Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.
No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
DRAGONS: A Twins Story
Pasado y presente
.
.
–¡Hey!... ¡Hola, Astrid! –balbuceó nervioso Hiccup completamente sonrojado y rascándose la nuca –. ¡Hey, hola!... ¿Qué podemos…?
Su tartamudeo quedo interrumpido repentinamente por el hacha de Astrid. La joven rubia la lanzó con tal destreza que la hoja afilada dio justo en un tronco de madera a unos centímetros del cuerpo de Hiccup. El muchacho dio un brincó hacia atrás del susto.
–Yo creo que si te escuchó –le murmuró Honey al oído a su hermano.
–Gracias por aclararlo –masculló Hiccup entre dientes.
–Vine para que afilaran mi hacha –dijo Astid con fría indiferencia. No era la primera vez que había atrapado a las personas hablando de ella a sus espaldas, en cierta forma estaba tan acostumbrada a ello que bloqueaba las palabras inmediatamente.
Pero los tres ocupantes de la herrería no estaban consientes de ello.
–Mi rudo aprendiz –soltó de repente Gobber ante el silencio incomodo que se apoderó de su forja ante la llegada de la muchacha rubia – estará dispuesto a satisfacer todas sus necesidades –agregó empujando con el brazo a Hiccup en dirección de Astrid mientras le guiñaba un ojo.
El muchacho le lanzó una mirada asesina combinada con completo terror. Entendía que la intención de Gobber era salvar la situación, pero lo único que estaba haciendo era hundirlo más en una tumba profunda.
–Yo no puedo… porque… –comenzó a balbucear Gobber pasando la mirada por su forja buscando un buena escusa – yo tengo… –su ojos cayeron nuevamente en los tres jóvenes delante de él, quienes le devolvían una mirada en completa confusión. Al enfocarse solo en la hermana gemela fue cuando finalmente tuvo la brillante idea –: tengo que llevar a Honey con Gothi para que ayude con la ceremonia funeraria.
–¡¿Qué?! –soltó Honey impactada.
–Vamos pequeña peluda mocosa –insistió el guerrero con una gran sonrisa –, no te vas a escapar de esta.
–¡No-oh! –bramó Honey inútilmente tratando de huir, pero Gobber la tomó fácilmente del brazo impidiendo su escape –. ¡No quiero ayudar con la ceremonia! –chilló la joven mientras el antiguo guerrero se la colgaba debajo del brazo como si fuera un saco de harina.
Completamente satisfecho con su plan, Gobber sacó a Honey de la herrería (no sin antes guiñarle un ojo a Hiccup por una última vez antes de salir) dejando solos a su aprendiz y a su amor adolecente.
–¡Pero no quiero! –se escucharon las quejas de la joven bajo su brazo –. ¡Son tan aburridas!
–Ya basta de lloriqueos –dijo el herrero sin detener su marcha –. He oído escusas peores, así que eso no funciona conmigo.
Los dos chicos que quedaron en la forja los miraron alejarse a través de la puerta, hasta que ya no se podían escuchar las inútiles quejas de Honey.
–Je, Gobber –fue lo único que pudo articular Hiccup una vez que se percató que se encontraba solo con Astrid.
La sonrisa desapareció rápido de su rostro una vez que Astrid tomó nuevamente su hacha y la soltó en sus brazos. Hiccup que carecía de toda fuerza física posible, dejo caer el arma en el suelo a pesar de que sus manos nunca la soltaron. Tuvo mucha suerte que no perdiera algún dedo del pie en el proceso.
–Sale una hacha de batalla completamente afilada –dijo el chico arrastrando el hacha por el piso en dirección de la piedra afiladora.
–Hey, te cuidado –le advirtió Astrid –, le perteneció a mi madre.
Casi cualquier otro miembro de la aldea de Berk podría conseguirse una arma nueva, especialmente si era para un joven aprendiz de guerrero, pero por desgracia, la familia de Astrid no podía darse ese lujo. Desde que la jovencita era una niña su clan sufría con la terrible desgracias de la vergüenza, probablemente uno de los peores males que le ocurriría a un vikingo después de la traición.
Por generaciones los Hofferson eran uno de los clanes familiares más imponentes e influyente de los peludos Hooligans, pero desde la tragedia, les estaba resultado muy difícil volver a levantarse. Habían perdido su posición entre los mejore aserradores del pueblo y su reputación como guerreros sin temor. Debido a ello tuvieron que tomar decisiones difíciles, como disminuir sus gastos y cuidar el oro de las arcas familiares. Lo Hofferson nunca había vivido escases de recursos, pero como no tenían ni idea cuando saldrían del agujero en que habían caído, necesitaban proteger lo aquello que les quedaba y ahorrar a lo máximo. Astrid tuvo que usar por mucho tiempo su ropa de infante hasta que ya no le entraban o estuviera desgarrada por el uso.
La gente solía hablar de la situación de los Hoffersons a sus espaldas, señalarlos y burlarse en voz baja, mientras que en sus caras solía fingir pena y aprensión. Pero Astrid no quería la pena de nadie, lo que ella quería era el renombre de su familia, dejar su marca en la historia de Berk y que Hofferson fuera nuevamente sinónimo de valor. Y estaba dispuesta a conseguirlo como fuera, a pesar de los prejuicios, su sexo y de todo aquel que se atravesara en su camino.
Era por ellos que a Astrid entrenaba día y noche para convertirse en una doncella guerrera como su madre antes que ella; y a pesar de que estaba entrando en la edad de los pretendientes, la chica no estaba interesada en lo más mínimo. Su mente y corazón solo se enfocaba en una sola cosa, la victoria.
Mientras se paseaba por la forja apreciando la colección de armas de Gobber, nunca se percató de la mirada esquiva de Hiccup, quien se enfocaba cada vez más en ella que el trabajo que debería estar realizando.
Hiccup conocía a Astrid desde mucho antes de que pudieran hablar, pero no tenía idea de cuándo dejo de verla como la niña que iba regularmente a su casa a jugar, a la jovencita que había captado su atención. Pero tenía fuerte razones por la cuales ella resultaba tan cautivante: era valiente e imparable, hermosa y considerada, la imagen de una doncella guerrera; solo exceptuando por su temperamento que a veces daba miedo, se podía decir que Astrid era casi perfecta ante los ojos de Hiccup. Bueno, tal vez era muy pronto para afirmar que el muchacho estuviera enamorado, pero definitivamente a Hiccup le gustaba Astrid, y mucho.
Pero por desgracia para él (y era algo de lo que estaba consiente), el sentimiento no parecía ser reciproco.
Durante todo el tiempo en que se ocupaba, despistadamente, en cumplir con su labor de sacar el filo al hacha, Hiccup intentó aprovechar la oportunidad para intercambiar algunas que otras palabras con ella, y tal vez impresionarla. Pero las cosas no estaban resultando tal cual esperaba.
–Estuvieron en el escuadrón contra incendios anoche ¿verdad? –dijo tratando inútilmente enfocarse en lo que estaba haciendo y no la joven que se paseaba delante a él –. Me hubiera gustado estar ahí con ustedes, pero estaba ocupado cazando un night fury.
–Aja –musitó Astrid sin ponerle mucha intención a lo que decía.
–Así es, Honey y yo estuvimos muy cerca de acabar con él –insistió Hiccup tratando de sonar interesante.
–¿En serio? ¿Dónde?
–No, no pudimos terminar lo empezamos –dijo el chico justificándose mentalmente que lo que decía no eran completas mentiras –, se fue volando aterrorizado. Estoy seguro que no volverá pronto.
–¿Y? –dijo Astrid de puntillas para tomar una espada de la colección de Gobber, que estaba suspendida en lo alto de la pared –. ¿Cómo ha estado ella?
–¿Quién? –soltó Hiccup completamente desconcentrado y distraído por la presencia de Astrid. A causa de ello, el hacha se deslizó sobre la piedra de afilar y se formó una fisura en su hoja.
El muchacho soltó un chillido.
–¿Qué fue eso? –peguntó Astrid sin mucho interés blandiendo la espada en sus manos.
–Nada –mintió el muchacho del cabello castaño tratando de ocultar la evidencia de su delito –. Y…. ¿a quién te referías con "ella"? –agregó tratando de distraer a la rubia.
–Tú sabes… –masculló Astrid tratando de sonar despreocupada – me refiero a Honey.
–Ah –gimió Hiccup comprendiendo a lo que la rubia quería decir, pero no simple de tratar.
Cuando uno se es miembro de una tribu vikinga, la pérdida es una constante rutina. No existía nadie en Berk que no hubiera perdido a alguien de su familia de manera trágica. Hiccup y Honey lo había sufrido con la separación de su madre mucho antes de ellos formaran recuerdo de quien había sido.
A pesar de ello, no había razones para sentirse solo en una aldea de vikingos, especialmente en Berk que era el pueblo más pequeño comparado con las demás islas de archipiélago. Todos los Hooligans permanecían juntos como un mecanismo de defensa ante las adversidades y rara vez se estaba realmente solos (era principal razón por la que el rechazo y el exilio eran de los peores castigos). Era costumbre mantener a los niños juntos desde podían ser separados del pecho de sus madres y las generaciones continuaban así durante todo su crecimiento y desarrollo. Los niños comían juntos, descansaban juntos, entrenaban juntos, etc.
Debido a tal costumbre, Hiccup y Honey habían convivido mucho tiempo con los demás niños de su generación durante sus primeros años de vida, especialmente con un padre primerizo que además debía ver por el bien de su aldea. Pero a pesar de esta convivencia a la fuerza, eso no volvía a todos los niños amigos. Los gemelos Haddock sufrían de burlas constantes desde aquella época, principalmente por parte de Snotlout; también de los gemelos Thorston tenían parte de la culpa, pero como ellos se burlaban de todo el mundo no resultaba tan pesado.
Aún así, los primeros años de su infancia no resultaron tan difíciles ya que contaban con la amistad de Astrid y Fishleg. Efectivamente, por muchos años el niño regordete fue el mejor amigo de Hiccup e igual lo era la rubia para Honey. Habrá otro momento para hablar de la amistad de Hiccup y Fishlegs con detenimiento, ahora solo nos enfocaremos en Astrid y Honey.
Las dos niñas eran tan buenas amigas que rara vez se veía la una sin la otra. Inclusive, muchas veces Astrid defendió a Honey de los insultos y burlas de los demás. ¿Qué fue lo que paso para que se arruinara tan buena amistad? La verdad, nadie estaba seguro. Simplemente un día cuando las niñas tenían entre los nueve a los diez años, todo se acabo.
Astrid comenzó a alejar a Honey de su lado sin explicar por qué. La gemela trató muchas veces de reconciliar la situación, pero Astrid continuó sin dar razones y dándole la espalda a la que una vez fue su mejor amiga. Curiosamente fue en la misma época en que el clan Hofferson se llevó el título de la vergüenza; si los dos hechos estaban relacionados, nadie estaba seguro más que los dioses.
Honey tomó muy mal la situación preocupando demasiado a su padre en cuanto a su estado de ánimo, ya que justamente fue el tiempo en que los gemelos fueron coronados como los raros e inútiles de todo Berk. Poco a poco y con el tiempo, la muchacha se recuperó de la pérdida de su amiga, nunca volvió a hablar con ella, y comenzó rechazar a la mayoría de la gente; pero si algo bueno resultó de aquel drama, fue que la relación entre los hermanos se volvió más fuerte. Hiccup también perdió la amistad de Fishlegs, la relación con su padre empeoró y la burla de los demás chicos fue terrible. Al final, con el único que podían contar era con su gemelo.
–Normal –dijo el muchacho sin sabe que decir realmente –. Al menos lo que es normal para Honey.
–Oh –soltó la muchacha rubia regresando la espada a la pared y continuando su recorrido por la forja.
En cuanto a Astrid, las cosas tampoco fueron muy bien. Además del problema de su familia, la chica no volvió a desenvolverse con nadie como lo hacía en su infancia. Siempre se le veía en compañía de los demás chicos de su generación pero no peculiarmente a gusto o conforme. Muchas personas habían asegurado que mucho de su carácter cambio y que rara vez se le distinguía feliz como cuando era pequeña. Su madre también se preocupo por el cambio, pero simplemente lo vio como una fase por la situación por la que estaba pasado y el inició de la pubertad.
Pero Hiccup tenía la leve sospecha que Astrid lamentaba lo que paso, ya que esa no era la primera y única que llegó a preguntar por Honey.
Absorto en sus pensamientos, el muchacho no se dio cuenta al principio que Astrid había encontrado el cuarto secreto que tenía Hiccup en la parte detrás de la herrería.
–¡Espera! ¡No… no deberías… entrar…! –musitó el chico con pena y con un leve sonrojo.
–¿Qué es todo esto? – preguntó Astrid mirando los múltiples bosquejos que Hiccup tenía adheridos a la paredes y sobre su mesa de diseño.
–Es… es un proyecto en proceso… no deberías estar ahí – balbució Hiccup débilmente. Con cualquier otra persona habría sido más efusivo y sobreprotector de su espacio privado, pero tener al Astrid distraída dentro de ese cuarto le dio oportunidad de cambiar la hoja dañada del hacha de la madre de la muchacha sin que esta se diera cuenta. Solo esperaba que no encontrara su libreta de dibujo donde tenía varias ilustraciones de ella.
Astrid paso su vista por bosquejo en bosquejo sin entender la mayoría de ellos, solo los titulo que estaban escrito como pie de página le daban una idea de que eran una especie de arma. Una débil sonrisa apareció en sus labios. Todos conocían la reputación de los inventos del joven Haddock, pero muy pocos sabían de todas las idea que había en su cabeza, y en cierta forma al verlo representado en esa pequeña habitación, a Astrid le pareció impresionante. Era una lástima que ninguna de sus invenciones fuera a tener éxito.
–Ya estoy ansiosa por que se mañana –dijo Astrid algo más animada al salir del pequeño estudio de Hiccup –. Finalmente tendremos la oportunidad de demostrar lo que tenemos.
–Ah… y yo… –dijo el muchacho de cabellera castaña sin tener idea a lo que se refería la rubia –estoy… muy feliz por ti.
–¿A caso no lo sabes?
Hiccup encogió los hombros.
–Están preparando los botes y los hombres para iniciar otra búsqueda del nido.
–¿Y eso… te alegra… porque les dirás adiós…? –dijo Hiccup aún sin comprender.
–No, idiota –contestó la chica automáticamente perdiendo la paciencia –. Los guerreros van a ir en la búsqueda y la aldea necesita nuevos héroes para protegerla. Así que nos van a adelantar en el entrenamiento. ¡Vamos a enfrentar dragones!
Hiccup y Astrid intercambiaron miradas, ella llenas de emoción y él con completa duda. El muchacho en realidad no tenía idea de qué hacer con toda esa información, pero no tuvo la necesidad de averiguarlo ya que la charla entre los dos fue interrumpida por los gritos de Snotlout y los gemelos Thorston desde el exterior llamando a Astrid.
La rubia extendió la mano y Hiccup le entregó con dificultad su pesada hacha. Astrid la blandió con habilidad y gran ligereza probando el poderoso metal… pero la sentía diferente.
–No te preocupes –se apresuró a explicarle Hiccup nervioso ante la inquietudes que se reflejaban en su rostro de Astrid–. Le hice un par de ajustes ya que la cabeza estaba un poco suelta por el constante uso y ahora está perfectamente equilibrada. Es todo el servicio completo.
–¿Cuál será el costo?
–No hay costo –se apresuró a agregar con una temerosa sonrisa–. Esta va por mi cuenta.
–¡Hey, gracias! –dijo Astrid correspondiéndoles con sonrisa sincera por igual. Tal vez Hiccup no era un completo desastre después de todo.
Y sin más, Astrid salió de la herrería para encontrarse con los demás chicos, dejando al gemelo Haddock solo, completamente sonrojado y con ese pequeño momento grabado en su mente.
Hey, hola.
Se me paso mencionar el capitulo anterior que la letra de la canción que canta Honey es We belong de Pat Benatar.
Este capítulo está inspirado en una escena eliminada de la película con algunos cambios, por supuesto. Aparte de Hiccup y Honey es mi deseo desarrollar más a los demás personajes, que tenga más historia, pasado, facetas y futuro. Cada uno tendrá lo suyo basado en detalles que aprecio de las películas y serie, como datos de los libros. Con Astrid voy a utilizar mucho el problema de su tío Finn que sale en la serie, además otras cosas que vendrán más adelante.
En cuanto a su relación con Hiccup siempre me pareció que todo iniciaba en un abrir y cerrar de ojos, así que quiero ponerle de mi parte para que no sea tan simple. Ah, y un adelanto: si piensa que la antigua amistad entre Honey y Astrid será algo positivo en el futuro, lamento decepcionarlos.
Gracias a todos por sus comentarios y un saludo a los nuevos seguidores.
Nos vemos en el siguiente.
