Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.
Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.
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"En este duelo del destino, somos tú y yo, pero solo uno de los dos puede conquistar su corazón."_(Garu William Potter Sanada y Draco Lucius Malfoy)
Aquella tarde, a las tres y media, Harry, Ron, Garu y los otros Gryffindor bajaron corriendo los escalones delanteros del castillo. Saliendo hacia el parque, para asistir a su primera clase de vuelo.
Era un día claro y ventoso, soplando un ligero viento que despeinaba las coletas de Garu y los chongos semi-sueltos de Pucca. La hierba se agitaba bajo sus pies, mientras marchaban por el terreno inclinado en dirección a un prado que estaba al otro lado del bosque prohibido, cuyos árboles se agitaban tenebrosamente en la distancia.
Los Slytherin ya estaban allí, y también las más de veinte escobas, cuidadosamente alineadas en el suelo. Harry y Garu habían oído a Fred y a George Weasley quejarse de las escobas del colegio, diciendo que algunas comenzaban a vibrar si uno volaba muy alto, o que siempre volaban ligeramente torcidas hacia la izquierda.
Entonces, llegó la profesora, la señora Hooch. Era baja, de pelo canoso y ojos amarillos como los de un halcón.
–Bueno, ¿qué estáis esperando?
Bramó seria.
–Cada uno al lado de una escoba. Vamos, rápido.
Cada uno fueron a sus respectivas escobas, parándose junto a ellas con curiosidad. Harry miró su escoba, atento como los demás estaban.
La escoba de Harry era vieja y algunas de las ramitas de paja sobresalían formando ángulos extraños, sinceramente era curioso de ver. La de Garu estaba casi igual, aunque él notaba que le faltaban algunas ramitas de paja.
–Extended la mano derecha sobre la escoba.
Les indicó firme la señora Hooch.
–Y decide «arriba».
Todos asintieron con seriedad, poniéndose en sus posiciones.
–¡ARRIBA!
Gritaron fuerte todos, las escobas se comenzaron a instigador. La escoba de Harry, la de Garu y la de Pucca saltaron de inmediato en sus manos, pero fueron unos de los pocos que lo consiguieron en el primer intento.
La de Hermione Granger no hizo más que rodar por el suelo y la de Neville no se movió en absoluto, viendo Garu y Harry la decepción de ambos jóvenes. A pesar de que un Harry solo le dolió la decepción de Hermione, aún sin saber porque le había Dolido.
(«A lo mejor las escobas saben, como los caballos, cuándo tienes miedo.»)
Pensó serio Harry, y había un temblor en la voz de Neville que indicaba, demasiado claramente, que deseaba mantener sus pies en la tierra.
Luego, la señora Hooch les enseñó cómo montarse en la escoba, sin deslizarse hasta la punta. Y recorrió la fila, corrigiéndoles la forma de sujetarla.
Garu, Harry y Ron se alegraron muchísimo cuando la profesora dijo a Malfoy que lo había estado haciendo mal durante todos esos años, haciendo fruncir el ceño al chico pálido. Mientras que Ring Ring y Chief presumían que lo hicieron bien, sin tener que depender de La Maestra.
–Ahora, cuando haga sonar mi silbato, dais una fuerte patada.
Dijo tranquila la señora Hooch, viendo a todos los chicos con atención.
–Mantened las escobas firmes, elevaos un metro o dos y luego bajad inclinándoos suavemente. Preparados… tres… dos…
Pero Neville, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara el silbato.
–¡Vuelve, muchacho!
Gritó alterada, pero Neville subía en línea recta, como el corcho de una botella… Cuatro metros… seis metros…
Garu y Harry le vieron la cara pálida y asustada, mirando hacia el terreno que se alejaba. Lo vieron jadear, deslizarse hacia un lado de la escoba y…
¡BUM…!
Un ruido horrible y Neville quedó tirado en la hierba, adolorido y posiblemente avergonzado. Su escoba seguía subiendo, cada vez más alto, hasta que comenzó a torcer hacia el bosque prohibido y desapareció de la vista. La señora Hooch se inclinó sobre Neville, con el rostro tan blanco como el del chico.
–La muñeca fracturada.
la oyeron murmurar Harry y Garu.
–Vamos, muchacho… Está bien… A levantarse.
Se volvió hacia el resto de la clase.
–No debéis moveros mientras llevo a este chico a la enfermería. Dejad las escobas donde están o estaréis fuera de Hogwarts más rápido de lo que tardéis en decir quidditch. Vamos, hijo.
Neville, con la cara surcada de lágrimas y agarrándose la muñeca, cojeaba al lado de la señora Hooch, que lo sostenía.
Casi antes de que pudieran marcharse, Malfoy ya se estaba riendo a carcajadas. Al igual que Ring Ring y Jing Jing que estaban a sus costados, molestando a Pucca, Garu y a Hermione por sus risas.
–¿Habéis visto la cara de ese gran zoquete?
Los otros Slytherin le hicieron coro, burlándose de Neville y fingiendo que se caían de las escobas.
–¡Cierra la boca, Malfoy!
Dijo Parvati Patil en tono cortante, agregando Pucca furiosa.
–Ustedes también, Ring Ring y Jing Jing.
—Oh, ¿están enamoradas de Longbottom?
Dijeron divertidas Ring Ring Malfoy King, Pansy Parkinson y Jing Jing Riddle, unas chicas de Slytherin de rostro duro, que se mostraban muy superficiales y engreídas.
–Nunca pensamos que les pudieran gustar los gorditos llorones, Parvati, Pucca.
Las tres rieron divertidas, mientras Pucca y Parvati gritaban molestas.
–¡OH, Cállense!
–¡Mirad!
Dijo engreído Malfoy, llamando la atención de todos, mientras se agachaba y recogía algo de la hierba.
–Es esa cosa estúpida que le mandó la abuela a Longbottom.
La recordadora brillaba al sol cuando la cogió, esta vez siendo Garu y Harry los que reaccionaron.
–Trae eso aquí, Malfoy.
Dijeron Harry y Garu con calma, mirando al rubio con atención. Todos dejaron de hablar para observarlos, Pucca y Hermione preocupadas por los hermanos Potter. Malfoy sonrió con malignidad, observando a los hermanos potter con superioridad.
–Creo que voy a dejarla en algún sitio para que Longbottom la busque… ¿Qué os parece… en la copa de un árbol?
–Draco, no lo hagas.
Pidió suavemente Pucca, acercándose a él. Draco sé giró a verla, sus ojos suavizándose por ella.
Y por un instante, Draco Malfoy dudó. La mirada gris de la chica de cabello noche lo suavizaba, algo bueno y malo para su objetivo.
–Pero, yo…
Intentó decir el chico, dándole una sonrisa gentil Pucca, hablándole a Draco con un tono casi adorable.
–Me la entregas, ¿Por favor?
Preguntó delicadamente Pucca, extendiendo su mano con gentileza. Haciendo dudar a Draco de hacer lo que había dicho hace rato por la mirada suplicante de Pucca que tiernamente le ofreció, esperanzada que le hiciera caso como Ronnie lo hacía. Sin darse cuenta que Garu moría de celos, odiaba que los hombres babearan por su Pucca.
¿Espera un momento?
Él dijo, ¿Su Pucca?
Al darse cuenta de sus pensamientos, un Garu molesto con el mismo agitó la cabeza. miró la escena una vez más, percatándose como todos veían que la mirada de Pucca lo estaba convenciendo, hasta que se detuvo de repente de caminar hacia ella al oír.
–¡Tráela aquí!
Rugió apresurado Harry, dando Garu un paso furioso hacia ellos. Eso hizo despertar al chico pálido, que retrocedió y regresó a su mirada maliciosa.
Fue así que Malfoy había subido a su escoba y se alejaba, dejando a una Pucca decepcionada y con el entrecejo fruncido por la frustración. Sí Harry no hubiera hablado, si tan solo no hubieran intervenido, Malfoy le hubiera dado la recordadora y esto no pasaría.
Pero hablaron y su esfuerzo se perdió, haciendo reír a todos a costa de ella. Pero aún más a los de Slytherin, que no querían que estuviera cerca de Malfoy.
–¿Qué pasó, Pucca, no que muy buena con los hombres?
Se burló Ring Ring, agregando divertida Chief.
–Yo diría que es una fracasada.
–Una fracasada, tonta y fea.
Canturrió engreída Ring Ring de nuevo, subiéndose a su escoba y alejándose de allí. Pucca furiosa siguió a Ring Ring, ya que la atacaría como fuera, aunque ambas hayan aprendido a bolar hasta apenas.
Mientras tanto, Garu y Harry se percataron que Malfoy no había mentido, sabía volar y muy bien para consternación de ambos hermanos. Desde las ramas más altas de un roble los llamó, mostrándose engreído como su media hermana:
–¡Vengan a buscarla, Potter!
Garu y Harry cogieron sus escobas.
–¡No!
Gritó asustada Hermione Granger.
–La señora Hooch dijo que no nos moviéramos. Nos van a meter en un lío.
Harry no le hizo caso, aunque su corazón sé lo pidiera. Pero es que no podía dejar que Malfoy sé saliera con la suya, Neville no sé lo merecía.
Y al parecer Garu sentía lo mismo, pues por más correcto que él se mostrara. Tampoco soportaba las injusticias, así que como tantas veces antes, se aventó a ayudar a su hermano contra Malfoy.
Un ambos les ardían las orejas, queriendo actuar hoy más que nunca. Se montaron en sus escobas, pegaron una fuerte patada y subieron.
El aire agitaba el pelo y las túnicas de los hermanos Potter, silbando tras ellos y, en un relámpago de feroz alegría. Se dieron cuenta de que habían descubierto algo que podían hacer sin que se lo enseñaran, algo que los conectaba como hermanos y los hacían sentir en casa.
Era fácil, era maravilloso. Empujaron sus escobas un poquito más, para volar más alto y de paso alcanzar a Malfoy.
oyeron los gritos y gemidos de las chicas que los miraban desde abajo, y una exclamación admirada de Ron. Ellos estaban a la par de Pucca, aunque la única diferencia, es que ellos iban contra Draco, mientras que Pucca era seguida por Jing Jing y Ring Ring.
No obstante, confiaban que Pucca podría sola con ambas. Así que dirigieron su escoba para enfrentarse a Malfoy en el aire, siguiéndolo a una alta velocidad como las chicas lo hacían.
Éste los miró asombrado, no pudiendo creer que ambos Potter pudieran seguirle el paso. Mientras que de reojo veía a Pucca que esquivaba a su media hermana Ring Ring y a Jing Jing, preocupándose por ella, pues no deseaba que fuera lastimada por la idiota de su media hermana, por más que Ring Ring fuera Slytherin y Pucca fuera Gryffindor.
