Disclaimer: Algunos personajes de la historia no me pertenecen, son propiedad del Mundo de Harry Potter y su creadora, J.K. Rowling, los de más, son de mi creatividad, incluyendo la trama.
T/H, AU, y OoC
1.-
—Claudia, ve directo a lavarte y luego a dormir. Mañana tienes escuela —la madre demandó en cuanto los tres estuvieron dentro de la casa. Claudia, sin embargo, tenía otros planes antes de irse a dormir.
—Sí mami. ¡Papá ¿me lees un cuento?!
—Claudia, no, ya es tarde. ¡Ve ahora mismo a lavarte! —Cleotilde dejó salir un poco del enojo contenido.
—Cleotilde, no le hables así. Solo es una niña que quiere que le cuente un cuento, es todo. —Dedal se acercó a su esposa, alterándose también. Aunque lo dicho haya sido en un tono moderado.
La hija de ambos se quedó estática, viendo cómo sus padres se miraban de una manera que ella nunca los había visto antes. Parecían enojados... por ella y, cabizbaja, se disculpó.
—Lo siento mami. —dijo y se dio la vuelta, apresurada en retirarse a su cuarto.
Su padre, más sensible que su madre, se dio cuenta en seguida de la situación.
—¿Ve lo que haces?
—¿Qué? Sólo se fue a hacer lo que le dije.
—Qué cero empatía tienes Cleotilde. —Le dijo Dedal, medio alzando la voz, buscando retirarse detrás de su hija, pero Clotilde lo detuvo, tomándole del brazo.
—¿Empatia? ¿De qué hablas?
—¿Es que no te das cuenta que Claudia se fue pensando que tiene la culpa de tu enojo? —le respondió él.
—Estás loco. Aquí el único que tiene la culpa, eres tú. ¿Quién era esa mujer? Y ¿por qué te llamó Didal?
—Tú eres la que estás loca. —Dedal se soltó de su esposa, no mostrando nada en su rostro que le diera otra respuesta a Cleotilde, más que su esposo ya le había dicho, para luego dirigirse al cuarto de su hija.
Esta iba ser, la primera de muchas noches en la que ella, no dormiría con un desconocido Draco.
