Prologo.
Roboute Guilliman, primarca de los Ultramarines, líder de la XIII legión de marines espaciales, hijo vengador, Lord comandante de las fuerzas del imperio, y ultimo regente de Terra. Estaba perdido, no era como si físicamente no supiese donde estaba, él se encontraba a bordo de su nave insignia; "El honor de Macragge" en sus aposentos privados más específicamente. Pero su mente estaba perdida, perdida en el recuerdo de algo pasado hace ya más de 10 000 años, algo que de alguna forma estaba relacionado a un reciente descubrimiento. La situación no tenía sentido, al menos no para aquellos que no estuvieron allí.
Guilliman apretó el trozo de metal en su mano, pese al paso del tiempo, el metal aun guardaba una forma identificable para el primarca. En sus manos se encontraba una insignia de una de las legiones perdidas, la Segunda para ser exactos. Normalmente esto no era raro, sus hermanos de la segunda y la onceaba fueron tristemente célebres por sus acciones en este el sistema sin nombre en el que estaban estacionados. Antes de que su padre "El emperador" los borrase de la historia claro está, el problema estaba en que la insignia en sus manos, no tenía la edad que una reliquia dejada por sus hermanos debería tener.
No, la reliquia que descansaba en sus manos, no tenía los más de 10 000 años que se supone debía tener, en su lugar, difícilmente tenía más de 100 años. ¿Cómo era eso posible? ¿Acaso aun había por allí una legión que honrase el recuerdo de su hermano perdido? Como siempre muchas preguntas, pero ninguna respuesta.
Guilliman gruño con molestia, dejo la insignia cuidadosamente en un cajón, después contacto con el almirante de su nave.
- ¿Cómo van las reparaciones de la nave almirante? -Pregunto el primarca, esforzándose por no sonar ansioso. Pero este mundo le traía malos recuerdos, así que quería alejarse lo más pronto posible.
- Las reparaciones van por buen camino mi señor. -Contesto el almirante, mientras le enviaba un registro actualizado de la situación. -Los materiales encontrados en la superficie son de calidad y muy compatibles, pero…. -Su queja fue rápidamente interrumpida.
- No aceptare ningún "pero" almirante, ponga esta nave en movimiento, no podemos quedarnos atascados en aa…a.…. en mitad de la nada. -Guilliman maldijo mentalmente a su padre, ¡Ni siquiera podía pronunciar el nombre del mundo donde la vida de su hermano termino!
El almirante se disculpó, prometiéndolos a su lord comandante que haría todo lo posible para acelerar las reparaciones de la nave.
Guilliman dejo de lado el comunicador y volvió a centrar su atención en la oxidada insignia.
- ¿Qué fue lo que hiciste hermano para que nuestro padre tuviese que borrarte de la historia? -Pregunto Guilliman en voz alta, casi como si esperase que el metal oxidado, pudiese responderle su pregunta. Lo cual era imposible, ¿verdad?
- Sígueme hermano.
Guilliman sintió como su corazón se detenía por una milésima de segundo mientras veía como una sombra, la sombra de su antiguo hermano se materializaba y le hablaba. Sin apenas tiempo, saco la espada de su padre, y corto limpiamente el espectro de su hermano con su filo en llamas. Desafortunadamente, el corte no parecía afectar a la imagen que tenía enfrente.
- Sígueme hermano.
La voz de su hermano volvió a repetirse, a su vez, Guilliman corto de nuevo, pero igualmente nada. La espada del emperador, aquella que se decía tenía el poder para dar muerte verdadera a los demonios, no parecía tener poder alguno sobre el fantasma de su hermano caído.
Guilliman se quedó allí, parado en medio de su habitación sin saber que hacer, por fortuna, no había nadie aparte de él en ese momento.
- Sígueme hermano.
La voz se repitió por tercera vez. Era obvio que el fantasma de su hermano quería mostrarle algo, y no se iría sin hacerlo.
Por unos segundo Guilliman considero la posibilidad de llamar a los caballeros grises para examinar el evento que se estaba desarrollando, pero rechazo la idea rápidamente, los caballeros grises al igual que los custodes que fungían como su guardia personal, no estaban a su servicio, eran sus cadenas, destinadas a mantener su camino en una recta previsible, o de llegar a darse la ocasión, terminar con su vida antes de que cause problemas. No, él no podía encargarles a ellos el llegar al fondo de este asunto, debía ser él quien buscase respuestas.
- Sígueme hermano.
- Te sigo, hermano, señala el camino.
Tan pronto como Guilliman pidió un camino que pudiese seguir el fantasma de su hermano perdido señalo hacia el oeste, no solo eso, Guilliman casi podía ver en la pared de su habitación, una montaña, que él podía recordar de los informes.
- Espero tu llegada, hermano.
La figura del segundo primarca en ser creado desapareció, como si nunca hubiese estado allí.
Guilliman rápidamente examino los diversos informes que sus exploradores habían recopilado sobre los alrededores al punto de impacto de su nave, encontrando rápidamente aquel que señalaba la montaña que su hermano le había mostrado. La montaña se encontraba a unos pocos kilómetros, de hecho, estaba tan cerca que no necesitaría transporte, podía llegar allí caminando. Obviamente no podía simplemente salir caminando, tan pronto como pusiese un pie fuera de esta habitación, su guardia personal lo seguiría, tanto como si quería como si no.
El lord comandante se froto la cara con molestia, si quería explorar lo que su hermano quería mostrarle, tendría que llevar a los custodes con él. Bueno, podía hacerlo, no era como si esta supuesta manifestación de su hermano no fuese una potencial trampa mortal. Aun así, era molesto que esos guardias dorados lo siguiesen a todos lados, como si fuesen su sombra.
Guilliman rápidamente organizó una expedición, preparo una nave, recursos, y ya que estaban en un lugar donde posiblemente descansaba tecnología perdida u olvidada de la segunda legión de marines espaciales. Llamo al archimago Belisarius Cole. El Viejo y algo resentido Archimago era tanto un activo valioso, como uno muy peligroso, tanto que el primarca no se podía permitir poner al frente del culto mecanicus de marte, pero tampoco se podía permitir perder su favor. Por lo que dejaría que Cole examinase toda la tecnología que encontrasen en esta expedición a modo de tributo.
El camino a la ubicación señalada fue corto y silencioso, ninguno de los presentes parecían preocupados por los motivos que habían llevado al lord comandante del imperio a armar esta apresurada expedición, y todos se concentraban en sus propias agendas. Los custodios protegerían al último hijo leal del emperador hasta que cualquier muestra de corrupción en su cuerpo o forma de actuar lo señalasen como un objetivo prioritario a eliminar, Cole quería examinar la tecnología que parecía encontrarse olvidada en este planeta y esta expedición era una oportunidad tan buena como cualquier otra, Guilliman por su parte, buscaba verdad, una verdad que su padre se negó a decirle hace ya más de 10 000 años terrestres.
Capitulo 1: Perdidos y olvidados.
La expedición arrojo aún más preguntas que las que ya había habido. La inmensa montaña, había resultado esta hueca, y en su interior se guardaba una inmensa puerta circular, la cual parecía estar tallada en la propia piedra.
En un principio Guilliman creyó que la puerta era de origen Xeno, pero tras examinar un poco los geográficos tallados en la puerta, quedo claro que esta inmensa estructura era de origen humano, de más o menos el siglo 25 de la humanidad, una creación de justo antes de la caída en desgracia de la antigua humanidad.
El archimago Belisarius Cole estaba encantado con el descubrimiento, y no paraba de lanzar alabanzas en binario al primarca quien lo había traído. Por otro lado, los custodes tomaron posiciones defensivas, y poco más. De hecho, los custodes no se habían movido ni hablado desde que la inmensa puerta de piedra había sido encontrada.
Guilliman camino frente a la puerta, examinando los viejos servidores que creía su hermano perdido, habían usado para tratar de comprender la estructura. Las viejas maquinas no respondieron cuando el trato de prenderlas, lo cual era obvio, habían pasado más de diez milenios desde que fueron abandonadas. Aun así, el ambiente estaba cargado con una extraña sensación de familiaridad. El primarca casi podía ver la mano de su hermano en el orden y la forma que este lugar había sido excavado.
Por un segundo, Guilliman extendió su mano con dolor, extrañaba a sus hermanos, ¡a todos! incluso a aquellos que ahora se los conocía como traidores. No era la primera vez que le pasaba su falta, y no sería la última.
Fue en ese momento donde la presencia de su hermano perdido se volvió a presentar. Allí, parado sobre un inmenso servidor, Guilliman pudo observar cómo su hermano perdido lo llamaba.
El lord comandante giro su cabeza con cierta desconfianza, los custodes no lo habían visto ¿verdad? Para su fortuna, todos parecían ocupados en sus propios asuntos.
Tras asegurarse que nadie lo estaba vigilando, Guilliman se escabullo y subió a la inmensa máquina, la cual debería tener al menos treinta metros de altura. Claramente esa inmensa maquina no era de fabricación marciana, por lo que muy probablemente su hermano lo había creado el mismo.
- Una creación impresionante. -Menciono Guilliman, solo pare sentirse tonto tras que estas palabras saliesen de su boca, aquí no había nadie que pudiese responderle. Nuevamente solo era su mente jugándole una mala pasada.
Guilliman examino el tablero de control donde había visto a su hermano. Este aún tenía energía, quien sabe de dónde la obtenía, pero este inmenso servidor aun respondía.
Tecleo un viejo código, esperando que esto no desencadenase un obsoleto sistema de auto destrucción. Por fortuna, nada malo paso, y en su lugar la pantalla se encendió, mostrando cientos de gráficos, que él era incapaz de comprender.
El despertar del antiguo espíritu máquina del inmenso servidor llamo la atención de todos los presentes, quienes rápidamente dejaron lo que sea que estuvieran haciendo para correr a lado del primarca de los ultra marines.
Belisarius Cole fue el más interesado en los datos que esta inmensa maquina estaba mostrando, sin decir palaba o consultar a nadie, comenzó a interactuar con la máquina, esperando poder comprenderla mejor.
Los custodes se formaron alrededor de Guilliman en silencio, casi como si lo estuviesen conteniendo en un solo lugar.
- ¿Puedes entender algo de lo que está en ese monito archimago Belisarius Cole? -Pregunto Guilliman, cuando sintió que el Archimago había logrado descifrar algo.
- No sabría decir si lo que estoy interpretando del espíritu maquina es correcto. Pero, según una investigación preliminar, las funciones de esta máquina parecen haber sido catalogadas como; "Examinar líneas del tiempo alternativas"
- ¿La línea de tiempo? -Cuestiono Guilliman. -Explícate.
- Es exactamente lo que dije, el propósito de esta máquina parece ser examinar líneas de tiempo ¿alternativas? -La duda al final de la explicación del archimago no pudo ser pasada por alto. -Lo que sea que eso signifique.
- ¿Podrías explicarte, a que te refieres con líneas de tiempo alternativas?
- No sabría responder a eso mi primarca, necesito tiempo para examinar los datos, pero si le puedo decir algo, esta instalación parece haber sido construida por una de las legiones cuya historia fue borrada de todo registro dentro del imperio.
Guilliman noto como la declaración del archimagos parecía haber causado un ligero cambio en los custodes. Por lo que decidió exigir respuestas.
- Si saben algo de este lugar díganlo. -Demando Guilliman, mientras su mano acariciaba la empuñadura de la espada de su padre.
Los custodes se miraban unos a otros, conversando entre ellos, hasta que finalmente uno suspiro derrotado.
- Esto es tecnología prohibida lord comandante, le pedimos abandonar el lugar, y luego….
- ¿Lanzar un exterminatus? Negado, no sé qué sea esta máquina, pero está claro que es importante, tanto como para que ustedes prefieran destruirla a que se sepa de su existencia.
La declaración de Guilliman no agrado a los custodes, quienes ya se preparaban para asesinar al lord comandante del imperio.
El combate era inminente, lo que sea que Guilliman había descubierto, era un secreto que el propio Emperador no quería que se supiese. El ultimo hijo leal del emperador desenvaino la espada de su padre, las llamas danzaron con fuerza, casi como si anticipasen lo que estaba por venir.
- Por favor lord comandante, le pedimos que abandone esta causa perdida. -Comento un Custode, el cual parecía un poco reacio a lo que estaba por venir.
- ¿Por qué? ¿Qué oscuro secreto oculta este lugar? -Respondió Guilliman tajantemente.
- ¡Viaje en el tiempo! -Tanto los custodes como Guilliman centraron su atención en el archimagos quien parecía muy ajeno al combate que estuvo a punto de darse. -Esta puerta parece ser un portal con el cual se puede adelantar o retroceder en el tiempo.
- ¿Viajes en el tiempo? ¿Por esto es que mis hermanos de la II y XI fueron borrados? -Pregunto Guilliman con gran impaciencia, por fin podría obtener una respuesta a la falta de dos de sus hermanos.
Para responder a esa pregunta, el archimagos solo presiono una tecla, entonces todos los monitores mostraron una sola imagen, una imagen distorsionada de lo que debería ser el imperio.
- Así es. -Respondió Belisarius Cole con lo más cercano que alguien como él puede hacer a una sonrisa. -Esta maquina fue diseñada para enviar materia a través del tiempo. Examinar posibles futuros y corregir errores antes de que estos llegasen a ocurrir.
- ¿Algo parecido a los videntes Eldars? - Pregunto Guilliman con gran desconfianza.
- Mucho mas eficiente, donde los Eldars solo pueden percibir levemente la línea de tiempo, esta maquina te permite cambiar el pasado, alterando el presente, y dibujar un nuevo futuro con gran precisión.
Guilliman guardo su espada, pero no dejo de ver de reojo a su "guardias", al mismo tiempo que los custodes bajaron sus armas, de momento ninguno de los presentes iniciaría una pelea, pero no estaban seguro de cuánto tiempo duraría esta treguar.
- ¿Una máquina del tiempo? -Guilliaman quiso reír, al final sus hermanos se habían metido con algo tan oscuro y prohibido. - Supongo que ahora comprendo porque mi padre fue tan tajante con su condena. Una maquina que es capas de viajar en el tiempo es ciertamente un descubrimiento peligroso.
- Es una forma limitada de verlo, pero aceptada. -concordó Belisarius Cole
- Ustedes explíquense. -Demando Guilliman mientras veía a los custodes. -Seguramente hay algo mas en esta historia. Es imposible que mis hermanos encontrasen esto por sí mismos.
- Las legiones que usted conoce como legiones perdidas tuvieron la tarea de recuperar este artefacto, pero sus primarcas se negaron a entregarlo, en su lugar trataron de usarlo, por lo que no quedo otra opción más que su exterminio total, junto a cualquier otro que supiese de su objetivo o como pensaban obtenerlo.
- ¿Y aun así este lugar sigue existiendo? ¿Por qué mi padre no lo destruyo junto a mis hermanos?
- Lo sentimos señor, no tenemos esas respuestas.
Guilliman estaba a nada de guitar de indignación. La verdad, por fin había conocido la verdad sobre la censura de sus hermanos. Pero fue detenido por otro custode, quien tenía algo más que agregar.
- Lord comandante, tal vez no lo comprenda, pero el tejido del tiempo es algo muy delicado, modificarlo en lo más mínimo es en extremo peligroso, y sus hermanos trataron de cambiar la caída de la humanidad en la larga noche. Era necesario detenerlos antes de que causasen un daño irreparable. -El custode se retiró el casco y en un acto pocas veces visto agacho la cabeza. -Por favor lord regente, paremos esto aquí, antes de que algo salga horriblemente mal.
Guilliman tuvo que darle la razón en eso, si sus hermanos habían querido cambiar el pasado Quien sabe que cambios podría haber generado, el tiempo era algo complicado y lo mejor era no tocarlo o modificarlo.
- Muy bien, comprendo la preocupación de mi padre, y estoy dispuesto a aceptar sus motivos. -Guilliman estaba dispuesto a darles la razón a los custodes, esta máquina parecía ser mucho más peligrosa que lo que él había calculado en un inicio. -Supongo que lo mejor sería destruirla.
Todos los custodes asintieron, satisfechos por lograr su objetivo, sin tener que recurrir a la violencia.
Excepto que nada de eso pasaría. Sin que nadie pudiese notarlo, alguien más estaba observando, y al ver que la oportunidad le favorecía activo la inmensa puerta de piedra.
La explosión de energía sacudió toda la montaña, y obligo a todos los presentes a buscar refugio, pero no había refugio seguro, de un momento a otro, una ola de energía inundo la excavación por completo, para después arrastrar a todos los presentes al interior de la inmensa puerta, solo para desactivarse segundos después.
Allí en la oscuridad, solo se podía ver una figura, la misma que había activado la puerta en primar lugar.
- Buen viaje, hermano.
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Guilliman fue el primero en despertar, sentía como si una cañonera tunder hawk le hubiese pasado por encima.
- Informe de situación. -Gruño Guilliman por su comunicador, esperando poder entender lo que había sucedido, pero nada, nadie respondió su llamado. -Esto no puede ser bueno.
Sumamente adolorido Guilliman pudo levantarse, todo en la caverna parecía estar exactamente como recodaba, simplemente era como si algo los hubiese golpeado y luego nada.
Se acercó al archimago, quien no parecía herido de ningún modo, simplemente estaba en modo de bajo consumo de energía, luego se acercó a uno de los custodes, el también parecía estar bien, simplemente estaba dormido, recuperándose de lo que sea que les había pasado.
El primarca se alegro de no tener que lamentar ninguna muerte, volvió su mirada a la entrada de la cueva antes de gritar nuevamente por su comunicador, lamentablemente sus exigencias volvieron a quedar sin respuesta.
- ¿Las comunicaciones están cortadas? -Se pregunto Guilliman con algo de miedo, ¿acaso habían sido atacados?
El primarca dejo a sus aliados dormidos y corrió a la salida, pero cuando estaba apunto de llegar, noto como lo esperaba una figura familiar.
- Hermano. -Gruño Guilliman al ver al primarca de la onceaba legión.
- Es bueno ver que sigues vivo hermano. -Comento el primarca olvidado. Para después señalar una nave casi enterrada a la distancia. -Ya he preparado tu transporte, parte cuando tengas oportunidad. -Ya sin nada mas que decir, la figura desapareció.
Guilliman no comprendía lo que estaba pasando, por mucho que tratase de conectarse con alguna de las miles de naves que se supone deberían haberlo estado esperando en órbita, no obtuvo ninguna respuesta.
Ya con algo de preocupación, el primarca corrió al punto mas alto que pudo encontrar, pero cuando subió, se dio cuenta que toda la cruzada indomitus que él había estado dirigiendo en persona, había desaparecido. Sin dejar el más mínimo rastro que alguna vez estuvieron en ese mundo olvidado. Incluso su nave que se supone estaba muy dañada para moverse había desaparecido, es más, ni siquiera podía ver el cráter que la inmensa nave clase gloriana había hecho al estrellarse sobre la superficie de roca del planeta.
¿Estaba atrapado? sin comunicaciones a larga distancia, o aliados más allá de los que estaban desmayados en la cueva. Esto, definitivamente no era bueno. Corrió de regreso a la cueva, debía despertar al archimago Belisarius Cole, si quería tener una oportunidad de sobrevivir.
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Los custodes fueron los siguientes en despertar, tan o más perdidos que el propio primarca de los ultramarines. Primero trataron de comunicarse con alguno de sus hermanos, los cuales se supone deberían estarlos esperando en órbita, nada, luego trataron de comunicarse con los caballeros grises, estos no los dejarían sin un mensaje de advertencia al menos, nuevamente nada, finalmente lanzaron un mensaje por un canal abierto a cualquiera que pudiese estar cerca. Este si tuvo una respuesta, aunque no la que esperaban, ya que fue el mismísimo Robute Guilliman quien les respondió. Solicitándoles que se asegurasen que el archimago Belisarius Cole estuviese en buenas condiciones.
Uno de los custodes se acercó al archimago, quien seguía desactivado. Por unos segundos la idea de matar al archiago acaricio la mente de cada uno de los presentes, pero se abstuvieron de realizar cualquier acto de forma imprudente, con las comunicaciones cortadas, lo mejor seria tener a alguien con conocimientos sobre su reparación.
Guilliman llego corriendo poco después informando que la totalidad de la cruzada indomitus había desaparecido. Esto realmente alarmo a todos los custodes. Una fuerza capas de desaparecer a una flota tan grande como lo era la cruzada indomitus era sin duda algo preocupante, debían estar alertas.
Se separaron en varios grupos y comenzaron a peinar el terreno, su primer objetivo seria descubrir que fue esa energía que los había dejado fuera de combate. Examinaron toda la caverna, pero nada, nadie había pisado este lugar en milenios, de hecho, las huellas que ellos habían hecho al llegar tampoco parecían estar. Esto llamo la atención de todos, pero fue un dato que lo mantendrían en secreto, algunas cosas era mejor no decirlas.
El primarca se dedicó a examinar los servidores, tratando de encontrar algo de valor en ellos. Esta acción llamo la atención de los custodes, ya que bajo ninguna circunstancia se le podía permitir al primarca viajar en el tiempo. Su maestro, el emperador de la humanidad, había prohibido tal tecnología ya hace mucho tiempo. Bueno, ese seria un problema que tendrían que tratar a futuro.
Finalmente, el archimago despertó, igual de perdido que cualquiera de los presentes, realizo las mismas preguntas que ellos mismos habían realizado, y las respuestas fueron las mismas, estaban atrapados en un planeta prohibido por el mismísimo emperador, sin comunicaciones de ningún tipo, y totalmente aislados de la flota indomutus.
Aunque hubo un rayo de esperanza, el primarca aparentemente había localizado una nave, la cual le tocaría al archimago examinar y reparar si era posible.
Todos salieron de la cueva, los custodes rápidamente examinaron el perímetro, asegurándose que nada se moviese entre las sombras. Nada volvería a sorprenderlos.
La nave resultó ser una vieja Fragata la cual seguramente había pertenecido a algún Comerciante Independiente, en algún tiempo pasado, por fortuna la nave se encontraba en mejores condiciones de lo esperado. Totalmente cargada y equipada, estaba lista para un viaje de emergencia a santa terra. Incluso tenía un navegante operativo, él cual tenía los ojos perdidos en el infinito, además de que balbuceaba mientras su cerebro se derramaba por una de sus orejas.
- Sera un viaje peligroso Lord regente, no creo este navegante soporte un segundo salto a la disformidad. -Comunico un custode con preocupación. - ¿Dónde deberíamos buscarle un respaldo?
- No. -La respuesta corta de Guilliman llamo la atención de los presentes.
- Señor es una locura, un viaje tan largo a terra, sería un suicidio.
Sin embargo, la respuesta del primarca dejo a todos sin palabras, el lord regente del imperio simplemente se limitó a levantar la mano y señalar al cielo, donde se podía ver una clara y agradable oscuridad, donde las estrellas brillaban hermosamente.
- No puedo ver la cicatrix maledictum.
Por un segundo todos los custodes llegaron a una única y posible explicación, una que nuevamente se negaron a decir en voz alta, aun así, todos la abrazaron en su corazón. Esperando, ¡rogándole! al emperador que no sea cierto.
- Preparad todo, con la bendición de mi padre llegaremos a salvo a nuestro destino, aunque si ese no es su deseo. -Guilliman callo, no le gustaba rezarle a su padre como si este fuese un dios, pero había estado leyendo la bitácora de la nave, y tenia miedo por lo que podría encontrarse en su camino de regreso a terra.
El archimago Belisarius Cole gruño alguna molestia en binario, mientras cerraba el panel de circuitos en el que había estado trabajando. Era hora de partir.
Todos se acomodaron lo mejor que pudieron en la pequeña nave, tratando de estar lo suficientemente espaciados para poder atender a cualquier emergencia que pudiese presentarse. Guilliman fue el único que no se preparó, en su lugar se encerró en los aposentos del capitán, dispuesto a leer nuevamente la bitácora de la nave.
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El viaje a santa Terra resulto ser inesperadamente tranquilo y silencioso, el campo Geller funciono a la perfección, manteniendo a salvo a cada uno de los tripulantes de la nave sin nombre. El archimago estuvo ocupado examinando los diversos circuitos, los cuales, aunque eran idénticos a los que ya había examinado toda su vida, presentaban pequeñas variables que resultaban fascinantes. Guilliman por su parte se concentró todo el viaje en leer y releer las notas dejadas por el antiguo capitán de la nave, un ser llamado Jan van Yastobaal. Mientras los custodes patrullaban incansablemente los pasillos oscuros de la nave, asegurándose que ninguna entidad oscura se infiltrase en la nave.
Los días pasaron sin que ninguno de los tripulantes molestase a los demás, por orden de Guilliman el salto disforme seria solo uno y tenia como objetivo llegar a terra lo más rápido posible, un salto tan largo era algo que no se había intentado desde el nacimiento de la cicatrix maledictum, la gran grieta que partía a la galaxia en dos, grieta que había oscureciendo la luz del propio astronomicón para la mitad de la galaxia, la inmensa fisura cósmica que, por alguna razón, ya no existía. Todos los presentes habían hecho lo posible para no mencionar este hecho, mas que nada porque de hacerlo comenzarían a surgir una serie de preguntas que ninguno se sentía con ganas de hacerse.
Finalmente, el navegante murió, su cuerpo sucumbió finalmente. Su muerte saco a la nave del inmaterium de forma automática. Pero, aunque el navegante había muerto, este no lo hizo sin antes haber cumplido su santa tarea, al regresar a salvo al regente del impero a santa terra. En su honor se celebró un pequeño y rápido funeral, donde Guilliman dijo algunas palabras en su honor, los custodes embalsamaron su maltrecho cuerpo, y el archimago fue el encargado de lanzar los restos mortales del navegante al vacío del espacio. Jamás en la historia algún navegante tuvo tantos honores al momento de morir.
Tan pronto como el funeral termino Guilliman decidió sacar el tema que todos parecían haber estado evitando a toda costa. Ellos no estaban en su tiempo, según los registros hallados, ellos estaban mas o menos a finales del milenio 39.
Los cutodes se agitaron levemente, incluso acusaron al archimago de haber activado la maquina que el emperador prohibió, Belisarius Cole se defendió al señalar que la maquina que estaba examinando era un servidor básico de almacenamiento de información, el cual no estaba de ninguna forma conectado a la inmensa puerta de metal. Para fortuna de todos Guilliman calmo los ánimos, total ya estaban en ese lugar o época, y nada podían hacer, así que lo mejor era sacarle el mayor provecho a la situación en la que estaban.
Con gran determinación el primarca convenció a los custodes de acatar su plan, el cual consistía en que los guardianes dorados del emperador los llevarían de incognito a santa terra, donde esperaban poder aclarar su situación, y quien sabe, posiblemente pedir consejo al propio emperador. Por fortuna los custodes no cuestionaron el porque Guilliman prefería realizar este viaje en el anonimato.
- Esta seguro de proceder de esta forma Lord Guilliman, estoy seguro que si usted apareciese en este momento sería más fácil pedir una audiencia con el emperador. -Cuestiono el archimagos Belisarius Cole.
- De momento lo mejor es dejarlo en manos de la guardia dorada del mi padre, nadie les cuestiona a donde van, ni porque, además todo registro que contenga algún tipo de información sobre ellos es borrado, por lo que nadie debería intentar abordar esta nave ni realizar un registro si nos acercamos a santa terra con sus códigos de identificación. -Contesto Guilliman con algo de molestia.
- Supongo que tiene razón, en todo caso, si realmente estamos en el pasado, esto significa que ¿Vamos a buscar de alguna forma cambiar nuestro futuro? -Volvió a preguntar Belisarius Cole, quien ya calculaba las posibilidades, sobre cuáles serían los mejores pasos a seguir.
- Eso no será tan fácil, veras, mientras examinaba la bitácora del capitán, me encontré con algunos datos muy extraños.
- ¿Qué tipo de datos?
- Del tipo muy preocupantes, no diré nada de momento, pero te advierto que es muy posible que no estemos del todo en casa.
Belisarius Cole no entendía lo que su lord comandante trataba de decirle. Pero comprendía que era muy posible que tuvieran que recurrir a la violencia dentro de poco.
El primer percance a su regreso a santa terra llego cuando una nave imperial, se interpuso en su camino, exigiendo que bajasen sus escudos y se preparasen para una inspección. Por fortuna, la aparición de un custode totalmente armado en el canal de comunicaciones, además de un código de identificación de más de ¡un millón de dígitos! totalmente valido, lograron persuadirles sobre sus intenciones. La nave se alejó tan rápido como pudo y la fragata pudo continuar su lento pero constante camino hacia santa terra.
Guilliman suspiro mientras veía a la nave imperial alejarse habían estado tan cerca de un percance horrible, que casi podía saborear la sangre que se hubiese derramado si hubiesen intentado abordar la nave.
La fragata llego a un pequeño puerto, este estaba lejos de los controles y generalmente era usado por tropas cuyos movimientos no serían registrados en ningún lado.
Los custodes cubrieron sus armaduras con pesadas capas y salieron en total silencio, Guilliman también cubrió su armadura con una gruesa capa antes de seguirles en el mayor silencio posible, al no estar acostumbrado al siguió en ninguna de sus formas tendría que valerse de las indicaciones que los custodes le diesen para tratar de pasar desapercibido. Belisarius Cole se quedo en la nave, el archimagos ciertamente no tenía ninguna habilidad que le permitiese permanecer oculto, es más, su apariencia seguramente terminaría llamando la atención si salía, además Guilliman le había encargado una curiosa pero preocupante tarea.
Con forme avanzaban los custodes comenzaban a darse cuenta que esto no era santa terra, al menos no la santa terra que ellos recordaban con tanto cariño. Los callejones ciertamente eran los mismos, pero los guardias, los defensores, y mas importante las legiones astartes que juraron proteger al emperador no lo eran.
- Supongo que realmente este no es nuestra santa terra. -Comento Guilliman al notar como los custodes que lo guiaban estaban cada vez más indecisos.
- ¿Usted sabia algo de esto Guilliman? -Pregunto con odio un custode mientras sujetaba con fuerza su lanza de energía. -Y no nos dijo nada ¿Por qué?
- La verdad, es que estoy tan aterrado de esta situación como todos ustedes, pero mentiría si dijese que no encontré nada que no indicase este … "fallo" en la bitácora del capitán de la nave que usamos. -Contesto Guilliman con cuidado, no quería provocar una batalla, no aquí, tan lejos de casa, y tan cerca de un peligro sin precedentes.
- Digamos que le creo Guilliman ¿Cuál es el plan? -Pregunto con odio mal contenido uno de los custodes.
- El mismo, llegar tan a dentro como podamos, recopilar toda la información que podamos, y si es posible, pedir guía a mi padre.
Los custodes se miraron los unos a los otros antes de asentir derrotados, no tenían ni idea de que iba a pasar, pero por simple eliminación seguir el plan del primarca era por mucho su mejor curso de acción.
Los custodes rápidamente cambiaron su camino, ya no podría entrar por la puerta principal, en su lugar usarían alguna de las entradas ocultas en los pisos inferiores. Como solían hacer en los juegos de sangre.
Guilliman hizo lo mejor que pudo para seguir el paso a los custodes, si bien nunca necesito aprender las artes del camuflaje o el ocultamiento, él era rápido para aprender, y los custodes eran excelentes maestros.
Pasaron varias horas antes de que llegasen a la primera zona que se podía considerar segura, esta era una serie de cuartos y pasillos cerrados que habían permanecido sin uso desde antes del inicio de la herejía. En el palacio del emperador había cientos de zonas como estas, la razón de su existencia era simple, las contantes modificaciones del palacio y otros cambios que se realizaban para mejorar su correcto funcionamiento, habían dejado estas zonas mal conectadas o totalmente inaccesibles por medios normales. Y ya que era muy costoso deshacerse de todas estas zonas inservibles, eran dejadas de lado hasta que en una futura reconstrucción fuesen redescubiertas.
Guilliman tubo el impulso de quejarse, era un total desperdicio de energía dejar una zona como esta con energía, pero se guardó el comentario, tenían cosas mas importantes que hacer.
- Supongo que deberíamos esperar aquí un tiempo y reunir información antes de avanzar. -Comento Guilliman mientras examinaba los recursos a los que tenia acceso.
- Es lo mejor, nos gustaría permanecer ocultos hasta que se pueda idear un plan a seguir. -Comento uno de los Custodes mientras le pasaba una barra alimenticia a su camarada.
- Esto se siente tan enfermo, estamos en santa terra y a la vez no. No creo que vaya alguna vez a encontrar algo tan bizarro. -Comento otro custode mientras examinaba una terminal cercana. -Sinos movemos tres subniveles más abajo tendremos agua y un acceso a la red privada, creo que es lo mejor hacer nuestro campamento allí.
- Negativo, no podemos toparnos con ningún otro custode, mucho menos con algún grupo que este realizando un juego de sangre. Seriamos descubiertos enseguida, nuestra mejor apuesta es quedarnos fuera del palacio central, y …. No sé, ¿esperar? -Comento un tercer custode, el cual estaba llenando su cantimplora.
Guilliman asintió, esto era lo mejor, el lugar era amplio, y lejos de cualquier persona, era un lugar perfecto para recopilar información sin ser detectado. Una ligera emoción nacido dentro del corazón del primarca, y por unos instantes Guilliman comprendido porque a algunos de sus hermanos les gustaba actuar tanto desde las sombras.
Guilliman saco una pantalla de su traje, y la conecto a la red del palacio. No era como si tuviese un acceso total, pero desde este lugar podía examinar muchas de las cámaras de seguridad. Una en particular llamo su atención, ya que en ella se podía ver un símbolo que el había llegado a odiar mucho, y este era el signo de los mil hijos, la legión de su hermano Magnus, uno de los hijos del ciclope caminaba orgulloso por los pasillos del palacio del emperador de la humanidad, y nadie parecía hacer nada, es más, el legionario era bienvenido a ese santo lugar.
Este lugar definitivamente se había vuelto muy, muy interesante.
- Escuchen todos, aquí esta el plan, nos dividiremos en tres grupos, para abarcar mas terrenos, busquen toda la información que puedan encontrar, pero eviten el contacto a toda costa, no podemos ser localizados por nadie. -declaro Guilliman mientras sentía la emoción creer con cada palpitar de su corazón. -Abriguen todo lo que se pueda, no importa el tema, cualquier información es bienvenida.
Todos los custodes asintieron antes de separarse en tres grupos. El primarca no podía moverse libremente así que se quedaría en esta zona, mientras los custodes averiguaban que tipo de fallo habia tenido que ocurrir en la realidad para que los hijos de Magnus el rojo pudiesen pasearse tranquilamente en santa terra.
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El archimago Belisarius Cole había comenzado a comprender lo complicada que era la tarea que el primarca le había encomendado, al final todas las hipótesis sobre su localización habían resultado ser erróneas, por lo que los códigos que el primarca le había cedido antes de ser enterrado en el campo de éxtasis no solo eran inservibles, sino que muy posiblemente eran peligrosos.
No era como si se fuese a rendir, simplemente la situación era mas complicada de lo esperado en un inicio, y requeriría de un enfoque diferente. Con gran maestría ingreso al servidor principal del astillero, y desde allí comenzó una búsqueda que solo podía arrojar un resultado.
- Marte, como Guilliman predijo, deberemos ir a marte si queremos encontrarme.
Belisarius Cole se rio, no podía ir solo a marte en este momento, pero estaba bien, habían otras cosas en las que podía distraerse mientras esperaba noticias de Guilliman o los custodes que le acompañaron.
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