Historia basada/inspirada de la de anddycm "Secret's: After Story" y AU original de E-Vay

~~ Narración de Aurora...~~

Las horas pasan lentamente, por alguna maldita razón se me hacen eternas. No podía evitar observar a cada instante el jodido reloj que estaba a un costado de mi cama, avanzaba con una lentitud que me enloquece sus manecillas. Siento que me puedo morir en cualquier momento, dentro de las cuatro paredes atrapada estoy ahora mismo. Sin dejar de derramar lágrimas, esperando con ansias el día acabe o el momento de por fin "ya despertar" de esta enorme pesadilla que me ahoga.

— Por favor, que todo esto sea un jodido sueño... —dije para mí misma, soportando que mis orbes se humedecen.

"¿Por qué?" Eso supongo que se estarán preguntando. Bueno, no creí que algo así me podría pasar, no me la esperaba.

Sigo estando en shock por lo ocurrido, visto y oído esta tarde; en serio, no podía creer que lo que pasó hoy fuese cierto.

Por favor... Que alguien me despierte. Que alguien venga y me rescate.

No lo soporto más...

Ya no lo aguanto, podría acabarme matando, estos recuerdos me atormentan todavía.

Necesito ayuda...

~~ Narrando la autora, varias horas atrás... ~~

Los bellos tonos tenues entre rosado, morado y anaranjado se presentan en el cielo, indicando un nuevo amanecer y un nuevo día para la protagonista de ésta historia. Una eriza ojiesmeralda de figura esbelta y pelaje rosa se despierta, estirando sus brazos hacia el techo junto a un muy profundo bostezo. El ruido de su despertador es silenciado de inmediato apenas vibraba, la pelirosa frota sus ojos al poner sus pies sobre el suelo.

Aurora Speeder-Rose, nuestra querida protagonista, hija del gran héroe de todo Möbius, Sonic The Hedgehog y de la pícara secuaz de éste mismo en sus aventuras: Amy Rose. Muchos decían que ella era el mejor ejemplo de expresión del amor que surgió entre ambos erizos.

Muchos la amaban. ¿Cómo no hacerlo? ¿Quién no lo haría? ¡Por favor! ¡Ella era una eriza simplemente perfecta!

Con una familia feliz, un par de comprensibles padres demasiado amorosos y sus adorados hermanos menores, quienes la apoyaban en todo lo que ésta se propusiera. Sonic solía ser sobreprotector con ella y sus hermanos por ésto mismo: Spazz y Flash. Su madre solía contarle cómo fue que logró capturar el corazón de Sonic, según su padre en la época de su juventud era demasiado tímido y siempre huía de sus sentimientos hacia ella.

Todas las noches antes de que durmiera Aurora, Amy le cuenta sobre sus aventuras del pasado, que ella esperaba que su hija hiciera lo mismo. En algún futuro día, su querida Rory siga sus pasos, que pueda hallar al hombre de sus sueños. Cuando eso ocurra, nunca lo deje irse de su lado, por más que las cosas se pongan en su contra y que esté dispuesta a hacer lo que sea por atar a ese hombre a su lado. Así como ella lo logró con Sonic, queriendo que el destino de Aurora sea recorrer el mismo.

Cosa que acabó sucediendo, ya que para sorpresa de nadie, Aurora era la viva imagen de su madre en muchos aspectos. Su primer amor, el único que ha tenido desde que era una pequeña eriza de tan sólo 5 años. Su corazón y mente tenían a un sólo individuo presente, sin importar qué le dijeran, no importaba cuantos chicos le hablaran y quisieran conquistarla, Aurora era muy firme y apasionada con sus propios sentimientos, su idealización en tener a un único amor para toda su vida, siendo así el orgullo de su adorada madre. Aurora tenía sus pies muy bien planteados en las nubes.

A pesar de ciertos obstáculos el paso de los años es inevitable, Aurora logró convencer, a muy regañadientes y con su debido tiempo, que Sonic deba aceptar al dueño de su corazón e inesperada relación: tener de pareja al mismísimo Shadow the Hedgehog. El mayor rival, anteriormente, por el corazón de Amy Rose y por la velocidad.

Por más incómodo que fuese el tema del pasado amoroso entre Sonic, Amy y Shadow, como argumentaba la joven Rose: "El pasado ya pasó, ahora sólo está vivir el momento e ir hacia un maravilloso futuro...", no dejaría influenciar los sucesos del ayer entre sus seres queridos, en su fabuloso e ideal por venir. Así que cada vez eran menos las discusiones al respecto, Sonic seguía firme en que su relación con Shadow no tendría futuro y tenía que callar por la felicidad de su hija. Los debates y argumentos que el erizo azul daba a su hija, se derriten antes de si quiera ella procese el significado de sus palabras. Ella se limitaba a contradecir e ignorar las palabras de Sonic, tachando a su padre como un "sobreprotector" y exagerar todo.

Todo parecía estar saliendo bien en la vida perfecta de nuestra protagonista. Aurora era una luz de esperanza y de alegría para todos los que llegaban a cruzar caminos; pero aún así, como todo en la vida, lo perfecto y lo bueno no es eterno.

Después de las veces que tanto Shadow como ella, tuvieron que viajar en el tiempo. Ambos hicieron cosas por el otro, arreglar los problemas que Aurora ocasionaba, no de manera consciente, por su "ingenuidad" e "inocencia". Su amor era lo suficientemente fuerte, como para arriesgar a todos con tal de mantener esa chispa de unión.

Un amor predestinado como el suyo, ¿era en verdad lo correcto? Amarse por lo que fueron y serán y no por lo que son, ¿eso es amor?

Tan buena solía verse su vida. Todo era felicidad y rosa pastel, hasta que...

— Aurora, necesitamos hablar... —dijo en un susurro el azabache.

Shadow se encontraba desde la ventana, lanzó un par de piedras para llevar su atención; sin embargo, acabó alzando su voz para intentar despertar a la antes mencionada. Al ver que la ventana estaba abierta, entra tratando de no hacer mucho ruido.

— ¡Buenos días, Shadow! —respondió somnolienta, cayendo de espaldas sobre sus cobijas.— ¿Qué es lo que quieres?

— Deberías tener más cuidado, Light. Tienes suerte de que ningún loco supiera que duermes sin ponerle seguro a la ventana. —Shadow comentó señalando con su pulgar detrás suyo.

— ¡Aww~, te preocupas por mí! Muchas gracias, lo tendré en mente. —fijándose al reloj y cubriendo su rostro con una almohada.

— Si, bueno, este... Aurora. Aurora, yo... —rascando su nuca, se nota cierta preocupación.

— Dime.

— Estaba pensando en hablar contigo de algo, verás... Yo...

— ¡Venga, son apenas las 7 de la mañana! Dáme otros 5 minutos más, Shady. —la rosada exclamó al ver dicha hora, poniéndose de pie ante su amado.

— Por favor Aurora, lo que debo decirte es algo con lo que debes estar en los 5 sentidos.

— ¿Y qué haces tan temprano en mi casa, Shadow? —inquiere, apartando la almohada de su rostro.— Ni tiempo me diste de ponerme guapa para ti.

— No importa eso ahora, como te quería decir... —trataba de articular palabras, siendo de nuevo callado.

— ¡Uy, uy! ¿Se trata de alguna cita sorpresa romántica? ¡Eres tan adorable! —la eriza sujeta las manos del moreno, brillos brotan de sus ojos.— ¡Oh, oh! ¡O algo mejor! ¿Piensas en pedir mi mano? ¡Sería todo un placer, si que si! Comprometerme contigo siempre ha sido mi mayor sueño, Shadow.

La eriza color rosa pastel hablaba sobre su boda ficticia a largo plazo, sosteniendo a su pareja e improvisa un pequeño vals en medio de su habitación. El mayor se detiene en seco, separando sus manos de las de Aurora.

— Para nada, debemos hablar de algo muy delicado.—habló sin perder los estribos.

— ¿Sh-Shadow? —titubea, se siente extrañada ante la actitud del otro.

— Te esperaré afuera, cuando quieras tomarte las cosas en serio y podamos hablar.

El de vetas carmesí se marchó fuera de la casa de su "novia", sin cruzar miradas tras soltarla tras salir por aquella ventana. Aurora se encuentra confundida ante la actitud de Shadow, se deja caer al pequeño sillón de su habitación procesando ese movimiento brusco y palabras del mayor. Al sentirse un poco calmada, continua con su higiene personal.

— Probablemente mi padre le ha estado metiendo miedo sobre lo nuestro, otra vez... —murmura.

Por parte de Shadow, él fue directo hacia la entrada de la casa, luego viendo el exterior por todos lados en búsqueda de Sonic. Tomó asiento en el mini sillón-columpio que había, mirando algo preocupado hacia cielo. Sentía temor aunque tratara de ocultarlo, dejaba soltar un largo suspiro.

— Vamos Shadow, tienes que hacerlo... —musita con tono de nervios reprimidos.— Ya sabías que tarde o temprano, este día llegaría para todos...

— ¿Shadow...?

— Buenos días, faker.

Sonic aparece desde el pavimento, parecía estar volviendo de su caminata mañanera. Frunce el ceño, queda a lado del erizo moreno mientras bebe de su botella.

— ¿Qué haces en mi casa cuando yo no estoy? —pregunta de manera seria.— Y además, ¿desde tan tenprano? ¿Volviste a entrar a mi casa sin mi presencia?

— Dije: "buenos días, faker". —repite el nombre del contrario, quien lo sacó de sus pensamientos.

— ¿Qué haces aquí? ¿Acaso intentas llevarte a mi hija de nuevo a escondidas?

El cobalto aprieta los puños, tratando de soportar las ganas de golpearlo. Shadow se ve indiferente, sacando de su abrigo un sobre amarillo con un listón rojo atado.

— Recuerda nuestras reglas, las que pusimos de acuerdo para dejarte salir con MI hija de manera formal. —Sonic dice, no oculta su irritación.

— Sonic, no necesitas repetirme lo que ya sé a la perfección. —Shadow se pone de pie.

— ¿Rory y tú...? ¿O acaso dormiste aquí...?

Sonic se rasca su barbilla, un pensamiento fugaz lo enfurece a grado de agarrar su cuello.

— ¿¡Te acostaste con mi hija?! ¡Tú maldito, te mataré! ¿¡Cómo se te ocurre meterte con mi hija?!

Shadow trata de mantenerse sereno, aunque es difícil si alguien te está estrangulando. Sonic comienza a agitarlo hacia arriba y hacia abajo, demasiado molesto por las ideas que pasaban por su cabeza.

— Trata de callarte un poco, es muy temprano y vas a despertar a los vecinos.

— ¡Me importa un bledo! ¡¿Qué le hiciste a Aurora!?

— Sonic, ya...

— ¡Apenas ha cumplido los 18 años el mes pasado!

— Lo sé, Sonic...

— Pero igualmente sigue siendo muy joven para ti, Shadow. —añadió todavía furioso Sonic.

— No dormí aquí si es lo que estás tratando de insinuar, así que ahorra tu sermón para quien le importe... —su mano sostiene la del cobalto.— Además, con lo que tengo pensado traer hoy, posiblemente te haga sentir mejor.

Una extraña vibra hace que Sonic se sonroje, apartando su mirada de la de Shadow. Por un arranque de nervios, acaba dejando caer en el suelo de manera violenta al azabache. Shadow se limita a ponerse nuevamente de pie por su cuenta, sacudiendo la poca tierra que traía encima.

— ¿Oh si? ¿Qué planeas hacer ahora entonces? No creas que te tengo mucha confianza, con eso de que tienes una novia muy joven para ti. —sus labios imitan los de un pato, sus brazos se apoyan sobre sus caderas que sacuden.

— Siempre remarcas lo obvio, pareces una grabadora. —ríe bajo.

— ¿Te irás a vivir a otro planeta lejano y así no podrás poner tus sucias manos en mi Rory preciosa?

— Sonic.

— Ambos sabemos que lo suyo jamás va a funcionar, así que mejor evita lo más pronto posible en lastimar a Aurora. Si ella realmente te importa, sabes que debes hacer lo correcto y hablar con ella. —girando su cuerpo, con una mirada penetrante.

— Realmente nunca me lo vas a perdonar, ¿cierto?

— ¿Tú que crees?

La conversación acabó con un silencio incómodo para los dos, Sonic vio directo al suelo frotando su hombro. Apenas quiso abrir la boca para preguntar por el misterioso documento en sus manos, oye los pasos veloces de su hija bajando por las escaleras y se abstuvo, sin apartar su mirada color esmeralda del novio de Aurora.

— ¡Hola daddy, buenos días~! ¡Oh, Shadow! —extiende sus brazos, fingiendo emoción al mirar a su pareja.

Yendo al exterior, se topó con su novio y padre. Ambos murmurando algo que ella no alcanzaba a oír. Al arrimarse por detrás de éstos, los veía muy sospechosos, porque sea lo que sea que Shadow le dijo a Sonic, el héroe perdió su mirada de enojo al instante.

— ¡Qué sorpresa tan grande verte por aquí tan temprano...!

— Ni lo intentes Aurora, tu papá se dio cuenta. —el pelinegro interrumpió a la rosada.— Tu padre es difícil de engañar, no me creyó en lo absoluto.

Sonic ve a Shadow ocultar el sobre a sus espaldas, dando un pequeño guiño. La expresión de confusión es evidente; pero al ver la mirada de preocupación de su hija, siguió con la conversación de éste.

— ¿Han querido verme la cara de tonto?

— Oh, sparkles... Papá, yo no quise. N-No quisimos... —cubre su boca.

— Sí Rory, sé que Shadow estuvo dentro de nuestra casa en mi ausencia. —Sonic dice, negando con la cabeza.— Él ha incumplido parte de nuestro trato, además de que tu actitud te hace cómplice.

— Yo asumo toda la culpa.

— No, Shadow. La señorita se cree muy madura para salir contigo, entonces también tiene que hacerse responsable por lo mismo. —añade el peliazul.

— ¡Pero, papá...! No me trates como si fuera una niña pequeña. —suelta un quejido.

— Rory, ¿sabes qué significa esto? Otra semana extra de castigo por verte a solas con Shadow en MI casa. —habló el padre, sacando un cuaderno.— Sumaré que no comerás postre y que deberás lavar los platos.

— ¡Pero, papá...! ¡No es justo! —Aurora quejó una vez más.

— ¡Nada de "peros"! ¡Tú ya lo sabías bien, jovencita! —interrumpe.— Ya sabes las cosas que tienen prohibidas y aún así lo hicieron. Así que si sigues con esas actitudes, tu castigo durará otro año más.

— Sí, daddy... —soltó un suspiro de pesadez.

— Fue todo culpa mía, Sonic. Yo vine y ella no lo sabía. —Shadow trató de abogar.

— Tú no te metas, asalta-cunas. Último aviso.

Un silencio de nuevo se presencia, la tensión estaba en el aire y entre los tres intercambiaban miradas.

— ¿Cómo te fue en tu caminata de madrugada, papá? —Aurora pregunta para cambiar el tema.

— ¡Muy agotador! Hoy siento que los pies me podrían explotar, me puse a trotar y correr junto a unas ancianas. —Sonic dijo echándose aire con su mano.— En el camino hacia el parque, me topé con Spazz y su futura novia allí, todo bien hasta vi unos ladrones y les pateé sus traseros de camino a casa.

— Sí, sí, sí... —respondió sin ganas, apartó la mirada para ver al erizo mayor.— ¿Y tú, guapo?

— ¿"Y tú"? Qué bien te escuchas, Aurora.

— Ja, siempre de tan buen humor.

— Como sea... —refunfuña para sí mismo.— ¿No viste a tu mamá? Quería decirle algo, Rory.

— Creo que anoche dijo que iría con mi tía Rouge a comprar cosas muy temprano. —Aurora memorizaba.

— Vale... Bueno, como mis pies están casi muertos... —musitó mientras rascaba su dedo en la barbilla.— ¿Podrías hacerme el favor de traerme unos chilli-dogs en la plaza de Emerald, Rory?

— ¡Papá, no! ¡Son las 7 de la mañana! —bufó algo alterada, dando sonoro pisotón.— ¡Eso está como hasta al otro extremo de la ciudad a parte!

— ¿Y qué tiene de malo?

— No es justo, me castigaste con no poder usar mis poderes con este estúpido collar que mandaste hacer con el tío Tails. —responde con un visible enojo, seguido de señalar con su pulgar al moreno.— Y además, tengo visitas. Es muy grosero de tu parte mandarme lejos.

— Síguele así y se te aumentará el castigo de no usar tus poderes de velocidad otras dos semanas, señorita. —Sonic amenazó, sacando un par de billetes y cupones.

— ¡Kay, kay, kay! —suspiró con pesadez y mirando algo agobiada al ojirubí.— Perdóname, Shady. Supongo que tendrás que quedarte a solas con tu futuro suegro hasta mi regreso.

—Tranquila, estaré esperando aquí otro rato. —contestó sin ninguna preocupación.

—¿Estás seguro? —alzó una ceja con cierta desconfianza.— ¿No intentarán sacarse los ojos mientras no estoy?

— Don't worry, Rory/Light~ —le contestaron al mismo tiempo el cobalto y azabache.

— De acuerdo...

Dudaba al respecto, sobre todo de su padre; pero entre más rápido se fuese, más pronto podría volver a casa pensaba. La de piel melocotón se marchó hacia a la parada de autobuses e irse a donde su padre por las cosas que pidió, aunque no dejaba de dar miradas hacia atrás para asegurarse de que su padre y novio no intentaran matarse mutuamente.

— Espero que nada malo les pase en mi ausencia.

En la parada de un autobús, tropezó sin querer con una eriza azulada con vetas negras que bajaba en esa ruta con un par de maletas en sus manos. El choque entre ambas hizo que cayeran por las escaleras del vehículo hasta el pavimento, Aurora rápidamente reacciona. Tenía encima suyo a una desconocida, los pechos de ésta misma estaban rozando su rostro.

— T-Tetas... —jadeó la pelirosa, poniéndose roja de las mejillas.

— ¡Lo siento mucho! ¡P-Perdón, no te vi! —excusó al intentar ayudar a recoger unos libros y prendas.— ¡Lo siento muchísimo, debo ver por donde iba!

— Tranquila, soy media torpe a veces...—Aurora se dio un pequeño zape a sí misma.— No quise tumbar tus cosas.

— Je, disculpas de igual manera. —la de vetas negras se bajó con algo de nervios.— Se te cayeron tus cupones, aquí tienes.

— Don't worry, gal! —le guiñó el ojo para quitarle los nervios.— Me salvaste el trasero, mi papá me mataría si perdiera estos cupones de la oferta 5x1 de chilli-dogs.

— Está bien, mucha suerte con la oferta. —rió media apenada.

Para ambas se notaba a simple vista su incomodez, estarse rascando la nuca muy seguido y separando sus miradas.

— Soy Aurora the Hedgehog, un gusto. —sonrió estrechando su mano.

— S-Sasha... —con leve timidez tomó su mano.— Me llamo Sasha Dalia, igualmente es un placer conocerte.

Luego de otras risillas y sonrisas incómodas, el chófer toca el timbre del autobús para que cada una fue por su rumbo correspondiente. Para no causar más molestias al autobús y pasajeros que ya estaban reclamando desde las ventanillas. La rosada se despedía desde la ventana de la otra eriza, sonreía y reía por ese momento extraño; sin embargo, su sonrisa se borró por un instante al ver que la misteriosa eriza estaba yendo directamente hacia su casa y acercándose a Shadow y a Sonic.

— ¿Pero qué chispas...?

¿Por qué? ¿Por qué una desconocida llega a su hogar? Esa eriza nunca la había visto antes y le provoca un nudo en su estomago de golpe. ¿Acaso sería una prima lejana? ¿Una exploradora que iría a vender dulces u ofrecer alguna mercancía? ¿Cuál será la razón y por qué tiene un mal presentimiento de todo esto?

— ¿Sasha...?

Ella tenía muchas preguntas que hacer al alcanzar a observar que Sasha abrazó a su amado Shadow, las cuales siguen pasando por su cabeza y no encontraba respuestas lógicas que fueran las indicadas para calmar su cabeza rosada. Sólo puede morderse los labios, tomando asiento y recordar la orden de su padre. Por más que quiso ser positiva, su consciencia la atormentaba.

— No te hagas ideas tontas, Aurora.

Simplemente tendría que esperar a obtener respuestas luego de regresar a su casa y aclararlo...

~~ Aurora narrando...~~

"¿Acaso sería una prima lejana? ¿Una exploradora que iría a vender unos dulces a mi casa?"

Un sinfín de dudas llegaron a invadir mi cabeza, quise ignorar todo lo posible.

— ¿A qué habrá ido a mi casa? Supongo que no es una exploradora, por no usar un tipo de uniforme y además, luce un poco mayor que yo...

Me remordía la conciencia, pensé viendo por la ventana, deduciendo varias posibilidades para ello para tratar de calmar mis nervios.

— ¿Acaso será otro intento de mi padre para que Shadow me deje? No, no, no. —agito mi cabeza, esa pregunta me sacó de onda por salir de la nada de mi boca.— No, no quiero creer que él haya buscado a alguna eriza para reemplazar el amor de Shadow por mí o sabotear nuestro noviazgo.

Hice una breve pausa para analizar lo que acababa de decirme en un intento de calma... Sólo acabo soltando un gran suspiro de agotamiento, conozco a mi padre.

— Si fuese así, juro que ahora sí se está pasando mi papá de la raya con esa gran y estúpida obsesión suya de que rompamos. —agrego con un pequeño agarrón de mis mejillas.

No quise pensar mal de mi progenitor ni nada por el estilo, lo conocía demasiado bien como para empezar a dudar e inventar teorías locas de aquella "visita" extraña, la cual no sabía en ese momento que me arruinaría la vida.

— Tendré que esperar hasta volver a casa para averiguarlo ... —dije de nuevo a la nada.

— ( ... ) —

— ¿Eso sería todo, señorita? —el cajero me atendía.

— Bueno, yo... Déjame pensar un poco. —revisaba las bolsas llenas de chilli-dogs y tamales.— ¿Podría darme una orden de papas extras y un barquillo de helado con jarabe de chocolate y fresa?

El hurón anotó, seguido de alzar una ceja en señal de que me esperaba.

— Oh sí, también unas 4 hamburguesas de pollo y 3 de camarón, 8 burritos y una soda de lima grande. Por favor. —añado, ya que fue inevitable no llevar más cosas.

— Claro señorita, en seguida.

— ¡Oh si, y una gran botella de cola de dieta! —reí bajo, apenada.— Perdón, mi madre se enojaría si no se la llevo.

— Okay, okay. Aquí tiene su ficha y le hablaré cuando esté el extra. —los ojos se pusieron en blanco del trabajador.

Duré casi 2 horas en la fila, el "Chaos Emerald's Food" estaba repleto el día de hoy. Pese a que el especial del cupón era para chilli-dogs, quise aprovechar en comprar más cosas para el resto de la familia. Después de todo, tuve que soportar que un tipo extraño, había bajado de un juego mecánico cercano, vomitara encima de mi camisa. Los trabajadores del restaurante me dieron una de repuesto, seguido de recibir una nerviosa disculpa mientras huyó de la escena aquel misterioso tipo. A un bebé mangosta le parecía gracioso golpearme con su sonajero con su madre, que parecía querer morirse en ese mismo momento, y la charla aburridísima de una pareja gay que estaba al otro costado de la fila sobre algo de una tienda de lubricantes y no sé cuantas cosas más.

— Me toca el 44 y apenas están despachando al 26... —pensé.

Me quería ir de allí, no soportaba la multitud por mucho tiempo en un sitio tan apretado y caluroso; pero al menos el tanto esperar quiero llevarme otras cosas, más que sólo los malditos chilli-dogs de mi estúpido padre. Para matar el tiempo hasta que mi turno llegue, gasté algunas monedas en algunas máquinas de la zona de juegos.

— ( ... ) —

— Gracias por su compra, vuelva pronto. —sonriendo al recibir la paga.

— Gracias igualmente, je je.

— No hay de qué, y disculpe por el accidente de antes junto a la demora. El día de hoy hubo poco personal para ayudarnos, así que tiene otro cupón más. —nervioso dijo el castaño.

— No pasa nada, espero que se resuelva todo pronto.

— Ojalá así sea, señorita.

— ¡Y gracias por el cupón!

Cargando repletamente con cuatro bolsas conmigo y algo cansada de tanto alboroto en dicho sitio, decidí volver a casa sin distraerme ni nada. Ese chico hurón se despierta con su mano, no oculta muy bien su atracción nerviosa hacia mí.

— Bien Rory, directo a casa.

Mientras esperaba que un taxi o autobús pase, quedé con la mirada media pérdida a la nada. Había olvidado traer mi celular, giré la cabeza al escuchar unas risas, dándome cuenta de que al costado mío se encontraba un juego miniatura de un tren en el cual había muchos niños montados. Parecía que todos estaban pasando por un rato divertido; pero en eso oigo un quejido y alboroto. Se trataba de un erizo que estaba aferrado a un póster de la luz con un abrazo, siendo jalado por otros individuos.

— ¡No, no, no!

Otros se quedaron confundidos ante la escena, ya que éste se negaba.

— ¡Basta, muchacho! ¡Ya le hemos dicho varias veces que el tren es solamente para los niños! —exclamó fúrico un trabajador.

— ¡No, no! ¡Yo no me voy hasta que me dejen subir al tren! —respondió el erizo bicolor sujeto.

No supe si ayudar o no en ese momento, estaba que sentía que mi cabeza iba a explotar de lo harta de esperar. Al ver que no se trataba de un asunto tan "grave", decidí ignorarlo.

— Eso no es asunto mío.

— ¡El tren es sólo para menores!

— ¡Quiero usar el tren!

— ¡Deje de actuar como retardado y entienda! ¡Es exclusivo para los menores de 15!

Entre pensaba en intervenir o no por culpa de mi conciencia, al final el tipo desapareció entre la multitud con un par de erizas. Una que se parecía a Sasha y otra más pequeña, de cabello rubio rizados. Quedé confundida y algo aliviada en cierto modo. Probablemente Sasha hizo sus cosas y se fue de mi casa, para después venir con ese sujeto extraño... Oh, apenas me doy cuenta que ese sujeto es quien me llenó de vómito. Probablemente sea su novio, si, pensé que era sólo eso.

Centrada en esperar a que pasara el autobús de nuevo, vi a otros dos chicos lobos que estaban sentándose a un par mío. Dos lobos, uno azul y el otro negro, casi se parecían a mi papá y a Shadow, se tomaban mucho de la mano. Me incomodaban un poco, por lo ultra cariñosos que se veían entre sí, creía que eran muy buenos amigos o algo por el estilo como hermanos, hasta que se besaron y causaron algo de náuseas.

No es por ser homofóbica ni nada, sólo que no me gusta que sean así... Delante de mí.

— Mmgh... —una elefanta cubrió los ojos a su pequeño.— ¡Pervertidos! ¡Debería de darles vergüenza hacer eso en público!

La mayor se levantó y fue junto a su "bebé", los dos lobos se vieron un poco deprimidos por el comentario de la mujer, sus manos que seguían unidos a pesar de lo dicho por ésta.

— No le hagan caso, chicos... —dije sin pensar, supuse que me sentí mal por ellos.— Creo que son una linda pareja, a pesar de que sean dos chicos.

— ¿Éh? ¿Qué? —el lobo azabache volteó a verme.— ¿Lo dices en serio?

— Sí, bueno...

Me encogí entre mis hombros, no me esperaba que fuera a responderme. Igual solté un pequeño gesto de empatía, al mismo tiempo que una sonrisa minúscula.

— Digo, yo no soy nadie para juzgar gustos de los demás. —agrego jugueteando con mis dedos.— Eso debería hacer la gente, ya que el amor es amor.

— Es bueno saber que hay gente que piensa como tú. —sonrió ante lo dicho.

Ambos nos reímos en voz baja, se notaba muy amigable a pesar de que era un chico gay. Su "novio" no dejaba de verme con ganas de matarme, creo que estaba algo celoso de mí. No lo culpo, soy tan atractiva que seguro le quito lo homosexual a cualquier hombre.

— ¡Lance! Sé que eres ciego, ¡pero tienes que ver esto! —el cerúleo tomó su mano, jalando a éste lejos de mí.— ¡Llévame a ese parque!

— Creí que querías ir a casa... —susurró.

— ¿Estás loco? —apuntó a una rueda de fortuna.— ¡Llévame ahí!

— Okay, okay. Vayamos, aún tenemos tiempo. —se levantó del asiento.— Perdón, quizás nos hablemos de nuevo.

— ¡A-Aurora! —grité sin querer al ofrecer mi muñeca.— ¡Soy Aurora the Hedgehog, es todo un gusto!

— Je, soy Lance. —estrechó mi mano dando un pequeño beso en la palma con una sonrisa dibujada.— Un gusto en conocerte también.

— ¡Igual!

— Espero verte de nuevo luego, Aurora.

Me despedía de los dos que iban cada vez alejando entre la multitud. No tengo dudas de que el lobillo azulado no le caí muy bien, pese a que les brindé algo de apoyo moral. No sé qué causó que ese pequeño beso en mi mano me hizo temblar, estoy toda roja y siento que arden mis mejillas.

— ¡Aplaca, aplaca tus púas Aurora! —me cacheteo suave los cachetes.

En fin, es una verdadera lástima que ese tal Lance sea gay. Se ve que es un lobo muy guapo y semental para que acabe desperdiciando con eso de la fea homosexualidad que se ha desatado hoy en día; sin embargo, a mí qué me ha de importar lo que haga o no con su cuerpo y vida, no es la gran cosa si lo tengo que comparar tanto con mi Shady.

Realmente la yo de antes da pena... Fui tan ingenua.

— ( ... ) —

Por fin en casa, mis pies dolían por tanto tiempo de camino y el estar parada en la fila junto en el autobús por la escasez de asientos de vuelta. Deseaba comer pronto e irme de inmediato a dormir sin importar nada; no obstante, lo único que me comí en camino fue el helado que se estaba derritiendo, además de que me llegó a pisar varias veces un muchacho que se quejaba de la suciedad del auto. Apenas puse un pie en el pavimento, vi que por la ventana de mi casa salió una silla volando junto a unos gritos agudos, era la voz de mi mamá por lo que pude reconocer.

— ¡¿Mamá?! ¡Madre! —asustada, pensé algo malo por oírla, corrí hacia dentro.

Al estar en el interior de la casa pasé por la cocina, buscaba con desespero a mi madre y lancé las cosas a la mesa, iba directo a la sala principal. Casi me parte una foto enmarcada al rostro, tuve que gatear para acercarme y estar escondida detrás de una pared. Los gritos no los podía entender, sólo reconocía el tono de voz de mi madre que está furiosa.

— ¿Pero qué demonios...? —musité incrédula, cubriendo mis ojos.— ¿Qué sucede?

Quedé totalmente asustada por lo sucedido, apenas iba camino por la puerta media abierta, la que separa las habitaciones entre la cocina y la sala para asegurarme de lo que sucedía, cuál era el escándalo que había, hasta que...

— Te odio, ¿cómo pudiste? ¡¿Cómo pudiste mentirme, Sonic?! ¡Yo te amaba, Sonic the Hedgehog! —escuchaba a mi madre, su tono de voz casi quebrantada por la furia y llanto.— ¡Soy tu esposa, la mujer de tu vida! ¡¿Cómo nos puedes hacer esto a mí y a nuestros hijos, maldito egoísta?! ¡Sólo piensas en ti!

— ¡Basta ya, estoy harto de tu victimización de siempre! ¡Entiende, Amy! —papá apuntaba hacia el rostro de mi madre.— Yo nunca te he amado, mucho menos quise casarme contigo.

— ¡Ahora resulta que yo soy la malvada del cuento!

— Si tuviera que haber un culpable en todo, ¡ésa serías tú, mujer! —adjunta a sus palabras, furioso hasta las lágrimas.

— ¡¿Yo?! ¡¿Yo soy la culpable?! —inhalaba y exaltada al apuntar a su pecho.— ¡¿Yo tengo la culpa de que te gusten las vergas?!

— ¡Ya Amy, ya! Tu teatrito no servirá de nada, nunca más lo harás.

— ¡Cierra tu hocico, bastardo! ¡Ahora resulta que soy la culpable de todo! ¡Tú siempre has sido una piedra en mi zapato! —grita fúrica, su mirada casi parece matar al erizo de pelaje negro.

— Cállate, la única bastarda aquí eres tú, Amy. Me harté de fingir la familia perfecta contigo todos estos años. —Sonic fastidiado.— Ya no soy tu marioneta, a mí no me vas a controlar de nuevo con tus mentiras y amenazas.

— ¡Cierra la boca, no sabes lo que dices!

— Sólo te estuve soportando todo por nuestros hijos, únicamente quería que ellos crecieran sin traumas.

"Wow, wow, wow... ¿¡Qué estaba pasando aquí?!", eso me inquietaba en ese momento. Nunca había visto a mi madre tan mal y a mi papá gritarle de esa manera.

— ¡Calla, calla, cállate por el amor al Chaos! ¿Acaso no piensas en lo que dirán nuestros hijos? ¡Sólo sabes pensar con tu pene y sólo te importa tu pene! —la ojiverde tiraba de sus púas, casi se las arranca.— ¡Por Chaos, Sonic! ¿Acaso no puedes cerrar maldita la boca y llevarte tus preferencias sexuales hacia la tumba?

— Amy, tranquilízate por un momento... —Shadow apareció por detrás de ella.

— ¡Tú ni te atrevas a ponerme una mano encima! ¡Calla, marica! —le dio un manotazo al negrizo.— ¡Tú eres el peor de ambos, bastardo! ¡¿Cómo pudiste usar a mi hija para ocultar tus verdaderas intenciones?!

"¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué papá se está peleando y diciendo esas cosas tan feas a mi mamá?" Eran las preguntas que pasaron por mi cabeza en ese instante, por no poder procesar todo eso de golpe.

— ¡No quiero imaginar qué será de Aurora! Cuando ella sepa que por todos estos años, ustedes dos se han revolcado como un par de asquerosos puercos a nuestras espaldas... —expresó sujetando su cabeza.

— Para que lo sepas, por más que te odie, nunca te falté el respeto ni a ti ni a nuestro matrimonio. —el héroe azul añadía, sosteniendo su anillo de matrimonio.

— ¿En serio?

— A diferencia de ti, si me lo preguntas. No te voy a negar que si nos llegamos a besar varias veces, pero de allí a más nada carnal. —Sonic dijo.

— No te creo nada.

— Allá tú si me crees o no.

— ¡No trates de hacerte el Santo conmigo, Sonic! ¡Son unos malditos infieles, enfermos y desgraciados! ¡De eso no hay ninguna duda! —mi madre cachetea a papá.— ¡Son unos egoístas, siempre lo han sido! ¡Sólo piensan en penes, penes y más penes! ¡Sin importarles los sentimientos de los demás!

— ¡Ya me tienes hasta la madre, Amy! ¡No tienes cara para reclamarnos nada! —Shadow imita la acción de la rosada, devolviendo la cachetada.— ¡La perra de Aurora ni siquiera existiría sino fuese porque drogaste a Sonic, abusaste de él para embarazarte y así atarlo a un matrimonio sin amor!

"¿"Perra..." ¿Me acaba de decir "perra"? Esa palabra... Es demasiado fuerte..." fue como una navaja que traspasó mi pecho, no podía procesar que Shadow se refirió a mí de esa manera.

— Shadow, cállate. Aurora sigue siendo mi hija. —Sonic agarra de los hombros al susodicho, alejando a mi madre de él.— Así que no te permito que la insultes o yo te parto la cara aquí mismo, ¿oíste?

— ¡Sólo por eso se quedó contigo, a las malas! ¡Lo ataste a ti de una sucia y baja manera! —agregó Shadow, trae una mirada amenazante.— Pero ahora ya no más, no tengo miedo de pelear por recuperar el tiempo qué perdimos a su lado.

— Shadow...

— Si, nunca pude olvidarme de ti por más que lo intenté. —el pelicarbón dijo, pegando su rostro al otro.— No sabes cuanto he estado esperando por este día, para poder decirte "te amo" una vez más. Recuperar lo que la vida me robó, mi preciado Sonic.

— Shadow...

Me quedé petrificada ante sus palabras, me es bastante fuerte. Las lágrimas comienzan a caerse de mis cuencas, todo lo que alguna vez creí en este tiempo.

— Agh, qué marica suenas... —Amy escupe.

Mi corazón se hizo en pedazos al ver como Shadow voltea, toma a mi padre de la cintura, acortando su distancia y besándolo delante de mi madre y de mí sin darse cuenta. Creí por un momento que podría tratarse de una broma; pero, ver como mi padre le corresponde, no tenía dudas de que esta era la realidad. Una horrorosa realidad.

Todas esas historias. Los momentos felices de familia... Mi noviazgo con Shadow... Todo fue una mentira.

— Papá... Mamá...—en un hilo de aliento, con el que apenas pude hablar.

— A-Aurora...

Los tres erizos mayores voltearon a verme, el impacto los delata. No puede ser cierto... Soy una imbécil.

— ¿Con que soy producto de un amor falso y forzado? —me desbordaba en las lágrimas, caminado de espaldas.— Nunca fui su producto de amor verdadero como se lo presumían a todo el mundo, ¿no es así?

Los tres me miraban, aunque el ojirubí más adolorido y apartándose de Sonic.

— ¿Nunca fui tu luz, Shadow...? ¿Todas esas veces que tú y mi papá se peleaban... Era actuado? —pregunto estando delante de él.

— Aurora, déjame decirte que...

— Te odio...

Lo interrumpo, cada vez que él abre la boca, yo grito "te odio". No quiero escuchar sus mentiras, no quería que me dijera la verdad. Era una paradoja, cualquier cosa que dijera, sería una tortura para mi cabeza.

— Te odio, ¿cómo pudiste? ¿Por qué me mentiste?

— Aurora...

— Me mentiste, Shadow... Rompiste todo dentro de mí...

Todo este tiempo, fui una gran tonta al creer que todo era tan bueno para ser cierto. Viví en una horrible mentira. Todo lo que sabía era un engaño, mi vista se nubló por unas gruesas lágrimas que brotan de mis ojo. Con darme a mí misma un abrazo, no podía sentirme bien.

Cuando no creí que todo esto se podría empeorar...

— ¿Papá? ¿Ya todo se calmó? —una voz se asomó por detrás de un mueble.

— ¿Si, Sasha? —Sonic alzó la voz hacia ella.

Ante eso, mi corazón dejó de palpitar, podría tener la sensación entre que mi sangre se congelaba y ardía. No podía ser verdad, no puede ser cierto, ¿acaso Sasha es su...?

— ¿Quiénes son ellas? —apuntó hasta mí y a mi madre.

— Es tu madrastra y media hermana. —el azulado habló sin rodeos de nuevo.

¿¡ES SU HIJA?! ¿¡Cómo es eso posible?!

— Pero tranquila, pronto Shadow y yo volveremos.

¿"Volveremos"? ¿Acaso él no estará queriendo decir lo que creo? No, el infeliz me debe un millón de respuestas. ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso era una broma de malgusto? ¡Diganme que todo esto es un mal sueño!

— ¡Saca a esa bastarda de mi casa, Sonic! —Amy enfadada gritó de nuevo.— ¡Salgan todos ustedes de mi casa, cínicos pecadores! ¡No permito que las porquerías estén en mi hogar!

— ¡Tampoco te permito que la trates como quieras! ¡Es mi hija y la respetas, vieja amargada!

— ¡Largo, yaaaaa...!

Mi padre salió de la casa junto a Shadow y Sasha, sin antes lanzarle al rostro el anillo a mi madre. Ella lloraba sin control y golpeando con sus puños la pared hasta dejarse caer arrodillada, yo sólo pude consolarla con un abrazo y acaricias a la espalda.

— No llores más, mamá... Seguro todo es un malentendido... —dije en voz alta sin querer.— Y si no es así, haremos como que están muertos.

— Ellos están muertos para mí...

Por la ventana sólo vi como ellos se marchaban en un taxi, no sé a dónde irían; pero no me importaba, lo que esos desgraciados hicieran con sus sucias vidas me importa un carajo. Ellos acababan de destruir nuestro estatus quo con la presencia de ésa y con todos esas palabras reveladas que se llevó el viento.

— ( ... ) —

Horas más tarde, ninguna dijo nada sobre aquello. Mis hermanos acababan de llegar de la calle, Spazz había quedado estar con Olivier y Flash con un trabajo en equipo. Mi madre se quedó pálida e inexpresiva, recostada en un sofá, desde la sala principal viendo el álbum de fotos familiar. Acariciaba la foto familiar que quedó destrozada por haberla tirado antes, su fotografía favorita de nuestra unión que tanto se enorgullecía.

— Estamos muertas...

Yo entendí que de forma simbólica, la foto esté rota era al igual que nuestra familia lo estaba a partir de ahora. Sólo pude darle un pequeño beso en su mejilla y acariciar su cabeza como consuelo, aunque sé que es inútil y no puede arreglarse el problema. Quise aparentar ser fuerte, para darle ánimo de cualquier forma.

— Hola, mamá. ¡Rory! —Spazz fue el primero en saludar.

— H-Hola, little bro. —adolorida, igual lo saludo.

— Seh, tú... —muy a regañadientes le respondió mamá.

Mí madre no hace esfuerzo de ocultar su agonía, Spazz levanta una ceja ante la confusa situación.

— Hello, mother~! My everything! My sweet, sweet Rose~

El gemelo menor saluda también y expresó en un tono más alegre que el otro, sonriendo a sus adentros al hablar en inglés como lo hace nuestro padre. Me dio tristeza, no sé cómo explicarles lo sucedido, sin acabar soltando mi amargo llanto. No sé qué hacer, no sé como expresarlo.

— ¿Cómo está la mujer más hermosa y maravillosa del mundo?

Amy soltó un eructo como respuesta. Cosa que extrañece al par de pelajes azulados.

— ¡Chicos, traje la comida! —me coloco en medio, tapando la vista de los chicos.— ¡Lavarse sus manos o no les doy pollo frito!

— ¡Okay, Rory! —ambos respondieron al instante.

— ¡Quien gane se comerá la rosquilla con glaseado! —Spazz patea a su hermano.

— ¡Ey, tramposo! —desde en suelo, tratando de pararse e ir detrás.

Spazz se adelantó, Flash fue el que tardó un poco en irse al baño por detenerse en dar un abrazo y beso en la mejilla a mamá. Es muy típico de él en ser el más afectivo entre los tres. Sintiendo un nudo en la garganta, noto que mamá había quejigo y empezó a limpiarse la mejilla en la que Flash le besó.

— Oh, Rory... —jadea sobando su cabeza.

— ¿Qué ocurre? —ansiosa y preocupada por su estado, corro a sus brazos.

— Rory, traerme las pastillas que tengo en aquel cajón y una botella oculta bajo del lavado. —señala a una dirección con su dedo.

Mamá nunca me había pedido hacer algo así. No quiero cuestionar, a la vez me preocupa darle lo que me pide.

— Sí mamá, ¿pero no es malo mezclar medicamentos con alcohol? —inquiero con preocupación, parada delante de ella.— ¿Y qué hace una botella en casa? Papá tenía prohibid...

— ¡No me lo menciones! ¡No te atrevas a decirlo de nuevo o te vas con él...! —me interrumpe levantando la voz.

— M-Mommy...

Me hago pequeñita, su tono me ha asustado tanto que tiemblan mis rodillas. Me asusta más porque tenía una mano en alto, ella nunca había hecho algo así antes conmigo.

— Ugh, calla y sólo haz lo que te pido, ¿vale?

— Vale...

— Y que sea la última vez que me cuestionas, ¿entendido? Para la otra te vas con el infeliz de tu padre.

Quedé en shock, mamá nunca me había tratado de esa manera. Sentía que iba a soltar el llanto de nuevo por quedar abatida; pero repentinamente, cambio mi expresión por una más animada, entre una sonrisa semi forzada voy a hacer lo que me pidió. Después de todo, es comprensible que mamá esté así de malas, por las idioteces del gusano infeliz de mi padre. Ella se desquita conmigo, porque sabe que no tiene a nadie más que la ame como yo.

— ¡Lo que tú digas, mamá!

La dejo sola por el momento. Entre buscaba en el escondite de mamá, alcanzo a ver por la ventana que por el pavimento anda la señora Sally acompañada de un par de erizos que no reconocía. Un erizo algo mayor de pelaje azul marino y una veta en su frente, se parecía un poco a Shadow. Creo que es el loquito del tren en el restaurante. Mientras que la otra era la misma no supe identificar. No le doy, otra vez, relevancia y al encontrar la botella, regreso a la sala con una copa.

— Toma, mamá. Perdón por tardar, no quise que los chicos vieran que había una botella de licor en casa o se alterarían.

— Aish, diciéndolo así me haces pensar que esos dos son también unas mariquitas. —entre dientes lo dijo.— Bueno, no me sorprendería si salieran igual de traga bolas, como tu padre.

— Mommy, Spazz y Flash son sólo niños...—manifiesto, tratando de defenderlos.

— ¿Y qué tiene? Se supone que son hombres, ellos no deberían alterarse si ven una botella o algo por el estilo. —destapando el licor y dando un trago.— Por algo Dios les dio una cosa llamada "pito".

— ¿Te sientes bien, mamá? —toqueteaba los dedos entre sí, me inquieta esa actitud en ella.— Estás diciendo cosas muy raras.

— ¿Digo cosas raras? Pues sí, cielo. Mira hija, escucha: "Quiero pitos, un pitote como los que le encantan a tu padre". —comenta con sarcasmo, tomando directo de la botella.

— Chispas y más chispas...

— Ya, Rory. No te compliques más la vida. Supéralo, ya estás grandecita. Como para asustarte con que diga "pitote". —se tallo la nariz.— No me molestes más, vete a ver qué haces por allí. Quiero estar sola un rato.

— D-De acuerdo... —agacho las orejas hacía atrás.— Igual, te estaremos esperando por si quieres acompañarnos a comer, má.

Hago caso y me retiro de nuevo, esta vez más triste por la sensación de vacío. No quiero que mi madre siga enojada, mucho menos conmigo.

— ( ... ) —

Echo un suave grito para que los chicos bajen a comer, se que mamá prefería desahogarse en soledad y con el aroma del vino, embriagarse a tal grado de que le hiciera olvidar todo y quitar este amargo sabor de boca que sufría desde que papá nos dejó.

— Rory, huele muy rico el pollo.

— Flash, ¿te lavaste las manos?

— ¡Sí, sí! ¡Lo hice, Rory!

— ¿Spazz? —levanto una ceja ante esperar que el otro gemelo se lo confirme.

— Sí Aurora, sí lo hizo. —Spazz lo dice con naturalidad, al igual de extender sus manos enfrente.— Yo mismo se las lavé, hasta también le eché gel antibacterial.

— ¿No me estarán tratando de engañar, verdad? Par de puercos. —dudaba, de forma graciosa infla su mejilla.

— ¡No, Rory! ¡No lo hacemos! —el par se abrazaron entre sus hombros.

— ¡Ja! ¡Los he pillado! ¡Les tendré que mochar las manos!

— ¡Oh no, Aurora se volvió el Bronco!

Comienzo a perseguir los gemelos por alrededor de la mesa del comedor, estaban jugando. Yo sólo los miraba en silencio, hice de monstruo y Spazz trataba según de interponer cuando llego a atrapar a Flash. El vómito de aquel tipo había descompuesto sin querer el collar bloqueador.

— ¡Rory, no es justo! —quejó el que traía audífonos.— ¡Haces trampa con tus poderes!

— No seas un mal perdedor, Flash. —dijo remoliendo su fleco.— Recuerda que todavía no me quito el aparato del tío Tails.

— ¡Spazz, di algo! ¡Salva mi trasero!

— Al menos traté de ayudarte, bro. —saliendo debajo de la mesa el otro.

— Chicos...

Torcí mi cuello, mamá había pasado tras la puerta de la cocina.

— Mamá, ¿estás bien? —Spazz pregunta esta vez.

— Ya chicos, dejen de asfixiarme.

Tan rápido dijo eso, tomo asiento delante de éstos con la mirada agachada. Ellos la imitan, seguido de que colocaba en la mesa los platos y algunos trastes en lo que traje de la calle. Y así, estábamos comiendo, nadie de ellos alzó la voz ni nada.

— ¡Buen provecho!

No quiero ser la portadora de malas noticias, de hecho, no encontraba palabras claras para poder explicar lo que sentía con lo que pasó esta tarde y... Tampoco sé cómo los chicos se lo van a tomar.

— ¿Y papá? —Flash inquirió al ver el asiento vacío.

— Cierto, no lo he visto todo el día y ni fue por nosotros a la casa de Olivier. —Spazz agregó dejando su tenedor y cuchillo en la mesa.

— Su padre está muerto. —mi mamá respondió sin verlos, se notaba su coraje.

— ¡¿ÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉHH?! —los gemelos gritaron, estaban en shock.— ¡¿PAPÁ MURIÓ?!

— Les explicaré después, mejor no hablemos de eso frente de mamá... —les había susurrado.

— E-Está bien... —los dos azulados sollozando.

Todo parecía como si se tratara de un funeral, sólo que nadie tenía valor de hablar por el miedo que le daba al par de pelaje azul a la mayor que se encontraba con nosotros, su intercambio de miradas nerviosas me hacían de mal en peor. No quise recordar al maldito de Shadow, me dolía que todo este tiempo me usaba para ocultar su homosexualidad. Al igual que mi maldito padre le hizo a mi pobre y querida mamá, ella no se merece esto.

— ( ... ) —

La noche había caído, mi mamá se ocultó en su habitación sin dirigirnos la palabra luego de cenar. En la habitación de Flash y Spazz, les expliqué un poco la situación, censurando el hecho de mi padre y Shadow eran una pareja gay a escondidas y con una "hija" de por medio. Sólo les dije que se pelearon por una tontería hecha por nuestro padre, ya que él siempre es el culpable de que algo malo pase con nosotros. Al ver que ambos dormían un tanto tranquilos, decidí hacer lo mismo...

Quizás esto era un mal sueño y estaba dormida y al "irme a dormir" me despertaría de esta pesadilla.

— ¿Por qué siempre papá tiene que arruinar todo? —Flash inquiere.

— Oye, no seas rudo con papá. Él hace lo mejor que puede. —el gemelo mayor lanza una almohada.

— No Spazz, Flash está en lo correcto. Todo siempre es culpa de papá... —corrijo.— Papá mete la pata y lastima a mamá con sus actos egoístas, así que merece sufrir y no tener nuestro perdón.

— ¿Estás bien, Rory? Tú nunca dirías algo como eso.

— Sí lo estoy, solamente estaba bromeando contigo tontito.

Eso pensaba... O eso más bien me obligaba a creer. Solamente deseo que todo esto acabe, que resulte ser una broma muy pésimamente hecha o ya despertar de esta maldito y horrible sueño. Les doy un beso de buenas noches antes de retirarme a mi propia habitación a llorar lo que retenía anteriormente, no pudiendo dormir porque todo lo que vi y oí en horas atrás siguen atormentando mi cabeza.

Por favor... Que alguien me despierte. Que alguien venga y me rescate.

No lo soporto más... Ya no lo aguanto, podría acabarme matando, estos recuerdos me atormentan todavía.

Necesito ayuda...

~~ Al día siguiente, narración de la autora...~~

Los primeros rayos del sol que pasaban débilmente por las ventanas de la casa Speeder-Rose una vez más, no se notaba que algo malo hubiera pasado ayer. Las aves cantaban, todos los vecinos hacían sus actividades de rutina del día a día; pero claro, la excepción era la familia principal de esta historia.

Sería el primer día sin su jefe de casa: Sonic the Hedgehog. Una fastidiosa melodía resonaba en la habitación de Aurora, su alarma que indicaba que ya debía prepararse para ir a la escuela. La radio mencionaba sobre deportes, el clima estaba espléndido en abril.

— Abril, el mes en que mi vida se arruinó. —susurra a sí misma.

De un golpe destrozó el aparato, volviéndolo en un sinfín de trocitos. No había podido dormir bien, tener que afrontar la verdad de la cual ahora en adelante tenía que acostumbrarse a vivir. Con pesadez bajó de su cama, sus ojos hinchados y medios morados de tanto llorar. Estaba hecha todo un desastre, sus ojos le ardían y olía mal por no haberse bañado el día anterior.

— Buenos días, Rory. —uno de sus hermanos saludó a la mayor.

— Hola, Flash... —bostezó mientras se colocaba detrás de la fila para el usar el baño.

— Rory, te ves realmente horrible... —Spazz comentó al ver a su hermama en malas condiciones.— Más de lo que acostumbras ser.

— ¡Ja, ja! Eres muy gracioso, Spazz. —ríe sarcástica y cruzando los brazos.

— Al menos intenté animarte, Rory.

— Sí, bueno intento... ¿Éh? —inspeccionó a sus hermanos.— Si ambos están aquí, ¿quién está en el baño?

— Es mamá... —dijo el más chico de los gemelos.— Mamá lleva un muy buen rato allá dentro, me dijo "bastardo" al intentar apresurarla a salir.

— ¿Ella? ¿Ella te dijo eso en serio, Monty? —el otro confundido.

— Yes guys! —con la frente en algo, aunque no duró mucho por su duda ante eso.— Oigan, chicos... ¿Qué es un "bastardo"?

— Aaaahh, Flash...

Spazz y Aurora se dieron una palmada en la frente, ante la inocencia de su hermanito. Aurora les indicó a los jóvenes que fueran a desayunar para ir al colegio, ella trataría de atender la situación de su madre en el baño. Al ver que los cobaltos se fueron, intentó llamar la atención de su madre tocando la puerta y llamándola con suavidad. No recibía ninguna señal de respuesta por la mayor.

— ¿Mamá? ¿Estás bien? —tocaba la puerte repetidas veces.— ¡Mamá, ábreme! Estamos atrasado, necesitamos usar el baño.

La eriza pelirosa estaba algo preocupada, temía por lo peor ante el silencio tan inquietante. En un acto desesperado, golpeó la puerta tan fuerte que la derribó, mira por todas partes del baño y observó grandes manchas de sangre y vómito por alderedor. Su madre con trozos de vidrio en sus manos cicatrizadas, estaba cabizbaja sobre la tasa del baño. Parecía que se estaba ahogando.

— ¡Mamá! ¿¡Pero qué haz hecho?! —corrió a cogerla entre sus manos.— ¡Responde! ¡Mamá! ¡Reacciona, mamá! ¡No te mueras!

Amy estaba en un estado de shock, repleta de manchas de vómito y sus antebrazos cortados; parecía que intentó suicidarse. Aurora gritó a sus hermanos para que buscaran ayuda, ellos se encuentran aterrados por ver las malas condiciones de su querida y amaba madre, la que su vida colgaba de un hilo.

— ( ... ) —

— Bien, chicos. Saquen sus libros de historia y hagan la actividad 7 que se indica en la página 32. —una osa polar apuntaba en el pizarrón lo dicho.

Aurora se había sentado en la parte trasera y recóndita del salón, no tenía ganas de estar enfrente para llamar la atención de costumbre. Seguía estando en pánico por lo de la mañana, no tenía ganas de hablar con nadie o andar de llamativa como ella solía ser. Muy a fuerzas la hicieron estar en la escuela, no tenía cabeza para nada más que en saber en estado de su madre.

— Compañeros, quiero que me presten su atención un momento... —entró un gallo junto a su asistente, una hurona con anteojos.— Espero que no les cause molestia, les informo que tienen ahora una nueva compañera de clases: Sasha.

El salón se llenaba de murmullos, otros volteaban a mirar a la pelirosada con cierta confusión. No obstante, la otra eriza azulada con vetas negras entró con tímidos pasos delante del pizarrón.

— Sasha, preséntate ante tus nuevos compañeros. —la hurona le indicó al ver que la susodicha caminaba.

— E-Está bien... —traía un bolso, con nerviosos pudo estar ahí parada— S-So... Soy Sasha, Sasha Dalia. Un gusto estar aquí con ustedes.

A la mayoría les pareció simpática, Aurora estaba hecha una fiera por dentro; no muy lejos de ella estaba la qué arruinó su vida perfecta, con unos padres ideales que se amaban y al amor de su vida. El amor de su vida con el que ahora se folla a su padre.

— Es una alegría tenerte aquí, señorita Sasha. —la profesora osa saludó a ésta.— Pasa, toma asiento en donde gustes, espero que te sientas cómoda en mi clase.

— Eso haré, señora Iceberg.

— Es una mosca muerta. —susurro para mí.

— ¿Qué dijiste, Aurora?

Olivier sentada detrás de nuestra protagonista, la pelirosada se muerde la lengua. Sabe mejor que nadie que su mejor amiga es la reina del chisme, no era momento de que las cosas se pusieran peor con el escándalo.

— Dije, que creo que olvidé la tarea de geografía en casa. —inventa con rapidez.

— ¿Otra vez? Chaos Aurora, en verdad nunca vas a cambiar... —la rubia ríe entre dientes, señalando a la chica de su lado.— Menos mal que nos toca después del recreo, también que tenemos a la nerd de la clase de nuestro lado.

Kendall, "KB", rodea sus ojos. Pasa por debajo de Aurora un cuaderno. Nuestra protagonista ríe, pese que en lo más profundo de su derecho, está devastada.

— Sólo porque me estás ayudando con, ya sabes quien, te dejaré copiarme la tarea. —la castaña susurra.

— Olvídate de Spazz, ese chico lindo es mío. —Olivier comenta burlona.

— Eres mayorcita para él, ¿sabías?

— Unos 4 años de diferencia no mató a nadie, ¿verdad? Cuñada. —la rubia codea la espalda de Aurora.

— Je, je... —tiembla.

— ¿Sabes qué? Mejor ustedes olvídense de mí.

KB arrebata el cuaderno a la joven Rose. Tomó su mochila y pertenencias para dirigirse a otro escritorio, lejos de Olivier y Aurora.

— Oh, esta chica~ Bueno, esos son más puntos a mi favor. —resopla su fleco que cubrió su ojo derecho.— No soportó saber que nunca tendrá oportunidad con Spazz.

— Mierda...

— Tranquila Aurora, seguro puedes copiarle a alguien más...

Aurora no prestó atención, su mente se concentró más en ver que una de sus amigas se sentó donde mismo que Sasha. Rompió un lápiz que traía en mano, el ruido de sus dientes es leve.

— ( ... ) —

Pasaron las horas, Aurora entre las sombras espiaba con gran odio a la nueva, deseando que malas cosas le pasaran. Sasha era ahora el centro de atención y ella no hacía mucho, ya que era la amabilidad que la mayoría de veces recibe alguien que es nuevo en un Instituto o clase.

— ¡Wow! ¡Pero que chica tan linda! —Flash babeaba con cierto rubor en sus mejillas con sólo verla de lejos.— ¡Es tan linda! Debería de hablarle...

— Ah Flash, yo que tú ni me fijo en ésa perra. —lo interrumpe sin verlo, jalando de su remera.— Por su culpa papá se fue de casa.

— ¿Papá dejó a mamá para salir con ella? —Spazz apuntó con el pulgar a Sasha a lo lejos.— Vaya, supongo que le gustan mayores, de esos que llaman "señores".

— No Spazz, no seas idiota.

Aurora cruzó los brazos sobre la mesa y se cubría con ellos, apenada de lo que iba a decir. Ambos hermanos están con gran inquietud, su hermana al dejar tantas cosas a medias de la conversación, los molesta.

— Déjate de rodeos y sé más clara con nosotros, Aurora.

— Si, tal vez podemos ayudar.

— Es imposible... Es un caso perdido.

— Nada es imposible.

— Bueno, Sasha es como nuestra media hermana o algo por el estilo, yo qué sé.

— ¡¿QUÉ?! —los gemelos quedaron en shock.

— Así es, supongo que papá la tuvo con Shadow... —balbucea, ni ella sabía o entendía esa situación.

— ¿Shadow y papá? Vaya, esa no me la esperaba... —se quedó sin palabras el cobalto con pelaje más oscuro.— Es que todo esto, wow...

— ¿Papá es gay? ¡Imposible, eso no puede ser verdad! —el gemelo menor repite algo confuso y nervioso.— ¡No, no, no! ¡No podemos ser hijos de un gay! ¡Eso es tan ridículo!

— Ey hermano, no es para tanto. —Spazz dijo.— No tiene nada de malo ser gay.

— Tú no lo entiendes, estamos hablando de ser los hijos del héroe más grande de este mundo. —Flash añadió, entonando miedo y rabia a la vez.— Si los demás se llegan a enterar de lo que ha pasado con nuestra familia, seremos los "hazmerreír" de todo el colegio por algo tan tremendo.

Spazz guarda sus palabras, se nota cierta decepción en su mirada ante lo que oyó de parte de su hermano. Aurora estaba de acuerdo con lo que Flash había dicho, tal escándalo podría arruinarlos.

— Tranquilos, chicos. Supongo que es sólo una etapa... —resoplaba molesta, con su popote hacia la malteada.— Sé que todo esto es un malentendido o una broma de mal gusto de papá, seguramente.

— ¿Y si no es así, Rory? Papá no nos puede dejar así como si nada, como si no fuéramos nadie... —Spazz tomó de las manos a su hermana.— No sé qué pasó entre papá y mamá; pero tengo mucho miedo, no sabemos a dónde vamos a parar con todo esto.

— ¿Y mamá? ¿Mamá estará bien? ¿Qué seremos sin ella? —el otro menor entre lloriqueos, viendo a la rosada.— Quiero que todo fuese como era antes, Rory.

— Chicos, tranquilos. Tranquilos, ustedes tranquilos y yo nerviosa. —cogió las manos de cada uno.— No son los únicos que quieren que eso pase.

La mayor abrazó a sus hermanos gemelos, los quiso consolar para que no estuviesen deprimidos. Ellos no eran los culpables de todo esto, sino Sonic y Sasha... Aurora pensaba que ellos eran los que debían sufrir por todo esto, no ella ni sus pobres hermanos.

— ( ... ) —

Después del colegio y andar de marginados, Aurora y los chicos habían ido a visitar a su madre en el hospital. En la mañana después de sacarla del baño, Spazz le habló a Rouge y Sticks para que los ayudaran ante tan desafortunada situación, rápidamente se encargaron para dejar que los jóvenes fueran al colegio a pesar de lo ocurrido en su hogar.

— Doctor Chesnut, ¿qué le pasó a mi madre? —la pelirosa fue hacia el médico con gran nervio.

— Bueno, suponiendo que tuvimos que lavar su estómago por consumir una dósis peligrosa de pastillas y jabón... Más las hemorragias internas y externas... La cantidad de agua en sus pulmones... —el perro castaño hacía cálculos mentales.— Tendrá que estar internada hasta nuevo aviso; pero el lado bueno, podrá despertar del shock en unos 3.

— ¿"3"? ¿Exactamente "3" qué, doctor? —jugueteaba con sus dedos, repitiendo la incógnita algo ansiosa.— ¿"3 días"? ¿"3 semanas"? ¿"3 meses"? ¿"Años"?

— Supongo que en unos 5 o 6.

El can peludo anotó en su cuaderno y se marchó de la recámara, sin haber aclarado las dudas de nuestra protagonista. Los tres miraban a su querida madre dormida, rodeada de aparatos y un pulmón artificial, cubierta de vendas sobre sus rasguños.

— Ay no, Chaos... —Aurora quedó desconcertada.

Creían que era un ángel puro que sufría por alguien que no se la merecía, los corazones y mentes de los chicos se encuentran rotos por la pesadilla que los atormenta.

— Mami... Mamá, por favor. —Monty cogió una de las orillas de la cama.— Cúrate pronto, juro no volver a hacerte enojar.

— Hermano, no llores.

Su gemelo lo abrazó para consolarlo, le dolía ver a Flash así. Ellos no querían irse de la habitación, les partía el alma ver en esas condiciones a su mamá. Un crujido sonó y llama la atención a la de ojos color esmeralda, la puerta se había abierto dejando ver las figuras de Sonic y Shadow, entrando lentamente callados.

— ¿¡Ustedes qué hacen aquí, par de cínicos?! —cuestionó molesta por la presencia de ambos.— ¡Largo de aquí! No queremos ver las caras de quienes destrozaron a mi madre.

— Aurora, ¡no me hables así, jovencita! Recuerda que soy tu padre. —en un bufido Sonic dijo queriendo calmarla.

— ¡No soy hija de un maldito sodomita como tú! —llena de coraje, las lágrimas le inundaban sus ojos.— ¡Lo perdiste todo cuando cruzaste por la puerta de nuestra casa, para irte con tu amante!

— Hey Aurora, no hagas una escenita tú también. —sisea Shadow acercándose hacia ella, haciendo un manoteo.

— ¡Déjame, no te atrevas a tocarme! ¡Maldito mentiroso, yo te amaba de verdad y yo sólo te servía de tapadera! —exclamó fúrica al arrebatar su brazo de encima.

— No te pongas dramática, recuerda que estamos en un hospital. —habló otra vez el erizo cobalto mayor.— Por favor Rory, danos una oportunidad de explicar nuestra versión de las cosas.

— ¡Yo no soy dramática!

— Si lo eres, estás gritando de nuevo.

— ¡No, no, no! ¡No quiero oír nada que venga de ti! —oró entre su amargo sollozo.— ¡Yo ya no tengo padre! ¡Él está muerto para mí!

En un abrir y cerrar de ojos, un fuerte dolor invadió a Aurora. Soltó un quejido al percibir que le cogieron de los mechones de su cabello y la alzó. Ella comenzó a gritar, golpear y patalear en un intento de escapar, inútilmente, ante la fuerza de Shadow.

— ¡Ah! ¡Bajarme, bajarme ya! ¡Me duele, rayos!

— Mira niña, ya estoy harto de seguir soportando tus caprichos de mocosa mimada y vas a escuchar a tu padre, quieras o no.

Entre Aurora patalendo por un intento de escape en el aire y Shadow forzando más su agarrare en pelo de la rosada, en la habitación resonó la gran bofetada que Sonic le brindó en el cachete al moreno que sacó de trayectoria; junto a ese sonido, Shadow quedó impactado y soltó a la vez a la hija de su pareja, la que cayó de inmediato y su trasero rebotó sobre el duro piso.

— ¡Auch~! —gimotea sobando donde se golpeó.

Aurora también entró en un tipo de trance, le era increíble que el azabache haya sido capaz de jalarla en una manera tan agresiva. Era claro que también se rompió por completo su amor por él y fue reemplazado por el terror en ese momento mezclado con rabia.

— Sonic...

El de vetas se estaba sobando su mejilla hinchada y remarcada, se sorprendió de que el erizo velocista le hubiera dado tal manotazo. Ella estaba en un mal estado emocional por ello, Sonic había sido poseído por una gran ira hacia Shadow por ver lo que se atrevió a hacer, no iba a permitir que maltrataran a su hija delante de él y mucho menos quedarse de brazos cruzados.

— Te lo advertí Shadow, te dije que te golpearía si le ponías una mano encima a mi Rory. —comentó molesto.

— ¡Te odio! ¡Te odio Shadow, te odio tanto!

Adolorida, empujó al de vetas rojas apenas se puso de pie, llorando y salió de la recámara sin un rumbo fijo.

— ¡Los odio a ambos! ¡Ojalá se pudran en el infierno! —gritaba todavía con gran enfado.

— ¡Aurora, espera! —el cobalto exaltó.

— ¡Ojalá se pudran los dos, he dicho! —repite a lo lejos.

— ¡Aurora, alto! ¡Yo no quise...! —quien gritó esta vez para tratar de parar fue Shadow.

Antes de que pudiera acabar de pronuciar, Sonic le dio otro golpe al moreno, esta vez en el estómago a Shadow que dejó al azabache todo sofocado. El héroe seguía enojado de que su pareja por poco acababa golpeando a su hija, tomando del cuello al erizo ébano y acorralarlo en una esquina.

— ¡¿En qué cojones estabas pensando, Shadow?! ¿¿Cómo te atreves a casi pegarle a MI hija enfrente de MIS narices?! —reclamaba haciendo golpear la cabeza del contrario contra la pared.

— Ya Sonic, perdí el control de la situación. No es culpa mía, Aurora me sacó de quicio y no soportaba oírla decir lo mismo que Amy. —excusó, jadeando levemente.— Sabes que suelo alterarme con ese tipo de cosas.

— ¡Pero esa no era la mejor manera, Shadow! ¡Sólo hiciste que estuviéramos de Guatemala a Guatepeor! —alargó a su oración, agitando la remera de éste.— ¡Por Chaos, Shadow!

El cerúleo continuaba aferrado al moreno, sintiendo todavía la sangre caliente por tal enojo. Trató de abstenerse mentalmente de soltar el llanto, paralizado delante de su "pareja", Sonic sentía que la cabeza le daba mil y un vueltas por todos ángulos ante tal situación. Shadow por su parte intentó detener el agarre de las manos contrarias, forcejea a punto de ver que estuviera más calmarlo. Lo apartó de un empujón apenas pudo rodear sus muñecas, en forma en que las miradas de los erizos mayores están a direcciones contrarias por la discusión.

— Yo no quería golpear a Aurora con intención, eso es todo. —dijo en seco el ojirubí.

— De todos modos no debiste tirar de su cabello. —replicó con un tono más severo.— Eso no es bueno, Shadow. Está mal lo que hiciste.

Aunque a Sonic no le agradaba del todo a la "Mary Sue" que tenía por hija; igual él era su padre y no le iba a permitir a nadie que agrediera a sus otros hijos, mucho menos a su propio interés amoroso. Eso pasaba por la cabeza de Sonic, sus dientes chocaban entre sí por la rabia, la cual se iba disminuyendo poco a poco al clavar su vista en los gemelos. Los otros menores se abrazaban aterrados en una esquina de la habitación por aquella repentina escena de miedo que presenciaron, temiendo que tanto el erizo negro y su propio padre los golpeara.

— ¿Nos va a pegar el señor Shadow a partir de ahora, papá? —comentó temblando Flash.

— Monty, no digas eso... Claro que no, imposible. —el ojiesmeralda dio pasos hacia adelante, ofreciendo con una sonrisa afable.— Hijo, yo no...

— ¡No te atrevas a poner un dedo sobre él, papá! —Spazz se colocó enfrente de su gemelo.— ¡Golpéame todo lo que quieras; pero no a Flash! ¡A mí, solamente golpéame a mí!

Sonic estaba atónito, él no quería que las cosas fueran de ese modo. Su familia estaba dividida, Amy en un tipo de coma, sus hijos lo odian y temen... Perdió la amistad de sus compañeros y amigos cercanos. Observando a sus hijos abrazarse de tal manera con lluvia en sus ojos, se rindió en suplicar a éstos.

No quiso alterarlos más, en un apretón de ojos éste dejó caer una nota junto a un cheque en blanco y se marchó con el azabache tras sus espaldas sin soltar siquiera una palabra. Cerrando la puerta para que los gemelos se tranquilizaran sin su presencia, el corazón del héroe velocista se encontraba hecho añicos por las palabras de sus propios hijos.

— Sonic.

— Quiero estar solo.

— Vamos Sonic, no fue mi intención de verdad. —acelera los pasos el pelicarbón.

— Te dije que quiero estar solo, así que déjame en paz. —insistió de nuevo el susodicho.— Es tu culpa que tengamos que sufrir por estas cosas.

— ¿Mi culpa?

— Si, tuya. No sé cómo me dejé convencer de que esto era lo mejor para todos. —Sonic se iba alejando.

— ¿Luchar por recuperar lo nuestro? ¿Defenderte por lo que Amy te hizo? Si es así, acepto ser culpable. —caminó delante del azul, deteniendo sus pasos.— Sólo quería que tú y yo volviéramos a ser felices, como pareja. No sabes lo impotente que me sentía verte al lado de esa bruja, que te trataba como su adorno. Ella te ha visto como un esposo trofeo.

A pocos metros de distancia fuera de la recámara donde yace Amy, Sonic se maldecía a sí mismo. Colocó su frente sobre una de las paredes del hospital y comienza a golpearse con ella, la culpa lo invade y las lágrimas también caen. Se sentía culpable y a la vez tan mal por cómo todo ha estado. Shadow se encontraba detrás de él, reservando todos los comentarios que quisiera decir al ver a su amado tan despechado.

— Ey Sonic, tranquilo. —el moreno que frotaba su mano sobre su espalda.— Debes de darles algo de tiempo para que se acostumbren, no haz hecho nada malo.

— Eres el menos indicado para decirme eso ahora, Shadow. Yo no quería nada de esto... —sollozando y con los puños cerrados sobre la pared.— Y-Yo... Yo, soy tan patético. Dejé que mi familia se destruyera, soportar todo no sirvió de nada.

— ¿Qué era lo que querías entonces con más exactitud? —estiró su brazo alrededor de la cintura del azulado.

— Yo no, yo no sabría decirte exactamente... Yo te amo todavía, pero está mal si otros sufren por este amor. —cabizbajo, jugando con sus pulgares.— Creo que quería que ellos fuesen felices sin mí del todo como quisieran, todo se ha ido a la mierda.

— Ya Bluebelle, tarde o temprano todo esto iba a tener que pasar. —volvió a hablar, acariciando la nuca del otro.

— No me estás ayudando para nada, Shadow.

— Estoy haciendo un esfuerzo, trata de entenderme. —ríe seco.— Sabes mejor que nadie que no soy alguien de muchas palabras. Fui muy impulsivo al leer que las pruebas de paternidad de Sasha y Shaina salieran positivas.

— Todo esto es porque lo que tenía planeado hacer, se fue a la basura porque Amy les metía malas ideas a sus cabezas todos estos años y no me hacían caso. —resopló angustiado.

— Ya, Sonic... Ya, ya, ya. —abrazó a su amado, acariciando sus púas traseras.— Todo estará bien, siempre las cosas llegan a solucionarse solas si les das demasiada importancia.

Los cachetes del ojiverde se acaloran, sus latidos se aceleran por la sensación de Shadow detrás de él, que besa con suavidad su nuca. Seguía molesto con él, eso sí; pero no pudo más y dio la media vuelta para corresponder el abrazo, eso necesitaba tras tanto dolor que en su pecho había acumulado por años, estar con él le es confortable.

— Me alegra tenerte a mi lado una vez más, Shadow. —susurró ocultando su rostro en el hombro del antes mencionado.

— También a mí, Sonic. Te amo tanto, no te imaginas lo odioso que es tener que usar un "antifaz" ante todos y aguantar las ganas de estar así. —apartó un poco su rostro, sujetando el mentón de su amado.

El azabache limpió las gotas cristalinas que salieron de los ojos de Sonic, deslizando así la comisura de sus labios con el pulgar y acercarse de peligrosa manera para percibir la sensación cálida del aliento del cobalto al respirar.

— Eso sí Shad, si vuelves a levantarle la mano a uno de mis hijos, juro que te arranco tus extremidades. —amenaza cuchicheando.

— Me parece muy razonable. —ríe entre dientes.

— Es en serio, Shadow.

— Ya Sonic, ya me lo dejaste en claro.

Ambos erizos juntaron sus frentes, embozando una pequeña sonrisa tras el abrazo.

— No sabes cuánto he esperado para esto, el poder amarte y besarte sin importar que la gente nos vea así. —agregaba Shadow en voz baja.

Aurora estaba observándolos a lo lejos sin que éstos se diesen cuenta otra vez, lloraba en silencio con el corazón partido al ver tal cinismo, el hecho de ver que su gran amor de la vida la había abandonado y engañado. No por cualquier chica o persona, sino por su mismísimo padre.

— ¡Hey, ¿en dónde se habrá ido Rory?! —Sonic reacciona de inmediato.

Se sentía tan terrible, tan usada, tan patética hasta sentir tanta pena ajena por sí misma por haber creído que alguien como él se pudo haber fijado en ella. Huyó de la escena por no soportar verlos tan felices y melosos con un beso que le pareció horrendo. Pensaba que Shadow se desperdiciaba por tirarse a su padre o su padre a él. No sabía con exactitud; sin embargo, por igual no le importaba ni un coño lo suyo.

— Te amo tanto... Tanto que me siento tonta porque me siga doliendo... —expresó la pelirosa en un suspiro.

Salió corriendo hacia la nada, dejando caer un pequeño camino roceado por sus lágrimas, suplicando por alguien la salvara de tremenda pesadilla. Mil vueltas sentía, parecía que ahora el mundo no giraba sobre ella, sino ella giraría a partir a ahora con los pies en el suelo, su vida ya no lucía cómo estar en un sueño o paraíso. Su vida ya no iba a ser de color de rosa cómo su pelaje, ahora se vería negra y lúgubre.

— ¡Rayos y centellas! ¡Fui tan tonta, tonta, tonta! ¡¿Cómo fue que llegué a parar a todo esto?! —golpeaba varias veces al tronco.— ¡Maldición! ¿Por qué esto me pasa a mí? ¿¡Por qué, por qué, por qué?! Yo nunca he sido una mala persona, yo merezco ser feliz y perfecta todo el tiempo.

Al estar fuera del hospital, se detuvo a apoyarse en un árbol y a continuar con su llanto. Estaba tan inconsolable, gritaba de rabia y de dolor, no podía más y todas sus lágrimas salían y salían tal como un bebé. Daba puñetazos al tronco, cae una cometa en su cabeza y por el arranque de ira, la rompió con un potente pisotón al llegar al suelo.

— Mi vida es una porquería, ¿qué puede empeorar esto? —habló para sí misma, pegando su rostro al tronco.— Eres una estúpida por seguir aferrada a esto, Aurora... ¡Eres una estúpida, Aurora! ¡Reacciona Aurora, él no te ama!

— ( ... ) —

Se quedó buen rato en una banca del parque, no tenía ganas de volver a casa por saber que nadie estaría allí para ella. Recordó que había dejado a sus hermanos en el hospital; pero no se preocupó lo suficiente por sabe que ellos se las podrían arreglar por su cuenta. Lo único que pudo hacer fue seguir llorando en aquella banqueta, toda arrepentida de todas las veces que le dijo "te amo" a Shadow y sin saber cómo ocultar esas amargas lágrimas que no paraban de salir de sus ojos, sola.

— Tengo 541 botellas de cerveza de raíz en la pared, se me cae una y me quedan 540 botellas de cerveza de raíz...

O eso era lo que ella creía. A su costado se encontraba el erizo que la había perturbado, sentado y sin quitarle el ojo de encima. Aurora por andar sollozando y cubriendo su rostro con sus propias manos, no se fijó de quien se trataba.

— Tengo 540 botellas de cerveza de raíz en la pared, se me cae una y me quedan 539 botellas de cerveza de raíz...

La rosada trata de limpiar su nariz por la dificultad al respiración, en eso una voz masculina se oía cerca, dejándose ver pasando a un erizo de vetas violetas que estaba contando y dando pasos lentos y exagerados para no pisar las líneas o grietas del pavimento.

— Tengo 539 botellas de cerveza de raíz en la pared, se me cae una y me quedan 538 botellas de cerveza de raíz... —continuaba en voz alta contando.

Por alguna razón Aurora alza la vista de nuevo, reconoce a ese tipo. Era el tipo raro que miró justo ayer, peleándose con un encargado del restaurante. El ojiámbar se detuvo a pocos centímetros de distancia de la protagonista, girando su cabeza para mirar de pie a cabeza a ésta con gran indiferencia.

— ¿Por qué lloras? —repentinamente preguntó el varón.

— ¿É-Éh? —ella queda confundida.

— Ey, ¿sabías que es algo tonto responder una pregunta con otra pregunta? —hizo otra pregunta "extraña".

— ¿¡Qué?! —desconcertada exclama.

— ¡Lo volviste a hacer! —resalta el mayor, asombrado aunque sin prestar su visita sobre Aurora.

No lo conoce y ya la tenía harta. Decide que era mejor ignorarlo o que se iría corriendo por si trata de algún tipo de secuestrador que quería hacer la tener confianza. Arrimaba su rostro y cuerpo al tronco, quedando abrazada mientras no hacia caso de lo que el erizo tan peculiar le decía.

— Supéralo, supéralo, supéralo. Llorar no te va a servir en arreglar tus problemas, sólo te sirve de desahogo. —el cobalto dijo por última vez, al colocar su mochila por su hombro para retirarse.— Tengo 538 botellas de cerveza de raíz en la pared, se me cae una y me quedan 537 botellas de cerveza de raíz.

— Qué insensible eres...

Siguió deprimida, ese extraño momento sólo la hizo sentir peor por alguna razón. Algunos momentos fugaces, llegan a su memoria.

— ¿Eres el loquito del tren?

Se encogió de hombros, sin saber qué más hacer. Apenas lo había reconocido, siendo sincera, era irrelevante.

— ¿Perdón?

— ¡Lo eres! Hasta me vomitaste encima.

— Oh... ¿Eres tú la chica de ayer?

— ¡Si, así es! Quiero que me pidas perdón.

— Está bien, perdón. —el vetas violetas dice.

— ¡Pero dilo bien! Lo dices como que no te importara que hiciste algo malo. —reclama Aurora.

— Perdón.

— ¡Tu disculpa es vacía!

— Perdón, perdón, perdón.

Repetía el erizo sentado a su lado, moviendo sus piernas hacia delante y formando círculos.

— Es inútil tomarte en serio.

Lágrimas brotan de nuevo, cayendo a un charco que tenía delante de sus pies. Sólo ve el reflejo suyo, la imagen deprimente que le provocó acidez en el estómago.

— Quisiera que todo fuese como antes, por favor que alguien me despierte de esta pesadilla de una maldita vez. —Aurora suplicaba con gran desespero en su tono de voz.

— Lamento que estés pasando por esto, no tienes la culpa de nada.

— ¿Éh?

"¿Por qué me dice eso?" ella pensó, no necesitaba escuchar algo que ya sabía. Se limitó a asentir y observar que el sujeto extraño estaba nuevamente a su lado. Aflojando sus brazos por la parte trasera de la banca, sin tener contacto visual por supuesto, esto de por sí es muy incómodo. Puede notar su sonrisa por debajo, una rara y leve sonrisa. El erizo de vetas violetas sostiene una lonchera con bocadillos que le ofreció a la pelirosada.

— ¿Quieres? He oído que comer con compañía siempre hace que sepa mejor la comida.

— Gracias, supongo. —tarda en aceptar, se esperó a que el otro diese el primer bocado.

— De nada, Aurora.

Desconfía por lógica, esperando la oportunidad de huir; pero se asusta al enterarse que un desconocido sabe su nombre.

— ¿¡Éh!? ¿¡C-Cómo sabes mi nombre?! —su pelaje se esponja por la sorpresa.

— Lo que tienes de bonita, lo tienes de insegura.

— ¿A qué viene eso? ¿Por qué eres tan amable conmigo? —un notorio sonrojo aparece en ella, por sus palabras la incomodan.— ¡Y-Y no me respondiste! ¿Cómo sabes mi nombre? ¡¿Acaso eres un pervertido acosador!?

— Te vi llorando y pensé que a lo mejor necesitabas algo de ayuda tipo emocional, eso es todo. —explicó con sus dedos jugueteando entre si.— Y cuando llegaste, dijiste tu nombre en voz alta cuando te acercaste a aquel tronco. Yo estaba arriba tratando de bajar mi cometa.

El ojos dorados muestra una cometa rota con los hilos enredados, ella mira hacia el tronco donde tuvo antes y ve el resto de la misma. Aurora se siente un poco mal, las rodillas del misterioso sujeto tenían leves raspadas.

— Ay, perdón por ser tan ruda contigo. No lo sabía... Sólo es, ah... Mi vida se ha ido a la basura. —iba aclarando sosteniendo mis cachetes rojos.

Aurora saca un pañuelo de su bolsillo, colocando la prenda en la rodilla de éste y haciendo un nudo. Él no dice nada, sólo sonríe.

— ¿Si? ¿Te gustaría hablar de ello?

— Yo...

— Dímelo, tú dimelo.

— No creo que te importe...

— Si no me importa, ¿por qué seguiría aquí?

— No lo sé, seguro quieres que repare tu cometa.

— Eso Tobey lo puede resolver, pero tú necesitas también resolver el lío que tienes.

— La verdad es que sí, desde ayer todo se derrumbó dentro de mí... No sé qué será de mí y mi familia, tengo miedo a una vida sin rumbo... —reacciona enseguida, porque mal piensa sus intenciones.

— Entiendo.

— ¡Ey, te descubrí! ¡Me has estado siguiendo a mí, no fue pura casualidad! Eso a ti no te incumbe en nada y tampoco te tengo que estar dando explicaciones sobre mi vida privada.

— Lo debes de hacer, porque...

En serio, este tipo era un fastidio para nuestra protagonista. Aurora no alcanza a escuchar, porque pasó un montón de autos pitando.

— No, no sé qué fue lo que dijiste; pero por si acaso, ¡la tuya también! No quiero nada que ver con un acosador, metiche y enfermo mental como tú. —fue firme con sus palabras.

— Según si le das halagos a alguien, eso hace que se sienta mejor.

— ¿Qué? —sacada de onda.

— ¿Te sientes mejor?

— No...

— ¿Quieres que te diga que eres bonita o algo más por el estilo?

"Qué gran humillación... Alguien como él tiene pena por mí, ¿ves lo que me has hecho, padre?", pasaba por su cabeza. Aurora se mueve lento para tratar de salir si el tipo intenta algo.

— No, no, no. No necesito de las migajas de tu lástima y halagos vacíos, tampoco para que me andes hostigando con lo que hago o dejo de hacer. —comienza a apartarlo con los codos.— ¿Sabes qué, señor sabelotodo? Mejor comprar un bosque y piérdete.

— ¿Para qué querría comprarme un bosque para eso? —extendió sus manos, meditando lo que dijo la menor.— Mejor me compro un laberinto en ese caso, con eso uno sí se pierde mejor. Y uso la hipótesis de la mano derecha. Porque si no lo sabes, se dice que puedes salir de un laberinto si te guías yendo sólo por la derecha.

— Ah, era sarcasmo.

— ¿En serio?

— Sí.

— Oh vaya.

— ¿Realmente te lo tomaste literal lo que dije? —contener la risa le cuesta, pese al enojo, eso le fue gracioso.— ¿En verdad ibas a hacerme caso?

— Sí, no puedo negarlo.

~~ Aurora narra, otra vez...~~

Su comentario hizo que mi piel se sacudiera. Abrí mis ojos con gran velocidad, llegando a a apreciar mejor. Su mirada color miel me penetraba, no entiende por qué se le queda viendo tanto y sin dejar esa expresión de muerto. Sólo pasaba saliva y aprieta mis labios, insegura y temblorosa por tan apegado que se encontraba a su cuerpo.

— Eres Aurora the hedgehog, la hija de Sonic y Amy Rose. —soltó sin más.— No es tan difícil no conocerte, si tu imagen sale en muchos lados y a la vez que en televisión.

— Oh, si... Había olvidado ese detallito. —avergonzada.— Lo siento, en verdad. Con todo este caos en mi mente, estoy algo paranoica.

— Descuida, fui muy irrespetuoso en tratarte con mucha confianza.

— Nah, no creo que quieras algo indebido conmigo o ya lo hubieras hecho en lugar de ofrecerme de comer y escucharme. —añado entre carcajadas minúsculas.

— No, qué horror. Es un delito esas cosas que dices y meterían a Tobías a la cárcel. —tembló el ojidorado.— A la cárcel sólo va la gente mala, y yo no soy malo, que yo sepa.

— ¿Tobías?

— ¿Si?

— ¿Así te llamas?

— Si.

— Un gusto, Tobías.

Pero que tipo tan más raro, en verdad trataba de no reírme o podría enojarse. Ahora era mi cabeza la que se colocaba en su hombro, sabiendo que no es un mal muchacho, me transmite un aura tranquila. Me sentía en paz con su silencio, no hizo ningún movimiento para alejarme de él, puedo mirar como él hace lo mismo conmigo.

¿Acaso me anda juzgando con su mirada? ¿Por qué me pone la piel de gallina por verme y por la forma en que éste revolotea sus orejas?

— No es lástima lo que te tengo Aurora, sólo que no me gusta ver a la gente mal. —expresó en seco el bicolor.

— ¿Qué?

— Me refiero a lo que dijiste antes: "No necesito de las migajas de tu lástima y halagos vacíos..." —repitió mis palabras pasadas.

— Oh si, eso...

Por sólo estar hablando con ése tipo, mis problemas habían desaparecido de la cabeza por un muy buen rato, lástima que ese sufrimiento volvió a invadirme.

— ¿Ahora qué voy a hacer? ¿Dejar la escuela para irme a trabajar y mantener a mis hermanos y el mantenimiento de mi madre en coma? —empiezan varias preguntas surgir y salieron de mis labios.— ¿Soportar ser la hazmerreír de todos por enterarme de que mi padre es gay y mi amado novio me puso los cuernos con él? ¿Haber sido usada por Shadow como disfraz para ocultar su homosexualidad? ¿Qué será de mi hora?

El mundo ya no es tan hermoso y brillando como antes, nunca pensé que una simple visita y existencia de alguien iba a marcar mi vida permanentemente. Tantos pensamientos pesimistas la ahogan, no puede soportar más y deja caer más lágrimas.

— ¡Soy una inútil, no sé qué más que hacer que llorar por todo!

— No hay nada de malo en llorar.

— ¡Lo sé, pero igual llorar no ayudará a arreglar las cosas!

— Lo siento... No quise molestarte.

— ¡Esas palabras no ayudan en nada, idiota!

Tobías tiembla de nuevo, se levanta de su sitio y se va sin darme explicación. Lo veo alejándose, quedando una vez más sola...

Odio este sentimiento. Y peor aún, me sentí miserable por lo necesitada que estoy, de hasta aceptar una cercanía inexistente con un completo desconocido.

— ( ... ) —

Sin darme cuenta, pasaron algunas horas después. El tiempo salió volando y tuve que volver a casa a regañadientes, con la vista toda borrosa y que me arde. Sentir sobre mi piel que caía algo de llovizna me hizo querer irme para evitar coger un resfriado.

Al estar allí, abro la puerta con la copia de llave y confirmo que mi hogar está igual que yo: sola, fría y vacía. Doy un suspiro largo, analizando que había una nota en el mostrador, parecía que alguien estuvo aquí en mi ausencia y se llevaron gran parte de las pertenencias. Fastidiada, tomo la nota y voy rumbo a mi habitación para bañarme.

— Maldito viejo sin vergüenza. —farfulla apenas me tiro sobre la cama.

Miraba por la ventana desde el colchón, en cómo se resbalan algunas gotas en ésta al estar escuchando música con sus audífonos. Me abrazaba a sí misma, era la primera vez que sentía aquello que se llamaba "soledad". Me decía un sinfín de cosas, sabiendo que no importan cuánto fuese a llorar o lágrimas a derramar, no eran lo suficiente como para expresar todas esas cosas que había tenido que pasar apenas en menos de dos días. Giraba sobre la cama, sin ningún consuelo y con la sensación de que mi corazón había sido arrancado del pecho y hecho cenizas. Me llegó la curiosidad, lo primero en ver al ponerse todo claro eni mente, fue la nota y tensa lo leí, ya nada más iba a perder.

"Si lees esto Aurora, por favor háblame lo más rápido. Sé que no quieres verme, por ello dejé una nota al mirar que no estás en casa.

Spazz y Flash están en mi nueva casa. El doctor no sabe con exactitud cuándo va a despertar tu madre. Así que hablé con los chicos y decidimos que por un tiempo estarán viviendo conmigo. No te preocupes, será temporal para que puedan estar bajo mi supervisión, no puedo ni pienso en abandonarlos a su suerte. Fui a recoger algunas cosas con los chicos en tu ausencia, mañana, por si acaso lees esto y volviste, quiero que empaques algunas de tus cosas. Prometo no molestarte ni exigirte aceptar estos cambios bruscos en tu entorno, sólo quiero cuidarlos y aceptar el castigo que me merezco con tu odio.

Te dejé mi nuevo número de teléfono al reverso de esta nota, por si cambias de parecer o ocupas decirme algo".

— Te quiero y no lo olvides, Sonic.

Arrugo el papelito y lo tiré en el bote de basura. ¿Cómo no hacerlo? Obvio no me dio felicidad esa noticia y ese gran cinismo de ése desgraciado. Quería estar sola en esos momentos, sólo conmugo misma, sin pensar en nada más.

"Quizás las cosas se solucionen por sí solas..." pensaba con la mirada al techo, "Shadow y Sonic tarde o temprano tendrían que estarse humillando a sus pies e implorar qué los perdone por los estúpidos que eran junto a su madre".

Una risa involuntaria me asustó al salirse así de la nada, sólo cubro mis labios entre más lágrimas aparecían.

— ¿Por qué todo esto me está sucediendo? Yo no he hecho nada malo, no me merezco sufrir por culpa de ellos.

Mi nueva realidad no me gustaba para nada, no saber qué sería lo que el futuro ahora me va a preparar más adelante, mi pasado fue feliz y sin sospechas de que acabaría en cualquier momento, el presente es desgarrador y cruel; pero, ¿y mi futuro...? Es incierto.

¿Por qué mi destino ha tenido un cambio tan bizarro? ¡No es justo! ¡No lo es, no y no! ¡Me niego a aceptar que todo esto ha pasado! ¡Todo es un mal sueño del cual en cualquier momento voy a tener que despertar!

Ya hasta tenía planeado algún día casarme con Shadow y tener varios hijos, los nombres ya los había escogido con mucho cuidado y cariño: Zane, Piper, Nova, Blitz y Aster. Ahora ya no tiene sentido ese sueño, las lágrimas no consiguen apagar el fuego que había dentro de mí, sólo quedan ruinas de estos sentimientos rotos. Recordaba y recordaba sin parar, al igual de estar llorando y llorando.

Me ganaba el sueño, pasando por su cabeza todas las veces que estaba con mi ex-amado, hablando y hablando sin ninguna sospecha sobre sus planes de un futuro juntos.

— Me arrepiento tanto, tanto... Te aguanté tanto, para nada.

Recuerdo como me desagradaba tanto uno de mis recuerdos, en el que Shadow decía querer ponerle a alguna hija suya "María" o parecidos. Me era tan fastidioso que una muerta siempre era lo que se la pasaba pensando él antes que en mí, una difunta se intervenía en ambos entre mis sueños. Obvio que a Shadow eso le enojaba, negarle cumplir su petición, al comentar que se olvidara de la difunta de una buena vez por todas.

— ¿Por qué, Shadow? ¿Por qué diablos jugaste conmigo? —aferrándose a una almohada.

Cerraba mis ojos, la música que resonaba entre los audífonos me calmaban más de lo que quise... Me hacía sentir que todo era como si estuviese durmiendo. Perdida entre sueños de una pesadilla, la que no puedo escapar por ser la mismísima realidad.

Eso a lo que me refiero como "pesadillas", más bien... A partir de ahora, son crudos recuerdos.

Recuerdos que me hieren...

Esto continuará...