Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.

No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


DRAGONS: A Twins Story

Pregunta sin respuesta

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El bosque de la isla de Berk era sumamente basto y frondoso, tal vez no el más grande de todo el archipiélago barbárico, pero si los suficientemente escabroso a causa del terreno irregular que dominaba toda la isla. Los arboles se encontraban tan apretados los unos con los otros y las raíces salía desde las profundidades de la tierra volviendo casi imposible el caminar sin tropezarse con una de ellas.

Ese bosque era el hogar de miles de animales, pequeños mamíferos peludos y gran diversidad de aves. Debido a la apartada localización de Berk en el archipiélago, muy lejos de tierra firme, no había osos en sus bosques ni en las montañas, siendo los jabalís los animales más grandes que sobrevivían ente los arbustos. El verdadero peligro eran los dragones, pero incluso las gigantescas lagartijas escupe fuego era rara vez visibles dentro del bosque por el poco espacio que aportaban los arboles. Los que se aventuraban dentro de este debían ser muy precavidos, e incluso los más conocedores del terreno evitaban las oscuras profundidades casi desconocidas. Ese lugar era llamado como raven point.

Era justamente esa región en la que Hiccup se adentró esa tarde, tratando de encortar la respuesta a la pregunta que había atrapado su mente toda la mañana después del entrenamiento.

La instrucción contra dragones había resultado tal cual podía habérselo imaginado cualquiera, al saber que constituía de un montón de chicos de doce a quince años corriendo como locos en un área cerrada, y un dragón furioso listo para cobrar su venganza contra sus captores.

Gobber no les había proporcionado gran información antes de abrir la puerta de madera y hierro que contenía a la iracunda bestia. Era su estrategia favorita de aprendizaje; la presión y el factor sorpresa eran los mejores maestros según él.

Fue el gronckle la elección perfecta para ese primer día de entrenamiento, un dragón pesado de la clase boulder bastante terco, pero no muy inteligente. Ese tipo de dragón poseía una mordida muy poderosa, ya que parte de su dieta estaba compuesta de rocas con diferentes composiciones. No era rápido en vuelo, pero si muy estables a la hora de mantenerse suspendidos en el aire, lo cual les otorgaba la ventaja de apuntar con precisión sus bolas incandescentes de roca fundida que regurgitaban.

La bestia con la que se enfrentaron los jóvenes aprendices esa mañana, era el último gronckle sobreviviente de una manada completa que había capturado Spitelout Jorgenson y Norber Nobrian durante una excursión a la bahía blanca al norte de Berk. Cada uno de los dragones fue utilizado para el entrenamiento de tres generaciones consecutivas, al final solo quedaba ese último con vida, cuya actitud más pasiva (a comparación de los más individuos de su manada) le había permitido el alargar su existencia.

Esa "docilidad" hacía a ese dragón en particular, la perfecta opción para los aprendices de guerreros. Aún así, fue un completo desastre como había predicho Gobber.

Lo gemelos Thorston no acataran ninguna orden y a la primera oportunidad comenzaron a pelear entre ellos, provocándose más daño que lo que llegó a hacer el dragón. Al final de entrenamiento Honey tuvo que atender a Tuffnut después de recibir el golpe directo en la cabeza del escudo de su hermana, que le dejo una cortada de tres centímetros de largo. Todas las raíces rubias de su cabello grasiento se tiñeron rojo a causa de la sangre, pero él estaba fascinado con ello.

Snotlout perdió muchas oportunidades de realmente lucirse en combate al estar pavoneándose por toda la arena, intentando de impresionar a Astrid. Fishlegs trató de ocultar su completo pánico recitando como mantra su conocimiento sobre dragones, pero terminó siendo un blanco fácil para gronckle, quien no tuvo problemas para destruir su escudo con una de sus bolas de lava incandescente y luego golpearlo terriblemente en la barriga con su maciza cola como mazo. El joven rubio terminó vomitando su almuerzo por toda la arena.

Astrid fue la única de demostró un desempeño decente al acatar las indicaciones de Gobber y evitar con gran destreza los ataques del dragón. A pesar de ello, el viejo guerrero pudo detectar duda por parte de la joven Hofferson a la hora de atacar, lo que dejaba claro su inexperiencia.

Pero como era de imaginarse, la participación de Hiccup en el entrenamiento fue la peor de todos. El muchacho hizo lo más humanamente posible para mantenerse oculto la mayoría del tiempo detrás de una de las barricadas, hasta que Gobber lo sacó a la fuerza para que enfrentara al dragón como los demás aprendices. Después de eso, solo duro un par de segundos en pie antes que terminara perdiendo su escudo y acorralado contra la pared.

Hiccup habría sido historia si no fuera por Gobber, quien apareció en el momento justo para re-direccionar el hocico del dragón con ayuda de gancho y evitar que el muchacho terminara rostizado por lava regurgitada de la bestia.

Como siempre, Hiccup terminó siendo el hazmerreir de los demás chicos de su generación a pesar de que todos se habían desempeñado casi tan patéticamente como él.

–Recuerden –dijo Gobber como última lección del día –. Los dragones siempre… SIEMPRE tiran a matar.

Los ojos verdes del joven se perdieron en la marca de quemadura de la pared detrás de él, en la que pudo haber terminado su delicado cuerpecillo. Su respiración tardó un poco en calmarse y que su corazón retomara su ritmo normal. Honey apareció de la nada en la arena unos segundos más tarde, dándole un fuerte y asfixiante abrazo; Hiccup pudo darse cuenta que su hermana se había asustado mucho más que él, ya podía sentir un el temblor de su cuerpo.

Pero algo en las palabras de Gobber y la reacción del gronckle habían dejado pasmada la mente de Hiccup. Sí los dragones estaban siempre dispuestos a matar ¿por qué el night fury no lo hizo cuando tuvo la oportunidad?

El día anterior, el muchacho había estado completamente a la merced del dragón como un pescado fuera del agua, listo para ser asado, pero aún así no sucedió. Hiccup tenía aún muy fresca la imagen de los gigantescos ojos verdes del night fury clavados en los suyos y esa extraña sensación que le generaba su mirada. Era casi… inteligente.

Por un breve segundo, mientras estaba contra el suelo y con el dragón encima, Hiccup pudo jurar que la bestia meditaba seriamente que hacer con él. Y lo más extraño de todo, le había tenido piedad… la misma que él había ofrecido al liberarlo de las sogas.

¿Había sido lastima o compasión? ¿O la sola intención de regresar el favor? Aún fuera lo había pasado, definitivamente el dragón negro había mostrado un grado superior de inteligencia, pensamiento y emociones, algo que los vikingos no consideraban posible.

Pero Hiccup no era un vikingo completo… aún, y su curiosidad era mucho más fuerte que su razón. Así que tan rápido pudo liberarse de los deberes que les impuso Gobber sobre la limpieza y mantenimiento de la arena después de usarla (una tarea desagradable con el vomito de Fishlegs por todas partes), el chico se escabulló del lugar en dirección a bosque, antes de que alguien pudiera detenerlo.

A pesar de su esfuerzo, había una persona de la cual nunca podía sortear.

–Encontré más raíces de achicoria –dijo Honey a su lado arrancando de la tierra un par de yerbas.

Hiccup solo soltó un gruñido en los que continuaba examinando las sogas que habían derribaron del cielo al night fury. El muchacho estaba consciente de la terrible idea que era regresar a las profundidades del bosque en busca del dragón casi lo mata, sabía que estaba completamente loco para hacerlo de todas formas, y sobre todo, no era su deseo involucrar a su hermana en esa decisión; nunca se perdonaría (sin olvidar mencionar a su padre) si llegaba a pasarle algo a ella. Aún así, Honey era una persona que difícilmente se le podía decir "no", especialmente cuando se volvía terca y testaruda.

Al menos había tenido la consideración de no restregarle la tontería que estaba cometiendo, a cada minuto.

–Con todo estas podre hacer una buena cantidad de ungüento –comentó ella guardando las raíces en su bolso –, ya que necesitare mucho para curar todas las quemaduras que te deje el dragón.

Bueno, casi cada minuto.

Hiccup soltó otro gruñido, dejando las pesadas bolas de acero en suelo del bosque, antes de comenzar su marcha entre los árboles.

–Eso si volvemos a encontrarlo –continuó Honey siguiéndolo de cerca.

–Tal vez –musitó su hermano sin interés, empujando unas ramas que estorbaban en su camino.

–Vamos Hiccup, esto es estúpido –insistió la chica con necedad –. Lo más probable es que ya se fue volando.

–En ese caso no hay nada de qué preocuparse ¿verdad?

–Lo que me preocupa –dijo Honey mientras brincaba una raíz grande de un abeto que sobresalía del suelo –, es tu insistencia en esto. Pensé que ya no querías intentar matar a un dragón.

–Y no he cambiado de opinión –contestó Hiccup escurriendo su cuerpo entre dos grandes rocas.

–¿Entonces?

–Entonces… ¿Qué?

–¿Qué estamos haciendo en el bosque?

–No lo sé –dijo el muchacho evitando todo contacto visual con su hermana –. Tú eres la que quiso seguirme.

–¡Hiccup Haddock III! –bramó Honey dando un pisotón en el suelo deteniendo la marcha –. ¿Qué rayos es lo que te pasa? ¡Sé que siempre tienes ideas locas y descabellas, que en la mayoría de las veces concuerdo, pero esto ya es demasiado! ¿Qué es lo que estas buscando?

–¡No lo sé! –le gritó el chico volviéndose de golpe –. No lo sé –repitió cabizbajo calmando el humor de su hermana –. Toda mi vida quise tener esa oportunidad y en el momento que la tengo, la dejo ir. ¿Por qué? ¡No estoy seguro! –continuó sacudiendo sus brazos –. Solo sé… hubo algo… no sé como explicarlo… algo sucedió cuando vi a ese dragón a los ojos, que… que no puedo sacármelo de la cabeza… –gruñó sujetándose con ambas manos la frente.

Honey le lanzó una mirada aprensiva, en lo que el muchacho pateaba con desgana una pequeña roca.

La vida no había sido fácil para Hiccup y Honey, en realidad no lo era para nadie en aquel mundo barbárico e incivilizado. La única forma en que un par de chicos como ellos, rechazados y extraños, podrían salir adelante era apoyarse el uno al otro, sin importar la situación en que se encontraran o lo extraño que pareciera. Fue por ello que a pesar de sus sentimientos sobre toda la locura de buscar nuevamente al night fury, Honey caminó hacia su hermano decidida.

–Andando –dijo tomándolo de la muñeca y arrastrándolo detrás de ella –. Nunca vamos a encontrarlo si nos quedamos aquí parados.

El muchacho se quedo mudo, si la chica se refería al dragón o a la respuesta que estaba buscando, pero aún así, Hiccup no pudo más que agradecer tener a Honey como hermana.

Continuaron su marcha hasta llegar a una formación rocosa bastante escarpada. Con cuidado caminaron entre las gigantescas piedras, hasta que se toparon con una impresionante vista de una ensenada. Los gemelos se quedaron con la boca abierta ante hermoso lugar donde el agua de la montaña escurría por un jardín privado, y entre las raíces de arboles tan enormes que sus copas se perdían a la vista. La ensenada resplandecía de verdor y los intensos colores de las flores de la cálida temporada. Berk solía ser azotada por terribles inviernos mucho antes de que iniciara la verdadera época invernal, solo unos pocos meses la nieve era desplazada por lluvias torrenciales que volvían los caminos en lodo, y por unas escasas semanas al años, el clima era lo suficientemente cálido y agradable para que florecieran la vegetación.

Aunado a todo eso, lo vikingos testarudos que habitaban la isla, el bosque peligroso y denso, y por supuesto, los ataques de dragones, convertían a la isla de Berk en un lugar difícil para vivir. Pero a pesar de todo ello, tenía cosas maravillosas ocultas en sus terrenos.

–Esto es… –masculló Hiccup sin palabras.

–Hermoso –completó su hermana fascinada.

–Mira –dijo de repente el muchacho volviéndose a hacia sus pies, donde había unas extrañas figuras negras. Al levantarlas de entre las rocas se percató que era escamas oscuras del dragón –. Deben de ser…

–Del night fury –dijeron los dos al unísono.

Como contestando su llamado, una gigantesca masa negra se alzó desde el fondo de la ensenada y se elevó hasta las rocas donde se encontraban los gemelos. Los hermanos se lanzaron hacia atrás por instinto en lo que la figura giraba sobre sí misma y volvía a adentrarse en la ensenada.

Era nigth fury.

–¿Sigue aquí? –dijo Honey sin poder creer lo que estaba viendo.

En cambió Hiccup sacó rápidamente su cuaderno y comenzó a dibujar a la criatura que se encontraba unos metros más debajo de ellos.

Era enorme, de cuerpo estilizado y largo. A simple vista se parecía completamente de color negro, desde las garras hasta las puntas de las alas. Su pecho era algo robusto y sus patas cortas, lo que mantenía su cuerpo muy cerca del suelo. Su cabeza era grande y redonda, donde destacaban sus brillantes ojos verdes. Tenía cuatro alas, un par era extremadamente grande, y las otras dos eran pequeñas y muy cerca de la cola, la cual era gruesa y larga, pero curiosamente dispareja.

Hiccup tuvo que corregir su bosquejo varias veces para emparejar la similitud del dragón que nunca nadie había visto antes.

Aunque el muchacho estaba consciente de que se trataba de un terrible y poderoso animal, al cual muchos le temían, no pudo evitar ver la belleza del mismo. Era perfecto. Recordó las palabras de Honey después de leer uno de los libros del viejo Wrinkly: "Los dragones son los mensajeros del dios Thor".

Por primera vez lo creyó. Solo un dios sería capaz de tener a tan magnífica creatura a su servició.

–¿Por qué no se va volando? –escuchó a Honey a su lado, distrayéndolo levemente. En su descuido, el muchacho dejo caer el lápiz con el cual había estado dibujando al night fury dentro de la ensenada.

El ruido de la madera chocar contra la rocas, alertó al dragón que alzó su vista a los dos niños que yacían metros más arriba. De nuevo los ojos de Hiccup se encontraron con los de la bestia negra y hasta cierto punto le resultó hipnótico.

El dragón sacudió su cabeza de un lado y luego del otro mientras lo observaba, hasta que la echó atrás levemente. No sabía porque, pero por una extraña razón, Hiccup supo que el night fury lo había reconocido.

–Hiccup –lo llamó su hermana de repente cortando todo contacto visual entre él y el dragón al sacudir su mano frente a su cara. Al volverse a ella pudo ver la preocupación reflejada en su rostro –. Es mejor que no vayamos, está oscureciendo –agregó indicando el sol que comenzaba a perderse entre las copas de los arboles.

Hiccup no discutió, simplemente imitó a Honey, se puso de pie (no si antes echarle un último vistazo al dragón) y la siguió todo el camino de regreso a la aldea completamente en silenció. Durante todo el recorrido no dejo preguntarse: ¿Por qué le resultaba tan fácil leer sus movimientos del night fury? y ¿Cómo sabía que night fury estaba pasando hambre?


Hello

Este es un capitulo sencillo y sé que muchos esperaban la escena completa contra gronckle. Pero que puedo decir, me gusta ser impredecible. Además me gusta esa escena completa y no necesita cambio, por eso no quise describirla a detalle. Pero sean advertidos, que no será igual con los demás dragones.

Que hablando de dragones, también quiero que ellos tengan sus propias historias. Así que poco a poco vayan apareciendo van a saber más de ellos.

Muchas gracias a todos por leer esta historia y espero que hasta el momento sea de su agrado.

Nos vemos en la próxima.