HETALIA PERTENECE A HIDEKAZ HIMARUYA

EUROVISIÓN ES UN PROGRAMA EMITIDO POR THE EUROPEAN BROADCASTING UNION


Suecia se mostraba sombrío. Uno podía decir que nunca había sido el hombre más alegre del mundo, pero aquellos que lo conocían bien, sus ciudadanos, sus parientes, todos los que se habían molestado en ver más allá de esos ojos gélidos y labios petrificados sabían que no era más que una fachada; no era tan malo cuando se lo conocía; incluso se podía decir que era un tipo muy atento y campechano, si se le trataba cordialmente y sin prejuicios. Pero en aquellos días ni a su propia gente le gustaba estar en la misma habitación que él, porque era igual que meterse en un congelador. Era como si una nube gigantesca hubiera venido a robarle el sol y aguarle la fiesta, y él estuviera repartiendo toda su melancolía por doquier. Apenas solía abrir la boca normalmente, pero últimamente sus labios permanecían sellados. Se había convertido prácticamente en un maniquí que se pasaba el día oteando Estocolmo a través de la ventana.

Rumiando algún oscuro pensamiento, planeando algo con graves implicaciones morales, o soportando el peso de un secreto indecible...

Aquella era la impresión desde fuera. Era algo que alguien que no viniera de Europa podría haber pensado que estaba en su cerebro. Por supuesto, ellos no sabían, no podían sospechar...Pero los suecos lo sabían, especialmente aquellos que trabajaban codo con codo con él. Todo el que había nacido y crecido en Europa y conocía a una nación europea sentía ese cosquilleo, esa expectación que reconcomía por dentro a Suecia.

Nadie se preocupaba por el estado de Suecia, porque sabían que era temporal, algo cíclico. Ocurría lo mismo año tras año. Con el calendario en la mano, el 23 de mayo volvería a ser el de siempre, no mucho más parlanchín ni alegre, pero desde luego mucho menos distante y lóbrego. La nube se quedaría sobre su cabeza hasta la noche del 22 de mayo, y luego se iría y él, todo el mundo, volvería a la normalidad.

Una vez se acabara Eurovisión, todo volvería a su ser.

Mientras tanto...

Eso era lo que consumía a Suecia. Él sería el anfitrión, y también competiría en la gala final, ya que haber ganado el año anterior le había asegurado la plaza. Una doble calamidad. El doble de problemas. El doble de dolor.

La tormenta se había apoderado de Europa. Todos podían sentirlo en los huesos. Seguían actuando con amabilidad durante las reuniones establecidas, se ocupaban de sus propios asuntos, pero esa sensación seguía estando allí, como una jaula abierta, una olla a presión que explotaba, un volcán en erupción...

El viento soplaba, las nubes tapaban el sol...Y en medio de esa estampa, la figura delgada y severa de Suecia en la ventana, contemplando su ciudad, sumido en sus pensamientos.

El teléfono de Suecia vibró. Bajó la cabeza y dejó de mirar a la ciudad un segundo para echar un vistazo.

Un mensaje de Finlandia.

Nada más que una serie de emoticonos. Ataúdes y calaveras.

Ningún 'lol' lo acompañada, no le siguió ninguna conversación amistosa. El mensaje de Finlandia era completamente serio. Una declaración de intenciones. Su intención, honestamente, era clasificarse en la semifinal de esa noche para aplastarlo en la final. Haría cuanto estuviera en su mano para conseguir los votos suficientes para ganarse un hueco en la competición, para poder competir contra él. Quería verse las caras con él. Quería destruirlo. Suecia sabía que esas eran sus intenciones porque, en primer lugar, Finlandia era transparente para todo el mundo, extremadamente fácil de leer y de hacer hablar; y, en segundo lugar, porque ese también era su propósito. Subiría al escenario y aniquilaría a Finlandia. Haría que se volviera llorando a su casa, le quitaría su orgullo y se lo comería, demostraría su superioridad sobre él. Exactamente igual que había hecho el año anterior.

Finlandia quería la revancha...Muy bien...Estupendo. Suecia lo esperaba.

Una vez al año olvidaba todo lo que sentía por él y por los demás, dejaba que su corazón se volviera de hielo. No había amigos en Eurovisión. Tan sólo peones, como mucho. Aliados estratégicos. No había lugar para las emociones; aquellos que las conservaban y las mostraban estaban condenados a que les rompieran el corazón y los manipularan.

Las cejas de Suecia se arrugaron y alzó de nuevo la mirada hacia su ciudad...

...Una ciudad que pronto se convertiría en campo de batalla...