sus dudas en permitirme o no porque claro, obviamente era el nieto de Blueblood y le preocupaba
Comentaba con cierto tono divertido en lo último. Sus compañeros comprendían las razones de Archer ahora.
Splendora: ¿Y Blueblood te lo permitió así sin más?
Archer: Claro que no. Trató de insistir que dejara lo de ser un patrullero de la armonía y que volviera a mis deberes de noble. Pero a mí ya no me interesa esa vida porque ahora la considero vacía y sin sentido con mis nuevas habilidades. Ahora soy un estudiante de esta academia y futuro patrullero le guste o no a mi familia.
Contestaba Archer donde tenía claro sus metas en el futuro. Heart Fire ahí comentó.
Heart: Bueno. Como dice nuestro padre, somos lo que decidimos ser, sin importar la procedencia.
Archer: Eso es verdad. Soy lo que he decidido ser y no me arrepiento de mi decisión.
Decía Archer con convicción en sus palabras. Mikhail con cierto tono divertido, le comentó a su compañero.
Mikhail: Y dime, Archer ¿No echas de menos tus días como noble? Llena de lujos y todo eso.
Archer: Como ya he dicho antes, lo de ser noble me parece una vida vacía y sin sentido. Por lo que no, no echo nada de menos en absoluto.
Los presentes habían escuchado la historia de Archer, pudiendo finalmente conocer mejora su compañero y saber sus motivos del por qué se unió a la academia.
Continuará.
No olvidéis comentar.
Nota Autor: En Memoria de Francisco Ibáñez (15/03/1936-15/07/2023), el creador de Mortadelo y Filemón. Muchas gracias por darnos tantos años de humor y risas. Que tu recuerdo y humor perduren por todos los años venideros en el mundo de los comics.
