Despertar de un sueño infinito

[Nota del autor: Advertencia si no te gusta el Kacchako ni ninguno de los personajes que se estarán mencionando dentro de este fic, tienes toda la libertad de no leerlo, pero no está bien que haya insultos en esta comunidad, llevemos las cosas bien, yo respeto tus ships y tu respeta mis ships nwn]

Capítulo 1: Viviendo con Uraraka

La noche había caído, haciendo que las luces de la ciudad iluminaran todo a su paso. Llegar de otra ciudad en tren había sido lo más agotador del día, aquella misión parecía interminable, pero al fin podía decir que se encontraba en casa. Aquel departamento se encontraba a oscuras, Kirishima parecía no haber vuelto aun, todo estaba en silencio. Dejo su maleta en la puerta de la entrada junto con su abrigo, en sus brazos se encontraba las heridas recientes de aquella batalla.

—Ya regresé a casa—Dijo más por la costumbre que por la saludar a alguien.

Prendió la luz del pasillo y la luz de la sala, ahí se encontraba, descansando plácidamente con sus mejillas regordetas abrazando aquella almohada que su madre le había dado por cumpleaños, suspiraba entre sueños, y no había notado la presencia de que había llegado.

—Cara de mochi—Dijo Bakugo acercándose a Uraraka—Oi cara de mochi despierta—Dijo un poco molesto el chico.

—Bakugo—La pesadez se escuchaba en las palabras de la castaña, se tallo un ojo mientras se incorporaba en el sofá.

—Cara de mochi ya volví—Bakugo le dio una leve sonrisa—Traje unos dulces para ti.

Bakugo había salido de la academia hacia casi dos años, y vivía con Kirishima desde hacía aproximadamente un año cuando los dos entraron a la misma agencia. Había cambiado bastante físicamente, su cuerpo era un poco más robusto y había crecido unos centímetros, sus facciones ya no eran las de un niño, sin embargo, Uraraka se veía igual que una señorita de 17 años, con su cara redonda y las mejillas sonrosadas, ella no había crecido mucho, Bakugo era aún más alto que ella.

—Me daré una ducha—Dijo Bakugo mientras iba a su cuarto.

Tomo un largo baño quedándose en la tina más tiempo de lo que acostumbraba, estaba realmente cansado y adolorido, las heridas aun no sanaban, pero después de esa misión tomaría una semana de descanso.

—¿Te divertiste? —Uraraka decía mientras estaba sentada en el piso del baño al lado de la bañera.

—Fue pesado—Dijo Bakugo mientras cerraba los ojos.

—¿Y cómo están los demás?—Uraraka metió la punta de sus dedos al agua caliente.

—Solo vi al nerd y a la chica extraña…como se llama…la que tiene lengua de rana—Bakugo lo decía más por lo cansado que de haberse olvidado de su compañera.

—¿Asui?—Uraraka rio un poco divertida.

—Si ella…parece ser que hay algo entre ellos, no lo sé no quise preguntar—Bakugo estaba realmente cansado.

—Me alegro por ellos…Deku…tiene que seguir adelante…

—Creo que es la primera vez que aparece en público después de un año…realmente fue difícil…sobre todo para el…

—Bakugo, ya volví, traje pizza—Desde la puerta del baño se escuchó a Kirishima hablarle.

—Salgo en un rato—Le grito Bakugo, había roto su momento de relajación.

—Quédate—Uraraka dijo con voz triste, pero Bakugo no respondió.

Salió poco después del baño, dejando a Uraraka dentro. Al llegar a su habitación coloco dos bolsas de dulces al lado de una fotografía de su generación. Ahí se encontraban todos felices, fue poco antes de la graduación. Después salió a comer con Kirishima, el chico se veía bastante alegre como siempre, le platicaba todas las cosas divertidas que había hecho y de que en esa ciudad no pasaba gran cosa así que los súper héroes hacían cosas cotidianas.

Al terminar los dos fueron a jugar videojuegos, pero Bakugo realmente se encontraba cansado, no aguantaba más, así que después de dos partidas fue a su habitación. La luz de noche no alumbraba bien la habitación, así que a duras penas pudo notar como Uraraka se encontraba en la ventana viendo hacia la calle, llevaba ropa deportiva, una playera sin mangas negras y pantalones deportivos. Estaba más atenta a la vista nocturna que a Bakugo.

—Tengo miedo y frio—Dijo casi en susurro.

Bakugo se sorprendió por esas palabras haciéndole volver memorias que no quería a recordar. Se acercó despacio a ella pero la chica no reacciono.

—Si vienes a la cama te protegeré—Bakugo hablo casi en susurro, y cuando Uraraka volteo a verlo esta traía los ojos cubiertos de lágrimas.

El rubio se dio cuenta de que desde que salió del baño había estado llorando. Sus mejillas rojas y los ojos un poco hinchados. La cabeza de Bakugo daba vueltas y escuchaba explosiones y gritos a su alrededor, quiso llorar también pero aguanto las ganas.

—Vamos a dormir cara de ángel—Se limitó a decir.

La luz de noche permaneció encendida del lado de Uraraka. Ambos en cama se daban la espalda, Bakugo sentía una impotencia y vio que las lágrimas brotaban sin ningún esfuerzo.

—Sabes—Escucho entre la oscuridad la voz de la chica—Siempre…quise darte un abrazo cuando estábamos en la escuela…pero tenía miedo de que me rechazaras…que rechazaras a alguien tan débil como yo.

—Tú que tienes de débil, cara de ángel—Bakugo dijo mientras con el dorso de su mano secaba sus lagrimas.

—Comparada contigo…soy más débil—Escucho la voz entrecortada de Uraraka, creyó que seguía llorando.

—Durante tres años me diste buena pelea…eras la única que no me temía y eras la única que se me enfrentaba…ni siquiera Mina lo hacía…y eso que es mi amiga—Bakugo se cambió de posición viendo al techo—Eras la única…a quien yo veía…

La noche cayó aún más y el cansancio hizo meya en el cuerpo de Bakugo hasta quedarse dormido. Como cada noche un lugar aparecía delante de él, destruido y gente corriendo por todos lados, el gritaba, pero su voz no salía, intentaba usar su poder pero no funcionaba. Despertó bañado en sudor, con los primeros rayos del sol atreves de las cortinas, todo había sido un mal sueño.

Intento volver a dormir, pero durante dos horas estuvo dando vueltas en la cama, pero tampoco se podía despertar del todo, abrió los ojos y Uraraka seguía en la misma posición que la noche anterior dándole la espalda.

—Bakugo—Kirishima abrió de golpe la puerta de la habitación de su amigo, tenían esa confianza para abrir las puertas.

—¡¿Que?!—Dijo de mal humor el rubio.

—Deje almuerzo en la barra de la cocina, y ¿Podrías por favor sacar a Gee a pasear más tarde? No volveré hasta muy noche por favor—Kirishima junto sus palmas en señal de pedir un favor.

—Está bien, pero si ese perro faldero se vuelve a ir, no lo voy a andar buscando—Dijo Bakugo aun de mal humor.

—Gracias, gracias, otra cosa te toca hacer la cena—No debió mencionar eso porque inmediatamente su amigo le lanzo una almohada.

Kirishima cerró la puerta de golpe dejando a un molesto Bakugo, poco después el rubio se sentó en la cama, observo por unos instantes a Uraraka quien se encontraba dormida aun, había llorado mucho la noche anterior, tal vez se sintió sola por que el no estuvo en la casa un par de días, pero ahora estaría una semana entera ahí.

Se levantó y calentó en el microondas lo que Kirishima le había dejado de comer, comió mientras veía la televisión dando las noticias de los disturbios de días anteriores, luego Gee le pidió de comer. Gee era un Hokkaido Inu que Mina le había regalado hacia relativamente poco a Kirishima, aún era un cachorro, así que era demasiado juguetón con ellos. Después de que le sirvió de comer, comenzó a lavar los trastes y sintió a la mitad de su espalda la cabeza de Uraraka..

—Me dejaste sola—Dijo con una pesadez en su voz

—Como no, si la señorita quiere estar en cama toda la mañana—Dijo con un tono de sarcasmo en su voz.

—Eres malo—Uraraka de vez en cuando soltaba un tono un tanto infantil.

—Tendré que hacer varias cosas el día de hoy, veré a la vieja bruja, y sacare a pasear al perro de Kirishima, ¿quisieras venir?— Kirishima no volteo en ningún momento.

—Solo a pasear con Gee—Uraraka se separó de él diciéndolo con una amplia sonrisa, Bakugo volteo a verla y se veía como cuando estaban en la academia.

En la tina Uraraka se encontraba en la misma posición que el día anterior afuera de la tina mientras remojaba sus dedos y hablaba con Bakugo.

—Katsuki…—Bakugo se sonrojo al decir esas palabras—Te pareces mucho a tu mamá.

—Por qué me comparas con esa bruja—Dijo Bakugo mirando al techo.

—Porque tienes los mismos ojos que ella.

Bakugo comprendió que todas sus pláticas serian de esa manera, algunas preguntas y otras ella siendo tan infantil como siempre, pero el siguiente comentario hizo que se pusiera a pensar en un futuro.

—Un día…también me iré…pero no lo hare…hasta verte completamente feliz.

—Cara de ángel quien dijo que no soy completamente feliz—Dijo Bakugo con un tono bastante serio.

—Si eres completamente feliz… ¿Que hago aquí?

Bakugo entendió lo que quiso decir, y un nudo en su garganta se formó inmediatamente.

—Soy feliz contigo—Uraraka lo vio y le sonrió con aquella sonrisa que la caracterizaba.

Después se preparó para visitar a su madre. Mientras caminaba por la ciudad veía por las calles a chicos más jóvenes que el con su uniforme de la academia, los veía entusiastas por un mañana. Esa caminata lo hizo sentir realmente solo con un nudo en el pecho.

Al llegar a casa de sus padres, su madre por alguna extraña razón se veía bastante animosa, le preparo sus platillos favoritos y pasaron una tarde agradable. Desde que comenzó su vida como héroe profesional su madre así lo había empezado a tratar.

—El otro día me encontré Inko, y dijo que Izuku volvió a trabajar, casi después de un año de rehabilitación—Su madre dijo bastante feliz.

—Sí, de hecho, la misión a la que fui, estuvo ahí conmigo—Katsuki dijo mientras tomaba del café que su madre le había dado.

—Pobre Izuku, aquella pelea le hizo mucho daño—Su madre dijo con un aire de tristeza.

—A todos…pero más a el—Mitsuki sonrió al ver que su hijo por fin sentía un poco de empatía hacia las demás personas.

—Espero que pronto encuentre a alguien que lo haga feliz—Mitsuki bebió un poco de café—Y tú también, quiero cinco nietos—La madre de Katsuki rio bastante divertida.

—¿Y tú los vas a mantener?—Bakugo dijo un poco mal humorado.

—No solo seré la linda abuela que los consiente mucho.

—Serás con ellos lo linda que no fuiste conmigo bruja—Dijo Bakugo bastante malhumorado.

Mitsuki solamente rio divertida por los comentarios que hacía.

Al volver de casa de sus padres se encontró a Uraraka sentada en el sofá, y a Gee observándola fijamente.

—Es hora de un paseo—Bakugo dijo pero el perro no le hacía mucho caso—Perro tonto, vamos afuera.

Bakugo fue por la correa del perro, una botella de agua que Kirishima le había comprado y unas bolsas, vio como Uraraka lo veía todo el tiempo.

—Vamos a pasear a este pulgoso—Dijo algo molesto por sacar a Gee.

Llegaron a un parque al atardecer, y se sentaron en una banca mientras el perro jugaba cerca, en todo el camino no hablaron para nada, tan solo se veían de vez en cuando, Bakugo veía que Uraraka se veía completamente feliz.

—Ka…tsu…Ki…Kun—Alguien de voz chillona le había tapado los ojos mientras decía su nombre de pila.

—Quien quiera que sea lo matare—Dijo con el peor genio del mundo, pero poco después se calmó al sentir contra su espalda uno pechos blanditos.

—Tontito soy yo—Al descubrirle los ojos por un lado vio a una chica casi rubia de bonito rostro mientras le sonreía.

—Ah eres tú—Dijo sin muchos ánimos al ver a Camie

Tenía muchos meses de no verla, a pesar de que era un año mayor que él se veía aún más hermosa que cuando estaban en la academia, la chica se sentó junto a él, llevaba una falda larga lila y una camisa blanca, pareciera como si uno de sus botones pidiese ayuda para no ser lanzado al espacio exterior. Volteo a buscar a Uraraka pero ella no se encontraba.

—¿A quién buscas? —Pregunto la chica a su lado.

—A…nadie—Bajo la mirada Bakugo sintiendo un poco de vergüenza.

—Te vez un poco triste cuéntale a Camie nee lo que te ocurre—La chica se veía tan burbujeante como siempre.

—No pasa nada—Bakugo reacciono con lo que dijo Camie —Y no eres mi hermana—Dijo algo molesto.

—Ara, ara parece ser que tu buen sentido del humor no ha cambiado para nada—Camie sonrió, un minuto después Gee se encontraba paradito en dos patitas sobre las piernas de Camie —¿Y este encanto?, No me digas que ahora compraste un perro para poder atraer chicas—La chica dijo pícaramente mientras acariciaba al pequeño Hokkaido Inu.

—No, es de un amigo, lo saque a pasear en lo que llega del trabajo—Bakugo veía como la chica se divertía mucho con el cachorro provocándole cierto sonrojo.

La chica lo volteo a ver con curiosidad.

—Inasa quiere hacer una fiesta de navidad, ya invito a Shoto kun y otros más, Inasa le dijo a Todoroki que te avisará —Camie le sonrió.

—No me ha dicho nada ese mitad y mitad—Menciono con un tono un poco más amable de lo que Camie estaba acostumbrada.

—Tal vez por qué lo dijimos ayer—Camie seguía igual de sonriente que siempre—¿Vendrás?

—Tal vez—Fue una respuesta seca por parte del rubio.

—Puedes venir con quién quieras, entre más mejor, no importa si es una chica, no soy celosa—Camie le sonrió muy coqueta haciendo que Bakugo se sonrojara.

—Cállate tonta—dijo mal humorado, esa batalla la había ganado Camie — Gee vamos.

Bakugo tomo la correa del perro y se levantó dándole la espalda a la rubia.

—Te avisaré.

La chica sonrió sin que él la viera, para después el rubio marcharse. Durante todo el camino no se encontró con Uraraka, creyó que se había puesto celosa y por eso se había ido. Pero al llegar a casa se encontraba de pie en las escaleras del departamento.

—Estas aquí— Dijo Bakugo con una ligera sonrisa.

—Te esperaba—Ochako le dio una gran sonrisa, demostrándole que así sería todos los días.


Hola mis estrellitas , espero que les guste este fic, este "Kachako" les juro y les prometo que no será el típico rosa ni el típico de amor. Este fue mi primer kacchako que escribí, ya tiene sus años guardado en el baúl de los recuerdos, espero que les guste. Los estaré leyendo