Pov Narrador:
Sayuki había salido furiosa del café, pero como la dama que era, se contuvo y se limitó a suspirar. A los diez segundos apareció Rikka detrás de ella saliendo del café con una expresión nerviosa y su piel sudorosa.
¡S-Sayuki puedo e-explicarlo! _dijo asustada y temblorosa. Sayuki antes que cualquier cosa, notó la señal de su cuerpo, que era el sudor, sudor de una atleta que se entrena para superar sus limites a diario.
Parecía casi como si tuviera fiebre, de lo enrojecida de su cara y el sudor de su piel.
Se acercó a la peliazul, estando a solo unos centímetros de ella. Puso su frente con la de ella para comprobar, quedando a milímetros de distancia de sus labios. Poniendo más nerviosa a la ojiambar que balbuceaba.
"Esta caliente y húmedo" _pensó Sayuki, separándose de la peliazul , ¿Te sientes bien? _preguntó la pelirosa ahora preocupada. Ya que no era algo normal que una atleta sudara tan fácil.
S-Sayuki y-yo... _la peliazul se puso temblar de los nervios por su cercanía y solo balbuceaba.
Sayuki vio que su temperatura no estaba tan elevada como pensaba, tranquilizándose un poco.
Se separó de ella y dio un paso hacia atrás, mirando al suelo, volviendo en si a su situación actual _Yo... confío en ti _tomó aire ,se que de seguro tienes una buena explicación para lo que sucedió _su cuerpo estaba temblando al decir eso ,a pesar de lo que vi... _sus ojos empezaron a empañarse al recordar las imágenes de Rikka y Risa en tal escena provocadora _yo confío en ti... _Levantó su frente y la miró a sus ojos, mientras sus lágrimas bajaban por sus mejillas.
S-Solo pido poder escucharte... _esconde su cara entre sus manos ,quiero que me saques esta inseguridad de mi pecho _le dolía el pecho como nunca antes, pero ella sabia que no tenía que dejarse llevar por las emociones y salir corriendo, le era difícil, cuando todo su ser ante el dolor se lo gritaba. Pero ella había aprendido de sus sempais que correr y no escuchar a los demás no serviría de nada, lo había presenciado, pero aun así, le costaba a su poca racionalidad mantenerla ahí de pie.
Si no bastaba con luchar contra su dolor, había una pequeña, pero venenosa voz que le decía: "No es tan loco que ella te engañe; después de todo es su amiga de la infancia".
Rikka se acercó y la abrazo sin pensarlo, haciendo que su cabeza reposara en su pecho. Rodeo su cuerpo con fuerza, mientras que con su mano acariciaba su cabello.
Se sentía horrible por haber provocado tal dolor en su querida Sayuki, ella no se merecía su desconfianza, no con el amor incondicional que la pelirosa le tenía. Ahora ella más que nunca estaba determinada, iba a sacar a patadas su miedo, y traer a rastras su confianza, y amarla como solo ella se merecía.
Sayuki... hablamos en mi departamento...
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Risa se quedo estupefacta ante lo ocurrido, aun cuando Nanami y Sara habían entrado al baño a socorrerla en cuanto la vieron en el piso del baño, ella se quedo ausente a lo que ocurría a su alrededor, solo cuando volvieron a su mesa y Nanami le compró un té, se "despertó". Tomó la cálida taza de té entre sus manos y empezó a darle pequeños sorbos. La mente de la pelirosa estaba atormentada con incógnitas y pensamientos de preocupación, sobre todo por Rikka.
Ella era muy consciente en cuan comprometedora se veían ellas dos, y la cara de Sayuki de dolor era pareciada a la de Miya, cuando vio a Rikka y a ella abrazadas hace un tiempo atrás (en su reencuentro).
Y Eso que solo fue un abrazo... _susurró sin quererlo. Ella no quería imaginarse los problemas que le podían venir a Rikka y a ella. Ver a su novia levantarse la falda delante de otra chica, y sobre todo esa chica sea su amiga de la infancia _Dios mío... _Risa se agarró la cabeza, ¿como se iba a defender de una situación que no tenía el contexto completo?, por no decir nada.
Lo único que ella estaba segura es que su "hermanita" no tenia esas "intensiones", la conocía bien, y sabia cuán amaba a Sayuki.
Sara llamó su atención _Risa-chan, si no te sientes bien puedo dejarte ir _Risa, la miró _ Enserio estoy mejor _respondió , un poco mejor que antes, pero bien...
Te podemos acompañar a casa sin ningún problema _Esta vez Nanami habló , después de todo se te nota medio ausente.
¡No me gustaría hacerte colapsar quedándote aquí Risa-chan, vamos, vamos,! que en algún otro momento volvemos _ decía mientras la ayudaba a levantarse y tomaba su mochila-.
¡Y no te sientas culpable, usaré este tiempo para arreglar las cosas con Kaede-chan! _agarró su propia mochila.
En el camino podemos seguir teniendo nuestra charla de club ¡oh! el tema podría ser nuestras historias amorosas con nuestras novias _dijo Sara emocionada juntando sus manos, con sus ojos brillandole.
¿¡Eh?! No hace falta, ya me siento mucho mejor, puedo ir sola _dijo nerviosa la ojiceleste, y mirando suplicantemente a la peliroja.
Sabes, Sara-san tienes razón _con una sonrisa dijo la pelirroja ,ya pasamos la mayoría del tiempo hablando de cosas tristes, ya es hora de charlar de algo agradable.
¡Y que cosa más agradable que anécdotas de amor! _emocionada con cada uno de sus brazos, envolvió los hombros de ambas chicas pegandolas a su lado _¡Vamos, vamos! Tenemos mucho que compartir _decía mientras las sacaba del café (antes habiendo pagado la cuenta).
«¡Demonios!» pensó Risa, porque para quienes no conocen a la castaña, cuando se trata de amor es despistada, pero en el sentido de que habla de cosas "indecentes " sin tener en cuenta el lugar o las personas de su alrededor, pudiendote hacer pasar la vergüenza de tu vida con su desvergonzada actitud. Es por esas razones que ahora la pelirosa estaba pensando cuidadosamente lo que iba a salir de su boca, porque además de narrar sus "experiencias amorosas" con su novia, ella espera que las demás chicas del club compartan las suyas propias.
«Gh lo siento Miya, trataré de no violar tanto nuestra privacidad» pensó nerviosa, ya que sería la próxima en compartir. Vio a la pobre Nanami con la cara echándole humo con su rostro cubierto por sus manos mientras decía "Lo siento onee-sama" repetidas veces.
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Risa, al llegar a su casa, lo primero que hizo fue tirar su mochila contra el sillón, y subir las escaleras al segundo piso, directo al baño. Pues unos momentos antes de despedirse de sus amigas y compañeras de club, empezó a sentirse acalorada, todo su cuerpo lo sentía sudado y húmedo, la sensación de su uniforme pegándose en su piel le era asfixiante y dolorosamente incómodo. Como cuando en un día de calor sales a comprar y transpiras.
De inmediato al entrar al baño, se desabotono su uniforme y quitó su ropa interior, tirándolo todo al cesto de ropa sucia al costado del lavamanos.
Al sentir la lluvia del agua fría en su espalda sintió como todo su cuerpo se relajo, y le recorrió una sensación de alivio desde su nuca hasta sus pies. Pero al sacarse el problema físico de encima, la mente le abordo con otro.
Rikka... _susurró preocupada ‹‹"En cuanto tenga tiempo la llamaré, si es posible mañana temprano"›› fue su pensamiento. Estaba aterrorizada, cuanto podría crecer esa bola de nieve si la dejaba rodar por más tiempo ‹‹"Cuanto antes hable con Rikka y Sayuki, más rápido se resolverá esto y no habrá malos entendidos"›› Risa sabia cuan volátiles podrían ser los chismes en su escuela (más que nada por experiencia propia) y lo dañinos que podrían ser para uno y sus allegados.
Ya se estaba olvidando de la mala experiencia que los rumores causaron en su relación con su novia.
Las estudiantes de St. Michael no suelen molestar a nadie o hacer cosas con mala intención, pero si eran chicas muy chismosas que llegan a esparcir rumores sin fundamento, inconscientes del daño que podrían llegar a causar.
Miya... _su mano acaricio su cabeza para disfrutar la sensación del agua cayendo en su cuero cabelludo.
En su pecho le agobiaba la preocupación, de que se formara un pleito irremediable entre ellas. Aunque su amada le halla dicho de que ya maduró y que la próxima vez la escucharía, la sensación de angustia no se le desvanecía a Risa, para ello la situación ya tendría que estar resuelta.
Cerró la llave del agua, ya lista para salir, cuando de repente un doloroso piquete en los ovarios golpeo a Risa, haciendo que se agarre de la pared y quede de rodillas contra el suelo.
¡¿Q-Que demonios otra vez?! ¡gh! _no sólo en los ovarios estaba esa sensación dolorosa, también se extendía por toda la zona pélvica y abdominal. Haciendo que se abrace así misma para tratar de disipar el dolor.
Como podía, la joven de ojos celestes se levantó, y temblando daba pequeños pasos hacia la puerta del baño.
...ah... _Risa abrió los ojos en grande, su respiración se paro, y sus puños empezaron a temblar, dolor, dolor y dolor era todo lo que sentía venir en su cuerpo, que con cada oleada venía más fuerte, repercutiendo en la parte baja de su cuerpo _No... p-por favor _asustada susurró.
¡¡AHHHHRRGH!! _un poderoso grito salió de su garganta, arrastrando todo su dolor hacia fuera _... Ahh... hoo... _Inhalaba y exhalaba tratando de estabilizar su respiración; arrodillada en el piso del baño se abrazaba así misma.
¡¡Risaa!! _el sonido de la puerta principal cerrándose con fuerza la alarmó _¿M-Miya...? _susurró débilmente, como pudo se puso de pie, sosteniéndose del lava manos mientras se acercaba a la puerta para recibir su socorro. Pero un golpe en sus muslos la detuvo agachando la mirada.
¡R-Risa! ¡¿estas bi! _la preocupada pelinegro antes de poner un pie en el baño, fue recibida por un portazo en la cara _¡Auch! _se tocó la frente _¿Risa q-qué rayos? ¡déjame entrar! _tocaba con desesperación la puerta, la incertidumbre mataba a la de ojos borgoña.
E-Estoy bien, Miya... _la pelirosa trataba de que su voz sonara lo más tranquila posible, pues por dentro estaba hecha un torbellino de emociones y con ellas predominaba el miedo, terror y asco...
¿S-Segura?, ese grito sono como un accidente _pegada a la puerta le hablaba la pelinegra, sin ánimos de irse hasta ver a su adorada ojiceleste.
S-Si, no te preocupes que en unos minutos salgo... _sentada contra la puerta del baño se encontraba la pelirosa, con la cara escondida entre sus rodillas, tratando de ahogar sus ganas de llorar...
Risa, okey, te espero... _se quedó sentada del otro lado de la puerta esperándola, pues no se sentiría tranquila hasta verla salir sana y salva de ese lugar ¿Qué más podía hacer? Si ella dijo que estaba bien tenia que hacerle caso. Cualquiera que hubiera escuchado el grito como lo hizo ella no se movería del lugar. Es más, estaba considerando tirar esa puerta abajo.
‹‹¿Que Hago?›› Pensó la ojiceleste preocupada mientras se abrazaba con fuerza. _Esto es una pesadilla... tiene que serlo... _susurró para si misma.
