Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.
No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
DRAGONS: A Twins Story
El campeón de la arena
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–Escuchen con atención miserables mozalbetes ya que pienso explicarlo solo una vez –sentención Gobber con tenacidad frente al grupo de los seis jóvenes aprendices. Se encontraba la mañana siguiente en el centro de la arena, formado en un apretada hilera esperando ansiosamente las instrucciones del viejo guerrero, mientras eran vigilados de cerca por una la gran multitud de espectadores alrededor de la zona de entrenamiento – . Esta competencia será simple, consistirá principalmente en sobrevivir (si es que pueden) a cada uno de los dragones con los que hemos practicado a lo largo de las clases. Pero estén atentos –agregó con algo de dramatismo –, ya que sí el dragón los alcanza quedaran eliminados de la competencia. Y el ganador no lo será el último en quedar de pie, también deberá seleccionado por nuestro juez imparcial como el mejor competidor de todos.
–¿Quién es el juez imparcial? –preguntó Fishlegs con curiosidad levantando la mano.
–Como la más vieja de la aldea, Gothi lo será –dijo el herrero indicando con la mirada la cornisa donde estaba en pie la vieja mujer con su báculo, acompañada de cerca por Honey y el jefe Stoick. La anciana saludó a los chicos sacudiendo levemente su mano, pero sonriendo con malicia –. Impresiónenla, ya que de eso dependerá quien tendrá el honor de matar al montrous nightmare el próximo jueves de Thor frente a toda la aldea y los Meatheads visitantes –agregó Gobber indicando con su garfio detrás de él, la jaula del dragón rojo que sacudió su entrada con estrepitoso gruñido, mientras el humo se escarió por las leves rendijas –. ¡Ah ya cállate! ¡Lagartija sobre desarrollada! ¡En dos días tendrás tu oportunidad! –agregó el viejo guerrero dirigiéndose a la bestia.
Pronto, su mirada se volvió de nuevo a los muchachos delante de él y pudo presenciar de primera mano el nerviosismo y terror en la mayoría de sus jóvenes aprendices. Lo cual era perfecto, ya que eso les ayudaría a mantenerse con vida ante los que Gobber tenía preparado para ellos.
En realidad el guerrero retirado se sentía muy impresionado con lo lejos que habían llegado su últimos aprendices, hasta cierta forma culpable por haber dudado de la mayoría de ellos. Estaba seguro que ante sus ojos tenía el nuevo futuro de guerreros de Berk quienes protegerían la aldea de los peligros del mundo incivilizado. Pero sobre todo, estaba sorprendido con la gran mejoría de su escuálido aprendiz.
Gobber había cuidado a Hiccup y Honey desde que eran bebés, mientras su padre debía ocuparse de la aldea y la madre de los niños se había perdido para siempre. Recordaba muy bien que no tenía la menor idea de qué hacer con los gemelos, eran tan pequeñitos que por un tiempo pensó que los podría romper fácilmente. Después comenzó el terror cuando empezaron a caminar; Gobber no le quedo otra alternativa que atarlos de la cintura a uno de las columnas de madera que sostenían su herrería. ¡Por los dioses! Stoick pegó el gritó en el cielo cuando se enteró.
El herrero había pasado tanto lado de ellos que él ya los sentía como suyos; se preocupaba por ellos, lo que hacían, lo que comían, como se sentía. Los quería más que nada en el mundo y ellos lo quería como si fuera un segundo padre para ellos. Los había visto crecer (tal vez no mucho) y los conocía mejor que nadie en la aldea.
Honey se había separado un poco de su ala cuando comenzó a pasar más tiempo con Gothi, pero Hiccup seguía siendo su muchacho, su aprendiz, su pequeño esqueleto de pescado parlante. Sabía lo importante que era para él la aceptación de la demás y obtener la admiración de su padre; y había recorrido un largo camino para tener esa oportunidad y de verdad se la merecía. Se lo había ganado.
–¡Vamos a comenzar! – bramó el herrero provocando una gran cantidad de aclamos y gritos de los espectadores.
Prácticamente, toda la aldea había acudido a la presentación. Solo aquellos que tenían trabajo esencial para el sustento de Berk estaban ausentes. Los padres y familias de cada uno de los futuros guerreros se encontraban expectantes por lo que iba a suceder, los guerreros hacía apuestas con oro de quien sería el ganador de la competencia, los niños tomaban las manos de sus abuelos para no asustarse cuando salieran los dragones y los adolecente mayores reían y hacía bromas para intimidar a los muchachos en la arena.
Los corazones de los jóvenes aprendices se aceleraron con los gritos y las exclamaciones del público, y se atemorizaron un poco ante la cantidad de miradas sobre ellos; nunca otra generación había tenido tanta atención, pero ninguna otra había un heredero perdedor que se había convertido en campeón de la noche a la mañana.
Y a diferencia de los jóvenes a sus lados, el corazón de Hiccup latía arrítmico por una razón que no tenía nada que ver con los nervios. Las cosas no habían resultado como se las imaginaba. Esperaba que la competencia tuviera otro sistema o reglas que le permitieran más perder discretamente. Pero tal pudo confirmar en la leve mirada que le dirigió su hermana desde la seguridad de las gradas, contemplaba el mismo problema que él había detectado en su plan.
Para perder la competencia debía ser eliminado por un dragón o en su caso, no impresionar a la anciana jueza. Ambas tareas casi imposible, ya que los dragones lo reconocerían y nunca le harían daño, y en cuanto a Gothi, era bien sabido por ambos gemelos que Hiccup era el popular vencedor de los habitantes de Berk.
Hiccup tenía que averiguar una manera de como perder o realizar el mínimo esfuerzo posible, pero al mismo tiempo dar una presentación decente frente la mirada ansiosa de su padre.
–Me lleva… –murmuró por debajo Hiccup como respuesta ante su problemática.
Pero dejando a un lado al muchacho y pasando a su padre, éste decir que se encontraba emocionado era poco para expresar lo que realmente sentía en ese momento. Hiccup había sido una decepción tras otra a sus irreales expectativas, que en cierta forma ya se había resignado a la desgracia que tenía por heredero, la burlas de otros jefes y el futuro incierto en que quedaba Berk. Pero finalmente sus plegarías habían sido escuchadas y su muchacho tenía la oportunidad de convertirse en el campeón que siempre quiso que fuera, y luego quien sabe, tal vez hasta el futuro jefe que se imaginó que sería la primera vez que lo cagó en sus brazos.
Pero regresando a la competencia, la primera parte era relativamente sencilla pero mortalmente peligrosa. Gobber liberó al zippleback que inmediatamente cubrió el centro de la arena con su gas altamente explosivo, dejando fuera de la vista de los espectadores lo que sucedía bajo sus pies y para los aprendices, peligro a su alrededor. Los jóvenes guerreros, armados solamente con alguna hacha o una espada y un escudo de madera, deambularon a ciegas entre la neblina listos para que en cualquier momento apareciera el dragón. Snotlout estaba tan ansioso que al toparse con Ruffnut por casualidad casi le parte la cabeza con su arma
–¡Mira a donde apuntas, idiota! –le gritó la chica rubia tratando de golpearlo en la testa con su escudo. Snotlout alcanzó a esquivarlo justo a tiempo.
–¡Hey! ¡Fue un accidente legítimo! –exclamó el moreno.
No fueron los únicos con problemas, Fishlegs se atravesó en el camino de Astrid, asustándose con el leve roce de la chica y éste salió corriendo y gritando en dirección contraria.
Todo continuó de esa manera hasta que finalmente Hiccup se topó con el zippleback. Corriendo a ciegas por la neblina el chico chocó contra el largo pecho del dragón, dejando caer su daga y su escudo a sus lados. Las dos cabezas de la bestia inmediatamente lo reconocieron y lo derribó con ataque demasiado adorable de lengüetazos en el rostro.
–¿Hiccup? –escuchó de repente el muchacho una voz a su espalda. Volvió su rostro para ver quien lo llamaba, mientras con sus manos intentaba contener a la bestia que estaba muy feliz de verlo –. ¡El dragón se está comiendo a Hiccup! –gritó Snotlout entre emoción y algo de terror, era difícil explicar lo que su cabeza hueva podía estar pensando en ese momento.
Pero su gritó alertó al zippleback quien reacciono en protección del muchacho cubriéndolo con su cuerpo, en lo que con su cabeza detonaba la chispa.
–Oh no –musitó Hiccup en lo que se cubrió con los brazos el rostro y su cuerpo adoptó posición fetal. La fuertes llamaradas ardieron a su alrededor ante la fuerte explosión, pero estas nunca lo tocaran ya que zippleback lo protegió con su propio cuerpo.
Astrid y Ruffnut lograron a reaccionar lo suficientemente a tiempo para cubrirse con sus escudos de la detonación, Fishlegs de reacciones más lentas, tardó un poco más en hacerlo y su regordete cuerpo no fue correctamente protegido por su escudo y quedo susceptible a las llamas. Pero en cambio Tuffnut y Snotlout, fueron tomados desprevenidos y alcanzados por la explosión que los lanzó con fuerza a una de las orillas de la arena, donde sus espaladas chocaron con tal intensidad contra de muro de roca dejándoos fuera de combate.
Al dispersarse el humo, el zippleback soltó al muchacho pecoso en su apretado ovillo y avanzó hacia Snotlout con la intensión de exterminar con la amenaza, pero Gobber rápidamente interinó lazando las dos cabezas de la bestia y regresándola entre tirones a su jaula.
Los espectadores que se cubrieron sus rostro durante la explosión, nunca se percataron de cómo el dragón protegió a Hiccup con su propio cuerpo, lo único que presenciaron fue a éste completamente ileso en el centro de la arena, a diferencia de los demás competidores (Fishlegs medio tostado, Astrid con la ropa chamuscadas y Ruff con el pelo humeando), ganándose así varias alabanzas.
–Se supone que debes fallar –soltó Honey entre dientes para que su padre no la escuchara, mientras su hermano le dirigía una sonrisa nerviosa.
Snotlout y Tuffnut no volvieron a la realidad en los siguientes minutos por lo cual se les descalificó de la competencia, decepcionando así a los padres de ambos. Mientras que Honey se ocupada de atender al par de chicos inconscientes, Gobber anunció la segunda parte de la competencia, esta consistía en proteger a su querida oveja Phil de las fauces del nadder, para ello en esa ocasión había preparado la arena no con un laberinto, sino con una superficie artificial de perchas conformadas de gruesos postes de madera. La dragona permanecería en la parte superior y la inferior, los chicos arrastraría en el caso espacio en que solo cabía con facilidad la oveja.
Una vez que fue liberada, el nadder fue inmediatamente por Phil. No lo pudo alcanzar debido a los estrechos espacios entre las perchas, pero fácilmente podía quemarla con su llamas o lastimarlo con los dardos de su cola. Astrid no dudo en socorrer a Phil usando su hacha para ahuyentar al nadder golpeando sobre sus uñas, pero con sus acciones provocó que la dragona descargara su ira hacía lo jóvenes aprendices. Fishlegs fue pronto alcanzado un por dardo al quedar atrapado entre las perchas y el suelo; Ruffnut por su parte se escabullía con gran facilidad de la bestia, pero siempre terminaba dirigiéndola a la oveja; y Astrid realizó la mayoría del trabajo en defender al animal asustado.
Hiccup era el único que se podía mover con más facilidad en el estrecho espacio entre el suelo y las perchas, pero trató de mantenerse al margen del encuentro la mayor parte del tiempo, hasta que en la lejanía:
–¡Vamos Hiccup! –escuchó a su padre llamarlo a todo pulmón acompañado con los gritos del resto de la aldea –. ¡No te quedes ahí!
Resignado el muchacho soltó un resoplido y se acercó a la batalla entre Astrid, el nadder y Phil. ¿Qué era lo peor que podía pasar?
Precisamente eso fue lo sucedió.
Astrid no estaba dispuesta a compartir la gloria y tan pronto se dio cuenta de la cercanía de Hiccup lo empujo a un lado con el hombro. La nadder no lo tomó muy bien que agrediera a su escuálido amigo vikingo y se enfocó solamente en atravesar a la chica rubia con su cola, olvidándose completamente a Phil. Ante la caída del muchacho pecoso, su escudo quedo atorado entre varias de las perchas, lo que permitió que la oveja no se equivocara en su camino y fuera corriendo justo a la salida de la arena.
Ésta se llenó de más gritos al ver que Phil se encontraba a salvo.
–¡Perfecto Hiccup! –le dijo Gobber con alegría dándole unas palmadas en sus hombros una vez que el nadder estaba de nuevo en su jaula –. ¡Salvaste a Phil! ¡Bien hecho!
Completamente nervioso y frustrado con su suerte, Hiccup solo asintió ante tales palabras mientras su mirada se posó sobre sus compañeros. Snotlout y Tuffnut habían recuperado el conocimiento, vendados de la cabeza a los pies y aplaudía al igual que la multitud, pero con algo de aturdimiento; Ruffnut claramente agotada, trataba de recuperar la respiración en una de la orillas de la arena; Astrid le dirigió un mirada de furria que lo hizo temblar, mientras ella deambulaba de un lado a otro como león enjaulado; Fishlegs era atendido por Honey, quien cubrió las partes de su cuerpo expuestas con una masa blanquecina que funcionaba como antídoto tópico para el veneno de nadder.
Su gemela le lanzó una rápida ojeada sobre la cabeza de Fishlegs y sus ojos como esmeradas le recriminaron su fracaso en fracasar. Hiccup solo pudo contestarle encogiendo los hombros y dirigiéndole una mirada suplicante.
–¿Cuándo terminara esta pesadilla? –pensó para sí el muchacho.
Y su suplicas fueron escuchadas, ya que solo faltaba una parte más de la competencia, pero eso no quería decir que la más sencilla. Como último, Gobber había preparado un par de barricadas por toda la arena y liberando al enfurecido gronckle. A diferencia del las otras dos pruebas, no solo debían sobrevivir al dragón sino también derrotarlo, y para ello permanecería atrapados en la arena todo el tiempo que fuera necesario, hasta que la bestia estuviera en el suelo.
Pero la primera en caer fue Ruffnut, quien intentó sorprender por detrás al gronckle y fue descubierta por un gritó de apoyo que su hermano le dirigió justamente en el peor momento:
–¡Ruffnut! ¡Dale con tu enorme trasero! ¡Así lo derribas!
La gemela rubia, trató de cubrirse con su escudo en el último instante pero la fuerte bola de fuego y lava incandescente arrojada por el dragón, explotó la madera de su escudo y la arrojó hacia atrás varios metros antes de aterrizar de espaldas.
–¡En mi último aliento maldigo a Tuffnut! –exclamó con odio mientras su cuerpo era eyectado por el aire.
Lo cual dejo solo a Hiccup y Astrid en la competencia.
–Esta vez… –musitaba para sí la joven rubia con vehemencia – de seguro… será mío…
Hiccup por su parte, decidió que no haría absolutamente nada, no le importaba que su padre lo mirara ansiosamente con una sonrisa esperando a presenciar su siguiente maravilla. No le importaba que sucediera o las consecuencias de ello, el gemelo pecoso ya no intervendría en lo más mínimo.
Eso demostró lo tanto que lo odiaban los dioses, ya que el gronckle tuvo otro planes y en lugar de alejarse del chico, se acercó más ante él y a su inconfundible aroma a night fury y dragonip. Para cuando Astrid finalmente estuvo lista para arremeter contra el dragón, éste ya se encontraba a los pies de Hiccup, fuera de combate. Fue cuando la chica sorprendió a los espectadores con un maravilloso espectáculo de grosería e insultos a todo pulmón.
–Muy bien –dijo Gobber muy animado sujetando a ambos jóvenes en pie y poniéndolos a la vista de Gothi –. Es hora de la decisión de nuestra jueza, quien es el ganador del honor de matar al nightmare.
La anciana negó con la cabeza rotundamente cuando el herrero indicó a Astrid, hiriéndola profundamente dentro de su pecho; pero cuando indicó a Hiccup, la mujer mayor asintió con energía.
–Mierda –masculló Honey a un lado de Gothi cubriéndose el rostro con ambas manos.
–¡Mierda! –gruñó Astrid lanzando contra el suelo su hacha en derrota.
–Mierda –soltó Hiccup con lastima en lo que una muchedumbre lo levantaba en brazos.
Pobre Hiccup, tiene la peor suerte del mundo, o al menos eso piensa. Cuando en realidad es su destino formándose, solo que él no lo sabe… Pero ¿quién si lo sabe?
Y fanáticos del hicstrid no se preocupen, pronto Astrid dejara de odiar a Hiccup, pero eso no significa que va a ser más fácil su relación.
Honey no tiene mucha participación en ese capítulo, pero la verdad ahora es el momento de su hermano de llamar la atención (incluso de su padre), después ella tendrá su tiempo de brillar.
Eso es todo por ahora, nos vemos.
A partir del próximo capítulo, la fecha de publicación cambiara al jueves.
