3.Primera noche.
-Si, mamá. Esta noche no llegaré a casa.-puso los ojos en blanco al escuchar el regaño de su mamá-estare bien, no te preocupes.
Colgó el teléfono y subió a la habitación de Tsunade, quién se estaba bañando.
Jiraiya consumía mucho, por no decir demasiado, contenido adulto. Recordaba aquellos videos, dónde por ejemplo una mujer llamaba a un plomero y terminaban en la habitación de ella. Pero esto era diferente, estaba es con su novia; la chica de la que había estado enamorado desde hacía 6 años. Además, era su primera vez. Se sentó en la orilla de la cama de Tsunade y se quedó ahí en silencio, reorganizando sus ideas y nervioso por lo que estaba a punto de pasar.
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Tsunade siempre estuvo consciente de su cuerpo, de lo bonita que era y de lo envidiada que era; pero tampoco se sentía más que las demás chicas. Pero no podía evitar tener pensamientos narcisistas cuando se veía en un espejo y confirmaba lo bonita que se lucía, y está vez no era la excepción. Había elegido un conjunto color rojo que había estado guardando para alguna ocasión especial, después de verse durando un largo tiempo supo que había tomado una buena decisión, el rojo le quedaba muy bien y se veía más pálida de lo normal. Tomo aire y se enredo en la toalla.
Cuando sus miradas se cruzaron, el corazón comenzo a latir tan fuerte que casi se salía de su pecho, no dijo nada y se paró frente a el y por primera vez lo veía hacia bajo, ya que el estaba sentado.
-Eres tan hermosa Tsunade.-susurro.
Se armó de valor y dejo caer la toalla, quedando solo en ropa interior frente a el, se quedó mudo, no habia palabra que la describiera, era la mujer más hermosa que había visto en toda su vida y estaba ahí, y lo mejor de todo es que era suya. Levanto sus brazos y la tomo de la cintura.
-¿Estás completamente segura de esto?
-Si no es contigo, no es con nadie más.-ella acortó la distancia y lo rodeo con los brazos para después besarlo. El correspondió al beso y empezó a acariciar la espalda de ella y con suavidad la acostó en la cama. Sin interrumpir el beso se colocó sobre ella sin aplastarla. El beso era dulce y después se volvió intenso, era como si quisiera dejarla sin aire y al mismo tiempo quisiera devorarla. Soltó el abrazo para tratar de quitarle la camisa y el la ayudo para después continuar con el pantalón. Tsunade se sentó con cuidado para poder quitarse el bra ante la mirada feroz de Jiraiya y cuando finalmente se libro de el, Jiraiya la beso de nuevo con urgencia.
Sentir el pecho desnudo contra el suyo era algo glorioso, mucho mejor de lo que había imaginado. A pesar de estar grande, era suave y sin perder mucho tiempo comenzó a acariciarlos. Tsunade soltó un gemido al sentir las manos de su novio, el contacto le ardía, necesitaba que el calmara el calor infernal que la estaba consumiendo. La rubia podría jurar ver estrellas mientras las caricias de su novio la volvían gelatina.
Ella sin querer perder más tiempo se deshizo de la última prenda que separaba la desnudez de Jiraiya de la suya. Estando completamente desnuda, el la miro y de pronto se sintió nervioso. ¿Podría hacerlo? No solo era su placer, también era el de ella.
-¿Tienes con que cuidarte?-susurro Tsunade.
-Bu..bueno, esto es algo inesperado.
Ambos se quedaron pensando, pero la necesidad de ella era insoportable.
-Solo hay algo que se…-acaricio la mejilla de su novio y el hizo lo mismo con ella.-No puedo más, te necesito.
Con mucho cuidado, el se colocó sobre ella y cuando sus intimidades se rozaron, ambos gimieron y el noto que ella podía recibirlo sin problema. Empujo dentro de ella y noto que algo evitaba su entrada.
-Relajate.-susurro Jiraiya en el oído de la chica. Ella levantó un poco las piernas y finalmente entro en ella.
La beso un poco más antes de comenzar a moverse y cuando noto que la tensión iba bajando pudo continuar.
La noche iba a ser inolvidable.