ARREPENTIMEINTOS Y REPARACIONES

El silencio reinó con absoluta certeza en el cielo nocturno que embargaba el frondoso bosque a su alrededor, sus pasos sonaron con una escalofriante claridad ante el mutismo de cualquier señal de vida en el aterrador lugar que representaba una esperanza para escapar de la sombra que acechaba con un placer sádico para la experimentación en mutantes. Cada movimiento desesperado en su huida era inconexo, disperso y torpe, las ramas de los árboles golpeaban con fuerza en su prisa por escapar, la poca atención que prestaba a su entorno solo ralentizaba su misión de alejarse de Mr. Siniestro, la risa del mutante aún sonaba en sus oídos y sus extremidades débiles se tambaleaban con la poca fuerza que le quedaba.

Un solo pensamiento desesperado en su subconsciente, tenía que escapar.

El dolor fantasma recorre sus huesos y un temblor involuntario asaltó su forma debilitada, la palidez presente en su piel era incluso más notoria, dando una vista realmente tétrica a las cicatrices que recorrían su cuerpo. Sus pies descalzos tropezaron con la fauna que rodeaba la zona, los orbes blanquecinos que poseía por ojos examinaron sus alrededores con pánico puro, un sentimiento que no poseía ningún filtro e invadía todo su cuerpo. La oscuridad se cierne sobre su persona, el reflejo de los colmillos brillando en una sonrisa que había aprendido no presagiaba nada bueno. Sus propias acciones no pudieron tener sentido, dominado por un deseo de alejarse, impulsó su cuerpo hacia atrás y volvió a intentar marcar distancia.

"¿Qué pasa Morph?... Aún no hemos terminado". El rojo brillo en la frente del científico, las palabras quedaron atrapadas en su mente, y la risa de Mr. Siniestro solo se hizo más fuerte ante el pánico visible en los ojos de su nuevo proyecto por su actual declaración. Morph dejó escapar un sonido adolorido en lo profundo de su garganta, una mano fuerte se dejó caer en su hombro y los dedos ajenos apretaron con tanta fuerza como para marcar la piel expuesta. Por un momento, el fuego ardió en la mirada blanca de Morph, brillando en un acto de rebeldía contra el verdugo que disfrutaba en torturar al abandonado miembro de los X-Men, sus puños se apretaron con desesperación y busco la satisfacción de asestar un golpe al otro mutante.

Su puño hizo contacto con la grisácea piel, pero el dolor solo acompañó su extremidad, sus nudillos habían conectado con la mejilla ajena y, aun así, la expresión del hombre de ciencia no había cambiado, no había muestra de dolor o el más mínimo asombro por sus recientes acciones. Sus dientes se apretaron con la frustración reprimida por no poder defenderse a pesar de su anterior entrenamiento como X-Men, un grito desgarrador salió de su garganta y rasgó sus cuerdas vocales en un lamento mientras empujaba su resistencia, su cuerpo ondulaba en distintas transformaciones en una secuencia rápida, mutantes que había conocido y de los que ahora buscaba su fuerza.

La situación no duró mucho.

El impulso de adrenalina murió rápidamente, su mutación inestable antes las torturas a la que fue sometido.

"Vaya decepción… Llévenlo al laboratorio, me encargaré después". Escucho cada palabra, el pedido fue pronunciado en la intimidad del bosque, un susurro para los sirvientes que esperaban en la penumbra. El puño de Morph fue sujetado en un agarre que hizo crujir sus huesos, un gesto casual pero firme que lo mantenía bajo el control del mutante más fuerte. Fue solo un segundo pero las palabras dichas perforaron en su cráneo, la comprensión llegó, y no tardó en darse cuenta de las presencias que los rodeaban, nuevas manos lo sujetaron, su cuerpo fue empujado hacia la tierra sin el más mínimo cuidado. Su cabeza se levantó del suelo solo un poco, lo suficiente para ver a Mr. Siniestro comenzar a alejarse, su boca se abrió con la intención de gritar maldiciones al hombre que odiaba, pero su intento fue detenido por un puño golpeando fuertemente su cabeza.

Antes de caer en la inconsciencia pudo escuchar el comienzo de la risa de los Nasty Boys.

Despertó con una sensación de vértigo.

Su lengua se sentía pesada en su boca, un fuerte dolor golpeaba su cabeza con confusión y cansancio, un gemido salió de sus labios mientras el mundo giraba a su alrededor en una letanía de desorientación, somnolencia y fatiga. Sus ojos se abrieron después de unos minutos, el mundo aún en movimiento lo confundió hasta que la realidad azotó con fuerza cada razonamiento en su mente, el indicio de una conmoción cerebral aún presente ralentizando los procesos de pensamientos en su cerebro, pero no liberando la sensación de peligro que recorría todo su cuerpo.

Su mirada se situó en la tierra debajo de su propio ser, el blanco de sus ojos se abrió con desesperación cuando captó las botas oscuras que entraban en su rango de visión en cada segundo. Su rostro se ladeo lo suficiente para ver el largo cabello rosado y el rostro del sujeto que lo llevaba de regreso a su centro de tortura, lo reconoció rápidamente como uno de los Nasty Boys, Ruckus. El brazo que lo sujetaba se apretó con más fuerza una vez que el mutante de cabello rosado lo sintió moverse, su desesperación aumentó y sus movimientos erráticos desequilibraron a su enemigo lo suficiente para que su cuerpo cayera del agarre ajeno.

Morph tardó unos segundos en orientarse.

El mareo y las náuseas aun atacaban como la consecuencia más probable del golpe en la cabeza, aun así, busco la fuerza que no sentía y se impulsó a levantarse tan rápido como pudo, una veloz inspección de los alrededores reveló la falta de Mr. Siniestro en el lugar, la fría calma cayó sobre su estresada figura y relajo los nervios que había sentido desde el momento en que escapara de la guarida del científico. Morph no se demoró en pensar más sobre la situación, empezó una carrera para alejarse de los otros mutantes en la zona, mientras era seguido e inevitablemente atacado por el grupo de secuaces de Siniestro.

Su huida siguió sin detenerse a examinar su entorno.

Morph no sabía cuánto tiempo estuvo corriendo, ni en qué dirección, pero en el momento que los árboles empezaron a escasear y el bosque se convirtió en una explanada de campo abierto supo que tenía que pensar rápido. Se quedó de pie, sus ojos inspeccionaron la zona, el cielo nocturno se alzaba ante ellos y la luna brillaba en la inmensidad del cielo como único testigo de su desesperación, a lo lejos, el sonido del mar rompiendo con las olas atrajo su atención y volvió a retomar la marcha antes de que su persecutor lo alcanzase.

Sus pasos se fueron haciendo más lentos cuando la tierra encontró su fin, al borde de un acantilado que conducía a una gran extensión de agua que azotaba con fuerza contra el muro de roca en el que se encontraba. Su garganta se movió en un ruido estrangulado, el miedo a la caída abarcó todo a su alrededor, mientras que a una distancia cada vez más cercana se podía escuchar las amenazas y promesas de dolor en cuanto volviera al laboratorio de Mr. Siniestro.

Tal vez fuera la conmoción que no permitía que pensara adecuadamente, o la simple certeza de que estaba a un paso de ser libre, pero no tomó más que un abrir y cerrar de ojos para que Morph decidiera saltar.

De todos modos, si había sido abandonado, Morph tenía que buscar la manera de salvarse a sí mismo.

Aun así, el último pensamiento que inundó su mente antes de caer al agua fue lo mucho que extrañaba a sus amigos.

En especial a su mejor amigo.

Extrañaba a Logan.

Mr. Siniestro estaba satisfecho.

Sus labios tiraron de su piel en una sonrisa, una expresión de felicidad y regocijo por hechos que para muchos podrían ser tachados de inmorales, pero para él, un científico consumado desde el siglo XIX, no eran más que avances que la evolución seguía escribiendo en la genética de la humanidad con cada generación de mutaciones. El recuerdo de años anteriores, donde sus teorías fueron descartadas y ridiculizadas por la comunidad científica no logro agriar su estado de ánimo, no fueron más que desencadenantes para lo que era ahora, donde el impulso de su investigación le llevó a descubrir infinidad de mutaciones, conocerlas, estudiarlas, potenciarlas y obtenerlas sin importar las consecuencias.

Porque, ¿Qué es la moral?, nada más que el entendimiento del bien y el mal, algo que varía de persona en persona y en ocasiones nubla el juicio de los seres y los limita.

Simplemente patético.

El rojo en la mirada de Mr. Siniestro fue a sus actuales experimentos, en sus muchos años, ya había tratado con distintos cambiaformas, recordaba a algunos con cuerpos como plastilina, y otros con habilidades tan variadas, fascinantes en cada una de sus peculiaridades que hacían a sus mutaciones únicas, impresionante en verdad. Volviendo al presente, el interés de Siniestro se situó en las muestras de sangre que había recolectado algunas horas atrás, la mutación del joven cambiaformas que había pertenecido a los X-men era interesante, tenía muchas posibilidades en su perspectiva, solo era cuestión de alterar a su espécimen, y no había alguien que conociese el ADN mutante mejor que él.

Además, Morph era uno de sus muchos proyectos favoritos.

Lo había sido por mucho tiempo.

Siniestro rememoro la sencilla labor de recuperar un cuerpo del campo de batalla, una acción absurdamente fácil para la experiencia del científico con cadáveres, experiencia adquirida en sus primeros años en esa rama de la ciencia, cuando aún utilizaba el nombre de Nathaniel Essex, y buscaba cómo probar sus muchas teorías sobre la mutación. Ahora bien, si sacar el cuerpo dañado de Morph de ese territorio custodiado por humanos y Centinelas en el caos subyacente a la llegada de los X-men fue fácil, realizar los procedimientos necesarios para mantener con vida al mutante fue significativamente más complejo, después de todo, ¿Que es un reto como este?, sino el desafío a toda lógica escrita en las leyes de la vida y la muerte.

Pero, como todo procedimiento científico, siempre existe el ensayo y error, un proceso válido para obtener conocimiento.

Lástima que eso dañase a su espécimen.

Afortunadamente no todos los errores son difíciles de manejar, y en su extensa sabiduría se concentró en poder controlar la mente fragmentada del cambiaformas, donde su personalidad se habría visto dividida entre el odio por el abandono y la lealtad a sus amigos. Influir en cada pensamiento fue fácil, pero con el tiempo verlo adquirir una resistencia a su intrusión mental fue trayendo más interés y generando nuevas ideas para proyectos genéticos como los que ya tenía avanzando lentamente.

Curioso, muy curioso.

Ahora bien, la curiosidad es un fuerte impulso para la ciencia, uno de los factores definitivos para tomar la decisión de avanzar y dar una ayuda a la evolución. Para él, sin su constante intervención y estudio en la mutación, lo único que se lograría es un mundo que limitaría el progreso de su especie, porque una sociedad sin su sed para los conocimientos solo traería la desaparición del desarrollo, futuros infinitos de desesperación y atraso que generarían la extinción como especie de los mutantes y la soberanía del homo sapiens menos evolucionado. Mr. Siniestro siempre había buscado el avance genético que las mutaciones pueden lograr, el culmen del poder generado de manera natural o artificial.

Razón por la cual, nunca había tenido límites.

No le había tomado mucho desenterrar los pesados archivos que había construido sobre los cambiaformas, releer sus viejas notas y sopesar la información que en siglos pasados había obtenido, fascinante en muchos niveles. La experimentación llegó poco después, una vez que sus manos se vieron libres de otros proyectos y encontró el tiempo necesario para dedicar su atención al joven X-men, fue allí donde los intentos de escape del mutante se habían intensificado.

Mr. Siniestro no podía soportar pacientemente las ilógicas interrupciones que se generaban, cada inútil intento de salir de sus dominios y volver al mundo del que había sido separado. Los minutos pasaron lentamente mientras esperaba la llegada del cambiaformas, había ordenado a Ruckus que trajera al mutante mientras él preparaba su laboratorio para la siguiente fase de las investigaciones. Sus dedos jugaron con las jeringuillas dispuestas en una mesa, su mirada inspeccionó la habitación y asintió ante las nuevas medidas de seguridad que había implementado para impedir otro escape.

La tranquilidad fue interrumpida por la incompetencia de sus subordinados.

El enojo era inconfundible en su rostro, sus movimientos rápidos en cada paso que avanzaba con la capa ondeando en su estela, el rojo en su frente brillo con la intensidad furiosa de mil soles, su propia habilidad psíquica buscando al joven mutante, y aun así no pudo encontrarlo. Los rasgos en su rostro se relajaron, una extraña calma que no había estado allí antes y que solo era más perturbadora que sus propias expresiones, sus pasos volvieron a hacer eco en los pasillos del castillo que habitaba, pero esta vez a un ritmo mucho más lento y pausado.

En lo profundo de sus pensamientos, el hecho de que no se molestaría buscando a Morph era una certeza, no perdería el tiempo rastreando a un mutante cuando sabía a dónde iría, eso solamente sería una pérdida de tiempo. En los momentos que había tenido cautivo al cambiaformas había aprendido mucho de su dividida mente, y aunque el dolor de su abandono era fuerte, el anhelo por volver con lo que consideraba familia era aún mucho más intenso.

Solo tendría que esperar.

De todos modos, tenía que ir por los X-men, y hasta entonces, la clon de Jean Grey podría encargarse de todo.

Logan estaba confundido.

Su rostro se arrugó, sus cejas se juntaron en un ceño fruncido mientras su olfato se movía captando los más mínimos cambios en el ambiente, había algo, un olor familiar que era traído por el viento de la noche y el cual distraía su atención de la Jean que había llegado hace solo unos momentos. Sus ojos fueron a estudiar la forma dormida de la joven, a lo lejos podía escuchar a sus compañeros discutiendo sobre la veracidad de la identidad de su compañera de equipo, el enojo y la desesperación comenzando a atacar en la principal afectada por la reciente situación.

La frustración inundó su propia persona, sus músculos se tensaron e imperceptiblemente para los otros mutantes un gruñido surgió de lo profundo de su garganta, se movió de un lugar a otro como una bestia enjaulada captando la atención de los demás miembros de los X-men. No dijo una sola palabra y nadie se atrevió a interrumpirlo, la escena solo duró unos segundos, pero fue suficiente para alterar el ambiente de tensión entre Jean y los demás, los cuestionamientos comenzaron a llegar, pero los ignoró a favor salir al patio principal.

Ya no podía mantenerse en el interior de la mansión.

Logan sabía que era un animal, una criatura de instintos y un ser solitario, pero en ese equipo había logrado encontrar una familia, un propósito y verdaderos amigos, si tuviera que explicarlo, esto sería lo más cercano a una manada, pero hubo un momento hace muchos años que sintió que todo se venía abajo y eso fue la pérdida de un compañero invaluable para el equipo. En sus muchos años de vida había cometidos errores, hubo situaciones peligrosas y enemigos aún más implacables, pero aun así siempre había podido sortear las dificultades, hasta que su ímpetu por la batalla no fue suficiente, su propia determinación eclipsada por la implacable garra del destino cerniéndose sobre sus existencias.

Cuando su impulsividad le había costado la vida de su mejor amigo.

En ese entonces, su ira había sido implacable, furia que ocultaba el dolor que lo embargo con tanta intensidad que sintió que una parte de su vida desaparecía con la muerte de la única persona que fue capaz de hacerlo reír. El recuerdo del funeral simbólico que se celebró en la mansión fue algo que Logan nunca olvidaría, la culpa lo había carcomido cuando no fue capaz de encontrar el cuerpo de su amigo para llevarlo de regreso a su hogar. Durante muchos días el profesor Xavier mantuvo su atención en su comportamiento, hubo momentos en los que deseaba estar solo y otros en los que su animosidad con Scott escalaba a un nuevo límite, pero también rememoró que habría noches en las que se escapara de su habitación solo para emborracharse frente a una tumba vacía en el silencio sepulcral de la noche.

Dicen que el tiempo cura las heridas, pero para Logan ese concepto es inútil, vano e innecesario, el dolor en lo profundo de su pecho nunca se fue, simplemente aprendió a vivir con él, un incentivo para permanecer con los X-men, donde puede marcar una diferencia, y en algún modo, vengar a su amigo. Ahora bien, él nunca ha sido una persona sentimental, sus emociones siempre están guardadas en lo profundo de su ser, y olvidadas para no pensar en ello, pero esta noche, este día donde una segunda Jean Grey apareció en su hogar, y la frágil tranquilidad de todos se ve amenazada con la incertidumbre del futuro, Logan no puede dejar de pensar en el pasado.

Extraña a Morph.

Y tal vez, es por eso que su memoria le juega una mala pasada, porque hace solo unos momentos dentro de la escuela, de pie junto a la ventana había sentido nuevamente el aroma de su amigo. No era lo mismo, y él sería el primero en señalar la imposibilidad de la situación, pero el viento había llevado hasta su nariz un aroma que rezuma dolor, ira y desesperación, sentimientos que eran peligrosos, pero debajo de todo ello, había algo penetrante, fresco y reconfortante que embriagaba sus sentidos. El animal en su interior se entusiasmó por el solo hecho de captar el perfume cautivador que evocaba la naturaleza, el olor que viene con la primera lluvia después de una temporada de sequía y la casi imperceptible dulzura de la fruta recién cortada.

Era tan diferente a todos en la mansión.

Y al mismo tiempo tan conocido por sus sentidos.

La última vez que sintió ese aroma, fue superpuesto por el fragor de la batalla, el olor a pólvora que llevaban sus enemigos y un grito que siempre escucharía en sus pesadillas como un doloroso recuerdo que se había estampado en su memoria, un llamado para que él tenga cuidado con su propia vida, cuando debió proteger la vida de Morph. Perdido en sus pensamientos, sus pasos lo llevaron como un imán hacia el origen de la fragancia que solo sus sentidos mejorados por su mutación podían captar, su nariz se movió un poco más, distantemente era consciente de que se había alejado de la estructura que era la escuela, y empezó a seguir la carretera que dividía los terrenos del profesor de un bosque colindante.

No tuvo que avanzar mucho.

Sus ojos se fijaron en una figura tendida en el suelo, solo a algunos metros de distancia, su rostro se endureció y caminó con cautela hacia el individuo que no podía reconocer, acecho como un animal cazando a su presa, sus garras se desenvainaron de su piel, en un ansía protectora para con la familia que esperaba en la escuela. Un gruñido salió de lo profundo de su garganta, pero se detuvo cuando estuvo a solo unos pasos del mutante, su cuerpo se inclinó y su rostro se acercó más a la figura caída, fueron unos minutos de absoluto silencio donde su cerebro asimilaba y asociaba el olor con el recuerdo aún fresco del rostro de su amigo.

Sus labios se separaron, y murmuró en un silencio pesado el nombre del contrario, sus oídos podían captar el constante latir de un corazón, y sus ojos no dejaban de observar el subir y bajar del pecho de Morph en respiraciones lentas. Una rodilla tocó el suelo, sus brazos fueron a voltear al inconsciente X-men, su mente en blanco por la conmoción no proceso sus propias acciones, su cuerpo buscó la cercanía ajena acunando la delgada figura de su amigo en sus brazos. Lo primero que sintió fue el frío en la piel ajena, observó con total atención que lo único que llevaba Morph era unos pantalones delgados, alguna clase de tela que fue amarrada de manera improvisada para cubrir su torso desnudo.

El rostro distinto no lo sorprendió.

Logan siempre podría distinguir a Morph por su aroma.

No sabía cuánto tiempo pasó, pero su mente se calmó significativamente, tanto como para que miles de preguntas asaltaran sus pensamientos con interrogantes sin respuestas, al menos por ahora. Se puso de pie, maniobrando cuidadosamente su preciada carga mientras lo acomodaba en sus brazos, la cabeza del contrario descansando en su hombro, su agarre se apretó para confirmar la realidad de la situación, y no un sueño desesperado por volver a ver al perdido miembro del equipo.

El camino a la escuela fue lento, pero las luces que aún brillaban a través de la ventana le dijeron que las discusiones aún no habían acabado, y el problema de las dos Jean Grey, seguía en discusión. Su voz se dejó escuchar antes de llegar a la puerta, el mismo sería consciente de que su voz sonaba desesperada, pero al mismo tiempo, cada palabra transmitía una extraña alegría que no sentía desde hace mucho. La puerta no tardó en abrirse, pero no había nadie detrás de ella, una rápida inspección confirmó sus sospechas, la mano de Magneto estaba levantada en su dirección, sin prestarle atención y aun manteniendo una conversación con algunos de los presentes en la estancia.

Ambas Jean Grey no se veían por ninguna parte.

"Hank…". Sus palabras murieron mientras ingresaba al lugar, lo único que pudo pronunciar fue el nombre del científico antes de que su voz cesará sin poder encontrar una explicación adecuada para lo que estaba pasando. Su silencio fue sinónimo de preocupación casi instantáneamente, las miradas se dirigieron hacia su persona y la carga que llevaba en brazos, el gigante azul fue el primero en reaccionar e instarlo a mover a su amigo a uno de los sillones desocupados, ahora libre al haber trasladado a la inconsciente Jean a la enfermería. A Logan le cuesta desprenderse de Morph, gruñe y muestra los dientes en una amenaza incesante, durante todo el examen silencioso que realiza Bestia, Logan no aparta la mirada de las grandes manos azules.

El primero en hablar es Magneto, el papel de líder se desliza como una segunda piel en el controlador del metal, sus ojos nunca han dejado de mirar a Logan, y su ceño se ha fruncido tan profundamente que parece que está a segundos de romper algo. El cuestionamiento sobre la procedencia de su nuevo invitado es lo primero que sale de sus labios, y la respuesta no tarda en llegar por parte del propio Logan. "Es Morph, no sé qué está sucediendo, pero no me equivoco… su olor es inconfundible". La declaración solo trae reacciones diversas; apoyado contra una pared y viendo todo desde lejos, Gambito suelta una serie de maldiciones en francés que Logan ignora, Bestia tararea un asentimiento como reconocimiento a su declaración, Bishop murmura sobre no haber escuchado de estos hechos en el futuro, mientras que Scott y Rouge le dedican una mirada, aun cuando no puede ver los ojos de Cíclope, sabe que la culpa está arraigada en su mirada, en cambio, hay algo triste y condescendiente en los ojos de Rouge.

Logan los ignora a ambos.

Él no se equivocaría con esto, es su amigo.

"Los análisis demuestran la veracidad de tus palabras Logan, pero…"

"Entonces… ¿En verdad es Morph, dulzura?"

"Para de gruñir Logan… Hank, ¿Tus resultados son definitivos?, no podemos correr riesgos, por lo que tengo entendido ha estado muerto mucho tiempo"

Las voces siguieron y siguieron hablando, palabras incoherentes que nadaban en la superficie de su conciencia, el dolor en su cuerpo volvió azotando con fuerza y un gemido escapó de sus labios resecos, su rostro se contorsiono en una mueca, sus manos se apretaron a lo que tenía más cerca moviéndose en la superficie en la que estaba recostado. Algo, no alguien estaba a poca distancia, podía sentir los ojos puestos sobre su forma debilitada, su mirada desenfocada se centró en la figura frente suyo, era Logan.

Una risa seca y sin humor rompió sus gemidos dolorosos.

Estaba demasiado cansado para esto.

El primer pensamiento coherente que atravesó su mente fue la certeza de que había sido atrapado por Mr. Siniestro, el rostro que lo miraba exudaba preocupación, una agradable fantasía que sabía no era real. Durante su estancia con el científico había sufrido muchas alucinaciones similares, nunca eran algo real, y cada uno de esos sueños no hacían más que torturarlo con una falsa sensación de seguridad para después abandonarlo, siempre lo dejaban solo.

Una cruel broma del destino en su opinión.

Y siempre despertaba con la risa de Mr. Siniestro.

Las punzadas de dolor que recorrían sus nervios por las torturas que se le infringieron en nombre del placer sádico de su captor se detuvieron, una sensación de entumecimiento recorrió sus extremidades y un suspiro salió de sus labios entreabiertos, sus ojos nuevamente cerrados se abrieron para volver a vislumbrar el rostro de Logan. El blanco de su mirada se encontró con el iris azul de su antiguo amigo, una mano grande apretó la suya en mudo apoyo, pequeños murmullos se escucharon, y sus ojos fueron a los integrantes de la habitación.

¿Que?

¿Por qué estaba con los X-men?

Sus labios se apretaron en una línea, su mirada estaba puesta únicamente en la escena, las náuseas surgieron en la boca de su estómago, y estuvo a punto de decir algo, cuando todo se movió como si los indicios de un terremoto empezaran. Desde su posición pudo escuchar un gruñido proveniente de Logan, antes de que su cuerpo se viera sujetado por el contrario de manera protectora. Un breve vistazo a la zona demostró que la acción de Logan fue la correcta, el suelo se movía y las paredes se resquebrajaban, en poco tiempo el escenario que albergaron fue de un infierno literal.

Simplemente fantástico.

No puede creer que su suerte lo traiga al mismo hogar de las personas que lo abandonaron, Morph no quiere estar aquí, ellos quieren irse, buscar algún lugar solitario y planear una venganza adecuada para aquellos que lo olvidaron tan fácilmente, pero al mismo tiempo, la sola idea de desaparecer en la soledad hace que su estómago se revuelva con náuseas, ellos no quieren estar solos. Logan lo mantiene sujeto, no hay manera de soltarse de los brazos ajenos, mientras Wolverine se mueve entre los inminentes ataques con una precisión abismal ante las criaturas salidas de pesadillas. Su boca se siente seca, el resentimiento y la envidia bullen lentamente de su ser cuando es testigo de la coordinación con la que pelean sus antiguos amigos.

No lo necesitaban.

Y duele darse cuenta de eso.

Morph sabe en lo profundo de su alma que ellos no tienen la culpa, la decisión fue lógica, el bien de todos sobre el de una sola persona, pero eso no quita los años de dolor, la soledad que arde en lo profundo de su ser, y el terrible miedo a volver a ser abandonado. Una de sus manos se desliza por su pecho, apenas cubierto por la improvisada tela que robo en su escape por las calles, las yemas de sus dedos hacen contacto con piel arrugada, abultada y oscurecida, no es difícil imaginar la gran cicatriz que adorna su cuerpo en el lugar donde los Centinelas lo golpearon.

Un recordatorio de su propia incapacidad para poder protegerse.

Sus ojos se cierran, llena sus pulmones de aire y lo suelta en una exhalación superficial que tiene como objetivo calmarlo, ellos luchan a través de una infinidad de emociones que abarcan su mente destrozada, todas y cada una de ellas en conflicto con lo que desea. "Logan…". El nombre ajeno es apenas un susurro, pero el mencionado centra su atención mientras sigue alerta de los acontecimientos que los rodean. Las palabras no salen de su garganta, hay muchas cosas que quiere decir, y ninguna parece la correcta, la incertidumbre cesa con el rugido atronador de un ente extraído de sus propias pesadillas.

Un Centinela monstruoso, huesos esqueléticos por rostro y el fuego del infierno lamiendo su silueta.

Por sobre el escándalo que genera la aparición, una promesa es susurrada con firme convicción.

'Nos mantendremos juntos, no te volveré a dejar'

A pesar de la situación, Morph cree en esa promesa.

Morph cree en Logan.

Era temprano en la madrugada cuando la precaria paz se hizo presente en la mansión que fungía como escuela para jóvenes mutantes, aún así, el caos generado por la Goblin Queen aún estaba presente en cada uno de los miembros de los X-men. Sus propios hombros estaban tensos con la adrenalina de una pelea en ciernes, en su último enfrentamiento habían sido salvados por Jean, la Jean real, mientras que el misterio de la aparición de la clon se desvelaba, ahora, la enfermería estaba abarrotada con todos los miembros del equipo, la confusión reinante en los que no habían conocido a su actual villano. La voz de Scott fue firme al momento de hablar de la condición de su esposa y el papel de Mr. Siniestro en el desastre que se había orquestado para que el científico pusiera sus manos en el hijo de la pareja, la explicación solo trajo más preguntas y Logan gruño ante la situación, podía oler el miedo palpable a lo que podría hacer ese enemigo en particular.

Ya habían luchado contra él, sabían de lo que era capaz y no era bonito.

No, Mr. Siniestro era implacable y cruel, un científico que no tenía escrúpulos y mucho menos decencia a la hora de realizar sus experimentos, sus dientes crujieron por lo fuerte que los apretaba, su mirada se dirigió a Cíclope y la inconsciente Jean, a pesar de que no le agradara Scott, lo respetaba en algún nivel como líder y amigo, por eso, lo ayudaría a recuperar a su hijo. Por otro lado, con todo lo ocurrido, no se había detenido a pensar en Jean, la mujer que amaba había sufrido mucho, nadie sabía en qué momento había sido reemplazada, y eso solo pondría en duda su relación con su supuesto marido, extrañamente eso no trajo esperanzas a su corazón.

En algún momento había llegado a la conclusión de que su amor por la pelirroja nunca sería correspondido. No, parecía una constante universal que Jean y Scott eran una pareja ideal, y a pesar de todos los problemas que habían sufrido, no dudaba que volverían a estar juntos. Aun así, con estos momentos para pensar, llegó a la decisión de que Jean era su amiga, la amaba y la protegería frente a cualquiera, pero mirando a ambos no sintió celos o el deseo de ser reconocido por ella como había ocurrido antes.

Lo que sentía era muy distinto.

Ahora, a riesgo de sonar sentimental Logan tuvo que admitir que había nuevos sentimientos que hacían que su corazón se acelerara y la alegría surgiera en su persona, algo que hace mucho no sentía, y que había enterrado con la pérdida de su mejor amigo. El amor puede ser difícil, y en una persona atrofiada emocionalmente, cuyo mecanismo de defensa es ignorar todos y cada uno de sus sentimientos, no se puede esperar que haya explorado lo que verdaderamente sentía por Morph antes de su supuesta muerte.

Darse cuenta de ello dolió.

El azul en sus ojos se movió hacia el origen de la maraña de emociones que lo rodeaban, vislumbro la figura encorvada de Morph, su amigo había estado muy callado durante algunos minutos, y todo en su instinto le decía que debía estar allí para ellos. Una de sus manos se posicionó en el hombro ajeno en señal de apoyo, un tenue ronroneo salió de lo profundo de su pecho e incentivó a su compañero para que se acercará más a su lado.

Logan había extrañado a Morph, esa era una verdad ineludible y de la que todos eran conscientes sin ser psíquicos.

No pasó mucho tiempo, tal vez unos cuantos segundos disfrutando la cercanía del cambiaformas, pero cuando Morph empezó a hablar para todos en la habitación, un agujero se formó en el estómago de Logan, no se atrevió a decir nada porque tenía el presentimiento de que, si interrumpía, Morph nunca podría explicar lo que sufrió frente a Mr. Siniestro. Escucho cada palabra con un peso frío asentándose en sus hombros, y la total certeza de que había fracasado en proteger a alguien tan importante para él estaba escrito en su rostro.

Ver el rostro demacrado que su amigo había utilizado antes, solo lo enfureció más, gruesas bolsas de un color morado enfermizo debajo de los ojos ajenos, y la piel demacrada de un amarillento que solo podría referirse a alguna enfermedad, Morph no debería haberse visto tan mal. El ansia por golpear a Mr. Siniestro aumentó exponencialmente, sus dientes mordieron sus labios hasta hacerlos sangrar, y en el momento que Morph se ofreció a indicar el lugar donde habitaba el científico, Logan supo que a pesar de lo que todos dijeran, él sería el primero en ir al lugar.

De todos modos, no había manera de que dejara a Morph solo cerca del despiadado científico.

Morph era demasiado importante para él.

Morph estaba asustado.

Ver la fortaleza que fue su prisión durante mucho tiempo no fue algo fácil.

Ellos no querían hacerlo.

No quería estar allí, pero eran sus amigos, a pesar del abandono que había sufrido, ellos nunca podrían dejar que alguien experimente un destino como ese, simplemente no era correcto. Morph busco mostrar un rostro fuerte, trato de que sus facciones no desvelaran el terror que sentía al estar en ese lugar, sus manos enguantadas se apretaron, y sus ojos se posaron en el amarillo de su traje, el mismo que le habían prestado para esa misión.

Era algo familiar, y en el fondo de su mente deseo que siempre fuera así, volver al pasado y estar siempre con los que consideraba sus amigos.

Deseaba nunca haber sido encontrado por Mr. Siniestro.

Ahora en cambio, el futuro estaba lleno de incertidumbre, no sabía qué pasaría con ellos, o si incluso aún tendría un hogar al que volver, en el corto tiempo que había pasado nuevamente con los X-men había pensado mucho en lo que quería, y solo deseaba volver con su familia. El avance fue lento, los alrededores del castillo estaban totalmente deshabitados, un miedo subyacente escalando en su piel con cada paso que avanzaban. "Recuerden, Jean también es víctima de Siniestro, la tiene bajo su control". Él entendía eso, porque si había algo en común entre ellos y la pelirroja, es la terrible experiencia que implica ser presa de la voluntad de ese mutante. No deseaba ese destino para nadie, pero se vio sorprendido cuando la respuesta que llegó fue la del clon burlándose de sus palabras, la pelea no tardó en comenzar y todos lucharon por enfrentar la amenaza que se alzaba en su presencia.

Morph no recordaba mucho de lo que sucedió después.

Todo fue tan confuso cuando el rayo de energía verde en las manos de la Goblin Queen se situó en su cabeza y no supo más.

Odiaba que lo controlaran.

El gran salón de la estancia fue víctima del caos de la batalla, los ventanales multicolores que habían adornado el elegante vestíbulo ahora se veían resquebrajando y esparcidos por la estancia, las sutiles manchas de sangre se hacían presentes deslizándose desde las heridas abiertas de Magneto. No muy lejos de la figura caída del actual líder de los X-men, Bishop cargaba su arma y mantenía la guardia ante algún posible ataque de cualquier seguidor desventurado del científico loco. Los sonidos del metal aún se escuchaban chocando con cada segundo que pasaba, donde las garras de adamantium ahora golpeaban la espada de Morph en la forma de Magik, En poco tiempo, el sonido de los gritos de la Goblin Queen baño el lugar, el evento no duró mucho, pero en los minutos que tomó, todo se quedó muy quieto, el único sonido los gritos y lamentos de Goblin Queen.

En el momento en que el control de Mr. Siniestro se desmoronó en la clon, la decisión protectora se reflejó en los ojos de la falsa Jean, el deseo de una madre preocupada por su hijo siendo todo lo que abarcó a la pelirroja. Una mano fue a buscar la de Scott y el deseo de encontrar a su primogénito fue todo lo que Cíclope pudo ver, se dieron rápidas instrucciones a los miembros restantes del equipo y la pareja desapareció en las entrañas del castillo. Bishop brindó ayuda a su actual jefe mientras ambos observaban el actuar de Logan frente a la figura ahora inconsciente de su viejo amigo.

Logan no se mueve de la cercanía del cambiaformas, sus labios se curvan mostrando sus dientes en un gruñido de advertencia a quienes quieren acercarse, su nariz se mueve en todas las direcciones buscando enemigos ocultos en las sombras. Los minutos pasan sin ningún cambio, poco a poco la preocupación va embargando a cada miembro de los X-men que se quedaron atrás, el miedo por la seguridad de sus camaradas presente, y la tensión cada vez más palpable en el ambiente.

"¡Estén alertas, Siniestro desapareció!"

"¡Tenemos que ayudarlo! Nathan, él está…"

Logan escuchó los gritos antes de poder ver a sus amigos, su sensible oído captando la preocupación que irradiaba la pareja en el tono de su voz. Sus garras se desenvainaron y explicó la situación a un Bishop preparado para combatir y un Magneto dispuesto a defender a su nuevo equipo. Fue solo un segundo de distracción cuando por fin pudo ver a la pareja junto a su hijo, sus labios se separaron y estuvo a punto de apresurar a todos para abandonar el lugar, pero su nariz captó la podredumbre en el aroma Siniestro, su boca se abrió en un rugido salvaje y su mirada se trasladó al inconsciente Morph.

La oscuridad en la que se camuflaba Siniestro había comenzado a envolver al cambiaformas, Logan rugió con la ira y el desprecio por el ente salido de pesadillas, el cuerpo de Wolverine se lanzó hacia adelante ignorando las advertencias de sus camaradas. Su voz se desgarró en un llamado desesperado a su amigo, su cuerpo no se detuvo hasta que una de sus manos sujetó firmemente a Morph y la otra incrustó sus garras en el hombro del científico. El tiempo a diferencia de otros eventos no es algo absoluto, y dependerá de la perspectiva de los observadores, lo que para Logan se sintió como una eternidad en la agonía de salvar a su amigo, fueron segundos en los que los miembros del equipo empezaron a actuar, antes de que el dolor de las garras atravesándolo sea procesado por Siniestro, Cíclope realizó un ataque propio, el rayo rojo de energía atravesó el lado izquierdo del mutante.

Mr. Siniestro apretó sus colmillos en una mueca que desfiguraba sus rasgos con una ira propia al verse interrumpido nuevamente, el dolor olvidado como algo pasajero que había aprendido a ignorar cuando tenía objetivos más importantes que cazar. El bullicio en la habitación se había extendido en un abrir y cerrar de ojos, los disparos de Bishop hicieron retroceder al científico mientras que el metal que había quedado de los ventanales se usaba para impedir más del movimiento ajeno por un Magneto impulsado por la protección a sus X-men.

Morph no se quedó atrás.

En el momento en el que sus ojos se abrieron solo pudo ver el rostro gris de su torturador, la reciente experiencia vivida al ser controlado mentalmente de nuevo, solo trajo el dolor de su estancia con el mismo mutante que intentaba llevárselo. Su mente quedo en blanco y actuó por instinto, el deseo de supervivencia arraigado a toda criatura viviente, Morph no demoró en adquirir una nueva forma, los músculos se hincharon con la textura sólida del metal recubriendo su cuerpo, hasta que la figura de Colossus se manifestó en la estancia.

El golpe subsiguiente que realizó Morph logró liberarlo de las manos del científico.

Morph no tardó en alejarse, sus pies tropezaron cuando estuvo a una distancia considerable del enemigo, escucho el nuevo gruñido de Logan cuando su amigo estuvo a su lado, y antes de que Wolverine pudiera decir algo, Morph se transformó de nuevo. El pelaje oscuro se abrió paso sobre el metal, y su boca se abrió con un gruñido propio cuando tomó la forma de una pantera, los colmillos mostrándose a Siniestro antes de lanzarse por la satisfacción de sentir la piel destrozándose debajo de sus dientes.

No llegó a morderlo.

Antes de colisionar contra el enemigo, el mismo Siniestro desapareció, solo dejando a su paso una sustancia verde, el eco de su risa rebotó por todo el lugar.

La promesa de volver estremeció a todos los presentes.

Logan no pudo dejar de mirar a Morph.

La mansión estaba en silencio después de que Bishop llevará al pequeño Nathan al futuro, una oportunidad para salvarlo, y él espero de todo corazón que la cura se encuentre en ese tiempo. Aun así, con los recientes eventos que habían ocurrido, Logan se sintió muy vulnerable, un sentimiento que no le gusto y del cual deseo poder liberarse, otra vez había estado muy cerca de perder al cambiaformas, algo de lo que nunca se perdonaría. Pero ahora, mirando el rostro contemplativo de su mejor amigo, la incertidumbre lo embargo, la verdad era que aún podría perderlo, y eso sería por propia decisión de ellos.

Porque… No sabía si Morph querría quedarse en la mansión.

Sus pasos vacilaron con una incertidumbre rara vez vista en su actitud, una mano fue a frotar la parte posterior de su cabeza en un gesto nervioso mientras buscaba las palabras adecuadas para comenzar una conversación verdadera después de los hechos vividos. Los minutos pasaron lentamente sin ninguna intervención, ninguno dispuesto a hablar abiertamente, un suspiro abandonó sus labios, sus manos cayeron a los costados y buscaron en el interior de los bolsillos de su chaqueta hasta encontrar algunos cigarros. Logan se situó al lado de su compañero, la espalda apoyada en el árbol, ambos estando a la sombra refrescante de la vegetación en un bonito día despejado, ofreció uno de los cigarros y cuando fue rechazado con un movimiento de cabeza, simplemente se dispuso a fumar en silencio.

El olor a tabaco pronto se dejó sentir, desapareciendo rápidamente con la brisa de la mañana en cada exhalación del humo, sus ojos se situaron en el paisaje en una distracción bienvenida cuando las palabras fluyeron lentamente. "No quiero perderte". La frase resultó corta, una declaración de sus deseos y una necesidad imposible de evitar, ese era el asunto con los sucesos que habían ocurrido hace años, con el ataque de los Centinelas que le quitaron a una de las personas que era un ancla en su vida.

No estaba listo para perder a Morph, y nunca lo estaría.

El silencio no duró mucho, la respuesta llegó con voz trémula, una simple declaración de hechos. "Eres fuerte Logan… Eventualmente encontrarás la manera… Además, no sé si pueda volver…". Sus dientes se apretaron aplastando el cigarro en su boca, la actitud pesimista no le sentaba bien a Morph, ellos nunca habían sido una persona que se extinguiera frente a la adversidad, ahora podía ver la luz de su amigo parpadeando como una vela moribunda. Para Logan, Morph representaba más que un amigo, era la persona que más lo conocía, el único que había podido evadir su arisca actitud para traerle momentos de felicidad en el abismo oscuro que es su mente sin recuerdos de un pasado.

Morph era especial, y le dolía que le hubiera tomado tanto tiempo darse cuenta de ello.

"No dudo de tu fuerza". Una risa sin humor acudió a sus facciones, sus manos se levantaron y fueron a retirar el cigarro de sus labios para apagarlo en la palma de su mano con una pequeña mueca por la quemadura, había perdido todo el interés en seguir fumando. "Pero parece que soy el único que está seguro de ello, eres el que más duda Morph". Sus ojos buscaron los del contrario, el azul se encontró con el blanco sin pupila. "Eres fuerte… sobreviviste y eso es todo lo que importa, no dejes que Siniestro siga controlando tu vida".

La calidez se filtró en cada palabra que salía de sus labios, y Logan supo con total certeza que, si volvía a perder a Morph, él también se perdería.

Una revelación que llegó de manera tan natural… Amaba a Morph.

"Yo… soy yo quien es un desastre, a pesar del tiempo, no pude dejar de pensar en ti, si lo hubiera sabido, te habría perseguido hasta el fin del mundo". Morph cerró los ojos, una cálida presión se asentó en su pecho y su corazón comenzó a latir desbocado, evitó el azul de la mirada ajena ante la declaración que fue hecha por Logan. Morph siempre había amado a su amigo, Logan era alguien especial, era la persona que se reía de sus chistes y bromas sin importar la circunstancia, era quien estaba cerca cuando necesitaba consuelo, y fue la primera persona que lo había aceptado como era, a pesar que su mutación le permitía ser muchas personas, él había visto a Kevin Sydney.

Logan los vio y los quiso como amigos.

Y ahora… ahora los quería como algo más.

"Nunca te dejaré, no quiero abandonarte". Morph volvió a abrir los ojos, la mirada de Logan seguía intensamente su figura, podía ver la completa sinceridad en el contrario y a pesar del miedo que tenía al futuro y la amenaza latente de Siniestro sobre su cabeza, quería creer que podría vivir con los X-men nuevamente. Su cuerpo se acercó al del otro mutante, la calidez de la persona a su lado era reconfortante, y la sensación de seguridad a su lado solo aumentó, por primera vez en mucho tiempo, estaba feliz.

Una sensación que había olvidado pero que apreciaba profundamente.

Quería volver con Logan.

"Volvamos a casa".

Ellos aceptaron.

Dos meses después

El aroma a café recién preparado abarcaba la cocina de la mansión que fungía como escuela para los jóvenes mutantes que buscaban controlar sus dones o como cuartel para los miembros de los X-men, el chisporroteo del aceite se dejó escuchar y el olor a tocino inundó la habitación cuando Remy Lebeau procedió a terminar de preparar el desayuno, a su lado, se podía vislumbrar a Rougue poniendo la mesa mientras los aromas procedentes de la comida empezaban a despertar a los habitantes del lugar.

Las voces se escucharon con la emoción infantil de Jubilee y Roberto bajando las escaleras en una conversación animada, la vista del joven Da Costa en la mansión ya era algo común desde que comenzara a pasar más tiempo con la menor del equipo. Magneto fue el siguiente ingresando a la estancia, su traje morado espléndidamente en su lugar preparado para la sesión de entrenamiento que seguiría minutos después, su mirada recorrió a los escasos habitantes de la mansión que estaban allí, y suspiro con un movimiento de cabeza en resignación, el controlador del metal comenzaba a apreciar la paciencia de Charles.

"Vamos, vamos… sabes que es cierto". Las palabras fueron dichas con la alegría apenas contenida y una risa familiar comenzando a escucharse con mayor fuerza en los pasillos. "¡Mira!". La voz profunda de un comentarista de televisión fue quien siguió las palabras antes de que Wolverine y Morph ingresaran en la habitación, el pelinegro vestido con una camisa de leñador y pantalones oscuros, mientras que Morph traía la apariencia de un periodista antes de cambiar nuevamente en su imagen habitual. "Buenos días". El saludo fue con un gesto de la mano mientras el cambiaformas tomaba asiento en una de las sillas, por otro lado, cerca de la cafetera, Logan preparaba una taza de café ignorando su entorno y solo brindando un gruñido de reconocimiento a los demás.

"¿Y sus trajes?". Magneto alzó una de sus cejas en cuestionamiento por la falta de los atuendos para el entrenamiento, ya veía venir un nuevo dolor de cabeza para la sesión de este día, el pensamiento de que debería anular el entrenamiento de los sábados pasó fugazmente por su mente, pero fue olvidado por la constante preparación que deberían poseer los X-men, además los entrenamientos eran importantes. "Vamos jefe… ¡Hay que relajarse un poco amigos!". La voz de Morph se distorsionó cuando obtuvo la apariencia de Magneto, la última declaración diciéndose con una sonrisa en el rostro del cambiaformas.

"Además, la cita con el terapeuta cambió, será unas horas más temprano". Logan explicó sin tomar asiento en la mesa, apoyado en la pared y observando a los otros. "Antes de eso teníamos planes, así que si, no estaremos en el entrenamiento". Una sonrisa asomó sobre la taza mientras su mirada desafiaba a Magneto a negar su solicitud de tomarse el día libre. El duelo de miradas duró unos minutos entre el ruido de los otros mutantes tomando un desayuno tranquilo.

Logan desvió su mirada sólo cuando el líder de los X-men suspiro y no hubo más replicas, sus ojos fueron al reloj en la pared de la estancia, y apuró el resto de su bebida para después acercarse al lugar que Morph había ocupado para sentarse. "Vamos cariño, o llegaremos tarde". Un beso fue depositado en los labios del mencionado como un gesto casual que ya había ocurrido antes, un gesto astuto de parte de Morph siguió a la muestra de afecto y aprovechó para profundizar el beso con el que ahora era su pareja.

Las dificultades prevalecían, era un camino arduo que seguirán experimentando, pero lo harían juntos.

Por ahora, la vida era buena.