Atrapados
—¿Kirishima a donde me llevas?
—Es una sorpresa.
Kirishima le había amarrado los ojos a Uraraka y la llevaba caminando por varios pasillos, le había dicho a la castaña que le tendría una sorpresa por su cumpleaños atrasado, pero no le dijo que era, así la llevo caminando por más de 20 minutos hasta que escucho que abrieron una puerta, Kirishima la empujo y luego se escuchó como se cerraba la puerta de golpe.
—¡¿Qué demonios haces aquí cara redonda?!—Escucho los gritos de Bakugo, rápidamente se quitó la venda de los ojos y se dio cuenta de que estaba en la habitación de Bakugo, pero Kirishima no estaba.
No sabía que decir, como le iba a responder, su cuerpo se tensó mucho y se mordió el labio inferior en señal de nerviosismo.
—Lo lamento, fue...una broma...de Kirishima—Uraraka se dio la vuelta e intento abrir la puerta, pero sus nervios no la dejaron.
—Eres una tonta—Bakugo se desesperó mucho al ver que la chica no abría la puerta correctamente.
Así que se levantó de su cama y a zancadas llego a donde ella, Uraraka se puso nerviosa, escucharon un ruido en la ventana de Bakugo y al voltear se dieron cuenta de que Sero estaba colocando cintas en toda la ventana del rubio.
—Es para que no se escapen—Decía entre risas para después irse al balcón de Kirishima.
Bakugo se molestó mucho, intento abrir la puerta lo más rápido que pudo, pero también estaba pegada con cintas, estaba muy molesto por lo que Kirishima y Sero estaban haciendo, no entendía por qué demonios habían metido a la chica en su habitación.
—Los dejaremos salir hasta que hablen—Escucho la voz de Kirishima del otro lado de la puerta.
—Hablar de que maldita sea—Grito Bakugo—Si no me abres en este momento voy a romper esta maldita puerta y les voy a romper la maldita cara—Bakugo estaba furioso.
—Hazlo, al fin al cabo tú vas a pagar los daños a la escuela por destruir propiedad de la institución—Decía Kirishima entre risillas.
Tenía toda la maldita razón, Uraraka fue a revisar la ventana y no se podía abrir, no entendía por qué su mejor amigo le estaba jugando esa broma, se sentía tan nerviosa, ella confiaba en él y ahora el pelirrojo le hacía esto.
—Y a todo esto de qué demonios tengo que hablar con la maldita cara redonda—Grito Bakugo nuevamente, haciendo que Uraraka bajara la mirada.
—Ella sabe de qué tienen que hablar, y tú sabes de que tienen que hablar.
Uraraka le daba la espalda a Bakugo pero escucho perfectamente lo que había dicho, haciendo sonrojar a la castaña.
—Yo no tengo nada que hablar con ella, así que abre la maldita puerta—Bakugo dijo para después escuchar como Kirishima se alejaba de ahí.
Bakugo subió a su cama y comenzó a golpear la pared haciendo, gritándole a Kirishima que le abriera. Uraraka estaba aún en la ventana viendo la manera de salir de ahí.
—Yo para qué demonios quiero que la cara redonda este aquí—Gritaba Bakugo a Kirishima.
Ya eran las 8 de la noche y Bakugo estaba listo para irse a descansar, pero tener a la cara redonda en su habitación no le permitiría dormir, veía como la chica también se quería ir, pero estaban atrapados juntos, así que no le quedaba más que sacar el futón que tenia de reserva y que la castaña se durmiera ahí, ya por la mañana vería como mataba a sus amigos.
Se dirigió al armario y saco el futón, para después aventárselo a la chica, Uraraka apenas lo pudo atrapar, y luego volvió a gritarle a Kirishima que le abriera la puerta.
—Es inútil, no va a querer sacarnos de aquí.
—Si me dices que es lo que tenías que decirme saldrás pronto de aquí—Dijo Bakugo arrogante—Kirishima dijo que tenías algo importante que decirme así que habla de una maldita vez.
—No—Uraraka estaba harta de la situación, quería realmente irse, pero estaba muy molesta por toda la sarta de tonterías que el rubio estaba diciendo.
—Mujer, dime la maldita cosa que ibas a decirme y lárgate de mi cuarto.
—Kirishima dijo que tú también debías decirme algo, así que por qué no lo dices tú—Uraraka estaba molesta por la actitud que estaba tomando, y vio como Bakugo desde la cama lo veía con una cara de espanto.
—Yo no tengo nada que decirte—Bakugo dijo arrogante sentándose en la cama cruzando las piernas.
—Pues yo tampoco tengo nada que decirte—Uraraka extendió el futón en el piso y se sentó de igual manera.
—En primer lugar, por qué demonios entraste a mi habitación—Bakugo estaba muy molesto.
—Yo no quise entrar, Kirishima me mintió, me dijo que me iba a dar un regalo por mi cumpleaños pero que era una sorpresa, y luego me empujo a este lugar—Uraraka cruzo los brazos molesta.
Había sido el cumpleaños de la castaña hacía unos días atrás, y Kirishima si la había felicitado pero dos días después en la sala común le dijo que le tenía una sorpresa y le vendo los ojos, ella tontamente creyó que Kirishima al no darle un presente (y ella realmente no lo esperaba) decidió días después darle algo, dulces o algo, pero Kirishima lo hizo de una manera muy dramática. También creyó que al aventarla a un lugar había preparado alguna decoración en su propio cuarto, no que la iba a aventar a la habitación de Bakugo Katsuki.
—Como sea—Bakugo se recostó y se tapó con las cobijas—Hay cobijas extras en el armario—Bakugo dijo molesto.
No había apagado la luz y no quería levantarse nuevamente de la cama, cuando vio que la luz que daba a su cama se había apagado. Uraraka sabia que a esa hora se dormía el chico, así que decidió que en lo que el dormía ella intentaría abrir la puerta de la habitación, busco alguna tarjeta o navaja que pudiese usar, abrió uno de los cajones.
—Qué demonios crees que haces—Escucho detrás de ella.
—Necesito una navaja.
—¡¿Piensas matarme?! Estás loca—Bakugo comenzó a sacar chispas de sus manos.
—Es más fácil si me dices lo que me ibas a decir, a intentar buscar una navaja y romper las cintas de Sero, si es que no las puso de otra manera.
—Realmente estás loca—La cara de Bakugo se ponía roja cada vez que Uraraka mencionaba eso.
—También sería más fácil si tú me dijeras lo que me ibas a decir—De igual manera se puso la castaña.
Ambos tenían la curiosidad de saber qué era lo que el otro quería decir, pero ninguno se atrevía a mencionarlo. Ninguno de los dos quería dar su brazo a torcer por esa situación, así que era esperar...o esperar...
Las horas pasaban Uraraka estaba sentada en el futón jugando un juego en su celular, el único que tenía, un tetris, mientras Bakugo estaba acostado en la cama con sus audífonos viendo videos graciosos. Ninguno quería hablar, Bakugo desde arriba de la cama de vez en cuando volteaba a ver a la castaña que de vez en cuando soltaba una pequeña grosería cada vez que perdía en el juego, haciendo sonreír ligeramente al rubio.
—No...no...no—Dijo la chica un poco molesta consigo misma—Bakugo...tendrás un cargador...para este teléfono—Bakugo vio el teléfono de la chica, era un modelo muy viejo y el cargador de él no era compatible.
—No—Dijo en un tono seco sin prestarle mucha atención.
—Bueno, es el fin, oficialmente si muero en este cuarto, nadie sabrá de mi existencia.
—Lo sabré yo—Bakugo dijo en tono de burla.
—Por qué me odias tanto—Uraraka dijo—No te hice nada, fue un desafortunado incidente que nuestros amigos hicieron, ellos son los culpables.
—¿Quién demonios dijo que te odiaba? A todo mundo le hablo de la misma manera, no te creas tan especial.
—Pero tampoco es como si te agradara.
—La mayor parte de las personas no me agrada, no te creas tan especial—Bakugo vio como la chica agacho la cabeza y le volvió a dar la espalda a la cama sin seguir con la discusión.
Uraraka se levantó molesta, eso era algo que odiaba del, que menospreciara a las demás personas, Bakugo la vio con mirada retadora también, en un movimiento Bakugo hizo que callera a la cama y el quedo arriba de ella deteniéndole las manos.
—No me agrada nadie, porque nadie está a la altura, todos son unos débiles y todos van a ser unos héroes de segunda, a mí me agradan las personas...
Y en eso hubo un corte de energía, las luces comenzaron a tintinea, hasta quedarse apagadas, escucharon como Kirishima se quejaba del otro lado de la pared y en eso un mensaje llego al teléfono de Bakugo, el chico se levantó de la cama tomando su teléfono y sentándose en el sofá.
"Estudiantes, mantengan la calma, debido a los vientos fuertes por la tormenta de nieve, el edificio se quedó sin electricidad, se abastecerá de energía eléctrica en unos instantes"
Bakugo chasqueo la lengua y le dijo a la chica lo que sucedía, la castaña se preocupó, estaba encerrada en la habitación de Bakugo.
—Aprovechemos esto para dormir—Bakugo vio que eran las 10 de la noche en su teléfono, ya se sentía cansado.
Uraraka bajo de la cama y se colocó en el futón, el piso había comenzado a perder calor, se acostó, pero no se podía dormir, estaba muy nerviosa por estar ahí, Bakugo tampoco podía dormir por pensar que debajo de la cama estaba Uraraka. Las horas pasaron y la electricidad no llegaba. Uraraka comenzó a sentir más frio por el piso, el futón no era tan grueso y traspasaba el frio. Comenzó a respirar raro por eso.
—¿Estas bien? —Pregunto un poco preocupado.
—Si—La voz de la chica sonaba temblorosa por el frio.
Bakugo se sentó en la cama prendiendo su teléfono ya era muy tarde, se sentó en una orilla de la cama, y parecía que no regresaría pronto la luz.
—Anda sube a la cama, para que no pases frio—Bakugo desvió la mirada.
Uraraka se sentó y vio el rostro serio al rubio, mientras veía su teléfono.
—¡¿Qué esperas?! Muévete o te congelaras el trasero.
Uraraka se sentó en la cama subió los pies guardándolos entre las cobijas.
—¿D...dormiremos juntos? —Uraraka agradeció la oscuridad de la noche para que no vieran su sonrojo, pero si vio como Bakugo dio un respingo.
—No—Bakugo dijo nervioso—Yo me quedare en la orilla tu duérmete, abrígate bien, no quiero que amanezcas resfriadas y me contagies—Bakugo se escuchaba nervioso.
La castaña dudo mucho en recostarse en la cama, pero después de muchas insistencias del rubio la chica se recostó. Bakugo sintió que paso mucho tiempo y la espalda ya le dolía, escuchaba entre la oscuridad la respiración de Uraraka.
—Uraraka—Susurro el rubio, pero no obtuvo respuesta.
Uso la pantalla de su teléfono para poder ver si la chica se encontraba dormida, y si estaba boca arriba profundamente dormida. No le sentaría mal recostarse a su lado simplemente, un momento simplemente, sabía que no podría dormir de los nervios, así que lo hizo. Se recostó al lado de la castaña viendo la oscuridad del techo, y después de unos minutos sintió como Uraraka se acomodaba al lado donde él se encontraba haciéndolo sentir demasiado nervioso por la situación.
Y la verdad era que Bakugo sentía algo por la castaña, y Kirishima lo sabía, maldecía el día en que el pelirrojo se había dado cuenta de que observaba demasiado a Uraraka en un entrenamiento.
¿—Estas despierta? —Susurro Bakugo, pero no tuvo respuesta, se acomodó de lado el también, y con una mano, tanteo el rostro de la chica acariciándole las mejillas y el cabello, se sentía extraño, pero era la única manera de estar cerca de ella.
Así paso otro largo periodo acariciándola, contemplándola en la oscuridad, tanteando con su mano le deposito un beso en su mejilla, quería besarla realmente pero no se atrevía, el cansancio comenzó a hacerse presente en su cuerpo
—Lo que Kirishima...quiso decir—Bostezo—Es que...me gustas...y quería que te lo dijera...pero no puedo...—La voz en susurro era lo único que se escuchaba en la habitación—No puedo decirlo...porque todos se burlaran de lo que siento por ti...y quiero que solamente tú lo escuches...escuches que me gustas demasiado.
Bakugo se dio cuenta de que se había confesado sin querer a la chica de cabellos castaños y mejillas redondas, pero no sabía si ella lo había escuchado, no pudo más con el cansancio y termino dormido, abrazándola.
—Te apuesto que no dijeron nada—A la mañana siguiente Sero y Kirishima quitaban las cintas de la puerta.
—Lo mismo pienso que por el orgullo de los dos no se dijeron nada—Kirishima se sentía mal por el resultado de su experimento—Al menos los liberaremos de su encierro.
—Como nos va a ir después de abrir la puerta.
—Deje de escuchar gritos después de que se fue la luz—Kirishima abrió la puerta y vio el futón en el suelo, pero no vio a nadie.
Sero se reía, mientras sacaba su teléfono, y fue cuando Kirishima se dio cuenta de que sus dos amigos estaban dormidos en la misma cama abrazados, Sero tomo una fotografía que se escuchó, Kirishima quiso esconder el teléfono, pero el sonido del aparato hizo que los dos chicos se despertara. Uraraka se sorprendió mucho al ver a Bakugo tan cerca de ella y luego abrazándola, Bakugo también vio con cara roja a la chica, y la alejo de él lo más rápido que pudo.
—Buenos días—Sero dijo burlándose de ellos, Kirishima le tapó la boca.
Uraraka los vio, y se sintió aún más avergonzada que de un salto bajo de la cama cayéndose, Bakugo estaba molesto por lo que le habían hecho, Uraraka rápidamente se levantó del suelo y salió corriendo de ahí, aprovechando que la puerta estaba abierta corriendo directamente de su cuarto.
—¿Hablaron?—Sero seguía burlándose.
—Los voy a matar a los dos—Bakugo salto de la cama en dirección a los dos chicos, sabían que estaban muertos pero lo hacían por el bien de los dos.
Bakugo no sabía realmente si Uraraka lo había escuchado, pero verla ahí entre sus brazos lo hizo sentirse aún más nervios, que después de ese día, no la volvía a ver a los ojos, y cuando casualmente se cruzaban los dos huían de la escena nerviosos.
Mis estrellitas, este será el primero de algunos 10 one shorts kacchako, espero les guste
