Dato curioso que nadie pidió: Estoy atorado con un bloqueo de escritor (Que si bien no me ha detenido de escribir esa historia en concreto sí me ha hecho mucho más lento), pero mi cerebro, en lugar de darme una forma de avanzar con esa historia como quiero me da ideas para otras historias, de hecho, mientras escribía esto se me ocurría otra idea para otra historia ¿Por qué mi cerebro funciona así?
Natsu sentía demasiado dolor, pero eso no lo detendría, nunca se había dejado vencer solo por sentir dolor, comer la lacrima de Etherion había sido una pésima idea porque el dolor era inmenso y recorría cada fibra de su ser, pero era lo único que se le había ocurrido que pudiera servirle para derrotar a Jellal, pero Natsu no tenía ni la más mínima idea de qué tan mala idea había sido eso, porque allí, en la torre del cielo, la torre gigante hecha de cristal de lacrima es que no pudo escuchar el crujido de algo rompiéndose en miles de millones de pedazos, o más bien, no pudo notar que ese crujido no venía del exterior sino del interior de su cuerpo, algo en su propio interior rompiéndose de una forma irreparable que traería consecuencias inmensas.
Jellal y Erza habían supuesto que Natsu moriría por envenenamiento de ethernano, lo que le habría pasado a cualquiera que no fuera la anomalía que era Natsu Dragneel, la magia Dragon slayer ciertamente había ayudado a evitar sufrir un envenenamiento por ethernano al instante, pero fue su constitución de Etherias lo que le salvó la vida, los Etherias son demonios que, en su mayoría, están construidos con ethernano puro y un lento y oscuro proceso, por lo que haber comido ese pedazo de Etherion podría hacerle mucho daño, pero sobreviviría y le daría fuerza, en algunos mundos esta acción imprudente podría haber sido el origen de lo que en un futuro sería un tumor de etherias que se confundiría con un tumor anti ethernano, pero en este mundo esto ocasionó el despertar de algo que quizás debió haber permanecido dormido por toda la eternidad: E.N.D o END.
El dragón de fuego, Igneel, quien se encontraba en el mundo interior de su hijo y aprendiz Natsu Dragneel, miraba con horror a la figura frente a él: Una copia de su hijo, pero con los suficientes cambios para saber que no era él, para empezar las marcas negras que se extendían por el cuerpo de quien tenía frente a él formando la palabra END en su pecho, aunque las marcas negras se extendían por todo su cuerpo de forma en que tenía garras negras en lugar de manos y pies, su propia cadera estaba cubierta por estas marcas negras que lo hacían parecer un maniquí. Sus ojos fueron lo siguiente, ojos que fluctuaban entre el negro obsidiana y el rojo como el rubí, pupilas reducidas de una forma que transmitía locura, su sonrisa acompañaba dicho sentimiento, sus cabellos rosados parecían tener reflejos negros, pero, quizás, las cosas más preocupantes eran las cosas que claramente no eran humanas en su cuerpo; Cuernos negros, alas negras de murciélago que se mantenían bajas como una capa, y una cola de punta de flecha, brazos extendidos como si fuera a darle algún abrazo, pero cada parte del instinto de Igneel le advertía que este sujeto no era amigable, la única razón por la que no había pasado a atacar al instante era porque no podía y no porque no quisiera sino porque su podía: Espinas negras y cadenas del mismo color lo mantenían quieto y atado, y, por sí eso fuera poco, tenía varias estacas de lo que parecía roca volcánica atravesando sus miembros.
— ¡Igneel! —Lo llamó el demonio del fin con un tono extrañamente agudo e infantil, uno muy propio de cuando se habían conocido por primera vez, pero no había ira o locura que sí había tenido aquella vez, en realidad parecía... alegre— ¡Nos volvemos a encontrar! —Chillo el infantil demonio mientras se acercaba más a él.
— END... —Logró gruñir el nombre del demonio, oh, detalle que quizás no mencionó, los espinos envolvían su hocico como lo haría un bozal y una de esas estacas atravesaba su hocico, no es que pudiera hablar mucho.
— Pareces enfadado —El demonio hizo pucheros, pucheros que ya se veían raros en el demonio hacía cuatrocientos años cuando el demonio tenía un cuerpo infantil, ahora se veía incluso más raro, y peor— ¡No sé por qué pareces tan enfadado, Igneel! —Chilló mientras hacía pucheros más y más pronunciados— ¡Yo debería ser el enfadado! ¡Tú y el hermano mayor Zeref me encerraron dentro de mí mismo! —Golpeó la punta del hocico del dragón de fuego en lo que parecía un berrinche infantil y el dolor que le provocó fue inmenso, ese demonio incluso de pequeño tenía demasiada fuerza— Pero los perdono, incluso viniste a hacerme compañía —Se detuvo de golpe antes de mirar el lugar donde estaban, un páramo volcánico— Como sea, es hora de despertar —Se giró, dándole la espalda, y solo el miedo que esas palabras provocaron dentro de él bastaron para ignorar el dolor y moverse.
— ¡Tu tiempo ya se acabó, demonio! —Logró decir mientras se erguía, a punto de aplastar, o comerse, al demonio, pero en ese instante las cadenas se tensaron y lo regresaron al suelo.
— ¿Eh? ¿Crees que no lo sé? —Cuestionó mientras se giraba y le dedicaba una mirada burlona— Pero Natsu y yo somos lo mismo, parte de uno, no es como que pueda tomar el control y encerrar a Natsu aquí, Igneel tonto —Se mofó mientras ponía su mano frente a su boca de una forma tonta e infantil que le crespaban los nervios al dragón, ni siquiera cuando era niño Natsu había hecho algún gesto parecido— Ahora que he despertado volveremos a ser uno ¡Como siempre debió ser! —Proclamó el demonio con alegría impropia de alguien que dejaría de existir.
Oh, la fusión sería quizás lo peor, incluso peor que el demonio tomando el control, no habría seguridad de qué rasgos de quien perdurarían, el resultado, en el mejor de los casos, sería catastrófico, en el peor podría traer el fin del mundo conocido, tenía que volver a sellar esto, a cualquier precio, ni siquiera la dragonificación sería tan malo como esto, pero antes de que pudiera volver a intentar moverse es que el demonio END se giró y abrazó su hocico.
— ¿Eh? —Oh, el demonio no había conocido o comprendido el espacio personal, siendo táctil tanto con sus víctimas como con Zeref.
— No creerás que te dejaría solo ¿O sí, Igneel? —Cuestionó con un tono extrañamente suave para el demonio antes de que pudiera sentir como su cuerpo se iba deshaciendo— Has cuidado de mi por tanto tiempo que te amo —Y eso le provocó escalofríos por todo su cuerpo, porque la única otra persona a la que END le había dedicado esas palabras era a una que había intentado asesinar con locura— Por eso no podría dejarte aquí solo, tú ya estás muerto, de todas formas —Proclamó con una sonrisa, una que probablemente debería transmitir alegría inocente e infantil, pero en el demonio se sentía demente, psicótica— Por eso te absorberé, cuando los dos estemos fusionados seremos algo totalmente nuevo —Las palabras sonaban extrañamente adormecidas, como sí estuviera drogado— Ni humano, ni dragón, ni demonio, será el nacimiento de un nuevo demonio, el rey dragón demonio, quizás, será fantástico —Proclamó, y solo en ese momento es que Igneel notó lo que END había estado haciendo desde que lo abrazó, absorbiendo la existencia fantasmagórica del dragón.
— Lo lamento, Natsu —Fue el último pensamiento antes de que su existencia fuera asimilada por el demonio del fin.
Dentro de todas las infinitas posibilidades de lo que podría resultar esto al final, no fue tan terrible, al menos dentro del margen de un ser de poder destructivo inmenso con la agresividad de un berserker y el control de impulsos de un niño junto a las hormonas de un adolescente (Igneel habría sufrido terribles escalofríos solo con esta combinación), el resultado fue un Natsu Dragneel con la mezcla de instintos de demonio, dragón y humano que amaba a su gremio, claro, suena muy bien, el nacimiento de un mago rango S, pero había un serio problema en todo esto y venía de las partes no humanas de sí mismo:
Los demonios etherias, pese a adoptar apariencias humanoides no son humanos, ni siquiera podían procesar emociones de la misma manera, estaba en su naturaleza el disfrutar del sufrimiento ajeno, el dolor y sufrimiento eran una fragancia adictiva para ellos, y ni siquiera siendo amado por ellos tendrías suerte, porque todos ellos amaban a Zeref y deseaban verlo muerto, atormentar, destrozar, corromper, humillar a la persona, o personas, que amaban era su forma de amar, sí, no tenían mucha versatilidad a la hora de demostrar emociones, casi siempre se diferenciaba por una delgada línea entre matar y no matar, en el que la única excepción era Zeref, normalmente harán todo lo anterior y mataran a aquellos que no les agraden, mientras más aprecien a la persona más se alejaran del terreno letal, solo mostrándose respetuosos ante quienes son superiores a ellos al punto de que incluso el demonio más sádico podría ser el sumiso de una muy dura sesión BDSM sí el que lo hacía era alguien que consideraran superior al grado de nunca ir en contra de sus palabras, con la única excepción de Zeref que, por la forma en que fueron creados, pese a su inmenso respeto por él no pueden evitar intentar matarle. Debido a que los demonios no se reproducen mediante la actividad sexual estos tampoco necesitaban de aparatos reproductores, sí bien los demonios femeninos podrían tener senos estos carecían de función más allá de servir como una forma de pasar desapercibido entre los humanos, pero sus pelvis solían ser planas como muñecos, aunque podían ser modificados sus cuerpos para tener estos, o en su defecto una imitación de estos, estos no serían más que apéndices inservibles para ellos, debido a que tienen cierta predilección por hacerse pasar por humanoides puede que adopten gestos o comportamientos que podrían hacer parecer que en realidad estos tienen utilidad, la única forma en que un demonio etherias podría adquirir órganos sexuales funcionales sería que en su creación, o proceso de resurrección, se usara una base humana, sí bien los demonios etherias no tienen sexualidad no son ignorantes de que los humanos la tienen, siendo capaces de usarla a la hora de causar sufrimiento o miseria, sí un demonio etherias adquiriera sexualidad, muy seguramente sería un amante peligroso que sentiría una fuerte inclinación por las desviaciones sexuales menos amigables con su pareja, sí bien END es un demonio excepcional no está fuera de estos comportamientos, solo que END es un demonio con una base humana...
Los dragones, por otro lado, no tienen por naturaleza inmediata el sembrar dolor y miseria a todos a su alrededor, en cierto sentido sus comportamientos son más acordes a los humanos, hay variedad y distinción entre el bien y el mal. Pero los dragones, especialmente los machos, tenían dificultad para mantener relaciones monógamas, pero eso, en sí mismo, no era imposible. Lo peligroso y preocupante de los dragones era su fijación en el poder, una necesidad y compulsión diferente para cada dragón igual que su forma de representarlo, algunos por tamaño del territorio que dominan, otros por las montañas de oro de tesoros que resguardaran, a cuantos enemigos poderosos hayan vencido, a cuantas parejas hayan tenido, qué tanto han destruido o el alcance de sus poderes, para ellos el poder era algo que no podían ignorar y que marcaba su vida sexual: Algunos dragones preferían a parejas que no fueran tan poderosas o de las que debieran proteger, como podían serlo los dragones de hierro, otros buscaban parejas fuertes que traerán progenie fuerte, estos eran los dos extremos, pero también había una mayoría que usaba a su pareja, o parejas, para demostrar su poder ¿Cómo? Para muchos dragones el poder determina el dominio durante el apareó, es habitual que los machos luchen entre ellos por aparearse con una hembra y cuando un dragón vence al otro hay tres opciones; La primera era que el dragón derrotado se marchara con la cola entre las patas. La segunda era que el dragón vencido acabara muerto, no era bonito, pero era la naturaleza. La tercera era que el dragón vencido terminaba siendo violado por el dragón vencedor como una preparación para que el dragón vencedor se apareé con la hembra. Esto último no solo era una forma de derrotar a un rival, sino que ante los dragones era una forma de demostrar su poderío, porque en la naturaleza de los dragones, los dragones que sufrían el destino del tercer escenario rara vez podían volver a reunir el orgullo para intentar aparearse o quedaban marcados con la derrota. Los dragones no solían respetar las relaciones monógamas de otros dragones (En las escasas formas en que esta relación podía mantenerse entre dragones) por lo que no les es imposible intentar aparearse con hembras con pareja, en cuyo caso empieza una batalla contra el macho de la pareja, normalmente sí el vencedor es el dragón que no es parte de la pareja suele resultar con los huevos que tenían por padre al macho vencido sean aplastados y el dragón vencido obligado a criar a las crías del vencedor. Algunos dragones formaban harenes de hembras con varios machos para servirle para demostrar poder, otros formaban harenes que no distinguían entre machos y hembras. Ahora, se puede entender por qué algunas de estas cualidades es mejor que no pasaran a cualquiera que no fuera un dragón, o por qué es tan peligroso que lo adquiera un demonio etherias.
Los humanos, por otro lado, no son tan peligrosos como los dos anteriores, claro, pueden ser peligrosos y tener comportamientos desagradables, pero nada tan grande como los anteriores, lo peligroso, en comparación a otras especies, es el momento en que las hormonas los incentivan a aparearse es muy temprano en comparación a las otras especies, lo que hace que sea peligroso cuando las hormonas adolescentes humanas y una curiosidad malsana se mezclaban con las cualidades de un etherías y de un dragón, sí... el resultado es, francamente, desastroso u horrible.
Por lo antes mencionado, cuando Natsu Dragneel volvió a abrir los ojos, END había renacido, su corazón humano amaba a todos sus compañeros del gremio, un amor que, gracias a la naturaleza demoniaca no existía diferencia entre el amor a una pareja y el que recibiría un amigo, así que sí, para este todos sus compañeros de gremio eran parejas potenciales que deseaba arruinar, corromper, humillar y destrozar, aunque dentro de su propia mente esto no era negativo, no era malvado, les brindaría un placer decadente que no podrían experimentar antes, después de todo los dragones no tenían por instinto el acabar con sus parejas, un placer maligno, lo que sería un placer culpable que les haría admitir así sea torturándolos.
— Ah~ —Gimió mientras se duchaba, incapaz de darse cuenta del cambio dentro de sí, como sí simplemente hubiera despertado sintiéndose completo otra vez— ¡Será fantástico! —Un tono lujurioso, casi como si estuviera en medio de un orgasmo, retorciéndose con una sonrisa cuya única emoción era locura— ¿Con quién debería empezar? Quizás podría hacerlos renacer como etherías —Gimió con la mirada nublada por una bruma— Si, darles la oportunidad de renacer como una forma más fuerte, más duradera, más grande, incluso dejarles probar el lado del dominio —Una sonrisa siguió creciendo, más siniestra, más maligna, más feliz— Y los que se nieguen a aceptar el cambio, supongo que no tienen potencial para ser los dominantes, o disfrutan mucho el dolor, pero no los mataré, no, eso sería una pena —Volvió a gemir mientras se retorcía, sin poder evitarlo fantaseando con sus compañeros del gremio corruptos y degradados— Vivirán para servir los que acepten ser cambiados, nunca he sido fanático del orden, pero es necesario —Con la resolución de su nuevo plan se levantó y siguió duchándose, sus ojos jamás perdieron esa bruma de placer.
Ahora, ya hemos explicado por qué el nacimiento de un dragón demonio como lo había sido en la torre del cielo era una combinación perfecta para el desastre, ahora hay que entrar en detalles sobre por qué el que este dragón demonio fuera END era incluso peor: END es el rey de todos los demonios, incluso los que no eran etherias reconocían a este como su rey por su poder considerado absoluto, fundador del gremio oscuro Tártaros lo que no solo significaba que tenía MUCHO poder detrás, sino que estaba versado en la creación de etherias, o cuando menos no sería un novato sí decidía crear uno o modificar a un humano, o a un etherias preexistente. END también era considerado el padre de las maldiciones, esto no era tanto por ser el creador de todas estás, sino por su capacidad natural para comprenderlas y crearlas, sí necesitaba una maldición de hielo sería capaz de crearla, ya sea porque pudiera crear la maldición para sobrellevar la situación adversa en la que se encontraba, o que la creará en base a lo que podría haber querido, en otras palabras, su capacidad adaptativa. Tercero, los etherias eran increíblemente resistentes a la magia normal por su propia norma al punto en que algunos dirían que eran inmunes a la magia, END tenía esa misma cualidad multiplicada cientos de veces por lo que su resistencia es inmensa. Y lo segundo era su propia maldición personal, esa que ningún otro ehterias podría imitar o aprender, una que incluso estaba lejos de poder ser recreado por Zeref, Maldición del Fuego del fin, una maldición simple, pero increíblemente poderosa; Fuego cuyo único combustible es la magia, consumiendo cualquier hechicería hasta reducirla a la nada más pura, ni siquiera magia de hielo o de agua podría sobrevivir a esto ya que consumiría la magia en estos, por eso también era considerado el único demonio que realmente podría matar a Zeref, uno que sobreviviría a su maldición de muerte inmediata y que podría anular su inmortalidad. Una de las razones por las que END era considerado un monstruo al propio nivel de Acnología o Zeref, algo que era propio de un tiempo más cercano a la guerra y al caos de hace cuatrocientos, casi quinientos, años que ya no tenía un lugar en la época actual, pero que la actualidad tampoco sabía, o estaba preparado, para lidiar.
¿Lo positivo? Bien, realmente no había nada positivo en esto, a menos que END, o Natsu ya que ambos nombres eran correctos, fuera increíblemente descarado, a un nivel propio de empezar a destruir ciudades, nadie lo descubriría inmediatamente y por lo tanto no podrán detenerlo, lo que los llevaba a la segunda cuestión ¿Podía ser detenido? Si, pero no por mucho tiempo, pese a que END había despertado una cosa era estar despierto y otra estar en máxima potencia, tardaría en recuperarse antes de siquiera poder recurrir al fuego del fin en su forma más simple, meses en siquiera haber recuperado una fracción de su poder, quizás incluso tras diez años no estaría en toda su potencia, el problema de tener reservas y poder inmenso significaba que había un gran contenedor que llenar, claro, su cuerpo estaba acostumbrado a algo así, pero eso fue en el pasado, de aquí a que su cuerpo pudiera reponer energía como en la antigua era pasaría un largo tiempo, ni siquiera confiaría en sí mismo para enfrentarse a algunos de los etherias de nivel intermedio en estos momentos (Porque su mente se negaba a siquiera considerar que no podría vencer a un etherias de bajo rango) así que sí, tendría que ir tranquilo, demasiado tranquilo, pero sabía que su poder estaba allí, y quien sería su primera presa: Loki
Puede que otros de los miembros del gremio no pudieran percibirlo, pero END era un demonio que existía con dos propósitos, una segunda oportunidad para el hermano menor de Zeref (Lo que era) y para matar a Zeref, por lo que para él no era ningún secreto que el espíritu del zodiaco de Leo estaba entre ellos, tan débil y frágil, seguramente su vida debería estar por terminarse, incapaz de volver al mundo de los espíritus por alguna razón, el estado debilitado de su presa no era la única razón para ir tras él primero: No quería que el rey espíritu estelar descubriera que había vuelto, puede que los espíritus no siempre recordaran a los humanos (No es que pudiera culparlos, los humanos vivían vidas demasiado cortas en comparación), pero el Rey recordaba a esos enemigos, dudaba que hubiera olvidado a Mard Geer, y sí no lo había olvidado a él dudaba que olvidará a Acnologia, a Zeref, o al propio END, claro, no debería poder reconocerlo a una simple vista (Había infinidad de razones para las semejanzas cuando las buscaban seres que eran técnicamente inmortales), pero reconocería el poder y la presencia sí se le daba la oportunidad, y a menos de que estuviera en plena potencia no se sentiría confiado de enfrentarse a él (No porque no pudiera vencerlo, pero sería un dolor en el culo) y eso sin lugar a dudas llamaría la atención del mundo, y no tenía problemas con volver a ver a Zeref, era su hermano mayor, se amaban (Pese a su disfuncional y contradictorio estilo de amor), pero Acnologia, ese sería un punto terrible, algo a lo que definitivamente necesitaría su máxima potencia sí quería vencerlo, y una parte de él quería hacerlo para asimilarlo (Uno llegaba a un cierto tipo de respeto y amor hacía alguien que enfrentabas tantas veces) (Aunque para este punto debería ser obvio, no deberías confiarte cuando Natsu o END usaban la palabra "Amor", para él era algo muy turbio y corrupto que lo mejor sería evitar).
— ¡Natsu~! —Happy gritó desde el otro lado de la puerta, se había quedado con Erza tras su supuesta muerte en la torre del cielo, Jellal debería agradecer que está muerto y no tiene acceso a su cadáver o lo resucitaría para hacerlo pagar por lastimar a alguien que amaba, ese era SU trabajo— Erza dice que te des prisa, tenemos que prepararnos para la despedida—Ah, sí, se suponía que les darían una despedida a los viejos amigos de Erza, quizás sí hubieran decidido quedarse también los amaría, pero suponía que, sí eran lo suficientemente importantes para Erza podría encontrarlos después para que se volvieran parte del nuevo gremio que nacería.
— Ya voy, ya voy —Bufó mientras se veía en el espejo, en ninguna parte de su piel había una sola marca o línea negra que delatara sus orígenes demoniacos, tampoco había ningún rasgo dragonico que pudiera delatar que estaba más allá de lo que un Dragon Slayer podía lograr sin estar sufriendo la transformación permanente— Perfecto —Sonrió antes de caminar a sus ropas antes de detenerse de golpe, una sonrisa arrogante en sus labios antes de tronar los dedos.
En un parpadeo vestía un nuevo atuendo hecho totalmente con magia, sí, débil, no tenía utilidades para la batalla (Una contante hace cuatrocientos años), pero perfecto para él: Había mantenido sus sandalias, principalmente porque estaría en la playa y prefería usar eso, pantalones negros largos, sin camisa, no le habían gustado ni siquiera hace cuatrocientos años, una especie de abrigo negro, más parecido a una gabardina ya que llegaba a su rodilla, de un violeta oscuro, no amaba los colores brillantes, pero tampoco los odiaba, culpaba a su hermano quien prefería los colores oscuros y lo había acostumbrado a ello, ahora, vestido como estaba salió por la puerta para saludar a Happy, quien era como su hijo, no, era su hijo, se preguntó sí Zeref había estado tan emocionado de volverlo un etherias como se sentía Natsu de convertir a Happy en uno ahora, eran una familia complicada, se preguntó brevemente sí Zeref le daría sobrinos que luego convertiría en etherias, o sí los crearía directamente como etherias.
— Se siente tan bien volver —Río mientras abría la puerta con una sonrisa
Esto es, francamente, algo que llevaba unos cuantos días tonteando en mi mente, algo que no podía sacar completamente de mi cabeza y que siempre terminaba volviendo dentro de mi cabeza, una parte de mi cerebro gritando "Desarróllalo, desarróllalo" y aquí está, les seré franco, sí termino haciendo esta cosa a algo más desarrollado estoy pensando en unas dos opciones; Un Natsu bisexual que no mira con quien se acuesta, o, un Natsu heterosexual pero que le es tan indiferente el espacio personal y disfruta tanto de atormentar a todos que se cuestionará sí solo folla mujeres, también habría otras parejas, otros personajes demonizados, y un largo etcetera.
