Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.

No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


DRAGONS: A Twins Story

Au revoir

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–Se que todos terminan tarde o temprano tragándose sus palabras –comentó Honey mientras caminaba junto a su hermano en dirección del muelle de Berk –, pero nunca me imagine a mí pasaría por esto –ambos jóvenes descendieron por la larga escalinata y pendiente que comunicaba la aldea con el pequeño puerto de isla unos metros más abajo. Era la mañana siguiente a la última despedida del difunto Lars y al igual que la noche anterior, la mayoría de los habitantes de Berk se encontraban en el mismo lugar, pero en esa ocasión ante los preparativos de la peligrosa campaña que estaba por guiarlos su líder –. Realmente esta maldito, Hiccup –continuó la joven tomando a su gemelo del brazo –. ¿Cómo puede ser posible que después de años rogándole a papá que te permita entrenar con los demás, finalmente acceda a que mates dragones el día en que descubres que no puedes matarlos?

Hiccup soltó un leve gemido.

El muchacho había pasado una muy mala noche tratando de descifrar lo que iba a hacer. No quería decepcionar otra vez a su padre, pero igualmente no era su deseo perder alguna pierna o brazo en la tontería de entrenar para pelear contra dragones.

–Mi completa existencia es una broma cruel de los dioses –insistió Hiccup cabizbajo mientras él y Honey esquivaban a la multitud, que desde el amanecer, se encontraba ocupada en proveer a los barcos de sus correctas provisiones –. Al menos tú vas a quedar fuera del entrenamiento.

–¡Lo que no es justo! –gruñó Honey estrujando el codo de su hermano con su delicada mano.

–¡¿En serio?! –soltó Hiccup exasperado sacudiendo los brazos –. ¡¿Te vas a quejar de eso ahora?!

Ambos gemelos procuraban hacer las mayorías de las cosas juntos: comían juntos, jugaban juntos, trabajan juntos, compartían la misma habitación y por los primeros años de sus vidas, incluso se bañaban juntos. Rara veces se separaban por voluntad, casi siempre era a causa de sus obligaciones o por mandatos de su padre, lo único posible en mantenerlos alejado por un par de horas.

Por esa razón, les resultaba extraño y diferente que a uno se le permitiera o negara algo, mientras que al otro quedaba fuera de la situación. Generalmente, era Hiccup el que terminaba con la mayor parte de las obligaciones, mientras que a su hermana, era a la que se le negaban las oportunidades.

–No confundas –se apresuró a explicar la joven con pena –, yo también pienso que es una muy mala idea que nosotros intentemos matar dragones después de todo lo sucedido ayer –agregó frotando uno de sus brazos –. Pero lo que me molesta, es que papá nuevamente me deje fuera.

Cuando eran chicos (bueno, más chicos), ambos aceptaban cada mandato de su padre sin chistar, pero al ir creciendo y pensar independientemente, comenzaron a cuestionar el trato diferente que experimentaba cada uno. Por ejemplo, Hiccup le frustraba recibir tantos castigos por cosas tan simples, cuando Honey no recibía ni un regaño por lo que fácilmente se corregía con una tunda. En cambio ella, se exasperaba que su padre diera la responsabilidad de su seguridad a Hiccup, cuando era ella la mayor y a veces la más sensata de los dos.

–En ocasiones pienso… que es su intención mantenerme dentro de la casa todo los días, sin siquiera poder asomar la cabeza por la ventana.

–Yo también pienso en lo mismo –aceptó el muchacho deteniendo su marcha frente al enorme barco bautizado "Blue Whale"–, aunque creo que en mi caso es para evitarse la vergüenza.

Aquella enorme fragata era uno de los favoritos de su Stoick the Vast y el navío más grande de toda la flota de Berk. Solo en casos desesperados o en que requería de la mayor parte del ejército en su viaje, era cuando el gigante buque dejaba las costas de la isla y surcaba el mar. Generalmente, Stoick prefería zarpar en el "Emperor Penguin" que era más maniobrable o el "Peregrine Falcon" que era mucho más rápido.

Los dos muchachos permanecieron junto al barco contemplando como los guerreros subían las últimas provisiones y cargamento a la cubierta. Junto al navío y sobre el muelle, muchos de los hombres y algunas mujeres que partirían a la aventura, se despedían calurosamente de sus familias. Era costumbre vikinga desearle un buen viaje a sus seres queridos, dar una leve oración al dios de mar Njord y un último abrazo, ya que siempre existía la posibilidad que esa fuera la última vez que estarían juntos.

Mientras Honey cruzaba sus brazos furiosa, Hiccup perdió la vista en las familias a su alrededor. A unos metros de él, estaba los gemelos rubios Tuffnut y Ruffnut siendo cagados en brazos por su larguirucho padre. El hombre los hacía saltar sin dificultas de su marcados bíceps, mientras los tres reían a carcajadas. La señora Thorston solo negaba levemente con la cabeza, pero con una gran sonrisa en los labios.

Hiccup no pudo evitar sentir envidia de aquella bella imagen familiar. Los Thorston estaban lejos de ser perfectos, pero a pesar de los problemas, la falta de oro y el caos que podían generar los dos gemelos rubios, ellos se mantenían unidos, felices y disfrutando al máximo lo poco que tenían.

En cambio los Haddocks pertenecían a una larga línea de líderes y héroes, su familia había mantenido el trono de Berk por generaciones por sangre. Era el clan más rico de la isla y el que poseía los mejores beneficios. Aún así, Hiccup tenía todo que envidiar de una familia sencilla como la de Tuffnut y Ruffnut. Bueno, tal vez no todo, ya que Honey siempre estaba a su lado.

Luego, los ojos verdes del chico brincaron de los Thorston a Astrid y su madre que se encontraban, en lo que madre e hija se daban un fuerte y poderoso abrazo. Bertha the Big Brute, era una temible e imparable dama de guerra, probablemente la más fiera de todo Berk y sin duda la principal admiración de su única hija. A pesar de que Bertha se le conocía por ser un fiera en el combate, también era una dulce y amorosa madre que compartía tal tarea con sus cuñadas, Phlegma the Fireces y Olga "Flying Fist" Hofferson. Ambas mujeres se unieron a Bertha y Astrid en el potente abrazo que fácilmente quebraría los huesos.

La familia de Astrid estaba rota y con enfrentaba serios problemas, pero eso no les impedía seguir tratando y amarse. Hiccup no puedo evitar pensar que si su madre estuviera viva que tan diferente habrían sido las cosas; tendrían el amor incondicional de una madre, su padre no sería tan exigente y sobre protector, e inclusive, el resto de la aldea podría haberlos aceptado por quienes eran, y si no, su madre los habría amado de todas formas.

Honey le dio un codazo en las costillas que lo sacó de su concentración, mientras que con la cabeza le indicó al padre de ambos, acercándose lentamente a ellos.

Stoick avanzaba cabizbajo sin poner mucha atención a sus propios pasos. El festejo de despedida de Lars en la noche anterior no había ayudado a levantar su ánimo. Continuaba debatiéndose mentalmente sus opciones en cuanto a lo mejor para sus hijos, pero sin estar seguro que era lo que él quería realmente. En su ofuscación, casi no se percató de la presencia de Hiccup y Honey junto al barco, que por un momento casi sube al mismo sin despedirse.

–Estamos por partir –dijo bajando el pie del puente –. Regresare… probablemente.

Sin saber que más decir, Stoick simplemente volvió su vista al océano y esperó la respuesta de sus hijos. Hiccup lo imitó pero clavando sus ojos en sus pies; Honey, quien seguía molesta, cruzó los brazos y le dio la espalda a su padre.

–Y nosotros seguiremos aquí… –contestó Hiccup con letargia – posiblemente.

Del otro lado de muelle, Gobber the Belch, quien estaba ocupado ayudando a otros guerreros en subir el cargamento a los botes, presenció toda la interacción (o la falta de la misma) entre padre e hijos por la comisura del ojo.

–Manada de estúpidos… tarados… si serán… –masculló Gobber para sí frustrado. De un solo movimiento de su brazo completo, lanzó el último saco con provisiones a la cubierta del barco. El pobre vikingo que intentó atraparlo, fue golpeado de lleno en el pecho, cayendo del otro extremo del navío a las frías aguas nórdicas.

Su pata de palo retumbó estrepitosamente contra la madera del muelle, en lo que se unió a la familia de su mejor amigo y jefe. Sus ojos disparejos se posaron en cada uno, solo consiguiendo frustrarse aún más.

Gobber soltó un gruñido en lo que paso su única mano por la frente, antes de decidirse a intervenir:

–Lo que Hiccup y Honey les gustaría decirte Stoick, es que te desean un prospero y muy feliz viaje, que finalmente logres tú objetivo de encontrar el nido de esas malditas bestias, acabando de una vez con todas con ellas, trayendo honor y gloría en a la tribu. Con ello finalmente cumplas tus deseos de destripar a tu enemigo y así dejes de soltar tú frustración sobre los demás, especialmente del pobre y viejo Gobber.

Ninguno de los Haddock interrumpió el discurso del herrero, pero cuando terminó, lo gemelos solo encogieron los hombros.

–Y lo que Stoick quiere decirles –continuó dirigiéndose esa vez sola a Hiccup y su hermana –, es que los extrañara mucho y que pensara en ustedes todo el viaje. Pero igualmente, quiere que hagan caso a lo que se les pida, cumplan con sus deberes, Hiccup que entrenes mucho y que no realicen ninguna fiesta salvaje que termine quemando toda la casa. Él por su cuenta, dará todo de sí para no acabar como el almuerzo de una serpiente marina o dragón, pero si así sucede, ya ni modo.

–Somos vikingos –lo interrumpió Stoick con pesadez y apatía –, es un riesgo común.

–Somos vikingos –repitió Gobber pero lleno de ánimo –, es un riesgo común.

–Yo dije eso –sentenció el jefe con apatía. Acto seguido, arrojó el pesado saco que cargaba en sus hombros a uno de sus hombre que yacía sobre la cubierta del "Blue Whale" para luego volverse y toparse cara a cara con su hermano menor Spitelout, quien estaba por abordar el mismo barco.

–Todo está liso, Stoick –dijo el hombre con las manos en la cintura–. Saldremos a tú orden.

–Perfecto, da a todos el aviso.

Spitelout asintió con la cabeza antes de dar media vuelta y con los dedos índice y pulgar sobre su boca, dio un fuerte silbido indicando que había llegado el momento. Las familias dieron el último adiós a sus seres querido mientras subían a sus respectivos barcos.

–¡Hey, papá! –una voz llamó al gran vikingo moreno junto al jefe. Spitelout descubrió que se trataba de su fornido hijo, quien lo mirándolo con gran admiración –. ¿Crees poder tráeme una cabeza de nader?

–Te traeré cinco –dijo el hombre entre carcajadas posando su pesada mano en el hombro de su muchacho –. Pero recuerda que en mi ausencia tú serás el hombre de la clan –agregó sacudiendo un poco a Snotlout –, y has me sentir orgulloso en el enteramiento.

–Lo haré –dijo el muchacho con una gran sonrisa.

–¡Snotlout! ¡Snotlout! ¡Oi, oi, oi! –gritaron ambos con energías antes de darse un abrazo y un par de palmadas en la espalda –. Este mi mocoso pendenciero –dijo Spitelout de ultimo, sacudiendo la cabellera morena de su hijo.

Sin más que decir, ambos hombres se separaron, el padre subió al "Blue Whale" mientras su hijo regresó a un lado de su madre y hermana menor, quienes sacudían enérgicamente sus manos en despedida. Stoick, Hiccup y Honey contemplaron en silencio toda la interacción entre la familia Jorgenson sintiendo una pisca de envidia en la boca del estomago.

Cuando el último de sus guerreros subió a la fragata, el jefe se volvió una vez más hacia sus dos pequeños hijos, esa vez esperando alguna interacción de su parte. Estaba tan equivocado. Hiccup solo miró a su padre unos breves segundos a los ojos antes de bajar la mirada y dar un paso hacia atrás. Honey en cambió continuaba dándole la espalda.

–Honey… –la llamó Stoick débilmente, clavando una de su rodilla en suelo de madera de muelle, apelando por un abrazo de parte de su hija. La joven siempre le había dado un cariño de despedida en todos sus viajes, era casi como su amuleto de buena suerte.

Pero en esa ocasión la niña no cedió. Lo miró vagamente por la comisura del ojo, pero se mantuvo firme en su berrinche. Decepcionado, a Stoick no le quedo de otra que alejarse de sus hijos sin ninguna calurosa despedida.

–Hagan caso a lo que les pida Gobber –les ordenó de último una vez que se encontraba sobre el barco –, él estará a cargo –luego sus ojos fulminantes se posaron en pobre herrero –: Los quiero con todos los miembros intactos para cuando regrese.

Gobber tragó saliva.

–¡Suelten las amarras! –se escucharon las ordenes en todos los barcos, en lo que las velas se extendían al viento, revelando la distintiva marca de Berk en sus tejidos. Lentamente, cada unos de los navíos comenzó a alejarse del hogar de aquellos valientes hombres y mujeres que viajaban sobre estos, mientras sus seres queridos los despedían sacudiendo sus brazos enérgicamente.

–Vaya motivador –soltó Gobber una vez que los barcos comenzaban a perderse en la distancia. Posado sus manos (la real y falsa) sobre los hombros de los gemelos, y les dijo con una sonrisita –: Bien ¿Quién está listo para pelear con un dragón?


Hola todos.

Este es uno cortito. También es basado en una escena eliminada de la película.

Un detalle curioso: la madre de Astrid está basada en la madre Camicazi de los libros, quien también se llama Bertha. Lo curioso es que la convine con mi personaje o avatar en Skyrim quien había bautizado como Bertha the Brute.

Este espero que sea el ultimo (por ahora) capitulo deprimente de la parte de la película. De aquí en adelante quiero que sea más animado.

Saludo y nos vemos en la próxima.