Academia St. Michael's de Magia y Hechicería
Capítulo 6 – Sentimientos a la Luz
Parte 1
Plaza de Hogsmeade – Día
Nanami POV
Es una nueva mañana en la academia para brujas de Saint Michael's y con ella, el día del gran baile se acerca.
Para esta fecha, la gran mayoría de las chicas ya han invitado a alguien para ir al baile por lo que ahora, todas en el castillo se están haciendo la misma pregunta.
– ¿Qué vestiré esa noche?
Para ello, es que mis amigas Sara, Risa, Sayuki y yo, hemos venido a Hogsmeade para visitar la tienda de túnicas y vestidos elegantes de Gladrags y elegir que vestido usaremos esa noche.
Sólo que a diferencia del resto de nosotras, Risa no se encuentra del todo cómoda con la visita.
– ¿De verdad estará bien que yo este aquí? Después de todo, no tengo ninguna pareja para ir al baile.
– ¡Por supuesto! Recuerda que ya habíamos hablado que vendrás con nosotras al baile como nuestra amiga y no te dejaremos sola en ningún momento ¿O ya lo olvidaste?
Después de que lográramos llevarla a Hogsmeade con nosotras la semana pasada, Risa había accedido a acompañarnos al baile como nuestra amiga.
– Además ¿Quién sabe? Todavía faltan un par de días para el baile. Puede que alguna chica linda te invite al baile todavía.
– Gracias, pero… como dije antes, realmente estoy bien yendo sola.
– Como quieras, pero igual deberás estar muy guapa para ese día. Por cierto, Sayuki – redirigiendo la atención a la otra pelirosa del grupo – ¿Por qué Rikka no vino con nosotras? ¿Estaba ocupada?
– Así es. No quiso decir mucho al respecto, sólo me dijo que pasaría el día ocupada y que le eligiera cualquier vestido que crea que le quedará bien. Sólo me pidió nada muy bochornoso o embarazoso, por favor. Aunque no estoy muy segura de lo que eso signifique ¿A ti no te dijo nada más, Nanami-chan?
– ¡¿Eh?! Yo… no tengo idea. Uh.
Me siento muy mal al mentirle a una querida amiga, pero no tengo elección. No después de lo que Rikka me había hecho prometerle esa mañana.
Flashback – Sala común de Gryffindor
Era una mañana como cualquier otra, cuando Rikka se comenzó a arreglar antes de la hora en que habíamos quedado de ir a buscar los vestidos para el baile.
– Discúlpame mucho por favor con Sayuki-chan y las demás, pero no podré acompañarlas el día de hoy a Hogsmeade.
– Uh ¿De verdad? Digo, está bien, pero ¿Puedo preguntar, por qué?
– Bueno, verás…
Entonces Rikka me contó todo lo que le había sucedido el otro día, cuando Miya la atrapó y le pidió su ayuda para poder invitar a Risa al baile.
– Ya veo, así que con que esas se trae Miya ¿Eh?
– Así es. Parece que esta vez sí va muy en serio respecto a Risa, tanto así como para incluso pedirme ayuda.
– Ya veo. Entonces ¿Esta bien si le digo a Sayuki…?
– ¡No se lo digas a Sayuki, por favor!
– ¡¿Eh?!
– Todavía no tengo idea de a donde me llevará o si será seguro. No quisiera preocuparla con algo como esto, así que no le vayas a decir nada, por favor.
– D-De acuerdo. Uh.
De vuelta al presente
Y es por eso que ahora estoy tan preocupada, no solamente por no poderle decir a Sayuki, sino también por el bienestar de mi amiga.
"¿De verdad estará bien que no diga nada? Podrían estar en peligro o algo peor".
Sara nota la preocupación en mi rostro después de que Sayuki me hace esa pregunta, por lo que decide cambiar el ambiente y declara en voz alta.
– Como sea, en ese caso tendremos que elegirle un lindo vestido a Rikka-chan que vaya a juego con el vestido que use Sayuki ¿no creen?
– Seguro.
– ¡Muy bien! En ese caso prepárense porque ¡Ya llegamos!
Tienda de Túnicas de Hogsmeade
Al entrar, ingresamos a una gran tienda única en su clase. Montones y montones de anaqueles llenos de distintos tipos de túnicas, vestidos y demás accesorios de moda en el mundo mágico.
Aunque ahora el lugar este repleto de chicas de Saint Michael's, el lugar es lo bastante amplio para que todas se puedan mover sin problemas.
Al vernos, la dueña del lugar va con nosotras y se presenta.
– ¡Bienvenidas a Túnicas y Vestidos Mágicos de Gladrags! ¿Puedo asumir que son alumnas de Saint Michael's y vienen a buscar sus vestidos para el baile?
– Así es, buscamos el vestido que mejor vaya con nosotras.
– Pues vinieron al lugar indicado. Pasen por favor, pueden probarse cuantos vestidos quieran y cuando vayan a pagar, solo llámenme para que lleguemos a un acuerdo ¡Diviértanse!
Así, la dueña desaparece entre un montón de telas y Sara nos guía por el lugar al ser ella por así decirlo la experta en el mundo de la moda.
– Comenzaremos por probar los distintos vestidos que hay por aquí, después elegiremos las zapatillas, los accesorios y finalmente el conjunto final.
– Son tantos vestidos – decimos el resto impresionadas con el lugar – ¿Por dónde empezamos?
– Mmm… iniciemos primero por ver que vestidos hay en este pasillo. Si hay alguno que les llame la atención, no duden en tomarlo, pero procuren no llevar más de tres vestidos a la vez para evitar tropezarse o algo peor, podrían dañar los vestidos. Si quieren, Risa y Sayuki, ustedes pueden ir por allá, mientras que Nanami y yo iremos por acá y nos vemos aquí de vuelta dentro de 1 hora ¿Les parece bien?
– Seguro.
Dicho eso, Sara me toma del brazo para alejarnos, mientras que Risa y Sayuki se van por su lado.
Ya que nos quedamos a solas y comienzo a revisar los vestidos.
– ¿Qué opinas de este vestido, Sara? ¿Crees que sea del agrado de Onee-sa…? Quiero decir ¿De Yuuna-sama?
– Confiesa Nanami ¿Qué fue lo que realmente te dijo Rikka-chan en la mañana?
– ¡¿Eh?! – sorprendida – ¿C-Cómo lo…?
– Te conozco desde que somos niñas, Nanami. Sé perfectamente cuando estás ocultando algo y esa mirada que le diste a Sayuki cuando te pregunto por Rikka, es la misma que pones cuando te pregunto si Yuuna y tú ya lo hicieron.
– E-Eso… nosotras… uh.
Me rindo. No hay manera en que pueda engañar a Sara.
– Se lo mucho que odias mentir, Nanami. Lo que quiere decir que lo que te haya dicho Rikka debe ser grande, así que dímelo ¿Qué es lo que estás ocultando?
– Muoh, de acuerdo, te lo diré. Pero debes de prometerme que no le dirás nada a Sayuki ni a Risa ¿Okay?
– Ya tranquila, lo prometo. Ahora dime ¿Qué es lo que esta pasando?
Me acerco al oído de Sara para susurrarle lo que me había dicho Rikka y.
– ¡¿EH?! ¿Y las dejaste seguir adelante con eso?
– Tú… ¿Crees que debí haberlas detenido?
– Bueno… – Sara lo piensa – Si estuviera en el lugar de Miya, no puedo decir que no haría también una locura como esa por Kaede-chan.
– Sara. ¿Qué deberíamos hacer?
– Mmmhhh… ¿Estás segura de que Miya tenía un plan?
– Totalmente.
– Bueno, en ese caso no nos queda más que confiar en ellas. Después de todo, Miya es una chica bastante inteligente y lleva a Rikka con ella. Seguro que estarán bien.
– Sara.
– Si en verdad están planeando hacer eso… lo mejor que podemos hacer es ayudar a que Risa este lista para ello.
– ¿Uh?
– ¡Risa-chan!
Dicho eso, Sara se da la vuelta y voy tras ella cuando regresamos con nuestras amigas.
– ¿Qué pasa, Sara? – pregunta algo confundida Risa – ¿Ya pasó una hora?
– Para nada, pero decidí que lo mejor será que permanezcamos todas juntas, quiero que elijamos los mejores vestidos para nuestra cita.
– Eso… esta bien, Sara. Aunque ya te dije que yo no…
– Tú descuida, Risa. Déjalo todo en nosotras.
– Sara.
Sara se lleva a Risa para elegirle un vestido, mientras yo no puedo evitar preocuparme por todo esto.
"Por favor, Rikka, Miya, vuelvan pronto".
Afueras de Saint Michael's
Rikka POV
Al acercarse el atardecer, me encuentro con Miya a la salida del castillo para dirigirnos hacia el lugar donde me había citado el día de hoy.
Conforme caminamos, nos alejamos cada vez más y más del castillo, haciéndome preguntar si me estará llevando a Hogsmeade.
Pero cuando se sale del camino hacia la izquierda, me doy cuenta a donde me esta llevando.
– ¡¿EEEEHHHH?! ¡E-Espera un momento, Miya! ¿No estarás pensando en que vayamos a…?
– Así es, vamos al bosque prohibido.
– ¡¿EEEEEEHHHH?! ¡P-Pero no podemos! ¿Qué no ves que esta a punto de oscurecer? Además esta estrictamente prohibido. Si nos atrapan, harás que nos maten o peor aún, que nos expulsen.
– Ya te escuchas como Risa. Puedes estar tranquila, que no hay ningún guardia que cuide la entrada al bosque prohibido. No la consideran necesaria, ya que nadie es tan tonta como para entrar allí por voluntad propia.
– ¿Y nosotras sí?
No responde nada, así que le digo.
– Aún si no nos descubren, ahí dentro hay arañas gigantes, lobos oscuros, dullbogs, troles y…
– Así es, y hay cosas mucho peores que las que acabas de decir allí dentro. Pero tranquila que la mayoría de esas criaturas son nocturnas, y las que no lo son, puedo lidiar con ellas – dice sacando su varita – pero no puedo prometer nada cuando anochezca.
Miya checa su reloj y ve al cielo.
– Todavía nos queda poco más de una hora para que anochezca, tiempo más que suficiente para entrar y salir de allí sin ningún peligro si entramos ahora, así que andando.
Sin más que decir, Miya se prepara para entrar al bosque prohibido con su varita en mano. Pero antes de que pueda entrar, la agarro y la detengo.
– ¡No puedo, no te dejaré entrar ahí!
– ¿Rikka?
– Si entras ahí, no saldrás con vida y Risa-nee jamás me lo perdonará.
– Es precisamente por Risa que debo hacer esto.
Miya se suelta de mi agarre y me dice seria.
– Te traje conmigo porque sé lo mucho que te importa Risa, y se que no dejarás que me pase nada, así como no dejaré que nada te pase a ti. Estamos juntas en esto ¿De acuerdo?
– Mmmhh… ¿Al menos podrías decirme qué vamos a buscar allí?
– Te lo explicaré cuando estemos cerca. Ahora andando, no tenemos tiempo que perder.
– Muoh, sé que me arrepentiré de esto.
En las Profundidades del Bosque Prohibido
Poco después de media hora de haber entrado al bosque, sorpresivamente aún no nos encontramos con ninguna criatura que intente matarnos.
Aún así, no bajo la guardia en ningún momento manteniéndome con la varita en alto en todo momento, en caso de que alguna criatura intente convertirnos en su comida.
– Puedes estar tranquila – me dice Miya – la mayoría de las criaturas nocturnas todavía están durmiendo, tardarán un tiempo todavía en empezar a cazarnos.
– ¡Eso no me tranquiliza en absoluto!
Al gritar eso, escucho un ruido a mi derecha y cuando volteo, a lo lejos observo una mega telaraña gigante mucho más grande que cualquiera que haya visto, así como un par de patas largas y peludas caminando detrás de ella.
– ¡QUE MIEDOOOOOOOOOOOO!
De inmediato salgo corriendo y me abrazo a Miya, quien algo frustrada me separa de ella.
– ¡¿Puedes calmarte?! Cielos, pensé que al traer a una Gryffindor conmigo, sería un tanto más valiente que esto.
– ¡Yo no pedí que me trajeras a…!
– Silencio.
Miya me tapa la boca, apuntando para que vea hacia arriba. El sol ya se está ocultando.
– Hay que guardar silencio y avanzar más rápido, que yo tampoco quiero estar aquí cuando anochezca ¿Okay?
– Miya… de acuerdo.
Así, seguimos avanzando unos minutos más cuesta arriba hasta que llegamos a lo alto de una pequeña montaña, ya en las afueras del bosque prohibido.
– Lo logramos ¡Que alivio! Por un segundo pensé que realmente nos devorarían vivas allí dentro.
– ¡¿De verdad?!
Volteo a ver el bosque detrás de nosotras, así como el castillo detrás del mismo con todas sus luces encendidas, mientras la poca luz que aún queda en el cielo poco a poco se funde en la oscuridad de la noche.
– Ahora que ya estamos fuera de peligro ¿Me podrías explicar que es lo que hacemos aquí?
– No diría que ya estamos completamente fuera de peligro, pero seguro, tenemos un par de minutos antes de que anochezca completamente.
Nos sentamos recargándonos junto a una roca y me cuenta.
– Verás, aunque no lo creas, yo vengo de una familia de grandes hechiceros del mundo mágico. Aunque no tenemos relación directa con la fundadora, por generaciones mi familia ha pertenecido siempre a la casa Ravenclaw y se han destacado por su gran inteligencia y logros académicos para el mundo mágico. Pero en mi caso, en mi familia también me conocen por mi rebeldía y tendencia por romper las reglas. Soy algo así como la oveja negra de mi familia, si lo quieres ver así, especialmente ya que dicen que desperdicio mi enorme potencial. Dicen que soy la más brillante en mi generación y por lo mismo, mis papás querían que me saltara la escuela y empezara a trabajar para el ministerio directamente. Decían que ya sabía todo lo que la escuela me podía enseñar.
– ¿En serio? – sorprendida – Y entonces ¿Por qué te inscribieron?
– No lo hicieron, yo fui la que me inscribí para desafiarlos, obviamente. No quería que siguieran diciéndome que es lo que tengo que hacer con mi vida, como siempre lo han hecho. Siempre me han hablado de mi enorme capacidad y que tengo que exprimirla al máximo. Que tengo una responsabilidad con el mundo. Jamás me han dejado elegir que es lo que quiero hacer realmente.
– Miya…
– Cuando les di la noticia de mi inscripción, pude ver cuan decepcionados estaban de mí, al ver mi potencial desperdiciarse en estas clases tan aburridas. Y antes de que me fuera en el tren a Saint Michael's, mi padre todavía me dijo una cosa más antes de irme. Que era tan egoísta, que no tenía duda alguna de que quedaría en Slytherin. Te imaginarás mi decepción cuando llegue acá y efectivamente me asignaron a Slytherin. La primera en mi familia en quedar en esta casa.
– Miya…
Conforme avanza su historia, no tengo idea de que decirle.
– De alguna manera, eso me hizo pensar que mi padre tenía razón y tras ver efectivamente lo aburrida que eran las clases, decidí dejar de asistir y perder mi tiempo explorando los alrededores del castillo. Fue así como me topé con la sala de menesteres donde pensé que nadie jamás me descubriría y podría pasar mis días de estudiante en paz, tranquila, sin que nadie me moleste. Ya imaginarás mi gran sorpresa cuando cierta presidenta de clase entrometida descubrió mi lugar secreto.
– Risa-nee.
Miya asiente.
– Al principio no entendía porqué me molestaba tanto, creía que sólo cumplía con su deber de tener que lidiar con chicas problemáticas como yo, pero después de un tiempo, noté que no se trataba de eso. Realmente le importaba, se interesaba por mí, porque aprendiera y fuera responsable. Mucho más que eso… a ella le agradaba estar conmigo y a mí me agradaba estar con ella. Jamás antes había pasado eso.
Sonríe con nostalgia.
– Después de un tiempo, comencé a molestarla haciéndole creer que me gustaba, ya que me gustaba mucho ver cómo se sonrojaba cuando lo hacía, pero después de un tiempo… me comencé a dar cuenta de que esto quizás para mí, no era un juego. Quizás realmente… estaba enamorada de ella.
– Miya-chan…
– Lamentablemente, me di cuenta muy tarde de ello y terminé lastimándola. No quiero que Risa sufra ni pierda su tiempo por estar con alguien tan rota como yo. Tan egoísta como dice mi padre.
– Miya.
Estoy a punto de decirle que eso no es cierto. Que ella no es como dice su padre, que ella es mucho más que eso. Pero antes de que pueda hacerlo, Miya se me adelanta.
– Es por eso que estoy aquí esta noche. Quiero demostrarme que no soy alguien egoísta y puedo ser mucho más de lo que siempre he sido.
Miya voltea al cielo nocturno y cuando ve la luna llena brillando en lo alto, dice.
– Y ellos nos ayudarán a lograrlo. Ven, ocultémonos.
– ¡¿Eh?!
Al ver la luna llena brillando a lo alto, Miya me toma de la mano y me lleva con ella detrás de la roca.
– Miya ¿Por qué tenemos que ocultarnos?
– Para no asustarlos, mira.
– ¿Uh?
En ese momento, de una cueva de la montaña salen unas criaturas medianas de cuatro patas pequeñas, de cuello largo y ojos bastante saltones, muy bonitos de unos 120cm de altura y de pelajes color blanco, gris claro y gris oscuro.
– ¿E-Esos son…?
– Así es, son Mooncalfs.
Los mooncalfs salen caminando de su cueva donde duermen durante el día y se van a pastar alrededor de la roca del terreno verde donde estamos.
– ¡Que lindos! – exclamo al verlos – ¿Son peligrosos?
– Para nada, los mooncalfs son criaturas bastante amigables aunque algo asustadizas y sencillas. Duermen durante todo el día y sólo salen durante la noche cuando la luna esta brillando en el cielo. En noches de luna llena, incluso hacen un pequeño baile alrededor de la roca de su valle.
– ¡¿En serio?! – emocionada.
– Sí, además, su pelaje tiene grandes propiedades mágicas, las cuales suelen utilizarse como protección mágica en las telas para vestimenta, e incluso para un par de pociones mágicas de belleza, etc.
– Increíble.
– Sí, aunque lo malo es que los mooncalfs son muy desconfiados y suelen huir cuando detectan que hay alguien cerca que quiere atraparlos, por lo que también son víctimas de los cazadores furtivos, que los atrapan para poder obtener su pelaje más fácilmente y venderlos.
– ¿En serio? Uh, eso… es una verdadera lástima. Son tan lindos.
– Así es. Me avergüenza mucho decirlo, pero mi familia suele trabajar mucho con ellos.
– ¿De verdad?
– Sí. Aunque los tienen en cautiverio y les dan una buena vida (o sea, no los maltratan ni torturan), jamás he querido preguntar de donde los obtienen, ya que me da mucho miedo averiguarlo, pero… de cierta manera, creo que ya lo sé.
– Miya. Entonces ¿Qué hacemos aquí?
– Vamos a obtener unos pelajes de mooncalf.
– ¡¿EH?! ¿Es en serio? – volteo a verlos tan tranquilos, pastando sin que nadie los moleste – pero si vamos con esa intención ¿No intentarán huir?
– No necesariamente, como te dije los moonclafs solo huyen cuando detectan peligro, cuando ven que alguien quiere obtener algo de ellos sin importarles cómo. Si mi padre o alguien de mi familia estuvieran aquí, seguro que huirían sin dudarlo. Quiero probar que no soy como ellos y puedo ser diferente, y quiero que me lo diga alguien imparcial en el asunto.
– Miya.
Lo que quiere es ver si los Mooncalfs huirán cuando la vean.
– De acuerdo, cuenta conmigo – le digo – ¿Qué es lo que debo hacer? ¡Kyaaaa!
Antes de que diga algo, me empuja fuera de la roca y quedo a la completa vista de los mooncalfs.
– Ah… hola, mooncalfs.
Todos voltean a verme, con sus enormes ojos saltones que me hacen sentir bastante incómoda y observada por ellos.
Esto hace que me comience a asustar, sin embargo antes de que pueda hacer algo, estos se me acercan caminando poco a poco y comienza a acariciar su cuello contra mí, como acariciándome y lamiéndome con sus largas lenguas, animándome a que los rasque.
– ¡KAWAII! ¡Son tan lindos! Miya-chan, ven a acariciarlos pronto que son tan adorables. ¿Miya-chan?
Sin embargo, Miya no se anima y se mantiene oculta detrás de la roca. Como que todavía tiene miedo de que si sale, estos saldrán corriendo y le probaran que por más que quiera, no puede cambiar.
"No estoy segura, pero... creo que para esto es que me trajo, sabía que necesitaría un pequeño empujón que la animara".
Con ese pensamiento en mente, invoco una pequeña pelota en forma de luna con mi varita y la lanzo en dirección hacia donde esta Miya.
– ¡Allá va!
– ¡¿Eh?!
Los Mooncalfs van corriendo tras la pelota en dirección a Miya pero cuando la ven, estos se detienen y se le quedan viendo con sus grandes ojos saltones de la misma manera que se me quedaron viendo a mí.
– Ho-Hola, mooncalfs.
Se le quedan viendo más tiempo del que se me quedaron viendo a mí, todavía inseguros de sus intenciones y pensando en si deberían salir corriendo.
Sin embargo, cuando Miya toma la pequeña pelota que lancé y comienza a jugar con ella, poco a poco los mooncalfs se le acercan y comienzan a acariciarse junto a ella de la misma manera que conmigo.
– E-Están jugando, realmente están jugando – comenta Miya bastante alegre.
Después de acariciarla, Miya lanza la pelota y los mooncalfs salen corriendo detrás de ella, dejándola finalmente un rato libre y poco después vuelven a lo suyo, sin importarles que estemos allí.
– Realmente lo conseguimos, no salieron huyendo.
– Así, me alegro mucho por ti, Miya-chan.
– Gracias, Rikka-san – sonríe – Ahora, tenemos que pensar en una manera para conseguir esos pelajes de mooncalfs, no podemos irnos sin ellos.
– Me parece que eso no será necesario.
– ¿Uh? ¿Por qué lo dices?
– Mira tu ropa.
Miya lo hace y cuando la ve, ve que esta se ha llenado de distintos pelajes de mooncalf.
– ¡No lo puedo creer! ¿De verdad, lo conseguimos? Fue tan fácil, ni siquiera tuve que forzarlo.
– Así es. Diría que es igual con las relaciones ¿no es así?
– Rikka-san…
Con una sonrisa, Miya toma un tubo de muestras, donde guarda todos los pelajes de Mooncalf en su ropa.
– Muy bien, será mejor que regresemos al castillo antes de que se haga más noche.
– ¡¿EH?! ¡El castillo! Lo había olvidado, esta hasta el otro lado del bosque. No podemos cruzarlo por donde vinimos, sería nuestro fin ¿Cómo le haremos para regresar?
– Tranquila, Rikka, que ya había pensado en ello y no será necesario que volvamos a cruzar. Para eso, traje esto.
Miya saca lo que parece ser un libro de su mochila y lo deja caer sobre el suelo sin tocarlo en ningún momento.
– ¿Eso que es?
– Es un traslador, cuando lo toquemos, nos teletransportará de regreso a la entrada del castillo.
– ¡¿EH?! ¡¿Tenías un traslador todo este tiempo?! ¿Por qué no lo usaste para transportarnos aquí y ahorrarnos todo el camino por el bosque prohibido en primer lugar?
– No puedo invocar un traslador a un lugar donde nunca he estado. Ahora vamos, volvamos antes de que sea el toque de queda. No quisiera meterme en más problemas con nuestra querida representante de clase.
– De acuerdo.
Ambas nos preparamos para tocar el traslador, pero antes de hacerlo, le pregunto.
– Miya, ahora que has demostrado que no eres quien creías que eras… ¿Qué es lo que piensas hacer?
– Eso es algo obvio ¿No lo crees?
Sonrío y nos preparamos.
– A la cuenta de 3. 1, 2…
– ¡3!
Tocamos el traslador y desaparecemos.
