Por un bento.


Ya suponía, al diez billones seguro de la veracidad de su suposición, que, su primera noche, dejando el sonido de olas para dormir, no funcionaría como ahora podía observar; una vez abrió los ojos y se topó con otra tienda de campaña en sus pantalones.

—Es prueba y error.—O eso pensaba. Salió de la cama con su molesta erección y simplemente se encaminó directo a tomar una ducha fría, se negaba a darse alivio de manera manual.

Senku se encontró con la rubia hasta el desayuno y ambos, por ese día (que inicio con el fracaso ya anticipado de Senku ante su nueva situación), continuaron con la que parecía sería su nueva rutina.

Desayunar los 3 juntos (cosa que alegraba mucho a Byakuya). Recibir el bento de un alegre Byakuya (Senku tomó nota de la nueva costumbre de su padre de prepararles el almuerzo). Subir el tren, ir tan apretados en el traslado que de nueva cuenta terminó dejando a Kohaku apretada contra él. Llegar a clases y no hablarse hasta que solo quedaban los clubes, momento en que Kohaku iría a ayudar a Senku.

Después de eso solo regresaban a casa. Kohaku hacía la cena con algo de ayuda de Senku; cenaban en cuanto llegaba Byakuya. Y por último le dedicaba un par de horas a Kohaku en ayudarla a estudiar.

Kohaku no tenía ni una semana viviendo con ellos, pero Senku notó al instante la nueva rutina ya establecida, y solo pudo parecerle agotadora y ridícula a partes iguales.

Porque ahora parecía que tenía que ganar o esperar mucho el baño para evitar incidentes, esperarla para caminar juntos, servirle de escudo en el tren contra pervertidos (cosa que no le molestaba), ayudarle a cocinar (no era un desgraciado para dejarla sola con toda la carga de la cocina), enseñarle química (dejando así sus anteriores horas de sueño antes de que llegará la noche donde le era posible despertar a la una de la mañana para continuar algún proyecto).

Y lo más agotador era tener sueños ilógicos y frustrantes por culpa de ella.

Agotador… Ya estaba comenzando a creer que diario tendría que ingerir al menos una bebida energética al día para compensar.

Terminando de estudiar se fue directo a su habitación y observo su cama con algo de recelo. Bufo.—No perderé. Inoportuna pubertad tardía.

Así que, se decidió por tomar un té de tila esa noche (por el para nada confiable, en su opinión, efecto relajante) combinado con el sonido de las olas del mar al dormir.

Solo pudo volver a bufar al despertar de la misma manera por la misma causa a la mañana siguiente: La leona.

Su cuerpo, además de débil, era un traidor.

Miro con irritación una vez más la carpa en el pantalón de su pijama, tentado de bajar su mano y aliviarse un poco, teniendo aún vivido lo que soñó. Un sueño muy… Frustrante, causado por una visión muy estimulante. Casi una pesadilla.

Soñó con lo que había acontecido durante el día anterior.

Por fin logro un día productivo, por fin había avanzado en sus cálculos y en el combustible que usaría para su cohete.

Y cuando llegó la hora acordada con Kohaku para que ella llegara a ayudarle, ambos se enfrascaron cada uno en sus tareas.

La había dejado moviendo materiales de un lado a otro, pesando algunos más y moliendo otros. Y cuando había terminado todo lo que le había pedido, le encargó que simplemente limpiara (cosa que era parte del trabajo tedioso y que simplemente le quitaba tiempo).

—¡Ja! Los quehaceres domésticos no son lo mío.—Se había quejado Kohaku mientras arrastraba los pies directo a empezar la limpieza del laboratorio antes de irse.

Senku se había encontrado deseando golpearse a sí mismo, más de lo que le gustaría admitir, por esa tarde, cada vez que pensaba en la rubia que se movía de un lado a otro en el laboratorio mientras limpiaba y ordenaba. Todo el tiempo únicamente se había mantenido una pregunta persistente en su cabeza.

¿De qué color será la ropa interior del día de hoy?

Obtuvo su respuesta cuando ambos llegaron al apartamento y por un breve momento la chica se recostó descuidadamente en el sofá para descansar antes de irse a preparar la cena. A Senku le daba exactamente igual lo que ella hiciera, pero sus ojos fueron irremediablemente a la vista que tenía de ella.

—Necesito un momento.—Había dicho Kohaku después de tumbarse en el sofá, también parecía inusualmente algo cansada.

Senku tenía ante su vista piernas largas, piel lechosa, casi brillaban por la luz blanca que se reflejaba en ellas por la bombilla.

Kohaku se encontraba echada sobre el sofá boca abajo, por lo que tenía clara vista de su trasero respingón y distinguía perfectamente bien el color de las bragas elegido para ese día a causa de esa falda que se había levantado.

¿Azul?

Logro distinguir un tono de azul algo pálido.

Y su estúpido sueño de esa noche había continuado por ese hilo. Dónde hacía lo que consiente no haría nunca.

Él llegando por detrás de ella, subiendo su falda para comenzar a tocar su trasero. Su sueño había terminado en el momento en que comenzaba a bajar esa pequeña braga azul.

Contrario a lo que en realidad había pasado, dónde después de salir del aturdimiento, sacudió la cabeza y se fue.

Es que ya era un reto…. Un reto para sí mismo, dejar de soñar con ella y ganar a sus hormonas.

Esa rubia escandalosa que en esos momentos se escuchaba en su habitación, en lo que él se encaminaba a la ducha, no le ganaría.

Solo pensar en ganarle a la necesidad fisiológica era meramente estimulante.

-…-…-

Senku miró con una ceja alzada su portafolio que un día más Byakuya le tendía, desconocía la razón de que ahora su viejo se decidiera a estarle preparando el almuerzo y tendérselos a ambos ya empacado en su respectivo maletín, pero al ver a la chica a un lado de él solo tomar el suyo con una sonrisa y agradecer se encogió de hombros y tomo el propio.

—Tengan un buen y exitoso día.—Byakuya se despidió de ambos alzando la mano.

Y tal y como venía pasando los últimos días, ambos salieron del departamento.

—¿Por qué te veías tan molesto esta mañana?— Más de lo normal pensó Kohaku, mientras caminaba a un lado de él.

Senku solo negó con la cabeza.—Estupideces. Un experimento fallido al primer intento.—¿Qué diría si se enteraba de que ella era la causante de su mal humor?

Kohaku no logró evitar rodar sus azules ojos. Su compañero de escuela y ahora de vivienda casi parecía bipolar, por lo que ignoraría lo que no le afectaba e iría al grano.—Senku, el viernes no podré quedarme a estudiar.

Al escucharla, la rojiza mirada se concentró en ella. Sería el primer día de estudio que perderían.—¿Cuál sería la razón, Leona?

Pudo sentir su parpado, empezar a temblar al escucharlo, llamarla de esa forma, pero el sentimiento de culpa era más grande.—Tengo un proyecto con mi amiga… A-Amaryllis.—No era lo suyo mentir; fuera del alcance de la vista de Senku, Kohaku empuñó su mano.

A pesar de no ser un experto en lenguaje corporal, Senku noto como de manera imperceptible, casi nada, Kohaku negó muy ligeramente con la cabeza cuando le dio una respuesta, sumando el leve titubeó al hablar concluyó en que justo en ese momento, la rubia le estaba mintiendo.—Bien.—Pero lo que ella tuviera por hacer resulta que a él no tenía por qué importarle.

Sin embargo, por ese día, aun con su aparentemente buena capacidad de deducción, Senku no fue consciente de que, a diferencia del primer día, ahora ambos caminaban a la par. Senku inconscientemente daba pasos casi imperceptiblemente más cortos.

-…-…-

Byakuya dejó salir una sonrisa maliciosa en cuanto se encontró solo. Poco a poco daría esos empujoncitos a su querido hijo.

Prepararles el almuerzo era parte de uno de los planes que se habían formado en su cabeza. Sí, era parte del plan. Pero además, con eso procuraba ayudar a su amigo Kokuyo con el gasto que le daba a Kohaku. Quería suponer que así la chica podía ahorrar un poco a la vez que le agradecía por las cenas que ella se esmeraba en tener listas.

—Mi viejo amigo. ¿Podríamos convertirnos en familia?—Hablo para sí mismo sin poder evitar una carcajada, conocía bien a su enorme amigo a pesar de los años sin verse, intuía y le llegaba la vibra de que era todo un padre sobre protector que celaba a sus hijas. Aun así, no había de que preocuparse, había enseñado muy bien a Senku para luchar por lo que quería.

-…-…-

—Otra vez se va a llenar.

Kohaku solo suspiró al llegar a la estación y observar que una vez más el tren terminaría por llenarse. De hecho, sentía que comenzaba a acostumbrarse a ir aplastada.—Vamos.—Con algo de decisión tomó la mano de Senku y se abrió paso entre las personas.

Senku se dejó hacer algo desganado. Desganado ya que tenía días sin dormir a como estaba acostumbrado, y por volver a tener que ir en el tren que se veía una vez más, iría lleno. No recordaba la última vez que se subió e iba decentemente sentado.

Kohaku lo jalo hasta un rincón donde se giró y terminó con la espalda contra la pared.—Bien, así seguiremos evitando pervertidos.

A pesar de sentirse algo usado, Senku asintió. La verdad era que no le molestaba ir "protegiéndola" de alguna manera con su cuerpo frente a ella y apoyando los brazos a cada lado de su cabeza. Después de lo vivido, la ocasión anterior se había quedado con una especie de ira contenida ante esa clase de deplorables actos, si con eso lo podía evitar entonces, igual que el día anterior, donde ambos viajaron de la misma forma. Simplemente no tenía problema.

El único problema era que le jugaba algo en contra cuando desde atrás lo empujaban, haciendo que se apretará más contra Kohaku y logrará sentir sus pechos aplastándose contra él.—En cuanto pueda, me alejaré.

—E… Está bien.—La rubia negó con la cabeza.—No me molesta, es inevitable.—Estaba tan tentada a apretar el muslo de Senku una vez más entre sus piernas, si se ponía un poco de puntillas y movía sus caderas una vez más podría hacer la cosa pervertida que termino haciendo la ocasión anterior, misma acción en la que no dejaba de pensar, misma acción que prometieron no volvería a pasar.

Senku alzó una ceja en cuanto notó el cambio en el estado de ánimo de la chica. Esa chica torbellino de pronto se veía decaída y ¿sonrojada a la vez? Mejor no meterse, era muy extraño.

Kohaku solo se limitó a enterrar los dientes en su labio inferior y mirar a un lado. No quería parecerle sospechosa a Senku, él no debía saber que ahora sufría de algo de insomnio provocado por el recuerdo de tenerlo a él entre sus piernas. ¡Ja! Estaba segura de que ese recuerdo no volvería a quitarle el sueño. Tenía cosas más importantes en las cuales pensar, como por ejemplo pasar química.

-…-…-

Una vez en clase, intentando prestar atención a su profesor de inglés, Kohaku se sorprendió a sí misma pensando en Senku, sonrojándose mucho en el proceso. Más concretamente, recordaba a un incrédulo Senku que no podía apartar la vista de ella mientras se dedicaba a restregarse contra el generándole una especie de cosquillas placenteras, la mirada de Senku y el cómo la sostuvo firmemente mientras ella se movía. Pff, se suponía que eso era justamente en lo que no debía pensar.

Se regañó a sí misma por pensar cosas pervertidas.—Mal, Kohaku.

-…-…-

Entro directo al laboratorio, después de comprar su bebida energética favorita sabor frambuesa azul.

Estaba decidido en que ese día avanzaría con el combustible y la tolbera, por lo que usaría todo el pizarrón del laboratorio (que abarcaba casi toda la pared), para ajustar bien las fórmulas para los componentes que usaría.

Por ser el mejor estudiante y debido a su proyecto le permitían desde hacía algún tiempo saltarse las clases. Últimamente, solo se presentaba cuando tenía que rendir algún examen, el cual por supuesto terminaba rápido, lo entregaba y simplemente se iba a seguir con lo suyo.

Ya sus profesores estaban resignados con él y se abstenían de cualquier comentario al no tener nada que decirle que fuera de ayuda real.

Pasadas unas cuantas horas, Senku, de pie frente a su pizarrón y de brazos cruzados, asintió al tener los cálculos correctos. Y al observar más movimiento fuera del laboratorio, llegó a la conclusión de que se había llegado la hora del almuerzo. El sonido de su estómago solo se lo confirmó.

Pronto los molestos amigos que tenía irían a buscarlo para casi obligarlo a hacer una pausa e ir a comer con ellos.

-…-…-

—Byakuya-san, sí que debe apreciarte. De nuevo te preparo el almuerzo.

Sintiendo algo cálido y bonito en su corazón Kohaku asintió.—Es muy amable.—Aún no había sacado su caja con comida, pero ya sabía de sobra que parecía estar preparado especial y dedicadamente para ella, y no solo eso, de alguna manera intuía que el señor Ishigami lo hacía para ayudarles a economizar.

Estaba por sacar su almuerzo de su maletín cuando los murmullos en el aula llamaron su atención.

Subió la vista para dirigirla hacia dónde lo hacían sus otros compañeros y apenas ahogo un hipido en cuanto lo vio.

—Senku.

Amaryllis, que a diferencia de todos los demás conocía sobre la situación de ambos, les dedicó una mirada de curiosidad ante la inusual presencia del Ishigami de pie bajo el marco de la puerta de su aula. ¡Ellos eran la peor clase! Por supuesto que Ishigami Senku nunca se había parado ahí.

Luciendo fastidiado sin quitarle los ojos rojos de encima, el estudiante Ishigami alzó una mano indicándole así que se acercara a la rubia que lo veía sorprendida.

Kohaku tragó saliva algo más duro de lo normal. ¿Senku buscándola sin importarle que los vieran hablar? Y la expresión de Senku no podía descifrarla, parecía su fastidio usual, pero notaba algo diferente. ¿Sería acaso que algo había pasado en casa? Llegó en rápidas zancadas hasta él.

—Trae tu almuerzo.—Se veía algo irritado, y aun así se llevó el meñique a su oído como si con eso intentara parecer indiferente.

—¿Mi almuerzo?—Saber que no estaba pasando algo preocupante, no quitó su tono de sorpresa al escucharlo.

Senku solo asintió.

Era muy extraño, tanto que solo atino a recoger su portafolio y regresar de nuevo hasta Senku que comenzó a caminar pidiéndole que lo siguiera.

¿A dónde la llevaba? Y con su almuerzo. Sería acaso que… ¡¿Quería que almorzaran juntos?!

Mientras caminaban las voces de sus compañeros hablando sobre ellos comenzaban a distinguirse menos, lo que habían visto de verdad los dejo sorprendidos, el chico rebelde y a la vez inteligente que se saltaba las clases jamás había mostrado interés por una chica.

Senku la llevó hasta un lugar más apartado fuera del edificio, donde casi no pasaba nadie, a la sombra de un gran árbol.

Kohaku sentía sus mejillas arder. No encontraba otra explicación, salvó que Senku quisiera de su compañía para comer juntos.

—Toma.

La rubia ladeó la cabeza con confusión, ante lo que Senku le extendía con una mano.

—Eso es…

El Ishigami solo se encogió de hombros.—El viejo debió confundir los almuerzos.

—Oh…—Así que era eso. Tanto misterio por un par de almuerzos intercambiados. Rápidamente, sacó de su portafolio el que debía ser de Senku, y era cierto, el de Senku venía envuelto en una tela lisa gris.—¡Ja! Entonces este es tuyo.—Aguanto como una campeona las ganas de golpear su propia frente.

Ambos hicieron el intercambio y, una vez, Kohaku tuvo el suyo, rodó los ojos ante tanto problema. ¿Tan malo hubiera sido que lo vieran con el bento adornado de conejitos, corazones rosas y zanahorias? La verdad es que incluso a ella le daba igual haber tomado cualquiera de los dos.

Senku solo asintió, tomo su bento y giro para alejarse del lugar dejándola sola.

Kohaku solo alzó los hombros sin importarle realmente y regreso por dónde había venido para encontrarse a comer junto con Amaryllis.

¿Senku interesado en almorzar con ella? Cómo él decía, ni en diez billones de años pasaría eso. ¿Cómo se le pudo cruzar esa idea por la cabeza? ¿Y por qué al pensarlo solo se había puesto nerviosa, como si considerará la idea? Si algo así llegará a pasar (lo cual sabía nunca pasaría), tenía su respuesta, un claro: ¡Ja! No.

-..-..-

Ahora, con el bento correcto, regresó a dónde sus raros amigos lo esperaban.

Había sido algo disgustante, incluso para él abrir su portafolio para sacar su almuerzo y toparse con esa envoltura de colores brillantes y conejos. Y conociendo a Byakuya, ya se imaginaba el contenido: un montón de corazones y florecitas de las cuales seguramente recibirá comentarios que prefería ahorrarse.

El ala donde se encontraba el laboratorio y el aula de Senku le quedaba poco tiempo de tranquilidad, no tardó en llegar el chisme que ya comenzaba en el otro extremo del edificio. El ala del edificio donde se encontraba la causante de sus recientes pesadillas.

-…-…-

Tan distraída como siempre, a Kohaku nunca llegó el que parecía el nuevo chisme del año, mismo que se acababa de formar en menos de una hora. Para ella lo que los demás dijeran en los pasillos era totalmente ruido blanco, no se metía en los asuntos de otros simplemente.

—Ne, Kohaku-chan.

—Dime.—Cuestionó Kohaku distraídamente mientras se sentaba para ahora sí, sin interrupciones, engullir su almuerzo.

—¿Qué fue eso?

—Senku.—Contesto sin entender a qué se refería mientras se llevaba un gran bocado de arroz.

—Te fuiste con él un rato. Y ahora todos están diciendo que están juntos.—Amaryllis la observo preocupada.

Kohaku se congeló en su lugar y dejó de masticar al escucharla. Le tomó un breve momento reaccionar y tragar duro para lograr hablar.—¿Juntos? ¿Esa escoria y yo?

Amaryllis asintió.—Aquí no tardaron en decir que Ishigami vino a buscarte y que está interesado en ti, también dicen que te regala dulces por el pastel del otro día.

Kohaku solo bufo y volvió a comer. Le preocupaba poco un rumor tan pobre como ese, la verdad es que solo eran tonterías.—¡Ja! Nunca podría enamorarme de alguien como él.

La castaña solo asintió.—También están diciendo, que lo buscas en su laboratorio y que tú falda del otro día mostraba el culo solo para llamar la atención de Senku.

Escuchar eso último causo que se escuchará el crujir de los palillos que Kohaku mantenía en sus manos mientras comía. —¿Qué yo qué? Eso es casi como si estuvieran diciendo que soy una fácil buscona.—Apretó y chirrió los dientes. ¿Ella una fácil? Eso iba directo a su orgullo.

—Senku tenía razón en que no debían hablarse, resultó ser demasiado popular.

Ahora, comiendo molesta con las manos, Kohaku casi se atraganta al dar bocados enormes y respirar fuertemente al mismo tiempo.

¿Debía molestarse con Senku?

Los chismes de los que hablaba Amaryllis no son que Senku o ella los hubieran provocado a propósito, si se detenía a pensar un momento, lo que había terminado por encender la bomba fue Senku buscándola para cambiar su almuerzo.

De cualquier modo, a ella nunca le había importado lo que hablaran los demás de ella. ¿Pero y a Senku? ¿Le importaría? Tendría que hablar con él cuando fuera al laboratorio.

Pff, por causa de intercambiar un almuerzo, ahora hablaban de ella como si fuera una chica fácil, y esa era una de las pocas cosas que podían decir para molestarla.

-..-..-

Caminando por los pasillos de regreso al laboratorio para continuar trabajando torneando la tolbera, incluso alguien completamente ajeno a lo que decían las masas, que era el caso de Senku, noto a muchos de sus compañeros susurrando su nombre y mirándolos a él y a sus amigos más de lo normal.—¿Qué demonios pasa? Nos están mirando demasiado.

—Te equivocas, Senku-chan… Es a ti a quien miran.—Habló uno de los amigos de Senku que poseía cabellos de dos colores. Contrario a sus otros dos acompañantes, Gen había notado de inmediato el cambio de ambiente en cuanto se adentraron en los pasillos, y solo acercarse a alguien que conocía le pasó la información.

Senku alzó una ceja al escucharlo, lo que decía su amigo-patada en el culo-Gen, parecía ser cierto.

—¡Ja, ja! Este Bribón se está llevando la atención.— El chico de cabellos rubios que caminaba confiadamente a un lado de Senku no tardó en pasar un brazo para rodearle el cuello.

Mientras Senku luchaba por apartar el brazo de Ryusui de él, Gen le dedicó una curiosa mirada a Senku que, estando irritado, alcanzó a distinguir.

—Dinos, Senku-chan. ¿Quién es, Kohaku?

—Tsk.

-…-…-

—¡Ya te dije que no es mi culpa!

Senku se llevó una mano a sujetar el puente de su nariz, cansado… agotado, al parecer su nuevo estado normal. ¿Requeriría ahora 2 bebidas energéticas al día?

Recapituló los posibles causantes de su cansancio.

Una posible causa pudiera ser el debatir con sus amigos el hecho de que su vida personal era privada y no le incumbía a ninguno de ellos, para después correrlos del laboratorio en cuanto pudo (claro que antes de irse ambos lo amenazaron con indagar sobre su relación con la rubia).

También se quedó más tiempo del normal con Kohaku en su laboratorio, deseando avanzar más ante los resultados que estaba obteniendo.

Discutió con Kohaku solo al verla llegar, y ambos discutieron, discusión que siguió aún después de salir del plantel. La discusión iba en círculos y no les llevaba a nada. Posiblemente, el estar discutiendo con ella fuera la causa de quedarse sin energía.

—Y yo te digo que es culpa de tu ridícula falda del otro día.—Y él no estaba ayudando mucho con sus argumentos. No podía evitarlo, de un momento a otro sentía como si se estuviera sacando de quicio, quizá por el cansancio físico y emocional.

Kohaku enrojeció al escucharlo, molesta.—¡Ja! Seguramente me miraste demasiado y por eso se hizo ese estu…

Senku seguía caminando, escuchándola con los ojos cerrados, cansado y sin saber por qué continuaba discutiendo tonterías, sí, seguramente era el cansancio. Quizá por eso también no se percató del momento en que continuó caminando solo, hasta que volvió a escuchar la voz de Kohaku como un grito algo lejano.—¿Leona?


Tengo este cap ya publicado en Wattpad, pero me frustra porque en Wattpad se mueve todo cuando lo subo /

Aquí si va tal cual lo escribí, ya sí hay alguna incoherencia pues... fui yoxd

Este fic ira algo lento.

Sí algo ya no cuadro en este cap, pues es intencional. Ya se cubrirá después.

Ryusui y Gen, están con Senku, el Senku se salto un par de años.