DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.

Grupo de Facebook con imágenes del capítulo: Feeling the Reading: Bella Bradshaw.

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A la mañana siguiente me levanto antes que Edward y aprovecho para darme una ducha tranquilamente que elimine el cloro de la piscina de anoche.

Cuando vuelvo a la habitación para rebuscar ropa limpia en la maleta veo el regalo que compré para los padres de Edward y me doy un golpe en la cabeza mentalmente por haberme olvidado de ello ayer.

Me visto con pantalones vaqueros y una camiseta de manga larga y despierto a Edward porque no quiero bajar sola a desayunar.

Cuando entramos al comedor donde tuvo lugar la cena ayer veo a Helen y a Carlisle tomando un café juntos.

-Buenos días- saludamos sentándonos en los mismos sitios de anoche.

-¿James?- pregunta Edward a Helen.

-Dormido, ya sabes, si puede no se levanta hasta el medio día.

-¿Mi madre?- pregunta a Carlisle.

-Hablando por teléfono, vendrá ahora.

Esme entra sonriente minutos después anunciando que vendrán unos amigos a tomar el brunch.

Cuando terminamos el café subo corriendo a la habitación a por el regalo y vuelvo a bajar.

-No tenías que molestarte Bella- me dice Esme desenvolviendo la caja.

-Ya se lo dije- responde Edward poniendo una mano en mi rodilla por debajo de la mesa.

-Me habéis invitado a cenar y a dormir en vuestra casa sin conocerme, yo creo que sí es necesario- respondo mirando a Carlisle y Esme.

-Oh vaya, es maravilloso- expresa ella sacando una taza- es porcelana china- adivina.

-Así es.- sonrío.

-Es tan fina y delicada- comenta sacando la tetera- muchas gracias- me sonríe.

-Lo pondré en la vitrina- dice Carlisle poniéndose en pie- muy amable de tu parte Bella. Ahora corremos el riesgo de que mi mujer quiera completar el juego de té y tengamos que instalar una nueva vitrina- bromea él saliendo del comedor.

-Los hombres no entienden de nada- nos dice mirándonos a Helen y a mí mientras reímos -¿os quedáis a tomar el brunch con nosotros?- nos pregunta a Edward y a mí.

-Tengo que trabajar.

-Sí, ¿por qué no?

Respondemos Edward y yo simultáneamente.

Nos miramos decidiendo que hacer y pongo una mano sobre la suya que sigue en mi rodilla.

-Nos quedamos- confirma Edward- saldremos para Los Ángeles después de comer.

-Estupendo, así puedo confirmar a mi masajista que seremos tres- dice levantándose.

-¿Masajista?- pregunto a Helen.

-A Esme le encanta recibir masajes. Una chica viene a su casa semanalmente a dárselos. Es muy relajante, te deja nueva, te lo recomiendo-

-Vale- digo recogiendo la taza.

-No, no, señorita, eso es cosa mía- me dice María, la chica del servicio apareciendo a mi lado.

-No es problema- le digo cogiendo la taza y poniéndome de pie.

-No es necesario- me responde sonriendo.

-No discutas con ella, no tiene sentido- me aconseja Edward- ni aunque mi madre le dijese que no recoja la mesa le haría caso.

-Una de las primeras veces que me quedé a dormir aquí dejé la ropa tirada por toda la habitación. Cuando volví estaba todo impoluto pero mi ropa no aparecía por ningún sitio, resulta que María la había lavado y planchado. No he vuelto a ponerme una ropa tan pulcra en mi vida- me confiesa Helen riendo.

Edward se ríe también recordando ese momento.

Helen me ayuda indicándome que me deje puesto únicamente un tanga y baje a la zona de la piscina en albornoz.

Así que mientras me desnudo y me recojo el pelo en un moño alto pregunto a Edward qué va a hacer él esa mañana.

-Carlisle tiene una colección de motos asombrosa. Normalmente no deja que nadie use sus motos pero suele hacer una excepción el día de Año Nuevo y junto a James damos un paseo en moto hacia las montañas.

-Así que te vas de ruta con tu padrastro.

-El plan de los masajes no nos gusta- me confiesa riendo- y un consejo, no tengas miedo de parar a mi madre cuando ella proponga una excentricidad.

-¿Qué puede proponer?

-Cualquier cosa- resopla riendo.

Dejo a Edward en la habitación y bajo a la zona de la piscina donde estuvimos ayer.

Miro de refilón la sauna sintiendo vergüenza al pensar en lo atrevidos que fuimos teniendo sexo anoche.

Esme ya está ahí hablando con la masajista cerca de las tres camas de masajes dispuestas al lado de la piscina.

Me presenta a mi masajista que se llama Cynthia y en cuanto Helen entra, nos dan unas braguitas de papel para cambiarnos en el baño.

Antes de subirnos a las camillas de masaje Helen y Esme se desprenden de su albornoz quedándose únicamente cubiertas por esas bragas de papel.

Evito mirarlas porque aunque yo no me altero por ver pechos ajenos, no es lo mismo hacerlo en una playa que delante de tu cuñada y tu suegra.

-No seas tímida Bella. Hay que sentirse orgullosa de tu cuerpo, sobre todo si te ha costado tanto tenerlo como a mí- dice riéndose al ver que me tapo los pechos con el brazo.

Helen se ríe y eso hace que levante la mirada.

Ambas tienen cuerpos de revista, cada una de acuerdo a su edad claro pero yo no tengo los abdominales de Helen ni la turgencia de los pechos de Esme. Tampoco mis glúteos están tan firmes como los de ellas.

Sonrío y decido no cohibirme quitándome el brazo de mi pecho mientras me tumbo boca arriba en la camilla.

Cynthia me pone una toalla sobre mi pecho y otra sobre mi pelvis.

El masaje es extremadamente relajante, las manos de mi masajista son maravillosas lo que junto a la música y el olor de las velas que hay por la estancia hacen que cuando termine el masaje esté algo desorientada.

Cuando estoy saliendo de la habitación junto a Esme, envueltas en nuestros albornoces, mi suegra me agarra del brazo.

-Bella, cielo, no he podido evitar darme cuenta de que estabas cohibida ahí dentro. Yo también me sentí así una vez. Tu pecho no está mal pero si quieres que sea un poquito más grande, más redondo, más simétrico y perfecto, eso lo consigue Roy.

-¿Roy?- pregunto alucinando por el tema de conversación que ha sacado.

-Mi cirujano plástico de confianza. Esto es obra suya- dice pasándose la mano por su pecho- así como algunas otras cosas. La gente está en contra de la cirugía plástica pero el cuerpo de forma natural tiene imperfecciones que se corrigen fácilmente con el bisturí, es como una barita mágica- sonríe orgullosa.

-Yo estoy conforme con mi cuerpo- le aclaro.

-Por supuesto, pero si quieres mejorar busca a Roy. Te atenderá enseguida si sabe que eres de la familia, ¿a qué sí Helen querida?- pregunta a su nuera que llega hasta nosotras.

-¿Qué?- pregunta sin entender de qué hablamos.

-Le estoy hablando a Bella de Roy.

-Oh sí, es fantástico. Él logró hacerme tener el culo por el que llevaba años luchando en el gimnasio- sonríe orgullosa.

-Lo tendré en cuenta- digo sonriendo falsamente y volviendo a la habitación.

¿Mi suegra a la que conocí hace menos de 24 horas acaba de decirme que mi cuerpo tiene imperfecciones y me ha animado a realizarme cirugía plástica?

¿En serio?

Victoria va a amar a su suegra cuando le cuente cómo es la mía.

Cuando vuelvo a la habitación me quito el albornoz y observo mi pecho en el espejo.

Nunca he tenido grandes tetas pero nunca me ha resultado un problema y mis parejas han estado conformes.

Por supuesto que me gustaría tener el pecho de Sofía Vergara y ponerme los escotes que ella puede llevar y yo no, pero soy consciente de que solo tengo y tendré canalillo si me junto ambos pechos con las manos hacia el centro. Nunca he sentido la necesidad de cambiar algo de mi cuerpo, estoy a gusto en mi piel.

Edward llega solo quince minutos antes de que empiece el brunch y me sorprendo al verle entrar a la habitación.

-Mmm ¿y ese look de motero sexy?- pregunto dejando el móvil en la mesilla y bajándome de la cama.

Lleva una camiseta negra, chaqueta de cuero y vaqueros negros.

-¿Te gusta?- sonríe guiñándome el ojo.

-Nunca te he visto con una chaqueta de cuero. Te queda perfecta- le digo acariciando la chaqueta sobre sus brazos- te da un look de chico malo.

Ambos nos reímos de mi comentario y nos damos un beso.

-Puedo ser malo si quieres- me responde mordiéndome el lóbulo de la oreja.

Me río y me aparto de él.

-No puedo concentrarme en ti, aún tengo la imagen de las tetas de tu madre en mi cabeza.

-Lo siento- ríe volviendo a besarme.

-Ha sido un poco shockeante pero lo superaré.

-Mi madre no entiende de límites. Los conoce pero los ignora.

-Está bien, ya sé que puedo pasearme por casa de tus padres en pelotas y no pasará nada.

Edward se ríe y niega con la cabeza.

El brunch es un festín de comida en el comedor.

Hay de todo, fruta, huevos, carne, dulces… la cantidad de comida es intimidante.

Somos ocho personas nada más y habrá comida como para veinte.

A los seis miembros que cenamos juntos anoche se nos ha sumado una pareja amiga de Esme y Carlisle.

Ambos son muy amables y campechanos, no entiendo cómo pudo surgir una amistad entre ellos siendo tan diferentes.

Nada más terminar nos despedimos de todos, incluida Esme que monta una escena demasiado dramática despidiéndose de su ''bebé'' mientras le apachurra la cara contra su pecho y le besa el pelo.

Me muerdo el labio para no soltar una carcajada mientras James se ríe mirándome.

Por supuesto hubo pico en los labios de despedida y luego por fin salimos de la casa hasta el garaje donde nos esperaba el Porsche.

Esta vez Edward decidió conducir por las montañas en vez de por la costa acortando camino y llegando a casa antes.

Nada más llegar Edward me pide perdón por dejarme sola pero tiene que terminar unas cosas en el estudio.

Así yo aprovecho para deshacer las maletas y para disfrutar de la comodidad de estar en casa y no en una casa de invitados.

Tras cenar juntos subimos a la habitación donde me desmaquillo, me lavo los dientes y me recojo el pelo para dormir.

Vuelvo a fijarme en mis pechos en el espejo y salgo vestida únicamente en tanga a la habitación donde Edward está sentado en la cama con el móvil.

-¿Te gustan mis tetas?- pregunto cogiendo cada una con una mano y levantándolas.

-¿Qué?- pregunta riendo y dejando el móvil a un lado.

-Mis tetas, que qué te parecen- le repito.

-Me parecen fantásticas- sonríe desviando la mirada a mis pechos.

-Del 1 al 10 qué puntuación les darías basándote en los cientos de tetas que habrás visto.

Edward suelta una carcajada.

-¿De dónde sacas esto ahora? No es tu estilo preguntar nada sobre tu cuerpo.

Suspiro y bajo mis manos a las caderas.

-Tu madre me ha recomendado a su cirujano plástico.

Las cejas de Edward suben ante su sorpresa.

-No sé ni por qué me sorprende, mi madre es una apasionada de la cirugía plástica. No sé si tiene algo real en su cuerpo- se ríe.

-Me ha impresionado.

-¿Y eso te ha hecho sentir mal? ¿Te ha creado complejo? Porque tus tetas son perfectas.

-No, no me ha creado complejo ni me estoy planteando tomarle la palabra y operarme. Solo quiero conocer tu opinión, tú has visto más tetas que yo.

Edward vuelve a reírse y niega con la cabeza.

-Del 1 al 10, ¿para ti qué nota merecen?-

-Un 10.

-No, no, en serio, dímelo. Sé sincero, no me voy a sentir mal si les das un 5, ni te voy a castigar sin sexo, ni voy a desarrollar un complejo. Sé objetivo por favor- le pido acercándome a él.

-No puedo ser objetivo contigo y lo sabes. Pero me gustan tus tetas, mucho, me encanta que quepan en mis manos- responde acunando un pecho en cada mano- que sean suaves, que sean blanditas y no dos piedras, que sean lo suficientemente grandes como para botar cuando me montas y sobre todo me gustan tus pezones. Son reactivos- me dice pasando el pulgar de arriba abajo sobre mi pezón derecho haciendo que se contraiga y se vuelvan puntiagudos- me gusta que cambien de color, del color carne al color rosa brillante cuando juego con ellos y sobre todo me gusta sentir esa bolita puntiaguda en mi lengua- termina introduciéndose uno de mis pezones en su boca y acariciándole con la punta de su lengua.

-Vale me has convencido- le respondo riendo y apartándome de él.

-No, no, ahora voy a jugar con ellos todo lo que quiera- me responde tirándome a la cama y dándome un beso sobre ambos pezones sujetándome las manos con las suyas sobre mi cabeza.

Me río y le dejo que siga.

-Me gustan tus tetas porque son como tú, vais en armonía, encajan perfectamente en ti- dice antes de morderme suavemente uno de mis pezones- por favor no me los cambies nunca.

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Al día siguiente me levanto sola en la cama y cuando cojo el móvil veo un whatsapp de Edward diciéndome que está abajo en el estudio.

Me visto y desayuno antes de entrar al estudio a saludarle llamando a la puerta.

-Buenos días- le digo entrando.

-Hola nena. Tenía que adelantar cosas, siento haberte dejado sola en la cama.

-No pasa nada- le respondo acercándome a la mesa de mezclas- ¿me enseñas qué estás haciendo?- le pido.

Él asiente sonriente y se sienta en la silla tras el ordenador obligándome a sentarme encima de él.

-Esto es una canción que hice con Dua Lipa hace unos meses. Hicimos como ocho o así en una mañana y por ahora hemos producido y sacado a la luz dos. Estoy produciendo ésta pero creo que funciona mejor en un set que en un disco así que no sé si incluirla o no- dice manipulando el portátil.

-A ver- le pido.

Da al play en el portátil y la voz de una mujer junto a una melodía lenta comienza a sonar. La primera mitad de la canción la protagonista es la voz mientras que luego el protagonismo se lo lleva el ritmo de la música.

-A mí me gusta, ¿por qué no va a funcionar?

-No sé. Algo me dice que no tengo que meterla en el disco- se encoge de hombros.

-Tú eres el experto de tu música.

Él se ríe y me acaricia la espalda con una mano.

-Echo de menos tener a alguien que me resuelva estas dudas- dice más para sí mismo que para mí.

-¿A Garrett? Llámalo, seguro que te echa una mano- le digo.

-No, Garret no- sonríe.

-¿Entonces?

-Tim solía ayudarme en estos momentos- dice después de un minuto.

Sonrío mientras una imagen suya viene a mi cabeza.

-Es la primera vez que me hablas de él desde hace cuatro años.

-¿Y qué puedo decir? ¿Que mi mejor amigo se suicidó y yo no estuve para él?

-No digas eso.

-Es la verdad. Él se estaba tomando las cosas con calma, había vuelto a su país, estaba mejor, pero no quería volver a los escenarios así que eso hizo que nos alejásemos. De todos los momentos cuando podía haber hecho eso lo hizo cuando menos lo esperaba. Aun no sé por qué lo hizo- confiesa mirándome.

-Estoy segura de que no fue una decisión fácil para él.

-Sí lo fue, lo difícil es pedir ayuda, aceptar que has tocado fondo y levantarte un día y otro día sin saber qué haces aquí, qué sentido tiene tu vida más allá del personaje de los escenarios. Luego un día sigues en la mierda pero te das cuenta de que estás comiendo en el jardín de la casa que se ha comprado tu amiga de la infancia y que tienes personas en tu vida que te quieren y que te querían antes de ser famoso. Que la persona detrás del personaje es importante para ellos y vuelves a encontrarle sentido a la vida. No es fácil, no es rápido y no está libre de dolor o culpa pero merece la pena. Él eligió irse antes de que sus verdaderos amigos pudiéramos demostrarle que la vida merece la pena.

-Estás enfadado con él- adivino.

-Con él y conmigo. Yo estuve donde estaba él, yo podría haberle ayudado. Solo me dijo que estaba estresado, que los escenarios le ponían nervioso, que necesitaba volver al principio para entender a dónde había llegado. No es fácil tener una crisis de identidad pero todo se complica si las drogas forman parte de tu día a día, si de tus acciones dependen económicamente cientos de personas y si no estás rodeado de amigos. Pero yo sí era su amigo, ambos empezamos a la vez, no había rivalidad entre nosotros, habíamos pasado por lo mismo al mismo tiempo, era como mi hermano y no me dejó serlo en sus últimos momentos- dice frunciendo el ceño.

-¿Y su familia?

Edward suspira y mira al techo.

-Los vi en el funeral. Sé que su madre quiere hablar conmigo pero no sé qué decirle. Ha pasado tanto tiempo que ya no tiene sentido.

-¿Por qué no?

-¿Qué quieres que le diga? ¿Cómo nos metíamos rayas y pastillas antes y después de cada set? ¿Cómo le prestaba dinero cuando empezamos a trabajar juntos porque no le daba para comprar droga y comer?- pregunta retóricamente apartándome la mirada.

-¿Solo compartisteis eso?

-No, claro que no. Pero yo toqué fondo, sabía lo que podía pasar y aun así no le avisé, no le impedí seguir nadando hacia abajo en su espiral de autodestrucción. Yo llevaba tres años limpio cuando él murió.

-O sea que llevas cinco años sin consumir drogas- le pregunto haciendo que me mire.

Se me queda mirando valorando su respuesta y eso hace que me plantee que quizás la respuesta no va a gustarme.

-No. Volví a consumir después de que él muriera- confiesa.

-Edward-

-No, no fue como antes. Fue de forma esporádica, había mucho en mi cabeza que yo no entendía. Yo mismo lo paré. Después de una actuación en Alemania volví al camerino y estaba el camello esperándome para ofrecerme cualquier cosa que pudiera desear. Lo eché y nunca más he vuelto a consumir drogas.

-Bien- le digo sonriéndole.

-No es fácil Bella, no consumo porque no quiero volver a ser un deshecho social pero no porque no me apetezca. Muchísimas veces me apetece meterme algo que me produzca tal aturdimiento mental que no tenga que pensar en los problemas que tengo que enfrentar. Tampoco bebo como antes porque si bebo es más fácil que alguna de las excusas que me pongo para no consumir se venga abajo y termine probando cualquier tipo de droga de nuevo.

-Pero bebiste cuando estuvimos en Ibiza en el cierre de las discotecas.

-Pero estabas tú y sabía que no quería estar puesto de coca si estabas conmigo. Lo siento por usarte de muro de contención pero funciona.

-No me importa que me uses de muro de contención si eso te mantiene alejado de las drogas- le sonrío.

-La cuestión es que no tendrías que verte en esas- responde serio.

-Pero…

-No quiero que te enfades pero necesito estar solo un par de horas. Me he abierto a ti con dos temas complicados para mí y mi cabeza no está en buen lugar. Necesito estar solo para recuperarme- me pide.

-Claro pero Edward, lo de Tim no fue culpa tuya, entiendo que estés enfadado pero fuiste su amigo al respetar su decisión de tomarse un tiempo lejos de ti, nadie esperaba que lo hiciera. Y respecto a las drogas… no me hace feliz saber que consumiste, pero elegiste dejar de hacerlo, priorizaste tu salud, priorizaste quién querías ser y quién no y eso es lo importante. Al igual que a ti te hubiera gustado que Tim te pidiera ayuda a mí me gustaría que me pidieras ayuda si algún día sientes que no tienes el control- le digo poniéndome de pie y levantándome de su regazo- te veo a la hora de comer- me despido dándole un beso y saliendo del estudio.

Me apetecía cocinar así que me puse a rebuscar por todos los cajones de la cocina los ingredientes y utensilios necesarios para poder preparar ternera estilo chino con soja, curry y brócoli.

Mucho antes de lo esperado siento unos brazos rodearme la cintura desde atrás.

-Gracias- susurra contra mi oído.

-No se merecen- sonrío apoyando mi espalda en su pecho.

-Solo una última cosa respecto a ese tema. Recuerdo como era cuando las drogas formaban parte de mi vida y no quiero eso para ti, Isabella Swan no puede estar con ese Edward Cullen.

Sonrío y aprieto sus manos con las mías sobre mi cintura.

-Gracias- le digo yo ahora a él.

-No se merecen- me repite separándose de mí- te ayudo- propone colocándose a mi lado.

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¡Hola! Capítulo llenito de cosas.

Por un lado Esme ofreciendo a Bella operarse el pecho y por otro Edward hablando sobre Tim 💔. Me sorprende que ninguna de vosotras me haya preguntado nunca cómo Edward vivió la muerte de su amigo. Pues aquí ya vemos que no muy bien y que hizo que volviera a caer en las drogas, de hecho aún no lo ha superado del todo. 😭 😭 😭

No sé si vais a leer este capítulo porque Fanfiction ha dejado de enviar emails avisando de las actualizaciones así que os pido que si no queréis perderos nada reviséis la fecha de actualización directamente metiéndoos en la historia. Las que tenéis Facebook sabéis que yo siempre aviso en mi grupo y en los demás grupos de fanfics.

¡Muchas gracias por leer! Deseando estoy de leer vuestras impresiones sobre el capítulo en los reviews.

Por cierto, cometí un error y envíe un adelanto del siguiente capítulo y no de éste así que no sé, puedo enviaros un adelanto más o directamente subir el próximo capítulo el domingo, ¿qué preferís? Hacédmelo saber por favor. 💋 💋 💋