Capítulo 16: BOOM

Roboute Guilliman caminaba tranquilamente sobre la superficie muerta de otro mundo tumba Necron, durante los últimos cinco años, el XIII primarca se había dedicado de forma exhaustiva a borrar cualquier huella de estos asquerosos Xenos de su amado Ultramar.

Actualmente la marca Necron el Ultramar había desaparecido, los planetas tumbas había sido limpiados de cualquier presencia Necrona, aquellos que estaban demasiado contaminados por la mancha Xeno fueron purificados con fuego atómico hasta el mismísimo núcleo, mientras aquellos que aun podían ser recuperados, fueron repoblados. Siempre que se pudo se dejó un nuevo capítulo naciente de Marines espaciales, esta área de Ultramar seria vigilada de cerca, nadie quería que los Xenos volviesen.

El logro del primarca era inmenso, estos nuevos mundos al servicio del imperio serian decisivos en las batallas que estaban por venir, además de otorgarían un esperado descanso a las ya agotadas rutas de suministros del imperio Santus. Y, aun así, el primarca no había podido pasar por alto el hecho que los Necrones no parecían haber estado muy interesados en defender estos mundos.

Si hubo batallas, y miles de tropas leales al trono dorado cayeron de forma gloriosa, pero los Necrones que defendían estos mundos eran simples tropas de retaguardia, sin un líder capaz, casi sin armamento, ni siquiera los números suficientes como para montar una defensa adecuada. Era como si los Necrones hubiesen movido todos sus recursos a algún otro rincón de la galaxia, dejando detrás de sí, solo las tropas que no pudieron seguirles el paso.

¿A dónde se habían ido todas esas máquinas abominables? ¿Por qué habían dejado así estos mundos tumba? Serian preguntas que el primarca tendría que investigar, pero eso sería después, su pueblo estaba cansado, y el primarca no era tan ingenuo como para no notar que las pasadas guerras habían consumido la morar de sus súbditos.

Era hora de ponerle fin a esta guerra, declarar la victoria, organizar desfiles y entregar recompensas adecuadas a generales favorecidos.

Claro que la guerra más grande seguía consumiendo al imperio, pero, de momento Ultramar se podía considerar libre de esas malditas maquinas vivientes. Y solo para asegurarse que a ninguno de esos malditos Xenos se les ocurriese volver, el primarca había preparado un regalo, sacado directamente de una de las celdas más oscuras del palacio imperial.

Si alguna vez los Necrones cometían el error de tratar abrir nuevamente las puertas dolmen que conectaban a estos mundos retomados por la humanidad, descubrirían lo que en verdad significaba la palabra "horror".

El primarca movió su cabeza, tratando de alejar esa molesta sensación de cansancio que lo consumía.

El archimago Belisarius Cawl se estaba encargando en estos momentos de examinar toda la tecnología Necrona que se habían logrado recuperar, pasarían algunos años más antes de que se pudiese obtener algún resultado positivo de estas investigaciones, pero a Roboute no importaba. La humanidad ya había sobrevivido a más de 10 000 años de guerra, podría soportar unos años más.

Al otro lado de la galaxia, Abadon seguía en su campaña para tomar el Guantelete Nachmund, ya había enviado todas las tropas de las que había podido prescindir, pero no parecían ser suficientes, talvez tendría que ir personalmente. No, aun no era el momento para enfrentar al campeón de los cuatro dioses.

Guilliman sabía que, si quería sobrevivir a un enfrentamiento contra el saqueador, necesitaría una carta de triunfo, algo que le permitiese cortar la influencia que los dioses del caos tenían sobre el hijo de Horus. Algo, de preferencia, que le hiciese perder el favor de sus impíos maestros.

Hace cinco años apoyo el plan de Connor, la IA que Belisarius Cawl había creado basándose en su mapa mental, de enviar semilla genética traidora al imperio Tau, para llamar la atención del saqueador lejos del imperio, pero tras todos estos años sin resultados, se podía considerar que el plan fue un fracaso, era un lastima, el mismo había estado dispuesto a apostar fuerte por esta estrategia, bueno, no había gastado en ese plan nada que él no estuviese dispuesto a destruir él mismo.

Roboute sintió como el filo de la espada se agitaba dentro de su vaina, pero el primarca lo ignoro, en los cinco años de guerra que habían pasado, el primarca había usado las reliquias que había obtenido de forma casi constante.

El Martillo del dios Eldar, había resultado ser extremadamente útil para descifrar la escritura Necrona, además de ayudarlo a reparar las armas y armaduras que resultaban dañadas en las batallas libradas. El primarca aún no podía asegurar que comprendía el alcance del poder que ese martillo poseía en su alma, pero su uso se había vuelto crucial en el esfuerzo bélico contra los Necrones.

Por otro lado, la espada, "el espadón de los príncipes gemelos" como lo había llamado Eldrad Ulthran, era una reliquia problemática, albergaba demasiado odio hacia toda la creación, como para que el XIII primarca pudiese someter ese poder a su voluntad. Lo mejor que podía espera cuando la usaba, era dirigir todo ese odio hacia sus enemigos, mientras mantenía a sus aliados lejos de las llamas.

A Roboute le hubiese gustado deshacerse de esa insumisa reliquia, pero el inmenso poder que esta albergaba, la convertían en un activo valioso, en especial considerando la naturaleza de sus enemigos. Al final, el primarca se había obligado a mantener cerca esta espada, aunque solo como último recurso.

Nuevamente el dolor de cabeza obligo al primarca a detener su tren de pensamientos. Excepto que, en esta ocasión, no era solo su cabeza lo que le dolía. Roboute Guilliman sintió como le picaba el cuello, la herida que su hermano Fullgrim le había dejado en su fatídico encuentro hace ya más de 10 000 años atrás, había desaparecido después de que su padre tomase posesión de su cuerpo en su batalla contra su hermano Mortarion, aun así, el primarca podía sentir una comezón en su cuello.

-Esto es un mal augurio.

Roboute se sentía como un completo hipócrita al usar términos tan poco científicos, pero simplemente no había palabras, o términos, más adecuados para expresar esa sensación que estaba experimentando en estos momentos.

El primarca quiso frotarse la cara con desesperación, pero con la armadura puesta le era imposible, además de que si se quitaba el casco estaría expuesto a la atmosfera toxica del planeta.

-Qué situación más molesta.

Roboute navego entre las diversas interfaces de su armadura, planeaba ordenar a una nave que lo recogiese, cuando una transmisión llamo su atención.

Era una transmisión vieja, muy vieja, además, estaba encriptada y en una frecuencia que solo la tercera legión solía usar durante la gran cruzada. Era un llamado de auxilio, pero su origen pertenecía a un mundo, ubicado demasiado legos de su posición actual ¿Cómo había llegado esta transmisión a él?

Por unos segundos el primarca pudo sentir como la mano del destino pareciese estar forzando sus acciones.

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Malin Vistario anteriormente miembro del profético culto Corvidae de los Mil Hijos, actualmente un hechicero del caos al servicio Tzeentch. Estaba algo intranquilo, cualquiera en su posición lo estaría, su primarca….Magnus el Rojo, lo había convocado al planeta de los hechiceros, si bien Malin ya no albergaba ninguna lealtad a su padre genético, solo un tonto desafía la voluntad de un primarca demonio.

Del inmenso ser que alguna vez fue uno de los hijos bendecidos del Emperador de la humanidad, quedaba poco, casi nada, Magnus se había transformado en una especie de gigante alado, y cuya mera presencia inquietaba a todo ser que tuviese un mínimo de poder psíquico.

Malin no era la excepción, desde que había puesto un pie en el planeta de los hechiceros, la presencia psíquica del primarca demonio lo ahogaba, pero, pese a sus malos presentimientos sobre esta reunión, debía asistir. Por lo que tras comprender que no podía retrasar más tiempo esta reunión, amarro sus miedos en lo profundo de su alma, e ingreso a la inmensa torre color marfil que su padre genético usaba como morada.

El encuentro fue simple, el primarca demonio ni siquiera se dignó a verlo directamente, en su lugar le dio una dirección, y le ordeno que investigase, antes de sacarlo de la torre usando sus poderes divinos.

¿Qué se supone que estaba buscando? No sabía.

¿Dónde debía buscarlo? Solo tenía unas coordenadas, que nunca había visto antes.

¿Cuánto tiempo tenia? Tampoco sabía.

¿Cómo debía proceder?

Malin sintió su molestia crecer mientras trataba de responder preguntas a las que obviamente no tenía respuesta. De momento lo mejor sería limitarse a seguir el hilo que su padre genético le había dado. Aun así, Malin estaba molesto, las coordenadas bien podrían pertenecer a un agujero negro, igualmente le tocaría investigarlo, y "de alguna forma" obtener lo que el primarca demonio esperaba.

…..

-AAAHHHHHHHHHH.

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-Es una trampa.

Fue la simple declaración con la que Primus recibió al primarca en su trono dentro de su nave insignia.

El XIII primarca miro con desprecio a la quimera que Belisarius Cawl había creado usando la semilla genética de todos sus hermanos; leales, traidores, incluso la de aquellos cuyos nombres no podía pronunciar. Le revolvía el estómago solo verle, pero, la hora era tan oscura, que él no podía despreciar cualquier posible ventaja, incluso si esta…esta venia de esta cosa.

Por fortuna Belisarius Cawl le había jurado y re jurado que no había usado su semilla genética para crear a Primus, no era como si él creyese algo en este punto, pero lo mejor era ignorar algunas cosas.

Ya una vez el imperio se hubiese establecido, él y el archimagos tendrían mucho de qué hablar.

Roboute Guilliman movió su cabeza, enfocando su atención en Connor, el inmenso Dreadnought modelo desprecio, que contenía una IA capas de pensar exactamente como él.

-Independientemente de si es una trampa, lo que más me preocupa es saber quién fue su artífice.

Guilliman asintió, dándole la razón a la IA.

- ¿Cuáles son tus candidatos?

-Eldars, si la transmisión se moviese por la telaraña podría llegar hasta este mundo sin necesidad de ningún repetidor o algo parecido.

El primarca volvió a asentir. Por alguna razón el primarca sentía una injustificada confianza por la IA que llevaba el nombre de su padre. Era una estupidez en todo el sentido de la palabra, y aun así confiaba. ¿Había sido esta "confianza" lo que llevo a la humanidad a subestimar el peligro en la creación de las IAs en el pasado?

Nuevamente eso no importaba, sus pensamientos o preocupaciones sobre las IAs, no importaban en el gran esquema de las cosas. Roboute Guilliman no podía despreciar ninguna posible ayuda en este momento, en especial si se consideraba lo muy beneficioso que era tener a alguien con su misma capacidad táctica.

-Mi señor, no puede estar pensando en ir realmente, o ¿sí? –La preocupación de Primus por el primarca era palpable, incluso llegando a que los presentes querían creer que esta era autentica.

-Es tal y como dijo Connor, no importa si es o no una trampa, lo importante es lo que logremos averiguar cuando vayamos. –La respuesta dejo sin palabras a Primus quien solo bufo su descontento.

Por un momento Guilliman casi pudo ver la ira mal contenida de Agron, y la resignación mal disimulada de Perturabo, en un rostro con los finos rasgos de Corax. Eran tan extraño, tan molesto, y a la vez tan nostálgico.

En términos simples, Primus era lo más cercano que él podía tener a un hermano menor.

Robute Guilliman rápidamente se reprendió mentalmente por ese pensamiento. No le convenía olvidar el pecado que Belisarius Cawl cometió con la creación de este…proto primarca. O acostumbrarse a la presencia de Primus.

Bueno, nuevamente eso no importaba. Si Roboute Guilliman no lograba ganar, sus preocupaciones o molestias no importarían. Si él quería poder quejarse en algún futuro con el archimagos sobre sus acciones, debía ganar.

-Pongan rumbo a las coordenadas aproximadas del mensaje recibido. –Demando el primarca sentándose en su trono de mando.

Las ordener fueron enviadas y en una pantalla apareció una cuenta regresiva que señalaba el tiempo aproximado antes del salto al Inmaterium.

-Puedo sugerir que, en lugar de llevar toda una flota, solamente usemos el Honor de Macragge para movernos. –Hablo Connor

-Sería imprudente mover esta nave sin sus escoltas. –Respondió Guilliman

-Eso es cuestionable. –Connor envió un mensaje a la pantalla táctica del trono de Guilliman. –Las nuevas actualizaciones ya fueron instaladas, y esta parece ser la oportunidad adecuada para realizar una prueba en un escenario controlado.

Roboute Guilliman examino los informes, eran prometedores. Si esta nueva tecnología realmente hacia lo que se supone debía hacer, su nave insignia ahora era capaz de moverse de forma sigilosa. Asumiendo que su nave no estalle primero, claro está.

-Bien, es una idea a considerar. –Roboute apretó varios botones en su trono de mando. –El Honor de Macragge saltara primero, que la escolta nos alcance cuando esté lista. Activen el módulo de camuflaje clase Nyx, es hora de probar que tan útil es este "descubrimiento" de la era dorada de la tecnología.

Los truenos danzaron por todo el exterior de la nave, cubriéndola, fundiéndola en la nada. Para cuando la energía dejo de parpadear, el Honor de Macragge había desaparecido.

En pura teoría el módulo de camuflaje clase Nyx podía hacer a la nave invisible a casi todos los métodos de rastreo conocidos por la humanidad en la era dorada de la tecnología, claro que eso era solo en teoría, después de todo esta tecnología se supone debería estar sellada dentro de las celdas más profundas del palacio imperial, lejos de cualquier humano común. Pero el primarca había tenido acceso a ella tras su inesperado "paseo" por el palacio imperial de una línea de tiempo alterna.

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Siguiendo los ecos psíquicos de una llamada de auxilio, Malin Vistario junto a su comitiva compuesta por dos de sus hermanos de armas, llegaron a lo que solo podía catalogarse como un mundo muerto.

Descendieron a la superficie, solo para encontrar restos consumidos de una antigua civilización, posiblemente humana.

En el viento se podían escuchar mil voces que murmuraban juramentos de odio y venganza. Los espíritus estaban inquietos, pero no parecían ser hostiles, por el momento.

Vistario camino lentamente por las ruinas muertas hace mucho, de lo que en su momento fue una prospera ciudad humana, vigilaba con cuidado sus alrededores, tratando de averiguar cuál era la razón que lo había traído a este lugar.

Vistario señalo un camino, y sus hermanos Murshid y Akhtar lo siguieron sin objetar palabra.

-La furia con la que se bombardeó esta ciudad es inquietante. –Comento Akhtar, mientras examinaba de cerca las quemaduras que cubrían una pared caída. –Es imposible que algo haya sobrevivido a algo así.

-Algo envió el mensaje de ayuda, algo sigue enviando ese mensaje. –Respondió Murshid mientras movía unos restos, abriéndose paso.

Vistario señalo lo que solo podía ser una entrada a la parte más profunda de la ciudad.

-Allí, si algo sobrevivió, tiene que estar bajo la superficie.

Akhtar y Murshid asintieron al unísono, y cambiaron el rumbo.

La entrada a las profundidades parecía haber sobrevivido mejor al bombardeo orbital que el resto de la ciudad.

-Esta estructura fue diseñada para sobrevivir la furia de un bombardeo orbital. –Comento Murshid, mientras golpeaba en acero reforzado que cubría las paredes.

Akhtar le dio la razón.

-La ciudad sobre nuestras cabezas parece haber sido construida en una época antes de la cruzada. ¿Talvez una sociedad humana que sobrevivió a la larga noche?

-Es posible. Pero eso no explicaría porque tuvo que ser destruida con tanto esmero. Es obvio que el bombardeo orbital no se detuvo hasta que las naves en órbita se quedaron sin municiones que dispararle al planeta. –El comentario de Vistario alerto a sus hermanos.

- ¿Talvez era una sociedad que convivían con los Xenos? escuche que la legión de Horus se topó con algunas en sus días de gloria. –Comento Akhtar con un tono de burla.

-Puede ser.

La conversación entre los tres hijos de Magnus termino cuando llegaron a una inmensa puerta reforzada, más de 10 metros de acero reforzado impedían su avance.

-Sera difícil abrirnos paso.

-No hace falta, la puerta es magnífica, pero los muros que la rodean no tanto. –Akhtar señalo una ruta que atravesaba una pared semi destruida.

Atravesaron la puerta y continuaron su descenso hacia las profundidades del planeta muerto.

-Estas instalaciones parecen ser una especie de bunker.

-No lo creo, son muy pequeñas para albergar tropas, o recursos.

-Lo sé, pero podría ser más una instalación privada, destinada a proteger a un gobernador planetario y su familia más cercana.

Vistario se rio ante esa posibilidad.

- ¿Entonces estamos siguiendo el llamado de auxilio de un gobernador muerto hace ya milenios?

-Es posible…. je, es irónico que quienes terminasen acudiendo, sean tropas que él podría llamar traidores.

- ¿TRaidores? ¡Nosotros fuimos los traicionados! –Grito indignado Akhtar.

Vistario levanto una mano, tanto para detener la discusión, como para alertar a sus hermanos que debían detener su larga marcha por las catacumbas olvidadas del mundo muerto.

-Llegamos.

Frente a los hijos de Magnus se podía ver un hangar. Dentro una pequeña nave con capacidad orbital, la cual había sido aplastada cuando algunas partes del techo se desprendieron.

-Parece que intentaron despegar, pero era muy tarde, unos momentos antes y posiblemente hubiesen logrado escapar. –Comento Murshid mientras examinaba los restos de la nave.

-Cobardes, estaban queriendo abandonar su mundo a la perdición. Merecían morir con su mundo.

-Nosotros abandonamos nuestro mundo.

- ¡No! Nos arrancaron de él. El rey carmesí nos negó la oportunidad de defenderlo, nos negó la oportunidad de luchar contra los lobos, de hacerlos pagar.

-Hubiéramos muerto.

-Mejor eso, que esta lamentable existencia hermano. Somos recaderos de un maestro incapaz de ver otra cosa que sus innumerables fracasos.

-Elije con cuidado tus próximas palabras hermano, las hermandades pueden estar rotas, pero lo que está roto puede ser reparado. –Comento Vistario, quien se vio obligado a interferir antes de que la discusión escalase más. –Los tres hemos leído las profecías.

Akhtar y Murshid rodaron los ojos dentro de sus cascos.

-No me parece prudente confiar en las palabras de un vidente que se arrancó los ojos, ante el horror de sus visiones. –Señalo Murshid con burla.

Los hijos de Magnus asintieron, y por un momento los ánimos se calmaron.

-Perdón por mis palabras, pero este lugar me trae malos recuerdos.

-A todos, hermano, a todos.

La nueva discusión termino, cuando un ruido neumático se escuchó desde el otro lado de la nave aplastada.

Los tres legionarios de los mil hijos cambiaron la dirección de sus volters, tratando de apuntar en la dirección que escuchaban el sonido.

Vistario extendió su conciencia, tratando de buscar cualquier presencia hostil.

-AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

El grito de Vistario alerto a sus hermanos quienes retrocedieron para brindarle apoyo.

Vistario estaba en el suelo, consumido por el dolor, sentía como si lo estuviesen apuñalando repetidamente en el corazón primario. Lentamente Vistario cambio su enfoque, ya no buscaría a sus enemigos, ahora se concentraría en defenderse, lentamente, pieza a pieza, logro construir sus defensas mentales.

El dolor retrocedió, y pudo ponerse de pie.

-Estoy, estoy bien.

Comento cuando pudo lograr enfocar como sus camaradas de armas lo estaban arrastrando, retrocediendo por donde habían venido, buscando poner el mayor espacio posible entre su atacante y su camarada.

Habían retrocedido hasta la entrada al hangar para cuando Vistario pudo ponerse de pie.

- ¿Qué fue eso? –Pregunto un preocupado Murshid. - ¿Un ataque psíquico?

-No, eso no fue un ataque proveniente de ningún psíquico. Era algo más.

Los tres legionarios formaron, y luego avanzaron, ya más preparados para enfrentar lo que sea que tenían delante.

-Cuidado Vistario, aquí hay un gran odio.

Vistario asintió, pero siguió avanzando. Rodeando la nave destruida.

Junto a la nave, Vistario divisó la silueta destrozada de un antiguo dreadnought modelo d esprecio. El polvo y la ceniza cubrían su sarcófago de adamantium, y el color de su armadura estaba casi oculto. Una pierna había sido arrancada del cuerpo, y el metal de su lado izquierdo se había doblado tan profundamente hacia dentro, que la carne que contenía debería estar muerta.

Sus armas; un cañón de asalto modelo kheres y un puño de energía con garras abiertas, apuntaban hacia el cielo, como si este antiguo héroe de las Legiones hubiera querido descargar su furia hacia los cielos con su último aliento.

El dreadnought yacía sobre algo semienterrado por los escombros cuidos del techo. Aun así, Vistario podía ver como cientos de cables serpenteaban desde la pequeña nave espacial destrozada y se enganchaban a la parte inferior del caminante de batalla.

¿Habían querido repararlo usando la fuente de energía de la nave?

No, había algo más. Un extraño dispositivo estaba conectado al Dreadnought. Parecía un monstruoso híbrido de instrumento musical y aparato de atrocidad diseñado por un sádico lunático.

Vistario reconoció esa arquitectura, la había visto, él lo sabía, pero ¿Dónde? Y más importante ¿Para qué servía?

Vistario se acercó al monstruoso dispositivo, tratando de comprender el uso que este podía tener. Él no era un tecnomarine, pero podía apostar que ese monstruoso aparato servía de fuente de energía para la baliza de socorro que enviaba la señal que los trajo hasta este olvidado mundo.

El legionario de los mil hijos alargo su mano, dispuesto a apagar la molesta máquina, cuando un inmenso puño de energía envolvió su cuerpo. Sus hermanos trataron de ayudarlo, pero él no tan muerto dreadnought apuntó su poderoso Cañón de Asalto.

Los legionarios se congelaron, esperando su final, pero nada paso.

-No…lo…toques….

La voz del dreadnought era lenta rasposa, como si su dueño hubiese olvidado como hablar, y solo fuese su presencia, lo que le obligaba a tratar de recordar.

-A pasado tanto, tiempo. Olvide, nombres, olvide, rostros, olvide hermanos, solo, solo el odio resistió, solo el odio me mantuvo. ¿De qué legión vienes pequeño?

El inmenso dreadnought agito a Vistario como si este fuese un juguete.

-Décimo quinta. –Escupió Vistario.

-Los hijos de Magnus el rojo, el ciclope, el rey carmesí, amo de prospero…. Dime hijo de Magnus ¿Cómo le va a la décimo quinta después de tanto tiempo?

La fluidez con las que el dreadnought hablaba era inquietante, era como si el cerebro de su ocupante ya estuviese a plena capacidad.

-Dime que tu legión no cayó en la misma trampa que mis hermanos, dime que resistieron la tentación, y todavía permanecen del alado del emperador.

Los legionarios se vieron los unos a los otros, sin saber con qué palabras responder.

-Los mil hijos resisten. –Respondió finalmente Akhtar.

-Puedo estar desecho, y aferrándome a la vida, pero, aun así, reconozco la evasión cuando la veo, hijo de Magnus.

-No te gustaría la verdad.

-Mi gusto o disgusto por la verdad, es… no es importante, la verdad es lo único que tenemos, es nuestro escudo contra las falsedades. El emperador me enseño eso, pero pocos entendieron esas enseñanzas.

Por unos momentos Vistario considero revelarle la verdad que yacía sobre la superficie de esa declaración, la verdad que los mil hijos e habían obligado a aceptar tras 10 000 años de guerra. Pero no lo hizo, el no necesitaba el don de la premonición para comprender que si lo hacía, el dreadnought lo mataría, a él y a sus hermanos legionarios.

- ¿Cuál es tu nombre? –Pregunto Vistario

-Soy…soy el que recuerda, o lo fui una vez. Un sabio me dijo una vez que la ruina del hombre era aquello que olvidan, pero, mi memoria, mi propósito, tuve un propósito, ¿cuál? ¿cuál era?

Era obvio que la pregunta había afectado al piloto del dreadnought, este había comenzado a desvariar, talvez ¿Esta era su oportunidad para escapar?

-Recordar, debo recordar, los eventos del pasado dan forma al presente, los eventos del futuro con consecuencia de nuestro pasado.

Vistario era consiente de cuan precaria era su situación, del dreadnought estaba loco, los milenios que ese antiguo héroe paso encerrado, sin tecnomarines para atender los complejos ciclos de la máquina que lo mantenían vivo. Seguramente consumieron la mente del pobre ser encerrado en ese oscuro sarcófago.

- ¿Qué tenías que recordar? –Comento Murshid tranquilamente, claramente se estaba divirtiendo al ver como el inmenso dreadnought agitaba su inmenso puño de combate cada vez que hablaba, con Vistario aun atrapado.

-Recordar, yo debo recordar, ¿Es que acaso la décimo quinta no tiene a alguien cuya tarea es recordar, recordar todo lo que ha pasado? Nombres, fechas, lugares… Los juramentos tomados, los juramentos rotos….yo soy el que recuerda, yo soy el anciano de los ritos.

Un repentino sentimiento de reconocimiento se posó sobre la mente de Vistario, movió su cabeza para poder ver con los ojos de su mente el camino que habían recorrido. Vio la ciudad encima de ellos, consumida por el bombardeo orbital, destruyendo la ciudad, y a quienes se supone la defendían. Reconoció la marca de su autor, y finalmente pudo comprender porque lo hizo.

-Conozco el nombre de este mundo. –Menciono Vistario, mientras los rumores, las historias, y los relatos se filtraban dentro de su alma. – Esto es Isstvan III.

Este era el lugar donde el Señor de la Guerra Horus había eliminado a cualquier posible legionario leal de sus Legiones traidoras, este era el lugar donde se revelado por primera vez su lealtad al Caos. Y el dreadnought que lo movía como si fuese una sonaja, no era otro que el Antiguo de los ritos, Rylanor de los Hijos del Emperador.

Vistario conocía ese nombre. Como no lo haría, Magnus había enviado cábala tras cábala para recuperar los hechos que ocurrieron en esa batalla. Tratando de identificar el momento exacto donde la rueda comenzó a rodar cuesta abajo. Una tarea ingrata, era imposible identificar un único momento donde todos hechos se originaron. Era sin duda, la tarea que solo un loco podía esperar completar.

Por un momento Vistario comprendió porque lo enviaron, y también comprendió porque su padre genético se había negado a verle a los ojos. Magnus no había querido que su hijo pudiese ver esa desperrada necesidad que consumía su mente.

- ¿Por qué no escapaste? –Pregunto Vistario, mitad por curiosidad, mitad para que el dreadnought dejase de agitarlo.

-No pude hacerlo. Las ondas de choque sísmicas de la muerte del planeta duraron y fueron más fuertes de lo esperado. El techo colapso, y yo quede atrapado aquí.

Vistario miro los restos de la nave, y los cables que salían de esta, todos conectados a un artefacto que su mente consiente se negaba recordar donde había visto.

- ¿Y qué es eso?

-Una especie de arma sónica. Un puñado de mis antiguos hermanos encontró este lugar, y trataron de matarme. Fallaron, pero no pude salir intacto.

Vistario recorrió con la vista las múltiples marcas que cubrían el dreadnought.

- ¿Y usaste sus armas para crear una especie de baliza de socorro?

-Ha ha, ha, No es una baliza de socorro, es un señuelo.

- ¿Un señuelo para qué?

Por respuesta, los tres legionarios sintieron como la temperatura se desplomaba, pero eso no era lo único que sintieron, el sonido de escamas deslizándose sobre piel muerta enviaron un escalofrió al espinazo de cada hijo de Magnus.

-¿Para mí? No es así Rylanor

Una inmensa silueta serpentina, de múltiples extremidades se arrastró desde el techo, descendiendo sobre ellos.

Fulgrim era una abominación, incluso para guerreros que habían visto a su propio padre y hermanos mutar de forma horrible por las energías del gran océano.

-Fulgrim por fin. –Rylanor festejo su triunfo, y libreo a Vistario, quien cayo sonoramente sobre el piso de roca.

Vistario sintió la presencia del primarca, opresiva y asfixiante, la habían sentido desde que llegaron al sistema solar, pero nunca tan de cerca. ¿Cuánto tiempo había estado el tercero esperando este momento?

Desde que la batalla por Terra había terminado el comportamiento de Fulgrim se había vuelvo extraño impredecible, tanto que el propio Magnus había renunciado a tratar de entenderlo.

Esta situación era mala. Vistario sabía que tenía que huir, si se quedaban se arriesgaba a que la locura del III corrompiera su alma.

-O Rylanor, te ves terrible.

-Lo mismo puedo decir mi primarca, eres un monstruo.

-Y lo dice el trozo de carne enlatada.

Vistario sonrió levemente al notar que todos los presentes parecían estar ignorándolo. Mentalmente se comunicó con sus hermanos, alistándolos para que llegado el momento corriesen hacia la salida.

Fulgrim comenzó a reptar, dando vueltas por el hangar, considero a los guerreros ante el como un interés pasajero.

- ¿Por qué Magnus envía a sus rotos hijos a este mundo? Es que no aprendió lo suficiente sobre la destrucción de un mundo a manos de los lobos en Prospero, talvez deba hacer le una visita.

Vistario no podía encontrar palabras. Los ojos de Fulgrim eran dos pozos sin fondo, sin alma, tan oscuros que parecían comerse la propia luz. Tanto era el miedo que sentía, que el legionario de los Mil Hijos se encontró a si mismo rogando al propio Emperador por ayuda.

Era imposible. Lo sabía, y, aun así, rogo por la salvación de su alma.

Fullgrim levanto una mano, extendiéndola hacia uno de los hijos de Magnus, cuando un proyectil reactivo exploto contra su brazo.

-Capturen a los hijos de Magnus, y protejan al dreadnought, podrían sernos útiles.

Vistarion sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas. Roboute Guilliman, el propio primarca de los Ultramarines estaba aquí. ¿Realmente el Emperador le había respondido?

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Esto era una locura, Primus lo sabía, Guilliman lo sabía, incluso esa maldita IA llamada Connor lo sabía, y aun así se estaban lanzando con los dientes por delante, a lo que solo podía ser una trampa.

Usando sus poderes trato de buscar algún indicio de lo que estaba a punto de ocurrir, pero cada vez que trataba de visualizar el mañana, una horrible serpiente lo atacaba.

Trato de informarle sus sospechas y preocupación al primarca, pero este parecía estar más ocupado en afinar los detalles de su siguiente campaña, asistido por esa maldita IA. ¿Eran conscientes de que podían morir en las siguientes horas?

Primus maldijo a viva voz, pero ninguno de los presentes pareció prestarle atención.

Por fortuna para todos los presentes, el viaje por la disformidad resulto ser extremadamente rápido ¿Talvez por influencia del módulo de camuflaje clase Nyx? Era difícil saberlo, y se necesitarían de años de pruebas para probarlo, asumiendo que hubiese tiempo o personal calificado para realizar tal investigación.

No importaba.

Lo realmente importante era que el módulo de camuflaje clase Nyx funcionaba, dentro de los parámetros establecidos. No solamente eran invisibles al ojo humano, sino que la mayoría de los artefactos de rastreo deberían ser incapaces de ubicar la nave. Y eso era su única ventaja en la situación actual.

La inmensa Nava, conocida como Honor de Macragge estaba orbitando lentamente un mundo muerto, mundo de donde la señal de extraña socorro era enviada a intervalos de tres horas.

-Es como buscar una aguja en un pagar. ¿Cuánto tiempo hasta que nuestros refuerzos lleguen? –Pregunto Connor, a lo que Guilliman respondió mostrándole la cuenta regresiva que no se había detenido. –Dos horas siempre que no haya problemas. Bien. Hay tiempo.

-Parece que no somos los únicos interesados en este planeta. –Comento Roboute, mientras veía atreves de los diversos sensores de la nave, como una pequeña fragata clase navaja aterrizaba en el planeta. –Parece ser una comitiva de los Mil Hijos.

Primus se sintió aún más desconectado, ¿Por qué los hijos del rey carmesí estaban aquí?

-Debemos seguirlos. –Declaro Roboute Guilliman mientras terminaba de distribuir las tropas que descenderían al planeta.

- ¿Por qué están tan interesados en este planeta es una trampa? –Volvió a preguntas Primus.

-Por exactamente esa razón. Es una trampa, los Eldars claramente están metiendo su mano en este asunto, por lo que incluso si no hacemos nada y tratamos de evitarlo, esto nos terminara golpeando por la espalda, lo mejor es enfrentar el problema de frente y lo más rápido que se pueda.

Primus asintió, no del todo convencido, pero aceptando el razonamiento de; "si este problema no se solucionaba pronto, sería algo peor en un futuro cercano"

-Los Mil Hijos parecían saber que estaban buscando, deberíamos tomarlos como un objetivo prioritario. –Comento Roboute.

-Me gustaría posponer su eliminación hasta saber que buscan, de lo contrario podría convertirse en un problema a largo plazo. –Respondio la IA.

-Talvez haya una forma. –Todas las miradas se posaron sobre Primus. –Puedo conjurar un velo de invisibilidad sobre un pequeño grupo, no podrán detectarnos mientras les seguimos, pero el grupo tiene que ser pequeño, y tengo que estar cerca.

El primarca sonrió.

-Bien, tú, yo, y Connor vamos a bajar al planeta.

Cualquier protesta que Primus o cualquier otro hijo de Guilliman tuviese sobre las acciones del hijo vengador fue totalmente ignorada y en menos de diez minutos el XIII primarca, Primus y un inmenso dreadnought, estaban en la superficie.

- ¿No estas siendo un poco precipitado Roboute Guilliman? –Cuestiono el inmenso dreadnought, cuando ya estuvieron en la superficie.

El primarca se limitó a frotarse el cuello.

-Hay algo en este lugar que me llama poderosamente. –Roboute regresa a ver a Primus. – ¿Estás seguro que ninguno de los hijos de Magnus podrá detectarnos?

-El velo es fuerte, no nos detectaran. Eso es seguro.

-Bien.

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Roboute Guilliman sabía que algo estaba mal, algo en este mundo le preocupaba, además, el dolor en su cuello aumentaba con forme se adentraban en las profundidades de la ciudad.

Camino, siempre un paso detrás de los hijos de Magnus, protegido por los poderes psíquicos del hijo de Belisarius Cawl, atento a lo que sea que lo estaba llamando, entonces lo vio, colgado del techo, muy por encima de los hijos de Magnus.

Fullgrim, estaba agazapado en las sombras, a la espera de una señal que solo él mismo podría sentir cuando llegaría.

Como en todos los aspectos de la vida del III primarca, esta situación solo era otro de los juegos que solía preparar cuando se sentía aburrido. Por fortuna para los leales, el velo de oscuridad que Primus había colocado sobre sus cabezas, parecía ocultarlos de la mirada de su hermano traidor.

Por un minuto considero regresar, aún no habían sido descubiertos, por lo que podrían escapar. Roboute ya había perdido una batalla contra su hermano ascendido a príncipe demonio, y dicha derrota le costó una ausencia de más de 10 000 años.

Y aun sabiendo eso, el XIII quería luchar, quería vengar su honor mancillado, quería quitarle esa maldita sonrisa del rostro al traidor de su hermano.

Se agito, un poco cuando vio a su hermano descender, los hijos de Magnus no habían notado la presencia del III primarca hasta que fue muy tarde.

Fue en ese momento donde una idea ilumino sus pensamientos. Fullgrim había venido solo a este planeta, había estado esperando por quien sabe cuánto tiempo, pese a ser un primarca bendecido por uno de los cuatro dioses del caos, no debería estar en su plenitud. Si jugaba sus cartas con cuidado, podría ganar, claro que esto requería que él tomase acciones decisivas.

Se comunicó con su nave en órbita, ordenando que todas las tropas que estuviesen desplegadas en tierra, formasen un perímetro alrededor de su posición.

Los refuerzos estaban a punto de llegar, ahora solo necesitaba distraer a su hermano lo suficiente como para poder rodearlo.

Salió de la oscuridad, disparando algunos proyectiles volters con la mano del dominio, dio órdenes a sus aliados para que capturasen a los Mil Hijos, y protegiesen al dreadnought, podían serle prisioneros útiles, si se sabía que preguntar

Tanto Fullgrim como los hijos de Magnus se sorprendieron con su llegada, tanto que se quedaron paralizados, momento que Guilliman uso a su favor, saco la espada del emperador y golpeo con todas sus fuerzas la asquerosa figura de su hermano traidor.

El golpe de Guilliman fracturo la armadura del fenicio, llagando incluso a lastimas la carne que había debajo.

Fullgrim maldijo, el dolor lo había hecho espabilar. Con sus dos brazos izquierdos lanzo un poderoso tajo, pero Roboute estaba fuera de su alcance, disparando nuevamente otra andanada de fuego volter.

Las explosiones no tuvieron más efecto que molestar al primarca demonio, este se levano cuando los diusparos terminaron, y trato de atacar a su hermano, pero este había retrocedido nuevamente, lo persiguió.

Su cola se movió rápidamente, dándole el impulso que necesitaba para alcanzar a su hermano, lamentablemente esto resulto ser una trampa. Unos disparos realizados fuera del campo visual del primarca demonio dieron en el techo, provocando un desprendimiento que enterró a Fullgrim.

Esto no era suficiente como para matarlo, pero mientras estaba inmovilizado debajo de toneladas de roca pudo ver como su hermano, y sus acompañantes salían.

El odio que sentía Fullgrim llego a niveles nunca antes vistos, y usando sus muchos dones, derritió la roca que lo aplastaba. Lamentablemente su hermano había escapado, lo siguió.

Roboute Guilliman esperaba a que Fullgrim saliese de entre los escombros, su hermano no tenía suficiente cerebro como para imaginarse que su oponente tenía un plan. Así que seguramente se limitaría a atacar de frente.

Eso le convenía.

Roboute Guilliman regreso su vista a Primus, el poderoso hijo de Belisarius Cawl, había sometido a los tres legionarios de los Mil Hijos. Eso era bueno, toda la información que pudiese sacarle a ese trio de traidores, sería un bien inigualable en la guerra que estaba por comenzar.

Connor por su parte ya se había retirado del planeta, seguramente usando el teletransportador, también había sacado al antiguo dreadnought.

El primarca no estaba seguro de cuan útil sería un dreadnought de los tiempos de la gran cruzada, pertenecientes a los pocos miembros leales de Los Hijos del Emperador. Pero se Fullgrim quería darle muerte a ese dreadnought, era su deber impedírselo.

Una inmensa explosión alerto a Roboute, que su hermano finalmente había escapado de su prisión de roca y concreto.

Fullgrim repto hasta la superficie, sin prisa, pero sin pausa. No había razón para apurarse, no importaba el método que su hermano hubiese usado para llegar a este lugar y estropear su escenario previamente preparado, él sabía que, sin una nave en órbita para sacarlo del planeta, Guilliman estaba atrapado en este planeta.

Roboute Guilliman se tomó uno segundo para examinar calmadamente la apariencia de su hermano, su carne había sido mutada de una forma grotesca, sus venas palpitaban con el poder que le había otorgado su dios, la propia realidad parecía evitar tocar la piel de su hermano, y esas espadas, estas horribles espadas que una vez casi lo matan, seguían siendo tan horribles como el las recordaba.

-Roboute, Roboute, Roboute, debo admitir, que no esperaba verte aquí. –Comento Fullgrim mientras se acercaba a su hermano. No veía a ninguno de los demás actores que había preparado, pero eso no importaba, su hermano, era especial, su muerte sería más agradable que cualquier cosa que pudiese hacerle a los hijos de Magnus.

-Fullgrim. –Escupió Roboute, mientras colocaba su espada en una posición defensiva. –Estas tan horriblemente deformado como te recuerdo.

-Y lo dice que cadáver que se pudre dentro de una armadura que no puede quitarse.

Esta declaración llamo la atención del XIII, su hermano parecía estar mejor informado de lo que él había esperado.

-Vamos Roboute, no te sorprendas, puedo olor el fétido olor que te cubre, incluso desde esta distancia, sé que te estas pudriendo en vida.

Excepto que eso ya no era cierto, Guilliman se había curado, su padre lo había curado con su inmenso poder. Fullgrim estaba bien informado, pero no lo suficiente.

Ambos hermanos avanzaron, y sus armas chocaron. Liberando una explosión de chispas. Cada impacto entre estos dos semidioses tenía la fuerza suficiente como para cortar el acero de un crucero de batalla.

Roboute fue el primero en retroceder, le era difícil seguir el paso a los cuatro brazos con los que su hermano le atacaba.

Fullgrim acelero, atacando imprudentemente, ya viendo su victoria asegurada.

Dos de las espadas de Fullgrim chocaron contra la mano del dominio, pero estas poderosas armas no lograron cortar el inmenso guantelete de poder, algo dentro del guantelete soporto la envestida del traidor.

Fullgrim se quedó nuevamente asombrado, había esperado poder partir el brazo de su hermano con ese golpe, en su lugar el filo de sus espadas parecía haberse roto.

- ¿QUE…

El asombro de Fullgrim, le dio a Roboute Guilliman el tiempo suficiente como para mover su propia espada, cortando los dos brazos derechos del primarca demonio.

El demonio lanzo un grito de dolor, Roboute le había arrancado dos brazos, pero antes de que Fulgrim pudiese maldecirlo, Roboute lanzo una nueva ráfaga de fuego volter. Obligando al primarca serpiente a cubrirse.

Roboute Guilliman retrocedió, enfrentar a su hermano de frente esa muy peligroso, debía mantener una distancia adecuada, y buscar desgastarlo en pequeños encuentros controlados.

La mano del dominio estaba dañada, las dos espadas habían dejado su marca en el metal que le cubría, por fortuna, esas espadas no habían logrado cortar la reliquia que se escondía debajo. Un mensaje, proveniente de uno de sus hijos, alerto al primarca que sus refuerzos habían llegado.

Podía comenzar a cerrar la trampa, pero un mensaje de Connor le sugería un curso de acción diferente. Decisiones, decisiones.

Su plan inicial no le daba garantías de que pudiese eliminar a su hermano traidor, incluso si sacrificaba a todos sus hijos.

Mientras el plan de la IA le permitía escapar sin poner en peligro a sus hijos.

Era una lástima, pero Roboute sabía que no podía darse el lujo de desperdiciar tropas en una causa perdida. Por lo que tomo el plan de la IA y lo puso en marcha.

-Dime hermano, ¿Cómo se siente volver a este planeta? Aquí fue donde traicionaste a tus hijos, donde enterraste a todos los que se negaban a ver las cosas como tú te las imaginas.

Fulgrim salto sobre Guilliman, sus brazos aún no se recuperaban, pero seguía teniendo dos, y era notablemente mejor duelista que su hermano leal.

-No siento nada, solo los inútiles están enterrados en este lugar, aquellos que la historia les quedaba grande.

Fullgrim siguió atacando, la rabia lo segaba, era incapaz de pensar en un plan. Y eso le impedía acorralar a Roboute.

La espada del emperador era un arma poderosa, mortal para cualquier demonio que tocase, por eso, las heridas que esta poderosa arma causo en la carne del primarca traidor, no se estaban curando.

Fullgrim tenía problemas, era difícil para él luchar con solo dos de sus brazos, en especial porque ambos estaban en un mismo lado, por lo que su hermano podía predecir sus movimientos con facilidad.

Lamentablemente no tenía energía suficiente como para curarse, él había llegado a este mundo con su propia fuerza de voluntad, se suponía que solo venía a ver al viejo Rylanor, a tentarlo, los hijos de Mangus eran solo un bonus, no había esperado reunirse con Guilliman, por lo que no había preparado una puerta adecuado, así que se podría decir que estaba gastando su propia energía para mantenerse en el materium. Energía que comenzaba a escasera rápidamente.

Pronto tendría que retirarse. Esto le enfadaba. Le enfadaba mucho.

Grito, y con gran malicia, sus brazos volvieron a aparecer. Fullgrim había llegado a una conclusión, si bien era inevitable que él desapareciese, bien podía emplear toda su energía para matar a su hermano en los pocos minutos que le quedaban.

El traidor levanto las cuatro espadas y lanzo un único ataque que lanzo al señor de Ultramar contra una pared semidestruida. Un ataque tan poderoso, había bastado para partir una montaña en dos, pero su hermano había logrado escapar de la muerte, debido a la espada del emperador que sostenía.

-Hablas mucho hermano, pero dime, ¿Qué sería de ti, sin esa reliquia que te regalo nuestro padre?

Fullgrim movió su cola rápidamente, lanzando cientos de escombros pequeños hacia su hermano que se estaba incorporando.

-Siempre fuiste débil Guilliman, si no fuese por tu capacidad para organizar a tus hijos, bien podría haber sido solo un humano más. –Fullgrim sonrió, mientras trataba de meterse debajo de la piel de su hermano. –Dime Roboute, ¿Qué eres sin la reliquia de nuestro para para defenderte? ¿Qué puede hacer por tu cuenta?

Roboute se paró, se le veía muy enojado, tanto que guardo la espada en llamas.

Fullgrim sonrió. Sus provocaciones habían logrado que su hermano cometiese un error fatal de nuevo. Solo que, en esta ocasión, él se aseguraría de arrancarle el corazón al señor de Ultramar.

Roboute Guilliman guardo la espada del emperador, mientras veía una cuenta regresiva en una esquina de su casco. Era hora del movimiento final.

Con gran determinación empuño la espada de los príncipes gemelos. Esta insumisa reliquia trato de consumir su cordura, su alma, pero al igual que muchas veces antes que esta, la voluntad del señor de Ultramar fue la que prevaleció.

Salto hacia su hermano, quien lo esperaba extendiendo sus cuatro brazos. No importaba. Él ya había ganado. Con una velocidad que no debería ser posible para ningún ser mortal. Roboute Guilliman había cortado todo el tórax de su hermano traidor.

La espada había penetrado tanto metal maldito, como carne mutada, y si no fuese porque Fullgrim ya no poseía uso para sus órganos internos, seguramente ese ataque habría bastado para matarlo.

Fullgrim no podía creerlo, su hermano leal lo había superado en velocidad, el primarca demonio había sido completamente incapaz de seguir la velocidad a la que su hermano leal se había movido.

Lo que más le afectaba era que esa velocidad no era producto del poder del dios cadáver, era algo propio de Roboute.

Grito y escupió sangre, sabiendo que solo vivía por los dones que su dios le había otorgado. Pero esto no era el final, Roboute no había salido indemne de ese ataque, era obvio que su hermano había tenido que pagar un alto precio por esa velocidad. Un precio que él se aseguraría que fuese la muerte.

- ¡Maldito!

Fullgrim se lanzó en una carga suicida, pero ninguna de sus espadas logro atravesar la carne del XIII, Roboute había sido teletransportado segundo antes de que él lo alcanzase, en su lugar sus cuatro espadas atravesaron el metal del extraño artefacto que se había encontrado alado de Rylanor.

El primarca parpadeo, tratando de entender que era este artefacto y como era posible que hubiese llegado a aquí.

Lamentablemente sus respuestas fueron respondidas cuando el artefacto exploto, una bomba vírica, como las que fueron usadas en la destrucción de Isstvan III, ya hace más de 10 000 años, estallo a escasos centímetros del primarca demonio.

Fullgrim fue lanzado de regreso a la disformidad, gritando de rabia y dolor, mientras su cuerpo era consumido por un virus creado en la era dorada de la tecnología.

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Primus observaba como la superficie del planeta se encendía nuevamente, el virus devorador de vida, había destruido por segunda ocasión la superficie de este planeta. Solo que en esta ocasión fue uno de los primarcas traidores, quien sufrió la destrucción de ese mundo.

-Es un poco irónico. –Comento Primus, mientras usaba sus poderes para escuchar el desesperado grito de impotencia y dolor, que Fullgrim lanzaba. –Pese a todo esto, la situación no cambia en nada. La Sedienta rescatara al fenicio, no lo va a dejar morir.

-Eso es verdad, pero el día de hoy lavamos la humillación que sufrimos hace más de 10 000 años, eso ya es algo.

Primus hubiese querido señalar que la IA no era parte de esa historia, pero se mordió la lengua, no hacía falta comenzar hostilidades.

-En todo caso, ¿Pudiste identificar dónde están nuestros…. "anfitriones"?

La pregunta tomo un poco por sorpresa a Primus, aun así, asintió y señalo un punto en el firmamento.

-Es una única nave, se esconde detrás de la luna del primer planeta. Como tiene los motores apagados no pude percatarme de ellos cuando llegamos.

-Supongo que los detectaste cuando abrieron un portal a la telaraña.

-Si. pero ¿Qué querían? La situación no tiene sentido, esto…. Digo….

-Querían vender un favor. Querían poner a Roboute en deuda.

-No tiene sentido. Si no fuese por…. –Primus se calla cuando el inmenso hace una señal.

-Son Xenos, no le busques más lógica al asunto. Lo que hacen, porque lo hacen o sus propósitos son cosas que nosotros nunca entenderemos, por eso debemos destruirlos.