Disclamer: ¿Esto todavía se hace? Bueno, todo pertenece a JK. Lo único que yo tengo es amor desmedido por el Drarry y ocasionalmente, tiempo libre que termina en esto.

Nota de la autora: ¿Alguien aún se acuerda de mí? Ya, que solo es drama. ¡Volví! Y estoy realmente agradecida de que en este año de silencio no hayan dejado que mis historias murieran en el olvido. De vez en cuando las vi siendo recomendadas, recibí comments, kudos y demás que me hicieron desear regresar con más historias. Porque definitivamente todavía no han leído todo de mí. Por eso hago mi regreso con esta historia llena de fluff, amor familiar y su justa dosis de drama. Será un placer que me lean una vez más.

Esto es para quienes, al igual que yo, muchas veces no necesitan más que evadir la realidad por un rato.


Capítulo 1. Primera fase: causar celos.

«If one thing had been different

Would everything be different today?»

(Si algo hubiera sido diferente, ¿todo sería diferente hoy?)

-The 1, Taylor Swift

-Déjame ver si entendí, me estás diciendo que tienes un plan de 5 fases para hacer que nuestros padres se reconcilien –la chica asintió con entusiasmo, lo que inevitablemente ocasionó que su interlocutor se esforzara por reprimir la condescendencia en su voz a medida que seguía hablando–. Y necesitas mi ayuda para llevarlo a cabo.

-Entendiste bien –afirmó, sus ojos verdes brillando expectantes. El joven frunció el ceño, mientras ordenaba sus pensamientos. Aunque por lo que ella conocía de él, no parecía que estuviese por darle una respuesta favorable. No, ese era el gesto que hacía para suavizar una negativa.

-Creo que estás olvidando un pequeño detalle –dijo finalmente, tras una casi imperceptible exhalación.

-¿Sí? ¿Hay algo que podríamos mejorar para hacer funcionar nuestro plan? –Su hermano apretó los labios, volviéndose obvio que no estaba tan inclinado a ser parte de lo que estaban discutiendo.

-No exactamente. Me refería al pequeño detalle de que nuestros padres han estado divorciados los últimos 8 años.

-Por supuesto que no lo olvidé.

-Pues no lo parece.

-James –insistió, mutando a la expresión obstinada que indicaba que esa conversación estaba lejos de terminar–. ¿Acaso no te diste cuenta de lo que pasó en navidad?

-¿Que papá Harry se acabó toda la sidra de calabaza antes de que dieran las doce y tuvimos que brindar con ponche?

-Después de eso –apuntó, sin dejarse afectar por el obvio desinterés del chico–. ¡Estuvieron toda la madrugada juntos! ¿De verdad no te diste cuenta?

-Son buenos amigos –replicó tras una segunda exhalación que acentuó el gesto obstinado de la joven–. Siempre han intentado serlo por nosotros.

-Sí, pero siento que fue más que eso. Y creo que ni siquiera tú puedes negarlo. Han estado conviviendo más y no solo en reuniones familiares. Sé que se escriben habitualmente.

-Incluso si eso fuera verdad…

-Que lo es –James suspiró una vez más, retomando su argumento:

-Eso no quiere decir que volverán a estar juntos.

-¿Quién dice que no?

-Creo que ellos lo dirían, sinceramente.

-Oye, no estaría proponiendo esto si no supiera que hay una alta probabilidad de que lo consigamos –afirmó, la resolución tan arraigada en ella que su acompañante hizo una pausa antes de responder con suavidad.

-A ver, ¿cómo lo digo? Lily, tú… eras pequeña cuando pasó la separación y es obvio que no recuerdas algunos o, bueno, muchos detalles al respecto. Así que déjame decir esto: no creo que sea posible que se reconcilien.

-Aun así…

-Lily, realmente...

-Déjame hablar, ¿quieres? –James suspiró, pero dio una ligera cabezada, animándola a continuar–. Era pequeña, es cierto. Pero recuerdo gran parte de todo eso, de verdad que lo hago. Y sé que lo que he visto en los últimos meses es distinto, es como antes.

-No estoy seguro de que sea así –denegó, provocando un resoplido antes de la testaruda respuesta de su hermana.

-Bueno, pues no lo sabremos si no lo intentamos.

-Lo siento, pero no. No te puedo ayudar en esto –concluyó. Tras su predominante fastidio había un deje de tristeza que no pasó desapercibido para la chica–. Es un sinsentido. Y harías bien en simplemente dejar esta idea a un lado, ellos están bien como están. Es lo que ellos decidieron y es lo que nosotros debemos apoyar, no tenemos por qué intervenir.

-No tenemos por qué intervenir en su felicidad, ¿es lo que dices?

-Ahora estás siendo dramática.

-¡Por supuesto que no! –Exclamó en un tono bastante dramático, según evidenció la mirada mordaz del moreno–. Estoy siendo realista. Por favor, sé que también recuerdas lo felices que solían ser juntos.

-Sí, Lily. Pero eso… sabes muy bien por qué todo terminó –resaltó en voz baja, por primera vez luciendo consternado por el rumbo de esa conversación.

-Entiendo eso, pero como dijimos hace rato, han pasado ocho años. Y creo que las razones que terminaron todo ahora pueden servir para unirlos.

-No –repitió tajante, sin ceder ni un ápice ante el escrutinio de los insistentes ojos verdes–. No importa qué tanto me mires, la respuesta seguirá siendo no. No te voy a apoyar.

-¿No se supone que eres un Gryffindor? ¿Los Gryffindor no tienen que ser valientes y hacer las cosas cuando necesitan ser hechas?

-Sí, pero los Gryffindor también sabemos reconocer cuando es necesario asumir la derrota y retirarse con honor.

-Creo que no es lo que diría tu padre.

-¿Y qué hay de ti? Esto de estar haciendo ese tipo de planes para otros no es muy Slytherin de tu parte –atacó, pero ella respondió con una sonrisa.

-Claro que lo es. Uno de los principios de mi casa es que conseguimos lo que queremos. Y te aseguro, James. Que lo voy a conseguir.

-Lily, te lo digo no solo como tu hermano, sino pensando en el bienestar de ellos –acotó, dejando de lado sus provocaciones estudiantiles–. No intervengas. De verdad, este plan es… una locura. Será mejor que lo dejes pasar.

-De acuerdo.

-¿De acuerdo? –Repitió con sospecha, como su hermano mayor debía saber que ella no se rendiría tan pronto.

-De acuerdo –confirmó.

-¿Es un "de acuerdo" como en "tienes razón y no voy a insistir en esto" o es un "de acuerdo, entiendo tu punto, pero lo voy a hacer porque me da igual"?

-¿Tú qué crees? –Cuestionó con una sonrisa pretendidamente inocente.

-¡Lily!

-James, que tú te hayas rendido y no le quieras dar una posibilidad a que ellos puedan reconciliarse no quiere decir que yo lo haré. Estoy muy segura de lo que he visto y estoy muy segura de que lo voy a conseguir, con o sin tu ayuda, ¿entendido? –James suspiró como si ella estuviese siendo innecesariamente testaruda, murmurando algo que sonó como "dioses" antes de volver a verla a los ojos.

-Lo que vas a conseguir es… No, ni siquiera sé qué es lo que vas a conseguir. No sé siquiera cómo van a reaccionar, porque se darán cuenta de tus intenciones y no creo que aprecien que intervengas, ¿sabes?

-Espera y verás.

-Espera y verás –repitió con cansancio.

-Me voy –anunció alegremente, ajena al malestar de su hermano.

-¿A dónde?

-Le dije a Pa que pasaría el fin de semana con él.

-¿A cuál?

-¿Cómo que a cuál? Papá es Papá y Pa es Pa.

-¿Todavía haces esa diferenciación? –Inquirió, finalmente mostrando una media sonrisa.

-¿Tú no?

-Ummm.

-Como sea, la primera etapa de mi plan empieza hoy –proclamó con retintín, acabando con el ligero buen humor del chico.

-Te desearía suerte, pero la verdad es que no creo que la necesites, o que te importe si lo hago o no –ella respondió con una amplia sonrisa, palmeándole el hombro mientras pasaba a su lado y se dirigía a la chimenea.


-¡Hola, princesa! –Fue la efusiva reacción de su padre, atrayéndola en un fuerte abrazo en cuanto estuvo a su alcance. Llevaba su típica vestimenta casual para estar en casa, es decir, jeans rotos, camiseta de algodón y chanclas. Tenía el cabello azabache tan despeinado como siempre y una mancha de tinta en la manga izquierda, por lo que suponía que había estado redactando algo importante o -la opción que más esperaba fuera cierta- hubiese estado respondiendo alguna misiva proveniente de su otro progenitor–. Llegas temprano –añadió, ajeno a los pensamientos de su hija menor.

-Sí, bueno. Estaba con James, pero estaba siendo… muy James –su padre dejó escapar una carcajada, acomodándole el flequillo y asintiendo.

-Sí, creo que sé de lo que hablas. Pero bien, me alegra mucho que estés aquí. Extrañaba tenerte en casa.

-Y yo había extrañado estar contigo –afirmó, yendo a sentarse a su sillón favorito antes de volver a clavar su inocente mirada en él–. Estaba pensando… ¿Recuerdas cuando fuimos de vacaciones a Cornualles?

-Oh, eso fue hace mucho tiempo, ¿no? –Respondió tras haberse repantingado en el otro sillón–. ¿Cómo es que te acuerdas?

-Umm, tengo muy buena memoria. Recuerdo el helado que nos compraste, recuerdo que a James se le cayó y lloró por cinco minutos hasta que le diste el tuyo –Harry rió abiertamente, por lo que continuó–. Y también recuerdo que tú y papá desaparecieron un largo rato.

-Eran otros tiempos, Lily –acotó, pero sus ojos brillaron con cierta añoranza y un toque de vergüenza.

-¿Alguna vez piensas en eso? Quiero decir, ocasionalmente.

-Por supuesto, mis recuerdos con ustedes son algo que atesoro muy profundamente –convino. Era lo que más le gustaba de él, lo abierto y espontáneo que era para hablar de esas cosas, le permitía dirigir la conversación justo como quería.

-Sí, pero no hablo solo de nosotros.

-¿Qué quieres decir exactamente, cariño? –Cuestionó, aunque por su gesto supo que intuía que se traía algo entre manos. Después de todo, había estado casado con un Slytherin.

-Uh, solo estaba… con la mente en ese recuerdo. Me puse a buscar algunas fotos y no pude evitar pensar que… se veían tan bien juntos.

-Eso fue, como dije, hace mucho tiempo –puntualizó, dándole una suave sonrisa.

-¿No lo extrañas? –Insistió en voz baja, sin perderse detalle de su reacción. Su padre entrecerró un poco los ojos, apretando los labios antes de responder.

-¿Los paseos y el helado en la arena? –Pero claro, algo que hacía muy bien era desviar la atención con un toque de humor. Sabía que su otro padre había amado y odiado esa faceta de él.

-Creo que sabes de lo que hablo, Pa.

-Ha pasado tiempo –dijo luego de dar un corto suspiro que era la versión original que James siempre trataba de imitar–. Y por si no lo recuerdas…

-Ya, ya sé. Ustedes están separados, divorciados y son más irreconciliables que un Erumpent y una tienda de cerámica. Pero ¿y eso qué? No te pregunté si están separados o no, te pregunté si lo extrañabas. O si lo has extrañado en algún momento –pensó que volvería a intentar evadir su ataque, pero él se quedó pensativo antes de decir un seco:

-En algún momento –sin embargo, se apresuró a continuar al verla incorporarse en su asiento–. Y antes de que te hagas una idea equivocada, eso no quiere decir que quiera volver a tener algo así. Al menos no con tu padre. Lo siento.

-¿Por qué te disculpas? –Preguntó con una ligera sonrisa, ocasionando que negara un par de veces.

-Quizás porque no es la primera vez que mencionas algo al respecto.

-¿Soy tan obvia? –Harry rió por lo bajo, aparentemente creyendo en su estudiada expresión contrita y avergonzada.

-Un poco, cariño.

-Es que… me gustaría entender. James dice que era pequeña cuando fue la separación y tiene razón, entonces, quisiera saber por qué –su padre asintió, su mirada trasluciendo que era algo que había esperado tener que afrontar algún día.

-Fueron muchas cosas, Lily. Muchas cosas en poco tiempo… Había una brecha muy amplia y muy complicada entre los dos. Cuando nos dimos cuenta la distancia era insalvable y el final era más bien algo anunciado que simplemente no pudimos evitar.

-¿Y lo intentaron? –Inquirió, tratando de aferrarse a su plan, pero sintiendo como calaba en ella la sinceridad de su padre.

-Claro.

-¿Seguro? –Presionó, obteniendo una mirada de suave advertencia. Harry solía ser más permisivo en cuanto a las cosas que consideraba impertinentes, pero sabía que empezaba a estirar un poco sus límites.

-Lily.

-En serio, Pa –pidió con su mejor tono de súplica–. Con la mano en el corazón, dime ¿lo intentaron? –Creyó que escucharía alguna amonestación o una ferviente afirmación, pero su padre suspiró una vez más antes de responder con pretendida despreocupación:

-Ya no tiene caso pensar en eso.

-Es decir, que no.

-Lily Narcissa Potter Malfoy –oh, oh. Nombre completo–. ¿Quisieras, por favor, dejar de insistir con eso? –Ella lo miró en silencio, sintiendo pena.

Pena por que él no recordara que era su hija y que la impertinencia transitaba por sus venas junto a cierto desdén por la autoridad.

-No –replicó tajante y con el mentón elevado, sabiendo que ese gesto le recordaría a su otro padre. Harry bufó y ella se le adelantó, dejándose dominar por sus sentimientos–. Es que en serio, si me dieras una razón válida tal vez dejaría de insistir –supo que probablemente no había escogido las mejores palabras cuando lo vio tragar saliva y fruncir el entrecejo.

-Existe una razón muy válida y la conoces.

-Pero tú lo quieres, ¿no es así?

-Se podría decir que…

-¿Lo quieres o no? –Presionó, decidida a hacer que esa conversación valiera la pena. Su padre le sostuvo la mirada, dos pares de ojos verdes retándose a ceder. Finalmente, él exhaló, mirando hacia el cielo raso un instante.

-Sí, lo quiero. Pero no es el tipo de amor que tú estás pensando. Lo que intento decir… por Merlín, creo que siempre lo voy a querer. Tenemos dos hijos juntos.

-Seguro, pero otras parejas de divorciados no soportan siquiera estar en la misma habitación, mientras que ustedes se quedan hablando hasta la madrugada e intercambian cartas con frecuencia –Harry hizo un ligero mohín con el labio que pasaría desapercibido para cualquier otro, menos para ella–. ¿De verdad no quieres que crea que ahí hay algo más?

-Es lo que acordamos, ser buenos amigos para mantener la paz, para poder criarlos de la mejor forma. Aunque no fuera bajo el mismo techo –usualmente no recurría a ese tipo de gestos, pero Lily no pudo evitar resoplar al escucharlo decir eso–. Cariño, sé que en cierta medida te debe parecer romántica la idea de que él y yo volvamos a estar juntos, pero… sinceramente, no parece que sea algo posible.

-¿No quieres?

-¿Disculpa?

-¿No te atrae ni siquiera un poco la idea? –Su padre dejó caer la cabeza hacia atrás, soltando una bocanada de aire.

-Ese no es el punto –replicó, ajeno a que su respuesta no verbal había sido mucho más ilustrativa que la sarta de mentiras que estaba diciendo.

-No respondes –reaccionó en tono cantarín, poniéndolo en alerta de inmediato, ya que también se incorporó enérgico.

-No, no. No me veas con esa sonrisa.

-Umm, creo que ya obtuve lo que quería.

-No, no lo creo –ella siguió sonriendo en su lugar, haciendo soniditos afirmativos para fastidiar a su padre. Si su estrategia sentimental no había funcionado, todavía tenía otro as bajo la manga–. Lily. Lily Narcissa.

-Ya, ya. No te gastes mi nombre. Lo entiendo, es difícil –recitó, conservando un cariz jovial y confidente–. Eran jóvenes, pasaron cosas, diferencias insalvables, irreconciliables y el resto. Lo entiendo.

-No lo parece cuando lo dices en ese tono.

-Es que, honestamente…

-Honestamente, ¿qué? –Instó, cuando se quedó contemplándolo en silencio.

-Nada, olvídalo. Tienes razón, ya pasó mucho tiempo y ustedes cambiaron, ya no son esas personas que alguna vez estuvieron enamoradas y que decidieron tener hijos juntos.

-Así es.

-Quiero decir, ¿en qué pensaba? Tú has estado teniendo citas, aunque no tan satisfactorias, y no me mires así, que eres tú mismo quien las ha catalogado de esa forma. Y papá… Bueno, él también ha estado teniendo citas, considerablemente más satisfactorias, como él ha dicho. Por lo que tienes razón, es un sinsentido el siquiera plantear esto.

-¿Tu padre sale con alguien? –Tomó cada gramo de su coraza Slytherin no sonreír en el acto, pero lo consiguió, dándole a cambio una mirada de sorpresa.

-Oh, ¿no te dijo? Qué extraño. Supongo que tiene alguna razón, claro que tampoco tendría por qué comentarlo contigo. Pero sí, de hecho, ya me lo presentó. Un tipo muy agradable, bastante guapo para su edad –juraría que a cada palabra era más notoria una nueva arruga en la frente de su padre.

-Qué gusto –masculló. Como si Lily necesitase más confirmación de lo que ya sabía.

-Eso le dije.

-¿Hace cuánto te lo presentó? –Cuestionó con fingido desinterés. Ella respondió con un sonido vacilante.

-No sé, ¿semanas? Ya sabes, fue un momento como "podría ser alguien importante en mi vida, así que quiero que lo conozcas" –se encogió de hombros, notando con regocijo el destello de malestar en los ojos de su padre.

-¿Y aún así vienes aquí y me propones la idea de regresar con él? –Asintió despacio, consciente de que tenía razón, pero lista para asestar otro golpe bajo.

-Oye, nunca dije esto, pero… pienso que en dado caso de que tuviera la opción de elegir entre un recién llegado y tú, estoy segura de que todavía te elegiría a ti –tal como esperaba, él fue incapaz de contestarle durante algunos segundos, absorto en sus pensamientos antes de volver a conectar con su mirada. Debía haber decidido que ya no tenía caso regañarla por su impertinencia y era mejor dejar ir el tema.

-Creo que solo miras lo que quieres ver –concluyó, efectivamente.

-Y yo creo que tú niegas lo que es evidente.

-Lily, te lo aseguro, no tiene caso.

-¿No tiene caso porque realmente lo piensas o no tiene caso porque temes que las cosas de nuevo no terminen bien?

-Simplemente no tiene caso –reiteró, tras un suave suspiro que de alguna forma respondió su pregunta.

-¿No crees que sería agradable? Volver a tener eso, estar juntos, ustedes dos, nosotros… La misma casa, salir de vacaciones en verano…

-Salimos juntos en verano. Eso nunca ha sido un problema.

-Lo sé, pero, imagina esto –continuó, moviendo la mano frente a su rostro como si le mostrase una pantalla–. Los cuatro juntos, ustedes quejándose del otro como ya lo hacen, pero al volver del paseo siguen juntos. Él te cuida porque siempre olvidas usar suficiente bloqueador, tú le das las gracias y se quedan charlando frente a la chimenea hasta el amanecer. O lo que sea que hacen que no quiero imaginar –Harry rió por lo bajo, alentando a la chica a agregar–. Podría ser, ¿no crees? –No obstante, el brillo en los ojos de su padre menguó antes de responder con un monosílabo:

-No.

-De acuerdo. Una última pregunta –indicó. Al menos una última pregunta para él, porque su otro padre también tendría que pasar por una charla similar.

-Lily, por favor.

-¡En serio! Te prometo no volver a decir una palabra sobre esto, al menos no hoy. Pero responde una última pregunta –Harry hizo un sonido dubitativo, pero dio una cabezada para que terminase con eso de una vez–. ¿Por qué no has vuelto a tener una relación seria desde entonces? –Obviamente no era lo que esperaba escuchar, a juzgar por la forma en que su mirada se quedó vacía un momento antes de empezar a masajearse la sien con los dedos–. Han pasado ocho años –apuntó, dándolo todo en ese último intento por sacarle una confesión sincera–. ¿No crees que ya deberías haber pasado página por completo y, no sé, tener a alguien más?

-No es mi prioridad y lo sabes.

-Lo que sé es que ahora mismo suenas igual que él –Harry se incorporó al escucharla decir eso, cierto reproche evidente en sus ojos.

-¿También a él le has estado diciendo todo esto?

-No con las mismas palabras, pero probablemente con la misma intención, sí –admitió. Draco difícilmente aceptaría ser increpado de la misma forma que él, pero por supuesto que había estado haciendo su investigación en ese frente también.

-¡Lily!

-Es que no entiendo porque les cuesta tanto tener una cita.

-Te lo he dicho, no estoy para citas. Mucho menos con mi… exesposo –la ligera vacilación al final de la oración la hizo sonreír.

-Te ahogas al decirlo.

-¿Qué? –Su padre lució sinceramente confundido, por lo que su sonrisa se acentuó al explicar:

-Que todavía te ahogas al decirlo. Ex-es-po-so, no lo puedes decir.

-Eso no es…

-No, no. Es un hecho, no puedes negarlo –interrumpió, ganándose una mirada que indicaba que quisiera amonestarla, pero que sabía que esa forma de responder la aprendió de él.

-¿Cómo vas con tus tareas? –Dijo en cambio, asestando también un golpe bajo.

-Es verano.

-Sí, y según recuerdo, Hermione te dará unas clases de regularización por tu pésimo resultado en el TIMO de Pociones.

-¡Eso fue hace casi dos años!

-Exacto, y este año que viene son los EXTASIS, así que tienes que estudiar.

-No necesito estudiar, soy bonita –reaccionó, echándose hacia atrás la cabellera rubia. Su padre parecía a punto de soltar algún sermón sobre la guerra no impidiendo que él obtuviera su diploma, así que se apresuró a reír y agregar–. Sabes que estoy bromeando, por supuesto que voy a estudiar. Pero la tía Hermione no me tiene mucha paciencia. Afortunadamente papá tendrá algunos días libres y ya aceptó darme las clases.

-Siempre te ha gustado más estudiar con él, ¿verdad?

-Es muy paciente –Harry hizo una mueca entre el escepticismo y la diversión.

-Eso es debatible, cariño.

-Conmigo lo es –se ufanó, consiguiendo que su padre sonriera.

-Eso es más creíble.

-Apuesto a que también contigo lo era.

-Lily –soltó a la defensiva, por lo que comprendió que al menos ese día no podría seguir presionándolo al respecto.

-Ya, ya, ya –se rindió, alzando las manos y ofreciendo su mejor sonrisa de reconciliación–. No diré una palabra más sobre eso. Por cierto, creo que iré a regar las plantas. Parecen gritar en silencio implorando salvación. Solo una cosa más, ¿lo que dije sobre papá saliendo con alguien?

-¿Ajá?

-No es cierto, solo quería ver tu reacción –admitió, dándole una encantadora sonrisa mientras veía la sorpresa, el reconocimiento, el alivio y también la acusación desfilando por los ojos esmeraldas–. Ay, querido padre. Hay cosas que no se pueden ocultar.

-Dioses, eres incorregible –lo escuchó exclamar, mientras se dirigía dando brincos hacia el jardín.

Tal vez la primera parte de su plan no iba siguiendo con fidelidad el camino que había trazado en su mente, pero sabía que iba por el rumbo correcto. Sin embargo, si enfrentar a Harry con sus cuestionamientos había sido difícil, tenía todas las apuestas en su contra con su otro padre. Debía ser cautelosa y astuta, menos confrontativa y mucho más persuasiva. Era obvio que ambos se obstinarían en negarlo, pero ella se obstinaría todavía más para hacerlos admitir que estar juntos era lo que realmente querían.


-¡Papá! –Exclamó al salir de la chimenea, lanzándose a sus brazos casi sin darle tiempo a reaccionar.

-¡Vaya!, ¿hace cuanto que no me recibías con tanto entusiasmo? Quizás deba viajar más seguido –bromeó, tambaleándose solo un poco ante su efusividad. Lily se alejó para verlo con una gran sonrisa. Se podría decir que su padre estaba vestido muy relajado, considerando que había sido criado como un sangre pura, pero su estilo hogareño seguía siendo mucho más refinado que el de Harry. Con sus mocasines beige y pantalones de pana, así como la media coleta que llevaba desde hacía unos meses.

-Sabes que siempre me alegro de verte. Y no te vayas a poner sentimental ahora.

-¿Entonces no debería mencionar lo mucho que te extrañé estas semanas?

-Está bien, también me hiciste mucha falta –confesó, volviendo a darle un rápido abrazo que le dejó una sonrisa en el rostro–. ¿Y qué me trajiste?

-Directo al grano, ¿eh? –Bromeó, con pretendida afrenta–. Pero aquí está –cedió, convocando un tipo de estuche que conocía muy bien. Lily medio saltó en su lugar, recibiéndolo con una amplia sonrisa.

-Otra para la colección.

-Así es. Un estilo un tanto sobrio para tus estándares, pero creo que se te verá encantadora –tras abrir la tapa, debía coincidir con esa apreciación. La diadema que reposaba sobre el terciopelo azul era muy hermosa, fina, pero trenzada con delicadeza y elegancia.

-Es preciosa, muchísimas gracias.

-Sabía que te gustaría. Pero dime, ¿cómo has estado? ¿Cómo van tus lecciones?

-Bueno, en general han sido días soporíferos entre ayudar a Pa con su jardín y soportar los soliloquios de James. Y las lecciones son fútiles considerando que heredé tu nariz, tu cabello y tu encanto, pero las habilidades de mi otro padre para las pociones –el rubio rió por ese recuento, por lo que concluyó con una sonrisa–. Así que estoy bien, supongo.

-¿Supones?

-Sí, es… bueno, los días con Pa no son siempre lo que espero.

-¿Qué significa eso? ¿Ha habido algún problema entre ustedes? –Cuestionó, conduciéndola hacia la terraza exterior, donde ya tenía listo un servicio de té y sus pastelitos favoritos.

-No es un problema como tal, sólo que… –Tomó asiento, guardando silencio para dar énfasis a su estado melancólico y reflexivo. Su padre debió creerlo, porque se sentó frente a ella, sus ojos grises inquisitivos mientras ignoraba el té para seguir preguntando:

-¿Qué sucede, Lily?

-Um, digamos que no estoy tan… –Suspiró, negando y alzando la mirada con un mohín–. No soy fan de su nuevo novio.

-Oh. Eh, no sabía que estaba saliendo con alguien –las reacciones de Draco siempre eran más estudiadas y reservadas que las de Harry, pero realmente no había hecho ningún esfuerzo en esconder su titubeo ni el ligero ceño fruncido al escuchar las noticias.

-Al parecer es algo reciente, del tipo "ahora o nunca" –siguió elaborando, esquivando su mirada para que no notase que era un engaño. Si la observaba demasiado, se daría cuenta de inmediato.

-Uh. Y… ¿Por qué no te agrada? –Continuó en el mismo tono cadencioso, por lo que tuvo que esconder una sonrisa y mantenerse en su papel.

-¿Siendo honesta?

-Eso espero.

-Es… Ah –exhaló, pasando un dedo por el patrón del mantel–. Es que… es la primera vez que realmente parece algo serio. Y ya sabes, una parte de mí… Es tonto, pero una parte de mí todavía esperaba que en algún momento se resolvieran las cosas entre ustedes –el rubio frunció aún más el entrecejo, por lo que se apresuró a seguir con su parloteo–. Ya sé, ya sé, eso es algo muy fútil también.

-Querida…

-Entonces, ahora veo que es cierto. Que tú estás bien por tu cuenta y que él posiblemente… qué sé yo, se case el próximo año. Y no sé, no es tan agradable de pensar –concluyó, encogiéndose de hombros. Draco había controlado un tanto su expresión, pero aun así cuestionó:

-¿Es tan serio?

-Mucho, sí –aquello lo hizo arrugar la nariz, su patentado gesto de desagrado. Pese a eso, volvió a centrarse en ella.

-Sabes que sin importar lo que pase, él nunca dejará de ser tu padre. Siempre estará para ti y te amará incondicionalmente, incluso si… decide rehacer su vida con otra persona. El cariño que tiene para ti y el espacio que ocupas en su corazón nadie jamás podrá quitártelo –afirmó contundente, esbozando una afectuosa sonrisa.

-Lo sé, es solo que… Hace poco pensaba en aquel verano cuando cumplí siete. Fui tan feliz ese día, papá –admitió, sintiendo su garganta cerrarse un poco. Toda esa puesta en escena podría tener un propósito, pero al menos esa parte era totalmente real–. Ese es… el recuerdo con el que finalmente pude invocar un patronus corpóreo.

-¿Sí? –Lo vio gesticular, por lo que afirmó con vehemencia.

-Sí. Recuerdo el helado de James en el suelo, sus risas y… te recuerdo a ti sin poder respirar, con las mejillas coloradas y él abrazándote –pausó, haciendo un esfuerzo consciente por combatir las lágrimas–. Eran tan felices juntos. Y te parecerá una tontería, pero… hasta el día de hoy, cuando pienso en mi futuro y si algún día conoceré a alguien, pienso que quiero eso. Lo que ustedes tenían.

-Seguramente no lo querrías igual –murmuró, aclarándose la garganta un segundo después–. Es decir, porque... fue algo que acabó. Y no muy bien.

-Pero a pesar de eso… a pesar de haber acabado, se llevan muy bien. Qué decir, conozco parejas de casados que no se llevan tan bien como ustedes.

-Bueno, eso es porque no sería muy sano que nos vieran pelear todo el tiempo.

-¿Quiere decir que lo hacen a nuestras espaldas? –Su padre negó, ligeramente divertido porque estuviese tergiversando sus palabras.

-Sabes muy bien que no es así. No discutimos ni frente a ustedes ni a sus espaldas –declaró con vehemencia, haciéndola sonreír un poco.

-Lo sé, papá.

-Bien.

-Entonces… ¿realmente crees que es tonto que quiera tener algo así en el futuro?

-En ningún momento dije eso, Lily –se apresuró a negar, su mirada indicaba que estaba eligiendo muy bien sus palabras–. Lo que quise decir es que… cada historia, cada amor es diferente. Y en determinado momento, que no me gusta pensarlo, pero sé que es inevitable… cuando te enamores de alguien espero que puedan sembrar, cultivar y mantener algo armonioso, inquebrantable. Sabes que tu padre y yo no pudimos hacerlo –la impactante sinceridad y ligera vulnerabilidad de sus palabras la animaron a preguntar algo que le interesaba no sólo para su plan, sino porque lo había pensado muchas veces:

-¿Alguna vez piensas en que desearías haber hecho algo diferente?

-Lily, las cosas se dieron como…

-No, no, no –interrumpió antes de poder contenerse. Merlín, había estado pasando demasiado tiempo con su otro progenitor. Pero ya jugando de forma arriesgada, continuó–. No huyas, no me des evasivas y responde mi pregunta, por favor. ¿Desearías haber hecho algo distinto? Algo que cambiara por completo como resultaron las cosas –el hombre guardó silencio por minutos completos, o al menos así se sintió, antes de exhalar y contestar viendo hacia la mesa:

-Supongo que más de una vez lo pensé.

-¿Y qué habrías hecho distinto? –Inquirió, volviendo a sentir que su garganta se cerraba incómodamente.

-No tiene sentido hablar de eso –el hecho de que diera una respuesta tan similar a la de Harry la hizo reír, aunque sin un atisbo de verdadera diversión.

-Papá –pidió, sin saber qué más decir para transmitirle lo importante que era esa conversación. De alguna forma debió entenderla, porque retomó:

-Supongo que en cierta medida habría afrontado distinto los motivos de la separación –de nuevo no estaba mirándola a los ojos, aunque en ese momento lo agradeció, pues fue un poco como si su corazón volviera a romperse al pensar en eso. Era una respuesta tan sincera y que aludía a algo tan doloroso que por algunos segundos no supo cómo contestar.

-¿Alguna vez le has dicho eso? –La pregunta escapó de sus labios antes de ser consciente de que existía, y al parecer fue tan imprevista para ella como para su padre, que inesperadamente también contestó con lo primero que acudió a su cabeza:

-No, claro que no –volvió a toser sutilmente, agregando en un susurro, probablemente más para sí mismo que para su hija:- ¿Por qué lo haría?

-No sé, quizás le haría bien escucharlo –respondió de todas formas, porque, aunque fuera doloroso, Lily agradecía saberlo.

-Lily, esas son cosas del pasado, son cosas que están muy atrás. Son… hechos y decisiones que pertenecen a nuestras versiones pasadas. Realmente, hablar de eso, de una forma u otra, no cambia nada quienes somos ahora o lo que hay entre nosotros. Tú misma lo dijiste hace rato, que tu padre sale con alguien y parece serio. Y eso está bien.

-¿De verdad lo crees?

-¿A ti no te parece bien? –Devolvió, empezando a cerrarse sobre el tema, según podía prever.

-No es eso, es que… Bueno, quizás tienes razón –continuó, sabiendo que podría volver a bajar la guardia tras esas palabras–. Y solo es la pequeña niña en mí deseando que sus padres estén juntos –trató de impregnar algo de autenticidad, pero también ligereza en la declaración, consiguiendo que su padre resoplara.

-Ya vi lo que haces.

-¿Disculpa?

-Pequeña, ¿se te olvida por herencia de quién fuiste a Slytherin? –Lily no pudo evitar sonreír, finalmente superando el nudo en su garganta. No supo exactamente qué la delató, pero al segundo siguiente el hombre tenía los ojos entrecerrados mientras la increpaba–. Dime, ¿tu padre de verdad sale con alguien?

-No –reveló, riendo entre dientes por la forma en que lo hizo ver al techo.

-Eres incorregible.

-¿Sabes que él también me dice lo mismo?

-No me digas, ¿también hablaste de esto con él? –Ese sería un maravilloso momento para una retirada, pero en ausencia de esa opción Lily se dispuso a servirse una taza de té–. Oh, claro que lo hiciste.

-Umm, podría ser cierto.

-Habla ahora, ¿qué tanto le dijiste?

-Algo similar. Y la verdad sea dicha, también se puso celoso cuando dije que salías con alguien –proclamó con una sonrisa triunfadora, aunque se vino abajo en cuanto reconoció la expresión de su padre.

-De hecho…

-¿De hecho qué? –Disparó las palabras, su taza de té tintineando contra el platillo. El rubio hizo una mueca, también disponiéndose a servir una taza–. ¿Papá?

-Fui a… un par de citas, mientras estuve de viaje.

-¿Un par de citas con un par de personas o un par de citas con la misma persona? –Exigió, ahora sí estudiándolo abiertamente y con ahínco.

-Con la misma persona.

-Oh. No es nada serio, ¿por qué me lo dices? –Respondió con ligereza, esperando que no la contradijera. Sin embargo, su padre frunció los labios antes de contestar a su impertinente comentario.

-Lily, eso no fue lo que dije.

-Lo siento, es que… ¿Quién es este recién llegado al que nunca te molestaste en nombrar en tus cartas?

-No es un recién llegado –enfatizó paciente, aunque sus ojos grises le indicaban que debía moderarse con sus palabras–. Ya lo he visto un par de veces.

-¿Ver en términos visuales o ver en términos de citas?

-Lily –reprendió. Porque así era Draco, no necesitaba más que decir su nombre con esa grave entonación para hacerle saber que estaba siendo reprendida. Pero estaba muy equivocado si pensaba que eso la haría retractarse.

-Sales con alguien y no me habías dicho, ¿cómo esperas que reaccione?

-No salgo con él.

-No, nada más has tenido un par de citas con él, ¿acaso no es lo que dijiste?

-Queríamos ver si se daba algo –siguió explicando, pese al malestar de la chica.

-Ah, ¿y se dio?

-Un poco, sí –contestó, convirtiéndose de inmediato en el número dos en su lista de padres favoritos–. Él debe seguir en Alemania por el momento, pero creo que podría venir al país pronto.

-Umm.

-Probablemente lo veré entonces –Lily asintió, tratando de enfriar su cabeza y pensar en sus opciones. Si ese individuo estaba fuera del panorama por el momento, eso le daba una ventaja. Su plan todavía era viable.

-¿Y papá?

-¿Qué?

-Has estado hablando con él, ¿no? Vi las cartas en su casa, ¡te respondía incluso de madrugada!

-¡Lily! –Al parecer había estado tensando mucho su suerte y estaba a punto de ser reprendida verbalmente. No obstante, se le adelantó, excusándose:

-Jamás las escondió, las dejaba a la vista de quien estuviera cerca.

-Ay, por Merlín. Eso no te autoriza a hurgar en la correspondencia ajena.

-¿Por qué asumes que las leí? –Increpó, ofendida. Algo que no le pasó desapercibido fue el suave suspiro de alivio que dio su padre antes de mentirle descaradamente:

-Harry y yo debemos mantener una buena comunicación por ustedes, nada más –Lily giró el rostro, negándose a verlo o a responder a semejante engaño–. Oye, las cosas…

-Ya, las cosas entre ustedes llegaron a un punto en que ya no pudieron continuar y están mucho mejor ahora que están separados.

-No iba a decir eso.

-Oh, ¿entonces en qué cambiará el monólogo ahora? –El rubio se apretó el puente de la nariz, pero siguió hablando con voz calmada:

-No hay razón para creer que entre tu padre y yo una reconciliación es posible. No la hay –repitió, contundente.

-Bien. Entonces dime, ¿hay alguna razón para creer que no es posible?

-Sí, la hay –su expresión era concluyente, pero sabía que al mismo tiempo le pedía silenciosamente que no insistiera sobre eso–. Lily, si te conté sobre esta persona con la que podría formalizar algo, es para que entiendas que…

-¿Para que entienda que es imposible? –Presionó, cada vez más malhumorada.

-Sí.

-Rompes mi corazón, padre –pretendía emplear un tono ligero, pero por el chispazo en su mirada supo que no lo había conseguido.

-Lily, no lo digas siquiera en broma.

-Pero es la verdad –admitió, aunque se arrepintió cuando lo vio agachar la cabeza–. Ya. Yo soy feliz si tú eres feliz –se rindió. Aunque por supuesto que agregó:- Así que dime, ¿eres feliz?

-Es algo pronto para…

-¿Eres más feliz de lo que eras con papá?

-Lily Narcissa, no presiones –pidió en voz contenida, lo que fue muy efectivo para mantener la esperanza de que su plan todavía podía resultar.

-Eso es un no.

-Merlín, ¿a quién saliste así? –Se quejó al cabo de unos segundos, haciéndola sonreír.

-A ti, lo dijiste hace unos diez minutos.

-No vuelvas mis palabras contra mí mismo, señorita.

-Oh, por cierto. Invité a Pa a venir hoy –dijo oportunamente, consiguiendo distraerlo de inmediato. Y quizás también asustarlo un poco.

-¿Qué?

-Que invité a Pa a venir hoy –repitió, hablando despacio–. Bueno, aún no lo hice, pero lo voy a hacer.

-¡Lily!

-Impídelo –retó, sonriendo desafiante. Su padre resopló, entrecerrando los ojos.

-A veces eres igualita a él.

-Gracias –aceptó con una brillante sonrisa. Entonces alzó las manos, cediendo–. De acuerdo, no lo invitaré. Es más, en honor a lo que me has dicho, mi nueva misión será encontrarle una cita. Y tú estás descartado, y no podrás opinar o decir nada sobre eso, ¿de acuerdo?

-No lo haré –convino, con los ojos relucientes de sospecha ante sus palabras.

-Encontraré para él a alguien guapo, alto y más joven que tú.

-¡Lily! –La chica se echó a reír, notando que ese último ítem había conseguido que a su padre se le coloraran las orejas. Ah, podía ser tan predecible con algunas cosas–. ¿De verdad te estás riendo de mí en mi cara?

-Es que debiste ver tu expresión cuando dije eso último.

-Pues hazlo –desafió, con su mejor expresión de desinterés–. Él también tiene derecho y te aseguro que no diré ni una palabra al respecto. Qué decir, ya fue suficiente de esta conversación.

-Ah, de acuerdo. Mejor empecemos a organizar cuándo serán mis lecciones, necesito poder preparar al menos una poción decente para el final del verano. No importa si es de grado menor, será mejor que lo que puedo hacer ahora –su padre hizo una mueca, pero aceptó gustoso el cambio de tema y un par de segundos después ya tenían pluma y pergamino para ponerse a trabajar en ello.

Lily era consciente de que el indeterminado estado amoroso de Draco la obligaría a usar técnicas menos sutiles de lo esperado, probablemente tomaría algo más de manipulación y esfuerzo conseguir lo que quería, pero por Merlín, ella era la hija de Harry Potter, rendirse siempre estaba al final de su lista. Y al menos en ese caso, ni siquiera formaba parte de ella.


Notas finales: cuando tuve la idea para este fic se suponía que sería un one shot, pero cuando me di cuenta ya había escrito 4 capítulos y todavía tenía más por añadir. Así que finalmente fueron 8 capítulos y un Epílogo. Como es mi costumbre, ya está todo escrito y estaré publicando puntual cada jueves. También llevaré la historia al día en mi perfil de AO3, para quienes prefieran leer allá. Será hasta la otra semana.

Allyselle.