Descargo de responsabilidad: Los personajes son propiedad de Stephenie Meyer y la historia es de la increíble autora CaraNo, yo la traduzco con su permiso. ¡Gracias, Cara!

Disclaimer: The characters are owned by Stephenie Meyer and the story is by the amazing author CaraNo, I translate with her permission. Thank you, Cara!

Este y todos sus fanfics puedes encontrarlos en su blog, el link está en mi perfil.


.

26.

~¡Eres tan traviesa, burlándote de mí así!~

Y nuestra noche continúa. Emmett y yo somos, como de costumbre, los que hablamos, pero eso está bien. Es fácil ver lo relajado y a gusto que está Edward con únicamente observar. Se ve tan sereno y feliz, y me enamoro de él todos los días. Con cada peculiaridad, cada cita con una pizza, cada beso, hay algo que hace posible caer aún más profundo. Estoy aprendiendo mucho sobre él.

Ahora, no voy a fingir que todo es... normal... porque no lo es. Desde que Edward y yo nos hicimos oficiales, por así decirlo, he visto mucho más. Ha habido noches en las que se inquieta y no puede encontrar sus palabras.

A veces está agitado y melancólico. Y un par de veces, me ha irritado a propósito, sólo para ver hasta dónde puede llegar. Pero tengo el apoyo de Emmett. Sé que esta es la forma en que Edward se asegura de que no me vaya solo porque tenemos una pelea o algo así. A menudo necesita ser tranquilizado, y quiere solidez y constancia. Y, con la pausa para el café que comparto con Emmett varias veces a la semana, me siento más segura y capaz. No voy a dar marcha atrás. Cuando Edward dice que no pasa nada cuando obviamente sí pasa, no me muevo hasta que termina de lamentarse.

Afortunadamente, eso no sucede a menudo. Sobre todo, es muy feliz y muy cariñoso. Vaya que sí. Es afectuoso. Nuestras citas para comer pizza siempre conducen a apasionadas sesiones de besos, y actualmente suelo invitarlo a mi hogar en el piso de arriba. Le gusta estar allí, especialmente cuando puede explorar mi cuerpo. Es muy minucioso, y he descubierto que Edward es un hombre de pechos.

Recuerdo la primera vez que lo llevé arriba y nos quitamos toda la ropa. Todavía no hemos hecho el amor, y me temo que voy a entrar en combustión cuando finalmente lo hagamos. Las cosas que puede hacerme sentir con solo sus palabras honestas y sus manos ansiosas...

Gimo y jadeo mientras él cubre mi cuerpo con el suyo en mi cama. Respira pesadamente contra mi piel, dejando un rastro de besos con la boca abierta a lo largo de mi cuello y clavículas. Susurros ardientes de necesidad, algunos rotos e incompletos, pero los entiendo de todos modos. Sus dedos tiemblan y se flexionan mientras acaricia mis senos, y el gemido que sigue me prende fuego.

Quiero, quiero —jadea. A horcajadas sobre mis muslos, me mira y sigue tocándome los pechos—. ¡Oh, cielos!... Bella... —Su polla está dura y gruesa. Mis ojos están bastante pegados a ella, y quiero tocarla.

Lentamente, mis manos se deslizan por sus muslos. —Mira, Café Bella —gime—. Estoy tan... y eres preciosa y sexy... por favor...

Sacudo mi cabeza para despejarme. Definitivamente, ahora no es el lugar para pensar eso.

Edward se da cuenta, por supuesto. —¿Qué pasa? —susurra.

Y no puedo mentirle, porque nunca lo suelta. —Pensamiento inapropiado —le susurro.

Esa es otra cosa que hemos discutido. Del sexo y la intimidad únicamente lo hablamos en privado.

Abue y Nana ya saben sobre Edward, pero aún no lo han conocido, aunque Nana está tratando de rectificar eso. Quiero que todos nos reunamos, pero cuando abordé el tema con Edward y Emmett hace un par de semanas, Edward pidió algo de tiempo ya que quiere prepararse mentalmente. Y Emmett me aconsejó que hablara con Edward sobre algunas cosas de las que podemos hablar abiertamente, pero que no se consideran apropiadas en presencia de otros... como mis abuelos. El sexo y la intimidad son algunas de estas cosas. Sí, realmente no quiero que mi dulce novio le diga a Abue lo mucho que le gusta mi cama.

—Oh —murmura... Y entonces se da cuenta—. ¡Oh!

Exactamente.

—¿Estás pensando en eso ahora? —pregunta en voz baja.

—Lo estaba —respondo, y él cierra los ojos.

—Está bien, basta de susurros, ustedes dos. —Cierto. Emmett. No estamos solos. Levanto la vista y veo su sonrisa. —Ey, Edward. ¿Por qué no le cuentas a Bella sobre la canción que encontraste hoy?

—Sí, por favor, cuéntame, Edward —le digo emocionada. Actualmente, no soy la única que tiene una nueva canción para cada día. Es algo que Edward adoptó y me encanta escuchar sus elecciones. De alguna manera me da un vistazo a su mente.

Edward, al ver mi entusiasmo, responde con una suave sonrisa. —Mmm, es "Take A Picture" de Filter.

Le aprieto la pierna. —La escucharé.

Demasiado pronto, es hora de que Emmett y Edward se vayan a casa, y una vez que el mayor de los Cullen se despide, quedamos solos. De pie junto a la puerta, me abraza como si fuera frágil y preciosa para él.

—Mañana —murmuro, inclinándome para besarle los labios.

—No puedo esperar —murmura. Me acuna la cara, me da un pico suavemente, gentilmente, dulcemente—. Prepárate para las seis en punto.

Oh, estaré lista.