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2. CAPÍTULO.
2ª. Malos días en el colegio.
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Ya habían pasado varios días desde que los dos niños habían ingresado en su nuevo colegio, y no había día que no fuesen castigados. Era dos niños rebeldes, bocazas, hiperactivos, nunca estaban quietos, siempre pensando en una nueva travesura.
En ese tiempo habían sido castigado sin recreo, sin comer, con los cubos de castigo, pero ellos a cada castigo se volvían más rebeldes y lo peor, se vengaban.
El profesor Vegeta era su principal víctima, le habían teñido el pelo de amarillo, de rojo, y de otros colores. Ni los maestros ni sus padres sabían como calmar a esos niños.
Pero no sólo eran traviesos en la escuela, en casa los dos patriarcas, junto con Nabiki eran sus víctimas favoritas. Happosai aparecía poco por el dojo, no quería caer en las manos de los dos pequeños, ya los había sufrido algunas veces.
Y en la calle… eran hasta cierta parte tranquilos, hasta que se cruzaban con algunos de sus rivales. Ukyo era su principal víctima, y aunque buscaban a Shampoo no la encontraban. La chica china aún estaba en su aldea. Cologne no encontraba la solución al problema de los dos pequeños, esa mujer sólo quería curar a Ranma y dejar a Akane como niña, tenía un plan para quedarse con el pequeño… en cuanto consiguiera volverlo adulto.
Los dos niños se dirigían al dojo, volvían con deberes, con deberes que debían hacer sólo ellos, y con varios castigos. Los dos sabían que sus maestros no querían que descansarán en casa, lo que ignoraban sus maestros que para hacer esos deberes los dos pequeños usarían su mente adulta, y no tardarían ni una hora en completar todas las tareas.
-¡Que agobio de colegio!- Ranma gruñía enfadado, se sentía frustrado- nos están enseñando cosas que ya sabemos. No deberíamos ir a esa escuela.
-¡Ya lo sé!- Akane también estaba frustrada- quiero volver a nuestra edad real. ¡Quiero ir al cine!, ¡ ver la película que planeamos ver!, ¡Shampoo y Ukyo!, ¡las odio!. Nos han quitado tantas cosas.
El enfado de los dos niños era una rabieta infantil, mucho de egoísmo de niños, con algo de rabia adolescente. Los dos se sentían vacíos, no encajaban con sus nuevo ser, esa era la razón por la que eran tan rebeldes. Dos personas casi adultas encerradas en el cuerpo de dos niños.
-¡Me gustaría ir a la montaña!, ¡acampar donde íbamos de entreno!, ¡ entrenar contigo!, ir solos como planeamos- Ranma cerró el puño- debíamos estar ahora entrenando en la montaña, pero con estos cuerpos- se señaló su cuerpo- no] nos dejaran ir, ¡Ni siquiera al cine!.
-Podíamos decir a tu madre que queremos ir al cine, a ver la película de " Shingeki no Kyojin" . Ella nos llegará.
-¡Mírate Akane!, Mírame a mi. Somos niños, no nos llevarán a ver esa película. Nos llevarán a ver ese bodrio de película infantil que se acaba de estrenar, esa que no va nadie a verla.
Akane supo que su amigo tenía razón. No verían la película que deseaban ver, ya no tenían la edad adecuada para verla.
Los dos niños siguieron su al dojo, su humor había era pésimo. Se cruzaron con compañeros suyos que iban a jugar a béisbol. Aquellos niños se metieron con la pareja, se rieron de los deberes extra de la pareja.
-Sois tontos- el niño que siempre iba de jefe se reía con prepotencia- sois castigados gracias a nosotros. Nuestras madres hablan con nuestros profesores y ellos les hacen caso- se rieron todos los niños- seréis castigados hasta que sepáis quien manda en la escuela. Hasta que bajéis la cabeza cuando nosotros pasemos.
-Eso no ocurrirá nunca – el tono de Ranma fue de creído- nunca hemos bajado la cabeza antes nadie.- miró al niño- y menos antes un mocoso, se te escapan los moscos, das asco. ¡Desaparece de mi vista!, y vete a bañar, apestas. – sonrió con maldad- todos apestáis
Los dos prometidos rieron.
-¡De esta os acordaréis! Somos más que vosotros no podéis con nosotros.
Y ese niño lanzó a sus amigos contra Ranma y Akane. Aquella tarde esos dos pequeños escarmentaron a sus compañeros.
-Su jefe ha huido, es un cobarde- Akane miró a los niños que habían vencido- ese niño es como Gigante de Doraemon, tiene a los demás atemorizados, los hace luchar, pero él se mantiene a salvo.
-Ya lo pillaremos, no se escapará.
-Pero se ocultará detrás de sus amigos y de los profesores. – El chico se encogió de hombros- ya resolveremos ese problema cuando se presente volvamos a casa. Pero antes- miró a los niños que los atacaron.
Después de asustar a los niños, la pareja decidió ir a ver la película que querían ver, sin pedir permiso a sus padres. Lo harían ese sábado.
Al llegar al dojo se encontraron con que las madres de los niños que los atacaron fueron a quejarse. La mujeres presentaron sus quejas, Ranma y Akane se defendieron, sabían que Nodoka los castigaría.
-Nos atacaron- Ranma estaba furioso- dijeron que debíamos bajar la cabeza antes ellos, nunca he bajado la cabeza antes nadie. Si me hubiera rendido antes Saffron… -miró a Akane- y nunca lo haré.
-Es tu deber, mi hijito está por encima de alguien como tú- el desprecio de esa mujer era enorme, a Nodoka no le pasó por alto ese desprecio. Comprendió el enfado de los niños- vivís en este sucio dojo, con medio mes del sueldo de mi marido lo puedo comprar, derribar y hacer un bloque de apartamentos de lujo.
Y esa mujer y las que la acompañaron se rieron tapándose la boca.
-Tiene la misma risa de loca histérica que Kodachi- murmuró Ranma a Akane.
-Todas la tienen.
-¡Esta casa apesta a plebeyos!- otra mujer pasó al ataque.
- Más vale oler a plebeyos que a la supuesta colonia de gran marca que llevan estas mujeres- Ranma inició el contraataque.
-Si, es la que venden en la tienda del centro comercial, la vende como si fuese de buena marca, pero sólo es una copia barata.
Las mujeres miraron asombradas a los dos niños. No sabían cómo esos dos niños conocían esa tienda, famosa por sus imitaciones. Desconocían que esos dos "niños" eran realmente dos adolescentes, y habían ido a esa tienda.
-Estos niños tienen envidia de nosotras y de nuestro poder adquisitivo. Tienen envidia de nuestra belleza y la de nuestros niños.
Los dos pequeños miraron a la mujeres, miraron a sus hijos y empezaron a reír a carcajadas.
-¿Belleza?, ¿Ustedes? Si una de vosotras parece un león marino- Ranma consideró que no se merecían que les hablase de usted- y todas parece sacada de una película vieja, una sobre brujas.
-Sus hijos se parecen a ustedes, parecen los hijos de una bruja.
-Sus hijos se merecen unos azotes, ¡Que maleducados son!.- la madre del niño que huyó estaba escandalizado, no estaba acostumbrada a que se riesen de ella.
-¡Mis niños son educados!,- Nodoka estaba harta de esas mujeres.- sólo se vuelven maleducados con quien no lo son. No pienso castigarlos por responder al acoso de sus hijos. Si se han reído de ustedes y de sus hijos, es porque se lo han buscado.
-Si no los castiga usted ya me encargaré yo que sean castigados.
-¡Como somos castigados cada día, cada día somos castigados sin motiv!o- Akane estaba furiosa.
-Hoy su hijo nos a dicho porque somos castigados. Después ha lanzado a sus amigos contra nosotros.
-Pero su hijo es un cobarde, no ha participado en la lucha, y ha huido cuando ha visto todo perdido. Ha dejado a sus amigos para que recibieran una paliza.
Nodoka miró a las mujeres, y sacó la katana.
-¡Fuera!- gritó la mujer- mis niños no harán más castigos por que ustedes lo exigan.- miró a los dos niños- sacad a estas señoras y a0 sus hijos de aquí, hacerlo como queráis. Mañana si sus hijos o el maestro os molestan podréis utilizar la técnica que queráis.
Unos segundos después las mujeres y sus hijos huían del dojo, siendo perseguidos por Ranma y Akane que cabalgaban sobre Genma transformado en panda. Ranma blandía un palo a forma de espada.
-¡Al ataque!- gritaba el niño, mientras Akane tatareaba "La cabalgata de las Valquirias". Genma gruñía cómo un verdadero oso.
Fue una tarde muy divertida para los dos niños, pero esa acción traería consecuencias contra los dos pequeños, y esas consecuencias llevaría problemas para quien se quiso vengar.
-¿Qué no habéis hecho el castigo?- bramó furioso el profesor. Ese maestro, con el mismo nombre que un personaje de un manga, seguía siendo el terror de la escuela-¿ Me podéis dar la razón de no hacer los deberes?
-Mi madre se ha negado a que lo hiciéramos. No ve por qué debemos hacer un castigo que se nos pone por petición de la madre de otro alumno.
El profesor Vegeta se enfureció, miró a los dos niños y estalló.
-¡Estáis castigados!, ¡Haréis extraescolares!, ¡ Iréis al club de arte marciales y haréis de sparring de vuestro compañeros.
-¡Nos negamos!- Akane miró al profesor- ya hemos vencido a estos niños. No están a nuestro nivel. Tenemos más experiencia que ellos.
Todos se rieron, esa niña estaba loca.
-No está en nuestra naturaleza dejarnos pegar. No haremos de sparring- el tono prepotente que puso Ranma enfadó a sus compañeros- no podemos atacar a niños pequeños- ese niño estaba loco, pensaron todos, él también era un niño- pero si somos atacados… nos defenderemos.
El día fue una sucesión de castigos inmerecidos, el poder de la madre de ese niño en el colegio era grande, pero la furia de Ranma y Akane también lo era y no tenía límites.
No lo dejaron comer, incluso en eso fueron castigados. Las burlas de sus compañeros fueron constantes, y el aumento de la furia de los dos niños aumentó de forma exponencial.
Después de la hora del almuerzo dentro de la clase de los dos niños se sintió mucho frío, aunque estaba puesta la calefacción hacía mucho frío. Y todos miraban a los dos niños nuevos. Un aura negra los rodeaba, era de ellos de donde venía el frío. Algunos niños creyeron ver que de sus cuerpos salían chispas eléctricas.
El profesor los miró, él también vio las chispas, y miró a los ojos a los niños y se atemorizó. Vio mucha rabia, supo que si los provocaban esos niños estallarían, no quería estar cerca cuando esos niños dejaran salir toda su furia
Ese hombre se acordó del rumor que recorría el barrio, ese que decía que los dos jóvenes más fuertes y con más mal genio habían sido convertidos en dos niños. Se alarmó, esos dos niños se parecían a los dos adolescentes, tenían los mismos nombres. Negó con la cabeza, si eso que pensaba era verdad, tenían un problema, nadie en ese colegio iba a poder castigar a los dos pequeños y si se enfurecían…
La última hora llegó, y los dos niños no tuvieron más remedio que ir a gimnasio donde se hacían artes marciales. Los dos miraron a esos niños, y se decepcionaron.
-¡Que nivel tan bajo tienen!- no pudieron tener la boca cerrada.
Todos los allí reunidos los miraron con odio. Fue entonces cuando Ranma y Akane vieron al entrenador de artes marciales, ¡era el profesor que lis castigo!, el profesor Vegeta haciendo de sensei!, seguro que su homólogo del anime tenía más nivel que él.
-¡Mira lo que tenemos aquí!, ¡los sparrings nuevos!, los últimos que me mandé no duraron ni tres asaltos, salieron llorando- el hombre se rió,- ¿así que pensáis que vuestros compañeros no tienen nivel? Cuando salgáis por la puerta pensaréis que os habéis equivocado al haber hablado.
-Tal vez- dijo Ranma- a lo mejor si nos hemos equivocado en lo del nivel bajo.
-Al irnos podemos pensar que no es que tengan un nivel bajo.
-Ahora nos damos cuenta que no tienen nivel- miró al entrenador- y eso lo incluye a usted.
-¡ Dejad vuestras cosas y prepararos para el primer entrenamiento!.
Segundos después los dos amigos estaban en el centro del tatami, no ocultaban su furia.
-Hoy teníamos planeado ir a la heladería- dijo con furia Akane.
-Quedamos con unos amigos- continuó Ranma- pasaréis caro la osadía de hacernos quedar aquí.
-Vuestras frustraciones no me importan- se rió el maestro- para nada, sólo queremos daros una lección.
Una niña y un niño se prepararon para entrenar con los dos niños nuevos.
-No duraría ni diez segundos- la niña se creía superior a Akane- no tenía el potencial para hacer el arte.
-Ranma, ¿Ranma sabes lo que es el arte?
-Si, ¡lo mismo que congelarte!, es chiste viejo.
Los dos niños se habían burlado de su supuesta rival, que los miró furiosa.
-¡Atacad!- ordenó el entrenador a sus alumnos.
Antes que esos dos niños se movieran ya tenían encina a sus supuestos sparring, Ranma y Akane no tuvieron piedad.
Las risas de los practicantes de artes marciales se callaron, los dos sparrings habían vencido sin esfuerzo a dos de ellos, pero los dos vencidos eran novatos, los próximos tenían más nivel. Pero esos dos también fueron vencidos por los sparring en segundos.
El entrenador no se creía lo que veía, sus alumnos vencidos por dos niños sin nivel, no podía estar pasando. Recordó que esos dos niños ya habían vencido a los profesores de judo, pero esos entrenadores no tenían su nivel.
-Veo que sabéis algo del arte- no aceptaba, ni reconocería, que esos niños eran mejores que sus alumnos.- pero, no podéis con todos.
Y lanzó todos los alumnos contra los dos adolescentes en miniatura.
Ranma y Akane se pusieron en guardia, y replegaron sus años de entrenamiento delante de sus atacantes.
El entrenador veía como sus alumnos caían como moscas, había hecho mal en aceptar a esos niños como sparrings, eran un peligro, si estuviesen bien entrenados.
-¡Pero si están mejor entrenados que yo!, ¡que potencial!, ¡Si son así con siete años, cuando sean adolescentes…- y el hombre empezó a hacer planes, él sería el descubridor de esos niños. Si los entrenaba tenía el futuro asegurado. Si…si… y ese si también.
Pero entonces recordó que esos dos niños no se dejaban dominar por nadie. Pero podía exigir a sus padres que fuese él entrenador. Pero un pensamiento negativo entró en él, esos niños aunque no eran familia vivían juntos, en un dojo, seguro que eran entrenados allí, por eso eran tan fuertes.
-¿Dos familias que viven juntas?, seguro que esconden algo, sus padres se deben dedicar a asuntos no legales- ese profesor tenía un mente muy fantasiosa- si descubro lo que oculta esa familia podré chantajearlos, y podré ser su sensei. Me haré famoso, todos querrán que los entrene. Dejaré este maldito colegio y todo sabrán que soy el mejor profesor de Japón. Pero me tendré que cambiar de nombre, todos se reirán de mí, por tener el mismo nombre que…
Ese hombre se estaba montado su particular cuento de la lechera. Se veía como alguien famoso, alguien que iría a los mejores programas de televisión. Conocería a famosos, sería uno de ellos. Lo contratarían para entrenar a los hijos de esos famosos. Podría dejar ese colegio que le pagaba poco, tan poco que debía tener otro empleo.
Comería carne cada noche, y vino del mejor. Vino francés, italiano o español. Whisky escasos, no ese sucedáneo y barato que bebía ahora y que le mandaba su hermana. El Whisky hecho por el marido de su hermano era malo, sabía a colonia. No sabía como su padre obligó a su hermana a casarse con ese hombre que parecía un gorila.
Vio como los dos niños eliminaban uno a uno a sus alumnos, a sus ayudantes, al masajista y los curiosos que fueron a mirar. Vio como esos dos niños lo miraban a él, pero èl era el mejor preparado de ese club, vencería a los niños en un instante. Usaría la técnica que aprendió de ese viejo, Happosai dijo llamarse.
Pronto de dio cuenta, que esos dos niños habían ocultado su potencial, que habían luchado sin enseñar sus técnicas, se dio cuenta que esos niños eran más hábiles de lo que pensaba. Y se dio cuenta que la técnica que aprendió de ese viejo era realmente una idiotez, y era totalmente inútil en una lucha. Sólo servía para robar ropa íntima femenina, sin que nadie se diese cuenta.
Cuando se lo llevaron en la camilla en dirección al hospital, se dio que había olvidado lo que llegaban a doler los golpes, como dolían los golpes recibidos por esos dos enanos. Y recordó la leyenda de otra pareja llamados también Ranma y Akane, los expertos luchadores convertidos en niños, por sus rivales.
-¿No serán estos dos niños esos dos adolescentes?- se preguntó, pero rechazó esa idea- ¿Quién se va a creer que dos adultos se vuelvan niños?- se burló de él mismo- es como pensar que un hombre se transforme en chica al mojarse con agua fría.
Ahora estaba más convencido que nunca,
-Me seré el entrenador de esos dos jóvenes y lo adiestraré bien, serán los mejores luchadores del país, ¡que digo país del mundo!, ¡ serán famosos!, ¡ y yo lo seres con ellos!- se rió como un loco.
La risas resonaron en la ambulancia, los enfermeros asustados lo sedaron, ese loco con sus risas y sus comentarios les provocaban mal de cabeza.
-Por suerte nos librarnos de él cuando lleguemos al hospital. Me dan pena lo que tengan que cuidar de él.- comentó un enfermero, sus compañeros asistieron con la cabeza, le dieron la razón. Una vez en el hospital y libres de ese hombre suspiraron.
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En el despacho del director, los dos pequeños prometidos recibían otra reprimenda.
-¡Habéis acabado con el equipo de artes marciales del profesor Vegeta!
Nodoka y Kasumi se miraron y se taparon las bocas, intentando reprimir las risas al oír el nombre de ese profesor.
-¡Nos intentó utilizar de sparrings!, no nos íbamos a dejar pegar sin defendernos.
-¡Estábamos clasificados para campeonato infantil!, Ahora no tenemos equipo con que ir!- el director los miró. Esos dos niños habían acabado con el equipo infantil de ese colegio, y tomó una decisión-¡seréis lo que representaréis al Furinkan infantil en el torneo!.
Los dos niños iban a protestar, pero Nodoka y Kasumi ya no pudieron contener más sus risas, las dos perdieron su famosa compostura.
-¡Ese profesor.. ¡, ¡Se llama…!- dijo Nodoka riendo.
-¡Si, como ese personaje de anime!- contestó Kasumi, las dos se reían a carcajadas. No podían parar de reír, ambas tenían un incontrolable ataque de risa.
Los dos niños miraron a las dos mujeres y sonrieron con maldad. No habían visto nunca reír a las mujeres así. Ellas tampoco habían podido aguantar sin reírse ante el nombre de ese profesor.
-¡Señora, por favor! Un poco de seriedad, que están delante de sus hijos, y no le dan buena educación.
-¡Mejor que la que pueda dar ese profesor con nombre tan ridículo, si le doy!- Nodoka paró de reír, miró al durector con seriedad- su profesor ha querido utilizar a mi hijo y a su prometida de sparrings, lo ha hecho sin preguntarnos- señaló a Kasumi- somos sus tutores legales, lo podemos denunciar.
-¡Si no participan en el torneo los expulsaré un mes- amenazó el director.
Los dos niños se alegraron, eso es lo que querían, dejar ese colegio.
-¡De acuerdo participarán en el torneo!,- Kasumi que su hermana y el prometido de esta querían esas expulsión, no debía permitir ese capricho de los dos niños.
Los dos pequeños bufaron fastidiados, Kasumi le había estropeado sus planes.
-Pero no recibirán entrenamiento de ese profesor suyo. Si le han ganado significa que no está cualificado para ser su sensei.
Los dos niños miraron a Nodoka, si no tenían bastante con tener en contra a Kasumi, ahora se añadía Nodoka. Los pequeños se miraron desesperados. No sólo las dos mujeres los "dejarían" participar en ese ho… .1rrendo campeonato, serían castigados, la participación en ese torneo era ya parte del castigo.
Durante minutos las dos mujeres y el director discutieron sobre la participación en el torneo. Los dos niños miraban como planeaban su futuro sin déjalos participar.
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Al salir del despacho Nodoka m1iró a los niños. Estos tragaron saliva, estaban metidos en un jaleo. Iban a recibir un buen castigo, a parte de tener que participar en un torneo que no querían ir.
Estaban en el comedor, con toda la familia reunida.
-¡Esta vez os habéis pasado!, ¡No debisteis pelearos con esos niños.
-No tuvimos nada que ver. Ese profesor nos quiso enmerdar desde primera hora. Lo tenía planeado desde el principio.
-¡Primero, modera tu lengua jovencito!, segundo, no le eches las culpas a los demás de tu comportamiento.
Los dos pequeños vieron que tenían la guerra perdida.
-¿Por qué no me crees?- gritó Ranma- te estoy diciendo la verdad.
-¡Eres un niño!, no debemos hacer caso a las mentiras de los niños.
-¿Y a ti te debemos hacer caso?- Ranma miró a su padre- ¿Le has contado todo lo que me hiciste de niño?, ¿las veces que me alquilaste por un plato de comida… ¡Uno, para ti!, las veces que pase frío, ¡Mientras tú estabas abrigado!, yo dormir en medio la nieve, ¡Mientras tú dormías en un hotel!.
Genma supo que su hijo se había vengado, miró a Nodoka
-¡No estamos juzgando a tu padre!, ¡de él ya me encargaré!, hoy tú y Akane estáis siendo juzgado.
-¡Basta!, ¡Basta!, ¡Basta!, - gritó Akane- aunque lo aparentemos no somos unos niños! Somos adultos!, ¡Y una locas nos han jodido la vida!- miró a la familia- no me castigaréis por decir palabras soeces. No nos creéis y si a ese profesor loco.
-¡Ese profesor es un adulto!
-¡Que junto la mujer que vino ayer, esa que echamos de malas formas, tienen dominado al colegio. Se han querido vengar por lo de ayer.
-No consentiremos que se burlen de nosotros.
Los dos niños estaban realmente furiosos.
-Aún con esas estáis castigados, no compréis postre durante una semana. Habéis utilizado demasiado fuerza para deshaceros de vuestros rivales.
-¡No hemos hecho nada!- gritó Ranma- mañana nos volverán a castigar en el colegio. Será por una tontería, por algo que no haremos.
-Lo que vosotros no queréis ir a ese colegio.
-No, ¡No queremos ir!, no debemos ir, ! Somos dos adultos!- gritaron los dos niños.
-¡Pues Iréis a ese colegio!, y mañana si os portáis bien ya veréis como no os castigaran.
-¿Qué os aportáis?- Akane miró a su familia.
-Os llevaré al cine y os levantaré el castigo.
-Iremos a ver la nueva de….
-No vale la pena, es mala de narices- Ranma cortó a Kasumi- queremos ir a ver la película final de ",Shingeki no Kyojin "
-Esa es para adultos, vosotros debéis ver, una película infantil.
-Si de esa que lo guionista hacen películas tontas pensando que los niños son idiotas, y se comen cualquier basura de película.
Ni a Ranma ni Akane le gustaban las nuevas películas infantiles, eran demasiado tontas. Con malos tontos para hacer que el bueno pareciera listo.
-Iremos a ver lesa película infantil- dijo Nodoka.
- Pero como esa tan mala como dicen, Iremos a ver las de los titanes.
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Como presagiaron los niños al día siguiente fueron castigados sin motivos. Nodoka llevó a los niños a ver la película infantil.
-No es tan mala como decíais- Nodoka lo dijo no muy convencido, vio como la miraban los dos niños, y dio su brazo a torcer- es peor que mala, teníais razón.
Los dos niños saltaron de alegría, irían a ver la película que querían ver.
Al día siguiente Kasumi llevó a los dos pequeños al cine, allí se encontraron con los jóvenes que fueron sus compañeros del instituto y bromearon con ellos.
-¡Akane, que guapa está con ese vestido del patito!- Sayuri miró emocionada a su excompañera de estudios.
-¡Es horroroso!- Akane odiaba ese traje, pero tenía los otros vestidos en la lavadora-¡No me gusta, ¡quería venir con mi camisa de Shingeki no Kyojin, pero tía Nodoka no me ha dejado. Ha dicho que esa camisa no es para una niña, ¡No soy una niña!- gritó furiosa.
-No sé por qué te enfadas, a mi tampoco me ha dejado venir con la mía. Me ha dicho lo mismo que a ti.
Los antiguos compañeros de los dos niños sonrieron, los dos pequeños estaban teniendo un enfado infantil.
Llegaron al cine y Kasumi se presentó como la mujer a cargo de los niños. No los querían dejar entrar, eran muy niños para ver esa película.
-Pueden entrar, pero si se asuntan será problema suyo- el joven que vendía las entradas no estaba de buen humor, hacía frío y se le había estropeado la calefacción de habitáculo donde se vendían las entradas.
Al irse el grupo donde estaban los dos niños.
-Esos niños vinieron ayer con esa mujer que da tanto miedo. Fueron a ver esa película para niños tan malas. Van a salir llorando asustados.- cogió la taza con leche- ¡Está fría!, ¡no sólo se me estropea la calefacción, si no también la cafetera- y designado exclamó- creo que me va adoptar un resfriado.
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Los dos niños estaban esperando que empezara la película, detrás de ellos había un grupo montando jaleo. Akane miró a su amigo
-Akane y yo debemos ir al lavabo- Ranma se levantó seguido de Akane. Kasumi supo que los dos niños no iban al lavabo.
Minutos después volvieron y se sentaron, en la sala reinaba el silencio.
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Cuando acabó la sesión salieron del cine, todos hablaban de la película. Los dos niños estaban emocionados. Kasumi vio que unos jóvenes no se levantaban, estaban dormidos, miró a los dos niños, y sonrió. Los dos pequeños eran los responsables que ese escandaloso grupo entrase en el mundo de los sueños, antes de empezar la película,
-No hemos librado de una molestia.
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Una vez en casa los dos niños hablaban sin parar de esa película, delante de Nabiki que iba a ir a verla.
Era media noche, los dos niños dormían juntos, ni Nodoka, ni Kasumi, ni las amenazas de Soun habían logrado que cada uno durmiese e habitaciones distintas. P-chan miraba la cama furioso, sólo él podía dormir con Akane. Pero no se atrevía a entrar e intentar separarlos, la últimas vez que lo hizo… no quería recordar eso… tenía pesadillas de lo que le hizo Ranma.
De repente Akane abrió los ojos, en pocos días era San Valentín y… debía hacerle bombones a Ranma, había visto una receta en una revista, hablaría con tía Nodoka y Kasumi para que la ayudasen hacerlos, ella no podía hacerlo sola. Al instante cerró los ojos y se volvió a dormir.
Ranma se despertó en el instante siguiente, en pocos días era San Valentín. Si Akane le hacía bombones acabaría muerto. Y podían reaparecer las brujas que los volvieron niños. Tuvo un escalofrío, le esperaba un mal catorce de febrero.
Notas del autor:
El segundo capítulo de este fic. Este debía ser el capítulo de San Valentín, pero se fue alargando la historia y no ha quedado espacio para ese evento.
Intentaré subir un capítulo como mínimo al mes, también quiero ir acabando mis otras historias, algunas dejadas en pausa dese hace meses en pausa no inacabadas. Y tengo otras dos historias acabadas de empezar.
