Capítulo 20: El Jefe de Slytherin tiene mucho que celebrar.
Por fin llegó el día en que recibirían las notas del examen del título superior de maestra de pociones de Nimue. El examen lo hizo una semana antes y ese viernes por fin llegó el día fijado para que llegara la lechuza con los resultados. Severus y Nimue pasaron la última semana bastante nerviosos, se relajaban yendo a correr cada mañana por los alrededores de Hogwarts o en la sala de los menesteres… allí últimamente aparecía un spa completo con jacuzzi y sauna y una camilla de masaje con sus correspondientes aceites de masaje de diversos olores que les dio mucho juego a los dos.
Estaban desayunando en el gran salón cuando apareció el correo de la mañana y una lechuza marrón oscuro dejó un sobre abultado con el sello del ministerio en el regazo de Nimue. Ella casi no se atrevía a abrirlo.
-Ábrelo, cariño, seguro que trae muy buenas noticias. – Le dijo Severus estrechándole la mano.
Remus escuchó a Severus y vio a Nimue nerviosa de repente, supo por qué y le dijo:
-Nimue, ¿son tus notas? – Nimue asintió. – Hazle caso a Severus y ábrelo, seguro que has aprobado y con unas notas estupendas.
Minerva también los vio y le dijo:
-Sí, cariño, abre el sobre.
Nimue sonrió y asintió. Abrió el sobre y no pudo articular palabra, sólo empezó a llorar y se abrazó a Severus. Él le dijo:
-¿Qué te pasa? ¿Has suspendido? Si es así iré ahora mismo allí y haré que se arrepientan de haber nacido.
-No es eso, Severus, he aprobado, mira.
Severus leyó la carta, efectivamente, había aprobado con notas muy altas. Dentro del sobre había un diploma para que lo enmarcara, era una costumbre muggle que adoptaron en los últimos años en el mundo mágico, varias copias de sus notas y del certificado del título. También venía una carta genérica del ministro de magia dándole la enhorabuena, algo habitual.
Minerva la observaba aunque no la escuchaba bien y se acercó a ella cuando Severus estaba leyendo la carta como ella le dijo.
-Querida, ¿estás bien? ¿Qué pasa?
-Estoy bien he aprobado, enséñale la carta Severus.
Severus les dejo la carta a Minerva y Remus y abrazó a Nimue. El resto del personal los miraban contentos, sabían lo que estaban esperando, y los alumnos, que no tenían ni idea, los miraban muy extrañados, sabían que Nimue y Severus estaban juntos pero nunca eran tan efusivos delante de ellos.
Entonces Minerva anunció muy feliz:
-Compañeros, alumnos, Nimue ya es maestra superior de pociones.
Todos gritaron y la felicitaron, algunos alumnos vitorearon y silbaron, gritaban "Felicidades, Señorita Nimue" todos en Hogwarts sabían que estaba trabajando mucho en su examen. Nimue se separó de Severus por un momento y dijo:
-Muchas gracias, a todos.
Entonces la abrazaron, Minerva, Remus, Albus, Poppy, Pomona, Alastor estaba un poco lejos y como le costaba levantarse, el antiguo auror usó su varita para transfigurar una servilleta en un ramo de flores y lo hizo volar a los brazos de una emocionada Nimue. Severus volvió a abrazarla. Albus dijo:
-Bueno, terminemos de desayunar, esta noche seguiremos celebrando con una cena especial para todos en honor de la encantadora señorita Nimue.
Todos aplaudieron y la idea de Albus les pareció maravillosa. Después Albus dijo sólo para el personal:
-Y cuando esta noche los chicos se vayan a la cama nosotros tendremos nuestra propia celebración en la sala de profesores.
Todos los profesores sonrieron y quedaron en que se turnarían para vigilar los pasillos y pondrían avisos en las puertas de las salas comunes por si entraba o salía alguien a deshoras.
Terminó el desayuno, el resto del día pasó con normalidad. Cuando terminaron las clases y se fue el último grupo del día, los alumnos de último año al completo se presentaron en el aula de pociones, los premio anual de cada casa estaban delante y le dijeron:
-Nosotros no estaremos aquí el próximo curso y como no sabemos si volveremos a verle señorita Nimue, entre todos hemos hecho una colecta y le hemos comprado esto, para que se acuerde de nosotros.
Entonces le dieron un paquete dentro del cual había un elegante cuaderno de piel para que escribiera las fórmulas de sus pociones y un estuche de piel de aspecto muy caro con dos compartimentos, uno con plumas de tinta indeleble infinita de varios colores y el otro con varias varillas agitadoras de diversos metales.
Nimue lloró de nuevo emocionada.
-Muchas gracias, chicos, no debisteis hacerlo.
Una chica de Gryffindor dijo:
-Lo teníamos comprado desde hace un par de semanas, planeamos dárselo a finales de curso, pero pensamos que hoy sería más adecuado, para darle la enhorabuena por su título, Maestra Nimue.
Nimue abrazó a la chica emocionada, dándole las gracias. Severus observaba la escena con una media sonrisa.
-Si va a ser verdad que en pocos meses los alumnos te van a querer más a ti que a mí… aunque yo lo entiendo perfectamente.
Un Slytherin dijo:
-A usted no lo odiamos profesor Snape, pero es que es más fácil encariñarse con ella.
-No me molesta, señor Miles, es perfectamente comprensible, si yo tuviera su aspecto y la mitad de su encanto sería el profesor más querido de Hogwarts.
Los chicos rieron y se despidieron de Nimue dándole la enhorabuena. Antes de que se fueran Severus les dijo:
-Por cierto, no lo dijimos esta mañana, pero Nimue no se irá de aquí antes de que acabe el curso, aunque su aprendizaje haya terminado, dice que se quedará y seguirá ayudando con las clases prácticas como profesora auxiliar, porque de todas formas queda poco para terminar el curso.
Los chicos gritaron y aplaudieron y corrieron a contárselo al resto de alumnos.
-Creía que se lo íbamos a decir después durante la cena.
-Después del regalo que te han traído y el dineral que deben haber gastado, se merecían la primicia, seguro que ya debe saberlo todo el colegio.
-¿Te parece bien que te siga ayudando en clase?
-Me parece tan bien que te echaré de menos cuando el curso que viene no te tenga en mi clase.
Severus cerró la puerta del aula con llave con un gesto de su mano, estaba apoyado en el escritorio y agarró la cintura de Nimue y la besó apasionadamente.
-Severus, sabes que podría echarte una mano, aún no he mandado solicitudes de empleo, sabes que después de lo mucho que he trabajado he decidido tomarme un tiempo libre y que no las mandaré hasta finales de agosto, tampoco es garantía de que consiga ninguna entrevista.
-Lo harás. Y te echaré de menos.
-Yo también… pero sabes que no me iré lejos de aquí, las dos principales solicitudes serán en la universidad de Edimburgo con Francesca y la que estoy preparando para San Mungo.
-Lo sé…y me inclino más por la última, estarás a tiro de flu… y podrás venir a dormir cada día.
-Y vendré con muchas ganas… después de pasarme todo el día echando de menos a mi mago.
-Y yo te recibiré con muchas más ganas.
Se besaron y Severus dijo:
-¿Qué te parece si nos saltamos la cena y lo celebramos a solas?
-¿Quieres que Tía Minnie te mate? No, vamos allí, cenamos, nos tomamos algo con ellos en la sala de profesores y en cuanto podamos nos vamos a nuestra habitación, descorchamos el champagne que tenemos reservado, brindamos y hacemos el amor toda la noche…
-Perfecto, mañana le escribes a tus padres, si no lo ha hecho ya Minerva… me gustaría ver la cara de tu madre cuando se entere de una vez por todas de que su hija es una bruja llena de talento.
-Sí, también me gustaría habérselo dicho en persona a mi padre… ver su cara.
-Seguro que estará sonriendo orgullosamente durante años, cuando vayamos a verlos seguro que te costará que te deje de abrazar.
-Tienes razón. Vamos a quitarnos la ropa de trabajo y ponernos otra cosa para cenar.
Fueron a sus habitaciones, Albus dijo durante el almuerzo que los alumnos podían ponerse otra ropa que no fuera el uniforme, algo más de vestir sin llegar a ser ropa de gala. El personal haría lo mismo. Severus se puso lo mismo que en Nochevieja, pero esa noche no era tan fría y fue sólo con la camisa, después de todo era una noche especial. Nimue se puso un vestido discreto y elegante con la falda un poco por debajo de las rodillas, de cuello barco y color púrpura, se recogió el pelo en una gruesa trenza.
Llegaron al gran comedor entre los aplausos y gritos de enhorabuena de todos los habitantes de Hogwarts. Nimue sonreía feliz, un poco sonrojada, Severus aplaudía a su lado. Ambos tomaron asiento, Albus hizo que todas las mesas fueran sustituida por una enorme mesa donde pudieran sentarse todos juntos y celebrar el título de Nimue. Entonces Albus dio inicio al banquete especial. Lo pasaron muy bien, la comida estaba deliciosa, los elfos se esmeraron especialmente porque era para la celebración de la Señorita Nimue, que era muy amable con ellos, así que lo hicieron encantados.
Cuando terminó la cena, Albus les dijo a los chicos que fueran a sus salas comunes, donde los esperaba el postre, pastel de chocolate y si se portaban bien esa noche y no intentaban ninguna travesura al día siguiente dejaría que jugaran un partido de quidditch aunque la final fue la semana anterior. Todos los chicos prometieron ser buenos y cumplieron, cuando estaba el personal en la sala de profesores, Minerva dijo:
-Dicen que sobornar con premios a los niños no es lo mejor para su educación… pero hay que admitir que funciona de puta madre.
Todos estallaron en carcajadas al oír semejante barbaridad en labios de la estricta, y aún sobria, subdirectora y procedieron a brindar. Minerva y Nimue llevaron vino de los viñedos de los padres de Nimue. Bebieron, bromearon, le preguntaron a Nimue por sus planes y ella les dijo que cuando llegara agosto mandaría solicitudes de trabajo, pero que no quería irse lejos de Hogwarts, porque no quería separarse de Severus ni de su Tía Minerva, que en caso de que no le ofrecieran ninguno de los puestos solicitados, quería mejorar pociones de manera independiente, si es que podía quedarse allí, ella también podría ayudar a Severus como auxiliar en las clases prácticas y con los alumnos como lo había hecho durante el último curso. Todos le dijeron que por ellos podía quedarse para siempre, que desde que estaba allí Severus no estaba tan malhumorado, algo que todos agradecían.
-Y por lo que brindamos. – Dijo Remus provocando las risas de todos.
Cuando dieron buena cuenta de las 4 botellas que llevaron Minerva y Nimue muchos se fueron a dormir, Severus fue a su laboratorio, tenía remedios para la resaca de los que preparaba Nimue, ella le dijo que le encargara a alguno de los elfos que los repartiera en las habitaciones de los profesores, al día siguiente había un partido extraordinario de quidditch y era mejor no ir con resaca. Minerva y Nimue fueron las últimas en retirarse, estaban charlando y bromeando hasta que Nimue notó a su tía un poco seria.
-¿Qué te pasa, Tía Minnie? Te noto preocupada por algo, ¿Estás bien con Charity? ¿Tenéis problemas?
-A ti no te puedo ocultar nada, mi niña. Estamos bien, nos queremos mucho y somos muy felices. Eso es precisamente lo que me preocupa.
-¿Por qué?
-Porque estamos muy bien, tanto que me asusta perderla. Ella quiere que conozca a su familia.
-Eso es bueno, ¿no? Que quiera que los conozcas.
-Sí, ella dice que sus padres aceptan sus preferencias sexuales, saben quien soy y no tienen problema en que estemos juntas…pero yo no estoy tan segura de que sea cierto… no sé, pero tengo dudas, me pongo en su lugar y no sé cómo reaccionaría si mi hija de 34 años llegara a casa con una exprofesora suya de 53 años… ellos sólo tienen 8 años más que yo, quizás no han querido ponerse a Charity en contra y cuando nos veamos posiblemente se lo piensen mejor y la convenzan de que no le convengo.
Entonces Nimue se echó a reír.
-Sé que soy una paranoica, pero no es para reírse de mí.
-No me estoy riendo de ti, es que hace unas semanas, cuando fui con Charity a vigilar la visita a Hogsmeade estuvimos hablando, me dijo que estaba muy ilusionada por llevarte a conocer a su familia. Dice que cuando tenía 18 años les contó a sus padres y su hermana que le gustaban las mujeres, sabía que la entenderían, ¿Te ha hablado de su "Tío Peter"? – Minerva asintió. – Sería un poco hipócrita por parte de sus padres ayudar al mejor amigo de la infancia de su padre cuando su familia lo rechazó por homosexual y acogerlo en su familia como a un hermano más y no aceptar a su propia hija por el mismo motivo. Ella me dijo que cuando se lo contó sus padres le preguntaron cómo se había dado cuenta, ella les dijo que cuando te conoció se fijó en ti y que conforme crecía se dio cuenta de que sentía cosas por ti que no sentía por ningún hombre… así que sus padres saben que Charity está enamorada de ti en serio y desde hace mucho tiempo. No tienes que preocuparte por eso, Charity es más cabezota que tú y yo juntas y con lo que ha esperado para estar contigo, no te dejará jamás.
-¿Tú crees? No me hago más joven y se cansará de mí.
-Claro que creo que estaréis siempre juntas, ella me dijo que no le importaba la diferencia de edad. Además sólo hay que ver cómo te mira.
-Gracias, pequeña, necesitaba esta charla. Ahora será mejor que sigamos en otro momento, Charity me está esperando y supongo que dentro de nada vendrá Severus a buscarte, por cierto, ya te lo he dicho, pero estoy muy feliz de que estés con Severus, no sólo por lo feliz que te hace a ti, que sabes que tu felicidad es muy importante para mí, pero conozco a Severus desde que tenía 11 años y nunca lo he visto tan bien, se merece ser feliz. Cuando me dijiste que necesitabas un nuevo mentor casi me vuelvo loca de alegría, por fin tendría una excusa para presentaros, sabía que seríais perfectos el uno para el otro, además sabía que Charlie lo notaría igual que yo.
Nimue se reía y le dijo:
-Gracias, Tía Minnie, por ayudarme a venir aquí, sin ti no hubiera podido terminar mis estudios y no hubiera conocido a Severus.
En ese momento Severus entró a la sala de profesores.
-Con que estabas aquí, espero que estéis lo suficientemente serenas para llegar a vuestras habitaciones.
Minerva dijo:
-Lo estamos, pero será mejor que nos dejes cogerte del brazo y que nos acompañes como el perfecto caballero que puedes ser.
-Está bien.
Les ofreció el brazo y con Nimue colgada de su brazo derecho y Minerva del izquierdo, las acompañó. Primero llegaron a la habitación de Minerva, que se despidió de los dos con besos y abrazos, después volvieron a las mazmorras. Entraron en la sala de estar de Severus y Nimue se llevó una sorpresa, Severus había decorado la sala de estar con tulipanes amarillos, que eran sus flores favoritas y luces mágicas, puso un cartel con un "Enhorabuena Maestra Nimue" ella empezó a llorar emocionada, Severus la abrazó y la besó y luego le dijo que era el momento de su brindis privado.
Descorchó el champagne que reservaron para la ocasión, brindaron y entonces Severus le dio una pequeña cajita de madera labrada con motivos florales. Ella la abrió temblorosa y vio unos pendientes de plata, dos pequeños calderos.
-Los encargué especialmente para ti después de San Valentín, ¿Te gustan?
-Son perfectos, me encantan, son una monada… y tú eres el mejor novio del mundo.
Se besaron apasionadamente y entonces Severus le dijo:
-La cajita también es especial, puedes modificar el tamaño y guardar dentro lo que quieras, ingredientes especiales o pociones.
-Eres maravilloso… - Nimue se puso los pendientes que colgaban graciosamente de sus orejas. - ¿Qué tal si me lo quito todo menos los pendientes y lo celebramos tú y yo a solas…?
Severus la besó apasionadamente y los desnudó a ambos con un hechizo, transfiguró su sofá en una cama y la tumbó allí, hicieron el amor hasta bien entrada la madrugada…
