DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.
Grupo de Facebook con imágenes del capítulo: Feeling the Reading: Bella Bradshaw.
.
🌊 ❤️ 🌊
.
Edward volvió a Barcelona conmigo tan solo para pasar un día porque el martes voló a Miami para preparar el Ultra.
Yo viajo el miércoles de la semana siguiente así que vamos a estar sin vernos una semana.
La verdad es que tengo muchas ganas de verle subido a un escenario de nuevo. No voy a poder saltar ni bailar aun con mi rodilla pero al menos podré estar de nuevo en un festival.
En la oficina habíamos retomado el proyecto del Barcelona Beach Festival y ya solo quedaban ultimar algunos detalles de la promoción de la cinta y cosas de organización de la fiesta.
No había hablado con Edward del tema pero creo que lo suyo sería ir juntos y hacer pública nuestra relación de cara a mis compañeros de trabajo.
Cuando llego a Miami es de madrugada pero el aeropuerto es un hervidero de personas.
El Ultra Music Festival de Miami es uno de los mayores festivales de la música electrónica a nivel mundial y debido a su importancia recibe público de todas las partes del mundo.
Edward está esperándome en el hotel. Por su seguridad y la mía era más lógico que no viniera a buscarme al aeropuerto y en su lugar viniera Garret a por mí.
Cuando por fin le veo le saludo con un abrazo y coge mi maleta dirigiéndome al exterior.
-¡No veíamos la hora de que vinieras! Edward está atacado de los nervios- me confiesa riendo una vez estamos dentro del coche de alquiler.
-¿Crees que mi presencia le calmará? Tiene que presentar un disco y decenas de temas ante miles de personas- le recuerdo.
-No, tu presencia no le calmará pero nos librará al resto de soportarle- ríe.
Le miro mal y luego me uno a su risa.
-Este año han trasladado el festival a Virginia Key y a la gente no le gusta mucho la nueva ubicación así que solo esperamos que la mudanza no afecte al número de asistentes.
Continuamos hablando sobre el festival hasta que llegamos al hotel.
Garret me indica que todo el equipo se está quedando en la misma planta y me da el código de acceso a la misma.
No son ni las seis de la mañana cuando entro en nuestra suite pero Edward está trabajando frente al ordenador.
Me acerco hasta él sin preocuparme en hacer ruido porque tiene los cascos puestos y le paso los brazos por el cuello desde atrás. Da un respingo al sentirme y sonríe en cuanto me ve.
-Por fin estás aquí-
-Por fin estoy aquí- sonrío rodeando la silla y sentándome en su regazo dándole un beso- ¿qué haces despierto ya?
-No estoy despierto ya, estoy despierto todavía.
-¿No has dormido?
Niega sonriendo.
-Vamos a la cama- le regaño poniéndome en pie.
-No tengo sueño nena.
-Estás nervioso y la ansiedad no te deja dormir- adivino.
Él siente.
-Apaga eso y ven conmigo- le pido tirando de su mano.
Tengo un plan en mente y solo espero que el baño tenga bañera.
Me adelanto a Edward y cuando entro veo una gran bañera con diferentes aceites esenciales a un costado.
-Vamos a darnos un baño relajante. Hablemos de lo que sea menos de tu trabajo- le pido quitándole la camiseta.
-¿Qué tal el vuelo?
-Muy mal- digo desanudándole la goma del pantalón deportivo- tenía detrás a un bebé que no ha parado de llorar.
-Pobre- expresa riendo.
-Pobre yo- río junto a él antes de besarle.
-Gracias por venir-
-Estoy encantada de poder estar aquí contigo- le respondo apagando el grifo y echando unas gotas de aceite de lavanda.
Nos metemos en la bañera y me cuenta que ha estado cenando con algunos de sus compañeros, incluido David al que no hemos vuelto a ver desde el incidente de Paris. También me confiesa que está nervioso porque este nuevo disco rompe un poco con el estilo al que tiene acostumbrados a sus fans y no sabe qué acogida tendrá.
Está amaneciendo cuando nos metemos en la cama y no se me olvida poner el cartel de no molestar en la puerta.
Me despierto sobre las 11 del mediodía completamente descansada y Edward aún sigue dormido a mi lado. Con cuidado de no despertarle salgo de la cama, voy al baño y me visto en medio del salón de la suite que se ha convertido en un pequeño estudio para Edward.
Puedo pedir el desayuno a la habitación pero prefiero no arriesgarme a que Edward se despierte así que bajo al restaurante del hotel.
Es un hotel muy lujoso cerca de la bahía.
El ambiente en el restaurante es relajado, supongo que porque es demasiado tarde para desayunar y demasiado pronto para comer.
Me siento directamente en la barra y pido un café con un cruasán.
Mientras espero a que me lo pongan busco en mi móvil la aplicación de Netflix para ver una serie mientras desayuno.
A mitad del café siento un toque en mi hombro izquierdo y me sobre salto. Tengo los cascos puestos así que no he oído a nadie acercarse a mí.
Es David.
-David hola- saludo quitándome los cascos y dándole un abrazo.
-Hola Bella- saluda abrazándome de vuelta.
-¡Hace mucho que no nos vemos!- le comento sonriendo.
-Es cierto, es cierto. Desde mi cumpleaños en Paris.
Recuerdo nuestra salida apresurada de su apartamento y las palabras de Jessica en el balcón.
-Ya he hablado con Edward pero quería hablar contigo también- comienza- me siento muy mal por lo que pasó con Jessica.
-Tú no hiciste nada.
-Pero ocurrió en mi casa, con mi pareja, así que creo que os debo una disculpa.
-Nunca he estado enfadada contigo- le sonrío.
-Me alegro pero aún así… No sé por qué Jessica hizo eso, entrometerse de esa manera.
-Creo que no soy su candidata favorita para estar con Edward- le explico encogiéndome de hombros.
David sube las cejas.
-Lo primero es que a nosotros no nos incumbe con quién esté Edward mientras esté feliz y mi amigo está feliz, muy feliz contigo. Yo estuve ahí cuando os conocisteis, cuando os separasteis y ahora que volvéis a estar juntos y te puedo asegurar que cuando mejor he visto a Edward es contigo. E incluso si no estuvierais juntos tú eres mi amiga también y lo que ocurrió entre vosotros es cosa vuestra.
Asiento emocionada por sus palabras.
-Jessica nunca había hecho ningún comentario sobre vosotros antes. Es muy proteccionista con él porque le conoció en un momento difícil pero siempre ha respetado sus decisiones.
-Hasta ahora- digo sin pensar.
-Quiero pedirte perdón por su parte y sobre todo no quiero que lo que ella hizo interfiera en nuestra amistad- me pide preocupado.
-Tú eres una de las mejores personas que he conocido David, pero entiende que sabiendo que Jessica no me acepta no voy a vivir con vosotros en una villa en Ibiza este verano.
La cara de David cambia.
-Eso no será un problema porque Jessica y yo ya no estamos juntos.
Subo las cejas sorprendida.
-¿Por nosotros?- pregunto preocupada.
Sí, lo que hizo Jessica estuvo mal pero ¿tanto como para dejar la relación?
-No fue solo por eso- comenta sentándose a mi lado- llevábamos un tiempo mal y a raíz de lo que pasó con vosotros empecé a ver cosas en su actitud que no me gustaban. La regla de los dos años, dicen que si logras superar la crisis de los dos años con tu pareja es porque estáis hechos el uno para el otro.
-La conozco- digo sonriendo- es porque a partir de los dos años juntos el amor deja de nublarte la visión y empiezas a ver a tu pareja tal y como es.
David asiente dándome la razón.
-¿Tú estás bien?
-Tengo mis días- se encoge de hombros.
-Ay David- digo abrazándole- puedes contar conmigo para lo que quieras, lo sabes.
-Lo sé, Bella, lo sé. Gracias- sonríe rompiendo el abrazo.
-He dejado a Edward durmiendo arriba porque cuando llegué ayer me le encontré despierto a las seis de la mañana- le comento riendo y cambiando de tema- ¿los nervios tampoco te dejan dormir a ti?
-Tampoco- se ríe- de hecho vengo del gimnasio. Siento demasiada energía dentro como para ser capaz de dormir.
La conversación continúa por temas más distendidos y fáciles hasta que Edward me llama preguntándome donde estoy. Luego se une a nosotros comiendo algo y después David nos deja solos.
-Me ha dicho que ya no está con Jessica- comento.
-Lo sé- responde dando un sorbo a su zumo de piña.
-¿Y no me lo dices?
-Sabía que iba a decírtelo él mismo. A mí no me sorprendió, mucho han durado.
-Edward…
-Es la verdad. Tenían caracteres muy distintos.
-Él está un poco triste.
-Le durará poco, hasta que se suba al escenario- sonríe terminando su café- por cierto, quiero ir a ver el escenario antes de la actuación ¿vienes conmigo?
-Sí, claro- sonrío poniéndome en pie.
Virginia Key es una pequeñísima isla al lado de la ciudad de Miami así que hay que coger el coche para llegar hasta ahí.
El hotel nos pone un coche con conductor que nos lleva hasta ahí.
Durante el camino Edward no para de hablar por teléfono o de responder mensajes.
Me pide perdón por no poder dedicarme toda su atención pero le resto importancia, estoy demasiado ocupada mirando la bahía de Miami por la ventanilla del coche.
La zona del Ultra está situada al lado del mar, en el extremo de la U que forma la isla.
Hay mucha gente de mantenimiento por todas partes.
Edward me guía por el espacio y me muestra las localizaciones de los diferentes servicios hasta que nos encontramos frente al inmenso escenario.
-Guau- expreso quitándome las gafas de sol.
-¿Impresiona verdad? Ven vamos arriba- dice cogiéndome la mano y llevándome hasta el escenario.
Una vez arriba me quedo alucinada mirando las vistas desde aquí y pensando en la cantidad de personas que inundarán el espacio frente a mí en cuestión de un día.
Edward habla con diferentes técnicos y me hace subir a la cabina con él para hacer pruebas de luces y de sonido.
Cuando ha terminado nos sentamos en el borde del escenario.
-Tienes la piel de gallina- le comento pasando mi mano por su brazo.
Edward se ríe y me empuja contra él.
-La piel de gallina y el estómago revuelto, pero en el buen sentido claro.
-A tus fans les va a encantar- le aseguro- yo he visto todo el proceso paso a paso y no hay forma de que algo tan bien hecho no guste.
-Tu visión está sesgada- sonríe.
-Lo está sí pero eso no quita que yo tenga razón y si no me crees mañana cuando acabe el set me lo cuentas.
-Te creo nena- me responde besándome.
Le devuelvo el beso y nos bajamos del escenario.
Cuando regresamos a la ciudad paseamos un poco por el downtown, vamos a la playa, comemos helado…
Edward me dio a elegir que plan prefería, si ir a cenar con sus compañeros o cenar los dos solos. Elegí cenar con los demás así que sobre las siete nos fuimos a nuestra habitación para prepararnos.
La cena estaba reservada en el restaurante Íntimo, que fusionaba la comida japonesa y peruana.
Una vez allí nos encontramos con David, Martin, Armin, Alesso, Afrojack y otros que no conocía como Calvin Harris o The Chainsmokers.
Me senté entre Edward y David así que la conversación y el buen rollo estuvo asegurado desde el momento uno.
Reí con las ocurrencias de Martin y compartí comida con Edward.
Fue uno de los mejores ceviches que he probado nunca.
Algunos se fueron de fiesta tras la cena y otros nos volvimos al hotel.
A mí no me hubiera importado tomar una copa por ahí pero Edward fue muy intransigente al respecto.
-¿Por qué no nos quedamos un poco?- le pregunto en el coche de vuelta al hotel.
-Porque tengo otros planes- responde besándome el cuello.
-Hay tiempo para todo- río.
-Llevo muchos días con ellos y contigo solo hoy. Mañana será un jodido caos y pasado estaremos cansados- me explica besándome la oreja y haciéndome cosquillas.
Me giro para besarle y una de sus manos se cuela entre mis piernas por debajo de mi vestido.
Miro de reojo al conductor que está concentrado en conducir y en la retransmisión del partido de baloncesto por la radio.
El pulgar de Edward acaricia mi clítoris por encima de la ropa haciendo que me contraiga por dentro.
Suspiro y Edward se ríe contra mis labios.
Poco a poco va haciendo que me caliente, que mi estómago se contraiga y que mi ropa interior se humedezca al mismo tiempo que intento mantener un ritmo de respiración normal.
Llega un momento en el que mi cuerpo pide más y coloco mi mano sobre la suya para hacer más presión.
Inmediatamente se aparta de mí.
-Hemos llegado- dice antes de que pueda regañarle.
-Salvado por la campana- le respondo abriendo la puerta y dándole las gracias al conductor.
Al vernos entrar el chico de la recepción reconoce a Edward y le indica que tiene un mensaje. Éste se acerca al mostrador y coge un papel, lo lee y lo tira a la basura.
-Dígale que estoy ocupado y que no insista- le responde al chico.
Vuelve a mi lado un poco serio y me guía hasta el ascensor.
-¿Qué quería?
-Publicidad- me responde antes de besarme y acorralarme contra la pared- llevo aguantándome las ganas de tenerte así desde que hemos salido de la suite.
Me río y bajo mi mano hasta tocar su pene por encima del pantalón.
Cuando las puertas se abren en nuestro piso la erección de Edward es evidente a través de sus pantalones de pinzas.
-Suerte que todos nuestros vecinos de suite se han quedado de fiesta- le digo caminando por el pasillo.
Cuando entramos a la habitación comenzamos a desnudarnos con prisa y sin casi preliminares entra en mí.
-Sube la otra pierna- me pide contra mis labios.
Hago lo que me dice y enrosco ambas piernas en su cintura facilitándole entrar más profundamente en mí.
-Madre mía- digo moviendo mis caderas arriba y abajo- así es tan bueno…- suspiro echando la cabeza hacia atrás.
Sus labios se apoderan de mi cuello y de mis pechos.
Nuestras caderas chocan la una contra la otra llenando la habitación de ese sonido.
-Voy a correrme- le aviso.
-Espera un poco-
-No puedo aguantarlo más- gimo.
Sujeto su cara entre mis manos haciendo que me mire mientras me corro en él y le aprieto en mi interior.
Le beso con fuerza a la vez que aumenta el ritmo de sus embestidas.
Yo he perdido la fuerza en mis piernas y me aferro a su espalda con ambos brazos mientras él se corre en mi interior gruñendo contra mi oído.
Cuando ha terminado me pone de pie en el suelo junto a él y nos besamos.
Bajando el ritmo de nuestras respiraciones poco a poco.
-¿Cómo puede volverse cada vez mejor?- comenta contra mis labios.
Me río y le acaricio el pelo con la mano.
-Entrenamos mucho- le respondo sacándonos a ambos una carcajada- pero hacía tiempo que no lo hacíamos así.
-¿Así de duro?
Asiento.
-Tenías mal la rodilla- me recuerda.
-Lo sé, pero ya está bien así que…- digo empujándole para que camine hacia atrás.
-Así que…- dice curioso.
-Así que podemos hacer de todo- le digo sentándome en la cama.
-Lo haremos- me promete inclinándose a besarme.
-He dicho de todo Edward- le recalco rechazando su beso.
Frunce el ceño y me mira.
-¿De todo?- pregunta sonriente-
Asiento.
-Eso incluye…- comienza a decir a medida que su mano se pone en mis glúteos.
Asiento de nuevo.
-No te hagas el sorprendido. Llevas meses pidiéndomelo.
Él se ríe y se tumba sobre mí en la cama.
-Te juro que nunca he sentido esta obsesión de probar de todo salvo contigo. Contigo quiero compartirlo todo.
Le beso.
-Hace mucho tiempo que no tengo sexo anal- le recuerdo- tú fuiste el último hace casi cinco años así que por favor ve con cuidado.
-Bella si no estás segura no lo haremos- me ofrece acariciándome el pelo.
-Estoy segura, he estado informándome. Quiero hacerlo, a mí también me apetece pero al mismo tiempo pienso en el dolor y me da respeto.
-¿Has estado informándote?- pregunta riendo.
-He buscado en internet- me río.
-¿Has estado viendo porno?
-Obviamente sí- le respondo sincera.
Edward sube las cejas sorprendido por mi confesión.
-En algunos vídeos parece tan sencillo…
-La primera vez que lo hicimos fui un poco brusco. Debería haberte preparado mejor, probar primero con juguetes hasta que estuvieras tan lista que no te hubiera dolido. Pero esta vez voy a hacértelo diferente, voy a hacértelo suave y muy bueno para ti- me promete besándome suavemente.
-También me incomoda…-comienzo a decir pero me da vergüenza terminar.
-¿Qué?
-Pues que no es una zona higiénica- confieso con vergüenza.
-Sé perfectamente qué zona es. Si te pido sexo anal es con todas las consecuencias- me promete.
-Me moriré de vergüenza si pasa alguna vez- expreso riendo.
-No pienses en eso- dice volviendo a besarme.
-Cuando lo hagamos me gustaría usar condones y lubricante, litros de lubricante. Y después del sexo anal nada de sexo vaginal sin cambiar el condón-
-Muy bien- acepta besándome de nuevo y girándonos en la cama.
Ahora yo estoy a horcajadas sobre él con las rodillas a cada lado de su cintura.
Continuamos besándonos mientras sus manos acarician mi espalda con cariño y poco a poco van bajando hasta mis glúteos, abriéndolos y separándolos.
-¿Vamos a hacerlo hoy?- pregunto curiosa.
Por un lado me pone nerviosa y por otro me apetece.
-No, hoy no. Para empezar quiero tomarme mi tiempo, prepararte bien, jugar antes y además no tengo condones ni lubricante, te dolería- me explica acariciándome los glúteos.
Asiento y vuelvo a besarle.
-Aunque pensar en ello ha hecho que me vuelva a poner duro- me confiesa.
-Lo noto- digo riendo.
Su polla está firme contra mi estómago.
Me incorporo sobre mis rodillas y desciendo besando su abdomen hasta que mi cabeza está a la altura de su miembro.
Comienzo chupándole suavemente, acariciándole con mi lengua y luego poco a poco me lo introduzco en la boca. Así hasta que las caderas de Edward chocan contra mi cara y su polla descarga en mi garganta.
-¡Dios esa boca!- dice con la respiración irregular.
Me río mientras me tumbo a su lado bebiendo agua del vaso que Edward siempre tiene en la mesilla.
Nos besamos al mismo tiempo que sus dedos se cuelan entre mis piernas y comienzan a bombear en mi interior.
-¿Te gusta como te follan mis dedos?
-Dios sí.
-Estás muy mojada- me informa bajando su cabeza para chuparme un pezón.
Muevo mis caderas contra su mano buscando una penetración más profunda.
Estoy disfrutando de las sensaciones cuando aparta su mano de mí.
-¡Eh!- le regaño.
-Shh chupa- me pide poniendo los dedos que tenía antes en mi interior en mi boca.
Me meto los dos dedos en mi boca y chupo como él me ha pedido.
Lamo y succiono sus dedos.
-Este también- me pide golpeando su anular contra mis labios- voy a meterte un dedo más y si es mucho me lo dices.
Asiento.
Cuando sus tres dedos están cubiertos de mi saliva vuelve a colocarlos en mi interior.
Siento más presión que antes pero nada incómodo.
-¿Bien?
-Fóllame- le pido moviendo mis caderas.
Sus dedos aumentan el ritmo de entrada y de salida de mi vagina haciendo que me corra en pocos segundos y después de mi orgasmo vuelvo a sentir mis muslos mojados.
-Me estoy corriendo- le aviso entre gemidos.
-Me encanta- responde mirando el líquido salir entre mis piernas.
Cuando mi orgasmo para, él saca su mano de mi interior y me besa.
-Ha vuelto a pasar- le digo entre besos.
-Es impresionante, me encanta cuando te corres así- sonríe.
-Hacía mucho que no ocurría. Pensé que había sido cosa de una sola vez.
-He tocado donde debía- bromea él besándome.
Me río contra sus labios y luego me separo mirando la cama.
-He dejado la cama empapada.
Ambos nos reímos ante la visión de las sábanas mojadas.
-Voy a decir en recepción que nos traigan otras sábanas nuevas.
-¡No!- expreso riendo sujetándole del brazo para evitar que se levante a coger el teléfono de la mesilla- es evidente lo que ha pasado aquí. No vas a llamar a recepción a decir que traigan otras sábanas porque tu novia se ha corrido a chorros.
Edward comienza a reírse y me atrae contra su costado en la cama.
-Tan solo despertarías envidia. Si es una mujer sentiría envidia de ti por haber podido experimentar un orgasmo de ese nivel y si es un hombre sentiría envidia de no haber sido él el que te lo provoque.
-Puedes ponerte la medalla, me has hecho eyacular- le informo riendo.
-Es una medalla de la que sentirse orgulloso- me responde besándome- pero tenemos que cambiar las sábanas.
-Igual no ha calado hasta abajo- digo poniéndome en pie y levantando la colcha.
Estoy en lo cierto.
El edredón se ha llevado la peor parte y las sábanas están completamente secas. Así que entre los dos retiramos el edredón y nos tumbamos cubiertos únicamente por las sábanas.
A la mañana siguiente el teléfono de Edward no para de sonar.
Hoy es su show en el Ultra de Miami.
Quedan poco más de siete horas para que comience y yo también estoy nerviosa y deseosa de asistir.
Edward me pide desayunar en la habitación los dos solos porque según él en cuanto atravesemos esa puerta no vamos a tener un momento de intimidad hasta la noche.
Así que ahora estamos en la terraza desayunando tranquilamente bajo el sol de Miami.
El teléfono de Edward comienza a sonar y lo cuelga sin contestar.
-¿Y si era importante?
-Es mi peluquero así que puede esperar- comenta guiñándome un ojo.
Continuamos desayunando tranquilamente y luego nos damos una ducha juntos mientras yo evito que las manos largas de Edward logren su cometido y toquen donde deben, lo que ocasionaría que no saliésemos de la habitación al menos hasta dentro de una hora.
Cuando salimos a la habitación principal Edward se va a la sala de estar a buscar el cargador de su móvil justo cuando éste empieza a sonar de nuevo sobre la cama.
Yo estoy sentada secándome el pelo a tan solo medio metro así que lo levanto de la cama y le doy la vuelta para ver ''M llamando'' en la pantalla.
-¿Es Garrett? Cuelga- me grita Edward desde la habitación contigua.
No hace falta que cuelgue yo porque la otra persona corta la llamada volviendo a inundar la habitación de un agradable silencio.
Cuando la pantalla vuelve a mostrar la imagen del fondo de pantalla que viene de serie en el teléfono veo que hay varias notificaciones.
Llamadas perdidas.
Menciones en Instagram.
Whatsapps sin contestar.
Concretamente el último whatsapp es de una chica cuyo nombre es el mismo que el del contacto que acaba de llamarle y es un mensaje con varios corazones y fueguitos: ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ 🔥 🔥 🔥 🔥
¿Qué tía está mandándole corazones y fueguitos por whatsapp a mi novio?
Siento como mi cuerpo pierde temperatura y mi estómago se hace un nudo.
.
🌊 ❤️ 🌊
.
¡AVISO! No matar a la escritora.
¿Edward le está siendo infiel a Bella? ¿Quién es M y por qué le manda esos whatsapps a Edward? ¿M será María o será otra chica? ¿Se viene GRAN discusión o tendremos otra huida de Bella?
Sé que estaréis maldiciéndome por dejar el capítulo ahí pero…. Si queréis subo capítulo el domingo, decídmelo en los reviews y si la mayoría queréis adelanto de la actualización pues el domingo sobremos más.
Estaré atenta a vuestros comentarios ;)
