Él nunca fue alguien vengativo, pero la venganza sonó muy bien cuando en una visita sorpresa descubrió a su hermano en la habitación de Felicia apestando a alcohol y sexo.

Ella se acostó con su hermano antes que con él. Él quien juró de niños nunca hacerle daño tuvo sexo con su novia.

Ludwig no dijo nada, no rompió con Felicia ni confrontó a Gilbert. Continuó como si nada pasara, urdiendo en secreto un plan para causarles el mismo dolor que le provocaron.

Decidió que la mejor forma de herirlos era usar a Chiara:

La hermana de Felicia, el amor imposible de su hermano.

Felicia apenas habla con su hermana, Gilbert tuvo otro amor imposible antes.

Y él nunca le había caído bien a Chiara, así que no sería difícil ser indiferente a sus sentimientos, bien podría ser otra persona de la cual vengarse.

Se sorprendió de lo fácil que fue enamorar a la chica gruñona.

Se sorprendió aun más que acabara enamorándose de ella.

Cuando Felicia los descubre en la habitación de su hermana, Ludwig se siente profundamente culpable, aunque no ha hecho más que abrazar a Chiara, pero no es culpa hacia Felicia o su hermano.