Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry potter sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"Un error imperdonable es aquel que, al cometerlo, deja cicatrices en el alma que nunca sanarán por completo." _(Destino Jackson)

Destiny se encontraba sumido en sus pensamientos, reviviendo los momentos dolorosos del pasado, mientras observaba a Pucca y Garu en la enfermería. La historia de Ming Lee y Sirius Black había dejado una marca en su corazón, una cicatriz que aún dolía cuando la tocaba. Pero ahora, en el presente, su preocupación estaba centrada en Pucca y Garu.

¿Qué estaba causando que actuaran de esa manera tan distinta a su naturaleza?

¿Qué fuerza desconocida estaba manipulando sus corazones y dictando sus acciones?

No lo sabía, pero pensó en acercarse de nuevo a Pucca, decidido a encontrar respuestas, aunque fueran difíciles de aceptar. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, madame Pomfrey se acercó a ellos y les dijo seria a ambos chicos.

–Chicos, no es por correrlos. Pero ya es tarde, la fiesta de Halloween ya acabó y todos están en sus salas comunes de sus casas. Así que tal vez deberían irse, no quiero que se metan en problemas.

–Pero no puedo dejar solo a Garu.

Protestó Pucca, ansiosa de dejar a Garu allí solo, agregando con ansiedad.

–¿No puedo quedarme a cuidarlo?

Pero madame Pomfrey sacudió la cabeza con firmeza, negándose a la petición de Pucca.

–Lo siento, querida, pero las reglas son las reglas. No puedo permitir que te quedes aquí toda la noche. Además, Garu estará bien, solo necesita descansar. Ahora vayan, antes de que realmente se metan en problemas.

Pucca parecía renuente, pero finalmente asintió y se levantó de su silla que estaba junto a la camilla en donde estaba Garu. Destiny los observaba con atención, preguntándose qué estaría pasando realmente en la mente de Pucca.

–Vamos, Pucca, será mejor que nos vayamos. Garu estará bien, lo prometo.

Destiny le aseguró con seriedad, poniendo una mano reconfortante en su hombro, al no poder dejar de ser tan amable con ella a pesar de su dolor interno. Pucca asintió, aunque aún parecía preocupada por Garu.

Destiny vio cómo Pucca se alejaba a regañadientes del lado de Garu, su preocupación era evidente en cada paso que daba. Las palabras de Madame Pomfrey permanecieron en el aire, un recordatorio de las reglas que tenían que cumplir incluso en momentos de angustia.

No le gustaba pensarlo, pero Destiny no podía quitarse de encima la sensación de que algo más que el agotamiento estaba enfermando a Garu y Pucca.

Y cuando ambos salieron de la enfermería dejando a Garu en manos de madame Pomfrey, Destiny notó la postura tensa de Pucca, con las manos cerradas en puños a su lado. Sabía que tenía que andar con cuidado; Lo que sea que les afectara parecía estar profundamente arraigado en ellos.

y sondear con demasiada fuerza sólo podía empeorar la situación, algo que no quería que pasara, hasta no saber qué es lo que lo causaba. Destiny acompañó a Pucca en silencio, mientras cabizbajos salían de la enfermería en donde se quedaba el chico ninja.

El corredor estaba vacío y silencioso, solo interrumpido por el suave murmullo de sus pasos. Pucca caminaba con la mirada baja, perdida en sus propios pensamientos.

Y Destiny la seguía de cerca, sintiendo el peso de la preocupación en sus hombros. Cuando llegaron a la entrada de la sala común de Gryffindor, Pucca se detuvo de repente y se volvió hacia Destiny, con los ojos llenos de incertidumbre.

–¿Crees que Garu estará realmente bien?

Preguntó suave, con un dejo de preocupación en su voz. Destiny le dedicó una sonrisa tranquilizadora y colocó una mano reconfortante sobre su brazo.

–Sí, lo estará. Madame Pomfrey es una excelente sanadora, y Garu está en buenas manos. Solo necesita descansar un poco, y mañana estará como nuevo. Recuerda que no solo es un Potter, también es parte y fue educado por los Sanada. Así que él no sé dejará derrotar por un simple golpe, sí es un habilidoso ninja y además muy terco.

Pucca asintió lentamente, aunque todavía parecía preocupada. Y sin pensarlo muy bien, la besó en los labios, pensando que solo quería aliviar su preocupación.

Destiny sabía que había algo más que estaba molestando a Pucca, algo que iba más allá de la preocupación por Garu. Pero decidió no presionarla en ese momento, ya que estaba agotado y ella también.

Sabía que Pucca eventualmente confiaría en él lo suficiente como para compartir sus preocupaciones. Sin embargo, no pudo evitar querer besarla, al ver ese gesto tan preocupado, al querer calmarla y darle algo de consuelo.

El beso fue suave y cálido, un momento de conexión en medio de la incertidumbre. Pucca se sorprendió al principio, pero pronto se dejó llevar por la sensación reconfortante que le brindaba Destiny.

Sus labios se movieron juntos en un baile tranquilo, compartiendo un momento de intimidad en medio de la preocupación. Para Destiny, el beso fue un bálsamo para su alma herida.

Durante un breve instante, pudo olvidar su propio dolor y centrarse en brindar consuelo a Pucca. Se aferró a ese momento como si fuera un ancla en medio de la tormenta, encontrando un destello de paz en los labios de la chica a la que tanto quería.

Cuando finalmente se separaron, sus miradas se encontraron, cargadas de emociones difíciles de expresar con palabras. Había un entendimiento tácito entre ellos, una conexión que trascendía las palabras y los gestos.

Pucca sabía que podía confiar en Destiny, que siempre estaría ahí para ella en los momentos difíciles. Pero eso solo duró unos instantes, porque como si despertara de un extraño trance, dio un sobresalto asombrada, abrió los ojos impactada y dijo sorprendida.

–¿P-Por qué lo hiciste?

Destiny se sintió momentáneamente sorprendido por la reacción de Pucca. Su corazón latía con fuerza, preguntándose si había cometido un error al dejarse llevar por el impulso del momento.

Sin embargo, se obligó a mantener la calma, buscando las palabras adecuadas para explicarse. Esta vez la había fregado, aunque no lo había querido y no deseaba perderla.

–Lo siento, Pucca. No quise… No quería incomodarte. Solo pensé que… Que tal vez te ayudaría a sentirte mejor. Estabas tan preocupada por Garu y…

Titubeó dudoso, luchando por encontrar una explicación coherente. Pucca lo miraba con una mezcla de sorpresa y confusión en sus ojos, como si estuviera procesando lo que acababa de suceder. Destiny se mordió el labio inferior, sintiéndose incómodo bajo su escrutinio.

–Lo siento, no debí hacerlo sin tu consentimiento. Fue un error mío. Solo… Solo quería ofrecerte algo de consuelo.

Su voz sonaba insegura, y se preguntó si había arruinado su amistad con Pucca al dejarse llevar por el impulso del momento. Pero para su alivio, en lugar de alejarse de él, Pucca tomó su mano con suavidad y le dedicó una pequeña sonrisa.

–No tienes por qué disculparte, Destiny. Fue… Fue un gesto amable. Solo me tomó por sorpresa, eso es todo. Gracias por preocuparte por mí. Sin embargo, no lo hagas de nuevo.

Habló seria, entrando a la sala común de Gryffindor, dejando a Destiny atrás. Destiny se quedó allí, en el pasillo, sintiéndose un poco aturdido por lo que acababa de suceder.

Había sido un momento de impulso, de querer calmar la angustia de Pucca, pero ahora se preguntaba si había cruzado una línea. Se quedó allí por un momento, reflexionando sobre sus acciones y las palabras de Pucca.

Se sentía aliviado de que ella no lo hubiera rechazado por completo, pero también se sentía un poco avergonzado por haber actuado sin pensar demasiado en las consecuencias. Finalmente, sacudió la cabeza para despejar sus pensamientos y caminó hacia la sala común de Hufflepuff. Sin poder evitar recordar a las hermanas Lee, ya que la mamá de Pucca era tan atrevida como una modelo, mientras que la madre de Ring Ring era tan tímida que un cervatillo recién nacido.

Sí, Destiny sabía que era extraño, lo sabía. Pucca tan firme y decidida, pero sin querer seducir a nadie.

Mientras que su madre era igual que Pucca, pero más atrevida. Ya que aún estando en Hogwarts, Ming Lee sé vestía con mini-faldas, tops o vestidos escotados.

Aunque por el otro lado, Rang Rang era como su hija Ring Ring en todo lo que respectaba a lo físico. Sin embargo, lo que si cambiaba era su actitud, ya que Rang Rang era tan dulce, tímida y manipulable que lastimosamente se terminó enamorando de Lucius Malfoy, un mago mortífago, que solo la terminó hiriendo hasta el día de su muerte.

Aun podía recordar la conversación que tuvo con Rang Rang, luego de enterarse que ella también se había enamorado de un mago. Estaba tan apenada por ello, que sus ojos carmesíes decían todo el tiempo:

~Lo siento. ~

Él sonrió con suavidad, diciéndole con amabilidad.

–Tranquila, Rang Rang, no está mal enamorarse. Solo debes de tener cuidado, así no te harán daño. al final Ming también se enamoró de alguien también.

–pero es diferente, Ming sé enamoró de ti y tú la cuidarás. Pero no sabes que es enamorarte del hombre equivocado, y a pesar de eso querer estar allí para él.

Susurró tímidamente Rang Rang, poniéndose serio Destiny y diciendo con pesar.

–Es mentira, ella no está enamorada de mí, ella está con Sirius Black y por eso no viene a Sooga cuando está en vacaciones de Hogwarts. Tú eres la única que se acuerda de mí, para mí pesar y me alivio.

–Bueno, eres un dragón, no sabes transformarte en humano. Pero bueno, podrías pedirles a mis hermanos el maestro so o al maestro Loo para que te vuelvan humano y te mande a Hogwarts, así podrías estar cerca de Ming y luchar para que se olvide de Sirius Black.

Le soltó suavemente la chica de pelo azul, poniéndose cada vez más roja al ver que Destiny no hablaba. Él sonrió tristemente y negó con la cabeza, diciendo con dolor.

–No puedo pelear contra un mago, eso no estaría bien. Ella eligió y yo debo respetar, aunque no quiera ni me guste la idea. Además, no tengo nada de especial, a diferencia de Sirius Black.

Destiny reflexionaba sobre las palabras de Rang Rang, mientras caminaba por los pasillos de Hogwarts. La tristeza en sus ojos carmesíes era evidente, y el peso de la soledad parecía aplastarle el alma.

Pero, como siempre, se esforzaba por mantener una expresión serena y una actitud positiva frente a los demás. Sooga, su hogar, estaba muy lejos de Hogwarts.

Pero siempre había esperado que Ming Lee, su amiga más cercana, lo visitara durante las vacaciones. Sin embargo, desde que había comenzado su relación con Sirius Black, Ming había estado ausente, sumergida en su amor adolescente y dejando a Destiny atrás.

Sirius Black, el chico rebelde y carismático de Gryffindor, parecía haber capturado el corazón de Ming Lee por completo. Y aunque Destiny intentaba alegrarse por su amiga, no podía evitar sentir un pinchazo de dolor cada vez que se recordaba a sí mismo que Ming ya no estaba tan presente en su vida.

Pero Rang Rang, con su dulzura y timidez característica, siempre estaba ahí para Destiny. Aunque sus corazones latieran por diferentes personas, compartían un lazo especial de amistad que había resistido el paso del tiempo y las vicisitudes del amor.

Destiny recordaba la primera vez que conoció a Rang Rang y a Ming, en su primer año en el kínder de los dioses. La madre naturaleza le había ordenado que las cuidara, vigilándolas en secreto en su forma dragón y escondiéndose de ellas para que no lo vieran.

La chica tímida y reservada se había acercado a él con una sonrisa amable, rompiendo las barreras de su timidez para hacerle sentir bienvenido en ese no tan nuevo mundo de dioses. Mientras Ming sé acercaba a él curiosa, tocando sus escamas y haciéndolo sonrojar.

Desde entonces, habían sido inseparables, compartiendo risas, secretos y momentos de complicidad. Pero ahora, mientras escuchaba las palabras de Rang Rang sobre su amor no correspondido por Lucius Malfoy, Destiny sentía un nudo en el estómago.

Sabía lo que era amar en silencio, sabía lo que era desear a alguien que nunca podría corresponder a esos sentimientos. Lucius Malfoy, el mortífago arrogante y despiadado, había roto el corazón de Rang Rang con su indiferencia y crueldad.

Y aunque Destiny sabía que era mejor así, que Rang Rang merecía algo mejor que alguien como Malfoy, no podía evitar sentirse impotente ante el dolor de su amiga. Así que la miró atento, mientras ella hablaba con tristeza.

–¿Y por qué no quieres pelear por el amor de mi hermana? Sí parecía que sé amaban, te había robado besos, ¿No?

Destiny escuchó las palabras de Rang Rang con atención, sintiendo el peso de su pregunta.

¿Por qué no luchar por el amor de Ming Lee?

Era una pregunta que se había hecho a sí mismo muchas veces, pero cada vez que lo intentaba, la sombra de Sirius Black se interponía en su camino. Destiny se detuvo en seco, sorprendido por la pregunta directa de Rang Rang. No esperaba que ella fuera tan directa sobre el tema, y se sintió momentáneamente atrapado entre la necesidad de decir la verdad y el deseo de protegerla de la realidad dolorosa.

–Rang Rang, no es tan simple como parece. Ming Lee y yo… Bueno, somos amigos, pero eso es todo. Ella tiene sus propios sentimientos y elecciones, y yo debo respetarlos.

Intentó explicar con suavidad, evitando mirar directamente a los ojos carmesíes de Rang Rang. Sabía que sus palabras podrían herirla, pero también sabía que era mejor decir la verdad que alimentar falsas esperanzas.

–Pero tú la amas, ¿No es así? Lo veo en tus ojos cada vez que la miras.

La voz de Rang Rang era suave, pero llena de determinación. Ella lo conocía mejor que nadie, y sabía leer sus emociones incluso cuando él intentaba ocultarlas.

–Sí, Rang Rang, la amo. Pero eso no cambia nada. No puedo obligarla a sentir lo mismo por mí, y no quiero arriesgar nuestra amistad por mis propios sentimientos.

Respondió con sinceridad, sintiendo un peso en su pecho mientras hablaba. Era difícil admitirlo en voz alta, incluso ante alguien tan cercano como Rang Rang.

–Pero ¿No vale la pena luchar por lo que quieres? Si realmente amas a mi hermana, deberías hacer todo lo posible por ganar su corazón.

La voz de Rang Rang era suave pero firme, y sus palabras resonaron en el corazón de Destiny. Sabía que tenía razón, que debería luchar por lo que quería en la vida. Pero también temía el rechazo y la posibilidad de perder a Ming Lee para siempre.

–Lo intenté una vez, Rang Rang. Pero las cosas no salieron como esperaba, y temo hacerle daño a Ming Lee si lo intento de nuevo. No puedo arriesgar nuestra amistad por mis propios deseos egoístas.

Su voz sonaba triste y resignada, y se preguntó si alguna vez encontraría la fuerza para enfrentarse a sus propios miedos y luchar por lo que realmente quería en la vida. Rang Rang golpeó la mesa de la cafetería en donde estaba, transformándose en la diosa del viento y diciendo furiosa.

–¡Y SÍ ES ASÍ! ¡¿POR QUÉ TE ILUCIONÓ?! ¡¿POR QUÉ TE BESABA SI NO TE QUERÍA?!

El viento sopló con fuerza a su alrededor, como si la propia ira de Rang Rang estuviera dando voz a sus palabras. Destiny se sintió abrumado por la intensidad de la situación, sin saber cómo responder ante la explosión emocional de su amiga.

–Rang Rang, yo… No lo sé. Tal vez ella también estaba confundida, tal vez no quería lastimarme, pero…

Intentó explicarse, pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta. Sabía que no había excusa para lo que había sucedido entre él y Ming Lee, pero tampoco podía ignorar los sentimientos que aún albergaba por ella. eso solo hizo que Rang Rang sé enfadara más, las marcas rojas remarcando sus ojos y destacando sus mejillas.

–¡PERO NADA! ¡TE A TRATADO COMO UN TONTO! ¡Y AUNQUE TE QUIERO! ¡DEBO ADMITIR QUE LO ERES! ¡TÚ TE ENAMORASTE DE ELLA! ¡ELLA JUGÓ CON LOS HOMBRES! ¡HASTA QUE UN MERODIADOR LA CONQUISTÓ! ¡MIENTRAS TANTO, YO ME ENAMORÉ DE TI Y NUNCA TE DISTE CUENTA! ¡HASTA QUE TE OLVIDÉ Y AHORA ESTOY ATRAPADA CON MI AMOR POR LUCIUS MALFOY!

Gritó Rang Rang aún más furiosa, saliendo de la cafetería con lágrimas de los ojos. Destiny se quedó en silencio, abrumado por la revelación y la ira de Rang Rang.

Nunca había imaginado que sus acciones pudieran causar tanto dolor a su amiga, y ahora se sentía culpable por haberla lastimado de esa manera. Se levantó de la mesa de la cafetería con pesar, deseando poder retroceder en el tiempo y corregir sus errores.

Pero Destiny sabía que no podía, era contra las reglas, aunque sabía que pudo haber evitado muchas cosas. Entre ellos estaba la muerte de Rang Rang y Ming, el sufrimiento suyo y él de ellas, sobre todo, las peleas que ellas y el maestro so tuvieron.

porque al final del día, Rang Rang Lee había elegido a Lucius Malfoy por encima de él, su hermano el maestro so y por encima de su esposo Dong King. Así como Ming Lee había elegido a Sirius Black, por encima de cualquier cosa posible.

Y caminando ahora en Hogwarts, sabía que de nuevo había perdido contra rivales que no sabían que jugaban. Aunque no culpaba a nadie, porque sabía que todo era su culpa y lo seguiría siendo, al no ser suficiente para nadie.

Sin embargo, al ver a Draco y a Ronnie escondiéndose cerca de una habitación. Sé percató que ambos estaban espiando a alguien o algo, así que con sigilo sé acercó a espiar con ellos al llamarle la atención y sacarlo de sus reflexiones.