Los personajes de está historia no me pertenecen. Está escrita si animo de lucro.
Para leer está historia debe leerse 'La extraña Navidad de Ranma y Akane "
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1ª . CAPITULO.
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1ª. Un nuevo comienzo en una nueva escuela
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Era el primer día en la nueva escuela, ni Ranma ni Akane iban contentos a ella, iban acompañados por Nodoka y Kasumi. Ya habían intentado fugarse para no ir a primaria, la dos mujeres no querían un segundo intento de fuga por parte de los dos niños.
Las fiestas Navideñas habían quedado atrás. Ranma y Akane cada vez más niños, cada vez con mentalidad más infantil, parecían olvidar su pasado como adultos, aunque no olvidaban lo que habían aprendido, y eso era un problema. Eran extremadamente fuertes y su técnica en artes marciales podía ser… peligrosa si no controlaban su fuerza.
Pero ahora los dos niños, eran obligados a ir a una escuela adecuada a su edad física, pero no del todo a su edad mental.
-¡Maldita Shampoo!, ¡Maldita Ukyo! En menudo problema nos han metido!- el grito de Akane se escuchó en todo el barrio.
-Una niña bien educada no maldice- le riñó Nodoka.
-¡No soy una niña!, ¡No soy una adolescente..!,- miró con desesperación a Nodoka- ¿entonces que soy?, ¿qué somos Ranma y yo?, ¿en qué nos han vuelto esas brujas?
-Nos han destrozado nuestras vidas, muestras ilusiones. Teníamos planeado ir a la universidad. Conseguimos que nos diesen una beca a cada uno.
-Ranma y yo estamos más juntos que nunca, pero quiero recuperar mi vida, la mía y la de Ranma.
-Esta vida de niños es divertida, pero aunque tengamos ideas de niños, aunque parezcamos niños, no lo somos.
-¡Bastante ya!, aunque tengáis razón, no nos convenceréis para no ir a primaria. Os dejaremos en la escuela, y no quiero problemas con vosotros .
Los dos niños se miraron frustrados, su plan de convencer a Nodoka había fracasado. Eso de hacerse los frustrados no tuvo el éxito que esperaban los niños.
-Vuestras crisis existencialista aunque sea real, no es un argumento lo bastante bueno para que decida no llevaros a esa escuela.
-¡Pero es verdad que no sabemos si somos niños o…!
-¡He dicho basta!- gritó Nodoka enfadada- ahora parecéis niños y esos sois. Seréis niños hasta que crezcáis de nuevo. No quiero ninguna queja para librarnos de la escuela.
-¡Pero si que es verdad- se justificó Akane.
-¡Te creo Akan!e, pero los niños son alegres y juguetones, ¡No tienen crisis existencialistas!- Nodoka miró a los niños- os habéis pasado todas las vacaciones jugando como niños, y ahora os compartáis como adolescentes caprichosos.
Los dos niños se miraron y sonrieron con pena, no se librarían de ir de nuevo a primaria.
-Debemos encontrar pronto a la vieja bruja. Debemos volver a ser quienes fuimos.
-No podemos seguir siendo unos niños.
-Aceptar que tal vez no podáis volver a ser adolescentes. Que os habéis vuelto niños, y que iréis creciendo poco a poco, como dos niños normales.
-¡No queremos ser niños!, ¡quiero volver a ser adolescente!, ¡tener citas con Akane!, y dentro de pocos años, ¡casarme con ella!.
Nodoka se quedó quieta, miró a su hijo y se rió.
-¿Dónde está es chico tímido?, ¿ese que temblaba cada vez que su prometida le sonreía? ¿Quién eres tú?- Ranma se sonrojó un instante, pero enseguida se puso serio.
-Era idiota-miró a Akane- ¡si! muy idiota. Teniendo una prometida como Akane y no ser capaz de decir la quería es para ser idiota. Debo agradecer a esas brujas que me diesen esos venenos que destrozaron mi timidez.- se enfureció- lo que no les perdono es que nos volviesen niños, y que su intención real fuese deshacerse de Akane.
-Vuelves a hablar como si no fuese un niño.
-Ese es el problema, por eso no podemos ir a primaría, vamos de comportarnos como niños a pensar como adultos.
-Por eso mismo debéis ir a primaria. Debéis a comportarnos en todo momento como niños.
Los dos niños habían sido vencidos, aunque lo habían intentado hasta el último momento escapar de ir a esa escuela no lograron nada.
Y llegaron a la escuela donde las hermanas Tendo fueron de niña, donde Akane iría por segunda vez.
La niña la miró con horror.
-¡No quiero!, ¡ no quiero volver a esa escuela!- miró a su hermana llorando- iré de nuevo a segundo, ¡no quiero!, fue durante segundo cuando murió mamá. La profesora me dijo que mi madre murió durante ese año, esa profesora era una bruja, me dijo que mamá murió por mi culpa.
Akane quedó traumatizada por su segundo curso en primaria. Pero nadie se esperaba la reacción de Ranma.
-Fue en segundo cuando papá intentó por tercera vez el Nekoken, no quiero recordar eso.
Los dos niños tenían malos recuerdos de la primera vez que fueron a primaria.
-No pasará nada, ya veréis como todo no tendréis problemas. – Nodoka tenía un presentimiento, estaba seguro que los dos pequeños iban a tener un problema tras otro.
-¡Ran- chan!- oyeron que alguien llamaba al niño.
-¡La bruja de Kounji!- Los dos niños se miraron, el primer problema en su primer día de escuela.
La cocinera se acercó a Ranma, este cogió la mano a Akane, no era por miedo, era para desmontar a esa chica que sólo le importaba su prometida. Akane sabía porque su amigo le dio la mano, y ella lo cogió con fuerza, ayudaría a Ranma a fastidiar a su antigua rival.
Mmoooo
-¡Ran- chan! Hablaré con tu padre. Para que vengas a mi casa. No te conviene estar con los. Akane te trastoca y hace que seas travieso.
-¡Te equivocas Kounji- Kasumi no llamaría a esa joven por su nombre- ellos…
-Esperaré que crezcas, y vuelvas a ser adulto. Yo en mi restaurante te enseñaré a leer, a escribir y con el tiempo a hacer okomiyakis, serás un buen cocinero y cuando vuelvas a ser adulto nos casaremos.
-¿Estás loca o que? ¡Eres muy vieja para mi!.
-Me importa poco la edad sólo quiero que estés junto a mi-la joven no se dio cuenta lo que implicaba lo que dijo.
-¡Eres una pervertida!, quieres hacerme cosas de adulto, a mi, a un niño- Ranma tuvo un escalofrío- ¡que asco!, eres una pederasta. -Ranma miró a su madre, la abrazó y lloró- no dejes que esa vieja se acerque a mi. Me quiere hacer cosas pervertida, le gustan los niños.
Las personas que habían llevado a sus hijos a la escuela miraron a Ukyo con terror, y abrazaron a sus hijos. Estaban delante de una acosadora de niños, estaba queriéndose llevar a un niño con intenciones ocultas..
-No quiero decir eso, quiero decir que esperaré a que seas adulto para casarme contigo.
-¡No quiero! yo seré un joven y guapo de diecisiete añitos, y tú serás una vieja arrugada de veintisiete
Ukyo aún no se había dado cuenta que las personas a su alrededor la miraban mal.
-Akane te puede quedar con Ryoga, él te quiere.
Akane se ocultó detrás de su hermana mayor.
La gente alrededor de esos cinco miraban a la cocinera con asco. No podían tolerar que estuviese cerca de los niños. Debían denunciarla, por acosar a ese niño y querer dar a la niña a otro acosador.
-Pero Ranma tú y yo somos prometidos.
-¡Tú y yo no tenemos nada!, sólo te imaginas que eres mi amiga, ¡asaltacunas!, ¿a cuantos niños has acosado.
-¡Yo no soy…! Una perverti… da- fue entonces cuando se dio como la miraban la gente, estaba metida en un buen lio- yo no hecho nada, ese niño, no es un niño, es adolescente de mi edad, y la niña también. – se justificó la joven, pero nadie la creyó.
Se oyeron las sirenas de los coches de la policía, Ukyo supo que venían a por ella, alguien había llamado a la comisaría diciendo que en la puerta de la escuela había una joven que acosaba niños, era una perturbada, que creía que un niño era su prometido.
Ukyo se había librado de la persecución policial, supo que debería cambiar su aspecto, cambiar su peinado, teñirse el color de pelo. Cambiar sus vestimentas, vestirse más femenina. Debía volver a pasar desapercibida, que nadie la reconociera cuando volviese a acercarse a Ranma, no dejaría escapar a Ranma.
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Akane se acercó a Ranma.
-Ukyo no se rendirá, volverá.
-La estaremos esperando. Pero no será la única. Los otros también volverán, nos creen más débiles y se aprovecharán de eso.
- No sé que estáis cuchicheando, pero ya es hora que entréis a vuestra nueva escuela.
-Podemos hablar deceso, somos los cuatro adultos.
-¡No Ranma!, ¡Tú y Akane sois niños!
-¡Pero tía Nodoka!, ¡Nosotros…!
Nodoka viendo que los dos pequeños iban a alagar la conversación para no entrar en esa escuela, cogió a Ranma, Kasumi cogió a su hermana, y arrastraron a los dos niños hacía la escuela.
Los dos pequeños se existieron y patalearon, se escaparon y se agarraron a un farol. Las dos mujeres se la vieron y desearon para que los pequeños se soltaron de ese sitio.
-¡Mamma!, ¿Qué le pasa a esos niños?
-Son nuevos, deben querer ir con sus antiguos amigos.
-O deben ser unos niños muy nazis, se nota que son de baja clase y sin educación. – opinó otra mujer que se creía rica.
Los pequeños prometidos oyeron eso, pararon sus quejas y miraron a esa mujer.
-¡Oh Dios mío!- exclamaron Nodoka y Kasumi, sabiendo que esa mujer se había buscado un problema.
-¡Mira esa mujer!- los dos niños se acercaron a la chismosa como dos leones a su presa- tanto hablar, y su colonia apesta a barata, lleva maquillaje de la rebajas, incluso mi madre tiene maquillaje más caro.
-Si mucho criticar a los demás y su hijo debe tener la misma cara de tonto que ella.
Los dos niños empezaron a dar vueltas alrededor de la mujer.
-¡Dejarme en paz pobretones!, ¡Apestáis a pobres!, no sois de clase baja. Mi hijo os dará una lección, es el campeón del Furinkan infantil.
Los dos niños se empezaron a reír.
-No hemos oído hablar de él- dijo Ranma- nos hemos fijado en los estudiantes de todas las categorías, buscamos alumnos os nuevos para el dojo.
-No tenemos noticia que en el Furinkan infantil haya estrella.
-¡Ahora veréis quién es mi hijo!- y esa mujer enfurecida llamó a su hijo, este llegó con su compañeros del club de artes marciales.
-¡Si son lis idiotas que ganamos haces días en el parque!- e clamó sorprendida Akane.
-Esta vez no será como la otra vez, aunque le lloréis no pararemos. Esta vez os venceremos, Delante de esas madres tan feas que tenéis. Yo me avergonzaría tener unas madres tan feas.
Ese insulto a Nodoka y Kasumi despertó la furia de los dos niños y…
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-¡Sois increíbles!- Nodoka estaba riñendo a los dos niños. Acababan de salir del despacho del director- Os han castigado sin haber entrado aún a la escuela por primera vez.
-Esos niños…
-¡Ya se sé lo que han hecho esos niños!, ¡No hace falta que me lo digas!, pero no hacía falta que dejarais noqueados a todos esos niños.
-También hemos dejado K.O. a los dos entrenadores de karate, al de judo, y al de baloncesto.- dijo Ranma como una somrisa en la cara, como si hubiese hecho algo bueno..
-Te olvidas a la maestra de danza y…
-¡Esto no tiene gracia!- gritó furiosa Nodoka- ¡Habéis mandado al hospital a la mitad de entrenadores, a dos profesores y a una patrulla de policía. Le he tenido que pedir perdón a ese hombre, al director del Furinkan infantil.
-Si, ha gritado como un energúmeno- Ranma se rió, y con los dedos hizo la señal de la victoria- es igual de idiota que su hermano, el padre de Tatewaki .
-¡No estoy de broma Ranma!- Nodoka no estaba de humor para aguantar las bromas de lis niños,- no debitéis atacar de esa forma a esos niños, son más pequeños que vosotros.
-¡Para una cosa somos niños y para otras somos adultos!- Ranma se giró y pateó una piedra- mama, te puedes poner de acuerdo en lo que somos ¿Niños o adolescentes?.
Nodoka no supo que contestó.
-Ellos mismos se lo han buscado- Akane salió en apoyo de su prometido- no vamos a dejar que nos ataquen.
-Os han enseñado a no hacer caso a las provocaciones, sois dos grandes guerreros, a pesar de vuestro tamaño. Sois más fuertes y con más experiencia que muchos adultos.
- No aceptaremos que nos repten sin que devolvamos el ese reto.
-¡Prométeme una cosa! Que no volveréis a causar una pelea, no is meteréis en un problema. Aunque seáis ahora unos niños, no habéis perdido la experiencia, ni parte de la fuerza que teníais de adolescentes. Sois muy fuertes, demasiado para la edad que ahora tenéis. Podéis hacer daño a esos niños so os metéis en otra broma.
Los dos niños se miraron.
-¡Prometido mamá!- prometió Ranma.
-¡Prometido tía Nodoka!- prometió Akane.
Nodoka supo que los dos niños incumplirían esa promesa.
-Ya que nos habéis traído a este colegio, tendremos que ir a ella. No es por nuesyro gusto, pero iremos- Ranma lo dijo con ironía para expresar su disgusto y él de Akane de ir a ese colegio.
Y los dos niños se giraron y se dirigieron a la que sería su aula.
Las dos mujeres vieron alejarse a los dos niños.
-Vamos a tener problemas con esos dos. No se estarán quietos si lo provocan- Nodoka vio como lo niños se alejaban en dirección a su clase.
- Vamos a tener que volver varias veces. – Kasumi negó con la cabeza- Ranma y Akane se han vuelto impredecibles. Creo que hemos hecho mal en traerlo aquí.
-Tampoco podíamos dejarlos en el instituto, ni que se quedaran en casa.
Las dos mujeres volvieron a casa, sabiendo que los dos niños iban a tener problemas.
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Los dos niños entraron en su nueva clase, miraron a sus nuevos compañeros y a su maestro, notaron la hostilidad hacía ellos.
-No somos queridos, estos enanos nos desprecian- Ranma lo dijo en bajo, sólo lo oyó su amiga.
-Debemos mantener la promesa que le hemos hecho a tu madre. No podemos pelearnos…
-Creo que esa promesa le importa poco a nuestros nuevos compañeros ni a nuestro profesor.
-¡Dejad de cuchichear!, ¡es de mala educación!, ¡os habéis saltado la primera clase!, ¡ Habéis pegado a varios profesores y a varios compañeros vuestros!, ¡merecéis un castigo!.
El hombre fue a su mesa y de un cajón sacó una regla de madera.
Todos los niños sintieron miedo, ellos sabían que pasaría, habían recibido ya ese castigo de ese profesor. Esos niños se alegrarán de no ser ellos los castigados, pero se alegrarán aún más que los dos niños nuevos recibieran los que ellos consideran un merecido castigo.
Ranma y Akane se pusieron en posición de defensa, si ese hombre atacaba a uno de los dos, se defenderían, pero ese maestro actuó sucio. Sacó algo del bolsillo.
-¡Unas de las bombas de Happosai!- los dos niños se miraron, vieron como sus presuntos compañeros y el profesor se ponían unas mascaras antiguas, y ese profesor tiró la bomba contra el suelo.
Un gas apestoso invadió la clase. Los dos nuevos alumnos recibieron el ataque de lleno.
-¡Ranmaaa!- gritó Akane pidiendo ayuda a su amigo.
-¡!Ya voy Akane!.- no veía nada, pero por el grito de Akane supo donde estaba su amiga.
-¡No lograrás nada!- ese profesor se rió como un demente- tu amiga se llevará un par de azotes con mi regla justiciero. Soy el defensor de la verdad en este colegio. ¡Soy la justicia!. La dictó, la hago cumplir, juzgo al quien la quebranta, y ejecuto la sentencia.- y volvió a reír.
El humo se disipó, Ranma vio como ese profesor cogía con una mano a Akane por su muñecas, la tenía contra la pared, y con la otra mano se dispuso a azotar a la niña en el culo.
-¡Toca a Akane y desearás no haberte levantado hoy.- la rabia de Ranma era enorme su aura era enorme.
-¡Detenedme!- fue un desafío- y bajó la mano que tenía la regla con la intención de azotar a Akane. Pero golpeó al aire, la niña que tenía detenida le fue arrebatada de sus manos.
Oyó un ruido se giró a su mesa y vio encima de ella a Ranma y en brazos del niño a su amiga. Ranma aunque pequeño podía coger a esa niña.
-¿Estás bien Akane?, ¿te ha hecho mal ese psicópata?- habló con amabilidad a esa niña. Sonrió con amabilidad a la niña.
-Si, estoy bien, siempre me tienes que salvar, algún día te salvar a ti.
-Ya lo has hecho Akane, me salvaste de la oscuridad en la que viví hasta que te conocí.-la dejó en la mesa, se giró al profesor – yo castigo sin piedad al que intenta dañar a Akane. Entre ella y yo te castigaremos.
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Nodoka y Kasumi salían del colegio, cuando cayó del cielo un hombre. Muy golpeado y dañado. Las dos supieron al instante quien golpeó y mandó a volar a ese hombre. Los dos niños no cumplieron lo prometido.
El hombre se levantó y aún con ka regla gritó.
-¡Que niños más maleducados educados!,!Pegarme a mi!, ¡a su maestro!, ¡ les voy a enseñar a respetarme!, ¡ Cuando Los pille los azotar hasta que no se puedan asentar seis meses!
Minutos después Nodoka y Kasumi estaban de nuevo en el despacho del director, también estaba el profesor agredido por los dos niños. Nodoka estaba calmada, pero con la mano en la katana.
-¿Qué en este colegio se permite los castigados físicos a los alumnos?- El director asintió- ¿Qué mi hijo y Akane iban a recibir azotes en el culo por llegar tarde a su clase?
-¡Es la ley, ¡mi ley!, ¡todos mis alumnos deben cumplir mis leyes!.
-¡Otro iluminado que se cruza en el camino de los dos niños!- Nodoka miró a Kasumi, lo que dijo está era más propio de Nabiki que de la hermana mayor de Akane.
-¡Si ese hombre intenta castigar mis dos niños no seré yo quien los detenga cuando ellos lo castiguen.
-¡Intentarán castigarme!, ¡ no me pillaran otra vez!.
-Lo harán, no podrá detenerlos, esos dos niños son un huracán desbocado. No los enfurezca, no me endurezca, o lo pagará caro- y lo apuntó con la katana- tóquele a uno de ellos un solo pelo, y lo obligaré a hacerse el sepukku.
El hombre la miró y se rió, era él quien mandaba en esa escuela, lo hacía con amenazas. No sólo sus alumnos habían recibido su castigo de azotes. También había castigado a otros profesores y personal del centro.
-¿Tú obligarme a hacerme el sepukku?, ¿tú castigarme a mi?- la ironía de ese hombre era evidente- ¿tú? Sólo eres una mujer, lo han intentado hombres y no han conseguido nada, tú, ¡ja!- el desprecio de ese hombre hacía Nodoka era grande- no lograrás nada. Ahora sere yo quien te castigue.
Y levantó su regla para pegar a Nodoka.
-No quiero ver lo que va a suceder. – Kasumi se giró.
La puerta del despacho del director estalló, y a ese sitio entraron los dos niños que esperaban fuera. Estaban furiosos, sus auras negras fueron visibles.
-¡No toques a mi madre!, o lo que te hemos hecho será un juego de niños comparado con lo que te haremos.
- Soy un adulto, debéis obedecemos. Estoy por encima vuestro.
- No podéis pegarle- Nodoka miró a los niños- lo habéis prometido.
- No vamos a dejar que te toque a ti o a Kasumi, tampoco que nos pegue a nosotros.
El hombre rió.
-Sois unos niños, como me paguéis os castigaré más fuerte.
-No tema, no vamos a pegarle.
La sonrisa malvada de los dos niños avisó a Nodoka que los dos pequeños trataban algo.
-Le vamos a castigar sin necesidad de darle un solo golpe.
-Tenéis demasiada imaginación, yo tengo más fuerza que vosotros, yo…-ese hombre no pudo seguir hablando de él mismo- los dos niños saltaron sobre él.
-¡No podéis hacer eso!- gritó Nodoka.
-No le hemos pegado.
Los dos niños llevaban al profesor insoportable al patio, lo habían atado y amordazado. Ranma lo llevaba cogido de los hombros y Akane de la cabeza. No tenían cuidado de que ese hombre no se golpearse en ningún sitio.
Salieron al patio, ese profesor se giró y vio el cactus que el mismo plantó para castigar con sus pinchos a los niños, Ranma saltó el cactus, el culo del hombre no logró esquivar esos pinchos. Akane también saltó el cactus. Los dos niños volvieron a repetir el salto del cactus. Ese hombre no esquivó ni una vez el beso de su culo con los pinchos del cactus.
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Minutos después ese hombre estaba atado a un tronco de madera. Todos los profesores y alumnos de ese colegio estaban viendo el "ritual" que estaban ofreciendo los dos niños nuevos en el patio de ese colegio.
-Hoy serás quemado en honor de la diosa Rumiko, y los dioses Adachi, y Toriyama creadores de muchos universos.- Ranma miró a ese mal profesor.
-¡Alabada sean sus nombres!.- coreó Akane.
-¡Dime tu nombre y te haré rey en un jardín de cardos borriqueros. – El niño lo dijo cantando.
-¿No iréis a quemarlo?, ¡Me prometisteis no pegar a nadie- dijo Nodoka.
-Prometimos no pegar a nadie, no prometimos no quemar a nadie.
Nodoka se quedó parada.
-¡Ah, es verdad!, no prometisteis no quemar a nadie. Fallo mío. Terminar pronto, y no dejar que el humo os toque. El olor a humo es difícil de quitar de la ropa.
El profesor abrió mucho la boca, esa mujer estaba loca, dejaba que esos dos niños lo cremasen.
-¡Seré un profesor bueno!-suplicó ese hombre- no volveré a pegar ni amenazar a nadie.
-¡Mientes!- gritó Ranma, nadie creyó a ese hombre- si lo volverás a hacer.
-Por favor no me quemes, no soy un hereje.
-¡Si lo eres!- Akane se acercó al hombre- me has intentado pegar, soy la protagonista femenina de esta historia y tú- la niña bufó- un personaje de octava fila.
-¡Te merecías un castigo!.
-¡Te mereces la hoguera!- y la nada sacó una antorcha.
-¡No me quemes!-suplicó.
-¡Sí!, ¡quémalo!, ¡quémalo!, ¡quémalo!.- gritaron los alumnos y profesores de ese colegio.
-¡Te lo repito!, ¡Dime tu nombre! ¡Dime tu nombre y te haré rey en un jardín de cardos borriqueros.
El hombre se quedó callado. Nunca había dicho su nombre, ¿ por qué su padre le puso ese nombre?, ¿por ser fan de ese anime?, el hombre negó con la cabeza. No diría su nombre, no soportaría la vergüenza. Si supieran como se llamaba sería la burla de todos, como cuando era estudiante.
-¡No lo diré nunca!-gritó el hombre.
Ranma se acercó a su madre y le dio la antorcha
-¡Toma!, guárdamela, después te la pido.
Los dos niños se fueron y al volver traían un árbol, muy pesados y grandes. Los dos niños apenas se veían entre las ramas y el tronco.
-¿De donde habéis sacado ese árbol?- Nodoka juraría haber visto ese árbol. Los dos niños lo habían dejado en medio del patio de la escuela.
- Es del parque esta más cerco que una momia. Lo hemos arrancado, y traído aquí- Ranma se acercó al tronco- estaba a punto de caerse.
-Ya habían avisado al ayuntamiento, pero no hacía caso. Debe ser más útil para el pueblo que el alcalde patine en la pista que han puesto delante del ayuntamiento que un árbol represente un peligro para los ciudadanos- Akane se mostró muy crítica con los políticos, ella y Ranma habían tenido un pequeño conflicto con el alcalde ese día. Al final el representante público vio la ciudad que gobernaba desde la nubes.
Entre Ranma y su amiga convirtieron ese árbol, podrido hasta la raíces, en leña, que fueron aplicando a los pies del maestro.
-¡El hereje al fuego!, ¡Queremos al hereje!, ¡Que arda, que arda!
Los dos niños cantaban mientras apiladas ramas y leña a los pies del profesor maltratador. Nadie hacía nada por detener a los dos niños, estaban paralizados por lo que estaban haciendo.
-¡Cinco mil yens que lo queman!- apostó un profesor.
-¡Acepto la apuesta!- otro profesor se metió en el juego.
Cinco segundo después todos los maestro estaban apostando, los niños apostaban su almuerzo. Y donde había apuestas aparecía Nabiki, su sexto sentido apostador, le hizo sentir donde se apostaba, la había hecho ir a ese lugar, la joven se estaba lucrando .
El futuro quemado veía como sus compañeros estaban jugando con su destino cercano. Estaba asustado, esos dos niños iban en serio en eso de quemarlo vivo.
-¡Mi nombre es… Vegeta!- gritó el hombre, mi padre me llamó como un personaje de anime.
Todos los miraron asombrados, y se empezaron a reír.
-¡Se llama como un segundón!- Ranma hizo morfa del nombre de esa persona.
-¡Si, como el rival de Son Goku!.
Los dos niños lo miraron.
-¿No se parece un poco a ese personaje?- preguntó Ranma. Ese hombre era idéntico al personaje de Dragon Ball. Bajito, con el pelo de punta, y con cara de amargado, con mal genio.
-Sólo le debe faltar su Bulma.
Al hombre se le escapó una lágrima, era cierto la mujer que quería se fue con el tendero de la esquina. En ese mundo Bulma se quedó con Yamcha.
Ahora debía abandonar esa escuela, del ser el terror pasó a ser la burla por culpa de dos niños, había olvidado que estaba a punto de ser quemado por esos dos niños.
-¡Basta ya!- ordenó Nodoka-¡ dejad a ese hombre libre!, ya ha aprendido la lección. Apagó la antorcha que le dio su hijo- no te daré la antorcha.
-¡Pero mamá..!- Ranma iba a defender su derecho a pasar por la hoguera a ese hombre.
-Nada de peros. ¡Os lo soltáis u os dejo sin helado un mes!
Los dos niños bufaron, no estaban de acuerdo con la petición de Nodoka, pero esa mujer cumpliría su amenaza de dejarlos sin helado, no se lo pensaron dos veces, los dos niños golosos no estaban dispuestos a quedarse sin helado durante todo un mes.
Ese hombre que ahora sabían que se llamaba Vegeta fue soltado, y cayó al suelo. Se levantó y miró con odio a los dos niños, estos notaron la hostilidad del hombre y se pusieron en guardia.
Los dos niños ya sabían que sería su peor rival en esa escuela. No sería el único, pero Ranma y Akane no se dejarían vencer, se lo impedía el orgullo.
