La risa de los niños en pleno verano era una imagen invaluable para el padre de 11, ver a Lori atacar a sus hermanos con dos pistolas de agua, a Lynn competir contra Lucy por ver quien aguantaba más tiempo el agua en la piscina inflable que habían comprado entre todos, o ver como Lola tomaba el sol junto a Lana quien se había quedado dormida a su lado era una imagen invaluable en su corazón, nunca espero tener tantos hijos, pero eran momentos así en los que no se arrepentía de su vida y sonreía, optimista de la vida.

- ¿Quieres tomarles una foto cariño?

Rita, su esposa, sonreía a su lado con un vaso de jugo en sus manos, acercándose a su esposo los cuales veían ambos a sus hijos desde la puerta de la cocina.

- Prefiero guardar esto en mi mente, no quiero perdérmelo.

- Creo que si iré por la cámara.

- Rita, Lori está próxima a irse a la universidad y desde ahí no sabremos cada cuanto la veremos, creo que el momento de pasar tiempo con ellos es ahora que siguen siendo pequeños antes de que sigan su vida, ahora es Lori, luego no nos estaremos dando cuenta y Lily estará empacando para seguir su vida.

- Esos son pensamientos de anciano, aun te queda suficiente pelo en la cabeza para que te pongas así. - Rita se acerco a su lado, poniendo su rostro a pocos centímetros del de su esposo. - ¿Paso algo?

- Bueno, más que pasar algo, esta mañana estuve revisando nuestros gastos con Lisa y, bueno, ya sabes.

Rita levanto su ceja derecha con confusión, pues realmente no tenia idea de a que se refería su esposo, haciendo una seña con la mano para que este continuase hablando.

- A lo que voy, estuve revisando nuestro fondo de estudios, para, ya sabes, Lori.

- Ella esta luchando por obtener la beca deportiva en esa universidad con programa de golf, si eso ocurre-

- Lo sé, lo sé, pero eso me hizo pensar dos cosas, que nuestra Lori está por irse y, - Lynn sr se ajusto la garganta, mirando nervioso a su esposa mientras comenzaba a sudar. - Y también pensé en mí.

- ¿De qué hablas Lynn?

- Bueno, hemos ahorrado una cantidad mayor a la que esperaba, y aún considerando la colegiatura de Lori con su beca, creo que podría cumplir mi sueño.

- ¿Tú sueño? - Rita se mostró confundida por un momento antes de sorprenderse. - ¿Tienes para abrir el restaurante que tanto soñaste?

- No creo que tal como lo soñé, pero si tenemos para empezar un nuevo negocio, aunque el costo-

- Lynn. - Rita tomo sus manos, apretándolas con fuerza. - Ese ha sido uno de tus mayores sueños, debes hacerlo.

- ¿Estás segura amor?

- Por supuesto, aún queda tiempo para que Lori termine siquiera la preparatoria, me dices que calculaste todo con Lisa y te alcanza, podemos estirar un poco el presupuesto por un tiempo y que empieces tu negocio.

La boca de Lynn temblaba mientras sentía que sus ojos se humedecían, desde aquella pequeña revelación de la mañana que se había debatido mucho si arriesgarse a tanto con tan grande familia a sus espaldas, no podía culparlos de su situación financiera, pero tenía que velar primero por sus intereses antes de los suyos propios, esa era su visión de lo que un buen padre haría, pero las palabras de apoyo de su esposa habían calado profundamente en su corazón y le habían dado esperanza de que podría compatibilizar tanto sus sueños como su idea de ser un buen padre, por lo que envolviendo sus brazos en su esposa le deposito un beso en sus labios mientras unas lágrimas caían desde sus ojos, unas que fueron limpiadas por su esposa quien le respondía con una sonrisa similar a la de su esposo.

- Siempre has sido alguien tan emocional.

- Con una familia tan hermosa, no puedes pedirme que no lo sea.

Y con un nuevo beso, esa tarde se sello la nueva tarea del patriarca Loud.

Renunciar a su empleo, buscar empleos en restaurantes locales para ganar experiencia mientras procesaba la compra del local, buscar inversionistas que le apoyaran, intentar convivir con sus hijos, los siguientes meses para Lynn fueron realmente caóticos y más movidos de lo que había vivido en años, aun así, este no perdió la fe en que todo podría salir bien, aun cuando en ocasiones los números comenzaban a dar en rojo o que algunos trámites parecían alargarse innecesariamente, Rita siempre estaba a su lado mencionándole que todo mejoraría, incluso tomando turnos adicionales en la consulta dental, habían privado un poco a sus hijos de gustos, pero estos, para emoción del patriarca, habían aceptado, apoyándolo una vez revelo su deseo a estos, y casi 7 meses después, Lynn observaba con emoción la entrada de "El mesón de Lynn".

- Se logro.

- Así es cariño. - Rita tomo la mano de su esposo.

- No es un sueño, está realmente aquí.

- ¡Claro que está aquí papá! - Lana saco una llave inglesa y la alzó como si se tratara de una espada. - ¡Y lo construimos entre todos!

El resto de sus hijos vitoreaban en alegría lo que había sido un proyecto familiar, todos habían aportado algo de alguna manera y Lynn no podía evitar sentir una mezcla de orgullo, felicidad y sentir que simplemente estaba soñando y despertaría para levantarse y volver a su cubículo una vez más, por lo que sonriendo entre nuevas lágrimas de felicidad los abrazo a todos mientras abría las puertas del local, sabiendo que la inauguración sería en pocos días y tendría que dejar todo listo para entonces, pero primero:

- ¡¿Quién quiere ser el primer comensal de "el mesón de Lynn"?!

- ¡Yo!

Y toda su familia, tal como solían hacerlo, se pelearon por ver quien entraría primero al mayor sueño de su padre hecho realidad.

Los siguientes días pasaron rápidos para Lynn, demasiado, no fue hasta entradas unas semanas que todo comenzó a calmarse, la inauguración había sido un éxito y se habían asegurado algunos comensales regulares, pero conforme se volvió otro restaurante más, la clientela bajo, según el "estudio de mercado" de Lisa eso era algo común, con el tiempo y que el establecimiento ganase reputación se estabilizarían las ganancias, eso había tranquilizado a Lynn momentáneamente, pero, cierta noche cerca de la 1 de la madrugada, Rita se levanto al baño, notando a Lynn sentado frente a la mesita de la sala de estar con una multitud de papeles frente a él y como única iluminación una pequeña lampara de escritorio.

- ¿Lynn?

- ¡Ah! - El hombre se volteó rápidamente mientras se tomaba el pecho. - Ah, eres tú querida, lo siento.

- No, discúlpame a mí, ¿Qué paso?

- Le dije a Lisa que no se preocupara más del presupuesto, creo que es mucho para una niña de su edad tener que estar calculando estas cosas, ella debería centrarse más en su, ya sabes, ciencia y eso, o en ser una niña pequeña, lo que decida ella.

- Lynn.

- ¿Qué? Ella debería vivir su infancia.

- ¿Por qué le quitaste la responsabilidad a Lisa?

- Ya te dije, es porque-

- Lynn, todos están durmiendo, espero, puedes decirme la verdad, si no podemos ser sinceros en estas cosas, ¿Cómo seguiremos manteniendo la confianza que hemos llevado todo este tiempo?

Lynn lo pensó por un momento antes de dar un fuerte suspiro y desplomarse sobre el sofá, llevando sus manos a su cara para masajear sus ojos cansados.

- ¿Recuerdas lo que dijo Lisa sobre los ingresos del restaurante?

- Por supuesto.

- Eso solo lo calculamos pensando en el restaurante, y he estado tan centrado en ello que no me había puesto a pensar en los gastos propios que tenemos como familia.

- ¿De qué hablas? Siempre hacemos calzar todo el presupuesto.

- Si, pero no pensábamos en eso cuando intentamos instalar el segundo baño, o cuando nos fuimos de vacaciones hace unas semanas, o los gastos que tuvimos de reparaciones por el último día de bromas, y sinceramente no quiero continuar con la lista.

- No es tan terrible, podremos salir adelante, solo tengo que-

- Ni… se te ocurra terminar esa frase.

- Pero Lynn.

- Rita, tú me dijiste que persiguiera mi sueño y eso hice, ahora por fin puedes seguir el tuyo trabajando para la editorial, no, - Un fuerte suspiro salió de Lynn, cubriendo su rostro casi avergonzado. - No puedo pedirte ahora que renuncies a tu sueño de ser escritora por mí.

- Puedo hacerlo de forma independiente en el futuro, por ahora puedo volver a preguntarle al doctor si me acepta nuevamente.

- Un no es un no Rita, no podría verte a la cara si sacrificas tú sueño por el mío.

- ¿Y tú vas a sacrificar el tuyo acaso? Así no funciona Lynn.

- Ya se que no funciona así, solo… debo encontrar la forma.

- Sabes que lo que digo es sensato.

- No, no y no, eso es estúpido.

- ¿Dices que mi determinación es estúpida?

- No, no es eso, yo no-

- Lynn, no tienes que cargar con esto tú solo.

- Pero no tengo porque ser el único cómodo con su trabajo, es mi deber como padre y esposo.

- Somos una pareja, debemos llevar esto juntos.

- ¡Pero esto ocurrió por mi sueño! ¡Es mi puta culpa!

Ante el grito, Lynn termino pateando la mesa donde estaban los papeles por error, esparciéndolos por el suelo mientras se notaba visiblemente agitado, asustando a Rita.

No tardo en darse cuenta del pequeño desastre que había hecho, y para peor, podía escuchar como algunos ruidos comenzaban a escucharse en el segundo piso, alguno de sus hijos, en el peor caso todos, estaban despiertos, momento en el que se encamino a la entrada de la casa.

- Necesito respirar un poco, lo siento por todo cariño, yo recogeré todo cuando vuelva, por favor, vuelve a dormir.

El sentimiento de sentirse incapaz de sostener a su familia agobiaba al adulto quién vago por el vecindario recibiendo el frescor de la noche, no había salido abrigado más que con su usual suéter verde el cual era incapaz de aislarle completamente del frío pero no le importaba, los números hablaban por si solos, había priorizado mucho el poner en marcha su negocio y había descuidado los gastos de su hogar, era la única verdad de toda esa situación, ni siquiera había sido capaz de contemplar realmente todos los gastos que tendría que llevar en su negocio y había recibido recientemente el dinero de su inversor, no podía ir a pedirle más solo para poder solventar los gastos de su hogar, tenia que comprar los insumos para su negocio y pagar los sueldos de sus amigos/trabajadores, si lo veía desde un punto de vista económico, tendría que ceder los recursos de su familia para sostenerse, incluso pensó en tocar los fondos de Lori rogando poder reponerlos para cuando esta se marchase, solo serían unos pocos meses así, no, él no podía dejar que eso se postergase demasiado, un mes ya lo consideraba demasiado tiempo, tenía que resolverlo lo antes posible.

Regresar esa noche fue incomodo para él y, aunque no le sorprendía, Rita lo había esperado despierta y con algo de té para calentar su cuerpo, esa noche hablaron bastante, Lynn pidió perdón pero le rogo que no renunciara a su propio sueño, algo que la mujer termino accediendo, y con promesas de que todo estaría bien, durmieron otra noche más.

Los días pasaron y la clientela no remontaba, había encargado a sus hijos publicitar el local siempre que pudiesen y eso les había ganado algunos comensales adicionales, la situación mejoro un poco, pero no al ritmo que esperaba Lynn, pero, para sorpresa de Rita, las deudas del hogar pudieron ser solventadas siendo que Lynn le revelo que le pidió dinero a su familia, algo que había dañado un poco su orgullo, pero que a sus propias palabras, eso no valía tanto como la felicidad de su familia.

Y así fue como termino otro año, hubo una nueva tanda de graduaciones, Lincoln termino la primaria, Luan termino la secundaria y… Lori termino la preparatoria.

- Papá, me voy en una semana, no tienes que seguir tan pegado a mí.

- Eres mi pequeñita, mi sol, no te voy a ver en tanto tiempo y yo, yo-

Las lágrimas inundaron los ojos del hombre quien abandono la habitación corriendo para una ligera risa tanto de Rita como de Lori, quienes entendían lo sentimental que podía llegar a ser el hombre en esas situaciones, más cuando su hija había comenzado a seleccionar que iría al ático, sería heredado, se llevaría y que se iría a la basura.

Lynn no se detuvo una vez bajo la escalera, ni siquiera eso, siguió avanzando por las calles hasta alejarse lo suficiente del vecindario, llegando a un pequeño parque donde continuó llorando, no era un simple llanto producto de la nostalgia y el saber que su primogénita estaba a pocos días de marcharse, sino que su desesperación era la elección que había tomado, aquella idea que pensó sería lo mejor y con la que, en silencio, solventaría la situación, el fondo de educación de su hija había sido gradualmente tocado y no había logrado un equilibrio entre extraer y volver a depositar en este, llegando a ese punto donde él sabia perfectamente, no podría costear toda la suma que necesitaba y sabía la universidad no tardaría en cobrarle, quizás tendría algo de tiempo una vez su hija se marchase, pero no necesitaba ser Lisa para saberlo en base a sus ganancias actuales: no era suficiente.

- Sacrifique el futuro de mi hija por mi estupidez, maldita sea.

Entre lágrimas y mucosidad se maldecía a sí mismo, deseos de golpearse tan brutalmente que despertaría de aquella pesadilla donde él mismo había llevado todo a esa funesta situación y repetía cada poco aquella falta de dinero que guardaba para sí, ni siquiera recordaba cuando había comenzado a escusarse con su esposa y engañarla para aparentar las ganancias del restaurante, incluso con los lapsos donde les había ido especialmente bien aún tenían un déficit muy grande que cubrir, y que ahora se había trasladado de su restaurante al futuro de su hija.

Pero entre todo su asco propio, pudo sentir como un sujeto de traje se sentó a su lado, encendiendo un cigarro antes de darle una enorme calada.

- Necesitas dinero eh.

- No creo que esto sea algo de su incumbencia.

- Por supuesto que no, simplemente escuché su lamento y sentí algo de lastima, algo sobre una tal, ¿Lori? ¿Es su esposa o alguna otra cosa?

- Es mi hija, y la amo con todo mi ser, y, aun así-

- Es una pena, no es que este hermoso país tenga una educación universitaria especialmente barata y accesible, que lastima en verdad, tan joven y tan jodida por las decisiones de su padre.

- Hice lo que creí mejor para todos, incluyéndome a mi y mi esposa, quería que ambos siguiéramos nuestros sueños, pero al final, no conseguí nada más que lo contrarío.

- Por lo que alcance a entender de su… peculiar lamento, usted tiene un negocio, ¿Cierto?

- Si, un restaurante.

- Un restaurante, que agradable, que… interesante.

El hombre con traje termino su cigarro de unas pocas caladas más, tomando un papel y dejándoselo a un lado de donde el hombre estaba sentado.

- Tengo un amigo al que, mmm, podría interesarle ser un nuevo inversor de su negocio, siempre gusta de apoyar al emprendedor en momentos de desesperación, si le interesa, vaya a visitarlo, dígale que Mista le envía, claro, solo si le interesa el apoyo para, ya sabe, su hija.

Y con la misma calma que actuó en todo momento se retiró, dejando al hombre pensativo, esa semana se dedico casi en su totalidad a trabajar todo cuanto pudo, incluso Lori se excusaba con querer ahorrar un poco más y por ende ayudaba en el restaurante solo para intentar convivir con su padre, pero el viernes de esa semana, una vez termino el horario de almuerzo y por ende, pudieron descansar tranquilamente, Lori se acerco a su padre quien se hallaba pelando algunas papas.

- Creo que ya tenemos suficientes papá.

- Hoy le ha ido bien a sus platillos, prefiero tener trabajo adelantado para el horario de la cena.

- Papá, ¿Por qué no simplemente te relajas un poco? Quiero pasar algo de tiempo contigo.

- Yo también cariño, pero finalmente estamos remontando con el restaurante, y ahora que te vas quiero que estes tan tranquila como puedas.

- Papá.

- N-No es lo que crees, son las cebollas.

Lori abrazo a su padre quien comenzaba a romperse una vez más.

- Eres mi querido papito, se que solucionas nuestros problemas junto a mamá, siempre lo has hecho, ¿No?

- S-Si.

- Entonces, ¿Puedo tenerte un poco conmigo para disfrutar de la vida agradable que me diste?

- C-Claro hija.

Ambos conversaron bastante, pero con cada palabra de su hija, aquellas frases con las que había iniciado la conversación calaban más profundo en su corazón hasta que, pasados 20 minutos de conversación, este se excusó de su hija, dejando a cargo a sus amigos por un par de horas, mencionando que llegaría antes del horario de la cena y dejando a Lori aun más consternada con la actitud de su padre.

En el momento que Lynn salió del restaurante, saco un papel que había guardado en su billetera con sumo recelo, observando la dirección que en este se encontraba.

- Tú lo dijiste hija, me encargaré de que tengas una vida tranquila.

Y se interno en las calles, sin una clara certeza de lo que ocurriría.

El tiempo nuevamente comenzó a correr, pero para Lynn fue un tiempo que avanzó en extremo lento, cada día se le hacía eterno desde la partida de su hija quien se había ido algunos días previos al inicio de clase para poder orientarse en la universidad de sus sueños, sus demás hijos no tardaron en ingresar nuevamente a la escuela, pero otro evento imprevisto ocurrió la primera semana, notando como su único hijo varón entro con una expresión sumamente preocupada a su habitación una noche de martes.

- Mamá, papá, oigan, ¿Qué tal su día?

- ¿Qué paso cariño? - Rita saco sus gafas de lectura para fijarse en su temeroso muchacho. - ¿Te expulsaron de la escuela o algo?

Tanto Rita como Lynn rieron de buena gana, sabían cómo era su hijo y una broma así servía para bajar las tensiones, puesto que nada podría ser peor que eso, pero la expresión del chico, más que de risa, se había vuelto tan pálida como su cabello.

- De hecho, es algo… parecido, verán-

Una hora después ambos padres estaban ocupados observando las facturas y el cuaderno que usaba Lynn para administrar las ganancias del restaurante, nunca pensaron en la posibilidad más remota que algo así ocurriese, menos con Lincoln a quién sabían que podía hacer travesuras, pero nada de esa escala, ahora tendrían gastos de transporte, procesar rápidamente un pasaporte y ver como podrían arreglar rápidamente la nueva transferencia de Lincoln a su secundaría real, Rita se encargo de calmar a su hijo quien parecía entender lo grave de la situación mientras que Lynn se centraba en los números, viendo, nuevamente, números en rojo.

- ¡Esta vez si cruzaste los limites Lincoln!

- L-Lo siento, nunca creí que me cambiarían a una escuela en otro país.

- ¡¿Y no pudiste detener a la directora?! ¡¿Qué acaso hizo todo esto en las sombras o solo te quedaste de brazos cruzados mientras procesaba todo?!

- Lynn, ya cálmate, Lincoln claramente no esperó esto.

- Lo siento papá.

- ¡Un lo siento no es suficiente jovencito!

Pese a que Lincoln se veía notablemente afectado y Rita había procedido a abrazarlo, Lynn no daba atisbos de detener su regaño, ni siquiera ante las palabras firmes de Rita este se detuvo, mencionando lo irresponsable que había sido su hijo hasta casi sacarle lágrimas, momento en el que se detuvo y sostuvo su cabeza con dificultad.

- Que viajes a diario es imposible, ¿Hay algún sistema de pensiones o alguien que te pueda alojar?

- ¿Q-Qué?

- No voy a dejar que pierdas el año por si no logramos resolver esto lo antes posible y desde su jugarreta del año pasado nos prohibieron el servicio de escuela en casa, así que tendrás que asistir a la escuela en Canadá hasta que solucionemos esto, te quedarás allá de alguna forma u otra.

- P-Pero papá.

- Lynn, estás siendo irracional.

- Irracional es toda esta situación, al menos por lo que dice el folleto de su directora ellos se están encargando del pasaporte, es la última palabra.

- P-Papá.

- Espero que el tiempo que estés en Canadá te ayude a reflexionar por tus travesuras Lincoln.

Y pese al llanto del muchacho y la discusión con Rita, la decisión de Lynn no se vio alterada, esas instrucciones serían ejecutadas e incluso su esposa termino por aceptar, unos días después, Lincoln se embarcaba hacía el extranjero pese al llanto tanto de hermanas como del propio Lincoln.

- Volverá pronto chicas, solo será hasta que lo vuelvan a aceptar en su secundaría, posiblemente no será más de un mes.

Pero un mes paso y la tramitación de Lincoln no se acababa, y para Lynn, significo otro gran incremento de gastos no pensados, dándole nuevamente cuentas en rojo, pero esta vez, no era una carta de embargo o similares quienes se dejaron aparecer, sino un grupo de hombres de traje durante el termino de una jornada en el restaurante.

- ¿C-Chicos?

- Te ayudo a que puedas prosperar, te ofrezco mi confianza y me pagas así, no pagándome, ¿No te suena una ironía cómica?

- S-Señores, lo juro, tuve problemas serios recientemente, juro que les pagare, el doble si ustedes quieren, pero les juro que les pagaré.

- Siempre dicen lo mismo señor Lynn, es una lástima que solo nosotros seamos quienes cumplen las promesas.

En la cercanía, una chica se acercaba al restaurante pese a la hora, había sido enviada por su madre por su padre ya que esta estaba preocupada por Lynn, pero todo lo que pudo presenciar a la distancia fue el sonido de un par de disparos en un callejón colindante al restaurante, temerosa pensó en retroceder, pero si aquello era cerca del restaurante y bien podría estar su padre aterrado por los disparos, pero al girar cerca del callejón pudo notarlo, a su padre, con varios disparos a lo largo de su cuerpo.

- ¿P-Papá?

- Esto pasa cuando no pagas tus deudas señorita, es una lastima que hayas tenido que ver esto o siquiera si tu padre te contó sobre nuestro trato, es indiferente.

- Señor, ¿No deberíamos capturarla?

- Somos gente de negocios y estamos por irnos del país de todas formas, solo nos queda esta propiedad y un cadáver por procesar.

- ¿Propiedad? - La chica ni siquiera terminaba de comprender lo que ocurría, estaba por completo en shock.

- Así es, ya que tu papi no está, alguien debe hacerse cargo y esta sería la mejor manera de pagarnos lo que tu padre nos debe.

La mente de la chica era incapaz de procesar todo, aunque tenia la noción nunca se había preocupado realmente por le concepto de ahorro o gastos, solo sabía lo que podía notar en aquel oscuro callejón, que su padre se encontraba tirado a pocos metros y que el sueño de este estaba por ser tomado por esa gente, porque por lo visto tenía deudas, serias deudas, pensando en ese momento en una cosa especifica.

- "Papá estaba furioso porque esta situación es culpa de Lincoln".

Con una extraña sensación de vació en su interior, termino por llamar al sujeto.

- ¿Solo quieres tu pago no?

- Niña, lo mejor que puedes hacer en este momento es quedarte callada, ¿Ok? Si puedo me gusta evitar ensuciarme las manos más de lo necesario.

- ¿Se puede pagar con personas?

Eso detuvo instantáneamente al sujeto.

- ¿Acaso te quieres vender a nosotros para salvar el legado de tu padre? Debo admitir que los niños tienen un, mmm, considerable valor en ciertos mercados.

Y la chica, sin pensarlo demasiado más que lo que tenía enfrente y los pocos remanentes de su conciencia alterados por el dolor que comenzaba a incrementarse a cada momento, hablo.

- Hay... un chico, en Canadá, está solo y sin familia, simplemente está allá por ir a una secundaria donde no conoce a nadie, si se lo llevan, nadie se enterará jamás, tómenlo como pago y dejen el restaurante de papá.

Los matones observaron a su jefe pensar por un momento, la chica seguía sin mostrar ninguna reacción visible, como si fuese incapaz de asimilar nada, hasta que un aplauso del sujeto de traje más vistoso le devolvió parcialmente a la realidad.

- Bien, acepto el pago.

- Pero jefe-

- Venderlo en los campos de Napoles nos va a dar más que este local que apenas se sostiene solo, y es un tercio de papeleo, ¿No es lo mejor?

- S-Supongo que tiene razón.

- Bien, así sea, - Se volteó a la chica en shock. - Acepto tu oferta, ¿Quién es mi pago?

- Lincoln... Loud, mi... hermano...