¡Hola! ¡Hola!

Sí, lo sé. Voy muy tarde con los últimos capítulos. Pido perdón. De nuevo la vida adulta me hizo entrar en depresión y no querer hacer más que dormir.

Ahora estoy un poco mejor, así que me dispongo a subir los dos capítulos que quedan.

Espero que os guste.

Nos leemos abajo ~


▹𝐃í𝐚 𝟐𝟗 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥 - Beso de la vida

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Y lo que debió haber sido una tarde tranquila en la aldea, terminó por ser una batalla inesperada entre dos bandos.

Unos bandidos, formado por un grupo desertores con creencias e ideales muy diferentes a lo que el reino de la ciencia quería para la humanidad, habían descendido desde lo alto de la montaña y secuestrado así al cerebro de todo aquello: Senku.

El grupo más experimentado de guerreros guiado por el Equipo original de Fuerza de la aldea Ishigami, no dudaron en partir de inmediato en su busca. Y es que, pese a no ser personas corpulentas y fuertes, tenían armas, armas modernas que lograron crear tras robar unos planos del laboratorio meses atrás. Aquello atemorizo a gran parte del grupo, en especial a Kohaku.

—¡Os ha engañado! ¡Os a lavado la cabeza a todos! —gritó uno de los hombres apuntando con una de las armas al peliverde. —¡No es alguien digno de ser llamado "salvador"!

Por fin, tras horas de búsqueda los habían encontrado. Algunos de ellos yacían en el suelo inconscientes tras pelear con Tsukasa, Taiju e incluso Mozu, mientras que otros habían escapado alegando no tener nada que ver. Los pocos que quedaban mostraban el temor en sus ojos.

—Senku nos salvó a todos. Incluso a ti, por desgracia. —bramó Tsukasa observándolo con molestia. Kohaku estaba a su lado esperando el momento perfecto para atacar, más sabía que de hacer un mal movimiento todo acabaría. —¡Suéltalo!

—¿Nos salvó? ¡Se ha aliado con el enemigo! —rugió con rabia el tipo. Todos chasquearon la lengua, pues entendían que sospechara de Whyman. Ellos también lo hicieron en su momento, sin embargo era de Senku de quien estaban hablando. Él prefería dar su vida que vender a los suyos. —¡Es un traidor!

Los que estaban más al frente se pusieron en guardia tras verlo posar el dedo en el gatillo.

Kohaku tembló y posó la vista sobre el muchacho con pavor. Senku nunca había mostrado miedo, más esa situación era demasiado incluso para él. Aun así el bastardo se atrevió a sonreírle levemente tratando de calmarla.

—Senku... —susurró su nombre.

El hombre estaba dispuesto a matarlo, y lo hubiera hecho de no ser porque alguien lo atacó. Una flecha, procedente de un árbol cercano se incrustó de lleno en el brazo en el que llevaba el arma, desviándolo del muchacho.

Aquella fue la señal que esperaban todos para comenzar a atacar. Mozu fue el primero, pues su velocidad era superior al resto. Avanzó hacia él desde un lado y lo empujó lejos del lugar pudiendo Senku alejarse de allí.

Lo que no esperaban era que más enemigos aparecieran desde los arbustos ocasionando así una emboscada.

Kohaku corrió en dirección al peliverde temiendo que fuera el blanco del alguno, más abrió los ojos aterrada al escuchar un disparo.

—¡Senku! —chilló con temor.

Sin embargo algo la hizo caer de inmediato al suelo. Ahogó un grito de dolor y observó como la sangre comenzaba a brotar desde su pierna derecha.

La habían disparado a ella.

—¡Kohaku! —escuchó.

Alzó la vista hacia el frente y vio al muchacho peliverde correr en su dirección. Su rostro mostraba gran preocupación, más la angustia de ella era aún mayor. El enemigo seguía disparando y luchando contra sus amigos, mientras ellos trataban de defenderse con lo que tenían.

—¡Mierda, Kohaku! —oyó.

El chico había llegado a su lado, y Kohaku no podía no temer. Estaba en peligro.

Pese a estar en medio del campo de batalla, Senku quiso atenderle de inmediato la herida, sin embargo antes de hacerlo, Kohaku lo empujó hacia atrás con fuerza. Otro disparo se escuchó y esta vez fue su pierna la que dolió. La chica había tratado de alejarlo, más falló en el intento.

Quiso replicarle su imprudencia cuando sintió el vacío bajo sus pies. El barranco, el río abajo. En cuanto se dio cuenta su cuerpo impactó en el agua alejándolo de la mirada apartada y temerosa de la chica.

Senku estaba herido. No sabía nadar al cien por cien y estaba herido. En la pierna.

Kohaku maldijo en voz baja y observando una última vez a sus compañeros se lanzó de lleno por el abismo.

Tardó unos segundos en recuperar el control de su cuerpo, cosa que aprovechó para buscar al muchacho bajo el agua. Tras encontrarlo nadó como pudo hacia él y lo sacó del agua manchando el borde del río de sangre.

—S-Senku. —lo llamó a la par que tosía. —Senku...

Él no respondió. Estaba inconsciente y ella temió. Agua, en sus pulmones había agua. Podría morir.

—¡Senku!

¿Qué podía hacer? Tratando de calmarse recordó las practicas que hizo con Ukyo una vez. El peliblanco, por órdenes de Senku, había enseñado a unas pocas personas las técnicas básicas de primeros auxilios, y una de ellas se trataba del rcp.

Con rapidez, la joven comenzó a comprimir el pecho del chico hacia abajo, para después posar sus labios sobre él brindándole la respiración que necesitaba. El tiempo pasó, Senku no reaccionó y ella, pese a no parar, se comenzó a desesperar.

—Senku... —pronunció con pesar. —Por favor... vuelve conmigo...

Nada.

Las lágrimas comenzaron a caerle por el rostro mientras su mente la traicionaba acusándola de lo que había pasado.

—Senku... —lo llamó.

Su fuerza se perdió, su masaje terminó, y abrazando el cuerpo del chico comenzó a llorar. Miles de imágenes de ambos compartiendo momentos, se le pasaron por la mente, ocasionando así que su llanto aumentara.

No era justo.

Se apartó brevemente de él para observar y acariciar su impasible rostro.

Nada justo.

Perdiéndose en su dolor, la chica acercó su rostro al de él, y lo besó jurándole a dios vengarlo. No fue hasta que se apartó que pudo ver los ojos rubies del chico observarla con gracia.

—Hey, leona. —saludó agotado.

Ella quiso lanzarse a sus brazos llorando esta vez de alegría, más una voz llena de cólera tras ella la interrumpió.

—Debiste dejarlo morir.

Y con ello se escuchó un disparo.

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¡Día 29 terminado!

¿Qué os ha parecido?

Un poco flojito, ¿verdad?

"Beso de la vida" lo entendí como el beso que hace que alguien resucite. Algo como Blancanieves, aunque sin la parte turbia. Así que pensé en esto.

Dado que Dr. Stone, al contrario que otros animes, es bastante realista en cuanto a la vida misma se refiere, no quise que alguien muriera de verdad. Pues estaba claro que con un beso no lo despertaría.

Pero bueno, así ha salido.

Espero que os haya gustado mínimamente ~

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