2.
-Tsunade, que prefieres ¿vivir en un lugar alejado de la ciudad o vivir en una zona lujosa?
-Vamos, no viviremos juntos aún.-respondio la chica después de reírse.-Pasando la graduación y después de instalarnos en el trabajo, podemos comenzar a ahorrar para poder rentar una casa.
-Yo tengo unos ahorros, eso nos ayudaría en algo.
-Me encanta esto.-Tsunade sonrío y se puso de puntillas para besar a su ahora novio, Jiraiya.
Alguien carraspeo y los dos miraron extrañados a quien lo había hecho. Era Kurenai, la mejor amiga de Tsunade.
-Por fin están juntos.-la chica sonrío porque ella era testigo del amor en secreto de Tsunade. Kurenai era una chica delgada, un poco más alta que ella, con un cabello negro que hacía resaltar sus ojos rojos. Detrás de ella venía Asuma, un amigo de Jiraiya y novio de Kurenai.
-Hasta que se te hizo el milagro.
-Asi es, porfin acepto ser mi novia.
-Algo más que celebrar en la fiesta.-dijo Kurenai.-Tsunade ¿quieres que te ayude en algo?
-Por favor-dijo Tsunade sonriendo. Las chicas se pusieron a platicar mientras sus novios se quedaban atrás. Caminaron cada quien platicando hasta llegar a la casa de Kurenai, quedándose ella con Asuma. Se despidieron y Tsunade y Jiraiya siguieron caminando a casa de ella.
-Muero de hambre ¿me acompañas a cenar? Mi mamá vendrá más tarde y me dejó la cena hecha.
-Te quiero comer es a ti.-la abrazo y la levantó mientras la besaba. Siempre se había preguntado a qué sabían los labios de Tsunade. Le parecía algo lejano, ya que ella siendo tan popular, era probable que a ella le gustará alguien más, como Orochimaru o Kakashi, quienes eran lo más gustados por las demás.
Entraron a casa de Tsunade y ella llamo a hermano pero no respondió.
-Nawaki debe andar jugando afuera.
-¿Siempre están solos verdad?
-Si, mi mamá al ser jefa de urgencias a veces le toca doblar turno.
-Debe ser muy pesado.
-Demasiado, cuando era niña, me ponía a masajear sus pies-dijo Tsunade, sonriendo con melancolia-ahora solo llega, come y va directo a la cama.
Tsunade se dirigió a la cocina y Jiraiya se quedó mirando las fotos que estaban en el estante de la sala. Se quedaron en silencio por unos minutos hasta que el teléfono comenzó a sonar. Tsunade se apresuró a responder y beso a Jiraiya en el trayecto.
-¿Diga?-se quedó en silencio y suspiro.-Esta bien mamá, apenas caliento la cena y Nawaki está jugando afuera. Adiós.
-¿Que pasa?
-Mi mamá no vendrá hasta la mañana.-ambos se miraron sin decir nada y ella se sonrojo.-Crees… ¿crees que puedas quedarte está noche conmigo?
El había estado enamorado de ella desde la secundaria, en muchos de sus sueños hacían cosas de adultos, y el que ahora se lo estuviera pidiendo lo dejo mudo. Había muchas posibilidades de que algo pasará esa noche.
-Si tu así quieres..-se acerco a ella y beso su frente. Jiraiya a pesar de ser un chico tranquilo, tenía una mente demasiado pervertida, pero al verla a ella en sus brazos se dio cuenta que a pesar del deseo, también sentía ternura.
-No me dejes sola.-murmuro.
-Eso nunca.
