Pueblo secreto y herrería

CAPITULO 5

Bell, Tiona y Haruhime caminaban en la luz del día, iban hablando todos de un tema en común, un tema que si no resolvían podían terminar con sus vidas.

-Eto, ¿me explican cómo es que llegamos a este lugar?. _dijo Tiona con una gota de sudor.

Habían llegado al frente de un risco.

-¡Eco!, ¡eco co!. _grito Tiona emocionada con una sonrisa.

-¿Por qué deje que Bell-kun tomará el mapa? _dijo regañandose a si misma por dejar que el albino tomará el mapa. -Bell-kun, por favor dame ese mapa, por nuestro bien.

-No estamos perdidos Haruhime-chan, confía en mí. _dijo dando una sonrisa angelical, una sonrisa que ferretería el corazón de cualquiera, una sonrisa que fue muy efectiva contra Haruhime, quien solo asintió sonrojada.

2 horas más tarde

-¿Como llegamos hasta aquí?. _pregunto otra vez Tiona estando escondidos de 3 minotauros con los que se habían encontrado.

-Por favor Bell-kun, deme el mapa, puede pasarnos algo malo, si usted sigue con el mapa.

Esta vez Bell obedeció y cuando iba a entregar el mapa, un minotauro que los escucho rugió para empezar a atacarlos.

-Tiona. _dijo Bell, la mencionada solo asintió.

Cada uno saco su espada, listos para enfrentarse a los 3 minotauros al mismo tiempo.

-¡Hoy es un gran día para morir! _dijo Bell para empezar a atacar a los minotauros, junto a Tiona.

Haruhime los apoyaba desde la distancia con su arco.

10 minutos después

-Uff, que buen calentamiento fue ese, verdad argonauta-kun. _dijo un poco sudada Tiona a Bell.

-Si Tiona-chan, tus ataques con la espada realmente mejoraron desde la última vez. _dijo con una sonrisa. -Por cierto, tu puntería con el arco también mejoro Haruhime-chan. _halago Bell a Haruhime, está solo se sonrojo, olvidando el hecho de que estaban en esa situación gracias al albino.

Los tres se dirigieron a una roca sospechosa, una que sospechosamente parecía a una banca, y aunque era sospechoso se sentaron en ella para descansar un rato.

Al sentarse Tiona, quien fue la última en llegar, se escucho un ruido.

Crack*

-Ahora que hiciste Tiona. _dijo Haruhime asustada.

-Yo no fui, no toque nada. _dijo Tiona quien levantaba ambas manos.

-Ah shit, here we go again. _dijo Bell con un suspiro, imaginándose las posible situaciones que podrían llegar a pasar, desde que aparecíera un simple animal hasta que un volcán explotara.

-Lenguaje. _regaño Haruhime

Para su sorpresa no paso nada, o eso creían.

Un pequeño temblor paso, para que seguidamente una pared de roca que había cerca se abriera, revelando una cueva.

Miraron con duda esto, no sabían si debían entrar o no, una parte de ellos, la aventura el deseo de vivir cosas emocionantes, les exigía que entraran, por otra parte el miedo de encontrar la muerte o un accidente, les aconsejaba que se dieran la vuelta y se fueran.

-¿Qué hacemos ahora? _pregunto Bell, estaba perpleja por lo sucedido.

-¿Y si entramos?, que tal encontramos un tesoro. _dijo mientras en las pupilas de sus ojos se visualizaban valis.

-No creo que en una cueva tenebrosa se encuentre algún tesoro. _dijo con duda Haruhime.

-Pero tampoco podemos descartar el posible encuentro de un tesoro, digo no todos los días ves un sistema secreto que abre una cueva escondida. _explico Bell.

Esto tenía mucha logica, pero tampoco se descartaba la idea de una trampa.

-Tengo una idea, porque no mejor hacemos una formación, Bell cubre la vanguardia, yo voy por el medio mientras iluminó con una linterna, y Tiona cubre la retaguardia. _explico su plan Haruhime.

-Bien, eso haremos,empezemos de una vez la formación, Tiona-chan ven, ¿Tiona-chan?.

La mencionada ya estaba adentrándose en la cueva, sin oír las palabras de Bell y de Haruhime, estaba explorando por la entrada y un poco más hasta donde la luz del sol llegaba, cuando se dio cuenta ya no había luz.

Estaba tan curiosa y absorta que al final se hizo una pregunta.

-¿Chicos donde están? _mientras miraba a todos lados, son lograr ver nada pues estaba oscuro.

Trataba de regresar pero no podía, hasta que algo toco su hombro.

-¡Kyaaa!, ¡ un fantasma!. _dijo dandole un gran golpe a la cosa que lo había tocado.

-Auch, duele mucho, no me golpees Tiona-chan. _dijo adolorido Bell.

-¿Argonauta-kun?, ¿eres tú?. _dijo Tiona mientras aún seguía en guardia, aunque no veía nada.

De pronto una luz tenue apareció, era Haruhime quien portaba una pequeña linterna, la zona se iluminó dejando ver al mencionado quien tenía un chichón cómico en su cabeza mientras salían lágrimas cómicas de sus ojos.

-¿Bell-kun que haces en el suelo?. _pregunto Haruhime, quien había escuchado un golpe. -Y tu Tiona, no deberías desaparecer de la nada. _regaño a la susodicha.

-Sus golpes si que duelen. _aún adolorido Bell mientras se frotaba su cabeza, debía acordarse de no hacer molestar a la amazona.

-Bueno dejando todo de lado, sigamos investigando. _sentencio Haruhime.

Los tres iban en medio de la cueva cuando de pronto se encontraron con

Nada

No había nada ahí, solo una pared de piedra. Al parecer ya habían llegado al final de la cueva.

-Eto, creo qué no hay nada. _menciono Haruhime.

-Creo que deberíamos volver. _continuo Bell.

Cuando se dieron la vuelta dispuestos a irse, Choock salio de la mochila de Bell, al parecer estaba dormido, y algo lo desperto.

-¿Que estas haciendo Choock? _dijo confuso Bell

Con un salto, fue a lo que parecía ser una pared de piedra. Con otro salto pateo la pared, para luego ver como una parte de la pared se movía revelando un pasillo secreto.

Sin mas el conejo se adentro, fue como si algo lo llamara.

Bell, Tiona y Haruhime siguieron al conejo por el pasillo, hasta que encontraron una salida.

Frente a ellos había un camino hecho por el hombre.

Esto era raro para ellos, primero una cueva secreta, para luego entrar a un pasillo secreto dentro de esta y al final salir hacia otro lado con un camino en frente.

Cualquier otra persona habría dado marcha para atrás, pero no ellos, ellos no eran cualquier otra persona, así que siguieron el camino.

Grande fue su sorpresa al llegar a un pueblo, el cual era uno muy bonito, establecimientos de comida, ropa, accesorios, entre otros.

Las casas eran de dos pisos, las calles con hermosas flores y arboles que adornaban las aceras.

Era un hermoso lugar secreto.

Al entrar al pueblo, muchos pobladores se sorprendieron al ver personas no conocidas por ellos, muchos murmuraban cosas, otros solo los ignoraban, los niños se alejaban por temor, y otros estaban felices pues no habían tenido visitas desde hace un buen tiempo.

Un hombre alto y viejo se les acerco.

-Muy buenas tardes queridos viajeros, les doy la bienvenida al pueblo Killac, yo soy el alcalde y como se habrán dado cuenta es un pueblo secreto. _les dio la bienvenida con una sonrisa.

Los tres no podían decir nada, las palabras no salían por causa de su impresión, hasta que Bell decidió devolver el saludo.

-Muy buenas tardes caballero, gracias por darnos la bienvenida, disculpe si causamos molestias por favor. _dijo respetuosamente Bell, su abuelo aparte de tratar de pervertirlo, si que le había enseñado buenos modales.

-No para nada, solo no traten de hacer algo ilegal, pues a las personas malas las atamos y las votamos por un risco, siempre funciona. _dijo con una sonrisa.

Lo último dicho hizo estremecer a los tres.

-No se preocupe señor alcalde, no somos malhechores, no haremos nada malo. _dijo aun asustado Bell.

-Bueno, diviértanse y vean este pueblo, nos vemos. _dicho esto el anciano se despidió de los tres para irse a su lugar de trabajo.

Los tres movian las manos en señal de despido.

-Que estrictas sin las reglas aquí, ¿verdad Tiona-chan? _dijo Bell esperando una respuesta que nunca llego, se dio la vuelta para ver como Tiona iba entrando a una tienda junto al Choock.

Bell y Haruhime empezaron a correr a la tienda, rezando por evitar que Tiona hiciera alguna locura.

Llegando se dieron cuenta que la tienda era una de libros, una librería, entraron y en vez de buscar a la amazona fueron a buscar una sección en específico, la sección de cuentos de héroes.

Y allí estaba Tiona agarrando cualquier libro de héroes que encontraba, ya tenia un cesto lleno.

-Este es el paraiso, tantas historias que leer y tanto que aprender. _decía emocionada Tiona mientras agarraba aún más libros.

Haruhime y Bell al ver a su amiga emocionada, se miraron entre si para asentir y unirse a su amiga.

Lo que había frente a ellos era un verdadero tesoro, uno que tenían que aprovechar lo más que pudieran.

Una vez terminaron de llevar los libros y pagarlos, lo cual costó 10.000 valis, la tercera parte del dinero que llevaban, pero definitivamente habían valido la pena, los tres eran amantes de los cuentos de héroes.

Saliendo del establecimientos se dispusieron a explorar el pueblo, el cual era muy interesante.

Pasaron por un puesto de crepas.

-Bell-kun come un poco de mi crepa, esta deliciosa. _Haruhime ofreció con una sonrisa su crepa de fresa a Bell.

-No argonauta-kun, mejor prueba de la mía. _Tiona ofrenciendo su crepa de chocolate.

Bell no podía hacer nada, estaba atrapado, no tenía opciones, hasta que creo la suya.

-¡Retirada estratégica!. _con un grito escapó a quien sabe dónde, junto a su conejo Choock.

-¡Bell-kun/argonauta-kun! _gritaron al unísono, para después mirarse retadoramente.

Por otro lado, el conejo junto a su mascota seguían corriendo, hasta que se pararon en cierta punto.

-Ehh, ¿donde estamos?. _un confundido Bell se preguntó a su conejo.

Intentaron regresar por el camino que ellos creían recordar, no lo lograron, de hecho se perdieron más, caminaron y caminaron de calle en calle. Al final llegaron a una herrería.

-Tal vez nos puedan decir dónde nos encontramos, ven conmigo Choock. _y sin más entraron al establecimiento.

Al entrar pudieron ver a un hombre con una máscara.

-Muy buenas tardes caballero, eto, ¿por favor me podría decir dónde me encuentro?. _con duda y un poco de miedo.

El hombre con máscara volteo para mirarlo. La máscara no dejaba ver su rostro, pero para Bell era como si esa "mirada" viera su alma.

-Si quieres obtener información de mi, primero debes de comprare algo. _dijo seriamente aquel sujeto.

Bell pensó un poco hasta que sacó su espada oxidada, la cual llevaba en su mochila.

-Tal vez me pueda arreglar esta espada. _dijo mostrando la espada.

El hombre al ver la espada de inmediato la agarró, y se la llevó a su taller, el cual se encontraba en el cuarto de al lado.

-¡Como es posible que tengas está espada así, mira como está sufriendo! _con esas palabras se dispuso a realizar su trabajo.

Bell solo se sintió mal por el regaño que se llevó.

TIME SKIP NO JUTSU

Después de una hora en la cual nada podía distraer al herrero, por fin la espada ya había sido restaurada y devuelta a su antigua forma.

-Aqui tienes chico, procura no tenerla en el estado en que la trajiste, o sino, VERAS LAS CONSECUENCIAS. _lo último lo dijo con voz de ultratumba, cosa que hizo estremecer a Bell.

-Muchas gracias señor ... ._no sabía que decir, aún no sabía el nombre del herrero.

-Haganezuka, Hotaru Haganezuca, ese es mi nombre. _dijo el ahora nombrado Haganezuca.

-Muchas gracias señor Haganezuca, le prometo que no dañare está espada. _dijo con determinación Bell.

-Bueno con respecto a tu pregunta, ti te encuentras en la calle amanecer. _dijo explicando, con un mapa y uns brújula que quien sabe de donde salieron.-Toma, quedatelo, así no te perderás en este lugar. _le entrego solo el mapa.

-Muchas gracias señor Haganezuca, nos vemos. _se despidió Bell para tratar de volver al puesto de crepas en el que había estado anteriormente.

Tenia que darse prisa pues ya empezaba a atardecer.

Después de dar unas vueltas, sip, Bell tenia un mal sentido de orientación, haci que le entrego el mapa a Choock, sorprendentemente el conejo guió a su amo al puesto.

Como se esperaba, sus amigas ya no se encontraban en ese lugar, hasta el puesto ya había cerrado, tal vez estaban en otro lugar buscándolo.

Suspiro y decidió ir a un lugar para comer, pero se dio cuenta de que no tenía dinero, las chicas lo tenían en su posesión.

Con la barriga vacia, conejo grande y conejo pequeño se dispusieron a ir fuera del pueblo para ir al bosque a tratar de encontrar algo para comer.

Encontraron algunas manzanas, naranjas y por último una zanahoria, fue extraño pero dueño y mascota empezaron a pelear por la ansiada verdura.

Peleando y peleando llegaron a cierto árbol el cual era el mas alto de todo el bosque, al parecer ese árbol era una referencia para no perderse por el inmenso bosque.

La zanahoria cayo frente al árbol, Bell y Choock empezaron a correr hacia el y al momento de saltar para obtener el vegetal, chocaron con la corteza del árbol la cual se rompió dejando ver un agujero enorme, Bell y Choock no pudiendo frenar cayeron juntos al fondo.

La caída no fue muy larga, pero al llegar al suelo no se podía trepar, pues la pared estaba inclinada y además era lisa.

Bell se recomponio para empezar a analizar la situación en la que se encontraba, Choock comía la zanahoria, había un camino con poca luz al frente suyo, no podia trepar la pared.

Bueno la única opción que tenia era seguir avanzando por el camino que apenas se veia.

Utilizando su magia Storage saco un palo, un pedazo de tela, unos fosforos y algo de kerosene, para lograr crear una antorcha.

Una vez con su fuente de luz, junto a su conejo empezaron a caminar por aquel camino.

Llegaron a un cuarto oscuro, investigo un momento hasta que encontró una palanca.

Cualquier persona normal no tocaría una palanca que encontró en un ligar secreto, pues la posibilidad de activar una trampa era mucha, pero Bell no era una persona normal, así que cuando encontró dicha palanca, la accionó sin pensarlo dos veces.

La única salida que había, fue cerrada, mientras que en el centro se veia un muñeco raro, parecia uno de entrenamiento.

-¿Qué es esto? _se dijo a si mismo, admirando el muñeco.

No reconoció aquellas extrañas espadas que portaba, nunca las había visto.

De repente el muñeco movió un brazo, luego otro y otro, levantando su rostro pudo "ver" a Bell, así que sin más se lanzo a atacarlo.

Bell volteo a su conejo quien solo hizo un gesto de yo no toque nada.

‐Que caraj... _no pudo completar su frase, el muñeco ya atacaba con sus seis brazos.

Rápidamente Bell saco su espada recién reparada bloqueando un tajo que iba directamente a su cuello.

Retrocedió y se puso en guardia, el muñeco también retrocedió adoptando una postura que Bell reconoció.

Volvió a lanzarse hacia el albino, quien solo podía bloquear esos ataques que el bien conocia, eran las postura que el trataba de utilizar usando su respiración como base y que solo lo llevaba a un fracaso tras otro, solo que esta vez pudo observar como aquel muñeco si dominaba las posturas.

Muchas pregunta cruzaron su mente.

¿Qué era esa cosa?

¿Por qué se podía mover?

¿Cómo es que esa cosa podía esas postura que el no pudo perdeccionar?

Aunque tuvo que dejar de preguntarse, el muñeco no le daba opción a descanzar, los seis brazos atacaban a cada instante.

El solo estaba a la defensiva no tenia tiempo para atacar y ponerse a la ofensiva.

Choock solo veía esto desde una esquina mientras comía palomitas de maíz, quien sabe de donde las saco.

La espada de Bell ya no tenia filo, los constantes ataques de parte de la marioneta habían estado deteriorando el filo de la espada.

Hubo una pequeña falla en el muñeco lo cual hizo que uno de sus brazos no se moviera, Bell aprovechando este suceso, logro conectar un corte destruyendo el brazo averiado.

La extraña espada había caído al piso, Bell seguía defendiéndose, aún sin un brazo, la marioneta parecía no haber perdido el ritmo.

Un loco pensamiento cruzo la cabeza de Bell.

-(Tal vez la espada es la causa de sus buenos ataques). _formuló su teoría.

Así vio la espada del brazo roto que yacía en el duelo. Bloqueo otro ataque para seguidamente moverse con rapidez hacia la espada tirada.

La levanto y adoptando una postura, desapareció en un parpadeo para luego aparecer atrás del muñeco.

La cabeza de la marioneta había caído a las manos de la misma.

Bell solo voto un poco de vapor por la boca, para luego caer al suelo.

Choock quien tenia los pelos de punta a causa de la electricidad que se sentía en el aire trataba de despertarlo dándole patadas hacia su cabeza.

Después de un momento de patadas, Bell se recomponio, se levantó para observar a su alrededor.

El muñeco destruido, sus ropas con muchos rasguños, Choock como si le hubiera caído un rayo, su cabello con las puntas arriba, un mango de espada asomándose por donde antes estaba la cabeza del muñeco y unos pergaminos que también habían caido.

¿Un mango de espada y unos pergaminos?

Se apresuro a sacar lo que sea que sea encontraba ahí y recoger aquellos pergaminos.

Haciendo esfuerzo logro sacarla.

Estaba oxidada, después de un momento decidió guardarla con su magia.

La llevaría más tarde al taller del señor Haganezuca, bueno, eso si lograba salir vivo de ahí.

Luego observo aquellos pergaminos.

Los guardo junto con la espada que acababa de encontrar, ya los leería más tarde, lo más importante en ese momento era salir de ese lugar.

Quien sabe que cosas esconderia esa cueva, que peligros acechaban en la oscuridad, que monstruos se iba a encontrar, que pasaría si salia por la puerta que acababa de abrir Choock.

Tenía una gran determinación, dispuesto a batallar contra un ejército si se lo decían, hasta que vio como Choock salia de la cueva por la puerta que el mencionado acababa de abrir.

Toda esa determinación se esfumo en cuestión de segundos, pero al final decidió ir junto con su mascota.

Saliendo de la cueva vieron que ya era de noche, las estrellas iluminaban el cielo y la luna alumbraba con fulgor.

Para su suerte la cueva estaba cerca a la entrada del pueblo, quien lo diría, esta vez contaba con sus patas de la suerte.

Ingreso al pueblo, aún habían bares abiertos, bares donde alquilaban habitaciones.

Al cruzar una calle vio por la ventana de un bar, allí vio a sus dos amigas, las cuales al parecer estaban preguntando por el.

-¿No vieron a un joven por aquí?, cabello blanco, ojos rojos, parece conejo. _pregunto Haruhime a un tipo que ahí estaba, el hombre solo nego.

Y seguirian así de no ser porque vieron a Bell afuera del bar.

Rápidamente salieron a su encuentro, al ver a Bell en ese estado se preocuparon, y como no hacerlo, sus ropas tenían rasguños, su cabello como si le hubiera caído un rayo, lo mismo paso con Choock.

-Bell-kun/argonauta-kun. _dijeron al unisono, mientras lo timbaban de un abrazo.

Muchos de los hombres que veían esto desde el bar maldecian al conejo por su suerte.

Ellos también querían vivir ese sueño.

-Tranquilas chicas, no me dejan respirar. _decía un Bell con la cara azul a falta de oxigeno.

La cara de Bell estaba entre los pechos de ambas chicas, se habían desarrollado bien, incluso Tiona, quien antes tenia los pechos planos.

Ambas chicas no oyeron lo que decía el conejo, cosa que hizo que al final Bell se quedara sin aire y se desmayada en ese instante.

TIME SKIP NO JUTSU

Los rayos del sol salían, pero en concretos iluminaban la cara de Bell quien empezaba a despertar.

No recordaba nada de lo que había pasado ayer, movía la cabeza tratando de recordar, pero nada, sentía como su cuerpo estaba magullado por dentro, intento cerrar ambas palmas de sus manos, lo cual fue una mala idea.

-Ah~/Ah~ _se escucharon dos gemidos.

Bell se quedo como piedra, miro hacia ambos lados, solo para ver sus manos en los pechos de Tiona y Haruhime, las mencionadas seguían "durmiendo" con una sonrisa.

Bell que creía que podía escapar, intento levantarse solo para escuchar un.

-~Argonauta-kun, no seas travieso~ _con un tono de voz coqueto, Tiona ponia nervioso a Bell.

-~Bell-kun, tienes que esperar a que nos casemos para que hagas eso~ _continuo Haruhime quien con lo último dicho, Bell con la cara roja como un tomate, se volvio a desmayar.

Cinco minutos después

Bell volvía a despertarse, esta vez no sentía peso en su cuerpo así que se sentó en su cama mientras recuperaba su visibilidad.

-Ah, ¿que hora es? _dijo para abrir los ojos y mirar adelante.

Tiona y Haruhime estaban desnudas, ellas estaban cambiándose de ropa, pues como Bell estaba desmayado no pensaban que despertaría muy pronto.

Bell solo observaba la escena mientras un hilo de sangre salia de su nariz.

Aquella imagen había quedado grabada en su cabeza.

-¡Kyaaa!, ¡Bell-kun/argonauta-kun, ahora si tendras que tomar la responsabilidad! _dicho esto golpearon al conejo, lo cual solo hizo que este se desmayara de nuevo.

Diez minutos después

Esta vez Bell despertaba de nuevo solo para ver a Tiona y Haruhime sonrojadas quienes comían en una mesa que había en el cuarto.

-Chicas, ¿que paso?, recuerdo que ..._iba a continuar pero fue interrumpido.

-No paso nada Bell-kun, solo lo estas imaginando. _una Haruhime que había entrado en pánico al ver como Bell trataba de recordar.

Bell no entendía, hasta que poco a poco los recuerdos empezaban a llegar, desde la noche anterior hasta el momento en el que el se encontraba y con ello, aquella imagen imborrable, lo cual hizo sonrojar al albino.

Tiona al ver que al parecer Bell había recordado, pues su sonrojo lo delataba, solo se sonrojo más y dijo.

-Argonauta-kun, no me molesta que me hayas visto, solo desearía que "eso" pase con los debidos procedimientos correctos. _dijo imaginándose una situación para nada santa con el albino.

Haruhime solo se sonrojo más, a que se refería Tiona con "eso".

Bell aún sonrojado, reunió toda su fuerza de voluntad para no desmayarse, posteriormente se arrodillo.

-Lo siento mucho chicas, no era mi intención tocarlas o verlas, perdóneme por favor. _decia con la cabeza en el suelo.

Así paso un tiempo pidiendo disculpas.

Diez minutosas tarde.

Mientras desayunaba Bell contó todo lo que había vivido a sus amigas.

-Quisiera ir con el señor Haganezuca, para poder reparar esta katana, y también para poder afilar nuevamente mi espada. _dijo katana por que Haruhime ya le había explicado, ella provenía de un lugar en el que las katanas se usaban en vez de las espadas.

-¿Por que mejor no vas mientras nosotras hacemos las compras para volver a reabastecernos? _sugirio Tiona.

-Exacto, ya luego de las reparaciones nos vamos del pueblo a Orario. _apoyo la idea Haruhime.

-Gracias chicas, entonces nos vemos. _dijo mientras salia del cuarto, al bajar las escaleras los hombres que estaban ahí solo lo empezaron a halagar, hasta se escucho un, cuando sea grande quiero ser como tu.

Pasaba que la noche anterior se vio como dos hermosas jovencitas se llevaban a un joven a un cuarto solo ellos tres.

Los hombres lloraban lagrimas de envidia mientras que otros se ponian en pose militar, mostraban su respeto hacia el albino.

Al salir del establecimiento, Bell fue directo al taller del señor Haganezuca, quien al verlo entrar vio una katana oxidada y la espada que el día de ayer había reparado sin filo.

No dijo nada, más bien tomó un cuchillo y empezó a seguir a Bell.

-¡Niño malcriado!, ¡te dije que no tratarás asi a una espada!, ¡mira como sufre! _gritó mientras seguía persiguiendo a Bell, se sentía la sed de sangre en el lugar.

Unos minutos mas tarde

Bell estaba con un chichón cómico en la cabeza mientras explicaba al señor Haganezuca lo sucedido.

De alguna forma logro que el furioso amante de la herrería se calmara, aunque claro eso llevo sus consecuencias, mientras se sobaba su chichón.

-Ya veo, encontraste otra espada oxidada y también quieres que la repare. _dijo seriamente Haganezuca.

-Si señor Haganezuca, por favor. _pidió con humildad Bell.

-Esta bien niño. _dicho h hecho se empezo la reparación.

TIME SKIP NO JUTSU.

Al terminar la reparación, ahora tocaba el afilamiento de la espada.

Mientra el señor Haganezuca usaba su piedra de afilar, Bell le pidió algo muy extraño.

-¡Por favor señor Haganezuca!, ¡enseñeme el arte de la herrería! _estaba inclinado en uns posición de 90 grados perfecta.

Era raro, muchas jovenes que venían al pueblo para aprender herrería, por lo general pedían eso a otros herreros que también habían, el era una persona rara, que siempre tenía puesta su máscara y nunca se la sacaba.

Estaba feliz, el era su primer aprendiz un joven de apenas 13 años que le pedía ser su aprendiz.

Estaba tan contento que accedió de inmediato.

-Esta bien lo haré. _dijo determinado.

-Pero antes por favor deme una hora, avisare a mis amigas que estaré aquí. _Bell tenia que avisar Tiona y Haruhime para que lo esperaran algunos días.

-Ve mocosa, mientras seguiré afilando tu espada.

Bell salio corriendo hacia el bar, al entrar se dirigió a su cuarto, encontrando así a sus amigas quienes sacaban las cuentas.

-Bell-kun, ¿ya estas listo?, tenemos todo para irnos. _dijo Haruhime esperando el asentimiento de Bell.

-Chicas, ¿podríamos quedarnos algunos días mas? _dijo un nervioso Bell.

-¿Que fue lo que paso argonauta-kun? _Tiona curiosa preguntó.

-Es que quisiera aprender el arte de la herrería y el señor Haganezuca me va a enseñar. _Bell explico, también la causa de querer aprender la herrería, también era para poder reparar sus propias armas y las de ellas. -Por favor chicas, prometo hacer lo que quieran.

-Esta bien Bell-kun, nos quedaremos unos días más. _dijo aceptando la propuesta de Bell, iba a aprovechar esa única oportunidad.

Tiona también pensaba en lo que podría pedirle al albino.

Dicho y hecho, Bell volvió al taller listo para aprender.

Haganezuca quien vio entrar al albino sonrió bajo su mascara.

-Bien mocoso, prepárate que mi enseñanza será muy estricta. _con una voz maléfica, cosa que hizo estremecer a Bell, una parte de el se arrepentía de haberle pedido que le enseñara. -Bueno escucha bien niño, tu primera lección es esta frase, recuerdala y que no se te olvide de esa cabeza tuya. _mientras agarraba sus herramientas y ponia a calentar el horno. -Las armas son tus mas fieles compañeras, mientras que todos te abandonan en el campo de batalla, tu arma no lo hara, se quedara contigo hasta el final, ella luchara contigo y tu con ella, ese es el honor de un arma.

Esta iba a ser un largo aprendizaje para Bell, el cual estaba con la determinación y ganas para aprender, el lo iba a lograr, si el quería ser un héroe, el tenia que poner su parte también.

Listo capitulo 5 terminado.

Disculpen por la demora, tenia examenes y pues a estudiar, pero bueno.

Gracias Raulbarrerasaezigna por las ideas que me das.

Ya estoy libre

Por favor dejen su estrellita

Comenten pues así da más ganas de escribir

Sugerencias para continuar la historia

Y recuerden, la verga nos trajo y la verga nos va a llevar.

Adiós