Academia St. Michael's de Magia y Hechicería

Capítulo 5 – El Dilema de las Cuatro Casas

Parte 3

Sala común de Slytherin

Reo POV

Cuando Eris termina de contarnos su historia, continúa acariciando la cabeza de Miya y mía mientras seguimos acostadas sobre sus muslos en el sillón donde estamos.

– A la mañana siguiente de que salimos de esa cámara, ambas nos volvimos mucho más cercanas que antes. Nos empezamos a aceptar más la una a la otra y vimos que había mucho más en la otra de lo que imaginábamos en un principio. Al poco tiempo después, nos terminamos enamorando y confesamos nuestro amor a la otra. Fue tan romántico – suspira ante el recuerdo – Desde entonces hemos sido inseparables, aunque nada de eso habría sucedido, de no habernos dado la oportunidad de verdaderamente escuchar a la otra y lo que realmente nos quería decir tras sus palabras. Después de todo, los humanos únicamente nos expresamos 30% con las palabras, y el otro 70% lo expresamos con nuestras acciones y movimientos. Hay que saber escuchar y entender a la otra si se desea tener una relación de pareja estable y alcanzar sus sueños.

– Vaya… esa historia fue muy interesante, Eris – le digo ya que ha terminado – ¿De verdad pasó todo eso?

– Por supuesto que no.

– ¡¿QUÉ?!

Al escuchar eso, Miya y yo nos levantamos, sorprendidas de su respuesta.

– ¿Estás diciendo que nada de lo que dijiste pasó?

– Yo no diría eso.

– Tarada, entonces ¿Por qué nos contaste toda esa historia sobre cómo se conocieron?

– Eso es porque todas las historias tienen algo de verdad, querida Reo. El que la historia que les conté haya sucedido o no, no tiene nada que ver con la verdad que viene en ella. Chicas, si lo que desean es estar con sus novias, todo lo que deben hacer es escucharlas, y quiero decir realmente escuchar lo que tienen que decir y lo que en verdad quieren decir tras sus palabras. No van a lograr nada si se quedan aisladas en esta sala común para siempre. Si en verdad las aman, deben actuar y hacer algo al respecto.

Al escuchar eso, por mi parte me quedo pensando en las palabras que dijo Eris. Por otra parte, Miya se pone de pie y sin decir nada más, se dirige a la salida de la sala común.

– Oye ¿A dónde vas? – le pregunto antes de que salga.

Miya se detiene y sin voltear a vernos dice.

– A arreglar las cosas.

Sin decir más, Miya sale dejándonos a solas a Eris y a mí.

– ¿Y bien? ¿Qué me dices tú, Reo? ¿Estás dispuesta a escuchar lo que te quiere decir Mai?

Me quedo pensando en lo que dice y le respondo.

– Y ¿Cómo se supone que lo haga? ¿Debo recordarte que no puedo salir de mi sala común por culpa de esa idiota?

– Estoy segura de que se te ocurrirá algo. Ahora si me disculpas, debo ir a ver a Shizuku. Nos vemos más tarde, Reo.

Eris se retira, pero al hacerlo, noto que ha dejado en el sillón la capa con la que había venido.

– ¡Espera, Eris idiota! Olvidaste tu... ¡¿EH?!

Pero cuando la agarro para ir a devolvérsela, noto que mi mano desaparece por lo que la suelto de inmediato y mi mano vuelve a aparecer.

– ¿Qué rayos…?

Vuelvo a tomar la capa y ahora, noto que mis dos manos desaparecen.

– ¿Será que esto es… una capa de invisibilidad?

Volteo a ver a Eris quien ya se ha retirado y me quedo mirando la capa en mis manos.

– ¿Qué se supone que deba hacer?


Pasillo de Saint Michael's

Shizuku POV

Mientras tanto en los pasillos de Saint Michael's, tras haberle contado mi historia con Eris a mis kouhais de Ravenclaw, Kaede y Yuuna, me retiro camino a la biblioteca para iniciar con mi trabajo del día como bibliotecaria.

Pero de camino, me topo con una persona a la que no esperaba ver hasta más tarde.

– Eris – exclamo sorprendida al verla – ¿Qué haces aquí? Pensé que pasarías el resto del día afuera del castillo.

– Así era, pero me tope con una situación que requería de mi atención con mis kouhais en la sala común.

– Sí, también me pasó algo parecido – le respondo.

– Shizuku. Hay algo que quiero hacer y me sorprende que todavía no lo haya hecho.

– ¿Uh?

Dicho eso, Eris se pone en una rodilla y me ofrece su mano, diciendo.

– Kirishima Shizuku ¿Te gustaría ir al baile de navidad conmigo?

– ¡¿Eh?! E-Eris – sonrojada – ¿A que viene eso tan de repente? ¿No era algo obvio que iríamos juntas al baile? Después de todo ¿Acaso no… somos novias? – esto último lo pregunto susurrando.

– Así es, pero aún siendo novias, no quiero darte por sentada ni un día. Quiero seguirte cortejando, mimándote y cuidándote como el primer día que te conocí, cuando aún no éramos novias. Lamento haberme tardado tanto en darme cuenta de ello y no haberte invitado al baile antes.

– Eris.

Respondo bastante sonrojada. Especialmente por todas las compañeras a nuestro alrededor que nos están viendo, entre ellas Kaede y Yuuna quienes venían detrás de mí.

– Entonces ¿Qué dices, Shizuku? ¿Irías al baile conmigo?

– Eris… Por supuesto que iré al baile contigo.

Dicho eso, Eris se levanta y compartimos un dulce besos en los labios tan apasionante como el primero que nos dimos en la entrada de su sala común hace ya más de un año.

Todas nuestras compañeras a nuestro alrededor estallan en aplausos y gritos de alegría, mientras yo tengo que aguantarme bastante sonrojada la vergüenza.

Supongo que es el precio a pagar al tener a una novia tan extrovertida como Eris, pero no me importa. Con tal de ver esa sonrisa en su rostro, estaría dispuesta a pasar la misma vergüenza una y otra vez por el resto de mi vida.

Entre las compañeras que nos aplauden de alegría se encuentran Kaede y Yuuna, quienes tras ver nuestra declaración de amor, comentan.

– ¿Ves lo hermoso que puede ser el amor cuando se demuestra?

– Sí… ya lo veo. Muchas gracias, Yuuna-san.

Le responde Kaede, aún algo sonrojada pero feliz por sus amigas. Si alguien tan vergonzosa como yo, puede mostrar alegría aún con esa vergüenza… significa que he encontrado a la persona correcta, al igual que Kaede con Sara.


Sala de Pociones

Mai POV

En la sala de pociones, la profesora Takako se encuentra preparando la clase para la próxima semana tras haberse ausentado toda la semana pasada debido a la petrificación que le lanzaron.

Y es que aunque la habían des petrificado el mismo día, la directora Rena le había dado una semana de descanso para que se terminara de recuperar, semana que por supuesto, Runa había aprovechado para hacer con ella todo lo que quisiera en la cama, hasta verificar que hubiera recuperado su energía al cien.

Sin embargo, cuando se esta a punto de ir, se encuentra con.

– Mai-san.

– Buenas tardes, profesora Takako.

– Buenas tardes a ti también, Mai-san.

Esto es algo incómodo. Es la primera vez que nos encontramos desde la persecución que tuvimos Reo y yo con ella, así que le digo.

– Se ve muy bien, profesora.

– Oh, gracias. Lamento haberme ausentado esta semana, pero… bueno, la directora Rena dijo que debía descansar y…

– Lamento mucho lo que le causamos Reo y yo con nuestra discusión estúpida, profesora.

– ¿Mai-san?

La interrumpo hacia una reverencia muy grande hacia ella y le digo.

– Lamento no haber tenido la oportunidad de disculparme con usted como debía hasta ahora, y también quiero agradecerle por haber intercedido por mí y Reo para evitar nuestra expulsión ante la directora. De verdad, muchas gracias.

Vuelvo a hacer una reverencia incluso más grande que la otra.

– Oh, descuida, Mai-san, no es para tanto. Después de todo, aunque lo que hicieron estuvo mal, una expulsión se me hizo un castigo muy excesivo para… ¿Mai-san?

Pero entonces Takako se detiene cuando nota que las lágrimas caen por mis mejillas y finalmente, no puedo evitar llorar.

– Lo siento mucho, profesora Takako. Lo lamento mucho.

Ya no puedo aguantar más y la profesora me abraza para que no me caiga y pueda desahogarme en su hombro.

Unos minutos después ya que me he recuperado, la profesora me invita a sentarme con ella y me sirve algo de té.

– ¿Te sientes mejor, Mai-san?

– Sí… muchas gracias por consolarme, profesora. Lamento que me viera en una posición tan vulnerable.

– Descuida, no hay problema. Supongo que ahora estamos a mano

Me dice con una sonrisa a modo de broma, ante la cual suelto una pequeña risa.

– Ahora ¿Por qué no me cuentas que es lo que en realidad pasa? Aunque no dudo de tus buenas intenciones, no creo que hayas venido solamente para disculparte. ¿Acaso pasó algo malo?

– No exactamente. Verá, lo que pasó fue que…

Entonces le cuento toda la verdad a la profesora. Desde las tutorías que he tenido con Reo, las múltiples invitaciones que he recibido para el baile de navidad, la confesión de esa chica a Reo y la gran discusión y persecución que tuvimos por el castillo que terminó con la petrificación de la profesora y la posterior confesión de Reo hacia mí.

– Desde entonces, no he vuelto a verla y cada vez que pregunto por ella, me dicen que ya no quiere volver a saber nada más de mí. Y a pesar de que sé que debería respetar su deseo y dejarla en paz para siempre… yo no quiero dejarla ir sin antes hacerle saber lo que siento por ella.

– ¿Ella no lo sabe todavía?

– No, huyo antes de que le pudiera dar una respuesta a su confesión y desde entonces, no he vuelto a hablar con ella.

– Me imagino que debe ser complicado, con ella encerrada en su sala común todo el día.

– Lo es. Si tan solo pudiera hablar con ella una sola vez más, quisiera decirle que lamento mucho todo lo que sucedió entre nosotras y… quisiera decirle lo que siento por ella.

– Y ¿Qué es lo que sientes por ella?

– ¿Uh?

– Dices que no pudiste darle una respuesta cuando se te confesó. Si la tuvieras aquí ahora ¿Crees que podrías darle una respuesta?

– Yo…

Me quedo en silencio, por lo que Takako continua.

– Creo que antes de hablar con ella, deberías aclarar en tu corazón lo que sientes por ella, de tal manera que la siguiente ves que la veas, le puedas dar una respuesta definitiva.

– Takako-sensei… pero ¿Qué hago si aún después de que se lo diga, aún no quiere saber más de mí?

– Al menos sabrá lo que sientes y entonces podrán seguir adelante.

– Mmm…

Me quedo pensando en lo que me dice. Tiene mucho sentido, pero aún así… me da miedo. Sobre todo porque aún no tengo claro ¿Qué es lo que realmente siento por ella? Se que la amo mucho como una amiga, la quiero con todo mi corazón y quiero hacerle saber que jamás fue mi intención meterla en problemas, pero fuera de todo eso ¿Realmente… la amo?

Trato de imaginarnos juntas. Nos imagino platicando, estudiando, riendo juntas, compartiendo nuestros secretos y pasando las noches juntas, tomándonos de la mano e incluso… besándonos.

Al imaginarnos haciendo todo eso juntas, siento un palpitar en mi pecho que jamás había sentido antes, al mismo tiempo que siento un cosquilleo recorrer desde mi estómago hasta mi entrepierna, justo en mi jardín secreto.

Ya no tengo duda alguna, la amo. Quiero estar con ella por siempre, gritarle todo lo que siento por ella en su cara y que le quede muy claro para que nunca lo olvide.

Mis piernas me ruegan que me levante, que vaya corriendo tras ella y se lo diga ahora mismo, pero recuerdo que aún si fuera ahora, ella sigue encerrada en su sala común donde no puedo entrar. Y aún si lograra entrar o ella saliera de la misma, eso no garantiza que quisiera hablar conmigo.

"¿Qué puedo hacer para que me escuche?"

Entonces se me ocurre la mejor idea que he tenido y me levanto del asiento para tomar a la profesora de las manos y decirle con la mirada más determinada que he tenido en mi vida.

– Takako-sensei. Necesito pedirle un favor.


Saint Michael's – Más tarde esa noche

Rikka POV

Tras haber terminado de platicar con Mai en la sala común y haberla convencido de no rendirse todavía en su situación con Reo, Nanami y yo salimos para encontrarnos con nuestras amigas y novia Hufflepuff, Sara y Sayuki, en la entrada de su sala común, donde Risa todavía esta acostada.

– ¿Cómo esta Risa-nee? – les pregunto al llegar.

– Muy mal, no ha querido salir de la cama en todo el día ni ha probado nada de la comida que le llevamos – me responde Sayuki – A este paso, tememos que se vaya a enfermar.

– ¿Qué podemos hacer?

Pregunta Sara llorando, a quien Nanami consuela abrazándola. Debe ser especialmente duro para ellas dos, al ser amigas de toda la vida.

Nos preguntamos las cuatro que podemos hacer, hasta que la puerta de sala común de Hufflepuff se abre y de ella sale.

– ¿Risa-chan?

– Buenas noches, chicas.

– ¡Risa! ¡Por fin sales!

Sara va corriendo a abrazarla, frotando su mejilla contra la de su amiga para acto seguido separarse de ella y darle un pequeño golpe en la frente con sus dedos.

– Tarada ¿Tienes idea de lo preocupada que nos tenias?

– Sí, yo… lo lamento mucho. Les dije que no quería que se preocuparan por mí, pero…

Parece que Risa esta a punto de romperse a llorar, pero en su lugar, se controla y nos dice.

– A decir verdad, debo de confesar que me sentía algo celosa de ustedes. Todas ustedes actualmente están tan felices en sus relaciones con sus increíbles parejas, y aunque trato de estar feliz por ustedes, yo… pero ya estoy cansada de estar triste. Quiero estar con ustedes, mis amigas y volver a ser la misma que antes.

– Risa-chan – conmovidas.

– Lamentamos mucho si llegamos a hacerte sentir así por nuestras novias.

– Te prometemos jamás fue nuestra intención.

– Tú eres igual de importante para nosotras… nos alegra mucho tenerte de vuelta.

– Chicas.

Sara y Nanami envuelven en un gran abrazo a Risa, mientras Sayuki y yo las observamos bastante contentas.

Al separarse, Sara nos dice alegre.

– ¡Ya sé! Todavía es temprano ¿Qué les parece si vamos a las tres escobas solo nosotras entre amigas? Sin nuestras novias como en los viejos tiempos.

– Suena a una buena idea. Aoi, Misaki y Rin dijeron que iban a estar allí – menciona Nanami.

– ¡Genial! ¿Qué dices, Risa? ¿Vamos?

– Seguro, muero de hambre.

– ¡Súper! ¿Y qué dicen ustedes…? Uh...

Sara se da cuenta de lo que estaba a punto de decir, ya que había dicho que esta sería una salida sólo entre amigas, pero… Sayuki y yo somos pareja.

– Este… bueno – momento incómodo. Sara no sabe que decir hasta que le digo.

– Descuida, Sara. Pueden venir las dos con mucho gusto – nos dice Risa alegre.

– ¿Estás segura, Risa-nee?

– Seguro, las dos son amigas muy importantes para mí. Me alegrará que estén las dos también con nosotras.

– Risa-chan – Sayuki conmovida.

– ¡Muy bien! ¡En ese caso vayamos a Hogsmeade!

– Le diré a Aoi-chan que vayan apartando una mesa para ocho – dice Nanami llamando a la lechuza de Sara para enviarle el mensaje a nuestras amigas.

Pero antes de salir del castillo, me detengo y les digo.

– Adelántense ustedes, chicas, necesito ir al baño.

– ¿Al baño?

– ¿Por qué no pasas a alguno de los baños en los pasillos?

– Es que a Rikka-chan le da miedo pasar a los baños del castillo, por lo que sólo pasa al baño de su sala común.

– ¡Sayuki-chan! – le reclamo al revelar mi secreto – ¡No es lo que creen! Es solo que… la última vez que entré a uno de los baños del castillo, se me apareció una fantasma en el excusado y desde entonces, no he querido…

– Ya, ya, tranquila, no tienes que explicarte – dice Sara riendo.

– ¿Gustas que te acompañe, Rikka?

– Descuida, Sayuki, acompaña a nuestras amigas, yo las alcanzo en un rato.

– Bien, con cuidado, Rikka-chan.

– Igualmente, Sayuki

Antes de separarnos, Sayuki me da un beso en los labios para despedirme y se da la vuelta para irse con el resto de nuestras amigas.

Ya fuera de la sala común tras haber pasado al baño, voy de regreso a la salida del castillo para reunirme con mis amigas en Hogsmeade, cuando alguien me toma por detrás y me tapa la boca para que no grite.

– ¡¿Pero que Ra…?! ¡Mmmh! ¡Mmmmhhhh!

No consigo ver quien es quien me agarra, sólo se que quien sea, me lleva con ella al baño más cercano y una vez adentro, lo cierra con un potente hechizo de alohomora para que no escape.

– Al fin solas.

La chica que me secuestro se quita la capucha, revelando a…

– ¡¿MIYA?!

– Buenas noches, Rikka.

– ¿Qué rayos? ¡¿Por qué me trajiste aquí de esta manera?!

– Lamento mucho si te asuste. Es solo que… Ibas a reunirte con Risa ¿No es cierto?

– ¿Y qué si iba a hacerlo?

Al ver la mirada de Miya, contrario a lo que un principio pensaba, noto que no lleva ninguna mirada de mala intención u odio. Más bien se nota… conflictuada, confundida, incluso algo temerosa. Una mirada que jamás había visto en la siempre orgullosa y brillante Miya.

– Miya-san.

– Discúlpame que te haya traído así. Es que yo… necesito que me ayudes con algo.

– ¿Uh?


La Gran Escalera

Shizuku POV

Finalmente a los pies de la gran escalera, después de haber tenido nuestra declaración al baile de navidad en el pasillo y tras haber cumplido con mi horario en la biblioteca, al caer la noche, Eris y yo nos dirigimos a la gran escalera donde tomamos una de las escaleras que se encuentra en movimiento con un bolso en mano.

– Y entonces después de eso, Reo lanzó la bandeja de plata y empezó a gritar aún más, por lo que cuando entré a la sala común, pensé que Miya y ella andaban peleando.

– Ya veo, me alegra mucho que hayas logrado calmarlas y convencerlas de seguir a su corazón con tu historia. Aunque… ¿No les habrás dicho que todo lo que pasó entonces fue en serio, verdad?

– Descuida, digamos que metí un poquito de mentira y un poquito de verdad en la historia que les conté y al final, les dije que todo fue una mentira.

– Ya veo, te habría tenido que regañar si me enteraba que les contaste nuestro "secreto" a nuestras kouhais.

– Muoh, lo hubieras dicho antes, ya ves lo mucho que disfruto tus "regaños".

– ¡No me refiero a esa clase de regaños! Pervertida.

– Pero así me amas.

– Como sea, será mejor que acabemos con esto de una vez, antes de que alguien nos descubra. ¿Trajiste mi capa de invisibilidad?

– Uh… digamos que se la presté a Reo.

– ¡¿Qué hiciste qué?!

– ¿Qué tiene de malo? ¿No se la prestaste tú a Kaede-san hace unos meses?

– P-Pero eso fue diferente, ella la necesitaba para salvar a Sara y además, ya no la íbamos a usar esa noche y…

– Silencio, Shizuku.

– Buenas noches, chicas.

En ese momento, se nos cruza la directora Rena, quien venía bajando por las escaleras.

– Buenas noches, directora Rena.

– ¿No es algo tarde para que anden por los pasillos de la escuela? Si se tardan mucho más, estarán fuera durante el toque de queda.

– Así es, justo estaba escoltando a Eris de vuelta a su dormitorio, antes de regresar al mío.

– Ya veo. Las mazmorras quedan hacia abajo ¿Qué hacían subiendo?

– Nosotras… eh…

Rena nota que se mueve algo dentro de nuestro bolso y de inmediato le llama la atención.

– ¿Y ese bolso?

– ¡Oh! Sólo son unos libros monstruosos que llegaron para la biblioteca. Iba camino a dejarlos, cuando me topé con Eris y se ofreció a acompañarme para dejarlos, antes de acompañarla a su sala común y volver a la mía.

– ¿Es eso cierto, Eris?

– Así es, completamente.

– Ya veo. ¿Sabías que cuando tu madre estudió aquí en Saint Michael's, fui compañera suya, Eris?

– ¿En serio?

– Así es, era un par de años mayor que yo, pero todas sabíamos de sus escapadas nocturnas en el castillo. Se hizo una reputación muy grande debido a eso, aunque también, por su amabilidad y sus increíbles valores morales. Fue una amiga muy querida mía. Como sea, creo que ya he hablado de más, disfruten su velada, chicas.

Rena se esta a punto de ir cuando se detiene y nos dice.

– Ah, y una cosa más chicas, tengan mucho cuidado con el perro de tres cabezas que recientemente empezó a cuidar la trampilla. Toquenle algo de música para que se duerma. Nos vemos.

Sin decir nada más, Rena se da la vuelta dejándonos con la sangre helada. Pero una vez se ha pasado el peligro, le digo.

– Tú… ¿Crees que Rena sensei sepa de…?

– Bueno… mamá dijo que alguna vez había llevado a una gran amiga suya con ella a la cámara, y me imaginó que alguien debió de haber cuidado de ella todos estos años desde que mamá se graduó.

– ¿Crees que la directora Rena…?

Ambas nos quedamos pensando, hasta que decidimos que no importa y sonreímos.

– ¿De verdad crees que a los polluelos Occamy les vayan a gustar los juguetes que trajimos para ellos?

– ¡Por supuesto! Después de todo, los consiguió su tía Shizuku.

– Sólo hay una forma de averiguarlo.

Llegamos a la entrada del tercer piso y tras asegurarnos que ya no hay nadie más en la escalera, nos volteamos a ver y decimos.

– Te amo mucho, Shizuku.

– Yo también te amo, Eris.

Nos besamos y entramos a aquella sala del tercer piso. Será una larga noche para nosotras.