Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Lavender-Long-Stories.

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Hinata canturreaba mientras arrancaba malas hierbas, tenía tierra en la nariz. Adorable. Ella le dirigió una mirada curiosa. Él se encogió de hombros y ella volvió al trabajo, para que él pudiera seguir observándola.

Sasuke aún tenía mucho que contarle.

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Hinata le dejaba sacar sus frustraciones entrenando. Era agradable tener un oponente que no le diera una paliza. Sin embargo, eso le generó una nueva frustración. Sasuke siempre era demasiado impulsivo o estaba muy molesto para darse cuenta de lo íntimo que podía ser luchar contra una mujer. Aunque sabía a ciencia cierta que, aunque se acercara a Sakura, o a cualquier otra mujer de la aldea, que estuviera sudando y jadeando, no se sentiría tan excitado como cuando Hinata lo miraba directamente con ojos decididos y el rostro sonrojado.

Hinata también lo sentía, cuando la inmovilizaba, cuando se topaba con él en la cocina o le llamaba la atención después de una broma. Ella sentía la atracción, pero no hablaban de ello. Ambos sabían que era un mal tema.

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El rostro de su mujer se puso rojo al escucharlo. Oh, solo espera, Sasuke sonrió satisfecho.

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Hinata entró una vez más, empapada. Sasuke no estaba seguro de si el agua que le caía por el rostro eran lágrimas o lluvia, pero sí tuviera que adivinar...

¿Qué paso?

Hinata se quitó las capas exteriores de ropa mojada, colgándolas. Se quedó junto a la puerta mientras él le traía una toalla y se la ponía sobre la cabeza, pero ella no hizo ningún movimiento para secarse el cabello, se dejó a toalla colgando como un velo.

Sasuke sintió que la ira aumentaba, pero intentó contenerse. Hinata gimió, apoyando la espalda contra la pared. Él empezó a secarle el cabello. Ella cerró los ojos para respirar de manera uniforme, subiendo la mano para agarrar el borde de su camisa.

¿Te acorralaron? —Hinata se mordió el labio. Sasuke odiaba que hiciera eso. No podía decírselo. Sabía lo que la aldea pensaba de él. No necesitaba protegerlo de ellos—. Oye, cuéntame qué pasó.

No es nada —Hinata abrió los ojos solo para girar la cabeza y evitar su mirada.

Sasuke suspiró irritado y entonces alcanzó a ver su camisa. Estaba empapada de algo más que agua y estirada alrededor de su cuello.

¿Te ha lastimado alguien? —Hinata se estremeció—. Hinata, contéstame —Sasuke dejó que la toalla le cayera sobre los hombros mientras le comprobaba el cuello en busca de más señales de lucha.

Estoy bien. Fue un simple malentendido —Hinata apartó sus manos tan suavemente como pudo.

¿Quién te hizo esto? —espetó Sasuke. Los ojos de Hinata se centraron en su hombro y su puño se apretó— ¿¡Hinata!?

Yo... —el rostro de Hinata se torció dolorosamente—. ¡Creo que hay cosas mucho mejores de las que preocuparse, que con quién paso mi tiempo libre y quién era esa persona! —consiguió decir entre hipidos—. Yo no quiero oír las opiniones de la gente sobre a quienes elijo como amigos.

¿Te atacaron por mi culpa? —preguntó Sasuke.

¡No! No estuve de acuerdo con algunos civiles —le dijo Hinata con firmeza.

¡Sobre mí! ¿Y pensaron que estaba bien agredirte? —Sasuke podía sentir el calor subir en el pequeño recibidor—. Saben que como ninja no puedes defenderte. Eso es de cobardes.

Yo estoy bien. Es solo una camisa, líquido y un malentendido —Hinata insistió.

Me estoy hartando de que lo dejes pasar. Esto es un ataque contra ti —Sasuke estampó la mano contra la pared, justo encima de su cabeza.

Hinata ni se inmutó.

¡Es mejor dejarlo pasar! —dijo mirándolo con desafío mientras él se alzaba sobre ella, no se asustó de su rabia.

¡No necesito de tu protección! —Sasuke se puso a pocos centímetros de su rostro—. No necesito que luches mis batallas.

Estoy luchando mis propias batallas —replicó Hinata.

Dejas que la gente te pisotee porque estás acostumbrada.

Hinata desvió la mirada mientras él se enfadaba más.

Estoy bien.

¿Sí? Entonces, ¿por qué viniste? Ya no voy a suicidarme. ¡Ya no te necesito! —Sasuke supo que fueron las palabras equivocadas en cuanto salieron de su boca.

Hinata perdió todo el fuego, esos grandes ojos blancos parpadeaban llenos de lágrimas. Se acercó a la puerta.

Inundado por el pánico, Sasuke volvió a cerrar la puerta de un portazo. Se miraron fijamente en silencio, oyendo solo la lluvia y la pesada respiración de ellos. A su alrededor se arremolinaban el calor, la rabia, la frustración y el pánico compartido de quedarse solos otra vez.

Sus ojos hablaban por ellos, aún tenían expresiones de pánico.

Lo siento.

Yo también lo siento.

No te vayas.

No me dejes.

Segundos de húmedo silencio transcurrieron, no dijeron nada, solo se comunicaban con sus miradas.

Sasuke le agarró la nuca, enterró los dedos en su húmeda cabellera y cerró la distancia entre sus labios. Los ojos de Hinata se cerraron, respondiendo. Con seguridad, él continuó su acalorado asalto. Ella no se aplastó contra él, mantenía distancia entre sus cuerpos, estaba temblando. La mano de ella volvió a subir para agarrar el extremo de la camisa de él, tirando involuntariamente de él hacia abajo, más cerca de su altura.

Se separaron para tomar aire, mirándose el uno al otro con las mejillas rojas por la falta de aire, el calor y la vergüenza.

Sasuke lentamente desenredo la mano del cabello de ella mientras se separaban.

Había una pregunta en el aire y nuevas formas de pánico los invadían.

Hinata respondió dándole un ligero tirón de su camisa, pidiéndole que bajara a su altura y volvió a acercar sus labios a los de él solo brevemente antes de retroceder, pegarse contra la pared y desmayarse.

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Hinata se cubrió el rostro, espiando a través de sus dedos.

—¿Qué? —le preguntó Sasuke con fingida inocencia mientras ella se ponía más roja.

—Nada —mintió Hinata.

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Una vez despierta en el sofá, Hinata volvió a ser tímida. Las hormonas y emociones iniciales quedaron eclipsadas por la vergüenza. Se dirigió a la cocina, donde pronto le arrojaron una camiseta limpia para que se la pusiera.

Así empezó a apoderarse de su ropa.

Una vez más, no hablaron de ello. Solo dejaron que sucediera.

Sasuke descubrió que no había mejor manera de curar su ira y frustración que besarle la nariz cuando ella no estaba prestando atención, excepto cuando él era la razón por la que ella estaba frustrada, entonces solo lo empeoraba.

Hinata lo besó tímidamente antes de irse. Sasuke tiraba de ella hacia él cuando entraba por la puerta, sobre todo cuando ella traía las manos ocupadas e intentaba mantener un agitado agarre sobre sus cosas.

El entrenamiento era mucho más interesante, al menos para él. Le frustraba su falta de concentración, pero sin duda estaba mejorando.

Por lo que él sabía, nadie estaba enterado, tampoco a alguien se le pasaría por la cabeza. Hinata pasaba todo su tiempo libre en su casa, pero él no se atrevía a besarla en público y quitarle el poco respeto que aún tenía en la aldea. Llegaron a un entendimiento silencioso sobre que lo mantenía en secreto porque, de todos modos, quién demonios necesitaba saberlo.

Eso funcionó hasta que su primo lo descubrió. El golpe lo puso sobre aviso. Incluso cuando estaba enfadada, Hinata llamaba a la puerta tan suavemente como podía y luego entraba.

Sasuke abrió la puerta y esquivó lo que habría sido un golpe en el pecho.

¿Qué demonios?

Aléjate de Hinata-sama. Ya tiene bastante con lo que lidiar como para que un muerto de hambre intente "llegar" a ella —Neji le gritó.

¿Qué te importa? —Hinata no se lo habría dicho. ¿Cómo se enteró?

Ella tampoco necesita marcas visibles porque es una terrible mentirosa —vale, ahora Sasuke estaba confundido.

Yo no marque... Oh —espera... Sí, más o menos lo hizo. En su defensa, no a propósito. Fue algo que pasó durante un entrenamiento. Ella lo inmovilizó, así que la mordió. Se ganó una cachetada por la sorpresa. Debió hacerlo muy duro para dejarle una marca. No debió de dolerle lo suficiente, o lo hubiera regañado antes de que su primo lo hubiera visto.

Sí, "oh" —Neji soltó—. Tienes suerte de que lo viera antes que su padre.

Sasuke se apoyó en la pared.

Si a ella le molesta, me lo dirá. No necesitabas venir tú a contarme tus "preocupaciones" porque no me importa lo que tengas que decir al respecto.

Deberías porque ella ya no vendrá de visita —declaró Neji.

Sasuke se alejó de la pared para elevarse sobre el Hyūga.

Hinata vendrá si quiere. La dejarás hacer lo que le plazca, o iré a buscarla yo mismo.

Neji no se sintió intimidado.

Hinata-sama no necesita que le causes más problemas de los que ya tiene.

Ella viene para alejarse de ti. Ella se siente asfixiada en ese recinto. La juzgan en la aldea. ¿Dónde más puede tener paz? —Neji vaciló y su rostro se crispó—. No la encerrarán más en esa prisión. Ella viene aquí para alejarse de todos ustedes.

Ella no se va a convertir en tu juguete solo para tener un lugar donde esconderse —Neji fue prontamente golpeado en la cara.

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Hinata se tapó la boca, jadeando.

—¿Qué?

—No me gustó mucho que dijera que te estabas prostituyendo solo para obtener un sitio donde esconderte —Sasuke se frotó la nuca—. No estabas contenta después de eso, y al final, los dos estábamos equivocados y los dos te decepcionamos —Hinata se mordió el labio—. No sabía lo infeliz que eras porque lo ocultabas y tampoco me daba cuenta de lo preocupado que él estaba por ti ni de por qué. No me habías dicho que tu retiro se acercaba y las discusiones sobre tu sellado estaban subiendo de tono. Era un asunto del clan, pero me lo dijiste mientras lo defendías.

Hinata anotó las fechas generales sobre las que habló, haciendo una línea temporal en su cabeza.

—Ahora, por si eso no fuera suficientemente extraño, tu hermana vino de visita.

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Notas: Sasuke y Neji tienen potencial para ser mejores amigos y nadie me hará cambiar de opinión.

Guest Sara: Lamentablemente, a veces le pasan cosas malas a las personas. Y esta vez les toco sufrir a Sasuke y Hinata.

Guest Guest: Aja.

Naoko Ichigo