Las canciones usadas como inspiración para esta ronda, de nuevo por orden de aparición: Dusk till dawn (versión orquestral de soundscapes. de la canción de Zayn Malik feat. Sia), God is a dancer (Power Music Workout's workout remix de la canción de Tïesto y Mabel), Take my breath (versión de Rain Paris de la canción de The Weeknd) y Feel Good I.N.C (versión de Celia Pavey de la canción de Gorillaz)


San Marino no veía por dónde iba. Se tropezaba a cada paso, cayó en agujeros, se dio de bruces contra ramas. Al fin, encontró una carretera, aunque no estaba ni señalizada ni iluminada. Decidió seguirla por su izquierda y que fuera lo que Dios quisiera. Tan sólo esperaba que esto terminara pronto, antes de caer desmayado: los pies le dolían tanto que andaba dando tumbos, tenía hambre y mucha sed. También estaba muerto de miedo, y por eso canturreaba para tratar de retener algo de cordura y ahuyentar a los demonios.

Non fermiamoci. Il percorso è pericoloso ma il futuro è luminoso...

Y entonces...un milagro, la respuesta a sus plegarias.

Un camión solitario.

— ¡Espere! ¡Oiga! ¡Por favor!—silbó, se plantó en medio de la carretera con los brazos abiertos, para llamar la atención del conductor.

Paró. Soltando un suspiro de alivio, San Marino se aproximó a la cabina.

Se trataba de un hombre cuyos ojos permanecían ocultos bajo la uniceja más tupida que había visto en su vida. Tenía un bigote de morsa. Era más bien gordito e incluso a esa distancia se notaba que llevaba mucho tiempo de viaje y no se había duchado en...a saber cuánto tiempo.

— Uhm...¿habla español, señor?—preguntó San Marino.

El conductor no reaccionó a sus palabras.

— Parla italiano? ¿No? Vale, esto va a estar complicado...—no podía hacer más que gesticular un montón—. Uhm...Ne-Necesito ir a Estocolmo. ¿Ha entendido? ¡Es-to-col-mo!

— Jag ska till Stockholm—el hombre habló con la voz grave y monótona que jamás se haya oído.

— ¡Sí, Estocolmo! ¿Sería tan amable de llevarme? Estoy...en un apuro y no tengo dinero para pagarle, pero le recompensaré como pueda en cuanto me ponga en contacto con los míos y recupere mis cosas, ¡lo prometo! ¡T-Tengo que ir a Eurovisión! ¿Eurovisión?—le cantó las famosas notas del himno.

El conductor frunció ese pedazo de entrecejo, y San Marino no supo qué pensar. Se quedaron mirando el uno al otro largo rato. Sin embargo, el conductor le hizo un gesto con la cabeza, señalando el asiento del copiloto.

— ¿Quiere decir que puedo...? ¡Oh, gracias! ¡Gracias!

San Marino le habría dado un beso si hubiera parecido de los que aprecian esa clase de gestos. ¡Qué callado era el tío! Arrancó en cuanto San Marino se abrochó el cinturón de seguridad, y no trató de comunicarse con él. Sus ojos estaban fijos en la carretera que tenía enfrente.

— Me llamo San Marino, ¿y usted cómo se llama, señor?—San Marino intentó ser amable.

El hombre lo miró por el rabillo del ojo sin decir nada. Probablemente no había entendido ni papa, así que San Marino intentó hacerse entender.

— San Marino—dijo, señalándose a sí mismo, y luego al conductor.

Nada. Como hablarle a una pared.

Vale, pues no tenía nombre.

San Marino se arrepintió de haber plantado una mano sobre el asiento. Algo pegajoso le hizo hacer una mueca. Y olía raro...ese hombre hacía su vida allí, de veras...

No tenía la radio puesta y San Marino no consideró de buena educación pedirle que la encendiera. Si tan sólo hubiera tratado de hablar con él, ¡pero no! Tan sólo algunas miradas furtivas de vez en cuando. Era asombroso cómo este ciudadano se parecía a su nación: Suecia tampoco era fácil de tratar.

Iba a ser un viaje muy largo...


Ladonia y una integrante del equipo de Bélgica pidieron hacerse una foto con David Guetta. Una vez los hubo complacido, éste volvió los ojos hacia su nación y lo encontró arruinándose la manicura con los dientes.

— Estás muy tenso, Francia. Creía que habías pasado por suficientes cosas como para no tener miedo escénico.

— Tú eres famoso en todo el mundo, tienes millones de gans, llevas años en la industria. Apuesto a que aun así te pones nervioso cada vez que actúas—murmuró Francia.

— Sí, no te voy a engañar. Uno siempre procura hacer las cosas lo mejor que puede, se preogupa por desastres imaginarios...¿Es por Inglaterra?

— Oui...

— ¿Sabes una cosa? Su canción está bien, pero no creo que sea rival para nosotros.

Él no había visto el ensayo, pensó Francia. Ahora el mundo entero lo vería...

En el vídeo, Inglaterra se paraba para mirar el Big Ben, y luego a su reloj de pulsera, como para comprobar que estaban sincronizados. Después, se le vio montando en bicicleta por la campiña, rodeado de hermosas casitas de campo rodeadas de jardines plagados de rosas. Bromeando con el dueño de una tienda de tés. Vagando por los pasillos de la Universidad de Oxford, donde encontraría su puerta.

— Aquí tenemos a un miembro del Big Five, los cinco países que más contribuyen económicamente a la EBU y por tanto tienen acceso directo a la final. La canción que nos trae Reino Unido este año está basada en uno de los personajes más icónicos de su literatura, y un favorito personal: Peter Pan. Escribió esta canción durante el confinamiento por el covid para un adolescente amigo suyo, llamado precisamente Peter, para ayudarlo a combatir la ansiedad que le producía sentir que se le escapaba la juventud. Este es Reino Unido, y esto es Peter Pan.

Azerbayán frunció las cejas. Otro que trataba de ganar puntos con una historia lacrimógena...

— Mentira, todos sus amigos son imaginarios—dijo América a su portátil, con la boca llena de palomitas.

El escenario no tenía efectos especiales; la única orden que habían recibido los técnicos fue que dejaran las luces al mínimo necesario. Eso fue lo que había pedido Inglaterra. Se plantó en mitad del escenario sólo con su música y su voz.

I don't want to grow up, I want to be always like this

Tell me a story, Wendy, stay here with me

Where the adventure never ends and the mermaids sing

We can fight the pirates and make-believe

Argh, una balada, pensaron los espectadores. Algunos se lo tomaron como la señal para ir al baño. Pero entonces ocurrió algo. Sopló en su mano y su traje se cubrió de una purpurina tan brillante que algunas cámaras tuvieron que ajustar la imagen.

I don't want to grow up, I don't want to be old and die

I don't life to get boring and see it just pass me by

I want to forever stay in Neverland

Inglaterra entonces alzó la mano, y hubo una explosión de polvo brillante, y unas hadas azules, amarillas, verdes y rosas salieron volando en dirección al público, expandiéndose por todo el estadio. Un ¡ooooh! colectivo retumbó. Una de ellas saltó sobre las cabezas de los espectadores en la pista, otra jugueteó con uno de los mechones rubios de Liechtenstein, haciéndola reír. Noruega dejó que una se posara sobre su mano y se miraron el uno al otro con una sonrisa. Una pequeña hada, fácilmente identificable como Campanilla, voló en círculos alrededor de Inglaterra.

Always merry and bold, in the second star to the right

In the second star to the right

I want to forever stay

In the second star to the right

— ¡Guao!—Canadá lo vio todo con las manos en la cara.

— ¿Cómo lo ha hecho? ¿Son drones?—Romano achinó los ojos, tratando de ver el truco detrás de este efecto.

Era tan hermoso que hasta Suecia se sintió un poco menos estresado mirándolo.

— Genial efecto—dijo al jefe del equipo técnico, que se encontraba a su lado.

Él parpadeó perplejo.

— ...No es cosa nuestra...—murmuró.

Todo el mundo estaba arrobado, incluso Francia..., por mucho que lo detestara.

«Mira eso...¡Increíble! ¡¿Cómo no cuenta como trampa?! ¡No hay manera de superar esto! ¡Es hermosísimo, absolutamente precioso...!», pensó.

To die will be an awfully big adventure, forever doesn't seem long

Not afraid to close my eyes

«¡Mon Dieu, esto es lo más hermoso que he visto en toda mi vida! Me recuerda a los viejos tiempos, cuando era niño, y mi ama me contaba historias sobre hadas, y jugaba a los piratas, y no pensaba en el futuro...Me...¡Me dan ganas de llorar! NON! ¡No puedo! ¡Contrólate, Francia! ¡Si ve que lo estoy disfrutando, no habrá quien lo aguante!»

Menos mal que Inglaterra estaba demasiado enfocado en su actuación, ahora sosteniendo a Campanilla sobre su mano, como para volverse a mirarlo. Francia apretó tanto los dientes que Guetta le preguntó si estaba bien.

¡Era tan bonito que quería morirse!

Wendy, come back

Let's return to Neverland

Inglaterra terminó de cantar, abrió los brazos y las hadas y la brillantina que lo cubrían se desplazaron para crear dos estrellas que flotaron durante unos segundos sobre su cabeza antes de disolverse. El público aplaudió largo rato. Hizo reverencias a todo el mundo.

— ¡Gracias! Tack så mycket!

Cuando se cruzaron él y Francia detrás del escenario, le mostró una sonrisa arrogante.

— Me parece que nuestra controversia ya está resuelta, amigo mío.

Francia respiró profundamente, desenvainó una sonrisa.

— No tan rápido, UK. Me toca a mí.

En el vídeo introductorio, Francia pasaba por delante de un graffitti en una calle de París, pasaba los dedos por unas flores de tomillo para acercarlos a su nariz en la Provenza y sonreír con su olor, parecía contemplar un bosque con una mano posada en el tronco de un árbol centenario.

— El siguiente de nuestra lista es Francia, el cual, al igual que San Marino en 2021 con el cameo de Flo Rida, viene muy bien acompañado este año: ha traído al famoso DJ David Guetta, amigo suyo, junto al cual ha escrito esta canción. Francia es, como Reino Unido, miembro del Big Five, circunstancia que le asegura el puesto. Ha estado entre los diez primeros treinta y seis veces, y ésta se ha convertido en la canción más oída de Spotify. Define su canción como la esencia del festival, que es la fraternidad y pasarlo bien con los amigos. Esto es L'Europe danse, Europa baila.

La multitud gritó fuerte cuando la bandera de Francia apareció en la pantalla y los músicos tomaron posiciones. Unas luces azules bañaron todo el lugar y David Guetta, sobre una plataforma desde la cual controlaba su equipo, y Francia, debajo, dieron comienzo al espectáculo.

La musique est livre

Elle ne sait pas sur frontières

Sens le rhytme

Laisse-le entrer

Autour du monde est ce sentiment

Oh-oh-oh

Oh-oh-oh

— ¡Wuuuu!—Australia aplaudió, siguiendo el ritmo.

Inglaterra volvió la cabeza hacia él con desaprobación y se cruzó de brazos.

— ¿Tenía un año entero y esta es la letra que se le ha ocurrido? ¡Pfft!—murmuró.

Las pantallas bajo los pies de Francia se iluminaron como una pista de baile.

N'importe pas d'où tu es

Quand je chante

Tout l'Europe danse!

Unos gritos tremendos resonaron cuando Guetta soltó el ritmo y Francia, deshaciéndose la coleta, puso los pies a trabajar bailando junto con su equipo. Esta era la señal que todo el mundo parecía haber estado esperando para bailar. El público, todos en la Green Room, detrás del escenario, los espectadores en casa; Europa se puso a bailar.

L'Europe danse!

No importaba cuán serias o tímidas fueran las naciones normalmente, o de dónde fueran los que tenían al lado. Las banderas se agitaron, las manos se pusieron en alto, ningún pie se quedó quieto.

Inglaterra lo odió profundamente.

«¡Oooooh, cielos! ¡Es incluso MEJOR en vivo! ¡Hasta yo quiero bailar! ¡PIES, ESTÁOS QUIETOS! ¡ES UNA ORDEN!», pensó.

L'Europe danse!

«¡No me extraña que esta canción esté hasta en la sopa! ¡Es perfecta para fiestas! ¡Es genial! ¡Es espectacular! ¡Y sus movimientos, con esa luz que tanto le favorece, no hace sino mejorarlo! Me...¡GUSTA! ¡DIOS MÍO, ME ENCANTA!», y de nuevo Inglaterra tuvo que posar una mano sobre sus rodillas para reprimir las ganas de unirse a la gente.

No podía mostrar que le gustaba...Debía seguir fingiendo desprecio...¡No podía darle a Francia la satisfacción de ver que había caído presa de sus encantos!

Las redes echaban humo, comentando cómo esta canción era pura dinamita y lo guapo que estaba Francia, lo bien que bailaba. Cuando acabó, se sintió convencido de que la victoria era suya. Lanzó un beso a la audiencia, especialmente a aquellos que portaban su bandera.

Las cámaras de televisión grabaron a un hombre que llevaba en la cabeza un gorro de un gallo y se desgañitaba diciendo: "LA FRANCE, LA FRANCE!"

— ¡...No tiene sustancia! ¡Suena como una canción cualquiera de David Guetta!—declaró Inglaterra, aunque se sentía acalorado. Acalorado de la furia que sentía.

— Va a ser difícil superar a Francia, fratello—dijo Veneciano a Romano.

— Eso, tú a dar ánimos...—gruñó Romano, tomando posiciones.

Francia abrazó a David Guetta y se asomó a mirar cómo el público seguía ovacionando. Inglaterra gruñía, cruzado de brazos. Ahora ya no estaba tan seguro de que pudiera ganar...

Ambos consideraban que República Checa no tenía ninguna posibilidad, después de sus actuaciones, pero ella confiaba en sus posibilidades.

Su vídeo la presentaba caminando por los jardines de Květná y Podzámeck, con abejas y mariposas revoloteando a su alrededor, bailando con una niña en el festival de Strážnice, contemplando el paisaje desde el castillo de Bezděz, mientras los presentadores narraban:

— República Checa no ha participado muy a menudo en Eurovisión: se unió en 2001, se negó a seguir compitiendo después de haberse llevado cero puntos en 2009, para seguir compitiendo hasta 2015. Su mejor resultado es la sexta posición conseguida en 2018. Viene buscando un nuevo récord República Checa, con Shout, Gritar.

Unas guitarras eléctricas comenzaron a tocar. República Checa apareció sobre el escenario rodeada de bailarines que le tapaban la boca. Ella los apartó de un empujón para cantar.

I can see it in your eyes

You wanna shout it, you got it in the tip of your tongue

You're sick and tired of telling lies

There's no use in denying you've been faking it too long

You don't feel at home in your own skin

Wake up the dream, just stop faking

Don't be scared, break the ice

Shout it out!

"Shout it!", cantaron las cantantes del coro, tres en línea, haciéndose eco de su frase. Los bailarines se lanzaron de un salto al suelo como si el rugido de Checa los hubiera empujado. Detrás de ella, la pantalla mostraba un collage de labios abiertos para gritar, bocadillos de gritos, signos de exclamación.

Shout it!

The time is now to speak

Or forever hold your peace

Shout it out!

Shout it!

Do it!

Don't keep in side you, babe

Say it now, you're running late

— ¡Esta es a la que voy a votar! Es decir, si pudiera votar—dijo Sealand a Finlandia, subido al sofá para bailar. Se detuvo y se volvió hacia Finlandia con una sonrisa—. Mis dieces serían para ti.

— Oh, eres muy amable—respondió su 'mami', sonriendo con dulzura.

Prusia, bajo el escenario, se sorprendió bailoteando con esa melodía. Bonita canción. La descargaría ilegalmente. Pero esto era una competición y ella no podía ganar. Pensó que sabía qué hacer.

Eslovaquia se encontraba bailando esta canción en casa, con los carrillos llenos de pizza, cuando sonó el teléfono. Tardó en contestar, porque estaba convencido de que no era más que spam y no era el mejor momento, pero aun así lo hizo.

— ¿Diga?

— Ey, Eslovaquia, soy Prusia.

— ¿Quién?

— Jaja, muy gracioso. ¡Ya sabes quién soy!

— Sí, lo sé, tan sólo bromeaba. ¿Qué quieres?

— Probablemente estés viendo Eurovisión, ¿a que sí?

— Sí, es el turno de Checa. ¿Lo estás viendo? ¿A que mola?

— Oh, sí. En fin, tu canción era mucho mejor, pero...

— Qué le vamos a hacer, no se puede ganar siempre, ¿no?

— Veo que te lo has tomado muy bien. Te admiro, en serio. Cualquier otro se habría cabreado con ella.

— Eh, su canción era mejor, al público le gustó más que la mía. ¿Y qué? No es para tanto.

— De modo que...¿no lo sabes?

— ¿El qué?

Prusia se calló, Eslovaquia alzó una ceja.

— ¿Hay algo que deba saber?—preguntó.

— ...Creía que lo sabías.

— ¿Qué?

— ...Pues...que ella está cantando ahora mismo en Estocolmo porque te robó la oportunidad de clasificarte en las semifinales.

Eslovaquia se ponía a cada instante más y más serio.

— ¿...Qué quieres decir?

— Me lo contó Alemania...No debería decírtelo...

— Dímelo.

— ¡Estaba celosa de tu canción, tan celosa que sobornó a toda Europa para sacarte de la competición y ocupar tu puesto!

Eslovaquia se sentó en el sofá, mirando a la nada.

— ...Ella...nunca haría algo así...—murmuró.

— Bueno, acuérdate de vuestra peleílla. ¿Qué nombre iba el primero en vuestra, ajem, asociación?

Una pausa.

— ¡Bueno, tan sólo quería saber de ti! ¡Me alegra saber que estás bien! ¡Siento haberte molestado! ¡Que lo disfrutes!

Eslovaquia se quedó mirando el teléfono, luego a la televisión, a la cara de Checa mientras cantaba, tan segura de sí misma, tan fuerte.

Prusia rió entre dientes, ahora que estaba seguro de que no podía oírle. ¡Habría pagado por ver su cara!

El perrito faldero de Checa no le daría los puntos que ella se esperaba.

— ¡Gracias, Europa, os quiero!—ahora que había terminado, Checa recibió los aplausos con los brazos abiertos.

— Tenías razón, es la mejor hasta ahora—dijo Suiza a Liechtenstein, y tomó nota de ello en el bloc de notas que tenían todos los concursantes.

Ucrania dejó a su equipo y amigos con una excusa para buscar a su hemana. La encontró encerrada en el baño de mujeres; cuando Bielorrusia salió, sus ojos estaban rojos de llorar. Ucrania la abrazó y lloró con ella. No podía creerse que hubiera esperado tanto tiempo para comportarse como su hermana mayor. Verla tan rota de dolor la mataba a ella también.

Macedonia se sentía tan mareada que tuvo que entrar a echarse agua a la cara. Cuando se la secó, se quedó mirando a las dos hermanas y murmuró:

— Jopé, ¿qué ha pasado? ¿Quién se ha muerto?

Bielorrusia la fulminó con la mirada, pero ella tampoco le dio demasiada importancia. No estaba del todo allí, su mente divagaba...Había seguido el consejo de Prusia y trató de combatir la resaca con una petaca, aunque no veía mejoría alguna...

— Debí haberlo imaginado...—suspiró Bielorrusia—. Me ha contado que cada vez le gusta menos Eurovisión...¿Por qué si no iba a volver?

— Tengo la sensación de que de algún modo es culpa mía...—se lamentó Ucrania.

— Probablemente. O quizás sea mía. ¿Quién sabe? Todos pasamos por un mal rato...Y Rusia...uno nunca sabe qué le pasa...Quizás una mala decisión, una larga enfermedad...Pero...siempre deseé morir yo primero. ¿Qué voy a hacer sin él?

— ¿Deberíamos decirle que lo sabemos?

— ...No...lo sé...

Ambas volvieron la cabeza, al oír la música.

— ...Ahí está...—murmuró Ucrania.

A las dos les pareció que Rusia salía guapo en el vídeo. Aparecía tomando asiento en el Teatro Bolshoi para ver actuar a su famosa compañía de ballet, cruzando con patines un lago helado, un tren pasando frente a él en el metro de San Petersburgo.

— Nos vamos con Rusia. Rusia ha sido un contrincante de armas tomar, que ha llegado a los cinco primeros puestos en diez ocasiones, ganando en 2008 con su canción Believe. También ha sido el más controvertido: en 2022 fue expulsado por sus agresiones y amenazas a su hermana Ucrania y a otras naciones europeas. Finalmente se ha accedido a su readmisión y ha venido con una candidatura muy dulce en su propio idioma: поле подсолнухов, campo de girasoles.

Rusia notó que los vítores que siguieron a su presentación iban acompañados de algo más. No dejó que lo perturbara. Se sentó en el suelo, con el micrófono en la mano. Su guitarrista se encontraba sentada en un rincón, sobre un taburete de madera, y comenzó a tocar.

Dym vyhodit iz treŝiny na zemle

Nikto ne dyšit i ne vidit, ne znaet, kuda oni idut

Deti ne igrajut na ulicah, oni bolʹše ne ulybajutsja

Kak oni mogli? Vesʹ mir katitsja v ad

Ja zakryvaju glaza, zatykaju uši, pytajasʹ sbežatʹ iz Matricy

Ne budi menja, ja hoču spatʹ...

La pantalla les mostró aquel sueño que siempre había guardado en su corazón: un cielo azul, una brisa suave que mecía miles de girasoles.

V pole podsolnečnika

Vse horošo, vse horošo

Podsolnuhi bez uhoda

Ne budi menja, ja hoču ostatʹsja

Posmotrite, kak oni blestjat i tancujut pod solncem

Podsolnuhi bez zabot

Razve èto ne mogut bytʹ tolʹko oni, Vy i ja?

Podsolnuhi v pole

Zdesʹ ja hoču ostatʹsja

Aquellos campos de girasoles devolvieron a España a su casa. Aunque Rusia no era el tipo más popular y podría buscarse problemas por mostrar su apoyo, movió la cabeza siguiendo el ritmo, deteniéndose cada vez que creía que alguien le había pillado, para volver a hacerlo cuando dejaban de mirar. Una buena parte del público también pareció dejar a un lado la controversia alrededor de su persona para usar las pantallas de sus móviles para contribuir a la atmósfera.

Sus hermanas lo vieron con lágrimas en los ojos. '¿No podemos estar ellos, tú y yo?', cantaba. Se refería a ellas...A esos tiempos en que estaban ellos tres solo. Naciones pequeñas, que se afanaban por sobrevivir en el frío, que sólo se tenían los unos a los otros, y soñaban con unas tierras más benévolas, donde no hubiera preocupaciones, nada que temer...

Rusia se tumbó por completo sobre el suelo y las pantallas crearon el efecto de que se encontraba tumbado sobre la hierba, rodeado de girasoles.

V pole podsolnečnika

Vse horošo, vse horošo

Podsolnuhi bez uhoda

Ne budi menja, ja hoču ostatʹsja

"La la la la la la la la la laaaa". La cara de Rusia podría haber ilustrado la definición de 'paz' de un diccionario. Cuando acabó la canción, de una forma muy suave, cerró los ojos y sonrió.

La mayoría de las naciones aplaudió por mera educación. Algunos, como Polonia, Rumanía o Inglaterra, se negaron a hacerlo y se cruzaron de brazos. Entre el público hubo quien mostró su descontento. ¿Hacia la canción o hacia él? Rusia ni lo sabía ni le importaba, llegados a ese punto. Los sonrió a todos, tanto a los que le odiaban como los que le querían.

— ¡Gracias!—dijo, agitando una mano.

Abandonó el escenario por donde le indicaron.

— Buen trabajo, Sonja. Siento que te hayas llevado tú también los abucheos—dijo a su guitarrista, dándole un abrazo.

— Lo hemos hecho bien. Yo estoy contenta—dijo.

— Oh, sí.

Sonja se fue y Rusia iba a seguirla cuando se le acercaron sus hermanas.

— ...Hola, Rusia...—dijo Ucrania, sin mirarle a la cara.

— Oh. Ucrania. Hola. Cuánto tiempo—dijo Rusia.

— ...Ha sido una canción muy bonita.

— ¿Te ha gustado?

— Sí.

— Me alegro.

Ucrania y Bielorrusia intercambiaron una mirada. Rusia no tenía ni idea de qué estaba pasando.

— ...Supongo que querrás quedarte con tu equipo, pero...¿te importaría...que nos sentáramos contigo...para charlar?—preguntó Ucrania.

Rusia creyó por un momento que había oído mal. Esperó unos segundos para ver si decía algo más. Para asegurarse de si había truco o no. Parecía ser que no, aunque su hermana tenía una cara rara. De todas maneras, decidió arriesgarse.

— Claro.